Capítulo 5
La Tierra: Su Creación y Destino
MUCHAS TIERRAS Y SU SALVACIÓN
MUCHAS TIERRAS CREADAS PARA EL HOMBRE. El Señor le declaró a Moisés que su gran obra y su gloria consisten en “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre”. Con este fin los mundos han sido y están siendo creados; y el propósito del Señor es proveer la inmortalidad y vida eterna para sus hijos, no solamente en esta tierra sino en los innumerables mundos del universo. Ellos son incontables para el hombre, y sin embargo nuestro Padre los conoce y los tiene contados. El Señor ha dicho: “Y así como dejará de existir una tierra con sus cielos, así aparecerá otra; y no tienen fin mis obras, ni tampoco mis palabras.”
EN QUÉ FORMA LOS MUNDOS DEJAN DE EXISTIR. Esto de dejar de existir no quiere decir que los mundos envejezcan y mueran, tomándose cuerpos fríos y sin vida, para seguir sin rumbo en el espacio, posiblemente para desintegrarse, partirse o de alguna manera desconocida ser recreados por medio de alguna fuerza natural que obra en base a la energía del universo. Tenemos toda la razón en creer que la muerte de un mundo significa simplemente que sufrirá, o ha sufrido, el mismo curso definido que se ha destinado para nuestra tierra, y el Señor ha declarado eso con toda claridad. Esta tierra es un cuerpo viviente, y es fiel a la ley que se le ha dado, ya que fue creada para llegar a ser un cuerpo celestial y la morada de seres celestiales.
Sin duda que otros mundos están siendo preparados como habitación de los seres terrestres y telestes, puesto que debe haber lugar preparado para aquellos que fracasen en su intento de obtener la gloria celestial. Son los que reciben inmortalidad pero no vida eterna. Además, puesto que el Señor nunca ha creado algo para luego destruirlo, cada mundo, haya sido creado para la gloria celestial o para la terrestre o teleste, tendrá que pasar por la condición de muerte y resurrección, así como tiene que pasar nuestra tierra. La “muerte”, por lo tanto, significa que después de que hayan concluido su “estado de probación” en la mortalidad, morirán y se levantarán otra vez para recibir la “gloria” a la que sean designados; para tornarse en moradas eternas del hombre.
VIDA, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE LA TIERRA. En una de las revelaciones dadas a José Smith, el Señor dijo a la Iglesia y a todos los que estén dispuestos a recibirla: “Y además, de cierto, de cierto os digo, que cuando hayan terminado los mil años y empezaren de nuevo los hombres a negar a su Dios, entonces perdonaré la tierra por tan solamente un corto tiempo”. El Señor se está refiriendo aquí a su segunda venida, del reinado milenario que será seguido por un breve período de iniquidad y luego vendrá el fin.
La revelación continúa: “Y entonces vendrá el fin, y el cielo y la tierra serán consumidos y pasarán, y habrá nuevo cielo y nueva tierra.” Esto no quiere decir que la tierra deje de existir y otra tome su lugar, ni que su cielo deje de ser y otro tome su lugar; sino que la tierra y su cielo, después de pasar por la muerte, serán renovados para inmortalidad.
Esta tierra vive y debe morir, pero como guarda la ley debe ser restaurada mediante la resurrección y por ella llegará a estar celestializada y será la morada de seres celestiales. El versículo siguiente explica esto así: “Porque todas las cosas viejas pasarán, y todo será hecho nuevo, el cielo y la tierra, y toda la plenitud de ellos, tanto hombres como bestias, aves del aire, y peces del mar; y ni un pelo ni una mota se perderán, porque todo es la obra de mis manos.
EXPIACIÓN PARA TODA LA TIERRA Y TODA FORMA DE VIDA. De manera que vemos que el Señor intenta salvar no solamente a la tierra y los cielos, ni solamente al hombre que mora en la tierra, sino a todas las cosas que El ha creado. Los animales, los peces del mar, las aves del aire, así como el hombre, deben ser recreados, o renovados, mediante la resurrección, pues ellos también son almas vivientes. La tierra, como cuerpo viviente, tendrá que morir y resucitar, pues ella también ha sido redimida por la sangre de Jesucristo.
EL PLANO DEL SEÑOR PARA LA CREACIÓN
CRISTO CREÓ MUCHOS MUNDOS. Bajo la dirección de su Padre, Jesucristo creó esta tierra. No hay duda en cuanto a que otros le ayudaron, pero fue nuestro Redentor, Jesucristo, quien, bajo la dirección de su Padre, bajó y organizó la materia e hizo este planeta, a fin de que pudiese ser habitado por los hijos de Dios.
