Amonestaciones Proféticas Inspiras

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Dios ha Declarado Guerra Contra los Inicuous

La libertad es un estado frágil, y una bendición gozado por poca gente en el mundo hoy día.  De la misma forma, la paz es frágil y de­pende de la rectitud de los hombres. Jesucristo, el «Príncipe de Paz,  tiene el poder de dar paz al hombre y quitársela. Concede paz al justo y la niega al inicuo. El Salmista escribió: «Mucha paz tienen los que aman tu ley»,  y el autor sabio de Proverbios estableció: «Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él.»  Desgraciadamente, es un mensaje de las escrituras y de los profetas en el que se establece que la iniquidad del hombre en los últi­mos días causará que la paz se elimine de la tierra y el miedo venga sobre toda clase de hombre. La guerra se derramará sobre las naciones.

Guerra será derramado sobre las naciones

Las guerras vendrán sobre la tierra en los últimos días. Este es el mensaje que Dios ha revelado repetidamente a través de sus profetas. En el año de 1831 se declaró la siguiente revelación:

He jurado en mi ira y he decretado guerras sobre la faz de la tie­rra, y los inicuos matarán a los inicuos, y el temor se apoderará de todo hombre; v también los santos apenas escaparán; sin embargo, yo, el Señor, estoy con ellos, y descenderé en el cielo, de la presencia de mi Padre, y a los malvados los consumiré con fuego inextinguible.

Y he aquí, esto no es aún, sino ya pronto.

En 1832, la «Profecía sobre la guerra» advierte que las guerras con­tinuarán hasta que se haya «destruido por completo a todas las naciones»:

De cierto, así dice el Señor concerniente a las guerras que pronto acaecerán, comenzando por la rebelión de Carolina del Sur, de las cuales finalmente resultarán la muerte y la miseria de muchas almas;

y vendrá el tiempo en que se derramará la guerra sobre todas las naciones, empezando en ese lugar.

La profecía prodijo los problemas de la guerra civil de los Estados Unidos e indicó la función de la Gran Bretaña en la Primera y Segunda Guerra Mundial, después continuó diciendo acerca de acontecimientos futuros:

. . . y entonces se derramará la guerra sobre todas las naciones.

Y acontecerá, después de muchos días, que los esclavos se suble­varán contra sus amos, los cuales serán movilizados y disciplinados para la guerra.

Y también acontecerá que el resto de los que hayan quedado en la tierra se movilizarán y se irritarán extremadamente y hostigarán a los gentiles con severa aflicción.

Y así, con la espada y por el derramamiento de sangre se han de lamentar los habitantes de la tierra;… hasta que la consumación de­cretada haya destruido por completo a todas las naciones;

El Señor amonestó a los Santos diciendo:

Oís de guerras en países extranjeros; mas he aquí, os digo que están cerca, aun a vuestras puertas, y dentro de pocos años oiréis de guerras en vuestras propias tierras.

La misma revelación habla de la época del «cumplimiento de los tiempos de los Gentiles.»  Esa futura etapa de los juicios de Dios será una época de intenso combate:

Y en ese día se oirá de guerras y rumores de guerras, y toda la tie­rra estará en conmoción, y desmayará el corazón de los hombres y dirán que Cristo demora su venida hasta el fin de la tierra .. .

los hombres endurecerán su corazón contra mí y levantarán la es­pada el uno contra el otro, y irnos a otros se matarán.

Otra revelación advierte a los Santos diciendo:

Oís de guerras en países lejanos, y decís que pronto habrá grandes guerras en países lejanos, mas no conocéis el corazón de los hombres en vuestro propio país.

Las cinco futuras batallas profetizadas

Las profecías hablan de cinco grandes batallas o períodos de com­bate, las cuales todavía ocurrirán en el futuro:

  1. Una tercera guerra mundial, en la que los Estados Unidos sal­ drán victoriosos después de recibir ayuda divina.
  2. Una batalla interna en las Américas, caracterizada por la vio­lencia de populachos y rebelión de los Lamanitas.
  3. Una guerra mundial durante la época del establecimiento de la Nueva Jerusalén, durante la cual todas las naciones, con excep­ción de los Santos, estarán en guerra.
  4. La batalla mundial la cual estará controlada por la gran y abominable iglesia, la cual será destruida.
  5. Batallas involucrando a Israel, las cuales culminarán en la Bata­lla de Armagedón.

Estas batallas podrían tender a una relación del tipo causa-efecto entre ellas y combinarse cronológicamente. Podrían tener característi­cas comunes, con problemas que comiencen en una parte del mundo como descontentos violentos en todas partes debido a un conflicto dife­rente. Deben verse como porciones por separado de una época en-general cuando haya «guerras y rumores de guerras entre todas las na­ciones y familias de la tierra.»

Los dos tipos de guerra: Guerras preparatorias y guerras de completa destrucción

Los primeros líderes de la Iglesia explicaron que las guerras ocu­rrirían durante los últimos días y que serían de dos clases diferentes:

Guerras preparatorias—las cuales prepararían la senda para la predicación del evangelio.

Guerras de completa destrucción—las cuales servirán como castigo para los inicuos y tendrán como resultado una gran desolación.

Estos dos tipos de combates en los últimos días son discutidos y do­cumentados en detalle en ProphecyKey to the Future (La ProfecíaLlave al Futuro) y serán considerados brevemente.

Orson Pratt comparó los dos tipos de guerra, estableciendo: «una es una guerra preparatoria para la predicación del evangelio; la otra es una guerra de terrible destrucción, la cual no mejorará la condición de aquellos quienes escapen.»

El primer período es la etapa de Guerras preparatorias. En este período, los Santos estarán todavía dispersados por la tierra. Las guerras servirán para quitar a los gobernantes quienes no son receptivos a la obra misional, y los reemplazarán con líderes que permitirán la predi­cación del mensaje del evangelio dentro de su territorio. Por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam sirvieron para abrir el camino para que creciera la iglesia en el área de Japón, Indochina y el Pacífico. La línea divisoria entre los dos períodos será el «cumplimiento del tiempo de los Gentiles», cuando Dios em­piece el recogimiento de los Santos y comience el derramamiento de sus juicios sobre los inicuos en gran medida.

Cuando el período de Guerras de completa destrucción comience, la guerra se convertirá en instrumento de Dios para la terrible destrucción y la extinción de la maldad; cuando purifique la tierra en preparación para su venida en gloria. El espiritu tendrá que quitarse de las naciones de los Gentiles.

La tercera guerra mundial parece tomar lugar durante el período de las guerras preparatorias. Aunque las otras batallas mencionadas anteriormente podrían comenzar a desarrollarse durante ese perío­do, se anticipa que se verá su culminación en guerras de completa destrucción.

Las proferías de una Tercera Guerra Mundial

José Smith hizo diversas declaraciones profeticas las cuales indican que la futura batalla aparentemente será de una magnitud igual a la de una guerra mundial. En una de estas declaraciones, establecida el 19 de junio de 1844, el profeta utilizó la formación de una unidad política conocida como «Independent American Party» (Partido Americano Independiente)  para ubicar el contexto de la profecía en el siglo XX en lugar de su propia época. Pijo que el tiempo cuando otras naciones atentarán «dividir el país de los Estados Unidos». Vio que los Estados Unidos estarán dañados militarmente por haber utilizado sus fuerzas y recursos en tierras extranjeras; y el ejército ‘estará desmoralizado lo suficiente’.  Esta es su profecía:

Habrá dos grandes partidos políticos en este país. Uno se le lla­mará el partido Republicano y el otro el Demócrata. Estos dos partidos irán a la guerra y surgirá de estos dos partidos otro partido el cual será el Partido Americano Independiente. Los Estados Unidos agotarán sus fuerzas y recursos peleando en tierras extranjeras hasta que otras naciones les digan: «Dividamos el país de los Estados Unidos,» entonces el pueblo de los Estados Unidos se unirá, y jurará por la sangre de sus antepasados que el país no será dividido. En­tonces el país irá a guerra y lucharán hasta que la mitad del ejército de los Estados Unidos se rinda y el resto continuará en la lucha. Se mantendrán en ese estado hasta que estén muy agotados y desa­nimados, y casi listos para rendirse, cuando los jóvenes de las montañas se apresuren a tiempo para salvar al ejército americano de la derrota y ruina. Y ellos dirán, ‘Hermanos, nos alegra que hayan venido; desde ahora a darnos hombres quienes pueden hablar con Dios’. Entonces tendrán amigos, pero salvarán al país cuando su libertad esté colgando de un hilo.

Otra profecía de José Smith acerca del futuro combate fue hecha por el padre del presidente John Taylor. José había estado conversa­do con Taylor padre con relación a la batalla de Waterloo, en la cual Taylor padre había participado. José se volvió al hermano Taylor y dijo:

Taylor padre, vivirá para verlo, aunque yo no lo vea, habrá grandes batallas más que la de Waterloo. Los Estados Unidos irán a la guerra con México y como resultado ganarán un extenso territorio. La pregunta del esclavo causará una división entre el norte y el sur; y en estas guerras ocurrirá grandes batallas como la de Waterloo. Perocuando la gran osa deje caer su garra sobre el león, la escena final no estará tan lejos.

Una declaración teóricamente realizada por José Smith el 6 de mayo de 1843, también establece el acontecimiento de una tercera guerra mundial:

El Señor tomó la mejor sangre de las naciones y la plantó en pe­queñas islas llamadas ahora Inglaterra y Gran Bretaña, y les dio gran poder entre las naciones por mil años, y su influencia continuará de tal manera que puedan mantener el balance del poder y limitar a Rusia de tomar control sobre todo el mundo. Inglaterra y Francia son ahora grandes enemigos pero serán aliados y se unirán para no dejar a Rusia conquistar al mundo.

Muchas otras declaraciones hechas por varios líderes de la Iglesia con relación a las características de una Tercera Guerra Mundial se citan en ProphecyKey to the Future (La ProfecíaLlave al Futuro), pág. 10-15, por lo que no se repetirá aquí. El objetivo de esta sección es co­mentar sobre otros materiales que generalmente no se encuentran disponibles.

Los patriarcas a través de la Iglesia han estado advirtiendo de una Tercera Guerra Mundial por varias décadas en las bendiciones que se les dan a los Santos. Estas amonestaciones profeticas son fragmentos de las bendiciones patriarcales que por naturaleza son personales y no se pretende su distribución general a través de la Iglesia.  El significado de sus múltiples mensajes es grande, y debe al menos mencionarse den­tro de este contexto.

Durante los pasados cuartenta y cinco años, el autor frecuente­mente se le ha preferido entre otros quienes han relacionado revelaciones proféticas que han sido arregladas. Cientos han men­cionado que las bendiciones patriarcales o las revelaciones personales los preparan para funciones personales que ellos harán cuando los juicios de Dios sean derramados sobre la tierra. Muchos han men­cionado acerca de bendiciones patriarcales que hablan acerca de una Tercera Guerra Mundial. Frecuentemente el espíritu se quema con fuego dentro de nosotros cuando este tema se discute. Ha sido cor­recto y propio que den testimonio acerca de estos futuros eventos.

Enseguida se encuentra un breve resumen de algunas de ellas, con­sideradas por el autor como declaraciones típicas que se refieren a una futura guerra mundial. Por ejemplo, una bendición dada en el año de 1953 dice:

¡Vivirás para ver al mundo ir a otra guerra mundial, donde reino se levantará en contra de reino, y Rusia y sus aliados, en el debido tiempo del Señor, irán desfalleciendo para nunca volverse a levantar nueva­mente con gran poder! Y los Estados Unidos, después que el interior de la copa esté limpio, saldrán victoriosos y después se levantarán a grandes alturas entre las naciones del mundo.

Otra bendición profetiza de la singularidad de Rusia y describe la guerra como un evento típico del período de guerras preparatorias, ali­stando el camino para la obra misional en ese país:

Vivirás para ver el mundo ir a otra guerra mundial, porque la madre patria será atacada por un poder fuerte europeo. Esta guerra será mayormente en el aire y bajo la superficie del océano, y las aguas serán inseguras para tránsito común, y los cielos serán inseguros, de­bido a las bombas mortales que serán enviadas para la aflicción de las ciudades de este gran país, y como respuesta, nosotros los afligiremos con bombas; y vivirás para ver a la madre patria limpiada como del in­terior de un vaso, porque traidor tras traidor será sospechoso, descubierto y aprendido. Vivirás para ver al Dios del Cielo tomar con­trol; como lo realizaba, y traer esta guerra a una rápida victoria para Norte América y sus aliados. Verás a Rusia caer hasta su derrota, para que nunca se levante de nuevo como una mayor potencia del mundo, y vivirás para ver el evangelio partir a ese país después que la guerra haya sido traída a su fin, y una gran y gloriosa obra culminará en esa tierra.

Hoy en día, con armamentos nucleares y otras armas de destrucción masiva, ¿no resulta razonable asumir que si la guerra alcanza el nivel en que Rusia y Estados Unidos se bombardeen el uno al otro, estas bom­bas representarán lo último en tecnología, con la bomba atómica como un poder destructivo total?

Otra bendición, dada en el año de 1960, continúa el tema de las «guerras preparatorias» donde la senda se abre a la obra misional en Rusia:

… Muchos cambios tomarán lugar en tu época y tiempo. Las na­ciones caerán y se levantarán nuevamente al quitar las barreras, de tal manera que los misioneros podrán ir libremente a la nación de Rusia; así como Efraín ha sido reunido desde partes lejanas de la tierra, de tal manera que Judá será recogida como el Señor ha dec­retado . . .

Otra bendición, dada en el año de 1956, advierte otra guerra mundi­al. El tema de la intervención divina se menciona nuevamente:

Vivirás sobre la tierra para ver las guerras y conmociones, e inclu­sive mucha preparación para ir a la guerra, y verás derramamiento de sangre empapar a la tierra hasta que tu alma se enferme de verla. Vivirás para ver otra guerra mundial y podrías servir a tu país antes de que partas, y vivirás para ver la mano de la providencia venir al lado del libre albedrío, y los Estados Unidos serán limpiados desde el inte­rior del vaso . . . Vivirás para ver a la Osa Rusa recostar su pesada mano sobre el León Británico, de acuerdo a la profecía de José Smith.

Y otra dice:

Verás nación levantarse contra nación y reino contra reino; y verás una gran y sangrienta guerra en la cual los Estados Unidos y sus fuerzas serán formados contra Rusia; y aparentemente el Dios del Cielo mirará por algún tiempo, y entonces la tomará y traerá victoria a favor de lo que es correcto, porque el Dios del Cielo nunca permitirá que el libre albedrío sea hollado con el pie y eliminado de la faz de la tierra.

