Primera Amonestación:
Aquellos Quienes No Creen en Dios Serán Destruidos
La naturaleza condicional de las amonestaciones del Libro de Mormón
Muchas amonestaciones importantes a los habitantes de los últimos días en Norte América se encuentran registradas en el Libro de Mormón. Estas amonestaciones se encuentran usualmente como profecías condicionales relacionadas a futuros eventos. Las promesas del Señor que se relacionan a esta tierra escogida se basan a menudo en opciones, todas ellas contienen la importante conjunción de condición «Si.» Un principio específico está implícito en cada amonestación. Las amonestaciones de profecía describen lo que pasará si la gente de América obedece el principio de rectitud, también advierten lo que ocurrirá si la gente escoge desobedecer este principio y trabajar en la maldad.
Cada capítulo en esta sección considera cuidadosamente una o más de estas amonestaciones condicionales. El mensaje en conjunto es una manera de agravar la preocupación por toda Norte América y América Central, y es una presentación de principios que se deben obedecer si estas naciones quieren sobrevivir.
Mientras que los capítulos aluden muchos eventos que se han profetizado para tomar efecto en el futuro, los capítulos en esta sección están dedicados a obtener un mejor entendimiento de los principios sobre los cuales depende la supervivencia. Los capítulos posteriores considerarán los eventos que se han profetizado de los cuales las amonestaciones proféticas aluden.
Amonestaciones de Jacob: Los incrédulos serán destruidos tanto por fuego, como por tempestades, y por temblores de tierra, por efusión de sangre y por pestilencia y por hambre (2 Nefi 6:14-18)
El profeta Jacob, mientras predicaba a los Neritas más de cinco siglos antes del nacimiento de Jesucristo, profetizó concerniente a un periodo de conflicto el cual esta todavía por ocurrir. Tomando un pasaje del profeta Isaías, Jacob establece cómo el pueblo de Israel será recogido en las tierras de su herencia en los últimos días. Describe cómo Dios dará a conocer sus juicios durante el recogimiento de su pueblo. Él establecerá el principio por el cual se determinará quien se librará de los juicios que serán enviados por Dios ese día. Establece que ese principio es el creer en el Mesías, el Santo de Israel:
He aquí, según las palabras del profeta, el Mesías se dispondrá por segunda vez a restaurarlos [Sión y el pueblo del convenio de el Señor]; por lo tanto, cuando llegue el día en que en él crean, él se manifestará a ellos con poder y gran gloria, hasta la destrucción de sus enemigos, y no será destruido ninguno que crea en él.
Y los que no crean en él serán destruidos tanto por fuego, como por tempestades, y por temblores de tierra, por la efusión de sangre y por pestilencia y por hambre. Y sabrán que el Señor es Dios, el Santo de Israel.
¿Pues será quitada la presa al poderoso? o ¿será librado el cautivo legítimo?
Empero así dice el Señor: Aun los cautivos le serán quitados al poderoso, y la presa del tirano será librada; porque el Dios Fuerte librará a su pueblo del convenio. Pues así dice el Señor: Yo contenderé con aquellos que contiendan contigo;
y a los que te oprimen daré de comer su propia carne; y con su propia sangre serán embriagados como con vino dulce; y conocerá toda carne que yo, el Señor, soy tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.
Observe que su profecía es condicional: los hombres serán capaces de librarse de la destrucción si ellos creen en Dios, pero serán destruidos por una serie de juicios si fallan en cumplir la condición de creer en Dios.
Observe también que la profecía tiene un día específico de ejecución: los incrédulos serán destruidos durante el período cuando Dios lleve a cabo sus convenios con Israel, al momento de reunirla y recuperarla. Este evento se realiza evidentemente en un orden cronológico durante los acontecimientos de los últimos días determinados por el Salvador mismo, lo cual se verá más adelante en este libro.
Observe también que toda la gente no sufrirá el mismo destino: algunos creerán y se librarán, mientras que otros quienes sean incrédulos morirán. La profecía divide a la gente de esa época en dos grupos distintos, creyentes e incrédulos, un modelo establecido por muchas profecías en el Libro de Mormón.