Jesucristo es la luz y la vida de los hombres; El era Creador antes que este mundo fuese hecho, pero a nosotros no nos preocupan tanto ahora las obras que entonces El hizo, ni tampoco nos preocupan ahora esos otros mundos y sus habitantes.
Esto sabemos y esto mismo nos bastará hasta que todas las cosas sean reveladas: que los habitantes de estos mundos creados por Jesucristo son engendrados hijos e hijas para Dios. La vida no se originó aquí. El hombre no comenzó a existir aquí por vez primera. Nuestro Padre Celestial nos ha dicho que el hombre es eterno: que siempre ha existido y que toda vida que hay sobre esta tierra ha venido de alguna otra parte. Tal vez no podamos comprender todo esto ahora, pero vendrá el tiempo en la providencia del Señor cuando todas estas cosas serán dadas a conocer y tendremos la plenitud del conocimiento.
ADÁN Y OTROS AYUDARON EN LA CREACIÓN. Cierto es que Adán ayudó a formar esta tierra, pues trabajó junto a nuestro Salvador Jesucristo. Yo poseo un fuerte punto de vista o convicción de que hubo otros que también cooperaron con ellos. Tal vez Noé y Enoc; ¿y por qué no José Smith y aquellos que fueron señalados para ser los gobernantes antes que la tierra fuese formada? Sabemos que Jesucristo, nuestro Salvador, era un espíritu cuando esta gran obra fue hecha; El hizo todas estas poderosas obras antes de morar en la carne.
LOS DIOSES PLANEAN LA CREACIÓN. El relato de la Creación, el que encontramos en el Libro de Abraham, es “el plano del Señor para la Creación”. Con esto quiero decir que Abraham nos relata el planeamiento efectuado en el cielo para esta tierra y sus habitantes, antes que la obra de construcción fuese hecha; no digo que este planeamiento haya incluido la creación del sol y otros cuerpos celestes, sino más bien nos habla de la colocación de la tierra en la posición que debía ocupar en relación con estos astros.
CREACIÓN FÍSICA DE TODAS LAS COSAS
RELATO DE LA CREACIÓN FÍSICA. Aunque es cierto que todas las cosas fueron creadas espiritualmente, o como espíritus, antes de que existiesen naturalmente sobre la tierra; esta creación, se nos informa, tuvo lugar en los cielos. Esto se aplica a los animales de todas clases y también a la vida vegetal, antes que hubiese carne alguna sobre la tierra, o en el agua o en el aire. El relato de la creación de la tierra como se describe en Génesis, y en el Libro de Moisés, y como se relata en el templo; es la creación física de la tierra, de los animales y de las plantas. Yo creo que el relato que se narra en el templo, el cual fue dado por revelación, es el más claro de todos ellos. Estas creaciones físicas fueron efectuadas con los elementos naturales.
NO HAY UN RELATO REVELADO SOBRE LA CREACIÓN ESPIRITUAL. No hay relato alguno sobre la creación del hombre ni en cuanto a otras formas de vida con relación a su creación como espíritus. Simplemente hay una sencilla declaración de que fueron creados en esa forma antes de ocurrir la creación física. Las declaraciones de Moisés 3:5 y Génesis 2:5 son interpolaciones incluidas en el relato de la creación física con el fin de explicar que primeramente todas las cosas fueron creadas como una existencia espiritual en los cielos, antes de ser puestas en esta tierra.
Todos nosotros fuimos creados en épocas remotas antes de ser puestos en esta tierra. En Abraham 3:22-28 descubrimos que mucho antes de la formación de la tierra se presentó el plan de salvación a los espíritus o “inteligencias”. Por ser esto verdad, entonces el hombre, los animales y las plantas no fueron creados en espíritu en el momento de la creación de la tierra, sino mucho antes.
CREACIONES ESPIRITUALES, FÍSICAS, Y DE LOS ESPÍRITUS. El relato de Génesis sobre la Creación no trata de una creación de los espíritus, sino que en sentido particular habla de la creación espiritual. Naturalmente, esto requiere cierta explicación: el relato de Génesis, capítulos uno y dos, se refiere a la creación física de la tierra; el relato del establecimiento de toda vida sobre ella, desde el principio hasta la caída de Adán, reseña, en un sentido, la creación espiritual de todas las cosas, pero también fue una creación física. Cuando el Señor dijo que crearía a Adán, no se refería a la creación de su espíritu pues eso ya había ocurrido muchísimo antes que él (Adán) estuviera en el mundo de los espíritus y fuese conocido como Miguel.
