Doctrina y Convenios Sección 57

Doctrina y Convenios
Sección 57


Contexto Histórico

En julio de 1831, los élderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días habían viajado desde Kirtland, Ohio, hasta el condado de Jackson, Misuri, siguiendo el mandato del Señor dado en la Sección 52 de Doctrina y Convenios. Este viaje representaba un esfuerzo por encontrar y establecer el lugar designado por Dios como Sión, el lugar prometido donde los santos serían recogidos y bendecidos.

José Smith, junto con otros líderes de la Iglesia, llegó al límite occidental de Misuri, una región aún salvaje y escasamente habitada. Al contemplar el área, José se preguntó cuándo el “desierto florecería como la rosa” y dónde se establecería la ciudad de Sión en toda su gloria. Con estas preguntas en mente, el Profeta buscó la guía del Señor, lo que resultó en la revelación que ahora conocemos como la Sección 57.

El Señor declaró que Independence, Misuri, sería el sitio central de Sión y que un templo se construiría al oeste de la ciudad, en un solar cercano al juzgado. Esta revelación no solo identificó el lugar donde los santos serían recogidos, sino que también proporcionó instrucciones específicas sobre cómo proceder para establecerse en la región.

  1. Compra de Terrenos:
    Los santos debían adquirir tierras en y alrededor de Independence, extendiéndose hacia el oeste. Estas tierras serían consideradas como una “herencia eterna,” destinadas a los santos y sus generaciones futuras.
  2. Organización y Liderazgo:
    • Sidney Gilbert fue llamado a establecer un comercio y actuar como agente de la Iglesia, manejando los fondos necesarios para adquirir tierras y abastecer a los santos con los bienes esenciales.
    • Edward Partridge, el obispo de la Iglesia, recibió la responsabilidad de distribuir las tierras entre los santos de acuerdo con la ley de consagración.
    • William W. Phelps fue designado como impresor de la Iglesia, con la tarea de producir escritos que apoyarían la obra del Evangelio.
    • Oliver Cowdery debía ayudar a Phelps como editor y revisor, asegurándose de que todo estuviera alineado con la voluntad del Señor.

La revelación dejó claro que el propósito principal de Sión era servir como un lugar de recogimiento espiritual y físico para los santos. Desde este lugar, se predicaría el Evangelio a “los que se hallan en tinieblas y en la región de sombra de muerte,” cumpliendo la visión de llevar la luz de Cristo a todas las naciones.

El Señor también enfatizó la necesidad de actuar con rapidez y prudencia para preparar el lugar. Las familias mencionadas debían establecerse en sus heredades tan pronto como fuera posible, y tanto el obispo como el agente de la Iglesia fueron instruidos para hacer los arreglos necesarios.

La designación de Independence como el centro de Sión fue un momento trascendental para los santos. Sin embargo, también representó un desafío monumental. Comprar tierras, organizar comunidades y enfrentarse a las tensiones con los colonos locales requería fe, esfuerzo y sacrificio. Aunque algunos líderes permanecieron en Misuri para comenzar este trabajo, otros, incluidos José Smith y Sidney Rigdon, regresaron a Kirtland para continuar con la dirección de la Iglesia.

La Sección 57 marca el inicio del establecimiento de Sión, un concepto central en la doctrina de la Iglesia. Aunque los santos enfrentaron desafíos significativos en su esfuerzo por construir esta ciudad de refugio, la revelación estableció un patrón de obediencia y fe en la promesa de un lugar donde los fieles podrían vivir en paz y unidad bajo la dirección del Señor.

La revelación de la Sección 57 destaca la importancia de la obediencia, la organización y el trabajo diligente en el cumplimiento de las promesas del Señor. También nos recuerda que, aunque la construcción de Sión es un esfuerzo físico, su propósito final es espiritual: preparar un pueblo para recibir al Salvador en Su Segunda Venida.

La Sección 57 destaca principios esenciales como la obediencia, la administración sabia, la cooperación en la obra del Señor y la importancia de preparar un lugar sagrado para el recogimiento de los santos. Esta revelación muestra cómo el Señor dirige cada aspecto de Su obra, desde lo espiritual hasta lo temporal, para establecer Su reino en los últimos días.


1. Designación de Sión y el Templo


Estos versículos establecen a Independence, Misuri, como el lugar central de Sión y el sitio donde se construiría el templo. Esto refleja el propósito divino de preparar un lugar sagrado para el recogimiento de los santos y la adoración en los últimos días.
El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “El templo es el corazón de Sión, un lugar donde el cielo y la tierra se encuentran para bendecir a los hijos de Dios.”

