Doctrina y Convenios Sección 48

Doctrina y Convenios
Sección 48


La Sección 48 de Doctrina y Convenios fue recibida en un momento clave para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en marzo de 1831. Para entender el contexto histórico de esta revelación, es importante considerar los eventos y circunstancias que rodeaban a los santos en ese tiempo.

Contexto Histórico

A fines de 1830, en la Sección 37, los miembros de la Iglesia recibieron el mandamiento de congregarse en Ohio. Este llamado a emigrar surgió por dos razones principales: Ohio era visto como un lugar donde los santos podían unirse y fortalecer su fe frente a la oposición que enfrentaban en Nueva York y otras áreas. Se había prometido que en Ohio los santos recibirían la “ley” (Sección 42) y serían investidos con poder celestial.

Con este mandato, muchos santos del este de los Estados Unidos comenzaron a trasladarse a Kirtland y sus alrededores. Esto creó una necesidad urgente de terrenos y recursos para alojar a los recién llegados. La pregunta sobre cómo proceder con la adquisición de tierras fue crucial.

Kirtland ya contaba con un grupo pequeño pero firme de conversos que habían sido bautizados a través de la labor misional de Oliver Cowdery, Parley P. Pratt y otros. Sin embargo, esta comunidad era modesta en términos de recursos económicos y territoriales.
La Iglesia estaba comenzando a implementar los principios de la ley de consagración revelados en la Sección 42, que enfatizaban el compartir los bienes materiales para satisfacer las necesidades de la comunidad. Esta sección refleja este espíritu de colaboración, ya que los miembros que tenían terrenos eran invitados a compartirlos con los migrantes.
Aunque la revelación menciona que los terrenos debían comprarse y compartirse, deja claro que el lugar definitivo para “una herencia” o la construcción de una ciudad sagrada aún no sería revelado. Esto se refiere al concepto de Sión, que posteriormente sería identificado en Missouri (Sección 57).

Los santos debían resolver de manera práctica el alojamiento de los nuevos miembros, ya sea compartiendo terrenos o adquiriéndolos temporalmente. Se insta a ahorrar dinero y adquirir recursos para establecer una herencia más permanente. La revelación subraya que los detalles sobre la construcción de la ciudad y la congregación se darían bajo la dirección de los líderes presidentes de la Iglesia, promoviendo orden y unidad en el proceso.

Esta sección refleja los desafíos de una comunidad en crecimiento que enfrentaba la necesidad de equilibrar la fe en la guía divina con las demandas temporales de la vida diaria. También muestra cómo los principios de consagración y el consejo divino eran centrales para la vida de los santos en ese tiempo.

La Sección 48 combina principios de fe, comunidad, autosuficiencia y obediencia a la autoridad divina. Cada versículo se enfoca en prepararse para el futuro mientras se resuelven necesidades inmediatas, siempre confiando en la guía del Señor. Estos principios siguen siendo aplicables hoy, tanto en contextos espirituales como en la vida cotidiana.


1. Permanecer donde están por ahora


Versículo:1 “Es necesario que permanezcáis por lo pronto en los sitios donde moráis, como convenga a vuestras circunstancias.”
Este versículo refleja la necesidad de adaptarse a las circunstancias inmediatas. A pesar del llamado general a congregarse en Ohio, el Señor muestra flexibilidad al instruir a los santos que permanezcan donde están hasta que las condiciones permitan una transición ordenada. Esto enseña paciencia y pragmatismo al enfrentar situaciones de cambio.

“Es necesario que permanezcáis por lo pronto”
El Señor, en Su sabiduría, instruye a los santos a permanecer en sus lugares actuales temporalmente. Esto refleja el principio de actuar según la dirección divina y la guía específica para cada momento. La frase “por lo pronto” sugiere que esta es una instrucción temporal, dependiendo de los propósitos y circunstancias que el Señor está guiando.
El presidente Henry B. Eyring enseñó: “El Señor conoce nuestras circunstancias y nos dirige según Su propósito, incluso cuando Su dirección no parece clara para nosotros en el momento” (“En el servicio de la obra de Dios”, Conferencia General, octubre de 2012).
Este consejo muestra que el Señor dirige a Su pueblo de manera específica y sabia, considerando tanto el contexto inmediato como el plan general de Su obra. A veces, Su instrucción puede parecer limitada en alcance, pero siempre forma parte de un propósito mayor.