Y otra dice:

Verás a las naciones de Europa dividirse en secciones poderosas, y muchas de ellas las forzarán a salir de su lugar de origen, nunca sur­girán como reinos nuevamente. Por lo tanto, verás guerras y sangre vertida en tus días, porque el resto de los hombres que todavía existan elaborarán espadas y bombas mortales. Vivirás para ver terribles ter­remotos, y uno de estos sacudirá el continente de océano a océano.

Estas referencias son suficientes para describir el modelo de las amonestaciones profeticas que aparecen de esta fuente.

Otras manifestaciones personales incluyen revelaciones que de­scriben eventos de una futura guerra. Un ejemplo de tales eventos, es la descripción de los futuros problemas revelados al elder Charles David Evans,  por medio de un ángel visitante.  Esto fue publicado en The Contributor. La manifestación describe lo que parece ser una destrucción nuclear, siguiéndole enfermedades por radiación, u otro ataque biológico. Narra acerca de la invasión de una potencia extran­jera, del repentino surgimiento de una fuerza en el oeste la cual neutraliza la invasión, y provee señales cronológicas de la guerra que antecederá a la fundación de la Nueva Jerusalén. ¿Nuevamente, puede este ser el tiempo para que «los jóvenes de las montañas se apresuren», como se predijo en la profecía de José Smith registrada por Mosiah Lyman Hancock, mencionada anteriormente?

Nubes densas, más obscuras que las tinieblas de la medianoche, cuyos rayos resonaban con entonación haciendo temblar a la tierra, obscureciendo la luz del sol. La obscuridad reinaba, sin rival y en ex­tremo.

Nuevamente la luz brilló, revelando una atmósfera tenue con un color gris obscuro y sin brillo, lo cual era el precursor de una plaga singular cuyos primeros síntomas eran reconocidos por una marca púrpura que aparecía en la mejilla o en el dorso de la mano, casi siem­pre se agrandaba hasta que se dispersaba por el cuerpo, produciendo sin duda la muerte. Las madres, al reconocerla, echaban a sus hijos como si ellos fueran reptiles venenosos. Esta plaga, en personas mayo­res, descomponía los ojos en sus cavidades y consumía la lengua como si fuera un fuerte ácido o debido a un calor intenso. Los hombres inic­uos, sufriendo sus agonías se retorcían, maldecían a Dios y morían, aun estando de pie, y los pájaros de rapiña festejaban sobre sus cadáveres.

Vi en mi sueño al mensajero nuevamente que apareció con un fras­co en su mano derecha, quien me decía: «Sabes algo de química que se enseña en las escuelas de aprendizaje humano, observa ahora un químico suficientemente poderoso para cambiar las aguas del mar».

Entonces, vació su frasco sobre el mar y comenzó a descomponerse como la sangre de un hombre muerto, y murió cada alma viviente que moraba. Otras plagas siguieron pero me abstuve de registrarlas.

Una potencia extranjera había invadido la nación la cual, de cada señal humana, parecía haber tomado el control del gobierno y suplan­tado con monarquía. Estuve inmóvil ante lo que observaba, cuando una fuerza surgió en el oeste, la cual se declaró a favor de la constitu­ción en su forma original; a esta repentina fuerza le dio su fuerte apoyo cada persona devota de los derechos constitucionales y de libertad en la nación. La batalla se peleó ferozmente, pero las estrellas y las ban­das de colores flotaban sobre la brisa y ondeaban orgullosamente sobre la tierra, desafiaba la provocación de la oposición. Entre muchos es­tandartes, vi que estaba uno con la inscripción: «El gobierno basado en la constitución, ahora y para siempre»; en otro, «La libertad de la con­ciencia, social, religiosa y política».

Tenían la luz del evangelio, pero brillaba tenuemente debido a la abominación; ahora brotaba súbitamente con un brillo que llenaba la tierra. Las ciudades aparecían en cada dirección, una de las cuales, en el centro del continente, era una representación de la arquitectura como ciencia después del modelo de perfecciones eternas, cuyas torres resplandecían con la radianza que emana del brillo de las esmeraldas, rubís, diamantes y otras piedras preciosas colocadas en una mar­quesina de oro, y tan elaboradamente y expertamente arregladas como para desprenderse por brillantez la cual deslumhraba y hechizaba al ojo, excitba admiración entusiasmada por el desarrollo a un gusto por la belleza, lejos de lo que cualquier hombre haya concebido .. ,

Las proferías muestran relaciones entre la Tercera Guerra Mundial y la batalla interna en los Estados Unidos

El panorama profético parece indicar que habrá una Tercera Guerra Mundial, seguido por un conflicto interno en los Estados Unidos, y el regreso al condado de Jackson para el establecimiento de la Nueva Jerusalén. Algunas amonestaciones proféticas muestran la relación cronológica entre estos eventos.

Una visión declarada por el presidente Wilford Woodruff en el año de 1878 parece describir claramente este período. Había mostrado que esa gran desolación vendría sobre la tierra por una terrible enfermedad la cual mataría a mucha gente.  Independence, Missouri, EE.UU. [Condado de Jackson] sería destruido; la batalla interna [¿por falta de alimentos?] y gente luchando para llegar a las montañas; y finalmente el comienzo de la construcción de la Nueva Jerusalén; lo cual establece la relación cronológica e identifica la hora del cumplimiento.

El presidente Woodruff registró la visión en su diario personal,  el cual abarca otras numerosas revelaciones proféticas. Esto es lo que registró:

Me fui a la cama a la hora usual, nueve treinta en punto. Había es­tado leyendo el libro de Apocalipsis en francés. Mi mente estaba calmada, más de lo usual, lo que no era común. Me tranquilicé para dormir, pero sentí un estupor extraño que venía sobre mí y aparente­mente comencé poco a poco a estar inconsciente. Todavía no estaba dormido ni tampoco despierto, pero tenia un extraño sentimiento de no estar soñando.

Lo primero que reconocí fue que estaba en el tabernáculo de Ogden, Utah, EE.UU., sentado en la esquina por miedo a que me llamaran, lo cual, después de la segunda canción, ellos me llamaron al estrado. Me levanté para hablar y decir que no sabía que tenía algo especial para decir excepto el de compartir mi testimonio de la verdad de esta obra, cuando repentinamente me pareció que me estaba transportando fuera de mí. Dije, «Sí, tengo algo que decir, es esto: Algunos de mis her­manos presentes aquí me han preguntado que es lo que acontecerá. Les diré brevemente lo que sucederá.»

Entonces, estaba en Salt Lake City caminando por las calles. En partes de la ciudad y sobre la puerta de cada casa, vi una insignia de duelo, y no pude encontrar una casa que no estuviera en duelo. Pasé por mi casa y vi la misma insignia. Pregunté, «¿Yo soy quien esta muer­to?»

Algo me dio la respuesta, «No».

Me pareció extraño que no viera a ninguna persona en las calles en mi errante caminata por la ciudad. Parecía que ellos estuvieran en sus casas con sus enfermos y muertos. No vi ninguna procesión funeral o ninguna de esta clase, pero la ciudad estaba muy apacible y quieta como si la gente estuviese orando. Pareciera que la gente tuviese con­trol sobre la enfermedad, cualquiera que fuese, no lo sé, no se me mostró.

Entonces miré en todas direcciones sobre el territorio, este, oeste, norte y sur, y encontré la misma insignia en cada lugar.

Lo siguiente que supe es que estaba en éste lado de Omaha. Parecía que estuviese arriba de la tierra mirando hacia abajo sobre ella cuando me dirigía hacia el este. Vi que los caminos estaban llenos de gente, principalmente mujeres, con solo lo que ellas podían cargar en tajos sobre sus espaldas, viajando a pie hacia las montañas. Y me pregun­taba cómo podían llegar ahí con nada más que un tajo pequeño en sus espaldas. Fue trascendental para mí que hubiese tan pocos hombres entre ellas. Inclusive no me parecía ver pasar los trenes; las vías se miraban oxidadas y los caminos abandonados. Definitivamente, no concebía como había viajado mientras miraba a la gente de abajo.

Continuaba viajando hacia el este por Omaha y Council Bluffs, el cual estaba lleno de enfermedades y había mujeres por todas partes. Las calles de Missouri e Illinois estaban en conmoción y conflicto. Los hombres se mataban el uno al otro, y las mujeres se unían a la lucha. Familia contra familia estaban acuchillándose en pedazos la una a la otra de la manera más horrible que se pueda imaginar.

Después vi Washington, D. C. y encontré a la ciudad en desolación. La Casa Blanca estaba vacía, así como la Sala del Congreso. Todo es­taba en ruinas, y la gente parecía escapar de la ciudad y dejarla para cuidarse por sí misma

Estaba cerca de la ciudad de Baltimore, en la plaza donde se en­cuentra un monumento establecido en 1812 frente a San Carlos y de otros hoteles. La muerte estaba en todas partes. Vi sus cuerpos apilán­dose, llenando la plaza. Vi mujeres cortando las gargantas de sus propios hijos para beneficio de su sangre. Vi que la succionaban de sus venas para saciar su sed, y caían en las calles y morían.

Las aguas de la ciudad y la bahía Chesapeake estaban estancadas y salía hedor de ellas por la putrefacción de los cadáveres muertos, por lo que un poco de su olor traía la muerte.

Nuevamente no vi hombres, excepto por los muertos o los que se estaban muriendo en las calles. Había muy pocas mujeres y estaban locas o trastornadas o en un estado agonizante. Dondequiera que iba, veí a lo mismo en todas partes de la ciudad. Era horrible más allá de cualquier mente pudiera considerar.

Creí que era el fin; pero no lo era. Repentinamente en un instante estaba en Filadelfia donde todo estaba inmóvil. No había ninguna alma viva para darme la bienvenida. Parecía que la ciudad completa estaba deshabitada. En las calles de Arch y Chestnut, de hecho en cualquier parte, se veía la putrefacción de los cuerpos muertos así como un hedor que era imposible de soportar cualquier criatura viviente.

Después me encontré en Broadway en Nueva York. Parecía como si la gente hubiese hecho todo lo que pudo para combatir a la enfermedad. Pero al caminar errante en Broadway, vi los cuerpos de bellas mujeres tirados sobre las aceras, algunas muertas y las otras casi muertas. Vi a los hombres gateando y saliendo de los sótanos; y perturbando a las personas que estaban vivas, después las mataban y robaban los objetos valiosos que tenían los cuerpos muertos. Entonces, antes que pudieran regresar a los sótanos, se revolcaban en agonía una o dos veces y morían.

En algunas de estas calles, vi madres matando a su propia progenie y comiendo de su carne, y después de unos cuantos minutos morían. Y dondequiera que miraba, veía las mismas escenas de horror y desolación, rapiña y muerte. No había caballos, ni carruajes, ni ómnibuses, ni autos, nada que no fuese muerte y destrucción en todas partes.

Entonces, fui a Central Park, y miré hacia atrás, vi que un incendio iniciaba, y repentinamente vi que el poderoso viento del este se le­vantaba y llevaba las flamas al oeste sobre la gran ciudad. Y se quemó hasta donde no hubiese un solo edificio en pie; inclusive al borde de las aguas, muelles y barcas—todo parecía haberse quemado y consumido por la destrucción común. Nada se había dejado, solo la desolación de una gran ciudad que estaba allí anteriormente. El olor de los cuerpos que se quemaron era tan fuerte que alcanzaba una distancia grande hasta cruzar el rio Hudson, y en cualquier parte en donde los gases penetraban se dispersaba enfermedad y muerte.

No puedo relatar con palabras los horrores que parecían cubrirme, era mas allá de cualquier descripción o pensamiento que se haya con­cebido.

Supuse que era el fin, sin embargo se me dio a conocer que los mis­mos horrores que estaban aquí estaban en todo el mundo, en el este, oeste, norte y sur, que pocos vivos quedaban, pero todavía habían al­gunos.

Inmediatamente después, me parecía estar parado al lado izquierdo de la reserva del río de Missouri, opuesto a la ciudad de Indepen-dencesin embargo, no vi ninguna ciudad. Vi todo el estado de Illinois y Missouri, y parte de Iowa, un absoluto desierto, abandonado y de­spoblado.

Y entonces, vi a poca distancia desde río, doce hombres vestidos con túnicas del templo, parados en un cuadro o algo parecido. Entendí que representaban a las doce entradas de la Nueva Jerusalén. Y alzan­do las manos, estuvieron consagrando el suelo y colocando la piedra de fundación del templo.

Y mientras estaban ocupados, vi gran cantidad de ángeles flotando arriba y alrededor de ellos. Y escuché a los ángeles cantando la música más celestial. Palabras como: «¡Ahora está establecido el Reino de Dios y su Hijo, y reinará para siempre! ¡Y el Reino nunca será derri­bado, porque los Santos han triunfado!»

Vi a gente viniendo desde el río y de lugares distantes para con­struir el templo y la ciudad. Parecía que hubiera congregaciones de ángeles ayudando a traer material para la construcción de ese edifi­cio. Algunos vestían túnicas del templo, y in pilar, como una nube continuaban flotando sobre el lugar.

Posteriormente, me encontré en el tabernáculo de Ogden, donde la gente me llamaba para escuchar el bello acorde musical de ángeles, mientras el edificio parecía llenarse con ellos. Cantaban las palabras que había escuchado anteriormente: «¡Ahora está establecido el Reino de Dios y su Hijo, reinará para siempre!»

Me viré en mi cama y el reloj señalaba las doce. La visión había ocurrido entre las 9:30 p.m. y la media noche.

Aun mucha gente afuera de la Iglesia ha declarado manifestaciones y/o profecías acerca de la tercera guerra mundial.  Entre las cuales, se encuentra la escrita por la señora Sols Guardisto, la cual es de interés específico porque parece mostrar la relación cronológica y geográfica entre la tercera guerra mundial, el comienzo de la persecución religiosa reanudada contra los Santos, enfermedades y hambre en el continente, y el recogimiento de los Santos en lugares de refugio. La señora Guardisto visitó el templo de Cardston en dos ocasiones en el año de 1922, antes de la terminación y dedicación del edificio. De acuerdo a su descripción, cada vez que ella visitaba el lugar, recibía «fuertes emo­ciones» acerca de la construcción y de la futura función del templo. Ella las escribió en una carta, la cual se encontró en posesión del pres­idente Edward James Wood, el primer presidente de ese templo. Conservó la carta en su archivo familiar y también la puso a disposi­ción a otras personas. Una tesis de maestría de BYU (Universidad de Brigham Young) sobre la vida del presidente Wood, escrita por Melvin S. Tagg, un estudiante del College of Religious Instruction (Colegio del Instrucción Religiosa), reportó la manifestación en un apéndice. En su descripción,  ella menciona cómo observó a los primeros líderes de la Iglesia, en ese entonces muertos, quienes la instruyeron en el templo y le mostraron los futuros eventos. Entonces registró las emociones que se le concedieron con respecto a la futura guerra internacional y la bata­lla interna en América:

No puedo establecer el momento exacto de los eventos sucedidos excepto por las emociones que recibí, las cuales fueron del presente o futuro inmediato.