Versículo 2: “Por tanto, esta es la tierra prometida y el sitio para la ciudad de Sion.”
Este versículo encapsula la visión del Señor para Su pueblo en los últimos días: establecer una comunidad de santos que vivan en armonía con Sus mandamientos y convenios. La tierra prometida y la ciudad de Sion simbolizan la culminación de las promesas de Dios, tanto temporales como espirituales. La obra de Sión implica la construcción de un lugar sagrado y la preparación de corazones puros. El élder Jeffrey R. Holland dijo: “Sión no es solo un lugar que buscamos construir, sino un estado de pureza y unidad que buscamos alcanzar.” (“Venid a Sión,” octubre de 2006).

“Por tanto, esta es la tierra prometida…”
La frase establece la conexión entre las promesas de Dios y Su cumplimiento a través de la designación de una tierra específica para Su pueblo. La “tierra prometida” representa más que un lugar físico; simboliza la realización de los convenios de Dios y Su plan eterno para reunir a Sus santos en paz y prosperidad.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “El recogimiento de Israel está relacionado con la reunión espiritual y física de los hijos de Dios, donde las promesas de convenios antiguos se cumplirán.” (“El recogimiento de Israel,” octubre de 2006).
La tierra prometida no es solo un regalo físico, sino también un símbolo de la fidelidad de Dios y Su deseo de bendecir a quienes cumplen Sus mandamientos.

“Y el sitio para la ciudad de Sion.”
La ciudad de Sion se concibe como un lugar de refugio espiritual, donde los santos pueden vivir en unidad, pureza y obediencia. Sión no es solo un lugar físico, sino también un estado espiritual en el que las personas están preparadas para recibir al Salvador en Su Segunda Venida.
El presidente Brigham Young enseñó: “El propósito de Sión es reunir a los puros de corazón, donde puedan vivir en paz y prepararse para la venida del Salvador.” (Discursos de Brigham Young, p. 111).
La designación del sitio para la ciudad de Sion refleja el compromiso del Señor de preparar a Su pueblo para las bendiciones de Su reino eterno.

En resumen, este versículo nos recuerda que la tierra prometida y la ciudad de Sión son manifestaciones del amor de Dios hacia Sus hijos, diseñadas para reunir a los fieles en preparación para Su regreso y el establecimiento de Su reino eterno.

Versículo 3: “He aquí, el lugar que ahora se llama Independence es el lugar central; y el sitio para el templo se halla hacia el oeste, en un solar no lejos del juzgado.”
Este versículo subraya el enfoque divino en establecer lugares santos donde los santos puedan reunirse y prepararse para los acontecimientos de los últimos días. Independence fue designado como el centro de Sión, con el templo como su corazón espiritual. Esto refleja la visión del Señor de un lugar donde Su pueblo puede congregarse en pureza y unidad, cumpliendo Su propósito eterno de reunir a Israel. El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “El templo es el símbolo supremo de nuestra fe y un testimonio de que creemos en la vida eterna.” (“Esta obra maravillosa y un prodigio,” octubre de 2002).

“He aquí, el lugar que ahora se llama Independence es el lugar central…”
El Señor identifica a Independence, Misuri, como el “lugar central” de Sión, enfatizando que este será el núcleo espiritual y físico del recogimiento de Israel. Este lugar no solo era significativo para los santos en su tiempo, sino que sigue siendo una parte esencial del plan de Dios para Su pueblo en los últimos días.
El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Sión no es solo un lugar, sino también una condición de pureza y unidad entre el pueblo del Señor.” (“Hagan brillar su luz,” octubre de 2019).
La designación de Independence como el centro de Sión refleja la intención del Señor de establecer un lugar santo donde los santos puedan reunirse y vivir en rectitud como una comunidad unida.

“Y el sitio para el templo se halla hacia el oeste, en un solar no lejos del juzgado.”
El templo es fundamental en la obra del Señor, y su ubicación específica en Sión simboliza el papel central que desempeña en la adoración, la enseñanza y la preparación para la Segunda Venida de Cristo. El Señor revela que el templo será un lugar de santidad, donde se llevarán a cabo las ordenanzas necesarias para la exaltación y el recogimiento espiritual.
El presidente Boyd K. Packer declaró: “El templo es el corazón del plan de redención y un lugar donde el cielo y la tierra se encuentran.” (“El Santo Templo,” abril de 1998).
El templo designado en Independence representa el centro espiritual de Sión, un lugar donde las naciones vendrán a buscar guía y adoración en los últimos días (Isaías 2:2-3).

