Resistamos la tentación

Resistamos la tentación


Es parte de la naturaleza humana el querer progresar; superar las debilidades y fortalecer nuestras virtudes. Lamentablemente, es también una característica humana el caer en la  tentación. ¿Cuántas veces, por ejemplo, nos hemos fijado metas de comer menos y hacer más ejercicio, sólo para volver en poco tiempo a viejos malos hábitos?

A veces suponemos que el secreto está en tener fuerza de voluntad: la capacidad de mirar el plato con galletas de chocolate y resistir la tentación de comernos una. Pero un reciente estudio indica que las personas que resisten la tentación son aquellas que de hecho tratan de mantenerse lo más alejadas posible del plato de galletas, ya que son plenamente conscientes de su debilidad y de la posibilidad de caer.

Por ejemplo, una mujer se veía tentada a leer unos textos que le llegaban mientras manejaba. Comprendiendo el peligro de tan siquiera mirar de reojo esos mensajes, ella siempre pone el teléfono en silencio y fuera de su alcance mientras conduce, eliminando así la tentación de leer textos en medio del tráfico.

Del mismo modo, si nos estamos cuidando en lo que comemos, no pasaremos por la sección de golosinas en el mercado. Si queremos mantenernos alejados de los riesgos de la tecnología, bloquearemos ciertos accesos a nuestros aparatos. Si procuramos ahorrar dinero, veremos de cortar los gastos en cosas que en realidad no necesitamos.

De por sí la vida es difícil aun sin ponernos al alcance de las tentaciones. Todos sabemos cuáles son nuestros puntos débiles y cuáles situaciones ponen nuestros objetivos en peligro. En este caso, el evitar la tentación no es una señal de debilidad sino de valor, una muestra de la verdadera fuerza de voluntad, que puede ser la clave de toda victoria personal.

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