Amonestación del Señor: Los Gentiles incrédulos serán pisoteados por la casa de Israel cuando pequen en contra del evangelio (3 Nefí 16:4-15)
Otra profecía condicional, la cual especifica las preocupaciones de América en los últimos días, también establece el creer en Dios como el principio para librarse de desastres en el futuro. Esta profecía se encuentra en las palabras de Jesucristo registradas en 3 Nefi, capítulo 16. El día del cumplimiento de esta profecía es el mismo: en la era cuando el Salvador haga cumplir sus convenios con el pueblo de Israel, reu-niéndolos desde las cuatro partes de la tierra. Esta profecía está dirigida específicamente a los Gentiles, el pueblo caucásico de América.
Los versículos preliminares (3 Nefi 16:4-13) ilustran el escenario. Como en la profecía de Jacob, el principio de creer en Dios divide a la gente de los últimos días de América en dos grupos. Una parte de los Gentiles que creen y reciben el evangelio:
Y benditos son los gentiles por motivo de su creencia en mí, mediante el Espíritu Santo, que les testifica de mí y del Padre.
He aquí que debido a su creencia en mí, dice el Padre, y a causa de vuestra incredulidad, oh casa de Israel, la verdad llegará a los gentiles en los últimos días, para que les sea manifestada la plenitud de estas cosas.
La otra parte de los Gentiles de América son incrédulos, y «ay, de los Gentiles incrédulos», dice Dios. Este grupo pecará contra el evangelio y cambiará al espantoso estado de iniquidad.
Con los antecedentes claramente establecidos en estos versículos preliminares, el Salvador envía su mensaje profético. Al igual que Jacob, su amonestación es condicional: si los Gentiles de los últimos días rechazan la plenitud del evangelio, perderán su oportunidad para escucharla:
… El día en que los gentiles pequen contra mi evangelio, y rechacen la plenitud de mi evangelio, y se envanezcan por el orgullo de su corazón sobre todas las naciones y sobre todos los pueblos de la tierra, y estén llenos de toda clase de mentiras, y de engaños, y de maldades, y de todo género de hipocresía, y asesinatos, y supercherías sacerdotales, y fornicaciones, y abominaciones secretas; y si cometen todas estas cosas, y rechazan la plenitud de mi evangelio, he aquí, dice el Padre, retiraré la plenitud de mi evangelio de entre ellos.
La naturaleza condicional de la predicación continúa para ser vista como la porción de amonestación profética: si estos Gentiles inicuos de América se arrepienten, ellos serán contados entre Israel y no serán pisoteados, pero el Señor advierte lo que sucederá si no se arrepienten:
Pero si no se vuelven a mí, ni escuchan mi voz, yo les permitiré, sí, permitiré que los de mi pueblo, oh casa de Israel, pasen por en medio de ellos y los huellen, y serán como la sal que ha perdido su sabor, que desde entonces para nada es buena sino para ser arrojada y hollada bajo los pies de mi pueblo, oh casa de Israel.
De cierto, de cierto os digo que así me ha mandado el Padre: Que dé a este pueblo esta tierra por herencia.
Creer en Dios nuevamente se ha establecido como el principio por el cual se determinará la diferencia entre salvación y destrucción en este evento que ha de venir.
El Salvador amonesta: Los Gentiles incrédulos serán desarraigados por el resto de Jacob (3 Nefí 21:1-14)
El Señor presenta una profecía similar en un contexto diferente, pero nuevamente establece el principio de creer en Dios por el cual permitirá que algunos se libren de la destrucción en América en los últimos días. Jesucristo habla del mismo día y lugar así como en su anterior amonestación profética: habla de un evento relacionado con el recogimiento de Israel el cual toma lugar «en esta tierra» donde los Gentiles están «instituidos como pueblo libre por el poder del Padre.» Una vez más, él describe dos grupos que se diferencian por creer en Dios. Le dice a los Gentiles justos, quienes están dispuestos a creer en Dios, que al Padre le conviene que:
… muestre su poder a los gentiles, a fin de que éstos, si no endurecen sus corazones, se arrepientan y vengan a mí y sean bautizados en mi nombre y conozcan los verdaderos puntos de mi doctrina, para que sean contados entre los de mi pueblo, oh casa de Israel; .. ,
Estos Gentiles creyentes son el contraste de los incrédulos quienes cosechan destracción como el Salvador menciona en sus amonestaciones proféticas. De acuerdo con el Maestro, los Gentiles incrédulos serán destruidos por el resto de Jacob quienes los desarraigará:
Acontecerá, pues, que los que no crean en mis palabras, que soy Jesucristo, las cuales el Padre hará que él lleve a los gentiles, y le otorgará el poder para que las lleve a los gentiles (se hará aun como dijo Moisés), serán desarraigados de entre los de mi pueblo que son del convenio.
