Un templo en la antigua Jerusalén

Un templo en la antigua Jerusalén

(EZEQUIEL 20; 28; 36 -37; 40; SOFONÍAS 3; ZACARÍAS 1-2; 8 -9; 14; MALAQUÍAS 3)


“En los capítulos 10 y 11 Discutimos la redención de la nueva Sión y la Nueva Jerusalén, y el regreso de las diez tribus. Pero ¿qué pasa con la antigua Jerusalén? ¿Y qué hay de la tribu de Judá? Los judíos también serán restaurados y redimidos. Jerusalén1

JUDÁ Y JERUSALÉN RESTAURADOS1

Después de la caída de Jerusalén (ca.587- 86 AC), Ezequiel dejó de profetizar acerca de los juicios de Dios sobre la gente de su tiempo. Luego dirigió su atención a la congregación y la redención de Israel en los últimos días. Esto hace que Ezequiel, como Isaías y Jeremías, sea un profeta de la Restauración. También hace que sus escritos y profecías sean de particular interés para nosotros hoy. Ezequiel registró doce visiones, y siete de ellas tratan específicamente de los últimos días: — La construcción del reino de Judá bajo un líder llamado David. — La reunión de Israel disperso. — La unificación de todas las tribus de Israel. — La unión de la Biblia y el Libro de Mormón. — La batalla de Armagedón. — La construcción de un templo moderno en la Antigua Jerusalén.

Israel Será Congregada en sus Propias Tierras

  • Ezequiel 20:33-34 — La reunión se llevará a cabo con gran poder. “Vivo yo”, prometió el Señor, “con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros” (v. 33). Los malvados designios de los impíos no impedirán que se establezca su reino. Por Su gran poder, aseguró: “Os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos” (v. 34).
  • Ezequiel 20:35-36 — La congregación se llevará a cabo por medio de revelación. “Y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara” (v. 35). “Así Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice el Señor” (v. 36).
  • Ezequiel 20:37 — El pueblo será hecho del Señor por pacto. El Señor dice: “Os haré pasar bajo la vara [para que os cuenten como el rebaño2), pág. y os haré entrar en los vínculos del pacto.” “Pasar bajo la vara” es una forma de hablar que “alude a la costumbre de diezmar las ovejas…. Las ovejas estaban todas encerradas; y solo una oveja podía salir a la vez…. El pastor contó y cuando salió la décima, la marcó con la vara [sumergida en bermellón] y dijo: ‘Esta es… apartada para el Señor.”3Por lo tanto, todos los israelitas convertidos serán “marcados “ante los ojos del Señor como suyos, y lo serán a través del” el vínculo del pacto.”
  • Ezequiel 20:38 — Los rebeldes serán purificados de entre el pueblo. “El Señor purificará de entre su pueblo a “los rebeldes y a los que se rebelan contra mí.” Estos, Él dice, “no entrarán en la tierra de Israel.”
  • Ezequiel 20:40-41 — La congregación será en el templo del Señor. Porque en mi santo monte [el templo], en el alto monte de Israel, dice el Señor Dios, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré.” En su templo, Él esperará que su pueblo haga convenios de sacrificio (“sus ofrendas”), para dar gracias (“las primicias de sus oblaciones”), y para hacer todas las otras “cosas santas” que se requieren allí (v. 40). “Como incienso agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos, y os haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros a los ojos de las naciones” (v. 41).
  • Ezequiel 20:42 — La congregación será en las tierras prometidas del Viejo Mundo y el Nuevo Mundo. “Y sabréis que yo soy el Señor, cuando os traiga a la tierra de Israel, al país por el cual levanté mi mano [pacto4] jurando que la daría a vuestros padres.” Esto incluye, por supuesto, la tierra de Israel, que fue prometida a Abrahán y su posteridad. Pero también incluye el continente americano, que fue dado a José y su posteridad como su propia tierra de herencia.
  • Ezequiel 20:43-44 — Cuando los israelitas reconozcan que se han rebelado contra el Señor y no han cumplido Sus mandamientos desde el momento de su liberación de Egipto, ellos se “odiarán” a sí mismos ante su “propia vista.” Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis” (v. 43). “Y sabréis que yo soy el Señor, cuando haga con vosotros por amor de mi nombre [guardar mi pacto con respecto a la posteridad de Abrahán]” a pesar de los “malos caminos” y “perversas obras” de Israel a lo largo de los siglos (v 44).

