Compartir el evangelio de Jesucristo

Principios básicos del Evangelio

Compartir el evangelio de Jesucristo

Compartir el evangelio de Jesucristo


Cuando pensamos en las bendiciones que recibimos por ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, queremos compartir el Evangelio con aquellos a quienes amamos. Podemos compartir nuestro testimonio de la verdad por medio de nuestras palabras y de nuestro ejemplo, y podemos orar para pedir inspiración a fin de saber con quién compartirlo y qué decir.

Amar a los demás

Un aspecto importante de compartir el Evangelio es amar a los demás. Cuando mostramos amor por los demás mediante acciones semejantes a las de Cristo, compartimos el evangelio de Jesucristo, a veces, sin decir una sola palabra, y cuando los demás saben que nos interesamos sinceramente por ellos, es posible que estén más dispuestos a escuchar nuestros pensamientos acerca del Evangelio (véase Gary E. Stevenson, “Amar, compartir, invitar”, Liahona, mayo de 2022, págs. 84–87).

Compartir de maneras normales y naturales

Podemos compartir lo que más nos guste del Evangelio. Si hacemos que eso sea parte de nuestra vida cotidiana, no será raro ni resultará incómodo. Por ejemplo, podemos hablar con nuestros familiares y amigos acerca de lo que hacemos los domingos, o de la felicidad que sentimos cuando prestamos servicio a los demás (véase Dieter F. Uchtdorf, “La obra misional: Compartir lo que guardan en el corazón”, Liahona, mayo de 2019, págs. 15–18).

Invitar a otras personas a unirse a nosotros

Podemos invitar a otras personas a aprender más acerca del Evangelio. Por ejemplo, podemos invitarlos a asistir a alguna reunión o actividad de la Iglesia, a leer el Libro de Mormón, a ver algún video de la Iglesia, o a conversar con los misioneros. Esas experiencias pueden ayudarles a sentir el Espíritu y a querer aprender más.

Preguntarles cómo fue su experiencia

Cuando nuestros amigos o familiares hayan asistido a la Iglesia o escuchado alguna lección de los misioneros, podemos preguntarles cómo fue su experiencia. Algunas enseñanzas del Evangelio pueden ser nuevas para ellos, así que podemos responder las preguntas que tengan. Podemos mostrar amor y apoyar sus esfuerzos por venir a Cristo.

Añadir a sus creencias

Valoramos y respetamos las creencias de los demás, y tratamos de añadir más a la fe que ya tienen. Por ejemplo, algún amigo que haya hallado consuelo en pasajes de la Biblia, también puede hallar consuelo en las enseñanzas que compartimos del Libro de Mormón.

Ayudar a los nuevos miembros de la Iglesia

Cuando las personas se unen a la Iglesia, podemos ayudarlos a fortalecer su fe. Podemos ser sus amigos, contestar sus preguntas y apoyarlos cuando reciban llamamientos. Podemos alentarlos a continuar siguiendo a Jesucristo y aprendiendo acerca de Su evangelio.

Servir en una misión de tiempo completo

Además de compartir el Evangelio en nuestra vida cotidiana, los miembros de la Iglesia pueden ser llamados a servir como misioneros de tiempo completo. Si están preparados, los hombres jóvenes pueden servir a partir de los dieciocho años. Las mujeres jóvenes y los adultos mayores también pueden prestar servicio. Puede encontrar más información en ChurchofJesusChrist.org/callings/missionary.


De las Escrituras

Jesucristo mandó a Sus discípulos que compartiesen el Evangelio con todos (véase Marcos 16:15).

Quienes son llamados a servir deben hacerlo con todo el “corazón, alma, mente y fuerza” (véase Doctrina y Convenios 4).

Sentiremos gran gozo cuando ayudemos a traer a otras personas al Evangelio (véase Doctrina y Convenios 18:15–16).

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