El cuerpo de Adán fue creado del polvo de la tierra, pero en aquel momento ésta era una tierra espiritual. Adán tuvo un cuerpo espiritual hasta que la mortalidad vino sobre él a través de la violación de la ley bajo la cual vivía, pero también tuvo un cuerpo físico de carne y hueso.
NATURALEZA DEL CUERPO ESPIRITUAL. Y bien, ¿qué es un cuerpo espiritual? Aquel que es vivificado por el espíritu y no por la sangre. Nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador, y todos aquellos que han pasado por la resurrección, tienen cuerpos físicos de carne y hueso, pero sus cuerpos son vivificados por el espíritu y no por la sangre, de ahí que sean cuerpos espirituales y no cuerpos de sangre. El cuerpo inmortal es vivificado por el espíritu, pero el cuerpo mortal es vivificado por la sangre. El Señor le dijo a Noé que la sangre es la vida del cuerpo en esta esfera mortal, también en una revelación de los postreros días se nos dice lo siguiente:
“Porque, a pesar de que mueren, también ellos se levantarán, cuerpos espirituales. Aquellos que son de un espíritu celestial recibirán el mismo cuerpo que fue el cuerpo natural [es decir, un cuerpo mortal]; sí, vosotros recibiréis vuestros cuerpos, y vuestra gloria será aquella por la que vuestros cuerpos son vivificados.
En esto tenemos la ratificación, de parte del Señor, de que el cuerpo espiritual es el cuerpo que ha dejado de ser un cuerpo de sangre. Y bien, cuando Adán estaba en el Jardín de Edén, no estaba sujeto a la muerte. No había sangre en su cuerpo y pudo haber permanecido allí para siempre. Esto también es verdad en cuanto a todas las demás creaciones. Esta declaración tal vez no sea muy agradable para nuestros evolucionistas, pero indudablemente es verdadera.
ADÁN: EL PRIMER HOMBRE Y LA PRIMERA CARNE. Después de la Caída, la cual vino por la transgresión a la ley bajo la que Adán estaba viviendo, el fruto prohibido tuvo el poder de crear sangre y cambiar su naturaleza, y la mortalidad tomó el lugar de la inmortalidad, y todas las cosas, participando del cambio, se tornaron mortales. Ahora repito, el relato de Génesis, capítulos uno y dos, es el relato de la creación física de la tierra y de todo lo que hay sobre ella, pero la Creación no estuvo sujeta a la ley mortal sino hasta después de la Caída. Por lo tanto, ésta fue una creación espiritual y así permaneció hasta la Caída, en la que vino a ser temporal, o mortal.
No hubo cosa viviente sobre la tierra sino hasta que ésta fue preparada para este tipo de vida. La Perla de Gran Precio no dice que el hombre haya sido el primer ser vivo sobre la tierra, sino que solamente fue la primera carne y el primer hombre también. El, al caer, llegó a ser la primera carne mortal. Por carne se quiere decir un estado mortal, y Adán fue el primer mortal sobre la tierra; pero los animales y las demás formas de vida fueron puestas en la tierra primero y Adán no estuvo sobre ésta mientras no estuvo todo preparado para él. Puesto que Adán fue el primer hombre que hubo sobre la tierra, se descarta la falsa idea que hubo preadamitas.
EDAD DE LA TIERRA
EL ELEMENTO TIEMPO EN LA CREACIÓN. Esta tierra fue creada de acuerdo con el tiempo del Señor, el cual es tiempo celestial. Por medio de la revelación conocemos exactamente la naturaleza de ese tiempo y el número de días de tiempo celestial requeridos para crear esta tierra, además, sabemos el tiempo que ha durado esta tierra aproximadamente, y cuánto tiempo más durará de acuerdo con nuestra manera actual de calcular. El Señor le reveló a Abraham:
“Y el Señor me dijo por el Urim y Tumim que Kólob era conforme a la manera del Señor, según sus épocas y estaciones en sus revoluciones; que una revolución era un día para el Señor, según su manera de contar, y es mil años según el tiempo señalado para el lugar donde estás. Así se calcula el tiempo del Señor, con arreglo al cómputo de Kólob.