— D. y C. 45:48-53. ― El Salvador describió cuál será la respuesta de los judíos cuando descienda al Monte de los Olivos para salvarlos de la destrucción total en el momento culminante de la batalla de Armagedón, y vean las heridas en Sus manos y pies: “Y entonces el Señor pondrá Su pie sobre este monte, y se partirá por en medio, y temblará la tierra y se tambaleará, y también se estremecerán los cielos. Y el Señor emitirá su voz, y todos los confines de la tierra la oirán; y las naciones de la tierra se lamentarán, y los que hayan reído descubrirán su insensatez. Y la calamidad oprimirá al burlador, y el mofador será consumido; y los que se desvelan para obrar iniquidad serán talados y echados al fuego. Y entonces me mirarán los judíos y dirán: ¿Qué heridas son estas en tus manos y en tus pies? Entonces sabrán que yo soy el Señor, porque les diré: Estas son las heridas con que fui herido en casa de mis amigos. Soy el que fue levantado. Soy Jesús que fue crucificado. Soy el Hijo de Dios. Y entonces llorarán a causa de sus iniquidades; y se lamentarán porque persiguieron a su rey.” (Véase Zacarías 12:9-14; 13:6).

El presidente Joseph Fielding Smith dijo lo que sucederá a continuación: Entonces lo aceptarán como su Redentor, lo que nunca han estado dispuestos a hacer. Entonces es el tiempo que se menciona en este pasaje de Zacarías cuando cada familia irá y llorará aparte; la casa de David, la casa de Natán, los judíos [véase Zacarías 12:10-14], Ellos caerán. Arrancarán sus vestiduras, se lamentarán y llorarán porque no estaban dispuestos a aceptar al Hijo de Dios, sino que aceptaron las enseñanzas de sus padres y rechazaron a su Redentor y Mesías. Entonces caerán a sus pies y lo adorarán. Después de estos días vendrá su redención y la edificación de Jerusalén. Se les dará su propia tierra nuevamente, y cada hombre vivirá bajo su propia vid y su propia higuera y aprenderán a amar al Señor y cumplir sus mandamientos y caminarán en la luz, y Él será su Dios y ellos serán Su pueblo.5 El élder Orson Pratt hablaría de cómo se llevará a cabo la congregación de Israel disperso: Vosotros, jóvenes que se sientan aquí en estos asientos, vivirán para ver cumplidos los tiempos de los gentiles;… La misión que recibiréis, jóvenes, será ir por los restos dispersos de la casa de Israel entre todas las naciones y reinos de los gentiles. Buscarlos y proclamarles el mensaje restaurado por el ángel, para que pueda ser predicado a Israel, así como a los gentiles. Ese es vuestro destino; eso, jóvenes, es lo que el Señor exigirá de vuestras manos. [Véase 1 Nefi 13:42], … Y tendréis el placer de reunirlos por miles, decenas de miles y cientos de miles, desde las islas del mar y desde todos los rincones de la tierra; por eso será un día de poder mucho más de lo que es el Evangelio, mientras que continúe entre los gentiles. … Cuando llegue el día de Su poder, ellos [Israel] estarán dispuestos a escuchar, se recogerán en la tierra prometida, porque será el día del poder del Señor. ¿En qué sentido entonces habrá poder manifestado? Como el poder se manifestó cuando el Señor sacó a Israel de la nación egipcia al desierto de Sinaí y Ies habló por Su propia voz, así se hará manifiesto el poder de Dios Todopoderoso entre todas las naciones de la tierra cuando El lleve a cabo la redención, y la restauración de su pueblo Israel; o, en otras palabras, la muestra de poder anterior se eclipsará, ya que lo que se hizo en una tierra entre los israelitas y los egipcios en el desierto, se realizará entre todas las naciones…. … Así Él suplicará a Israel en los últimos días, y mostrará Su poderosa mano y poder, cuando los reúna de las naciones; y Él dará revelación como la dio a sus padres en el desierto de la tierra de Egipto.6