Y los de mi pueblo, que son un resto de Jacob, estarán en medio de los gentiles, sí, en medio de ellos como león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar.
Su mano se levantará sobre sus adversarios, y todos sus enemigos serán talados.
Sí, ¡ay de los gentiles, a menos que se arrepientan! . . .
Amonestación de Mormón: La espada de venganza clamará por la sangre de los Santos a los incrédulos (Mormón 8:27, 9:6)
El profeta Mormón también presenta el principio de creer en Dios, por el cual separará aquellos quienes tendrán que sufrir la venganza de Dios en los últimos días y aquellos a quienes serán preservados. Él describe el día cuando «la sangre de los santos clamará al Señor, por motivo de las combinaciones secretas,» cuando «se negará el poder de Dios,» y habrá guerras y terremotos, y «persecuciones, y toda clase de iniquidades,'» y «abominaciones secretas para obtener lucror.»
Entonces él amonesta:
«He aquí, la espada de la venganza se cierne sobre vosotros; y pronto viene el día en que él vengará la sangre de los santos en vosotros, porque no soportará más sus clamores.»
Hablando «concerniente a aquellos que no creen en Cristo,» él advierte:
He aquí, ¿creeréis en el día de vuestra visitación—he aquí, cuando venga el Señor, sí, ese gran día cuando la tierra se plegará como un rollo, y los elementos se derretirán con ardiente calor, sí, ese gran día en que seréis llevados para comparecer ante el Cordero de Dios— diréis entonces que no hay Dios?
Entonces él mostrará que su profecía es condicional; distinguirá la situación que él ha descrito con el estado de aquellos quienes se arrepienten y creen en Dios:
Volveos, pues, oh incrédulos, volveos al Señor; clamad fervientemente al Padre en el nombre de Jesús, para que quizá se os halle sin mancha, puros, hermosos y blancos, en aquel grande y postrer día, habiendo sido purificados por la sangre del Cordero.
Amonestación de Nefí: Dios ocasionará una gran división entre el pueblo y destruirá al inicuo (2 Nefí 30:1-10)
Nuevamente otro pasaje del Libro de Mormón que presenta el principio de creer en Dios como el criterio por el cual se distinguirá aquellos quienes se preservarán de aquellos quienes serán destruidos en el periodo de destrucción en los últimos días y en relación al recogimiento de Israel. Nefi habló de los Gentiles en los últimos días, diciendo cómo algunos de ellos por motivo de creer en Dios podrían estar entre el pueblo del convenio:
Porque he aquí, os digo que cuantos de los gentiles se arrepienten son el pueblo del convenio del Señor, y cuantos judíos no se arrepientan serán talados; porque el Señor no hace convenio con nadie sino con aquellos que se arrepienten y creen en su Hijo, que es el Santo de Israel.
Después de hablar del recogimiento de Israel cuando Dios ocasionará una gran división entre el pueblo y destruirá aquellos que no son de su pueblo, él dice:
Porque rápidamente se acerca el tiempo en que el Señor Dios ocasionará una gran división entre el pueblo, y destruirá a los inicuos; y preservará a su pueblo, sí, aun cuando tenga que destruir a los malvados por fuego.
