Mi amor por el Salvador es mi “por qué”

Mi amor por el Salvador es mi “por qué”
Por el élder Ricardo P. Giménez
Conferencia General Abril 2025

Resumen: En este discurso, el orador reflexiona sobre las invitaciones del presidente Russell M. Nelson a estudiar y meditar los mensajes de las conferencias generales. Se destaca la importancia de conectar nuestras acciones con nuestro amor por el Salvador y comprender el porqué detrás de lo que hacemos como discípulos. El orador también hace un llamado a no ver las actividades y tradiciones como tareas más, sino como medios para fortalecer nuestra relación con Dios y comprender mejor su voluntad. La invitación es a estudiar las enseñanzas de los profetas, aplicar esos principios y permitir que nuestro amor por el Salvador sea la razón principal detrás de nuestras acciones.

Este discurso nos invita a profundizar en el propósito de nuestras acciones espirituales. No se trata solo de cumplir con tareas religiosas o metas, sino de hacerlo con un corazón lleno de amor por el Salvador. Al conectar nuestras actividades con este amor, nos acercamos a Él de manera más genuina y transformadora. Es esencial no solo seguir las tradiciones y mandamientos, sino comprender el “por qué” detrás de ellos, para que nuestras vidas reflejen verdaderamente nuestra devoción y fe. Al integrar el amor por Cristo en nuestras acciones diarias, podemos fortalecer nuestro compromiso y caminar más cerca de Él.

Palabras claves: Invitación, Amor, Salvador, Discípulos, Propósito


Mi amor por el Salvador es mi “por qué”

Por el élder Ricardo P. Giménez
Del Quórum de los Setenta

Amo a nuestro Salvador. Esta es la razón real y
más poderosa por la que hago lo que hago.


¿Se han dado cuenta de que nuestro querido profeta, el presidente Russell Nelson, continuamente nos extiende invitaciones? ¿No es de sorprender que nos haya invitado a estudiar y meditar los mensajes que se compartieron en las dos últimas conferencias? En abril de 2024, él dijo: “Yo espero que en los próximos meses ustedes estudien repetidamente los mensajes de esta conferencia.” Luego, en octubre de 2024, dijo: “Los insto a que estudien sus mensajes. Utilícenlos como una prueba definitiva para determinar lo que es verdad y lo que no lo es durante los próximos seis meses.”

Estas invitaciones se pueden agregar a las invitaciones proféticas que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, especialmente aquellas recibidas en años recientes. Es posible que sintamos o pensemos que estas invitaciones son una tarea más que agregar a nuestra lista de cosas por hacer, simplemente porque se nos invitó o se nos pidió hacerlo. Pero habrá algo más detrás de esto.

Al reflexionar sobre esto y sobre todas las invitaciones que recibimos, recordé algo que aprendí y decidí hace mucho tiempo: Yo estoy tratando de hacer estas cosas que son esenciales para mí porque lo amo a Él, amo a nuestro Salvador. Esta es la razón más importante y poderosa del porqué yo hago lo que hago. Y luego, relacionado con esto, está mi amor por ustedes, mis hermanos y hermanas. Como su hermano, espero que consideren mis palabras como una invitación sincera a que procuren comprender la oportunidad que tenemos de conectar todo lo que hacemos con nuestro amor por el Salvador.

Hacer esto nos ayudará a entender el verdadero “por qué” detrás de todo lo que hacemos como discípulos del Salvador. Eso nos ayudará a fortalecer nuestra relación por convenio con Dios y a comprender sus verdades divinas y eternas, sus verdades eternas y absolutas que nunca cambiarán. Verdades eternas como: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, más tenga vida eterna.”

Es interesante que, a veces, por haber hecho las cosas de manera constante, a tal punto de que se han convertido en tradiciones, permitimos que esas tradiciones o actividades determinen nuestros esfuerzos por edificar la fe en Jesucristo. Parece que hacemos esas cosas porque las hemos hecho durante muchos años, sin pensar en el efecto que tienen en nuestra relación por convenio con el Salvador.

En el mundo de hoy, el foco pareciera estar en lo que hacemos y en el cumplimiento constante de tareas y metas. En este entorno, tenemos la oportunidad de ir más allá de solo hacer las cosas o lograr metas, al comprender por qué las hacemos, especialmente en el ámbito espiritual. Si podemos entender y conectar que la razón que motiva nuestras acciones se relaciona con nuestro amor por el Salvador y nuestro Padre Celestial, al hacer buen uso de estas oportunidades, entenderemos que, aunque hagamos las cosas correctas, como participar en las actividades o tradiciones de la iglesia y hacerlas apropiadamente, es algo bueno. Cuando las conectamos con el porqué, tendremos la bendición de comprender la razón. No será solo una cuestión de hacer cosas buenas o de hacerlas bien, sino que las haremos por la razón correcta.

Por ejemplo, cuando uno se fija en la meta de leer las escrituras, ofrecer oraciones sinceras o preparar una actividad para su familia o el barrio, la meta real es simplemente cumplir con esas tareas, o son esas acciones los medios, las herramientas a nuestro alcance, para lograr el verdadero objetivo. ¿Es el propósito simplemente hacer una cosa porque la hemos hecho durante muchos años y luego, al completarla, poder borrarla de nuestra lista de cosas por hacer? O, y reitero, ¿son estos los medios que utilizamos para aprender, sentir y conectarnos con el Salvador?

Por favor, no malinterpreten mis palabras en cuanto a tener actividades y tradiciones o establecer metas y esforzarse por alcanzarlas. No hay nada de malo en esto. Sin embargo, los invito a abrir sus mentes y sus corazones a la oportunidad y bendición de entender el por qué hacemos estas cosas y el modo en que profesamos nuestra religión.