  • Ezequiel 28:24-26 ― El pueblo congregado del Señor morará en paz y seguridad. No habrá más “espina desgarradora” ni “aguijón que le dé dolor”—naciones que atormentan y desprecian a Israel (v. 24). Porque “así dice el Señor Dios; Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de los paganos [naciones o gentiles7), pág. entonces habitarán en la tierra que he dado a mi siervo. Jacob Y habitarán en ella, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente8, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy el Señor su Dios” (vv. 25-26).
  • Ezequiel 36:2-7 ― Las naciones que han perseguido a Israel serán expulsadas de la tierra prometida. Los enemigos de Israel han dicho durante siglos: “¡Ea! también las alturas eternas nos han sido dadas por heredad” (v. 2). Los enemigos de Israel han “asolado [a los israelitas], y los entregaron por todos lados, para que Israel pudiera ser una posesión para sus enemigos” y han hecho que los israelitas “caigan en boca de habladores” y se conviertan “en un oprobio” entre los paganos (v. 3). Los montes,… colinas… ríos [barrancos]9,… valles,… ruinas desolados,… Las ciudades de Israel han sido “abandonadas” y se han convertido en “presa” (recompensa de un conquistador) y en “escarnio de las otras naciones” (naciones que rodean y odian a Israel) (v. 4). El Señor está enojado con estas naciones, que “se disputaron mi tierra por heredad con alegría, de todo corazón y con enconamiento de ánimo” (v. 5). Pero en los últimos días esto terminará: “Así dice el Señor Dios; He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado el oprobio de las naciones. Por lo cual así ha dicho el Señor Dios: Yo he alzado mi mano, he jurado que las naciones que están a vuestro alrededor han de llevar su afrenta” (vv. 6-7).
  • Ezequiel 36:8-12,15 ―La tierra de Israel florecerá y prosperará, y todas las tribus de Israel se recogerán allí. Hablando a los “montes de Israel” el Señor prometió “daréis vuestras ramas, y llevaréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque cerca están para venir” (v. 8). “Porque he aquí, yo estoy por vosotros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados. Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y edificadas las ruinas” (vv. 9-10). Noten que aquellos que se multiplicarán sobre la tierra serán de todas las tribus de Israel y no solo de la casa de Judá.
El Señor multiplicará a ambos, “hombres y ganado” y aumentará los frutos de la tierra, haciendo que la tierra de Israel sea de “mayor bien para vosotros que en vuestros principios” (v. 11). Una vez casi desprovista de habitantes, el Señor “hará que los hombres anden sobre vosotros, a mi pueblo Israel; y tomarán posesión de ti, y les serás por heredad” (v. 12). Nunca más se oirá el ultraje de las naciones, y las “naciones” de Israel nunca más volverán a tropezar (v. 15).
  • Ezequiel 36:17-22, 24-30, 32-38 ― La Israel del futuro será obediente y espiritualmente digna. La primera vez que los israelitas vivieron en la tierra prometida, “la contaminaron con sus caminos y con sus obras” (v. 17). El Señor derramó su furia sobre ellos “por la sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la contaminaron” (v. 18). Los esparció por las naciones, y fueron dispersados por las tierras” (v. 19), donde continuaron “profanando… mi santo nombre” (v. 20). Pero por el bien de Su “santo nombre”, el Señor finalmente los redimirá (vv. 21-22).
El Señor los sacará de entre las naciones, los reunirá de entre todos los pueblos, y los hará regresar a su propia tierra (v. 24). Esta reunión será notable (vv. 28-30, 33-38), y se hará para los propósitos del Señor, no porque Israel se la haya ganado (v. 32). Pero por medio de su dispersión y cautiverio, serán limpiados de sus impurezas (v. 25), se convertirán al Señor y recibirán Su Espíritu (vv. 26-27).