“en los sitios donde moráis”
El Señor reconoce la importancia del lugar y las circunstancias en que viven los santos. En muchos casos, el lugar donde moramos puede ser una oportunidad para servir, aprender y crecer espiritualmente. En el Libro de Mormón, Alma aconseja a los santos a “fortalecerse donde se hallen” para hacer frente a sus desafíos (véase Alma 50:15-18).
El élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “Donde sea que estemos, podemos ser una luz para quienes nos rodean. Nuestro lugar actual puede ser precisamente el terreno donde el Señor necesita que trabajemos” (“Levantaos y resplandeced”, Conferencia General, octubre de 2019).
Este consejo subraya que los santos pueden cumplir con los propósitos divinos incluso en sus circunstancias presentes. Cada lugar tiene un propósito en el plan de Dios, y cada lugar puede ser una oportunidad para servir y edificar.

“como convenga a vuestras circunstancias”
El Señor muestra flexibilidad y consideración al indicar que las decisiones deben tomarse “como convenga” a las circunstancias de los santos. Esto resalta el principio de la responsabilidad personal y la revelación personal en la toma de decisiones. Dios proporciona guía general, pero deja espacio para que Sus hijos actúen según su entendimiento y situación personal.
El presidente Russell M. Nelson enseñó: “El Señor espera que utilicemos nuestro albedrío moral para tomar decisiones sabias según las circunstancias y la guía del Espíritu” (“Revelación para la Iglesia, revelación para nuestra vida”, Conferencia General, abril de 2018).
El reconocimiento de las circunstancias individuales demuestra la misericordia y la sabiduría del Señor. Él entiende que cada familia y cada individuo enfrenta diferentes desafíos y oportunidades, y Su consejo permite flexibilidad dentro de Su plan eterno.

Este versículo refleja principios clave de la doctrina: la dirección divina específica para diferentes momentos, el valor de permanecer firmes en el lugar y las circunstancias actuales, y la importancia de actuar según las necesidades individuales y la revelación personal. El Señor guía a Sus santos con sabiduría infinita, asegurándose de que incluso las instrucciones temporales sean parte de un propósito mayor en Su plan eterno. Esto enseña a los santos a confiar en el tiempo del Señor, a aprovechar las oportunidades presentes y a buscar Su guía en todas las decisiones.

2. Compartir los recursos materiales

Versículo:2 “Y en caso de que tengáis terrenos, compartiréis estos con los hermanos del Este.”
Aquí se subraya el principio de generosidad y el espíritu comunitario de la ley de consagración. Los santos ya establecidos en Ohio son llamados a abrir sus recursos a los migrantes. Esto no solo era una solución práctica, sino una oportunidad para poner en práctica el amor cristiano al compartir con los necesitados.

“Y en caso de que tengáis terrenos”
Este segmento reconoce la propiedad y los recursos materiales como una bendición otorgada por el Señor. En la doctrina de la Iglesia, se enseña que somos mayordomos de las cosas temporales que poseemos (D. y C. 104:13-15). Lo que tenemos no nos pertenece por completo, sino que se nos confía para cumplir los propósitos de Dios.
El presidente Gordon B. Hinckley declaró: “Todo lo que poseemos en esta vida, incluso nuestras habilidades, es un préstamo de Dios. A Él debemos rendir cuentas por lo que hacemos con ello.” (Conferencia General, octubre de 1985).
Este principio recalca que los bienes materiales, aunque legales ante los hombres, están sujetos a las leyes espirituales del Señor y deben usarse para edificar Su reino.

“Compartiréis estos con los hermanos del Este”
El compartir recursos es un acto de consagración y hermandad cristiana. Este mandato es una expresión directa de la ley de consagración, donde los santos son llamados a dar de lo que tienen para bendecir a otros. Este principio se vincula con el mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo (Mateo 22:39).
El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “No podemos decir que amamos a Dios si no nos esforzamos por amar a nuestro prójimo, especialmente a aquellos que más necesitan nuestra ayuda.” (Conferencia General, octubre de 2014).
El llamado a compartir terrenos refleja el principio de unidad y sacrificio. No es solo una ayuda temporal, sino un acto de amor que fomenta la igualdad en la comunidad.

Este versículo es una invitación a los santos a vivir principios elevados de consagración y sacrificio. Al compartir terrenos con los recién llegados, los miembros de la Iglesia demostraron un entendimiento práctico de la ley del amor y el evangelio de Jesucristo.