Un excelente ejemplo de tradiciones centradas en Cristo es el desafío que el presidente Dallin H. Oaks nos extendió a todos en nombre de la Primera Presidencia. El presidente Oaks dijo: “Al comenzar este nuevo año, preparémonos para la celebración de la Pascua de Resurrección y el sacrificio expiatorio de Jesucristo. No importa lo que los demás crean o hagan, debemos celebrar la resurrección de nuestro Salvador viviente, estudiando sus enseñanzas y ayudando a establecer las tradiciones de Pascua de Resurrección en nuestra sociedad en general, especialmente dentro de nuestras propias familias.”

Como pueden ver, esta no es una simple invitación a tener tradiciones. Más bien, utilizamos esas tradiciones como un medio para aprender más acerca del Salvador y recordar su resurrección. Cuanto más relacionemos el porqué con nuestro amor por el Salvador, más capaces seremos de recibir lo que necesitamos o estamos buscando. El presidente Nelson dijo: “Sean cuáles sean las preguntas o los problemas que tengan, la respuesta siempre se halla en la vida y las enseñanzas de Jesucristo”, y a continuación extendió esta invitación: “Aprendan más sobre su expiación, su amor, su misericordia, su doctrina y su evangelio restaurado de sanación y progreso. Acudan a Él, síganlo, mediten esto en sus mentes y corazones.”

¿Creen ustedes que la invitación del presidente Nelson tenía la intención de ponernos a hacer una lista de tareas para que acumulemos más conocimiento y completemos objetivos, y que así podamos tachar su invitación de nuestra lista de tareas pendientes? ¿O Él nos está invitando a considerar los aspectos de estas verdades y principios eternos como una oportunidad para entender el por qué y conectar nuestro discipulado terrenal con el amor por convenio del Salvador por nosotros?

Permítanme ilustrar el principio que estoy tratando de transmitir. Una opción que tenemos, que probablemente sea extrema, podría ser leer todos los mensajes de la Conferencia General de una vez. Al acabar, marcar esta invitación de la lista de tareas pendientes, sin hacer nada más con lo que hemos leído. Entiendo que este es un ejemplo extremo, pero no es irreal. Probablemente muchos de nosotros nos hallamos en algún punto entre esto y el ideal. La invitación es a estudiar y meditar los mensajes de la conferencia general y usarlos para determinar y comprender lo que cada uno de nosotros puede hacer para mejorar.

Cuando aceptamos la invitación, entendiendo el por qué detrás de ella, tenemos más oportunidades de acercarnos al Salvador. Comenzamos a entender que, debido a que amo al Salvador, quiero aprender más acerca de Él mediante el estudio de las palabras de los profetas vivientes, y que, debido a que amo a mi prójimo, compartiré las enseñanzas de los profetas videntes y reveladores con los demás, empezando por mis seres queridos.

En ambos ejemplos, estamos haciendo algo bueno. En uno, la meta parece ser utilizar los medios que el Padre Celestial y el Salvador nos han dado, que son los mensajes que se dan durante la Conferencia General. La segunda versión abarca la profunda bendición de adquirir conocimiento de las razones de fondo, lo que abre un camino para comprender las verdades eternas y las bendiciones prometidas a todos los que colocan las enseñanzas y las vidas de nuestro Salvador Jesucristo en el centro de su vida.

Queridos hermanos y hermanas, espero que puedan sentir y reconocer la importancia de conectar nuestras acciones con nuestro amor por el Salvador. En un mundo globalizado, muchas voces intentarán influir en ustedes y, si es posible, hacerles creer que algunas verdades fundamentales del evangelio restaurado de Jesucristo son innecesarias, comenzando con la verdad esencial de la necesidad de una restauración en estos los últimos días. Esto incluye la necesidad de tener el reino de Dios en la tierra, representado por la restaurada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Es posible que escuchen voces que insistan en que una relación personal o una comprensión del Salvador es suficiente y que la religión o la Iglesia restaurada no son necesarias ni esenciales. Los invito a ser lentos en considerar estas ideas engañosas e incluso hacerse inmunes a su influencia, y a ser más prestos a recordar lo que el Salvador nos está diciendo y enseñando desde la antigüedad, comenzando por el amor del Padre Celestial y Jesucristo por nosotros y conectando nuestro amor por ellos como la razón para seguirlos.

Dios el Padre y su Hijo vinieron y hablaron con José Smith para restaurar la Iglesia de Jesucristo e iniciar la dispensación del cumplimiento de los tiempos, su reino en la tierra. Por lo tanto, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el medio establecido por el Padre Celestial para que tengamos acceso a los convenios que nos permiten regresar a casa. Es por esto que necesitamos más que solo una relación personal con el Padre Celestial y su Hijo. Necesitamos ordenanzas esenciales del sacerdocio, por las cuales hacemos convenios con ellos. Esto proporciona una relación por convenio con ellos y nos otorga acceso a su amor por convenio, lo que hace posible que alcancemos el reino de gloria más alto preparado para aquellos que son leales y fieles a sus convenios.

Con toda la energía de mi alma, doy testimonio de la realidad y divinidad de nuestro Salvador Jesucristo. Los ama. Él sabe lo que está sucediendo en la vida de ustedes. Sus brazos están abiertos de par en par, extendiendo la invitación: “Venid a mí, y yo os haré descansar.” Amo al Salvador, y mi amor por Él es mi porqué. En el nombre de Jesucristo, amén.

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