LAS PROFECÍAS DE ZACARÍAS SOBRE JUDÁ

  • Zacarías 1:14-17 ― La restauración de Jerusalén. “Celé con gran celo [celoso10] a Jerusalén y a Sión”, dijo el Señor (v. 14). “Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas” (v. 15).
Cuando el Señor “estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal” “[las naciones] ayudaron a que avanzara la aflicción” sobre su pueblo [v. 15], Pero ahora, así dice el Señor; me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa [el templo]” (v. 16). Judá volverá a prosperar, las ciudades cubrirán la tierra y Jerusalén será reconstruida y coronada con un templo (vv. 16-17). Jerusalén2
  • Zacarías 1:18-19 ―Los “cuatro cuernos.’’11 A Zacarías se le mostraron los siguientes “cuatro cuernos” que simbolizan los poderes mundanos que “dispersaron a Judá, Israel y Jerusalén” (vv. 18-19). El cuerno en sí mismo es un símbolo de poder, por lo que estos cuatro cuernos representan cuatro poderosos imperios sucesivos. Vemos esto más claramente en las visiones de Daniel (véase capítulos 2 y 7 de Daniel), donde la gran imagen en el sueño del rey Nabucodonosor y las cuatro bestias ascendiendo del mar en la visión de Daniel simbolizan cuatro imperios que se levantaron sucesivamente uno tras otro. Pero no está claro qué significan los cuatro imperios en la profecía de los cuatro cuernos de Zacarías. Si la profecía de Zacarías se refería a los imperios del pasado que se involucraron en la dispersión, serían Asiria, Babilonia, Persia y Medos. Pero si Zacarías también miraba hacia el futuro, como lo hizo Daniel, los cuatro imperios serían Asiria, Babilonia, Grecia y Roma. Persia y los Medos estarían omitidos, porque fueron responsables del regreso de los judíos exiliados a Jerusalén.
  • Zacarías 2:1-5 ―Jerusalén no será “medida”. Zacarías observó una conversación entre dos visitantes celestiales, uno en su camino para medir el tamaño de la ciudad de Jerusalén [vv. 1-2], y otro que dijo que era innecesario porque “Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella: porque yo, dice el Señor, seré para ella un muro de fuego alrededor, y seré para gloria en medio de ella” (vv. 3-5).
Cari Friedrich Keil y Franz Delitzsch comentarían: En el futuro, Jerusalén se asemejará a un país abierto cubierto de ciudades y aldeas sin murallas; ya no será una ciudad cercada por muros; por lo tanto, se ampliará extraordinariamente, debido a la multitud de hombres y ganado con que será bendecida [comparen Isaías 49:19-20; Ezequiel 38:11], Por otra parte,… Jerusalén no tendrá un muro protector que la rodee, ya que disfrutará de una protección superior. Jehová será para él un muro de fuego alrededor, es decir, una defensa de fuego que consumirá a todos los que se aventuren a atacarla [comparen Isaías 4:5; Deuteronomio 4:24], Jehová también será la gloria en medio de Jerusalén, es decir, llenará la ciudad con Su gloria [comparen Isaías 60:19]12 Es interesante observar que solo en nuestros días la ciudad de Jerusalén ha crecido más allá de sus muros como una gran metrópolis. Y cuando venga el Señor, Jerusalén no necesitará muros para protegerla debido a Su gloria que estará sobre la ciudad.
  • Zacarías 2:8 ― Jerusalén será la “niña” (en inglés la manzana) del “ojo” del Señor. Esta figura de lenguaje es interesante. La palabra traducida como “niña” en realidad se refiere a la pupila del ojo. El dicho denota a alguien a quien uno aprecia por encima de todo. La traducción alternativa de la palabra es “muñequita”, alguien que es muy amado.13 Debemos recordar que Eva era la “niña (manzana)” del ojo de Adán (que el cristianismo apóstata convirtió en la absurda historia de la “manzana” que significa pecado sexual). En esta escritura aprendemos que Israel será la “niña” del “ojo” del Señor en los últimos días.
  • Zacarías 8:3 ― Jerusalén será una ciudad de verdad coronada con un templo. Hablando de Su futuro reinado en la ciudad, el Señor dijo a través de Zacarías:
“Regresé a Sión, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del Señor de los ejércitos [el templo], Monte de Santidad.”
  • Zacarías 8:4-9 ― Tanto los jóvenes como los viejos morarán en Jerusalén. “Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días. Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas” (vv. 4-5). Esta reunión “parecerá maravillosa a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días” (v. 6). “He aquí, yo salvo [reuniré14] a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré (reuinir), y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia” (vv. 7-8). Luego, hablando a “los que oís en estos [últimos] días estas palabras de la boca de los profetas”, dice: “Esfuércense vuestras manos para edificar el templo” (v. 9).