La enseñanza subraya que los recursos deben usarse no solo para satisfacer nuestras necesidades, sino también para bendecir a otros en momentos de necesidad. En un mundo dividido, este principio sigue siendo una guía para fomentar la unión dentro de las comunidades. Aunque hoy vivimos bajo la ley del diezmo, el compartir recursos nos prepara para vivir la ley de consagración en su plenitud en el futuro.

La frase invita a los santos a actuar como instrumentos en las manos del Señor, recordando que las bendiciones temporales y espirituales no se nos otorgan para acumularlas, sino para compartirlas y fortalecer el cuerpo de Cristo. Esta doctrina sigue siendo un principio clave para alcanzar la unidad y la exaltación en el evangelio eterno.


3. Comprar tierras según las posibilidades


Versículo:3 “Y en caso de que no tengáis terrenos, cómprenlos ellos por ahora en las regiones inmediatas, como bien les parezca, porque es necesario que tengan donde vivir por el momento.”
Este versículo destaca la responsabilidad individual dentro del colectivo. Los santos debían buscar soluciones prácticas según sus posibilidades, demostrando autosuficiencia mientras confiaban en la guía del Señor. Esta enseñanza equilibra la ayuda comunitaria con la responsabilidad personal.

“Y en caso de que no tengáis terrenos”
Este segmento reconoce que no todos los miembros tienen los mismos recursos materiales. En la Iglesia, se enseña que las bendiciones temporales y espirituales son distribuidas según la sabiduría del Señor (D. y C. 104:17). También se resalta que no se espera más de lo que alguien puede dar (2 Corintios 8:12).
El élder Neal A. Maxwell declaró: “El Señor no requiere de nosotros lo que no poseemos, pero sí espera que seamos generosos y fieles con lo que tenemos.” (Conferencia General, octubre de 1997).
El principio aquí es inclusivo: cada persona contribuye según sus circunstancias. La justicia de Dios asegura que aquellos que no tienen terrenos no son condenados por ello, sino que pueden actuar de otras maneras para cumplir Su voluntad.

“Cómprenlos ellos por ahora en las regiones inmediatas”
Este mandato subraya la importancia de la autosuficiencia y la prudencia en la adquisición de bienes temporales. Los santos son llamados a tomar decisiones sabias y prácticas al abordar sus necesidades materiales. La adquisición de terrenos en áreas inmediatas refleja una estrategia basada en el acceso y la sostenibilidad.
El presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “Trabajad con fe y confianza, haced lo mejor que podáis con lo que tengáis y planead de manera sabia y prudente para el futuro.” (Conferencia General, octubre de 2001).
La autosuficiencia no significa independencia absoluta, sino actuar dentro de los recursos disponibles mientras se busca la guía del Señor para tomar decisiones correctas.

“Como bien les parezca”
El Señor concede a los santos el don del albedrío y la capacidad de tomar decisiones basadas en sus circunstancias. Este principio refleja confianza en que los miembros, al actuar con rectitud, podrán tomar decisiones sabias.
El élder Dallin H. Oaks enseñó: “El Señor espera que ejerzamos nuestro albedrío y nuestra capacidad de discernimiento al tomar decisiones. Él nos guiará cuando pidamos Su ayuda, pero no nos quitará la responsabilidad de actuar.” (Conferencia General, abril de 1999).
El principio de tomar decisiones “como bien les parezca” pone en práctica el equilibrio entre la revelación personal y la responsabilidad individual.

“Porque es necesario que tengan donde vivir por el momento”
Este segmento subraya la importancia de las necesidades temporales dentro del plan de Dios. Tener un lugar donde vivir es esencial para el bienestar físico y emocional, y el Señor reconoce estas necesidades prácticas como parte de Su cuidado por Sus hijos.
El élder Dieter F. Uchtdorf afirmó: “El Evangelio de Jesucristo no es solo para la salvación de nuestras almas, sino también para aliviar nuestras cargas, satisfacer nuestras necesidades y ayudarnos a encontrar paz en esta vida.” (Conferencia General, octubre de 2009).
Esto refleja la doctrina del equilibrio entre lo espiritual y lo temporal (D. y C. 29:34-35). El Señor está profundamente interesado en el bienestar de Su pueblo en todos los aspectos de la vida.

