Doctrina y Convenios Sección 31

Doctrina y Convenios
Sección 31


La Sección 31 de Doctrina y Convenios proporciona una perspectiva rica del contexto histórico y espiritual de los primeros días de la Restauración, específicamente en relación con la vida de Thomas B. Marsh y su papel en la obra de la Iglesia. A continuación, se detalla el contexto histórico en el que se recibió esta revelación:

La revelación a Thomas B. Marsh ocurrió inmediatamente después de una conferencia de la Iglesia en Fayette, Nueva York. En ese momento, la Iglesia tenía apenas cinco meses de haberse organizado formalmente (6 de abril de 1830) y contaba con un número reducido de miembros, la mayoría de los cuales residían en Nueva York y sus alrededores.

La conferencia había reunido a líderes y miembros de la Iglesia para tratar asuntos organizativos y espirituales, y se destacó como una oportunidad para recibir dirección divina. Durante esta conferencia también se dio la Sección 30, que abordó llamamientos misionales específicos para otros miembros de la Iglesia.

Thomas B. Marsh era un converso reciente que se había bautizado unas semanas antes, en septiembre de 1830. Había tenido un testimonio firme de la veracidad de la obra, lo cual lo motivó a unirse rápidamente a la Iglesia. Antes de su bautismo, Marsh había escuchado hablar del Libro de Mormón y viajó a Nueva York para investigar. Al leer el libro, sintió su divinidad y decidió asociarse con los santos.

Marsh había enfrentado dificultades familiares debido a su decisión de unirse a la Iglesia. Su esposa, Elizabeth, y sus hijos inicialmente no compartían su entusiasmo por el Evangelio restaurado. Esta situación le causaba gran aflicción, como se menciona en la revelación.

La revelación llama a Thomas B. Marsh a salir al campo misional y proclamar las enseñanzas reveladas a través de José Smith. En ese tiempo, el enfoque misional de la Iglesia estaba en preparar el camino para la expansión del Evangelio, y los primeros misioneros tenían la responsabilidad de enseñar y bautizar a nuevos conversos.

El énfasis en que Marsh sería un “médico para la iglesia” refleja la necesidad de líderes que pudieran fortalecer espiritualmente a los santos recién convertidos y organizar las ramas locales.

La revelación reconoce las tribulaciones personales y familiares de Marsh, asegurándole que su familia sería bendecida y que eventualmente aceptarían el Evangelio. Esto refleja el principio de fe y sacrificio inherente a la obra misional en los primeros días de la Iglesia.

La instrucción de “orar siempre” y “ser paciente en las tribulaciones” también subraya los desafíos que enfrentaban los primeros líderes de la Iglesia, quienes a menudo enfrentaban oposición social y dificultades personales al aceptar llamamientos para predicar el Evangelio.

En ese momento, el campo misional era literalmente “blanco para la siega”, ya que muchas personas en los Estados Unidos estaban buscando una conexión espiritual más profunda, como resultado del Segundo Gran Despertar, un movimiento de reavivamiento religioso. Este entorno espiritual permitió que el mensaje del Evangelio restaurado encontrara receptividad entre muchos.

La revelación destaca temas clave que eran relevantes no solo para Marsh, sino también para otros miembros en los inicios de la Iglesia: A menudo, los conversos tenían que apartarse de sus familias y comunidades para cumplir con sus llamamientos. El Señor aseguraba bendiciones espirituales y temporales a quienes se dedicaban a Su obra. Había una necesidad urgente de predicar el Evangelio y organizar la Iglesia en nuevas áreas.

La Sección 31 es un recordatorio poderoso de la dedicación y la fe que se requería de los primeros conversos y líderes de la Iglesia. Al mismo tiempo, refleja el amor y cuidado de Dios al proporcionar dirección personalizada para fortalecer a los individuos en medio de sus desafíos personales. La experiencia de Thomas B. Marsh simboliza el sacrificio y la esperanza que marcaban la vida de los primeros santos de los Últimos Días.


― Doctrina y Convenios 31:2. “He aquí, te han sobrevenido muchas aflicciones a causa de tu familia; sin embargo, te bendeciré a ti y a tu familia, sí, a tus pequeñitos; y viene el día en que creerán y conocerán la verdad, y serán uno contigo en mi iglesia.”
Este versículo refleja el amor y consuelo del Señor hacia Thomas B. Marsh en medio de sus pruebas familiares. El hecho de que Marsh sufriera por la falta de apoyo de su familia resalta el sacrificio personal que enfrentaron muchos conversos al unirse a la Iglesia. La promesa de que sus familiares eventualmente aceptarían el Evangelio ofrece esperanza y perspectiva eterna. El Señor recuerda a Marsh que las pruebas temporales pueden dar paso a bendiciones eternas.

