Capítulo 13
El Sacramento de La Santa Cena
“La Santa Cena es un símbolo sagrado de nuestra aceptación del evangelio de Jesucristo, y al tomarla renovamos nuestros convenios con Él”.
Esta ordenanza constituye el tema central de nuestra adoración formal.
— El Señor estableció la ordenanza
En la ocasión en que los judíos celebraban la fiesta de la Pascua, Jesús dio instrucciones a sus apóstoles de reunirse en un lugar señalado para comer la Pascua juntos.
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
Porque esto es mi sangre, del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”.
A este relato de la institución de la Cena del Señor añadimos lo que escribió S. Lucas: “Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí”.
Nuestro Señor instituyó la ordenanza de la Santa Cena en memoria de Él y de lo que iba a hacer. En este respecto, tenemos también las palabras de la Versión Inspirada del profeta José Smith: “Porque esto es en memoria de mi sangre del nuevo pacto, derramada por todos los que crean en mi nombre, para la remisión de pecados”.
Esta ceremonia de adoración formal se relaciona con los convenios de la ordenanza iniciadora del bautismo.
— El convenio de la Santa Cena
El Señor resucitado instituyó esta ordenanza en las Américas en la época del Libro de Mormón. Habiéndolo hecho, dijo al pueblo: “Benditos sois por esto que habéis hecho; porque esto cumple mis mandamientos y testifica al Padre que estáis dispuestos a hacer lo que os he mandado”.
De lo anterior, y de las oraciones sacramentales que se nos han revelado, se deduce que quienes participan debidamente de la Santa Cena hacen convenio con el Señor por medio de esta ordenanza. Los convenios involucrados son:
- Recordar siempre el cuerpo quebrantado y la sangre derramada del Salvador.
- Tomar sobre sí el nombre de Cristo.
- Guardar sus mandamientos.
A quienes hacen estas promesas sagradas, el Señor les asegura que recibirán Su Espíritu como compañero constante y que obtendrán la vida eterna.
— La forma de la ordenanza
Cuando se realizan regularmente las reuniones programadas, la Santa Cena se administra cada domingo como parte de los servicios de adoración. Cuando las condiciones no permiten reunirse con regularidad, no es impropio que los miembros se reúnan y, bajo la debida autoridad, bendigan y participen de la Santa Cena según lo permitan las circunstancias.
Únicamente los presbíteros ordenados del Sacerdocio Aarónico y los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec pueden pronunciar las oraciones sobre la Santa Cena. Por regla general, los diáconos se encargan de repartir los emblemas después de haber sido bendecidos, aunque el oficial presidente puede designar a otros poseedores del sacerdocio cuando sea necesario.
Las oraciones para bendecir la Santa Cena fueron reveladas por Dios, y convendría que todos los presbíteros las aprendieran de memoria. El élder o presbítero que va a participar en la bendición del sacramento debe arrodillarse y pronunciar la oración con reverencia.
— La bendición sobre el pan
“Oh Dios, Padre Eterno, en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, te pedimos que bendigas y santifiques este pan para las almas de todos los que participen de él, para que lo coman en memoria del cuerpo de tu Hijo, y den testimonio ante ti, oh Dios, Padre Eterno, que desean tomar sobre sí el nombre de tu Hijo, y recordarle siempre, y guardar sus mandamientos que Él les ha dado, para que siempre tengan su Espíritu consigo. Amén.”
— La bendición sobre el agua
“Oh Dios, Padre Eterno, en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, te pedimos que bendigas y santifiques esta agua para las almas de todos los que la beban, para que den testimonio ante ti, oh Dios, Padre Eterno, de que siempre se acuerdan de Él, para que tengan su Espíritu consigo. Amén.”
La autoridad para usar agua en lugar de vino se encuentra en la Sección 27 de Doctrina y Convenios.
Los utensilios que contienen el pan y el agua deben conservarse completamente limpios, y se ha de procurar que la mesa u otro sitio donde se coloquen los emblemas esté cubierta con un lienzo blanco. Los que van a bendecir la Santa Cena deben lavarse las manos antes de proceder.
— Los que no son miembros y la Santa Cena
“El tomar la Santa Cena es una responsabilidad individual, y se debe procurar no ofender a los que no son miembros prohibiéndoles en forma directa que la tomen. Casi todas las personas entienden que el tomar la Santa Cena es una indicación de confraternidad, y, no siendo miembros de la Iglesia, se abstendrán por sí mismos de participar”.
Los niños, aun sin haber sido bautizados, son considerados miembros de la Iglesia hasta que llegan a la edad de responsabilidad, y por tanto pueden participar de la Santa Cena.
No se debe tomar la Santa Cena indignamente.
— La promesa incorporada en la Santa Cena
“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.
A fin de que esto se cumpla en nosotros, se nos ha dado esta instrucción: “Irás a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos en mi día santo”.
