Este versículo resalta principios clave del evangelio como la autosuficiencia, la mayordomía, el albedrío y el cuidado por las necesidades temporales. Aunque se da una instrucción específica para los santos del siglo XIX, estos principios son universalmente aplicables: Los santos deben esforzarse por satisfacer sus propias necesidades dentro de sus posibilidades. Aquellos que no pueden proveer completamente para sí mismos pueden ser apoyados por la comunidad de los santos. La instrucción temporal, “por el momento”, implica confianza en que el Señor guiará a Su pueblo a soluciones más permanentes en el futuro.

La enseñanza aquí es clara: mientras trabajamos para satisfacer nuestras necesidades materiales, debemos actuar con fe, sabiduría y amor, confiando en que el Señor proveerá de acuerdo con Su plan.


4. Preparar para el futuro mediante el ahorro


Versículo:4 “Es menester que ahorréis todo el dinero que os sea posible, y que obtengáis cuanto podáis en rectitud, para que con el tiempo podáis comprar tierra para una herencia, sí, para la ciudad.”
El Señor aconseja a los santos ser diligentes y previsores con sus recursos, enfatizando la importancia del ahorro y la integridad en los negocios. Este principio es relevante tanto para los objetivos espirituales (la herencia prometida) como para el manejo responsable de las finanzas en general.

“Es menester que ahorréis todo el dinero que os sea posible”
Este segmento subraya la importancia del principio de ahorro y administración prudente de los recursos. El ahorro es una práctica que permite a los santos prepararse para el futuro y responder a las necesidades inesperadas. Esto está alineado con la enseñanza de la autosuficiencia y el uso sabio de los recursos temporales.
El presidente Gordon B. Hinckley aconsejó: “Sed sabios con vuestro dinero. Ahorrad un poco cada semana, aunque sea solo una pequeña cantidad. Con el tiempo, esa reserva puede ser de gran ayuda.” (Conferencia General, octubre de 1998).
El ahorro no es solo una cuestión económica, sino una demostración de disciplina y obediencia al consejo profético. Nos prepara para enfrentar desafíos futuros y contribuir a la edificación del reino de Dios.

“Y que obtengáis cuanto podáis en rectitud”
El obtener recursos “en rectitud” enfatiza el principio de honestidad e integridad en los asuntos temporales. No basta con acumular dinero; el Señor espera que lo hagamos de manera justa y ética, siguiendo Sus mandamientos.
El presidente Thomas S. Monson enseñó: “El hombre íntegro no busca ganancias ilícitas ni transacciones deshonestas. Su éxito se mide no solo por lo que logra, sino también por cómo lo logra.” (Conferencia General, abril de 2005).
Este principio refuerza la idea de que el carácter y la moralidad son más importantes que la cantidad de bienes materiales que se posean. La rectitud en nuestras acciones económicas glorifica al Señor y fortalece nuestra relación con Él.

“Para que con el tiempo podáis comprar tierra para una herencia”
La referencia a “comprar tierra para una herencia” conecta este mandato con el concepto de herencia prometida y la edificación de Sión. Esto no solo se refiere a posesiones materiales, sino al establecimiento de una comunidad de santos dedicada al Señor.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “Nuestro enfoque debe estar en construir un futuro seguro, tanto espiritual como temporalmente, que sirva como herencia para nuestras familias y para la edificación de Sión.” (Conferencia General, abril de 2018).
La herencia no es simplemente un objetivo terrenal; es una manifestación de los preparativos del pueblo de Dios para vivir en armonía con Sus principios eternos.

“Sí, para la ciudad”
La frase “para la ciudad” subraya el propósito colectivo de estos esfuerzos. Los recursos individuales se combinan para edificar Sión, un lugar donde los santos puedan vivir en rectitud, paz y unidad.
El élder D. Todd Christofferson enseñó: “Sión es la sociedad de los puros de corazón, aquellos que buscan vivir en unidad y justicia, cuidándose unos a otros y edificando el reino de Dios.” (Conferencia General, octubre de 2008).
Este enfoque colectivo recuerda a los santos que sus esfuerzos individuales tienen un impacto en la comunidad en general y que la verdadera prosperidad incluye el bienestar de toda la sociedad.