“Y así habrá la computación del tiempo de un planeta sobre otro, hasta acercarte a Kólob, el cual es según la computación del tiempo del Señor. Este Kólob está colocado cerca del trono de Dios para gobernar todos aquellos planetas que pertenecen al mismo orden que aquel sobre el cual estás.”
EL TIEMPO CELESTIAL USADO EN LA CREACIÓN. También: “Fig. 1. Kólob, que significa la primera creación, la más próxima a lo celestial o la residencia de Dios. Primera en gobierno, última en cuanto a la medida del tiempo. La medida corresponde al tiempo celestial que significa un día por codo. Un día en Kólob equivale a mil años según la manera de medir de esta tierra, a la cual los egipcios dan el nombre de Jah-oh-eh.”
Cuando esta tierra fue creada, no fue de acuerdo con nuestro tiempo presente. Sino que fue creada de acuerdo con el tiempo de Kólob, pues el Señor ha dicho que fue creada de acuerdo con el tiempo celestial que es el tiempo de Kólob. Luego le reveló a Abraham que Adán estaba sujeto al tiempo de Kólob antes de su transgresión. “Ahora, yo, Abraham, vi que era según el tiempo del Señor, que era según el tiempo de Kólob; porque hasta entonces los Dioses no le habían señalado a Adán su manera de contar el tiempo.”
EDAD DE LA TIERRA DESDE ADÁN. Tenemos evidencia que va más allá de toda disputa, de que Adán fue expulsado del Jardín de Edén hace unos 6000 años, o tal vez un poco menos, Es posible que nosotros, por medio de la cronología bíblica y la que es dada por el Señor en el Libro de Mormón y en Doctrinas y Convenios calculemos esto casi exactamente.
En el Libro de Apocalipsis, capítulos del cinco al 10, leemos la historia de la apertura de los siete sellos por el Cordero: cada sello representa 1000 años de la existencia temporal de esta tierra. En Doctrinas y Convenios sección 88:92-116, se encuentra la confirmación de esto con otros detalles relacionados con la apertura de los sellos. En la sección 77:6-15 existe más información pertinente a la apertura de estos sellos, con el siguiente detalle significativo:
Versículo 6. “P. —¿Qué hemos de entender por el libro sellado con siete sellos que Juan vio?
R. – Entendemos que contiene la voluntad, misterios y obras reveladas de Dios: las cosas ocultas de su administración concernientes a este mundo, durante los siete mil años de su duración, o su existencia temporal.”
EXISTENCIA TEMPORAL DE LA TIERRA. Aquí tenemos una declaración categórica dada por revelación, de que esta tierra pasará por 7000 años de existencia temporal. Temporal, en todas las interpretaciones, significa pasajero, temporario, o mortal, esto, entonces, se refiere a la tierra en su estado caído, pues la tierra fue maldecida cuando Adán, quien había recibido dominio sobre ella, transgredió la ley. Antes de ese tiempo esta tierra no era mortal como tampoco lo era Adán. Esto también lo aprendemos en otros pasajes; por ejemplo, véase 2 Nefi 2:22.
En el versículo 12 de la sección 77, el Profeta, por medio de la inspiración del Señor, da como equivalente días de mil años en nuestro cálculo, con estas palabras:
“Entendemos que así como Dios hizo el mundo en seis días, y en el séptimo día acabó su obra y la santificó, y también formó al hombre del polvo de la tierra, aun así, al principiar el séptimo milenario, el Señor Dios santificará la tierra, consumará la salvación de los hombres y juzgará y redimirá todas las cosas, excepto lo que no haya puesto él en su poder, cuando sellare todas las cosas hasta el fin de todo; y el son de trompetas de los siete ángeles en la preparación y terminación de su obra al principio del séptimo milenario — la preparación de la vía antes de la hora de su venida.”
LA CREACIÓN NO REQUIRIÓ MILLONES DE AÑOS. El Profeta compara los días de la Creación con siete períodos de 1000 años cada uno, y se cuentan los días de acuerdo con él al tiempo del Señor, en armonía con la enseñanza de Abraham en las demás Escrituras. La existencia temporal de la tierra, de acuerdo con esto, durará solamente una semana, o siete días de 1000 años cada uno, además, ya que la tierra fue hecha de acuerdo con el tiempo celestial, el cual es los días del Señor y que El claramente definió a Abraham, difícilmente podemos ser justificados al tratar de armonizar los días de la Creación con los extensos períodos de millones de años según el cálculo de los llamados científicos.