Amonestación de Moroní:
Aquellos quienes niegan la palabra del Señor serán maldecidos y destruidos por fuego (Éter 4:6-18)
Moroni, escribiendo a los Gentiles en los últimos días, citó las advertencias del Señor a los incrédulos entre los Gentiles y entre el pueblo de Israel en los últimos días. Al mismo tiempo, él mencionó de la parte de la revelación dada al hermano de Jared la cual no se había dado a conocer todavía a la Iglesia en los últimos días. Explicó que esta, y otra revelación, sería restaurada a los Santos. Algunos de los Gentiles creerían, mientras que otros negarían la palabra del Señor y serían destruidos:
… He aquí, he escrito sobre estas planchas las mismas cosas que vio el hermano de Jared; y jamás se manifestaron cosas mayores que las que le fueron mostradas al hermano de Jared.
.. . No irán a los gentiles sino hasta el día en que se arrepientan de su iniquidad, y se vuelvan puros ante el Señor.
Y el día en que ejerzan la fe en mí, dice el Señor, así como lo hizo el hermano de Jared, para que se santifiquen en mí, entonces les mani festaré las cosas que vio el hermano de Jared, aun hasta desplegar ante ellos todas mis revelaciones, dice Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre de los cielos y de la tierra, y de todas las cosas que en ellos hay.
Y el que contienda contra la palabra del Señor, maldito sea; y el que niegue estas cosas, maldito sea; porque a éstos no mostraré cosas mayores, dice Jesucristo; porque yo soy el que habla.
Y por mi mandato se abren y se cierran los cielos; y por mi palabra temblará la tierra; y por mi mandato sus habitantes pasarán, como si fuera por fuego.
Después de prometer ricas bendiciones a aquellos quienes creyeran en el futuro (el proceso de recogimiento sería la señal de que Dios recuerda sus convenios con Israel y que ha comenzado su trabajo), Moroni repitió las amonestaciones proféticas del Señor, declarando que los creyentes podrían ser salvos mientras los incrédulos serían maldecidos.
He aquí, cuando rasguéis ese velo de incredulidad que os hace permanecer en vuestro espantoso estado de iniquidad, y dureza de corazón, y ceguedad de mente, entonces las cosas grandes y maravillosas que han estado ocultas de vosotros desde el principio del mundo, sí, cuando invoquéis al Padre en mi nombre, con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, entonces sabréis que el Padre se ha acordado del convenio que hizo con vuestros padres, oh casa de Israel.
Entonces serán manifestadas a los ojos de todo el pueblo mis revelaciones que he hecho que sean escritas por mi siervo Juan. Acordaos, cuando veáis estas cosas, sabréis que el tiempo está cerca en que efectivamente serán manifestadas.
Por tanto, cuando recibáis esta historia, sabréis que la obra del Padre ha empezado sobre toda la faz de la tierra.
Arrepentios, pues, todos vosotros los extremos de la tierra, y venid a mí, y creed en mi evangelio y sed bautizados en mi nombre; porque el que crea y sea bautizado, será salvo; mas el que no crea, será condenado; y las señales seguirán a los que crean en mi nombre.
Resumen
- El Libro de Mormón contiene amonestaciones importantes a los habitantes de los últimos días en las Américas. Estas amonestaciones se encuentran usualmente como profecías condicionales y relacionadas a eventos en los últimos días.
- Muchas de las amonestaciones condicionales establecen un principio del evangelio específico. Ellas dicen que las bendiciones serán cosechadas por aquellos que obedecen el principio, advierten de la des trucción que vendrá sobre aquellos que desobedecieron esa ley.
- Los capítulos en la sección I están dedicados a obtener un mejor entendimiento de los principios sobre los cuales depende la super Los capítulos posteriores considerarán los eventos que se han profetizado de las que las amonestaciones profeticas aluden.
- El pueblo de América debe creer en Dios o serán destruidos durante los juicios enviados por Dios. Este es el primero de los principios citados para la supervivencia y es el tema central de este capítulo.
- Se citan seis referencias claves de amonestaciones profeticas para demostrar este principio. Estas son profecías hechas por:
- Jacob (2 Nefi 6:14-18)
- El Salvador (3 Nefi 16:4-15)
- El Salvador (3 Nefi 21:1-14)
- Mormón (Mormón 8:27-9:6)
- Nefi (2 Nefi 30:1-10)
- Moroni (Éter 4:6-18)
- La esencia del tema de las profecías es que el pueblo de las Américas será dividido en dos corrientes, la de los justos y la de los inicuos. Los justos serán separados mientras que los inicuos serán destruidos.