Este versículo enseña importantes principios doctrinales relacionados con la administración sabia de los recursos temporales y espirituales: Prepararse financieramente no solo es práctico, sino una forma de mostrar confianza en el futuro prometido por el Señor. El Señor no solo se interesa por los resultados, sino también por el camino que tomamos para obtenerlos. La meta final no es la acumulación individual, sino la edificación de una sociedad justa y consagrada al Señor.

En un mundo donde la acumulación de riquezas a menudo se valora sin importar los medios, este consejo divino recuerda a los santos que sus acciones económicas deben reflejar los principios del evangelio. La herencia prometida es tanto temporal como espiritual, y alcanzar ambas requiere fe, diligencia y un enfoque en la rectitud.


5. El lugar de la herencia futura será revelado


Versículo:5 “Todavía no será revelado el lugar; pero después que vuestros hermanos vengan del Este, serán nombrados ciertos hombres a quienes les será manifestado el lugar, o sea, les será revelado.”
Este versículo enseña la importancia de la fe y confianza en el tiempo del Señor. Aunque los santos deseaban saber dónde se establecería Sión, el Señor les pide esperar Su revelación y seguir adelante con lo que ya sabían. Esto subraya que la revelación divina llega en el momento y circunstancias adecuados.

“Todavía no será revelado el lugar”
Esta frase enfatiza el principio de revelación progresiva. El Señor revela Su voluntad según Su sabiduría y los tiempos establecidos. Esto requiere fe por parte de los santos, quienes deben confiar en que el Señor guía a Su pueblo, aunque no se conozcan todos los detalles de inmediato.
El presidente Dieter F. Uchtdorf explicó: “Dios no nos muestra siempre todo de inmediato. Nos guía paso a paso, para que nuestra fe crezca y aprendamos a confiar en Su sabiduría.” (Conferencia General, octubre de 2010).
La frase enseña a los santos a caminar por fe y no por vista (2 Corintios 5:7). Aunque puedan desear respuestas completas, deben aprender a actuar con fe y paciencia mientras confían en la guía divina.

“Pero después que vuestros hermanos vengan del Este”
Este segmento resalta la importancia de la unidad y la preparación colectiva. El Señor instruye que ciertas bendiciones y revelaciones solo se recibirán cuando Su pueblo esté unido y preparado como grupo.
El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “El Señor obra con Sus hijos de manera individual y colectiva. A menudo, los mayores logros espirituales requieren la unidad y el esfuerzo conjunto de Su pueblo.” (Conferencia General, octubre de 2012).
La llegada de los santos del Este simboliza la necesidad de trabajar en unidad para recibir las bendiciones prometidas. Esto refleja el concepto de Sión como una comunidad unida espiritualmente y materialmente.

“Serán nombrados ciertos hombres a quienes les será manifestado el lugar”
El Señor opera a través de líderes ordenados que son llamados para guiar a Su pueblo. Esta frase resalta el principio del sacerdocio y la confianza en los líderes escogidos para recibir y ejecutar la revelación divina.
El presidente Russell M. Nelson enseñó: “El Señor siempre ha guiado a Su Iglesia a través de profetas y líderes ordenados, quienes reciben revelación en Su nombre para el bienestar de Su pueblo.” (Conferencia General, abril de 2018).
Este principio invita a los santos a confiar en la estructura de la Iglesia, que está diseñada para canalizar la revelación divina mediante líderes inspirados. Esto fortalece la obediencia y la confianza en el gobierno divino.

“O sea, les será revelado”
La revelación es una constante en el gobierno del Señor sobre Su Iglesia. Esto confirma que el conocimiento necesario será otorgado en el momento adecuado y a las personas designadas.
El presidente Boyd K. Packer declaró: “El testimonio de que el Señor dirige Su Iglesia por medio de la revelación continua es uno de los pilares de nuestra fe.” (Conferencia General, octubre de 1989).
El acto de revelar un lugar específico destaca que el Señor es un Dios de orden y propósito. Todo lo que Él hace está alineado con Su plan eterno.

Este versículo enseña varios principios importantes para la vida espiritual: Los santos deben confiar en el Señor incluso cuando los detalles no se les revelen de inmediato. Esto fomenta la paciencia y la dependencia en el Señor. Las bendiciones mayores a menudo dependen de la preparación y la unidad del pueblo de Dios. El Señor guía a Su Iglesia a través de profetas, apóstoles y otros líderes inspirados. Esto nos recuerda la importancia de respetar y seguir la dirección del sacerdocio.