  • Zacarías 8:11-15 ― El Señor congregará a Judá y la restaurará a la tierra de Jerusalén. “Mas ahora no lo haré con el remanente de este pueblo como en aquellos días pasados, dice el Señor de los ejércitos. Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto” (vv. 11-12). Aunque habrán sido “maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré [reuniré15] y seréis bendición” (v. 13). Aunque sus padres “lo provocaron [a Él] a ira” el Señor “ha pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá en estos días” (vv. 14-15).
  • Zacarías 8:16-17 ― Las expectativas del Señor de reunir a Judá. “Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice el Señor.”
  • Zacarías 8:20-23 ― La gente se reunirá en Judá desde “muchas ciudades.” “Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades; y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor del Señor, y a buscar al Señor de los ejércitos” (vv. 20-21). “Sí, muchas personas y naciones fuertes vendrán a buscar al Señor de los ejércitos en Jerusalén y a orar delante del Señor” (v. 22). “En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros (plural)16” (v. 23).
  • Zacarías 9:1-6, 8 ― Las naciones inicuas que bordean a Israel serán destruidas. Zacarías pronunció “Esta profecía es la palabra del Señor” contra las naciones que rodean a Israel que la atacan y la persiguen (v. 1), Tiro, una ciudad mercantil del Mediterráneo al norte de Nazaret, aunque una vez “ha amontonado plata como polvo, y oro como lodo de las calles”, será “echada.”… y el Señor le quitará sus posesiones; arrojará al mar sus riquezas, y el fuego la devorará” (vv. 2-4). “Lo verá Ascalón, y se llenará de miedo, y temerá; Gaza también lo verá, y se retorcerá en agonía, y lo mismo hará Ecrón al ver su esperanza; y Gaza se quedará sin rey, y Ascalón sin habitantes. Bastardos habitarán en Asdod, “y el Señor aniquilará el orgullo de los filisteos” (vv. 5-6). “Nunca más un opresor invadirá a mi pueblo Israel” (v. 8).
  • Zacarías 9:13-17; 10:2, 6, 9-12 ― Judá y Efraín serán congregadas de su larga dispersión y estarán unidas. Usando varias metáforas y símiles, el Señor promete fortalecer tanto a Judá como a Efraín (véase Zacarías 9:13-15). “Y los salvará en aquel día el Señor su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su ti. ¡Cuán grande es su bondad, y cuánta su hermosura!” (Zac. 9:16-17).
En los días de su castigo, sus ídolos les fallaron y sus adivinos les mintieron y les contaron sueños falsos, “por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor” (Zac. 10:2). Pero en los últimos días, “fortaleceré la casa de Judá, y guardaré la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré piedad, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy el Señor, su Dios, y los oiré [o responderé17] (Zac. 10:6). Aunque habrán sido “esparcidos.”… entre los pueblos… aun en lejanos países se acordarán de mí; y vivirán con sus hijos, y volverán” (Zacarías 10:9). Se reunirán en tal cantidad que “no se les podrá encontrar un lugar” (Zac. 10:10). Sus enemigos serán destruidos, y el Señor “los fortalecerá en el Señor; y caminarán en su nombre” (Zac. 10:11-12).
  • Zacarías 14:8 ― “Aguas vivas saldrán de Jerusalén.” Estas son las aguas del río que contempló Ezequiel (véase Ezequiel 47:1-12) y la fuente que “saldrá de la casa del Señor” vista por Joel (véase Joel 3:18) y Juan el Revelador (véase Apocalipsis 22:1). Estas aguas fluirán durante todo el año: “lo harán en verano y en invierno.”
En relación con las escrituras anteriores, el Profeta José Smith enseñaría: Judá debe regresar, Jerusalén debe ser reconstruida, y el templo y el agua que salen de debajo del templo, y las aguas del Mar Muerto serán curadas [vea Ezequiel 47:1-9]. Tomará algún tiempo reconstruir los muros de la ciudad y el templo,… y todo esto debe hacerse antes que haga Su aparición el Hijo del Hombre.18
  • Zacarías 14:10 ― “Jerusalén se levantará y habitará en su lugar” es una versión mejor de la frase “será levantada y habitada en su lugar.” Todo el campo será “como una llanura” rodeando a la Ciudad Santa.