Boyd K. Packer enseñó: “Nuestras familias pueden ser unidas eternamente mediante los convenios del Evangelio. A veces, esas bendiciones tardan en cumplirse, pero el Señor nunca olvida sus promesas.” Doctrina y Convenios 68:31 también promete que los hijos serán bendecidos a medida que los padres sean fieles.

“He aquí, te han sobrevenido muchas aflicciones a causa de tu familia;”
Esta frase reconoce que los desafíos familiares son una realidad común en la vida de los discípulos de Cristo. Thomas B. Marsh enfrentó dificultades al unirse a la Iglesia porque su familia no compartía inicialmente su fe. El Evangelio a menudo requiere sacrificios que pueden generar tensiones familiares.
Jesús enseñó: “El que ama a padre o a madre más que a mí, no es digno de mí” (Mateo 10:37). Esto subraya que la lealtad a Dios puede requerir decisiones difíciles en el contexto familiar.
Élder Dallin H. Oaks: “A veces, el costo del discipulado incluye el sacrificio de relaciones terrenales en favor de la lealtad a Dios.” Las pruebas en el ámbito familiar son una oportunidad para fortalecer la fe y la paciencia. Dios no ignora estas dificultades; más bien, promete consuelo y bendiciones a quienes las enfrentan fielmente.

“Sin embargo, te bendeciré a ti y a tu familia, sí, a tus pequeñitos;”
A pesar de las pruebas, el Señor promete bendiciones tanto para Marsh como para su familia. Esta frase refleja el carácter misericordioso de Dios y Su preocupación por las familias.
El Presidente Henry B. Eyring dijo: “El Señor nos bendecirá y fortalecerá a nosotros y a nuestras familias si permanecemos fieles.”
Doctrina y Convenios 82:10: “Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo.”
Las bendiciones prometidas incluyen provisión espiritual y temporal. Los hijos son especialmente mencionados, lo que enfatiza la importancia del bienestar y la salvación de las generaciones futuras.

“Y viene el día en que creerán y conocerán la verdad;”
Esta promesa se centra en el principio de esperanza y en el poder transformador del Evangelio. Aunque la aceptación de la verdad puede no ser inmediata, el Señor asegura que, en Su tiempo, la conversión es posible.
Alma 37:6: “Por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas.”
Élder Dieter F. Uchtdorf: “La paciencia significa confiar en el tiempo del Señor más que en nuestras propias expectativas.” Este pasaje enseña que debemos confiar en que el Señor trabaja en los corazones de nuestros seres queridos. No importa cuán lejano parezca el día, la fe en el tiempo y el poder de Dios puede traer paz.

“Y serán uno contigo en mi iglesia.”
La unidad en la fe es una meta central en el plan del Evangelio. La frase “serán uno” alude a la promesa de que las familias pueden ser reunidas espiritualmente y físicamente a través de convenios sagrados.
Doctrina y Convenios 130:2: “Y la misma sociabilidad que existe entre nosotros aquí existirá entre nosotros allá.” Presidente Russell M. Nelson: “El propósito de los convenios del templo es unir a las familias para siempre.” La unidad familiar en la Iglesia no solo es una bendición temporal, sino también una promesa eterna. El Evangelio ofrece el poder de sanar relaciones y reunir a los miembros de la familia bajo el mismo propósito divino.

Este versículo encapsula varias doctrinas fundamentales del Evangelio: el sacrificio requerido para seguir a Cristo, el amor y las bendiciones de Dios hacia las familias, la esperanza en la conversión de seres queridos, y la promesa de unidad eterna. Enseña que el discipulado no está exento de desafíos, pero también que el Señor nunca deja solos a Sus hijos en sus pruebas.

El Élder Jeffrey R. Holland comentó: “En el plan de Dios, no hay pruebas sin propósito, y siempre hay esperanza, incluso para los desafíos más difíciles en nuestras familias.” Esto nos recuerda que la fe, combinada con paciencia y esfuerzo, es la clave para superar dificultades familiares.

El versículo refleja la compasión y el cuidado de Dios hacia quienes enfrentan pruebas familiares debido a su fe. Es un recordatorio de que, aunque el discipulado puede ser difícil, las bendiciones del Señor superan cualquier sacrificio. Como discípulos, debemos confiar en Su tiempo y promesas, sabiendo que Su obra en los corazones de nuestros seres queridos es constante.

Esta enseñanza nos invita a cultivar la paciencia, la fe y la esperanza. Nos anima a seguir adelante con confianza, sabiendo que el Señor cumple Sus promesas y que las relaciones familiares pueden ser restauradas y fortalecidas en el Evangelio.