El mensaje subyacente de este versículo es que el Señor siempre tiene un plan, aunque no siempre lo revela completamente desde el principio. A través de la paciencia, la fe y la confianza en los líderes escogidos, los santos pueden participar en el cumplimiento de los propósitos de Dios, incluso cuando las respuestas completas aún no se les han dado. Este principio es tan relevante hoy como lo fue para los santos de 1831.


6. Organización y orden en la congregación


Versículo:6 “Y entonces comenzaréis a congregaros con vuestras familias, cada hombre según su familia, de acuerdo con sus circunstancias y como le sea designado por la presidencia y el obispo de la iglesia.”
Este versículo resalta la importancia del orden y la administración bajo la autoridad eclesiástica. La dirección de la presidencia y del obispo garantizaría una transición armoniosa para los santos, reflejando la importancia de la unidad y la obediencia en la Iglesia.

“Y entonces comenzaréis a congregaros con vuestras familias”
La congregación de los santos como familias refleja el énfasis del Señor en la importancia de la familia en Su plan eterno. La familia es central en el evangelio de Jesucristo y es considerada la unidad básica de la sociedad y de la Iglesia.
La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles declararon: “La familia es ordenada por Dios. El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para Su plan eterno.” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, 1995).
La reunión como familias no solo tiene un propósito práctico para la logística de la vida en comunidad, sino también espiritual, ya que fortalece los lazos familiares y fomenta la adoración en unidad.

“Cada hombre según su familia”
Este segmento reconoce el papel de los padres como líderes espirituales y temporales dentro de sus familias. Según la doctrina del sacerdocio, los padres tienen la responsabilidad de guiar, proteger y enseñar a sus familias en rectitud.
El presidente Ezra Taft Benson enseñó: “Ningún éxito en la vida compensa el fracaso en el hogar. Los padres tienen la sagrada responsabilidad de criar a sus hijos en amor y rectitud.” (Conferencia General, octubre de 1987).
Este principio resalta la responsabilidad individual y familiar dentro del plan de salvación. Cada familia tiene su propio camino y circunstancias únicas, pero todos son llamados a unirse en rectitud y obediencia.

“De acuerdo con sus circunstancias”
El Señor reconoce las diferencias individuales y familiares, y ajusta Sus mandamientos y requisitos según la capacidad y las circunstancias de cada persona. Esto refleja Su justicia y misericordia perfectas.
El élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “El Señor no nos pide que hagamos más de lo que podemos. Nos invita a hacer lo mejor que podamos según nuestras circunstancias.” (Conferencia General, octubre de 2009).
Este principio subraya que el Señor no exige uniformidad, sino que espera que actuemos con fe y esfuerzo dentro de nuestras propias posibilidades.

“Y como le sea designado por la presidencia y el obispo de la iglesia”
Este segmento enfatiza la importancia de la dirección y el orden en la Iglesia. Los líderes del sacerdocio tienen la autoridad para organizar y dirigir la congregación de los santos, asegurando que todo se haga de manera armoniosa y bajo la guía divina.
El presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “El Señor ha organizado Su Iglesia de manera que podamos recibir guía a través de líderes inspirados. El orden divino es una fuente de gran fortaleza.” (Conferencia General, abril de 1997).
La frase destaca el principio de la obediencia a los líderes inspirados. Este orden asegura que la obra del Señor se lleve a cabo en unidad y de manera eficiente.

Este versículo combina principios clave de la doctrina del evangelio: La familia es fundamental para el plan de Dios, y la congregación de los santos enfatiza su papel central. Aunque los santos enfrentan circunstancias variadas, el Señor adapta Sus mandamientos para que todos puedan participar y contribuir según sus posibilidades. La estructura de la Iglesia, con su liderazgo ordenado, asegura que todo se haga conforme a la voluntad del Señor.
El mensaje de este versículo es tanto práctico como espiritual. Subraya la importancia de la familia como el núcleo de la vida temporal y espiritual, la flexibilidad del evangelio para adaptarse a nuestras circunstancias y la necesidad de seguir la guía de líderes inspirados. Estas enseñanzas refuerzan la unidad, la obediencia y el enfoque en la familia como piedra angular de la sociedad y de la Iglesia.


Nota: “Si tienes un versículo en particular sobre el que deseas profundizar, házmelo saber y con gusto te proporcionaré más información al respecto.”  En Deja un comentario


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