Tanto por la Biblia como por el libro de Doctrinas y Convenios, sabemos que el Diluvio ocurrió en el año 1,600 después de la expulsión de Adán del Jardín de Edén. Sabemos que Abraham vivió en los días de Sem, hijo de Noé, si es que no vivió en los mismos días de Noé. La historia secular corrobora la historia de Israel y de Abraham. De manera que es voluntariamente ciego el hombre que quiera extender estas épocas a decenas de miles de años, cuanto más a centenas de miles.
SIGNIFICADO DEL MERIDIANO DE LOS TIEMPOS. Por otra parte, nuestro Salvador vino en el meridiano de los tiempos. Esta dispensación es llamada la dispensación del Meridiano de los Tiempos. Esto significa que transcurrió casi a la mitad del comienzo del “tiempo” al final del “tiempo”. Cualquiera que lo desee, puede calcular por sí mismo que nuestro Señor vino unos 4000 años después de la época de la Caída. El Milenio vendrá en algún momento luego de 2000 años de su venida, y durante 1000 años será el Milenio, seguido por un “breve período” cuya duración no se ha revelado pero que puede servir para llevar el “tiempo a su fin” más o menos a unos 8000 años desde el principio.
Hemos visto que el Señor no le había dado a esta tierra su tiempo presente, sino un poco después de la Caída, antes de ese momento la tierra estaba sujeta el tiempo de Kólob, el cual es tiempo eterno. Después que la existencia temporal de la tierra se haya acabado, ella volverá otra vez al tiempo celestial, y allí “el tiempo cesará”. Esto no quiere decir que los habitantes de la tierra que serán seres celestiales, no calculen el tiempo, sino que tendrán un tiempo diferente; el tiempo de Kólob, del cual el Señor dice que es el suyo.
Si los hombres prefieren creer el gran error enseñado por los evolucionistas, en lugar de creer lo que el Señor ha revelado, nosotros nada podemos hacer, pero incuestionablemente esto sirve para demostrar en ellos una falta de fe, lo cual no habla mucho a su favor.
LA TIERRA TELESTIAL
CUATRO ESTADOS DE LA EXISTENCIA DE LA TIERRA. Esta tierra está pasando a través de cuatro grandes grados o estados: 1. La Creación y la condición anterior a la Caída. 2. La condición teleste, la cual ha prevalecido desde la caída de Adán. 3. La condición terrestre que prevalecerá cuando venga el Salvador a iniciar la época milenaria. 4. El estado final o celestial de la tierra cuando ésta haya obtenido su exaltación. Existe además, lo que el señor ha denominado “un poco de tiempo”, a continuación del milenio, cuando Satanás será desatado y se librará la gran batalla.
EL ESTADO TELESTIAL ES EL RESULTADO DE LA CAÍDA DE ADÁN. Cuando la tierra fue creada el Señor declaró que era buena. Todo lo que había sobre su faz había sido creado sin la semilla de la muerte y pudo haber existido para siempre; esto es lo que se enseña, entre otros lugares, en 2 Nefi 2:22. La muerte no había entrado en el mundo y Adán era inmortal en el sentido de que no estaba sujeto a la muerte. Sin embargo, él no había pasado por la resurrección, y, por lo tanto, estaba en una condición en la que podía caer a fin de que su cuerpo se sujetase a la muerte o estado mortal. Esto sucedió y esta condición vino sobre toda la tierra y sobre todas las criaturas vivientes en ella.
Desde la época en que Adán fue expulsado del Jardín hasta ahora, esta tierra y sus habitantes: el hombre, las bestias, las aves, los peces y toda criatura, han estado sujetos a la muerte, la tierra misma debe morir y recibir su resurrección. Esta condición presente, a la cual llamamos condición teleste, durará hasta que Cristo venga, sabemos que esta existencia temporal durará 6000 años.
EL ESTADO TELESTE FINALIZARÁ PRONTO. Los días de la condición actual de la tierra y sus escenas de iniquidad, de delitos, de orgullo, en los que Satanás reina, están llegando a su final. Antes de que pase mucho tiempo, Satanás será encadenado, de tal forma que no influirá en el corazón de los hijos de los hombres. Cristo vendrá a tomar posesión de la tierra puesto que le pertenece y El es su legal gobernante. Se nos ha prometido que El reinará en la tierra durante 1000 años, pero que cuando ese tiempo llegue, solamente los justos, los temerosos de Dios, los humildes, los mansos, heredarán la tierra.
