Cómo criar una
Familia Celestial
Gene R. Cook
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Prefacio Reconocimientos — Hijos de la noble herencia
- Introducción — Cómo criar una familia celestial
- Capítulo 1 — La persona, la familia y la Iglesia
- Capítulo 2 — Enseñe a su familia por el Espíritu
- Capítulo 3 — Enseñe a su familia a orar
- Capítulo 4 — Enseñe a su familia mediante el estudio de las Escrituras
- Capítulo 5 — Enseñe a su familia a vivir por el poder de la fe
- Capítulo 6 — Enseñe a su familia sobre el arrepentimiento y la disciplina
- Capítulo 7 — Enseñe a su familia a guardar los mandamientos
- Capítulo 8 — Enseñe a su familia sobre el trabajo y la administración del dinero
- Capítulo 9 — Enseñe a su familia a través de reuniones y actividades
- Capítulo 10 — Enseñe el amor y el servicio a su familia
- Conclusión — Ninguna Silla Vacia
Prefacio
Hijos de la noble herencia
Al considerar el significado de criar una familia celestial debemos hacernos unas cuantas preguntas: ¿Quién es esta generación a la que estamos intentado criar de manera celestial? ¿Son ellos realmente los hijos de la noble herencia? ¿Qué parte del plan representarán en ésta, la última dispensación del cumplimiento de los tiempos? Permítame ilustrar en parte la respuesta a esas preguntas con algo que le aconteció a nuestra familia hace unos años.
Uno de nuestros hijos mayores trabajaba en un cementerio, y mis hijos más jóvenes y yo solíamos ir allí al anochecer para asustarlo. Quizás no fuese algo que debíamos hacer, pero a todos nos gustaba, incluido el hijo que trabajaba allí. Una vez, mientras bromeábamos durante la cena, le dije: «Hijo, si tienes algo de tiempo libre, ¿por qué no cavas una buena tumba para tu padre? Que tenga unos dos metros de largo por dos de profundidad. Quizás debas poner ya manos a la obra». Otro de mis hijos comentó: «Sí, haz una para mí también. Cuando me llegue la hora de volver a casa, estaré listo». Todos nos reímos.
Sin embargo, otro hijo añadió muy serio: «Bueno, no tendrás que hacer una para mí».
«¿Por qué no?», le preguntamos.
«Porque no me voy a morir».
Todos nos reímos y dijimos: «Claro que te vas a morir. Todo el mundo se va a morir; nadie se libra de la muerte».
Él dijo: «Bueno, no cuento con morirme».
Me di cuenta de que hablaba en serio, por lo que intenté averiguar un poco más. «¿Qué quieres decir?», le pregunté.
«Tras oír la bendición patriarcal de mi amigo, así como otras cosas, espero estar aquí cuando venga el Salvador», contestó. «Espero ser arrebatado y cambiado en un abrir y cerrar de ojos, por lo que no voy a necesitar ninguna tumba en el cementerio».
Podía verse que hablaba en serio y, ¿quiénes éramos nosotros para llevarle la contraria? Quizás lo que él dijo llegue a pasar. Se trataba de un pensamiento serio que me hizo recordar la inspirada pregunta: «¿Quién es esta generación que estamos criando de manera celestial?».
Unos días más tarde, mi esposa y yo nos quedamos muy pensativos al ver que nuestro hijo de seis años llegaba a casa con una camiseta que le habían dado en la escuela. En la parte delantera de aquella bonita camiseta verde se leía: La Clase del 2000. Nos quedamos bastante sorprendidos al pensar que uno de nuestros hijos se graduaría en ese año. Nadie sabe cuándo vendrá el Señor, a excepción de nuestro Padre Celestial; pero lo cierto es que ese momento está cada vez más cerca. Bien pudiera ser que esta generación que estamos intentando criar de manera celestial sea la generación que le reciba cuando Él venga. De cualquier modo, debemos dar lo mejor de nosotros mismos al prepararla para Su recibimiento, tanto en esta vida como en la venidera.
Reconocimientos
¡Qué gran bendición es haber sido criado en una buena familia con padres, hermanos y una hermana que me enseñaron tanto sobre la buena vida familiar! Tengo una gran deuda con mi buena esposa e hijos, por su paciencia conmigo como esposo y padre, y por permitirme aprender mientras servía a mi propia familia. La mayor parte de lo que he aprendido sobre cómo criar familias celestiales ciertamente procede del Señor mismo a través de estos espíritus maravillosos que Él ha confiado a nuestro cuidado.
Expreso un aprecio particular por mi esposa e hijos, los cuales me ayudaron a organizar los pasajes de las Escrituras, los relatos y los diversos materiales para este libro, y quienes también ayudaron en la edición del manuscrito. Mi nuera, Ashlee Ethington Cook, realizó las ilustraciones, por lo cual me siento agradecido. Me gustaría dar las gracias a Kristine Buchanan, Deon Saunders, Rebecca Day y Christa Whitaker, quienes realizaron gran parte del mecanografiado y de la edición del manuscrito. Gracias también a Tack M. Lyon, Editor Ejecutivo de Deseret Book Company, quien editó el manuscrito y ayudó enormemente en su compilación.
Quisiera expresar de un modo especial mi más profunda gratitud al Señor por Su guía en nuestros intentos de criar una familia celestial y por la inspiración que hemos recibido en la creación de este libro.
Finalmente, quisiera decir que este libro de ninguna manera constituye una publicación oficial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, por lo que cualquier error, omisión o deficiencia es responsabilidad mía. Que el Señor bendiga a todos los que lean este documento, para que puedan criar mejor a sus familias de una manera celestial.

