- Las profecías generalmente se refieren a un periodo de tiempo específico de ejecución: una hora de conflictos en donde Dios llevará a cabo sus convenios con Israel por medio del recogimiento de este pueblo a las tierras de su herencia. Sin embargo, algunas de las profecías
hacen referencia a la destrucción de los inicuos llevándose a cabo durante la venida de Jesucristo en gloria para dar comienzo a su reino en el milenio. - Las profecías son dirigidas usualmente a los «Gentiles» o habitantes caucásicos quienes se establecieron en las Américas siguiendo la llegada de Colón. De acuerdo al Libro de Mormón, el evangelio es restaurado y enseñado los Gentiles. Es obvio que los miembros de la Iglesia se pueden encontrar entre las categorías de los Gentiles «creyentes» o «incrédulos» en los últimos días.
- Las profecías aluden las condiciones de injusticia las cuales existirán en América cuando la hora de conflicto y destrucción este cerca:
- Los Gentiles pecarán contra el evangelio (3 Nefi 16:10)
- Los Gentiles serán envanecidos sobre todos los pueblos de la tierra (3 Nefi 16:10)
- Los Gentiles estarán llenos de mentiras, engaños, maldades, hipocresía, asesinatos, supercherías sacerdotales, fornicaciones y abominaciones secretas (3 Nefi 16:10)
- La sangre de los Santos clamará al Señor por motivo de las com binaciones secretas (Mormón 8:27)
- Se negará el poder de Dios (Mormón 8:28)
- Habrá persecuciones (Mormón 8:36)
- Habrá abominaciones secretas para obtener lucro (Mormón 8:40)
- La gente será incrédula (Mormón 9:6)
- Algunos contenderán con la palabra del Señor (Éter 4:8)
- Algunos negarán la validez de nuevas revelaciones reveladas (Éter 4:7-8)
- La gente estará en un espantoso estado de iniquidad (Éter 4:15)
- El grado en el cual estas condiciones existan en el presente pueden ser indicaciones de que tan cerca esté el periodo de conflicto y destrucción.
- Las advertencias se aluden para especificar eventos los cuales serán conocidos como las profecías realizadas:
- Dios empezará a reunir y recoger a Israel (2 Nefi 6:12-14; 3 Nefi 16:5; 21:1)
- Aquellos quienes no creen en Dios serán destruidos por fuego, tempestades, temblores, efusión de sangre, pestilencias y hambre (2 Nefi 6:15)
- La gente contenderá con Israel y la oprimirá (2 Nefi 6:17-18)
- Israel (o algunos de Israel) estará cautiva por un enemigo poderoso pero será librada (2 Nefi 6:16-18)
- Dios librará a su pueblo del convenio (2 Nefi 6:17)
- Los creyentes serán preservados de la destrucción (2 Nefi 6:14-15)
- Los enemigos de Israel pelearán entre ellos mismos (2 Nefi 6:18)
- Algunos Gentiles recibirán el evangelio (3 Nefi 16:6-7; 21:6)
- El evangelio será retirado de los Gentiles inicuos (3 Nefi 16:10,21:11)
- Los miembros de la casa de Israel (el resto de Jacob) despedazarán y pisotearán a los Gentiles (3 Nefi 16:15; 21:12-13)
- Habrá guerras y terremotos (Mormón 8:30)
- Dios vengará la sangre de los Santos sobre los Gentiles (Mormón 8:41)
- Dios ocasionará una gran división entre el pueblo (2 Nefi 30:10)
- Dios destruirá al inicuo con fuego (2 Nefi 30:10; Éter 4:9)
- Las cosas mostradas al hermano de Jared, mas otras revelaciones, se manifestarán a los Gentiles justos (Éter 4:7)
- Los hombres contenderán contra las nuevas revelaciones y las negarán (Éter 4:8)
- Las revelaciones dadas a Juan [el Revelador] serán manifestadas (Éter 4:16)
- El Señor vendrá. Los elementos se derretirán con ardiente calor (Mormón 9:2)
