EL MUNDO TELESTE GOBERNADO POR SATANÁS. Esta tierra, desde su caída, debe pasar a través de tres estados diferentes, nosotros nos encontramos en uno de ellos ahora, y esta es la condición mortal, la cual ha continuado desde los días de Adán hasta el presente; la iniquidad ha prevalecido sobre la tierra. Satanás ha tenido poder e influencia; ha usurpado autoridad y ha encontrado el favor de los hombres. Mediante su poder, su astucia y artimañas, él ha ganado gran número de adeptos.
Pero esta condición, como he dicho, está llegando a su final. El día está cerca, a la mano, cuando esta tierra misma será cambiada, cuando la justicia prevalecerá y la iniquidad cesará sobre su faz. Entonces, por el espacio de mil años, la tierra descansará; y ese será el segundo estado en la historia de este planeta desde que el hombre fue puesto sobre él.
EL FIN DEL MUNDO NO ES EL FIN DE LA TIERRA. El mundo no es la tierra. El fin del mundo no significa la destrucción de la tierra y todo lo que hay sobre ella.
Los discípulos se acercaron a Jesús poco antes de la crucifixión para pedir mayor luz concerniente a ciertas declaraciones que El había hecho relativas a la destrucción de Jerusalén y el fin del mundo. En la traducción que ha llegado a nosotros no tenemos una comprensión muy clara, pero por medio de la versión inspirada de la Biblia que nos ha sido dada en los tiempos modernos a través de José Smith, el Profeta, ciertos asuntos que no eran muy claros para el mundo son aclarados a los Santos de los Ultimos Días; yo leeré uno o dos párrafos tomados de la revisión del capítulo 24 de Mateo:
“Y Jesús se apartó de ellos, y subió al monte de los Olivos. Y sentándose en el monte de los Olivos, vinieron privadamente los discípulos, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas que tú has dicho concerniente a la destrucción del templo y de los judíos; y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo, o la destrucción de los inicuos que es el fin del mundo?
“Y Jesús respondió y les dijo: … Y además se predicará este Evangelio del Reino en todo el mundo por testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin o la destrucción de los inicuos.”
El Señor no estaba hablando del fin de la tierra. Los discípulos no estaban preguntando concerniente al fin de la tierra; sino en relación a la segunda venida de Cristo, la cual traería el fin de la iniquidad, o el fin del mundo como ahora está constituido, y el Señor les dio la respuesta.
EL MUNDO TERRESTRE
LA TIERRA SERÁ RENOVADA. Cuando nuestro Salvador venga nuevamente, la tierra será cambiada a una condición terrestre y será hecha la morada adecuada para seres del orden terrestre; esta condición durará hasta después del Milenio, cuando la tierra morirá y de nuevo será levantada en resurrección para recibir su gloria como cuerpo celestial, el cual será su estado final.
Nosotros vivimos en el gran día de la restauración. El señor ha declarado que todas las cosas van a ser restauradas a su condición primera. Nuestro décimo Artículo de Fe dice: “Creemos… que Cristo reinará personalmente sobre la tierra, y que la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca.” Muchos son los que tienen el concepto de que esto se refiere a la tierra celestializada, pero ese no es el caso. El artículo de Fe se refiere a la tierra restaurada tal como será cuando Cristo venga a reinar, esto es lo que enseña en Isaías 65:17-25, y en Doctrinas y Convenios, sección 101:23-31.
RESTAURACIÓN DE LA TIERRA. José Smith dio este inspirado resumen de los acontecimientos de los postreros días: “Habrá hambre, pestilencia y terremotos en diversos lugares; y los profetas han declarado que los valles se levantarán; que las montañas se aplanarán; que habrá un gran terremoto en el que el sol se obscurecerá como arpillera de pelo y la luna se tornará en sangre; sí, el Dios Eterno ha declarado que el gran abismo se retirará a los países del norte y que la tierra de Sión y la tierra de Jerusalén serán juntadas, como lo eran antes de ser separadas en los días de Peleg. ¡No es de sorprender que la mente se sobresalte ante las noticias de los postreros días!”
Aquí el Profeta nos dice que la división de la tierra ocurrió en los días de Peleg, y que cuando Cristo venga, nuevamente, esta será unida otra vez tal como estaba antes de ser dividida.
LA TIERRA SERÁ RESTAURADA A UNA GLORIA PARADISÍACA. Y bien, en tiempos pasados esta tierra tenía una gloria paradisíaca y entonces vino la Caída, acarreando un cambio, y ese cambio ha perdurado sobre la tierra seis mil años.