― Doctrina y Convenios 31:3. “Alza tu corazón y regocíjate, porque la hora de tu misión ha llegado; y será desatada tu lengua y declararás buenas nuevas de gran gozo a esta generación.”
Este llamado misional enfatiza la importancia del gozo en el servicio del Señor. A pesar de los desafíos personales, se le invita a Marsh a elevar su ánimo y participar con entusiasmo en la obra misional. La frase “será desatada tu lengua” indica que el Señor capacitará a quienes Él llama. Esto refleja la promesa de que el Espíritu Santo fortalecerá a los misioneros para que puedan comunicar eficazmente Su palabra.
Presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Cuando servimos al Señor, Él magnifica nuestras habilidades más allá de lo que creemos posible.” Éter 12:27 menciona cómo el Señor convierte nuestras debilidades en fortalezas cuando confiamos en Él.

“Alza tu corazón y regocíjate,”
Esta frase llama a Thomas B. Marsh a elevar su perspectiva y adoptar una actitud de gozo, incluso en medio de desafíos. El Evangelio enseña que el gozo es una parte inherente de nuestra relación con Dios y de nuestra participación en Su obra.
En 2 Nefi 2:25 leemos: “Los hombres existen para que tengan gozo.”
El Presidente Russell M. Nelson dijo: “El gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestras vidas y todo que ver con el enfoque de nuestras vidas.” El regocijo en esta frase no depende de la ausencia de dificultades, sino de la confianza en el Señor y en Su propósito. Se invita a Marsh a encontrar paz y felicidad en su llamamiento divino.

“Porque la hora de tu misión ha llegado;”
La frase subraya la importancia del tiempo divino y la necesidad de actuar cuando el Señor extiende un llamamiento. Cada discípulo tiene un momento específico para desempeñar un papel en la obra de Dios.
Doctrina y Convenios 4:3: “De modo que, si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra.”
Élder Jeffrey R. Holland declaró: “El Señor tiene una obra para cada uno de nosotros en Su reino, y no hay tarea que sea insignificante si es parte de Su plan.” El momento para servir es ahora, y el Señor prepara a Sus siervos para cumplir con Su voluntad. Esta declaración también sugiere que la misión de Marsh es esencial para el establecimiento del Evangelio.

“Y será desatada tu lengua”
Esta promesa refleja que el Señor capacita a Sus siervos, especialmente cuando sienten inadecuación. La frase implica la ayuda divina en superar barreras como el miedo, la timidez o la falta de habilidad.
Éxodo 4:11-12: “¿Quién dio la boca al hombre? […] Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de decir.”
Élder David A. Bednar enseñó: “Cuando actuamos en fe, el Señor nos llena la boca con palabras inspiradas.” La confianza no proviene de las habilidades propias, sino de la fe en que el Señor magnifica los esfuerzos humildes. Esto invita a todos los discípulos a confiar en que serán guiados por el Espíritu en su servicio.

“Y declararás buenas nuevas de gran gozo a esta generación.”
Este pasaje identifica la naturaleza del mensaje del Evangelio como “buenas nuevas” y enfatiza la urgencia de compartirlo con las personas de nuestra época. Llevar el Evangelio trae alegría tanto a quien lo declara como a quienes lo reciben.
En Mosíah 3:3, el ángel anuncia: “Os declaro alegres nuevas de gran gozo.” Esto conecta el mensaje de salvación con el gozo divino.
El Élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “El Evangelio de Jesucristo es un mensaje de esperanza, gozo y salvación.” La responsabilidad de Marsh era proclamar las verdades restauradas con entusiasmo y fe. Este mensaje continúa siendo relevante para los miembros de la Iglesia hoy, quienes tienen la responsabilidad de compartir el Evangelio con un mundo que necesita esperanza.

Este versículo encapsula el llamado divino al servicio y la obra misional. El Señor invita a Thomas B. Marsh a participar plenamente en Su obra, con la certeza de que Él le dará las herramientas necesarias para tener éxito. El gozo, el tiempo divino, la capacitación espiritual y el poder transformador del mensaje del Evangelio son elementos centrales en este pasaje.

El Presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “Cuando servimos en la obra del Señor, Él magnifica nuestros esfuerzos y hace posible lo imposible.” Este principio es evidente en la promesa hecha a Marsh, y se extiende a todos los discípulos que aceptan el llamado de servir.

Este versículo invita a reflexionar sobre nuestro propio llamado como discípulos de Cristo. Al igual que Thomas B. Marsh, cada uno de nosotros es llamado a “alzar el corazón” y enfrentar el servicio con gozo y fe. Aunque podamos sentirnos inadecuados o temerosos, el Señor promete capacitar a Sus siervos para que declaren Su palabra con poder.

El mensaje del Evangelio es uno de gozo, esperanza y salvación, y compartirlo es tanto un privilegio como una responsabilidad. Este versículo nos anima a confiar en el Señor, responder a Su llamado y participar con fe en Su obra, sabiendo que Él nos guiará en cada paso.