En resumen, este versículo nos invita a reconocer la importancia de los templos y de lugares dedicados al recogimiento espiritual y físico. También nos recuerda que la construcción de Sión, ya sea física o espiritual, requiere nuestra fe, obediencia y disposición para actuar conforme a la voluntad del Señor.


2. Compra de Tierras como Herencia Eterna


La compra de tierras demuestra la importancia de establecer una presencia física en Sión como parte del cumplimiento de los mandamientos del Señor. Estas tierras serían herencias eternas para los santos y sus generaciones futuras.

Versículo 4: “Por tanto, es prudente que los santos compren el terreno y también toda parcela hacia el oeste, aun hasta la línea que corre directamente entre el judío y el gentil.”
Este versículo destaca la importancia de la obediencia, la preparación y la visión inclusiva del plan de Dios. La instrucción de adquirir tierras y extenderse hacia el oeste refleja tanto la necesidad de un esfuerzo temporal como el propósito espiritual de establecer Sión como un refugio para todas las naciones y pueblos. El presidente Gordon B. Hinckley afirmó: “El Señor requiere de nosotros tanto fe como acción; debemos estar preparados temporal y espiritualmente para cumplir Su voluntad.” (“El recogimiento y la edificación del reino,” abril de 2001).

“Por tanto, es prudente que los santos compren el terreno…”
El Señor instruye a los santos a adquirir tierras como un acto de preparación y establecimiento. Comprar terrenos refleja no solo prudencia temporal, sino también obediencia a un mandato divino para edificar Sión y establecer un refugio para los santos. Este principio muestra que la preparación física es parte integral de la obra espiritual.
El presidente Ezra Taft Benson enseñó: “La preparación temporal es una manifestación de nuestra fe y obediencia. No podemos separar nuestras responsabilidades temporales de las espirituales.” (“Preparación: Un principio del Evangelio,” octubre de 1974).
La compra de tierras simboliza la fe en las promesas de Dios y el compromiso de los santos de establecerse en Sión de acuerdo con Su voluntad.

“Y también toda parcela hacia el oeste…”
La instrucción de adquirir parcelas extensas muestra la visión del Señor para el crecimiento y la expansión de Su obra. Esto refleja que Sión no es solo un lugar limitado, sino un espacio destinado a albergar a muchos de los que serán recogidos en los últimos días.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “El recogimiento de Israel es la obra más importante que se lleva a cabo hoy en día, y requiere planificación, preparación y acción.” (“Preparados para recoger a Israel,” octubre de 2020).
Esta expansión anticipada demuestra el compromiso de los santos con la obra del recogimiento y su disposición para actuar con fe en las promesas del Señor.

“Aun hasta la línea que corre directamente entre el judío y el gentil.”
La referencia a una línea que separa al judío del gentil simboliza el propósito inclusivo de Sión. El Evangelio es para todas las personas, y Sión está destinada a ser un lugar donde se superen las divisiones y las diferencias.
El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “El Evangelio de Jesucristo es inclusivo, diseñado para reunir a los hijos de Dios, sin importar su origen o circunstancias.” (“El evangelio inclusivo de Jesucristo,” octubre de 2011).
Sión no es solo un refugio físico, sino un símbolo de unidad entre todos los hijos de Dios, independientemente de su procedencia o identidad.

En resumen, este versículo nos invita a reflexionar sobre nuestra disposición para participar en la obra del Señor con fe y visión eterna. La construcción de Sión es tanto una tarea física como espiritual, y requiere nuestra dedicación para crear un lugar donde todos los hijos de Dios puedan encontrar paz, unidad y seguridad en preparación para la Segunda Venida del Salvador.

Versículo 5: “He aquí, esto es prudente, a fin de que los adquieran como herencia eterna.”
Este versículo destaca la sabiduría y la visión del Señor al guiar a Su pueblo a actuar con prudencia en la adquisición de recursos que no solo beneficien temporalmente, sino que también preparen el camino para las bendiciones eternas. La expresión “herencia eterna” conecta las decisiones terrenales con las promesas celestiales, recordando a los santos que todo esfuerzo temporal debe estar alineado con los propósitos eternos de Dios. El presidente Ezra Taft Benson declaró: “Dios siempre ha guiado a Su pueblo a establecerse en lugares santos y ha prometido bendiciones eternas a quienes sean fieles en estas responsabilidades.” (“Un pueblo de convenios,” abril de 1987).