Primero vi un breve pero claro bosquejo del estado en que el mundo se encuentra actualmente, o como usted lo llame, los Reinos de los Gentiles. Cada país en turno mostraba su anarquía, hambre, ambiciones, desconfianza y actividades belicosas, etc., y en mi mente estaban formadas por alguna fuente las palabras, «Así como actual­mente es con los Gentiles».

Después vi la guerra internacional de nuevo estallar con su cede en el océano pacífico, pero arrollando y rodeando el globo completo. Vi que las fuerzas opuestas estaban divididas generalmente por lo que se llamaban Cristianismo de un lado y por los que se llamaban los seguidores de Mohamed y Buda en el otro lado. Vi que la gran fuerza del poder dentro de estas llamadas «Naciones Cristianas» era la Gran. Apostasía de Roma en todos los aspectos políticos, sociales y reli­giosos. Vi la desolación mundial y la devastación de la produccióny la muerte de la gente que ocurría más rápidamente y a una escala mayor nunca antes vista. Vi el comienzo de un antagonismo que se manifestaba en aquellas llamadas naciones Cristianas contra su pueblo. Vi aquellos de una fe similar a la suya en el lejano este comenzar a bus­car refugio en Palestina.

Vi la guerra del mundo internacional automáticamente estallar y las revoluciones nacionales ocurrir en cada país y concluir la obra de caos y desolación. Vi ocurrir disturbios geológicos, los cuales ayudaron en esta obra como si fueran hechos intencionalmente. Vi al templo de Cardston ser preservado de todo esta conmoción geológica. Vi que las líneas de las fronteras internacionales desaparecían cuando estos dos gobiernos rompían relaciones y se desvanecía el caos. Vi dis­turbios de razas sobre este continente americano a gran escala.

Vi hambre e inanición en el continente americano desarrollándose estos peligrosos elementos en gran número. Vi enfermedades causadas por el hambre, disensión y caos concluyendo el fin de esta orden actual o época. ¿Por cuanto tiempo estos eventos alcanzaron esta culmi­nación?, no lo sé. Pero me impresioné por el repentino estallido de la guerra internacional, estos eventos se desarrollaron en una continua secuencia, y casi se realizaron al mismo tiempo, como lo es con una en­fermedad, los múltiples síntomas son todos la evidencia de uno y surgiendo al mismo tiempo, pero en diferentes fases de desarrollo. Mi pensamiento intenso fue, «¿Qué le sucederá a la Iglesia si se convirtiera en el reino de la tierra?»

Este pensamiento inmediatamente fue contestado por una de­claración del subconsciente, «Como lo es en la iglesia actualmente», y vi que estos grandes seres espirituales por todo lo largo y ancho del aire, guiaban sus fuerzas espirituales y los concentraban sobre los altos ofi­ciales de su iglesia en la tierra. Vi a estas fuerzas espirituales trabajar como líderes de estos oficiales, persuadiéndoles y dirigiéndoles, influenciándoles y amonestándoles. Vi estas fuerzas espirituales comenzando a darles detalles de estas cosas a las mentes de sus elderes y a otros altos oficiales, especialmente durante sus devociones espirituales y tareas oficiales, y aquellas actividades que exaltan la mente individual o de grupos. Vi que tomaban efecto las emociones e in­spiraban a los hombres más receptivos y espirituales, hasta que todo claramente se les reveló en la forma en que los patriarcas espirituales lo anhelaban.

Nuevamente parecía escuchar las palabras, «Así será». Vi a los altos oficiales en concilio y bajo una guía inspirada darles instruc­ciones a su gente, para volver a santificar sus vidas y dar energía a su fe. Como una disciplina voluntaria, ellos mismos se abstenían de aque­llas formas de complacencias que abatían el cuerpo, debilitaban la mente y ucían el espíritu o malgastaban sus ingresos. Vi posteriormente, instrucciones dadas acerca de los lugares de refiigio que fueron preparados, calladamente, pero tan eficientemente por elderes inspi­rados. Vi a Cardston y las pequeñas colinas de los aledores, especialmente al oeste y norte, siendo preparados como un lugar de refiigio para su gente, en silencio pero apresuradamente.

Vi pozos artesianos y otras excavaciones de pozos en todo ese ter­ritorio, de tal forma que la gente de la Iglesia y su ganado pudiesen abastecerse de ellos cuando las aguas abiertas fuesen contaminadas y envenenadas. Vi los recursos de combustible del distrito extenderse en muchos lugares, y enormes montones de carbón y madera almacena­dos para ser utilizados y manufacturados para el futuro.

Vi los elderes, todavía bajo guía divina, aconsejar y fomentar la planeación de cada acre de tierra disponible en el distrito, de tal fonna que las grandes provisiones pudieran estar cerca al refugio. Vi las propiedades de la Iglesia bajo una cultura con cualidades extremada­mente diferentes a las demás, no para venta o utilidad, sino para el uso de la gente. Vi a los oficiales inspirados dando instrucciones de lo que serían las mejores cosechas a plantar y cultivar, no para obtener utilidad sino para almacenarlas y utilizarlas al tiempo de caos. Vi el territorio cuidadosamente estudiado y organizado en detalle para el campamen­to de un gran grupo de gente de la Iglesia. También vi provisiones hechas para una gran aglomeración de gente quien aún no pertenecía a la Iglesia pero quienes serían reunidos en momentos de tribulación. Vi grandes cantidades de equipo quirúrgico, medicinas, desinfectantes, etc., almacenadas en el sótano del templo. Vi que la inspiración era dada a los elderes cuando se examinaba la calidad, cantidad y variedad de cosas para ser almacenadas, lo cual no podía ser posible en este ter­ritorio durante momentos de caos. Vi el proceso de los preparativos de defensa y almacenamiento como se sugerían por el poder de inspiración. Vi a los elderes estudiando las organizaciones de los campamentos identificadas en mapas. Vi los corredores de minería uti­lizados como lugares de almacenamiento subterráneo; vi que se trazaban en silencio y apresuradamente la construcción de corrales y el estudio de colinas en lugares remotos para el ganado, las ovejas, etc.

Vi los planes y las tareas para la organización de hombres solteros, scauts, seguridad, enfermeros, cocineros, mensajeros, niños, líderes, personal de seguridad del templo, etc. Vi toda clase de preparativos que se llevaban a efecto sin que el mundo de los Gentiles prácticamente lo supiese, excepto por la Gran Apostasía cuyo conocimiento y odio iba más allá de su poder temporal. Esto se llevaba a efecto sección por sec­ción, como los elderes fueron instruidos para el beneficio del refugio.

Vi a otros oficiales obedecer las instrucciones inspiradas, llevando sus mensajes y exhortando a su gente a seguir las revelaciones que se les habían dado. En cualquier parte del mundo Gentil el caos se de­sarrollaba en una variedad de facetas; rebelde contra rebelde, nación contra nación; pero todos se oponían en forma abierta o secreta a su pueblo de su fe. Vi a su pueblo unirse poco a poco cuando esto comen­zaba a ser más intenso y el poder espiritual les advertía por medio de la boca de sus elderes y otros oficiales. Vi las fuerzas espirituales tener influencia en estos miembros, quienes se habían apartado, para volver al redil. Vi un gran evento que nunca antes había visto. Vi grandes can­tidades de necesidades que habían sido proveídos por miembros cuyos ojos espirituales habían sido abiertos. Vi la liquidez de propiedades y posesiones realizarse calladamente y apresuradamente por los miem­bros de la Iglesia, mientras las autoridades espirituales los dirigían.

Vi el llamado inspirado enviado a toda la Iglesia para reunirse en los refugios de Sión. Vi el continuo flujo de su pueblo dirigiéndose si­lenciosamente a sus refugios. Vi a su pueblo mudándose rápidamente y en gran número hasta que todos los rezagados estaban hospedados. Vi los mensajes transmitirse de un refugio de Sión a otro en diversos lugares diciendo «todo estaba bien en el mundo». Y entonces, la ob­scuridad del caos se cerró alrededor de las fronteras de su pueblo, y los últimos días de tribulación habían comenzado.

Como otras amonestaciones proféticas registradas en este capítulo, la anterior no se establece como «doctrina». El lector esta invitado a de­terminar su validez buscando verificar lo revelado, como se debe hacer con cualquier revelación espiritual.

En resumen, con relación a las profecías de una Tercera Guerra Mundial, se debe observar que numerosas amonestaciones proféticas predicen su realidad. Ellas afirman que América será atacada por Rusia y los de la religión musulmana, y sus aliados, y que la guerra tendrá un extremadamente alto índice de victimas. Las bombas serán arrojadas en ambos países, y es sensato pensar que serán utilizados armamentos nucleares y/u otras armas de destrucción masiva. Algunas de las revelaciones citadas parecen describir los grandes efectos a nivel nacional de enfermedades y destrucción por radiación y/o armas bi­ológicos. Muchos espías terroristas y traidores serán descubiertos dentro de los Estados Unidos. La guerra será sumamente perjudicial para Norte América, entonces Dios intervendrá y llevará la guerra a un fin victorioso para Norte América y sus aliados, mientras tanto sus en­emigos caerán hasta ser derrotados, para nunca más levantarse nuevamente con tal poder. La senda será abierta a la obra misional para que crezca en Rusia, lo cual indica que la guerra será una «Guerra Preparatoria», antes de que se cumpla el «tiempo de los Gentiles». Ala guerra le seguirá un período de caos en el cual los gobiernos caerán y la anarquía prevalecerá, en los Estados Unidos y en el resto del mundo.

Rusia todavía está preparada para la guerra

Por varias décadas, Rusia se ha preparado militarmente para futuras guerras. La prisa que tienen por ser superiores militarmente se ha hecho más y más obvio; más que tan solo la protección de la tierra de Rusia. El día vendrá cuando sus máximas fuerzas sean empleadas para con­quistar y no sólo para defenderse.

Muchos americanos rehusan aceptar las señales de las intenciones de Rusia. El Secretario de Defensa de los Estados Unidos, James Schlesinger, explicó la actitud apática que prevalece en la nación:

Nosotros como nación estamos dándonos el lujo de estar dentro del síndrome del avestruz, escondiendo nuestras cabezas en la tierra y no observando lo que esta sucediendo a nuestro aledor.

Los soviéticos han incrementado su organización militar en más de cuatro millones de hombres … En recientes años, han producido cua­tro veces más personal de combate marino y terrestres de lo que nosotros hemos hecho. Están produciendo 70 porciento más de aviones estratégicos. El equipo de fuerzas terrestres es de una proporción de producción de siete y ocho a uno. . .

Lo que nosotros estamos haciendo es escapar de la realidad?»‘

Corresponsales muy bien informados están profundamente preocu­pados acerca del crecimiento militar ruso y están alzando sus voce acerca del peligro que crece en la nación. Antes de que dejara su cargo como Secretario de Defensa en enero de 1977, Donald Rumsfeld dijo:

La balanza de poder que gradualmente ha cambiado en los últimos 10 a 15 años ha sido «indudablemente adverso» para los Estados Unidos.

Rumsfeld dijo que las difundidas fuerzas soviéticas nucleares y las poderosas fuerzas convencionales han incrementado las alternativas de los soviéticos. Sugirió que la prolongación de esa tendencia podría con­vencer a los soviéticos a confrontar a los Estados Unidos en un área de interés nacional americana.

Los reportes de inteligencia se hicieron públicos cuando se dijo que a pesar que el presupuesto militar ruso se había incrementado a una tercera parte entre 1965 y 1975, el gasto de armamentos de los Estados Unidos había disminuido por una cantidad similar desde la alta época de guerra de 1968.

Un reporte por el Centro de Información de Estrategia Nacional ad­virtió que nunca más había habido un peligro militar más grande en la nación que el actual:

«En términos de capacidades explícitas militares soviéticas . . . la amenaza global militar de los Estados Unidos nunca más había sido tan grande en este siglo «.

«La postura actual y planeada de la defensa de los Estados Unidos no es la adecuada para confrontar la amenaza de la Unión Soviética», el reporte establece: Se estimó que los gastos militares rusos han au­mentado dramáticamente al equivalente de al menos $130 billones de dólares U.S. en un año.

«Mientras tanto,» el reporte dice, «los Estados Unidos ya no han es­tado invirtiendo en defensa debido a un proceso sutil de los recortes de presupuesto por el congreso … y los requisitos administrativos inadecuados para el gasto de defensa.»

Desde 1971, el centro de estudio estableció: los recortes de pre­supuesto por el congreso y la inflación han reducido los recursos de defensa de los Estados Unidos por $45 billones de dólares (US).

El porcentaje anual de los gastos en armamentos de Rusia ahora ex­cede a los más altos de Alemania cuando Adolfo Hitler estaba preparándose para la invasión Nazi europea:

La década pasada, Rusia había estado gastando anualmente 20% de su producción nacional bruta en armamento, el anterior líder de In­teligencia de Defensa dijo.

Por el contrario, Lt. Gen. Daniel O. Graham, quien se jubiló el 3 de noviembre, dijo a los reporteros que esto es más de tres veces de lo que se ha estado estimado anteriormente por la inteligencia de los Estados Unidos.

El gasto en armamentos más alto de Adolfo Hitler en su programa preparatorio de la Segunda Guerra Mundial, «armas, no mantequi­lla», solo alcanzó el 19% de la PNB (Producción Nacional Bruta) de Alemania. Los Estados Unidos este año están presupuesta/ido para la defensa a lo mucho el 5.4%

El Instituto para Estudios Estratégicos, en un «análisis sobre estrate­gia, 1975», reportó:

El balance numérico ha cambiado su posición en contra del oeste durante el paso de los años y la ventaja cualitativa (del este) podría gradualmente ser reducida si continúa la tendencia actual en la adquisición de armamento soviético. «El rápido desarrollo en el incre­mento gradual de armamentos soviéticos presenta un riesgo mayor a causa del crecimiento del escepticismo… sobre las intenciones a largo plazo de los soviéticos.