UNA NUEVA NACIÓN Y UN TEMPLO

Una Nación bajo Cristo

  • Ezequiel 37:21-22 ― Los hijos de Israel se reunirán y se unirán en un solo reino con el Salvador como su Rey. Serán tomados de “entre las naciones (paganas o gentiles19), pág. a las cuales fueron, los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra” (v. 21). Allí, el Señor “los hará una nación en la tierra en los montes de Israel; y un solo rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos20naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos” (v. 22).
  • Ezequiel37:23 ― Ellos serán limpiados y purificados. Ya no se “contaminarán con sus ídolos, ni con sus cosas detestables, ni con ninguna de sus transgresiones… en lo que han pecado, y yo los limpiaré; así serán mi pueblo, y yo seré su Dios.”
  • Ezequiel 37:24 ― Ellos observarán los estatutos del Señor. “Mi siervo David [Cristo] será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis ordenanzas, y guardarán mis estatutos, y los pondrán por obra.”
  • Ezequiel 37:25 ― Habitarán en la tierra prometida a Abrahán, IsaacJacob. “Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David [Cristo] será príncipe de ellos para siempre.”

Un Nuevo Templo en la Antigua Jerusalén

  • Ezequiel 40:1-7, 9-11 ― En la ciudad santa de Jerusalén, se construiráun nuevo templo en el Monte del Templo. “Las visiones de Dios” llegaron a Ezequiel en el vigésimo quinto año de la cautividad de Judá en Babilonia, y fue llevado en el Espíritu “a la tierra de Israel, y puesto… sobre un monte muy alto”, desde la cual podía ver” una ciudad en el sur” (vv. 1-2) donde había un edificio prominente con un muro a su alrededor (vv. 5-6).
Su visitante celestial era “un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir; y él estaba de pie a la puerta” (v. 3). Este probablemente era un mensajero angélico y no el Señor Mismo.21 A Ezequiel se le ordenó “contempla con tus ojos, y oye con tus oídos, y pone tu corazón sobre todas las cosas que te voy a mostrar”, y luego “informa a la casa de Israel todo lo que ves” (v. 4), Ezequiel comparó esta visión con sus anteriores visiones “junto al río Quebar” (véase Ezequiel 1:3; 3:23; 10:15,20). El lino y la caña del visitante eran instrumentos para medir. La caña que tenía en la mano era de seis codos de largura… y midió el espesor del muro, de una caña, y la altura, de otra caña” (v. 5). “Luego se acercó a la puerta que mira [o da hacia el22] hacia el oriente, y subió las escaleras y midió el umbral de la puerta,… y cada pequeña cámara… y el pórtico de la puerta… y los postes… y la entrada de la puerta,… y la longitud [o altura23] de la puerta” (vv. 6-7, 9-11). El éder El élder James E. Talmage escribiría: En el vigésimo quinto año del cautiverio babilónico, mientras que el pueblo de Israel estaba en el exilio en una tierra extraña, la palabra del Señor vino al profeta Ezequiel; el poder de Dios descansó sobre él; y vio en visión un templo glorioso, cuyo plano describió minuciosamente [ver Ezequiel, capítulos 40-43], En cuanto a si el propio profeta consideraba el diseño que se muestra como uno a ser realizado posteriormente, o como un gran ideal aún inalcanzable, no se declara. Lo cierto es que el Templo de la visión aún no se ha construido. En la mayoría de sus características esenciales, el ideal de Ezequiel seguía de cerca el plano del Templo de Salomón; de hecho, tan cercano era el parecido, que muchos de los detalles especificados por Ezequiel han sido aceptados como los del espléndido edificio destruido por Nabucodonosor. Una característica predominante del Templo descrito por Ezequiel era la amplitud de sus recintos y la simetría de la Santa Casa y sus edificios asociados. El área debía ser un cuadrado de quinientos codos, amurallado y provisto de una entrada y arcos en cada uno de los tres lados; en el lado oeste, la pared debía continuarse con un arco o portal. En cada una de las puertas de entrada había pequeñas cámaras consideradas como refugios, y con pórticos. En el patio exterior se encontraban otras cámaras. El área entera debía estar elevada, y un tramo de escalones conducía a cada entrada. En el atrio interior se veía el gran altar, de pie ante la Casa, y ocupando el centro de un cuadrado de cien codos [Ezequiel 40:47]. Se hicieron abundantes provisiones para cada variedad de sacrificios y ofrendas, y para el alojamiento de los sacerdotes, los cantantes y todos los que participaban en el ritual sagrado [Ezequiel 40:44-46]. La estructura principal comprendía un Pórtico, un Lugar Santo y un santuario interior o el Lugar Más Santo, este último llamado elevado sobre el resto y alcanzado por escalones. El plan preveía una exclusividad aún mayor que la que había caracterizado el área sagrada del Templo de Salomón; Los patios dobles contribuían a este fin. El servicio del Templo era prescrito en detalle; se establecieron las ordenanzas del altar, los deberes de los sacerdotes, el ministerio de los levitas, los reglamentos que regulan las oblaciones y las fiestas [ver Ezequiel, capítulos 44-48].24