“He aquí, esto es prudente…”
El Señor describe la adquisición de tierras como un acto de prudencia. La prudencia en el Evangelio se refiere a actuar con sabiduría y previsión, considerando tanto las necesidades temporales como las eternas. Este principio resalta la importancia de planificar y actuar según los propósitos del Señor.
El presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “La prudencia es un principio clave en la administración de nuestras responsabilidades temporales y espirituales. Actuar sabiamente hoy prepara el camino para las bendiciones futuras.” (“El espíritu de preparación,” abril de 1997).
El Señor no solo dirige a Su pueblo en asuntos espirituales, sino también en decisiones prácticas que aseguren el progreso y la estabilidad de Su obra. Ser prudentes significa actuar en armonía con Su voluntad y bajo Su guía.

“A fin de que los adquieran…”
La instrucción de adquirir tierras refleja el principio de la mayordomía. Los santos son responsables de administrar los recursos que el Señor pone en sus manos para avanzar Su obra y edificar Su reino. Este mandato también demuestra que la preparación temporal es una parte esencial del plan del Señor.
El élder D. Todd Christofferson enseñó: “La mayordomía incluye no solo cuidar de nuestros recursos, sino también usarlos para edificar el reino de Dios y bendecir a los demás.” (“La ley de la consagración,” octubre de 2010).
Adquirir tierras no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para cumplir los propósitos divinos, incluyendo la edificación de Sión y la provisión para los santos.

“Como herencia eterna.”
El término “herencia eterna” implica que estas tierras tienen un propósito que trasciende lo temporal. Representan la promesa del Señor de bendiciones duraderas para Su pueblo fiel, conectadas tanto con la prosperidad temporal como con la exaltación en Su reino.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “La herencia eterna incluye no solo un lugar en la tierra, sino también una conexión espiritual con el Señor y Su obra.” (“Haced convenios con Dios,” octubre de 2019).
La herencia eterna no solo se refiere a tierras físicas, sino también a las bendiciones eternas que provienen de vivir en rectitud y seguir el plan del Señor.

En resumen, este versículo nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras acciones temporales pueden estar dirigidas por el Señor y orientadas hacia un propósito eterno. La preparación y la obediencia a Sus mandatos aseguran no solo nuestra estabilidad temporal, sino también nuestro lugar en Su plan divino.


3. Responsabilidad de los Líderes


El Señor asigna responsabilidades específicas a Sidney Gilbert y Edward Partridge, enfatizando la necesidad de organización y administración sabia en el establecimiento de Sión. La prudencia y la rectitud son esenciales para cumplir con estas tareas.

Versículo 6: “Y ocupe mi siervo Sidney Gilbert el puesto al cual lo he nombrado, para recibir el dinero, ser agente de la iglesia, comprar terrenos en todas las regiones circunvecinas, en tanto se haga con rectitud y como lo dicte la prudencia.”
Este versículo subraya la conexión entre la administración temporal y la obra espiritual en el reino de Dios. Sidney Gilbert fue llamado a un rol de importancia logística, pero su éxito dependía de actuar con integridad y sabiduría. Esto nos enseña que cualquier asignación, ya sea temporal o espiritual, es sagrada y requiere fe, honestidad y dedicación. El presidente Ezra Taft Benson afirmó: “El Señor espera que manejemos nuestras responsabilidades temporales con el mismo nivel de fidelidad con el que servimos en nuestras responsabilidades espirituales.” (“La mayordomía temporal y espiritual,” abril de 1986).

“Y ocupe mi siervo Sidney Gilbert el puesto al cual lo he nombrado…”
El Señor llama a Sidney Gilbert a un puesto específico, demostrando que cada miembro de la Iglesia tiene un papel único en la obra del Señor. Este llamado subraya que el servicio en el reino de Dios es una asignación sagrada que requiere dedicación y fidelidad.
El presidente Thomas S. Monson dijo: “Cuando somos llamados a servir en la obra del Señor, debemos aceptar esa asignación como una oportunidad sagrada de ser Sus instrumentos.” (“Ser un instrumento en las manos de Dios,” octubre de 2000).
El llamado de Sidney Gilbert destaca que todos los roles, incluso los de carácter temporal, son parte integral del plan de Dios para edificar Su reino.