Otros, alrededor del mundo, están advirtiendo que las intenciones rusas son para declarar la guerra. Particularmente China ha expresado estos temores:

Rusia, con todas las acostumbradas intenciones, está en una posi­ción de combate. El ejército se ha estado incrementando hasta 4.3 millones de hombres. El colapso del programa de la edificación naval se ha acelerado.

Pekin aterrorizado insiste que la expansión de los militares rusos no es primordialmente para propósitos de negociaciones diplomáticas y que las intenciones de Rusia son para hacer la guerra.

Ciertamente, los chinos establecen que Leonid Breztnev ya esta conduciendo la guerra a través de pequeñas naciones suplentes y que por lo tanto él esta ganándoles.

Desde Londres viene esta advertencia con relación al crecimiento acelerado de la fuerza naval rusa, de la prestigiosa publicación anual de fuerza naval «Jane’s Fighting Ships» se establece:

Rusia ha gastado y construido más rápido que los Estados Unidos por un 50% o más en la construcción en barcos de guerra desde la dé­cada pasada; y ahora tiene una fuerza naval provocativa la cual, en el criterio del manual de autoridad internacional, «ha desarrollado más de los requerimientos legítimos de la defensa nacional. ..

La advertencia que una fuerza naval construida a la escala de Rusia solo puede ser para una «acción agresiva», el Capitán Moore compara los problemas de la fuerza naval de los Estados Unidos con­tra «las muy elocuentes manifestaciones y algunas veces los esfuerzos deshonestos evidentes de un gran numero de gente con influencias quien ve su misión en la vida como el entorpecer las defensas de América.'»

Las voces de la editorial también están advirtiendo que Rusia esta rápidamente excediendo a los Estados Unidos en un armamento com­petitivo. Aunque los Estados Unidos mantuvieron previamente una superioridad clara, ahora las dos fuerzas son consideradas de igual equivalencia aproximadamente. Sin embargo, dentro de unos pocos años, Rusia habrá ganado una superioridad clara e indiscutible. Una edi­torial tradicional proporciona la siguiente advertencia:

No debieron haber tenido oportunidad los lideres de defensa para impresionar al Congreso y a la nación que los Estados Unidos están atrasados con respecto al poder militar ruso.

El Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld pronunció esa adver­tencia esta semana, sin embargo declaró que los Estados Unidos todavía tienen una «equivalencia desigual» con Rusia.

Sin embargo, advirtió que si las tendencias actuales continúan, los Estados Unidos definitivamente se desplazarían al No. 2 entre los poderes del mundo, con alcances peligrosos para la estabilidad inter­nacional.

Fue lo mismo que James R. Schlesinger estaba diciendo el año pasado cuando fue despedido por el presidente Ford, aparentemente por haber sido muy estrepitoso en su oposición al recorte acentuado en el presupuesto de defensa.

Esa preocupación también ha sido expresada por el general de la Fuerza Aérea, George S. Brown, presidente de la Comisión de Directores de Personal. «Creemos que el poder de la fuerza militar de los Estados Unidos … es ahora capaz,» dijo el general Brown. «Pero estamos grandemente preocupados acerca de las tendencias militares adversas y lo que ellos pretenden para el futuro.

Estas preocupaciones están basadas por un reciente estudio realiza­do por la Biblioteca del Congreso requerido por el Senador de Iowa, John Culver, un demócrata liberal. En el se muestra que los Estados Unidos y Rusia están aproximadamente igual en estrategia de poder nuclear en general. Sin embargo Rusia esta a la cabeza significativa­mente en armamento convencional tal como tanques, submarinos de ataque y fuerzas armadas en general. . ..

Los críticos han señalado, y están en lo correcto, que la defensa en general no es solo una comparación de pistola contra pistola y hombre con hombre. Por ejemplo, los Estados Unidos tienen un poder económico tremendo y habilidades tecnológicas las cuales deben estar incluidas en el balance.

La inconveniencia aquí es que mientras tales ventajas podrían ser tomadas para resistir una guerra convencional, ellas podrían ser casi insignificantes en una guerra nuclear.

Con Rusia gastando una estimación de 40% más que los Estados Unidos en defensa, ahora parece ser un momento inapropiado para tratar de recortar el gasto para preparación de los Estados Unidos.

Numerosas comparaciones se han publicado con relación a las ca­pacidades militares de Rusia y Norte América, con el objeto de advertir la posición peligrosa que se va incrementando en la nación. Las esti­maciones cambian en períodos cortos, mientras la carrera de las armas continúa en expansión, sin embargo la siguiente declaración es un ejem­plo típico:

Si está convencido que la Unión Soviética no va a atacar los Esta­dos Unidos a pesar de todo, no continúe leyendo.

Si por el contrario, está preocupado acerca de la posibilidad de nuestra postura desalentadora comparada con el poder militar que crece en Rusia, lo siguiente pudiese darle tranquilidad:

Principio: Los Estados Unidos, por primera vez en la historia, se encuentran casi desnudos a los ataques de bombas y misiles.

Todos los misiles antiaéreos (los cohetes Nikes y Bornare que pro­tegen nuestras ciudades por casi dos décadas) han sido retirados.

Todos los misiles antibalísticos de los Estados Unidos, (ABMs) han sido desmantelados.

Por el contrario, los Rusos actualmente tienen aproximadamente 12.000 misiles antiaéreos, con un sitio «Galosh» ABM aledor de Moscú.

Los Estados Unidos actualmente tienen al menos 33 jets intercep­tores y casi todos tienen de 10 a 20 años. Rusia reportó que tenía 2.600 jets interceptores, todas son naves modernas y de primera línea.

Principio: Rusia sobrepasó a los Estados Unidos en el número de lanzamientos de misiles en 1971, y ahora dirige cerca de 500. Rusia so­brepasó a los Estados Unidos en el número de misiles balísticos intercontinentales en 1969 y ahora dirige cerca de 500. Se logró una igualdad aparente en el número de submarinos, lanzando misiles balís­ticos el año pasado.

Los misiles rusos son más grandes substancialmente y capaces de cargar cantidades mucho más grandes, mucho más destructivos arma­mentos. Por ejemplo, los SS-9 ICBM rusos cargan un misil nuclear igual a 25 millones de toneladas de TNT. Y el nuevo SS-18 puede descargar un misil inclusive más grande o misiles pequeños al mismo tiempo.

Juntos, los misiles rusos pueden descargar cerca de 7.5 veces de fuerza destructiva sobre blancos americanos que los misiles de los Es­tados Unidos pueden descargar.

No obstante, los rusos han desarrollado un sistema de bombardeo orbital dividido en el cual primero los ICBMs son colocados en órbita, luego son llevados hacia el blanco. El sistema proporciona a los misiles un rango virtualmente ilimitado. Los Estados Unidos no cuentan con una capacidad similar.

Principio: Los nuevos silos de lanzamientos soviéticos tienen una capacidad llamada «lanzamiento frío». Esto significa que los misiles pueden ser lanzados de sus silos por gas comprimido (de la manera en que los misiles americanos Polaris son lanzados desde sus tubos submarinos) y encendiendo los motores de los cohetes solo después de que los misiles salgan del silo.

Esta técnica deja a un silo de misil sin ser dañado por la flama y por el calor parcial del cohete, listo para ser utilizado al instante. Por lo tanto, Rusia podría dar la apariencia de adherirse a las restricciones de acuerdos en cuanto a las limitaciones de armamentos estratégicos (SALT). y todavía almacenar misiles adicionales listos para volver a cargarlos instantáneamente.

Los silos americanos Minuteman y Titán II son dañados por un lan­zamiento y no cuentan con tal capacidad de recarga rápida.

Principio: Rusia ahora tiene una capacidad insuperable para con­ducir una guerra química. El secretario de defensa, Donald Rumsfeld calificó a esta capacidad «particularmente inquietante ya que no poseemos una capacidad similar».

Principio: Rusia tiene 4.4 millones de miembros activos en sus fuerzas armadas y 6.8 millones de hombres en reserva, dando un total de 11.2 millones. Los Estados Unidos tiene 2.1 millones de miembros activos de servicios armados y 1.8 millones de hombres en reserva, incluyendo los hombres de la Guardia Nacional, dando un total de 3.9 miñones.

Los rusos también tienen 42.000 tanques contra nuestros 9.000; al menos 15.000 piezas de artillería contra nuestras 6.000, y al menos 35.000 vehículos blindados y otros vehículos para batalla contra nuestros 22.000.

De acuerdo al Departamento de Defensa y otras fuentes, Rusia esta a la cabeza de los Estados Unidos en cada área aparentemente mayor a la fuerza militar, aunque algunas armas americanas todavía son superiores tecnológicamente.

El concepto de «contragolpe», o DMS («Destrucción Mutua Segura», una suposición que ni el mayor poder nuclear puede arriesgar a iniciar una guerra nuclear debido a las pérdidas que ambos lados, en última instancia sustentarán, y podría ser muy desbastante) esta siendo desafiado.

Los observadores indican que los rusos no han aceptado la validez de esa teoría, solo los americanos la creen:

La diferencia esencial y peligrosa entre la respuesta de los ameri­canos y los rusos a la aterradora posibilidad de la guerra nuclear es que los americanos realmente creen que ningún intercambio ocurrirá; porque la nación no se arriesgará a su propia destrucción; pero los rusos «nunca han aceptado el concepto de ‘contragolpe’ o el concepto de ‘destrucción mutua segura’. Por otra parte, el énfasis de los rusos ha sido Incluir por la supervivencia pero también en la posibilidad de vic­toria si una guerra nuclear ocurre. «

Un reporte recibido por el Comité de Servicios de la Casa Armada en 1976, basado en estimaciones de la actual capacidad de defensa civil rusa y de la actual insuficiencia en la defensa de los Estados Unidos, presentó serias discrepancias en anomalías:

La división recibió estimaciones verdaderante alarmantes … al comparar el número de víctimas en un ataque nuclear si los rusos eva­cúan a su gente durante un período de crisis y nosotros hacemos lo mismo: los rusos perderían cerca de 10.5 millones de gente: los Esta­dos Unidos perderían cerca de 90 millones de gente.

Los líderes militares ahora han reconocido que «Rusia ha mejorado su defensa civil al punto en que podría ser dañada en lo más mínimo en una guerra nuclear . . . las capacidades de defensa civil rusas son tan extensas que en una guerra nuclear la nación podría reducir el número de muertes cerca de 10 millones de personasmenos que el número de muertes en la Segunda Guerra Mundial. . . . Los Estados Unidos no tienen aparentemente la capacidad de defensa civil y tomaría 10 veces el mismo número de víctimas en un ataque.»

Un estudio publicado a mediados de 1977 estableció con mucha su­tileza la estimación de victimas en un holocausto nuclear, y enfatizó la insensatez de confiar en una estrategia que asume que cada bando sea capaz de destruir aparentemente al otro. El estudio de Jones midió fa­talidades potenciales bajo un escenario arbitrario en el cual los soviéticos hacen su primer ataque nuclear contra los porta misiles es­tratégicos de los Estados Unidos y las revanchas inmediatas de los Estados Unidos con un ataque nuclear específicamente diseñado para la exterminación de la población. Se predice en tan solo 4 millones de fatalidades rasas. Sin embargo, en una situación opuesta, la pérdida de los Estados Unidos se estima en 72 millones:

El estudio establece que bajo «una evacuación completa de acuerdo con los estatutos de la defensa civil soviética» el número de fatalidades en un ataque vengativo sería de por lo menos 4 millones—aún menor, si en 24 horas la evacuación se prolonga.

Pero los Estados Unidos actualmente no tienen un plan para «refu­gios eficaces». Ciertamente la defensa civil ha estado perdiendo la solemnidad de DMS (Destrucción Mutua Segura), el concepto de pre­vención y la mitología del «contragolpe» (poder nuclear innecesario).

Consecuentemente, en el caso contrarioun primer ataque ameri­cano contra los portadores de misiles rusos, y la revancha rusa diseñada únicamente para exterminar gente {el estudio predice 72 millones de muertes en los Estados Unidos. Lo que es aún peorsi cualquier cosa pudiera serlo) es que inclusive si la gente americana tiene acceso a los «refugios oportunos», el estudio predice que todavía podrían ser de 20 millones de muertos.

Ambos resultados catastróficos asumen que 90% de la población urbana tiene 24 horas para salir de la ciudad; que las evacuaciones toman máxima ventaja en las casas residenciales para protección de ataques nucleares; y que el 10% de lo que queda en las ciudades hacen un «uso óptimo» de los refugios diseñados para ataques nucleares (tales como subterráneos para trenes ligeros) como un pequeño recurso en una tragedia.

Una razón de estas altas y espantosas estimaciones es el tamaño de las armas nucleares rusas, con muchos más altos rendimientos en fuerza explosiva y en radiación, más que los misiles de largo alcance de los Estados Unidos.

Los números son sorprendentes. Un refugio protegería a un ciu­dadano ruso en una milla desde el punto de impacto de un misil americano de tamaño mediano (un submarino Poseidon—como arma de lanzamiento), mientras que un refugio daría protección sólo a tres millas del punto de impacto en unmegatón mediano (millones de toneladas de TNT equivalente) de un misil ruso.

El estudio cabalmente sugiere esta conclusión: «Si este modelo al­tamente exagerado . . . no puede producir niveles de victimas mucho más grandes que aquellos en guerras pasadas, entonces el concepto de ‘población cautiva’ de mutua prevención pierde mucho de su cibili-dad.» Rusia sufrió 20 millones en tragedias en la Segunda Guerra Mundial, cinco veces más que si sufriera en el supuesto ataque nuclear americano dirigido únicamente a los rusos.

Por lo tanto, Rusia se está preparando rápidamente para la guerra, por medio de la producción acelerada de armas y por un programa in­tenso de defensa civil. El balance del poder esta rápidamente  cambiando en favor a los rusos y parece que ellos podrían llevar a sus victimas a los niveles que ellos pudieran considerar aceptables, si ini­ciaran una batalla nuclear (las persecuciones internas a los ciudadanos rusos en el pasado indican que el gobierno no tiene una alta consideración por las vidas de su pueblo).

Si Rusia adquiere una superioridad militar definitiva, el escenario podría ser bien establecido para el cumplimiento de muchas profecías citadas anteriormente en este capítulo.