Los Hijos de Levi Nuevamente Harán Ofrendas

  • Malaquías 3:3 ― Los hijos de Levi serán purificados y harán ofrendas al Señor. “Y se él sentará como refinador y purificador de plata; y purificará a los hijos de Levi, y los purificará como oro y plata, para que puedan ofrecer al Señor una ofrenda en justicia.” ¿Ofrendas de nuevo? ¿No cesaron estas después de la expiación infinita de Cristo? No, no del todo.
El Profeta José Smith explicaría: En general, se supone que el sacrificio se eliminó por completo cuando se ofreció el Gran Sacrificio [es decir, el sacrificio del Señor Jesús], y que no habría necesidad de la ordenanza del sacrificio en [el] futuro: pero aquellos que afirman esto ciertamente no están familiarizados con los deberes, privilegios y autoridad del sacerdocio, o con los Profetas. La ofrenda de sacrificio siempre ha estado conectada y forma parte de los deberes del sacerdocio. Comenzó con el sacerdocio, y continuará hasta después de la venida de Cristo, de generación en generación. Con frecuencia hemos mencionado la ofrenda de sacrificio de los siervos del Altísimo en los días antiguos, antes de la ley de Moisés; Las ordenanzas continuarán cuando el sacerdocio se restaure con toda su autoridad, poder y bendiciones…. Estos sacrificios, así como todas las ordenanzas pertenecientes al Sacerdocio, serán construidas cuando se construya el Templo del Señor y los hijos de Levi sean purificados, restaurados y atendidos por completo en todos sus poderes, ramificaciones y bendiciones. Esto siempre existió y existirá cuando los poderes del Sacerdocio de Melquisedec estén suficientemente manifestados; de lo contrario, ¿cómo puede llevarse a cabo la restitución de todas las cosas de las que hablan los santos Profetas? No debe entenderse que la ley de Moisés se establecerá nuevamente con todos sus ritos y variedad de ceremonias; Esto nunca ha sido mencionado por los profetas; pero esas cosas que existieron antes del tiempo [de Moisés], a saber, el sacrificio, continuarán. Algunos pueden preguntar, ¿qué necesidad de sacrificios, ya que se ofreció el Gran Sacrificio? En respuesta a lo cual, si el arrepentimiento, el bautismo y la fe existían antes de los días de Cristo, ¿qué necesidad hay para ellos desde ese momento? El sacerdocio ha descendido en una línea regular de padre a hijo, a través de sus sucesivas generaciones.25
  • Malaquías 3:4 ― Después de todos estos eventos, Judá será aceptable para el Señor. “Entonces la ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los antiguos días y como en los años anteriores.”

