Doctrina y Convenios
Sección 40
La Sección 40 de Doctrina y Convenios, recibida el 6 de enero de 1831, aborda un momento significativo en la historia temprana de la Restauración. Esta revelación fue dada al Profeta José Smith y a Sidney Rigdon como respuesta al rechazo del Evangelio por parte de James Covel, un ministro metodista que inicialmente mostró interés en unirse a la Iglesia y aceptar la obra restaurada.
Contexto histórico:
James Covel era un ministro cristiano que, en un principio, mostró gran disposición para aceptar el Evangelio restaurado. El 5 de enero de 1831, recibió una revelación del Señor (Sección 39 de Doctrina y Convenios) en la que se le instaba a dejar sus anteriores creencias y posiciones religiosas, unirse a la Iglesia y predicar el Evangelio. En esa revelación, Covel hizo un convenio con Dios de obedecer Su palabra.
Aunque inicialmente aceptó la revelación con entusiasmo, Covel pronto sucumbió a las tentaciones de Satanás. Según la Sección 40, el «temor a la persecución» y su preocupación por los «afanes del mundo» lo llevaron a rechazar el Evangelio y quebrantar su convenio con el Señor.
En los primeros años de la Restauración, los conversos enfrentaban significativos desafíos sociales, culturales y religiosos. Para alguien como Covel, un ministro establecido, unirse a una nueva y controvertida religión como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días significaba perder su posición, estatus y tal vez el apoyo de su comunidad religiosa.
La Sección 40 refleja el juicio del Señor sobre la decisión de Covel. Aunque su corazón fue recto inicialmente, al rechazar el Evangelio, dejó a Dios la autoridad para decidir su destino espiritual. Este caso también evidencia cómo las luchas internas y externas pueden influir en las decisiones espirituales de los individuos.
Esta experiencia sirvió como un recordatorio para los miembros de la Iglesia de la importancia de la fe y la obediencia constante, especialmente frente a la oposición. También resalta los desafíos de los nuevos conversos, quienes a menudo debían sacrificar posiciones, relaciones y seguridad por el Evangelio.
La Sección 40 ilustra cómo el temor al hombre y las preocupaciones terrenales pueden eclipsar incluso las decisiones espirituales más sinceras. Para James Covel, las presiones externas superaron su inicial deseo de seguir a Cristo, lo que lo llevó a abandonar su compromiso con el Señor. Este breve pasaje también es un llamado a los fieles a perseverar, confiando en Dios a pesar de los desafíos y las persecuciones del mundo.
― Doctrina y Convenios 40:1 “He aquí, de cierto os digo, que el corazón de mi siervo James Covel fue recto ante mí, porque hizo convenio conmigo de obedecer mi palabra.”
Este versículo resalta la importancia del corazón como el centro de nuestras intenciones y decisiones espirituales (véase Proverbios 4:23). Un corazón recto ante Dios es fundamental para recibir revelación y establecer convenios con Él.
El convenio mencionado es un acto de fe inicial de Covel, reflejando el deseo de los conversos de someterse a la voluntad divina.
James E. Faust enseñó: “El hacer convenios sagrados con Dios es la base de toda relación significativa con Él. Estos convenios son promesas mutuas y eternas.” (Conferencia General, abril de 1998). Covel, al igual que muchos, inició este proceso correctamente, pero no lo cumplió.
La rectitud del corazón por sí sola no es suficiente; debe ir acompañada de un esfuerzo constante por cumplir las promesas hechas a Dios.
― Doctrina y Convenios 40:2. “Y recibió la palabra con alegría, pero enseguida lo tentó Satanás, y el temor a la persecución y los afanes del mundo hicieron que rechazara la palabra.”
Este versículo refleja la parábola del sembrador (Mateo 13:18–22), donde la semilla que cae entre espinos es sofocada por los cuidados de este mundo.
Satanás utiliza el miedo y las preocupaciones temporales como herramientas para desviar a las personas de su camino espiritual. El temor a la persecución es un obstáculo común en el proceso de conversión.
Russell M. Nelson explicó: “El temor es lo opuesto a la fe. Cuando nos enfocamos en el Salvador, el temor desaparece.” (Conferencia General, octubre de 2019). Covel sucumbió al temor humano en lugar de confiar en Dios.
Los «afanes del mundo» representan la búsqueda de seguridad y prestigio mundanos. Jeffrey R. Holland advirtió contra la superficialidad espiritual al decir: “No podemos permitirnos vivir de manera casual en la fe cuando la vida demanda convicciones profundas.” (Conferencia General, abril de 2022).
― Doctrina y Convenios 40:3. “Por consiguiente, quebrantó mi convenio, y queda en mí hacer con él como bien me parezca. Amén.”
Este versículo subraya la responsabilidad personal de cumplir con los convenios. Dios respeta el libre albedrío, pero también establece consecuencias justas por nuestras decisiones.
Quebrantar un convenio con Dios no solo afecta nuestra relación con Él, sino también nuestra capacidad de progresar espiritualmente.
Bruce R. McConkie enseñó: “El convenio es la forma más sagrada de interacción entre Dios y el hombre. Romper un convenio es equivalente a rechazar las bendiciones de Dios.” (Mormon Doctrine, 1966).
Este principio también se alinea con la ley de la justicia divina: Dios permite que cada persona experimente las consecuencias naturales de sus elecciones.
La conversión no debe ser un acto emocional momentáneo, sino un compromiso constante con el Evangelio. La fe inicial, como la de Covel, debe ser fortalecida por acciones diarias que demuestren obediencia.
Este pasaje invita a los Santos a enfrentar el temor con fe y a priorizar los valores eternos sobre los temporales. Como enseñó Thomas S. Monson: “El futuro es tan brillante como su fe.” (Conferencia General, abril de 2009). Este capítulo nos recuerda la seriedad de hacer promesas con Dios. Afortunadamente, el arrepentimiento siempre está disponible para aquellos que buscan regresar a Él.
La Sección 40 de Doctrina y Convenios nos enseña que la conversión genuina requiere más que buenas intenciones; demanda fe constante, valentía frente a la oposición y una perspectiva eterna. James Covel, al rechazar su convenio debido a presiones externas, nos deja un ejemplo de las dificultades que todos enfrentamos al elegir entre el mundo y Dios. Sin embargo, el Señor siempre está dispuesto a recibirnos de nuevo si buscamos Su ayuda y redención.
