Las proferías de conflictos internos en las Amérícas

Las escrituras hablan expresamente de un período de contiendas y batallas internos en los Estados Unidos y el resto de las Américas. Sumamente interesantemente, la mayoría de las profecías de las escri­turas de esta futura batalla fueron todas declaradas por el Salvador mismo cuando visitó a los Nefitas y Lamanitas en América siguiéndole su resurrección. Aunque ellas han sido consideradas previamente en esta obra, merecen nuevamente su atención con un énfasis diferente, porque el Señor da en estas profecías una explicación de como los Lamanitas podrían recuperar muchas de las Américas como la tierra de su herencia. Este es el mensaje profético del Salvador:

Pero ¡ay de los gentiles incrédulos!, dice el Padre—pues aun cuan­do han venido sobre la superficie de esta tierra, y han dispersado a mi pueblo que es de la casa de Israel; y han echado de entre ellos a mi pueblo que es de la casa de Israel, y lo han hollado;

y a causa de las misericordias del Padre para con los gentiles, así como de los juicios del Padre sobre mi pueblo que es de la casa de Is­rael, de cierto, de cierto os digo que después de todo esto, y luego que yo haya hecho que los de mi pueblo que son de la casa de Israel sean heridos, y afligidos, y muertos, y que sean echados de entre ellos, y que sean aborrecidos por ellos, y sean entre ellos objeto de escarnio y oprobio—

y así manda el Padre que os diga: El día en que los gentiles pequen contra mi evangelio, y rechacen la plenitud de mi evangelio, y se en­vanezcan por el orgullo de su corazón sobre todas las naciones y sobre todos los pueblos de la tierra, y estén llenos de toda clase de mentiras, y de engaños, y de maldades, y de todo género de hipocre­sía, y asesinatos, y supercherías sacerdotales, y fornicaciones, y abominaciones secretas; y si cometen todas estas cosas, y rechazan la plenitud de mi evangelio, he aquí, dice el Padre, retiraré la plenitud de mi evangelio de entre ellos.

Y entonces recordaré mi convenio que he concertado con los de mi pueblo, oh casa de Israel, y les llevaré mi evangelio.

Y te mostraré, oh casa de Israel, que los gentiles no tendrán poder sobre ti, antes bien me acordaré de mi convenio contigo, oh casa de Is­rael, y llegarás al conocimiento de la plenitud de mi evangelio.

Pero si los gentiles se arrepienten y vuelven a mí, dice el Padre, he aquí, serán contados entre los de mi pueblo, oh casa de Israel.

Y no permitiré que los de mi pueblo, que son de la casa de Israel, vayan entre ellos y los huellen bajo sus pies, dice el Padre.

Pero si no se vuelven a mí, ni escuchan mi voz, yo les permitiré, sí, permitiré que los de mi pueblo, oh casa de Israel, pasen por en medio de ellos y los huellen, y serán como la sal que ha perdido su sabor, que desde entonces para nada es buena sino para ser arrojada y hollada bajo los pies de mi pueblo, oh casa de Israel.

De cierto, de cierto os digo que así me ha mandado el Padre: Que dé a este pueblo esta tierra por herencia.

Nuevamente, en 3 Nefi 20, el Salvador habló de la batalla interna en América lo cual podría servir para restablecer las Américas a los Lamanitas como la tierra de su herencia. Será en la misma época en que la espada del juicio de Dios caerá «sobre todas las naciones de los Gen­tiles».

El dijo que iba a ocurrir en el momento cuando Dios pudiera com­pletar «el cumplimiento del convenio» que había hecho con la Casa de Israel. Esta fue su profecía:

Y entonces los restos, que estarán dispersados sobre la faz de la tierra, serán recogidos del este y del oeste, y del sur y del norte; y serán llevados al conocimiento del Señor su Dios, que los ha redimido.

Y el Padre me ha mandado que os dé esta tierra por herencia.

Y os digo que si los gentiles no se arrepienten después de la bendi­ción que reciban, después que hayan dispersado a mi pueblo,

Entonces vosotros, que sois un resto de la casa de Jacob, iréis entre ellos: Y estaréis en medio de aquellos que serán muchos; y seréis entre ellos como un león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella v despedaza, y nadie las puede librar.

Tu mano se levantará sobre tus adversarios, y todos tus enemigos serán talados.

Y yo recogeré a mi pueblo como el hombre que junta sus gavillas en la era.

Porque haré a mi pueblo, con el cual el Padre ha hecho convenio, sí, tu cuerno yo haré de hierro, y tus uñas de bronce. Y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagraré al Señor sus riquezas, y sus bienes al Señor de toda la tierra. Y he aquí, yo soy quien lo hago.

Y sucederá, dice el Padre, que en aquel día la espada de mi justicia se cernerá sobre ellos; y a menos que se arrepientan caerá sobre ellos, dice el Padre, sí, sobre todas las naciones de los gentiles.

Y acontecerá que estableceré a mi pueblo, oh casa de Israel.

Y he aquí, estableceré a este pueblo en esta tierra, para el cumpli­miento del convenio que hice con Jacob, vuestro padre; y será una Nueva Jerusalén. Y los poderes del cielo estarán entre este pueblo; sí, yo mismo estaré en medio de vosotros.

Una tercera declaración profética hecha por el Salvador durante su aparición en las Américas describe la futura batalla en detalle. Muestra a los Lamanitas cuando conquistan a sus enemigos, destruyendo la transportación, fortaleza militar y también las ciudades:

Y los de mi pueblo, que son un resto de Jacob, estarán en medio de los gentiles, sí, en medio de ellos como león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual,
si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar.

Tu mano se levantará sobre tus adversarios, y todos tus enemigos serán talados.

Sí, ¡ay de los gentiles, a menos que se arrepientan! Porque sucederá en aquel día, dice el Padre, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus cairos; y talaré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus plazas fuertes;

y exterminaré de tu tierra las hechicerías, y no tendrás más adivinos;

tus imágenes grabadas también destruiré, así como tus esculturas de en medio de ti, y nunca más adorarás las obras de tus manos;

y arrancaré tus bosques de entre ti, y asolaré tus ciudades.

Y acontecerá que todas las mentiras, y falsedades, y envidias, y con­tiendas, y supercherías sacerdotales, y fornicaciones, serán extirpadas.

Porque sucederá, dice el Padre, que en aquel día talaré de entre mi pueblo a cualquiera que no se arrepienta y venga a mi Hijo Amado, oh casa de Israel;

Y ejecutaré venganza y furor sobre ellos, así como sobre los paganos, tal como nunca ha llegado a sus oídos.

El profeta Mormón, mientras registraba la destrucción final de los Nefitas, repentinamente miró hacia adelante en el tiempo a los últimos días y amonestó a los Gentiles de aquella época, y les dijo que deberían arrepentirse o serían atacados por el «resto de la posteridad de Jacob». Él predijo que si esto ocurriese, «no haya nadie para librar»:

Y entonces, oh gentiles, ¿cómo podréis hallaros ante el poder de Dios sin que os arrepintáis y os volváis de vuestros inicuos caminos?

¿No sabéis que estáis en las manos de Dios? ¿No sabéis que él tiene todo poder, y que por su gran mandato la tierra se plegará como un rollo?

Por tanto, arrepentios y humillaos ante él, no sea que se levante en justicia contra vosotros; no sea que un resto de la posteridad de Jacob vaya entre vosotros como león, y os despedace, y no haya nadie para librar.

La «Profecía sobre la guerra», dada a través de José Smith en 1832, se refiere a este período y advierte que «los que hayan quedado en la tierra se movilizarán y se irritarán extremadamente y hostigarán a los gentiles con severa aflicción. «

Los Santos indignos, quienes contaminen su herencia en los últimos días durante la época de la Nueva Jerusalén, podrían también sentir la ira del regreso de los Lamanitas si no viven dignamente. El Señor ha amonestado:

. . . fueron puestos para ser una luz al mundo, y ser los salvadores de los hombres;

y por cuanto no son salvadores de hombres, son como la sal que ha perdido su sabor, y entonces no sirve sino para ser echada fuera y ho­llada por los hombres.

Mas de cierto os digo, he decretado que vuestros hermanos que han sido esparcidos vuelvan a las tierras de su herencia y edifiquen los lu­gares asolados de Sión.

Porque tras mucha tribulación, como os he dicho en un man­damiento anterior, viene la bendición.

He aquí, ésta es la bendición que he prometido después de vuestras tribulaciones y las de vuestros hermanos: Vuestra redención y la re­dención de vuestros hermanos, sí, su restauración en la tierra de Sión para establecerse, y nunca más ser derribados.

No obstante, si profanan sus heredades, serán derribados; porque no los perdonaré si las profanan.

Los profetas modernos han dicho mucho acerca de este período de batallas internas, indicando que habrá una escena de conflictos locales, populachos y anarquía que llenará la tierra. Carencia de aumentos y la interrupción de la manufactura local, como resultado de un caos económico, han sido relacionados a este período. Ya se citó la visión de José Smith en la cual se estableció, «Veo a los hombres acosando las vidas de sus propios hijos y el hermano asesinando a su hermano, la mujer matando a sus propias hijas, y las hijas buscando por la vida de sus madres. Vi ejércitos peleando contra ejércitos. Vi sangre, deso­lación y fuego. «

También se hizo referencia a la amonestación de Orson Hyde en la cual dijo: «¡estará el hombre blanco del norte y el hombre blanco del sur peleando por pan para sus esposas e hijos!»

Orson Pratt dijo con relación a la batalla interna:

Habrá una guerra de vecino contra vecino, ciudad contra ciudad, pueblo contra pueblo, condado contra condado, estado contra estado, e irán destruyendo y serán destruidos, y la manufactura, en gran medi­da, se detendrá por un tiempo en la nación Norte Americana. ¿.Por qué? Porque en estas guerras terribles, ellos no serán privilegiados para elaborarla, habrá demasiado derramamiento de sangre, populachos, disturbios dirigidos por bandas, y destrucción y saqueo al país para permitir a la gente tratar de alcanzar cualquier vocación local a cualquier grado de seguridad. ¿ Qué es lo que pasará a millones de agricultores en la tierra? Dejarán sus cultivos y permanecerán sin cul­tivar, y huirán adelante de los ejércitos que vengan de lugar en lugar a destruirlos;. . .

También él advirtió:

«¡Qué! Esta gran y poderosa nación de nosotros será dividida una parte en contra de la otra y ¡muchos cientos de miles de almas serán de­struidas por las guerras civiles! Ninguna palabra de esto creerían ellos. Ellos no creen de lo que todavía esta en el futuro … Vendrá el tiempo cuando no habrá seguridad para tratar de obtener paz en cultivos o en la agricultura. Sin embargo, estos serán olvidados, y la gente pensará que es necesario ir de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo y escapar por sus vidas.

Brigham Young enseñó que había escuchado a José Smith decir:

Ellos tendrán muchísimos populachos, si no se remedia sus errores en contra de los Santos de los Últimos Días. El populacho no dis­minuirá, mas se incrementará hasta que todo el gobierno se convierta en un populacho, y eventualmente será estado contra estado, ciudad contra ciudad, vecindario contra vecindario.

Entonces extendió la declaración diciendo que «será cristiano contra cristiano, y hombre contra hombre, y aquellos quienes no tomen la es­pada contra su prójimo tendrán que huir a Sión.»

El presidente John Taylor amonestó diciendo:

… Dios extenderá su mano sobre esta nación, y ellos la sentirán te­rriblemente como jamás la hayan sentido. Habrá más derramamiento de sangre, más ruina, más devastación como jamás se haya visto . . . Todavía vendrá un sonido de guerra, dificultades y pesares, en los cuales el hermano estará en orden de batalla contra el hermano, padre contra hijo, hijo contra padre, una escena de desolación y destrucción que se saturará nuestro país hasta que sea terrible escuchar aun su rumor.

Así es evidente que los profetas modernos hayan estado completa­mente enterados de la venida de una batalla interna, y hayan advertido repetidamente de sus efectos devastadores sobre la nación.

Aunque sus amonestaciones no serán repetidas aquí, debe obser­varse que hay actualmente muchos Santos de los Últimos Días quienes han recibido indicios proféticos acerca del trabajo que ellos realizarán en esa época. Estas señales han venido en bendiciones patriarcales, re­velaciones personales, o en ambas. Ha sido el privilegio del autor hablar con algunas de estas personas, en ocasiones entrevistándolas intensa­mente. Es obvio que Dios esta dirigiendo a su pueblo a muchos niveles en el tiempo en que este período tumultuoso se aproxime.

Los Santos de la Nueva Jerusalén asumirán el poder político cuando se acabe el gobierno de los Estados Unidos

Es a menudo respondida la pregunta, «¿Aguantará la nación de Norte América?» La respuesta descrita por los profetas es ¡sí! El poder político y la unidad que seguirá la época de batallas internas eventual-mente serán restablecidos y las naciones Norte Americana serán nuevamente la mejor entre las naciones de la tierra.

Sin embargo, los profetas han enseñado claramente que habrá un cambio completo de gobierno. Washington, D.C., EE.UU., ya no será la capital. La actual burocracia nacional tendrá su fin. La batalla interna destruirá el sistema actual de gobiernos y establecerá la senda para el politizado reino de Dios,  y el reino del milenio a través de Jesucristo el cual regirá y reinará. La Nueva Jerusalén tomará su lugar profetizado como el centro dominante de los asuntos nacionales y del mundo.

La perdida de nuestro gobierno nacional no es un concepto agrada­ble para americanos patrióticos emocionados con un amor a su país, y no buscamos que ese día se apresure. Un tiempo eventual de transición debe venir. Ciertamente la esperanza de la ley de rectitud por hombres inspirados de Dios, y eventualmente por el mismo Salvador, es mucho mejor que la pérdida predicha de nuestro gobierno como se conoce hoy en día.

Las declaraciones proféticas por los primeros líderes de la Iglesia fueron hechas repetidamente para que el gobierno de los Estados Unidos finalizará en el momento en que la mano de Dios se mueva sobre la nación en juicio.

José Smith, en diversas ocasiones, predijo el colapso del gobierno federal. El 4 de marzo de 1840, poco después del regreso de una visita a Washington, D.C., EE.UU., José escribió:

… Mi corazón desfallece cuando veo, por medio de las visiones del Omnipotente, el fin de esta nación, si continúa no haciendo caso del llanto y peticiones de sus virtuosos ciudadanos, como lo ha hecho y lo esta haciendo ahora.

Otra profecía fue expresada por José como parte de una sorprendente predicción con relación a los políticos  americanos, cuyo pleno cumplimiento se ha visto desde entonces.  El 18 de mayo de 1843, José profetizó lo siguiente al juez Stephen A. Douglas:

Yo profetizo en el nombre del Jehová el Señor de Israel, a menos que los Estados Unidos restituyan las injusticias ejecutadas a los San­tos en el estado de Missouri y castiguen los crímenes cometidos por sus oficiales que en unos pocos años el gobierno será completamente der­rocado y quitado, y será discuelo como un gobierno.