¿Qué se quiere decir con eso de restauración de la tierra? Esta tierra será renovada y devuelta a la condición en la que estaba antes de ser maldecida por la caída de Adán. Cuando Adán salió del Jardín de Edén, la tierra se transformó en un mundo teleste y hoy en día pertenece a ese orden. Con esto, no quiero decir que sea una gloria teleste tal como se encontrará en los mundos telestiales después de su resurrección, sino de una condición teleste que ha existido desde los días de Adán hasta ahora y que existirá hasta la venida de Cristo.
LOS MALVADOS ARDERÁN COMO RASTROJO. Cuando Cristo venga, la tierra será cambiada y en la misma forma todo lo que haya sobre su faz, entonces vendrá a ser un mundo terrestre y permanecerá en esa condición durante mil años; y todos los que hayan vivido una ley telestial serán borrados, serán como rastrojo y serán consumidos; la tierra será purificada de su iniquidad y pasará a un orden terrestre. Esto requerirá un cambio en los mismos elementos de la tierra, así como en sus habitantes; sin embargo éstas seguirán siendo mortales, pero aquellos que sean del orden terrestre morarán sobre la tierra durante este período.
TIEMPO DE LA PRIMERA RESURRECCIÓN. El Señor nos dice que en aquel día las naciones paganas serán redimidas y que los que no hayan conocido ley tendrán parte en la resurrección que para nosotros es conocida como la primera. “A su venida” (aparentemente significa después que El haya establecido su gobierno y orden santo) vendrán aquellos que hayan guardado la ley terrestre. Los que hayan vivido la ley celestial vendrán a encontrarlo en las nubes antes de la resurrección de los habitantes del orden terrestre.
NO MIEMBROS DE LA IGLESIA DURANTE EL MILENIO. Algunos miembros de la Iglesia tienen una idea equivocada respecto al Milenio y piensan que cuando venga todas las personas serán barridas de la tierra excepto los miembros fieles de la Iglesia, pero no es así. Habrá millones de personas: católicos, protestantes, agnósticos, mahometanos, gente de toda clase y de todo credo a la que se le permitirá quedarse sobre la faz de la tierra; pero serán aquellos que hayan vivido vidas puras, aquellos que hayan estado limpios de iniquidad y corrupción. Todos los que sean, en virtud de su buena vida, del orden terrestre, así como todos los que hayan guardado la ley celestial, permanecerán sobre la faz de la tierra durante el Milenio.
Finalmente, sin embargo, el conocimiento del Señor cubrirá la tierra como las aguas llenan el mar. Pero habrá necesidad de predicar el evangelio aun después que el Milenio se haya iniciado, hasta que todos los hombres sean convertidos o fallezcan. En el curso de los mil años todos los hombres ingresarán a la Iglesia, o el reino de Dios, o morirán y dejarán de ser. En aquel día no habrá muerte hasta que los hombres envejezcan. Los niños no morirán sino que vivirán hasta tener la edad de un árbol, la cual es de cien años, dice Isaías. Cuando llegue el tiempo de que los hombres mueran, serán cambiados en un abrir y cerrar de ojos y no habrá tumbas.
LA TIERRA DESPUÉS DEL MILENIO. ¿Volverá la tierra al orden telestial después del milenio? No, sino que la gente que esté sobre su faz, muchos de ellos, serán como los nefitas que vivieron unos 200 años después de la primera venida de Cristo, o sea que los hombres se rebelarán voluntariamente contra el Señor y vendrá la última gran lucha y el diablo y sus fuerzas serán vencidos; entonces morirá la tierra, recibirá su resurrección y se tornará en cuerpo celestial. La resurrección de los malvados tendrá lugar como uno de los últimos eventos que ocurrirán antes de que la tierra muera.
LA TIERRA CELESTIAL
“LA BATALLA DEL GRAN DIOS.” Después de los mil años Satanás será soltado y de nuevo irá a engañar a las naciones, y como los hombres aún serán mortales, Satanás seducirá a muchos. Los hombres de nuevo negarán al Señor pero al hacerlo actuarán con los ojos abiertos y por amar a la tiniebla más que a la luz, se tornarán en hijos de perdición. Satanás reunirá sus huestes tanto las de la tierra como los inicuos que hayan muerto y quienes finalmente saldrán también en la resurrección. Miguel, el Príncipe, reunirá sus fuerzas y se librará la última gran batalla, en la cual Satanás y sus huestes serán vencidos; entonces vendrá el fin, cuando Satanás y los que lo sigan sean arrojados a las tinieblas eternas.