“Para recibir el dinero, ser agente de la iglesia, comprar terrenos…”
La asignación de Sidney Gilbert como agente de la Iglesia refleja la necesidad de un liderazgo inspirado en asuntos temporales. La administración de los recursos materiales con integridad es crucial para apoyar la obra espiritual y temporal del Señor.
El presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “La administración temporal en la Iglesia es una parte esencial de la obra del Señor, y requiere integridad y sabiduría.” (“Los recursos del reino,” abril de 1999).
La obra temporal, como la compra de terrenos, es inseparable de la obra espiritual, ya que proporciona el marco para que los santos prosperen y cumplan con los propósitos del Evangelio.

“En tanto se haga con rectitud y como lo dicte la prudencia.”
El Señor establece estándares claros para que los asuntos temporales se manejen con rectitud y prudencia. Esto subraya que la honestidad y la sabiduría son principios clave en la administración de los recursos de la Iglesia y en nuestras propias responsabilidades.
El élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “La integridad en todas las cosas, ya sean espirituales o temporales, es un reflejo de nuestra devoción al Señor.” (“Vivir con rectitud,” abril de 2015).
La rectitud y la prudencia no solo protegen los recursos materiales, sino que también reflejan el compromiso de los santos de actuar conforme a los principios del Evangelio en todas las facetas de la vida.

En resumen, este versículo nos recuerda que el servicio en la Iglesia, en cualquier capacidad, es una oportunidad de contribuir al establecimiento de Sión. Cuando actuamos con rectitud y prudencia, somos instrumentos en las manos de Dios para avanzar Su obra y fortalecer Su reino en la tierra.

Versículo 7: “Y ocupe mi siervo Edward Partridge el puesto al cual lo he nombrado, y reparta entre los santos sus heredades tal como he mandado.”
Este versículo subraya principios fundamentales del Evangelio, como la mayordomía, la equidad y la importancia de cumplir con los mandamientos del Señor en todos los aspectos de la vida. Edward Partridge, como obispo, tenía la responsabilidad de administrar los recursos de la Iglesia de manera que beneficiaran a toda la comunidad de santos, alineándose con los propósitos divinos. El élder D. Todd Christofferson afirmó: “La ley de consagración no se trata simplemente de compartir bienes, sino de consagrar nuestras vidas al servicio del Señor y Su reino.” (“La ley de la consagración,” octubre de 2010).

“Y ocupe mi siervo Edward Partridge el puesto al cual lo he nombrado…”
El Señor reafirma el llamado de Edward Partridge como obispo, destacando que los puestos de liderazgo en la Iglesia son divinamente establecidos. Este versículo resalta que el servicio en la obra del Señor no es arbitrario, sino que cada llamado está alineado con los talentos y capacidades individuales de la persona.
El presidente Henry B. Eyring enseñó: “El Señor inspira el llamado de Sus siervos. Ellos son puestos donde pueden actuar como instrumentos en Sus manos para bendecir a Su pueblo.” (“Levantar a otros,” abril de 2016).
Edward Partridge fue llamado no solo por su capacidad, sino por su disposición a servir al Señor con humildad. Este llamado enfatiza la importancia de aceptar las asignaciones con fe y dedicación.

“Y reparta entre los santos sus heredades tal como he mandado…”
La responsabilidad de repartir las heredades según el mandamiento del Señor refleja el principio de justicia y equidad en la administración temporal. La distribución de las tierras bajo la ley de consagración tenía el propósito de asegurar que las necesidades de todos los santos fueran satisfechas, promoviendo la unidad y eliminando la desigualdad.
El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “La ley de consagración no solo busca satisfacer las necesidades temporales, sino también fortalecer la fe y la comunidad entre los santos.” (“Consagración: Un principio eterno,” octubre de 2001).
El mandato de repartir las heredades según el mandamiento del Señor subraya que la obra temporal de la Iglesia está diseñada para apoyar su misión espiritual y fortalecer a los santos en unidad y autosuficiencia.

En resumen, este versículo nos recuerda que los líderes de la Iglesia tienen la sagrada responsabilidad de actuar con justicia y obediencia en la administración de las bendiciones del Señor. Además, nos invita a reflexionar sobre cómo cada miembro puede contribuir a la edificación de Sión al consagrar sus esfuerzos y recursos para el bienestar común y el avance del reino de Dios.