El 16 de diciembre de 1843, José Smith nuevamente profetizó la de­strucción del gobierno nacional:

Mientras estábamos discutiendo la petición del Congreso, yo pro­feticé, en virtud del santo sacerdocio que poseo, y en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que si el Congreso no escuchará nuestra peti­ción y nos da protección, ellos serán quebrantado como un gobierno.

Otros lideres de la Iglesia también advirtieron que el gobierno de los Estados Unidos tendría su fin. Por ejemplo, el presidente Brigham Young dijo:

Las naciones se destruirán la una con la otra, y el Señor las hará sufrir para que las cosas sucedan. No se requiere mucho talento o tacto para ganar oposición en estos días. Se ve frecuente en comunidades, en reuniones, en vecindarios y en ciudades. Este es el cuchillo que cortará a este gobierno. El hacha esta tendida en el techo del árbol, y cada árbol que no produzca buen fruto será talado.

Orson Pratt, mientras estaba describiendo la futura batalla en los Es-tados Unidos, dijo:

Si una guerra con estas características tomaría lugar, ¿quién podría continuar con su negocio en forma segura? ¿Quién se sentiría seguro para cosechar o continuar con cualquier empresa? Tendrán que huir de un estado a otro, y existirá una confusión general en toda la república-Tal casualidad es la condición de toda esta nación, si la gente no se ar­repiente de sus maldades; y tal estado de asuntos no es más que el total derrocamiento de la nación, y no solo esta nación sino de las naciones europeas.

El elder Pratt propiamente describió la transición de la regulación del gobierno de los Estados Unidos a los Santos, y les mostró a los Santos cómo mantener la estabilidad cuando el actual gobierno termine:

Dios ha enviado su mensaje de amonestación en medio de esta nación, sin embargo la han rechazado y han tratado a sus siervos con desdén; el Señor recogerá a su pueblo en medio de ellos, y los ha de colocar aquí en estas montañas; y él rápidamente cumplirá la profecia con relación a la exoneración de esta nación, y de su destrucción. Estaremos obligados a tener un gobierno para preservamos en unidad y paz; porque ellos, a través de su gradual debilidad, no tendrán e. poder para gobernar; porque estado será dividido contra estado, ciu­dad contra ciudad, pueblo contra pueblo, y todo el país estará en terror y confusión; el populacho prevalecerá y no habrá seguridad, entre esta gran república, para sus vidas o propiedades. Cuando ese tiempo llegue, inevitablemente vamos a querer llevar a cabo los principios de nuestra grandiosa constitución y como el pueblo de Dios, vamos a querer ver aquellos principios magnificados, de acuerdo al orden de unión y de alianza que prevalece entre el pueblo de Dios. Podemos magnificarlos, y seremos unidos sin tener demócratas o republicanos y toda clase de religiones; podemos magnificarlos de acuerdo al espíritu y la carta de la constitución, al ser unidos en política, religión y todo lo demás.

El presidente Wilford Woodruff también previo y pronosticó de la eventual caída del gobierno de los Estados Unidos. Escribió:

La nación Norte Americana se romperá en pedazos como la vasija del alfarero y se dirigirá al infierno si no se arrepiente,—y esto debido a los asesinatos, fornicaciones, iniquidades, y a toda clase de abomina­ciones, porque el Señor lo ha dicho.

En una epístola al mundo, escrita por Wilford Woodruff el 22 de febrero de 1879, profetizó:

.. .Lo digo en el nombre de Jesucristo, el hijo de Dios viviente, que «el mormonismo» vivirá y prosperará, Sión florecerá y el reino de Dios se sostendrá en poder y gloria y dominio como Daniel lo vio, cuando esta nación se rompa en pedazos como la vasija del alfarero y caiga al polvo, y sea traído a juicio, o Dios nunca habló por mi boca.

En la misma epístola, él advirtió que habrá un período de anarquía internacional, cuando las barreras legales caigan y las leyes no sean ob­servadas:

. . . Deseo amonestar a todas las naciones de los juicios de Dios los cuales están a nuestras puertas. Los tronos serán destruidos, las na­ciones serán derrumbadas, la anarquía reinará, todas las barreras legales se romperán y las leyes serán holladas en el polvo. Ustedes serán casi visitados por la guerra, la espada, el hambre, la pestilencia, los temblores, los torbellinos, las tempestades y con la flama del fuego devorador; con fuego y por la espada Dios suplicará con toda carne y será mucha la masacre del Señor. La ira del Señor esta encendida, y su espada esta cubierta en el cielo y esta cerca de caer sobre Idumea o el mundo. ¿Y quién es capaz de soportar estas cosas? ¿Y quién resistirá cuando él aparezca? Los árboles de higo se están partiendo y las señales de todo el cielo y la tierra indican la venida del Hijo del Hombre. Los sellos casi se están abriendo, las plagas se están difundiendo. Sus ríos y mares se convertirán en sangre y enfurecerán. Y los habitantes de la tierra morirán por las plagas. Y la gran Babilonia incrédula, con todo el mundo cristiano, no crearán las verdades de Dios sin consecuencia.

En una carta a los líderes de la Iglesia, escrita desde Atizona, EE.UU. el 15 de septiembre de 1879, el elder Woodruff escribió: «los abogados, jueces y la nación están precipitando sus condenas tan rápido como el tiempo lo permitirá, y están seguros de su destino. «

El 26 de enero de 1880, una visión al elder Woodruff nuevamente mostró la destrucción de la nación, derramó lágrimas, como cualquiera que ama a su país:

Me fui a la cama con el deseo de orar y meditar. Me quedé dormi­do y permanecíen un sueño profundo hasta cerca de la media noche, cuando me desperté. Entonces el Señor derramó su espíritu sobre mí y abrió la visión en mi mente de tal forma que pudiese comprender en gran medida el significado y la voluntad de Dios concerniente a la nación y a los habitantes de Sión. Vi la maldad de la nación, sus abomi­naciones y las corrupciones y los juicios de Dios y la destrucción que le esperaba. Entonces, también comprendí de la gran responsabilidad que recae sobre el Quorum de los Apóstoles. Mi cabeza comenzó a ser una fuente de lágrimas, y mi almohada estaba mojada con el rocío del cielo. El sueño se apartó de mí. El Señor me reveló la labor de los após­toles y de todos los elderes fieles de Israel.

En un discurso dado en 1880, el elder Woodruff enfatizó que la de­strucción de la nación Norte América, junto con otras naciones del mundo, «es segura»:

Cuando contemplé la condición de nuestra nación y vi que la mal­dad y las abominaciones estaban creciendo, de tal forma que los cielos completos se quejaban y lloraban por las abominaciones de esta nación y de las naciones de la tierra, me pregunté, ¿La nación Norte Americana puede escapar? La respuesta vino, «No»; su de­strucción, así como la destrucción del mundo, es segura; tan seguro que el Señor desarraigó y destruyó a las dos grandes y prósperas na­ciones que una vez habitaron este continente en el norte y sur de América, debido a su maldad, de tal forma que él las destruirá, y tarde o temprano ellos segarán los frutos de sus propios actos de maldad, y serán contados entre los del pasado.

Otros también han visto el fin de la nación Norte Americana en una visión. Uno de ellos fue el apóstol Moses Thatcher, quien le dijo a la congregación en 1882: «He visto el fin de esta nación y es terrible.»

Sin embargo al mismo tiempo que el actual sistema político se desin­tegre bajo el caos y la anarquía profetizados, se esperan que sean preservados entre los Santos la ley, el orden y el gobierno constitu­cional.

Brigham Young enseño que los Santos podrán salvar la Constitución en un «punto critico»:

¿La Constitución será destruida? No: será mantenida inviolable por este pueblo; y como José Smith dijo, «El tiempo vendrá cuando el des­tino de la nación se cierne sobre una amenaza. A ese punto critico, este pueblo dará un paso adelante y la salvará de la amenaza de la destrucción. » Así será.

El siguiente año, él enseño:

… Cuando la Constitución de los Estados Unidos se excluya, como se hizo, sobre una menaza, tendrán que llamar a los «elderes mor-mones para salvarla de una absoluta destrucción; y ellos darán un paso adelante y lo harán.

El presidente Young enseño que la preservación de los principios constitucionales por los Santos será bajo su propio gobierno, el Reino de Dios, no bajo el gobierno de los Estados Unidos como se conoce ac­tualmente:

El día vendrá cuando el Reino de Dios portará la ley, la bandera de los Estados Unidos orgullosamente ondeará sin mancha sobre la ban­dera del grupo de libertad e igualdad de derechos, sin una marca ‘que contamine su superficie; la bandera gloriosa que nuestros padres nos han legado entonces será desenrollada a la brisa por aquellos quienes tienen el poder para enarbolarla en lo alto y defender su santidad.

En 1879, el presidente John Taylor estableció:

… Y entonces el día no esta tan distante cuando esta nación estará temblando desde el centro de la periferia. Y ahora, ustedes podrían escribirlo, cualquiera de ustedes, y yo lo profetizo en el nombre de Dios. Y entonces esa predicción se cumplirá para ser encontrada en una de las revelaciones dadas a través del profeta José Smith. Aquellos quienes no tomaren su espada para pelear contra su prójimo deben huira Sión por su seguridad. . . Cuando la gente este furiosa para despedazar la Constitución de los Estados Unidos, los elderes de Israel se encon­trarán sosteniéndola en lo alto a las naciones de la tierra y proclamando libertad e igualdad de derechos a todos los hombres, y extendiendo la mano de compañerismo a los subyugados de todas las naciones. Esto es parte del programa, y tan pronto como hagamos lo que es correcto y justo para Dios, él nos ayudará bajo cualquier circun­stancia.

George Q. Cannon también aseguró que el tiempo vendrá cuando la libertad y gobierno constitucional solo se encontrarán entre los Santos:

… el día vendrá—y esta es otra predicción de José Smith—yo quiero recordarles de esto, mis hermanos y hermanas, cuando un go­bierno bueno, un gobierno constitucionallibrese encuentre entre los Santos de los Últimos Días, y sea buscado en vano por todas partes: cuando la Constitución de esta tierra y gobierno republicano e institu­ciones sean apoyados por esta gente quienes ahora son subyugadas y cuya destrucción se busca ahora tan diligentemente. El día vendrá cuando la Constitución y gobierno libre basada en ella, serán susten­tados y presentados por esta gente.

Por lo tanto, el escenario se ilustra con las numerosas declaraciones citadas anteriormente, de un futuro período en un conflicto interno en el cual la anarquía y el estar sin control originarán la ruina por lo que el gobierno nacional y local caerán. Habrá gran estabilidad entre los San­tos durante este período, y la gente será atraída por esto para escapar del caos en otras áreas. Un nuevo gobierno será establecido entre los San­tos, y ese politizado Reino de Dios apoyará y sostendrá los principios del gobierno constitucional. Eventualmente será el único poder guber­namental con estabilidad en la nación, y crecerá en poder e influencia como la Nueva Jerusalén crece a una supremacía singular.

¿Entonces esta nación soportará? Sí, pero solo después de una trá­gica disminución de población, una completa desorganización y trastorno económico; desintegración del control gubernamental y final­mente del gobierno mismo. Habrá mucho sufrimiento, mucho miedo, mucha pena y mucha escarmiento. La nación, la cual sobresaldrá, será como la mariposa que batalla para salir de su capullo. Se dará comien­zo un evento de beldad, dejando atrás al marchito caparazón que una vez albergo y le cubrió.

La batalla internacional durante la época de la Nueva Jerusalén: Una Cuarta Guerra Mundial

Se esperaba que el período de conflicto interno marcará el momen­to para que los Santos emprendiesen su camino de regreso al Condado de Jackson, Missouri, EE.UU. para establecer la Nueva Jerusalén. Orson Pratt expresó la expectativa que mantenían los Santos con relación al futuro tiempo de regreso:

El tiempo vendrá para que el Señor gradualmente debilite a esta nación, dará el mandamiento a este pueblo para regresar y poseer su propia herencia la cual algunos compraron hace cuarenta y cuatro años en el estado de Missouri.

Se espera el área haya sido limpiada en la destrucción de la guerra mundial o los conflictos internos que precederán al regreso. En 1878. Wilford Woodruff recibió la visión de los futuros juicios y relato: «Me parecía estar parado en la reserva izquierda del río de Missouri, opues­ta a la ciudad de Independence, sin embargo no vi ninguna ciudad. Vi los estados completos de Illinois y Missouri, y parte de Iowa, un abso­luto desierto, abandonado y despoblado.

Heber C. Kimball, en su amplia profecía a Amanda H. Wilcox, dije que el Condado de Jackson sería «exterminado de tal manera que se limpie de sus habitantes—no quedará tanto como un perro amarillo moviendo su cola.

Ciertamente, el Señor ha revelado que limpiará la senda para el re­greso de los Santos, quitando a sus enemigos:

Porque he aquí, no exijo de sus manos que peleen las batallas de Sión, pues como dije en un mandamiento anterior—y así cumpliré— yo pelearé vuestras batallas.

He aquí, yo he enviado al destructor para deshacer y asolar a mis enemigos; y de aquí a muy pocos años no quedarán para profanar mi heredad, ni para blasfemar mi nombre en las tierras que he consagrado para el recogimiento de mis santos.

Parece que los Santos todavía tendrán que estar preparados militar­mente y funcionar como un ejército a su regreso:

Y después que se compren estos terrenos, no tendré por culpables a los ejércitos de Israel si toman posesión de sus propios terrenos que previamente compraron con su dinero, si derriban las torres de mis enemigos que estén sobre ellos, y esparcen a sus atalayas, y me vengan de mis enemigos hasta la tercera y la cuarta generación de los que me odian.

Pero primero hágase mi ejército muy numeroso, y santífíquese de­lante de mí, para que llegue a ser resplandeciente como el sol, claro como la luna y sean sus pendones imponentes a los ojos de todas las naciones;

para que los reinos de este mundo se vean constreñidos a reconocer que el reino de Sión es de hecho el reino de nuestro Dios y su Cristo; sujetémonos, pues, a sus leyes.

Habrá otras ciudades y pueblos en las áreas cercanas que estarán de pie, sin embargo estarán desoladas, y así como las tribus de Israel se reú­nen en el área de la Nueva Jerusalén que ellos hearán. Habrá más de ellos que de miembros de la Iglesia, «porque más son los hijos de la de­solada que los de la casada, dice el Señor.