DESTINO CELESTIAL DE LA TIERRA. La tierra será purificada de nuevo, y si una vez fue bautizada en agua, cuando Cristo venga, será bautizada en fuego y con el poder del Espíritu Santo. Al fin del mundo la tierra morirá; se disolverá, fenecerá y luego será renovada, o levantada a resurrección.
Recibirá su resurrección para llegar a ser un cuerpo celestial, de manera que los que son del orden celestial puedan poseerla para siempre jamás, y entonces brillará como el sol y tomará su lugar entre los mundos que son redimidos. Cuando este momento llegue, los habitantes terrestres serán quitados y consignados a otra esfera adecuada para su condición. Entonces se cumplirán las palabras del Salvador, pues los mansos heredarán la tierra.
CUANDO LOS MANSOS HEREDEN LA TIERRA. El Señor le prometió a Abraham la posesión de Palestina, o la tierra de Canaán, como dominio eterno. Sin embargo, como dijo Esteban en ocasión de su martirio, Abraham durante su vida nunca recibió herencia, ni siquiera para asentar un pie en ella.
¿Entonces qué quiso decir el Señor al hacer una promesa de esa clase a Abraham, y darle aquella porción de tierra como posesión sempiterna para él y la parte justa de su posteridad?
Sencillamente esto: que finalmente llegaría el día, después de la resurrección de los muertos, en que Abraham y los hijos que hubiesen sido fieles en observar los mandamientos del Señor, poseerán aquella tierra y allí, ellos se desarrollarán tanto como sea necesario para recibir una herencia.
El Señor diole esta tierra América sobre la cual nosotros vivimos, como posesión sempiterna a José el hijo de Jacob. La posteridad de José, una vez purificada del pecado y cuando haya salido en la resurrección, heredará esta parte de la tierra, la cual será suya para siempre.
El Señor también dio esta tierra a otros en una época anterior, a los jareditas, y la parte justa de ellos, la poseerán para siempre.
LA TIERRA SERÁ UN SOL CELESTIAL. Opino que las grandes estrellas que vemos, incluyendo a nuestro sol, son mundos celestiales; por lo menos mundos que han llegado a su exaltación u otro estado final resucitado. Esto, naturalmente está en conflicto, con las enseñanzas de los hombres de ciencia, quienes declaran que el sol está perdiendo su energía y enfriándose gradualmente y que finalmente llegará a ser un mundo muerto. Yo no creo que el Señor tenga en su plan una cosa semejante. El Señor vive en “fuegos sempiternos”, se nos informa; el presidente Brigham Young ha dicho que esta tierra, cuando esté celestializada, brillará como el sol, ¿y por qué no?
“Si la gente pudiese comprender cabalmente este asunto —dijo—, percibiría que es perfectamente razonable y que ha sido la ley para todos los mundos. Y este mundo tan rodeado de tinieblas en el presente, y tan livianamente valorado por los infieles, como ha observado el hermano Clements, cuando se torne celestializado, será como el sol y será preparado como habitación de los santos, y será llevado de nuevo a la presencia del Padre y del Hijo. No será entonces un cuerpo opaco como lo es hoy, sino que será como las estrellas del firmamento, lleno de luz y gloria; será un cuerpo de luz. Juan lo comparó, en su estado celestializado, a un mar de vidrio.”
Orson Pratt nos ha declarado lo siguiente: “¿Quién al contemplar la tierra según asciende en la escala del universo, no desea ir al mismo paso que ella, de manera que cuando sea calificada en su turno, entre los deslumbrantes astros de la bóveda celeste, y brille en todo el esplendor de la gloria celestial, pueda él encontrarse así proporcionalmente aventajado en la escala de la excelencia moral e intelectual? ¿Quién, sino los más malvados, no desea ser encontrado digno de asociarse con aquellos seres de órdenes superiores que han sido redimidos, exaltados y glorificados junto a los mundos que habitan, eternidades antes de que fuesen puestos los cimientos de la tierra? ¡Oh, hombre! Recuerda el destino y la gloria futura de la tierra y asegura tu herencia sempiterna sobre la misma, de manera que cuando sea gloriosa, también tú seas glorioso.”
