4. Provisión para el Bienestar de los Santos


Este versículo resalta la importancia de proveer para las necesidades materiales de los santos mientras se construye Sión. El comercio justo y la gestión adecuada de recursos son principios clave para el bienestar colectivo.

Versículo 8: “Y además, de cierto os digo, radíquese en este lugar mi siervo Sidney Gilbert, y establezca un comercio para vender sin fraude mercancías, y obtener dinero, a fin de comprar terrenos para el beneficio de los santos.”
Este versículo ilustra cómo los esfuerzos temporales y espirituales están interconectados en la obra del Señor. Sidney Gilbert fue llamado a usar su capacidad para operar un comercio como un medio para apoyar la edificación de Sión y el bienestar de los santos. La honestidad y la integridad eran esenciales para cumplir este mandato, mostrando que incluso en asuntos mundanos, los principios del Evangelio deben guiar nuestras acciones. El élder D. Todd Christofferson afirmó: “El Señor espera que trabajemos con integridad y propósito, utilizando nuestras habilidades y recursos para construir Su reino.” (“La ley de la consagración,” octubre de 2010).

“Y además, de cierto os digo, radíquese en este lugar mi siervo Sidney Gilbert…”
El Señor instruye a Sidney Gilbert a establecerse en Sión, mostrando que cada siervo tiene un papel específico en la edificación del reino de Dios. Esta designación resalta la importancia de seguir las instrucciones del Señor en cuanto a dónde y cómo servir en Su obra.
El presidente Ezra Taft Benson dijo: “El Señor dirige personalmente a Sus siervos en la obra del recogimiento. Su propósito es establecer un pueblo preparado para recibirle.” (“Un pueblo de convenios,” abril de 1987).
El llamamiento de Sidney Gilbert refleja que incluso las asignaciones temporales tienen un propósito divino y son esenciales para el cumplimiento de los propósitos del Señor.

“Y establezca un comercio para vender sin fraude mercancías…”
El mandato de operar “sin fraude” subraya la importancia de la integridad en todos los aspectos de la vida, incluyendo los asuntos comerciales. El Señor exige que Sus siervos actúen con honestidad y rectitud, incluso en las transacciones temporales, porque estas reflejan los principios del Evangelio.
El élder Dieter F. Uchtdorf enseñó: “La honestidad en todo lo que hacemos es una señal de nuestra devoción al Salvador. Nos esforzamos por ser justos y rectos, incluso en las cosas más pequeñas.” (“La verdad y la honestidad,” abril de 2006).
El comercio operado con integridad es una expresión de la aplicación práctica de los principios del Evangelio, fortaleciendo tanto a los individuos como a la comunidad.

“Y obtener dinero, a fin de comprar terrenos para el beneficio de los santos.”
El propósito del comercio no era solo la ganancia personal, sino la obtención de recursos para avanzar en la obra del Señor. Este principio refleja la ley de consagración, en la que los recursos se utilizan para edificar Sión y bendecir a los demás.
El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Todos somos mayordomos de los recursos que el Señor nos ha dado. Debemos usarlos con sabiduría para bendecir a los demás y fortalecer Su obra.” (“La obra del reino,” octubre de 1999).
La motivación detrás de las acciones temporales debe estar alineada con los propósitos espirituales. Sidney Gilbert fue llamado a utilizar sus habilidades en el comercio para beneficiar a toda la comunidad de santos.

En resumen, este versículo nos enseña que la obra del Señor requiere tanto esfuerzos temporales como espirituales. Al actuar con honestidad y dedicación, podemos contribuir al avance de Su obra y al bienestar de Su pueblo, alineando nuestras acciones con los principios del Evangelio.


5. Propagación del Evangelio


El propósito de establecer Sión no es solo el recogimiento de los santos, sino también la predicación del Evangelio a los que aún no lo han recibido. Este versículo resalta la misión global de llevar luz a las naciones.

Versículo 10: “Y de este modo suministre a mis santos, a fin de que se predique mi evangelio a los que se hallan en tinieblas y en la región de sombra de muerte.”
Este versículo muestra cómo el Señor combina esfuerzos temporales y espirituales para cumplir con Su propósito eterno de salvar a Sus hijos. Proveer a los santos y predicar el Evangelio son elementos inseparables de la obra del recogimiento, diseñados para iluminar a aquellos que están en tinieblas espirituales. El presidente Ezra Taft Benson enseñó: “La obra del recogimiento no es solo una responsabilidad, sino también un privilegio sagrado de llevar la luz del Evangelio a las almas que lo necesitan desesperadamente.” (“El recogimiento de Israel,” abril de 1987).