El Salvador les ha prometido que:

… porque hacia la mano derecha y hacia la izquierda te extenderás; y tu posteridad heredará las naciones gentiles, y hará que se habiten las ciudades desoladas.

La Nueva Jerusalén será un lugar de refugio para el pueblo por todo el mundo, quien vendrá para librarse del combate que será violento entre ellos. Ciertamente, el Señor ha revelado que «será el único pueblo que no estará en guerra el uno contra del otro»:

Y con corazones y mentes unánimes juntad vuestras riquezas para que compréis una heredad que más adelante os será designada.

Y se llamará la Nueva Jerusalén, una tierra de paz, una ciudad de refugio, un lugar de seguridad para los santos del Dios Altísimo;

y la gloria del Señor estará allí, y el terror del Señor también estará allí, de tal manera que los inicuos no llegarán a ella, y se llamará Sión.

Y acontecerá entre los inicuos, que todo hombre que no tome la es­pada contra su prójimo tendrá que huir a Sión para hallar seguridad.

Y se recogerán en ella de todas las naciones debajo del cielo; y será el único pueblo que no estará en guerra el uno contra el otro.

Y se dirá entre los inicuos: No subamos a combatir contra Sión, porque sus habitantes son terribles; por tanto, no podernos prevalecer.

Y acontecerá que los justos serán recogidos de entre todas las naciones, y vendrán a Sión entonando canciones de gozo sem­ . . .

Porque cuando el Señor aparezca, será terrible para ellos, de modo que el temor se apoderará de ellos, y se mantendrán alejados y tem­blarán.

Y todas las naciones temerán a causa del terror del Señor y del poder de su fuerza. Así sea. Amén.

Entonces, esto es una profecía significativa de conflicto interna­cional—sin una tercera guerra mundial, porque esa guerra previamente habrá terminado. ¿Si fuese así, una cuarta guerra mundial—una guerra devastadora que sólo la Nueva Jerusalén librará porque el poder de Dios estará ahí?

Otras revelaciones hablan de esta. El Señor habló de guerras que habrán de venir sobre la tierra, entonces advierte de una guerra específica durante la cual los Santos serán reunidos en la tierra de Sión y la desolación vendrá sobre el inicuo:

Yo, el Señor, estoy enojado con los inicuos; les niego mi Espíritu a los habitantes de la tierra

He jurado en mi ira y he decretado guerras sobre la faz de la tie­rra, y los inicuos matarán a los inicuos, y el temor se apoderará de todo hombre;

y también los santos apenas escaparán; sin embargo, yo, el Señor, estoy con ellos, y descenderé en el cielo, de la presencia de mi Padre, y a los malvados los consumiré con fuego inextinguible.

Y he aquí, esto no es aún, sino ya pronto.

Por tanto, viendo que yo, el Señor, he decretado todas estas cosas sobre la faz de la tierra, quiero que mis santos se congreguen en la tie­rra de Sión;

y que todo hombre tome la rectitud en sus manos y la fidelidad sobre sus lomos, y levante la voz de amonestación a los habitantes de la tierra; y declare, tanto por palabra como por fuga, que la desolación sobrevendrá a los inicuos.

El Salvador, después de decir cómo la Nueva Jerusalén sería limpia­da de apóstatas, y profetas y apóstoles falsos,  predijo de la huida de la gente de todas las naciones a la Nueva Jerusalén y el temor de las na­ciones de la tierra que tendrán de la Nueva Sión:

Porque, he aquí, os digo que Sión florecerá, y la gloria del Señor descansará sobre ella; y será por pendón al pueblo, y vendrán a ella de toda nación deba­jo de los cielos.

Y llegará el día en que las naciones de la tierra temblarán a causa de ella, y temerán por motivo de sus poderosos. El Señor lo ha proferi­do. Amén.

Nuevamente, posteriormente una revelación describe a la Nueva Jerusalén como un lugar de defensa cuando la ira de Dios se derrame sobre toda la tierra:

De cierto os digo a todos: Levantaos y brillad, para que vuestra luz sea un estandarte a las naciones;

a fin de que el recogimiento en la tierra de Sión y sus estacas sea para defensa y para refugio contra la tempestad y contra la ira, cuan­do sea derramada sin mezcla sobre toda la tierra.

Una profecía en el libro de Apocalipsis parece referirse a esta cuarta guerra mundial, cuando cada nación excepto la Nueva Jerusalén este en guerra. Juan predijo que la guerra surgirá cerca del río Eufrates, en donde un ejército terrible utiliza fuego, humo y azufre lo cual matará a una tercera parte de toda clase de hombre:

El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios,

diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates.

Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hom­bres.

Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones.
Yo oí su número.

Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego humo y azufre.

Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca.

Orson Pratt, ese gran estudiante y expositor de profecía, sabía de este período de combate el cual vendría sobre la tierra durante la época de la Nueva Jerusalén. Habló de ello en diversas ocasiones. Las característi­cas de sus comentarios fueron:

El espíritu de Dios se retirará de esas naciones Gentiles y los dejará por sí solos. Entonces ellos encontrarán alguna otra cosa por hacer además de pelear contra los Santos en medio de ellosademás de le­vantar su espada y pelear contra el Cordero de Dios; porque entonces la guerra intensa comenzará, y tal inconcebible guerra probablemente nunca entró a los corazones de los hombres en nuestra época. Ninguna nación de los Gentiles sobre la faz de toda la tierra pero si la que será comprometida en la guerra mortal, excepto el Reino de los últimos días. Estarán peleando la una con la otra. Y entonces cuando el día venga, los Judíos huirán y esas naciones casi tomarán provecho de la una a la otra para ganar y aquellas quienes sean abandonadas serán quemadas; porque será el último juicio que venga sobre la tierra para ser limpiada de la maldad.

También él enseñó:

No solo un Evangelio va a ser predicado a todas las naciones de la tierra, pero con relación a el, tu tendrás que hacer la predicación aso­ciada con ello a todo el pueblo, para temer a Dios y dar gloria a él, porque la hora de sus juicios vierte. Y así como esos juicios vienen, reinos y tronos serán desarraigados y derrumbados. Imperio combat­irá contra imperio, reino con reino y ciudad con ciudad, y habrá una revolución general por la tierra, los Judíos huirán a su propio país, la desolación vendrá sobre la maldad, con la rapidez de torbellino y furia vertida.

Y también:

Cuando ese día venga [cuando los misioneros sean llamados para ir a casa] habrá guerras, no como las guerras que han venido en siglos y años que han pasado y marchado, sino una guerra de desolación. Cuando digo desolación, quiero decir que dejará las naciones europeas desgastado. Las ciudades serán desocupadas, para no tener habitantes. La gente será destruida por la espada de sus propias manos. No solamente esta sino otras ciudades serán quemadas; porque cuando peleen los ejércitos estarán preocupados por causar destrucción con ter­rible ira, sin que el espíritu de Dios se encuentre con ellos, cuando no tengan ese espíritu de misericordia que ahora caracteriza a muchas de las guerras entre las naciones, cuando sean abandonados y dejados a su suerte, no habrá sector a dar, ni prisioneros, sino una guerra de de­strucción, de desolación, de incendio de ciudades y villas, hasta que la tierra este desolada.»

De tal forma que esto sea visto como un modelo de escritura y ex­posición moderna que indica que será un período de combate mundial, en el día en que la Nueva Jerusalén haya sido establecida en el Conda­do de Jackson, Missouri, EE.UU. Ciertamente, la gente que se encuentre ahí, «será el único pueblo que no estará en guerra el uno con­tra el otro». En esa época, la Nueva Jerusalén será «una ciudad de refugio, un lugar de seguridad», y «todo hombre que no tome la espada contra su prójimo tendrá que huir a Sión para hallar seguridad». En esta reunión participará «toda nación debajo de los cielos». Verdaderamente este futuro evento, una cuarta guerra mundial, es una de las más signi­ficativas señales de los tiempos que precederán el regreso glorioso del Salvador.

La batalla mientras la gran y abominable iglesia se desploma—parte de la Cuarta Guerra Mundial

En uno de los capítulos anteriores  hemos discutido en detalle de la gran persecución que experimentarán los Santos bajo la dirección de la «gran y abominable iglesia.» Como se mencionó, esa persecución continuará hasta que las naciones cual acepten esa iglesia combatirán entre ellos mismos y por consiguiente traerán la caída de esa entidad in­spirada por Satanás. Ese obvio panorama de esta profecía no se necesita repetir en este contexto. Lo que es importante aquí es comentar acerca de la relación cronológica de estos eventos.

El comentario se realizó sobre la «gran y maravillosa obra» y el «ex­traño acto» del Señor que causará que los hombres se unan ya sea a la Iglesia de Dios o a la iglesia del Diablo.  Ese evento destacado fue profetizado en diversos pasajes del Libro de Mormón, los cuales indi­can su relación cronológica a otros futuros eventos. En 1 Nefi 22:8-12 indica que el evento destacado precederá al recogimiento de Israel a las tierras de su herencia (el cual 3 Nefi 21:22-29 muestra que será después de la construcción de la Nueva Jerusalén). En 2 Nefi 25:15-18 también habla del evento destacado en un contexto en que precede al recogimiento de Israel, sin embargo relacionándolo con la venida de un Mesías falso.

En 2 Nefi 27:26 habla de «una obra maravillosa y un prodigio», y el capítulo la coloca en el contexto de la época cuando «la multitud de todas las naciones» que «pugnen contra de Sión»  sin embargo es bas­tante prematuro para que los Gentiles de «esta tierra» estuviesen «ebrios de iniquidad y de toda clase de abominaciones.  En 2 Nefi 28:32-29:14 nuevamente muestra que la «obra maravillosa» precederá al momento cuando la Casa de Israel sea «reunida sobre las tierras de sus posesiones.  También, en 3 Nefi 21:9-23 coloca a la «obra maravil­losa» antes del levantamiento del resto de la cimiente de Jacob y la construcción de la Nueva Jerusalén. El «acto extraño» precede a la caída del gobierno de los Estados Unidos, porque el Señor en su ira «afligirá a la nación.  La revelación canadiense de Sols Guardisto dice de la hostilidad religiosa y persecución que se levantará contra la Iglesia du­rante la Tercera Guerra Mundial.

Todo lo de estas referencias se combina para mostrar que las perse­cuciones a los Santos por la gran y abominable iglesia comenzarán primeramente en las futuras escenas de los eventos de los últimos días, antes de la batalla interna en los Estados Unidos y antes del regreso al condado de Jackson, Missouri, EE.UU. La hostilidad continuará contra la Iglesia durante el período de la Nueva Jerusalén, y «las naciones de la tierra temblarán a causa de ella, y temerán por motivo de sus poderosos.  Los inicuos van a querer ir a la guerra contra la Nueva Jerusalén, sin embargo estarán temerosos al hacer esto,  y el Señor pe­leará batallas por los Santos.

Pero el tiempo vendrá cuando la persecución cese, y la gran y abomi­nable iglesia sea destruida en un período de combate internacional intenso. El combate incluirá: La Iglesia, porque Juan profetizo acerca de diez reyes que «Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá.»

Nefi vio que la ira de Dios vendría sobre la gran y abominable igle­sia, dando como resultado un combate internacional, mientras los Santos todavía estarán dispersos en la tierra:

Y aconteció que miré y vi a la ramera de toda la tierra, y se asenta­ba sobre muchas aguas; y tenía dominio sobre toda la tierra, entre todas las luiciones, tribus, lenguas y pueblos.

Y sucedió que vi la iglesia del Cordero de Dios, y sus números eran pocos a causa de ¡a iniquidad y las abominaciones de la ramera que se asentaba sobre las muchas aguas. No obstante, vi que la iglesia del Cordero, que eran los santos de Dios, se extendía también sobre toda la superficie de la tierra; y sus dominios sobre la faz de la tierra eran pequeños, a causa de la maldad de la gran ramera a quien yo vi.

Y ocurrió que vi que la gran madre de las abominaciones reunió multitudes sobre toda la superficie de la tierra, entre todas las naciones de los gentiles, para combatir contra el Cordero de Dios.

Y aconteció que yo, Nefi, vi que el poder del Cordero de Dios de­scendió sobre los santos de la iglesia del Cordero y sobre el pueblo del convenio del Señor, que se hallaban dispersados sobre toda la superfi­cie de la tierra; y tenían por armas su rectitud y el poder de Dios en gran gloria.

Y sucedió que vi que la ira de Dios se derramó sobre aquella grande y abominable iglesia, de tal modo que hubo guerras y rumores de guerras entre todas las naciones y familias de la tierra.

Entonces él describe la caída de la gran y abominable iglesia cuan­do las naciones bajo su poder pelean entre ellas mismas:

Y la sangre de esa grande y abominable iglesia, que es la ramera de toda la tierra, se volverá sobre su propia cabeza; porque guerrearán entre sí, y la espada de sus propias manos descenderá sobre su propia cabeza; y se emborracharán con su propia sangre.

Y toda nación que luche contra ti, oh casa de Israel, se volverá la una contra la otra, y caerán en la fosa que cavaron para entram­par al pueblo del Señor. Y todos los que combatan contra Sión serán destruidos, y esa gran ramera que ha pervertido las rectas vías del Señor, sí, esa grande y abominable iglesia caerá a tierra, y grande será su caída.

Porque he aquí, dice el profeta, se acerca rápidamente el tiempo en que Satanás no tendrá más poder sobre el corazón de los hijos de los hombres; porque pronto se acerca el día en que todos los soberbios y todos los que obran inicuamente serán como rastrojo; y está cerca el día en que han de ser quemados.

Pues está próximo el tiempo en que la plenitud de la ira de Dios será derramada sobre todos los hijos de los hombres; porque no consentirá que los inicuos destruyan a los justos.

Por lo tanto, protegerá a los justos por su poder, aun cuando tuviese que venir la plenitud de su ira, y serán presevados los justos aun hasta la destrucción de sus enemigos por fuego. Por tanto, los justos no tienen por qué temer; porque así dice el profeta: Se salvarán, aun como si fuese por fuego.

He aquí, os digo, mis hermanos, que estas cosas deben venir muy pronto; sí, debe haber sangre y fuego y vapor de humo; y es menester que sea sobre la superficie de esta tierra; y sobrevendrá a los hombres según la carne, si es que endurecen sus corazones en contra del Santo de Israel.

Pues he aquí, los justos no perecerán; porque ciertamente vendrá el tiempo en que todos los que combatan contra Sión serán talados.