UN PUEBLO DE SIÓN MORARÁ EN JERUSALÉN

  • Sofonías 3:9 ― Hablarán un lenguaje puro. “Porque entonces, devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre del Señor, para que le sirvan de común consentimiento.”
  • Sofonías 3:10,12-13 ― Un pueblo afligido y pobre heredará Jerusalén. La “hija de mis esparcidos” (Judá] vendrán de “más allá de los ríos de Etiopía”, una figura del habla que significa desde los confines de la tierra (v. 10). No habrá orgullo entre ellos, solo “gente pobre y afligida, y confiarán en el nombre del Señor” (v. 12). “El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni se hallará en la boca de ellos lengua engañosa; porque serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice” (v. 13).
  • Sofonías 3:14-17 ― El Señor reinará en medio de ellos. “Canta, oh hija de Sión; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. El Señor ha revocado sus juicios contra ti, ha echado fuera tus enemigos; el Señor, el Rey de Israel, está en medio de ti; nunca más verás el infortunio” (vv. 14-15). La ciudad “no temerá más”, “descansa en Su amor”, y Él” se regocijará sobre ti con cánticos” (vv. 16-17).

Notas
  1. El contenido de esta sección está adaptado de “Las Profecías De La Restauración [Ezequiel 25-48),” Manual para el Estudiante del Antiguo Testamento:l Reyes-Malaquías, 3-edición (Manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2003), 279.
  2. Ezequiel 20:37, nota a pie de página a.
  3. Adam Clarke, La Santa Biblia… con un Comentario y Notas Criticas,6 volúmenes (n.d)., 4:477.
  4. Ezequiel 20:42, nota de pie de página b.
  5. El élder Joseph Fielding Smith, Los Signos de los Tiempos(1954), 171-72.
  6. Orson Pratt, “Discurso”, Noticias de Deseret,5 de abril de 1871, 101, 102.
  7. Ezequiel 28:25, nota c.
  8. Ezequiel 28:26, nota b.
  9. Ezequiel 36:4, nota a pie de página a.
  10. Zacarías 1:14, nota a pie de página a.
  11. El contenido de esta sección está adaptado de “Preparativos para el Regreso del Señor en Gloria [Zacarías]”, Manual para el Estudiante del Antiguo Testamento:l Reyes-Malaquías,342.
  12. Cari Friedrich Keil y Franz Delitzsch, Comentario sobre el Antiguo Testamento,10 volúmenes (n.d)., 10:2:245.
  13. Ver Hugh W. Nibley, Antiguo Testamento y Estudios Relacionados,editado por John W. Welch, Gary Gillum y Don E. Norton [1986], 87-88.
  14. Traducción de José Smith, Zacarías 8:7 [en Zacarías 8:7, nota a pie de página a].
  15. Traducción de José Smith, Zacarías 8:13 [en Zacarías 8:13, nota de pie de página b].
  16. Ver Zacarías 8:23, nota a pie de página a.
  17. Zacarías 10:6, nota a pie de página a.
  18. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith[2007], 252.
  19. Ezequiel 37:21, nota a pie de página a.
  20. “Las tribus lideradas por Judá y por Efraín fueron históricamente adversarias (después de los eventos de 1 [Reyes] 12:16-20). En los últimos días, esta enemistad será sanada” (Ezequiel 37:22, nota d).
  21. Ver “Profecías de la Restauración (Ezequiel 25-48],” 286.
  22. Ezequiel 40:6, nota a pie de página b.
  23. Ezequiel 40:11, nota a pie de página a.
  24. El élder James E. Talmage, La Casa del Señor(1912), 43-45.
  25. José Smith, en Historia de la Iglesia,4:211-12.
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