“Y de este modo suministre a mis santos…”
El Señor enfatiza la importancia de proveer a los santos los recursos necesarios para que puedan cumplir con Su obra. Este principio refleja el espíritu de la ley de consagración, donde los recursos materiales se usan para apoyar tanto las necesidades temporales como las espirituales de la Iglesia.
El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Cuando ayudamos a los necesitados y fortalecemos a los santos, construimos el reino de Dios y cumplimos con Sus propósitos eternos.” (“Una obra maravillosa y un prodigio,” abril de 2002).
El suministro a los santos no solo cubre sus necesidades físicas, sino que también fortalece su capacidad para cumplir con su rol en la predicación del Evangelio y la edificación de Sión.

“A fin de que se predique mi evangelio…”
La obra de predicar el Evangelio es central en el plan de salvación. Este mandato subraya que todos los recursos temporales y esfuerzos espirituales están dirigidos a cumplir con la misión de llevar el mensaje del Evangelio a todo el mundo.
El presidente Russell M. Nelson declaró: “El propósito principal de la Iglesia es invitar a todos a venir a Cristo y ser perfeccionados en Él mediante la predicación del Evangelio.” (“La restauración del Evangelio,” abril de 2020).
La predicación del Evangelio no solo es responsabilidad de los líderes, sino de todos los santos, quienes trabajan juntos para llevar el mensaje de salvación a los demás.

“A los que se hallan en tinieblas y en la región de sombra de muerte.”
Esta frase describe la condición espiritual de quienes no han recibido la luz del Evangelio. La obra misional es una expresión de amor cristiano que lleva esperanza, verdad y salvación a quienes viven sin el conocimiento del plan de Dios.
El élder Jeffrey R. Holland dijo: “El Evangelio de Jesucristo lleva luz a las tinieblas y esperanza a quienes viven sin dirección en un mundo lleno de incertidumbre.” (“La obra misional y la luz del Evangelio,” octubre de 2011).
Este pasaje subraya el profundo amor del Salvador por toda la humanidad y Su deseo de que cada persona tenga la oportunidad de recibir Su Evangelio y encontrar paz en medio de las dificultades de la vida.

En resumen, este versículo nos invita a participar activamente en la obra misional, asegurándonos de que los recursos temporales se usen de manera sabia para fortalecer a los santos y permitir que el Evangelio llegue a todo el mundo, trayendo esperanza y luz a quienes viven en oscuridad espiritual.


6. La Obra de Publicación y Escritura


La obra de impresión y publicación es fundamental para la difusión del Evangelio y la instrucción de los santos. La designación de William W. Phelps y Oliver Cowdery refleja el enfoque del Señor en la educación y la comunicación.

Versículo 11: “Y además, de cierto os digo, radíquese en este lugar mi siervo William W. Phelps, y establézcase como impresor de la iglesia.”
Este versículo destaca que la obra del Señor incluye múltiples facetas, desde la predicación hasta la educación y la comunicación escrita. El llamamiento de William W. Phelps como impresor demuestra que el Señor utiliza los talentos y habilidades individuales para avanzar Su obra en formas prácticas y espirituales. El élder Dieter F. Uchtdorf enseñó: “El Señor necesita nuestras habilidades únicas y talentos para edificar Su reino. Cada tarea que nos da, grande o pequeña, tiene un propósito eterno.” (“Ser instrumentos en Sus manos,” octubre de 2008).

“Y además, de cierto os digo, radíquese en este lugar mi siervo William W. Phelps…”
El Señor instruye a William W. Phelps a establecerse en Sión, mostrando cómo cada individuo tiene un papel específico en la obra del Señor. Esta asignación resalta la importancia de estar físicamente presente y comprometido en el lugar donde el Señor necesita a Sus siervos.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “El Señor dirige a Sus siervos de manera individual para cumplir Su obra colectiva. Cada uno tiene un lugar y un propósito en Su plan.” (“Hagan brillar su luz,” octubre de 2019).
El llamamiento de Phelps demuestra que la obediencia y disposición para servir en un lugar específico son fundamentales para cumplir con los propósitos divinos.