Su caída sería un gran evento, porque Nefi profetiza que «grande será su caída.» También profetizó: «Todos los que combatan contra Sión serán destruidos, y esa gran ramera que ha pervertido las rectas vías del Señor, sí, esa grande y abominable iglesia caerá a tierra, y grande será su caída.»

De acuerdo a la profecía de Juan, los diez reyes quienes pelearán contra la iglesia se volverán sobre la ciudad capital de la abominable iglesia «y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego».

Nefi aprendió de un ángel la hora de esta terrible destrucción de la gran y abominable iglesia, e indicó que todavía precederá el mayor período del recogimiento de Israel:

y cuando llegue el día en que la ira de Dios sea derramada sobre la madre de las rameras, que es la iglesia grande y abominable de toda la tierra, cuyo fundador es el diablo, entonces, en ese día, empezará la obra del Padre, preparando la vía para el cumplimiento de sus conve­nios que él ha hecho con su pueblo que es de la casa de Israel.

Al presentar las profecías, el profeta claramente asoció el recogimiento de Israel a las tierras de su herencia, la advertencia a las naciones de la gran y abominable iglesia, y del combate contra Sión por las naciones dentro de una etapa cronológica.

Entonces, la conclusión es inevitable: La batalla que trae la caída de la gran y abominable iglesia es la misma que la que estará enfure­cida en los días de la Nueva Jerusalén, cuando cada nación este en guerra excepto los habitantes de la ciudad protegida. Aunque dos modelos separados de la profecía parecen hablar de estas batallas, la relación cronológica muestra que ambas son del mismo período de batalla internacional, y ambas representan aspectos importantes de la Cuarta Guerra Mundial.

La Batalla de Armagedón

Esta batalla, el evento más importante y mas profetizado en todas las escrituras, tomará lugar en Israel en los últimos días. Toma su nombre de Meguido,  una montaña localizada en la planicie de Esdraelon. un valle triangular a sesenta millas al noroeste de Jerusalén. Esta montaña es una formidable posición defensiva la cual domina el valle y los puestos de mando de la ruta norte y sur a través de Palestina. Ha sido el lugar de innumerables batallas en la historia y los restos arqueológicos dan evidencia de las diversas fortificaciones durante la época del An­tiguo Testamento.

Juan el Revelador predijo de esta gran futura batalla. Habla de tres «espíritus inmundos» que vio «salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta.»  Entonces, él describe su­misión:

. . . son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunidos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso . . .

Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Annagedón.

Israel ha vivido su existencia incierta por más de cinco décadas, pe­leando diversas batallas, y el mundo ha hablado incesantemente acerca de la batalla de Armagedon, a menudo asumiendo que el conflicto fue el comienzo de esa batalla. Aunque Israel probablemente tolere el con­stante conflicto y la tensión con sus vecinos en los años venideros,  aquellos quienes estén muy bien familiarizados con el mensaje de las escrituras reconocerán que numerosos e importantes eventos (adicionaknente a un grupo de eventos menores que se han profetizado) deben predecer a la batalla final. Estas incluyen:

  1. Una Tercera Guerra Mundial.
  2. El cumplimiento del tiempo de los Gentiles.
  3. Una batalla interna en los Estados Unidos y otras naciones.
  4. El establecimiento de la Nueva Jerusalén y el politizado Reino de Dios.
  5. La aparición de Cristo en la Nueva Jerusalén.
  6. Una Cuarta Guerra Mundial.
  7. El regreso de las diez tribus desde el norte.
  8. El llamamiento de 144.000 sumo sacerdotes.
  9. La aparición de Cristo en el concilio en Adam-ondi-Ahman.
  10. El recogimiento de todas las tribus de Israel a la tierra de Israel.
  11. El gobierno de David el Príncipe.
  12. La construcción del templo en Jerusalén.

Entonces, y no hasta entonces, será peleada la Batalla de Armagedón.

Este libro se enfoca en el futuro de Norte América, en lugar de los eventos en Israel y en otras partes, y no se intenta describir en detalle la Batalla de Armagedón. Esa batalla profetizada es de suma importancia que merece al menos resumirla en este capítulo sobre guerras que han sido profetizadas.

La carencia de alimentos será el motivo de la guerra, y Ezequiel pro­fetizó que los enemigos de Israel vendrán:

para arrebatar despojos y para tornar botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que mora en la parte central de la tierra.

El líder del ejército del ataque será «Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.  Su armada sería llamada «Magog»; y sería constituida primeramente por la gente de los países que circundan a Is­rael.

La guerra, que continuará por tres y medio años,  llevará una carga pesada. Dos terceras partes del pueblo de Israel morirán,  y cinco sextos del ejército del ataque, incluyendo el lider Gog, caerán en las montañas de Israel.  La batalla se enfurecerá en Jerusalén. Zacarías profetiza: «y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad».  Inclusive una porción del templo estará atestada por los invasores.  Dos profetas en Jerusalén profetizarán durante los 3.5 años, y tendrán el poder para retener la lluvia desde la tierra y herir con plagas. Ellos serán muertos en la batalla. Sus cuerpos caerán sin ser atendidos en las calles por 3.5 días, entonces la vida se les regresará y serán llevados al cielo.

Durante la batalla, los juicios grandes serán derramados. No solo la lluvia será retenida por los dos profetas sino que Dios enviará pestilen­cia, una impetuosa lluvia, granizo grande, fuego y azufre.  Un fuerte terremoto derrumbará una décima parte de la ciudad de Jerusalén, y de­struirá las ciudades de otras naciones al mismo tiempo.

Israel peleará pobremente la batalla y parecerá estar condenado a la derrota, cuando Cristo repentinamente se presentará en el Monte de los Olivos. La montaña se partirá en dos, permitiendo un acceso de escape a los Israelitas asediados.

Serán reunidos mientras Dios extiende su fuerza en la disputa.

Ezequiel profetizó acerca de la caída eventual del ejército invasor:

Tú pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.

Y te quebrantaré, y te conduciré y te haré subir desde las partas del norte, y te traeré a los montes de Israel;

y sacaré tu arco en tu mano izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano derecha.

Sobre los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueb­los que fueron contigo; a aves de rapiña de toda especie, y a las fieras del campo, te he dada por comida.

Sobre la faz del campo caerás; porque yo he hablado, dice el Jehová el Señor.   Los pájaros de rapiña comerán la carne de los ejércitos caídos,  y siete meses se requerirá sepultar a los muertos.  Vendrá el tiempo de gran lamentación en Israel.

La gran Batalla de Armagedón, tan trágica como será, todavía servirá para dirigir al hombre al conocimiento y la aceptación del gran poder de Dios. Ellos verán los milagros que la ayuda de Dios le dará a Israel, y sabrán de su aparición gloriosa en el Monte de los Olivos.

Como lo dijo el Salvador, después de revelar los grandes juicios que vendrán sobre los invasores:

Seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.

Y también:

Y pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho, y mi mano que sobre ellos puse.

Y de aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová su Dios.

Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contira mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.

Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro.

Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre.

Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevari­caron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante;

cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas na­ciones.

Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos.

Ni esconderé más de ellos mi rostro: porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.


Resumen

1. Dios ha prometido enviar guerras sobre la tierra en los últimos días «hasta que la consumación decretada haya destruido por completo a todas las naciones.» Estas batallas servirán como juicios sobre aquellos quienes sean malos y endurezcan sus corazones. «Los inicuos matarán a los inicuos, y el temor se apoderará de todo hombre.»
2. Las escrituras y los profetas han advertido de cinco importantes batallas o períodos de combate:
A. Una Tercera Guerra Mundial.
B. Conflictos internos en las Américas.
C. Una Cuarta Guerra Mundial durante el período del establecimiento de la Nueva Jerusalén.
D. Una batalla mundial con relación a la caída de la gran y abominable Iglesia.
E. La batalla de Armagedón.
3. Existen dos tipos de combates en los últimos días:
A. Guerras preparatorias—las cuales prepararían la senda para la predicación del evangelio.
B. Guerras de una total destrucción—las cuales castigarán a los inicuos y tendrán como resultado la gran desolación.
4. Una Tercera Guerra Mundial, entre Rusia y sus aliados, y Norte América y sus aliados ha sido profetizada repetidamente. Las características de esta futura guerra profetizada incluyen lo siguiente:
A. Un ataque inicial por Rusia u otros conectados con el o bajo su influencia.
B. Cada una de las más grandes potencias bombardeará la tierra de la otra.
C. La mayoría de la guerra se llevará acabo en el aire y en el mar.
D. La guerra será grande y sangrienta.
E. Los Estados Unidos parecerán estar perdiendo la guerra en su etapa inicial.
E Muchos espías y traidores serán capturados dentro de los Estados Unidos.
G. Una porción grande del ejército de los Estados Unidos se rendirá.
H. Dios intervendrá y se unirá a la batalla, ayudando a Norte América a lograr la victoria.
I. Una grande fuerza repentinamente se levantará al oeste de Norte América para neutralizar una invasión enemiga.
J. Rusia y los otros asociados con ellos decaerán hasta su derrota, nunca más se levantará con tal poder nuevamente.
K. Misioneros irán a Rusia, predicando el evangelio a los miembros de la Casa de Israel.
5. Es grande la probabilidad de un combate nuclear o el uso de otras armas de destrucción masiva durante esta batalla, y las potencias más grandes probablemente bombardearán la tierra de sus enemigos. Algunas de las amonestaciones proféticas describen escenas y eventos que parecen ser combates atómicos dando como resultado efectos de radiación.
6. Actualmente, Rusia todavía está en una posición de combate y ha desarrollado una importante fuerza militar.
7. Una preocupación particular de Rusia es su extensa preparación de defensa civil, comparado con las muy limitadas capacidades de defensa civil en los Estados Unidos. De acuerdo a estudios recientes, realísticamente un ataque nuclear ruso en Norte América se podría esperar que se produjeran 72.000.000 fatalidades, mientras que la pérdida en un ataque americano sobre Rusia podría estar limitado a unos 4.000.000. Se ha descartado la suposición de que Rusia no se arriesgaría a atacar nuclearmente a los Estados Unidos como parte de su estrategia es debido a las pérdidas que se sufrirían en ataques vengativos.
8. Algunas amonestaciones proféticas establecen la relación entre la Tercera Guerra Mundial y la posterior batalla interna en los Estados Unidos, indicando que el estallido de la guerra internacional traerá como resultado revoluciones a nivel nacional; y que la confusión y de-strucción de la guerra mundial establecerán condiciones de deficiencias, hamrepebre, inestabilidad económica y oposición que conducirá a la batalla interna.
9. Las relaciones cronológicas en las amonestaciones proféticas indican que la batalla interna en los Estados Unidos (y. por lo tanto, en la Tercer Guerra Mundial, la cual precederá a la batalla interna) ocurrirá antes del regreso a la Nueva Jerusalén.
10. El Salvador profetizó que el resto de la posteridad de Jacob [los Lamanitas] recobrarán mucho de las Américas como la tierra de su herencia cuando ellos se levanten para destruir transportación, fortaleza militar y ciudades.
11. La batalla interna en los Estados Unidos ha sido descrita como contiendas locales y anarquía, con leyes de populacho y bandas que hacen saqueos siendo imposible para la nación continuar eficientemente la búsqueda de manufactura, cultivos y comercios. Inclusive los miembros de la familia se matarán los unos con los otros. El surgimiento de la propagación de hambre claramente aparece en las amonestaciones proféticas y podría explicar la principal razón de las contiendas.
12. Los primeros líderes de la Iglesia repetidamente profetizaron la completa destrucción del gobierno de los Estados Unidos y el fin de esta nación como existe actualmente. Cuando la batalla interna trae el control del gobierno a su fin, se ha profetizado que los Santos serán capaces de mantener un alto nivel de estabilidad. Ellos formarán un gobierno, un politizado «Reino de Dios» que mantendrá los principios de libertad y de la constitución, y aumentará su influencia cuando la gente recupere ese estándar. Habrá reasignación del poder de gobernar a los Santos, como preparación al gobierno de Cristo en el milenio.
13. Durante el período de la Tercera Guerra Mundial y/o batallas internas, algunas regiones serán limpiadas de sus pobladores, dejándolas desoladas. Se ha profetizado que la ciudad de Independence, Missouri, EE.UU., sea una de esas regiones: Los Santos regresarán y construirán una gran ciudad, la Nueva Jerusalén. Las regiones cercanas desoladas también serán habitadas.
14. Los Santos serán organizados de una manera militar durante el regreso al Condado de Jackson. Sus ejércitos comenzarán a ser enormes y serán observados con temor y terror por otras naciones.
15. La Nueva Jerusalén servirá como un lugar de refugio en donde la gente de todas partes del mundo huirá para escapar de la destrucción de una Cuarta Guerra Mundial. El poder de Dios estará sobre la ciudad protegiéndola; sin embargo, será el único lugar que no estará en guerra como una Cuarta Guerra Mundial continua con violencia.
16. Juan el Revelador profetizó de una guerra que durará por trece meses y la cual matará la tercera parte de los hombres. Su profecía indica de algunos tipos de asociaciones geográficas con el «Río Eufrates».
17. Los Santos serán perseguidos por la gran y abominable iglesia, inclusiva antes del regreso al Condado de Jackson. La ira de Dios finalmente se tornará en contra de la organización de la maldad durante la Cuarta Guerra Mundial. Las naciones reunidas para pelear contra los Santos se tomarán la una con la otra e inducirán a la guerra, causando que la gran iglesia se derrumbe. Diez reyes quienes han luchado previamente contra los Santos destruirán la ciudad capital de la gran y abominable iglesia.
18. La Batalla de Armagedón es un combate que tomará lugar en la tierra de Israel siguiéndole la Cuarta Guerra Mundial, el regreso de los Judíos y de las Diez Tribus a su tierra natal; y la construcción del templo en Jerusalén. Tomará lugar durante el gobierno de David el Príncipe. La batalla toma su nombre profético de Meguido, una fortaleza en la planicie de Esdraelon. Esta guerra es el evento más profetizado en todas las escrituras.
19. El en de Israel.
20. La Batalla el Monte de los Olivos ayudará a los Israelitas, les facilitará recuperarse y ganar la batalla. Dos tercios de Israel serán muertos, mientras Gog y cinco sextos de su ejército caerán en las montañas de Armagedon mostrará a las naciones paganas que el Señor es Dios. Ellos serán receptivos a la obra ejército enemigo, Magog, será dirigido por el general llamado Gog. Su ejército avanzará hacia Jerusalén y capturará la mayor parte de la ciudad. Una repentina aparición por el Salvador misional después de saber acerca de la intervención divina durante la batalla.

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