“Y establézcase como impresor de la iglesia.”
El rol de Phelps como impresor era crucial para la difusión del Evangelio y la educación de los santos. Este mandato subraya que la comunicación escrita es un medio esencial para enseñar y fortalecer a los miembros de la Iglesia, así como para compartir el Evangelio con el mundo.
El presidente David O. McKay declaró: “La pluma es tan poderosa como el púlpito para llevar la verdad al mundo. La palabra escrita puede llegar donde la voz no puede.” (“El impacto de la educación y la comunicación,” abril de 1954).
El papel de Phelps como impresor no solo contribuyó a la enseñanza del Evangelio, sino que también ayudó a preservar las revelaciones y a educar a las generaciones futuras.

En resumen, este versículo nos recuerda que el servicio en la Iglesia abarca roles diversos y que cada contribución es esencial para el avance de la obra del Señor. La impresión y difusión de materiales inspirados son herramientas poderosas para fortalecer a los santos y compartir el Evangelio con el mundo.

Versículo 13: “Y ayúdele mi siervo Oliver Cowdery, tal como yo he mandado, a copiar, corregir y seleccionar, para que todas las cosas sean rectas ante mí.”
Este versículo resalta el principio de trabajar en colaboración para preservar la exactitud y rectitud en la obra del Señor. Oliver Cowdery fue llamado a un rol crucial que exigía reverencia, precisión y dedicación. Su labor en la corrección y selección de materiales no solo impactó a los santos de su tiempo, sino que dejó un legado duradero para las generaciones futuras. El élder dijo: “El Señor confía en nosotros para cuidar y proclamar Su palabra con dedicación, asegurándonos de que Su mensaje llegue sin mancha ni distorsión.” (“Proclamad mi evangelio,” octubre de 2012).

“Y ayúdele mi siervo Oliver Cowdery, tal como yo he mandado…”
El Señor llama a Oliver Cowdery a trabajar en colaboración con William W. Phelps, destacando el principio de trabajo en equipo en la obra del Señor. Este versículo enseña que el trabajo unido, bajo la dirección divina, es esencial para lograr los propósitos de Dios.
El presidente Henry B. Eyring dijo: “Cuando trabajamos juntos en unidad, el Señor multiplica nuestros esfuerzos para cumplir con Su obra.” (“Levantar a otros,” abril de 2016).
El llamado a Oliver Cowdery muestra que el éxito en la obra del Señor a menudo depende de la colaboración entre Sus siervos, quienes combinan sus habilidades y esfuerzos para cumplir con Su voluntad.

“A copiar, corregir y seleccionar…”
El Señor enfatiza la importancia de la precisión en el registro y publicación de materiales inspirados. Esto subraya que las palabras de las escrituras y revelaciones deben ser tratadas con reverencia y cuidado, ya que son un medio para comunicar la verdad divina.
El presidente Ezra Taft Benson enseñó: “Las palabras del Señor son sagradas y deben ser preservadas con exactitud para que iluminen a todos aquellos que las lean.” (“El poder de la palabra,” abril de 1986).
El trabajo de copiar, corregir y seleccionar implica una responsabilidad sagrada de asegurarse de que los materiales publicados estén en armonía con la voluntad del Señor y sean una fuente de verdad para los santos.

“Para que todas las cosas sean rectas ante mí.”
El propósito final de estas tareas es garantizar que todo lo relacionado con la obra del Señor sea recto y aceptable a Sus ojos. Esto destaca la importancia de la pureza de intención y la adherencia a la verdad en cada aspecto de la obra divina.
El élder D. Todd Christofferson declaró: “El Señor requiere que Sus siervos actúen con rectitud en todos los aspectos de Su obra, asegurando que esta refleje Su carácter perfecto y Su amor eterno.” (“El Evangelio de Jesucristo,” abril de 2014).
El énfasis en la rectitud ante el Señor nos recuerda que todas nuestras acciones, grandes o pequeñas, deben estar guiadas por los principios de justicia y devoción.

En resumen, este versículo nos enseña que cada tarea en la obra del Señor, incluso aquellas que parecen administrativas, son sagradas y tienen un propósito eterno. Al actuar con rectitud y precisión, podemos asegurarnos de que nuestra contribución a la obra de Dios esté en armonía con Su voluntad.


Nota: “Si tienes un versículo en particular sobre el que deseas profundizar, házmelo saber y con gusto te proporcionaré más información al respecto.”  En Deja un comentario


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