― Doctrina y Convenios 31:5. “Por tanto, mete tu hoz con toda tu alma, y tus pecados te son perdonados, y tus espaldas serán cargadas de gavillas, porque el obrero es digno de su salario. Por consiguiente, tu familia vivirá.”
La metáfora de la siega representa la obra misional: trabajar con dedicación para reunir almas en el campo blanco para la cosecha. Este versículo conecta el esfuerzo personal con el perdón de los pecados, destacando cómo el servicio al Señor trae redención espiritual. La promesa de provisión para su familia resalta que el Señor se preocupa por las necesidades temporales y espirituales de Sus siervos.
En Lucas 10:2, Jesús dice: “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Élder Jeffrey R. Holland enseñó: “El servicio misional es una obra sagrada, y los que siembran con fe cosecharán con gozo.”

“Por tanto, mete tu hoz con toda tu alma,”
La metáfora de la hoz y la siega representa el trabajo misional y la dedicación al servicio del Señor. Este mandato enfatiza que debemos participar plenamente en la obra de salvación, con entusiasmo y entrega total. Involucrar “toda el alma” significa hacerlo con esfuerzo físico, mental, emocional y espiritual.
Doctrina y Convenios 4:2: “De modo que, si le servís con toda vuestra alma, sois llamados a la obra.”
El Élder Jeffrey R. Holland enseñó: “Cuando trabajamos en la obra del Señor, Él nos da la fuerza para superar nuestras limitaciones.” Este llamado resalta que el servicio al Señor no debe ser superficial ni a medias. Involucrar toda nuestra alma en Su obra nos permite experimentar gozo y propósito al participar en Su plan de salvación.

“Y tus pecados te son perdonados,”
La conexión entre el servicio al Señor y el perdón de pecados refleja la gracia del Salvador. Al dedicarnos al servicio misional, nos volvemos más semejantes a Cristo, lo que facilita nuestro arrepentimiento y purificación personal.
En Doctrina y Convenios 58:42, el Señor declara: “He aquí, el que se ha arrepentido de sus pecados, le son perdonados.”
El Presidente Gordon B. Hinckley dijo: “El servicio al Señor nos purifica y nos acerca más a Su perfección.” Este principio subraya que la obra misional no solo bendice a quienes escuchan el Evangelio, sino también a quienes lo enseñan, ayudándolos a recibir el perdón y experimentar el poder redentor de Cristo.

“Y tus espaldas serán cargadas de gavillas,”
Las gavillas simbolizan las almas que se reúnen en el Evangelio a través de la obra misional. Este pasaje enfatiza que el esfuerzo dedicado en la siega espiritual (predicación del Evangelio) producirá frutos abundantes.
Salmos 126:6: “El que lleva la preciosa semilla, andando y llorando, volverá con regocijo, trayendo sus gavillas.”
El Élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “El gozo más grande en la obra del Señor viene de ver cómo las almas regresan a Él.” Este simbolismo refuerza la recompensa espiritual que espera a quienes participan en la obra de salvación. Las gavillas representan no solo números, sino el impacto eterno de traer almas al conocimiento de Cristo.

“Porque el obrero es digno de su salario.”
Este principio asegura que el Señor recompensa a quienes trabajan fielmente en Su viña. Aunque la “salario” incluye bendiciones temporales, las recompensas eternas, como la vida eterna y la paz espiritual, son aún más significativas.
Lucas 10:7: “El obrero es digno de su salario.”
El Presidente Russell M. Nelson enseñó: “El Señor nunca deja sin recompensa a quienes trabajan diligentemente en Su obra.” Este pasaje reafirma que el Señor cuida y provee para Sus siervos. El “salario” no siempre es inmediato, pero es seguro y eterno.

“Por consiguiente, tu familia vivirá.”
La promesa de bienestar para la familia de Marsh refleja el principio de que el servicio al Señor trae bendiciones tanto al servidor como a sus seres queridos. Este pasaje también refuerza que el Señor vela por las necesidades temporales y espirituales de quienes le sirven.
En 3 Nefi 13:33 se nos enseña: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
El Presidente Boyd K. Packer dijo: “El Señor no olvidará a tus seres queridos mientras te dedicas a Su obra.” Esta promesa muestra el poder del sacrificio. Al poner al Señor primero, nuestras familias también son bendecidas de maneras que solo Él puede proporcionar.

Este versículo encapsula principios fundamentales del Evangelio: la dedicación total al servicio, el poder redentor de la obra misional, la certeza de que el Señor recompensa a Sus siervos, y la promesa de bendiciones tanto personales como familiares. El consejo dado a Thomas B. Marsh es un recordatorio de que la obra del Señor tiene implicaciones eternas y transforma tanto al que enseña como al que escucha.

El Presidente Gordon B. Hinckley expresó: “Cuando damos todo lo que tenemos al Señor, Él nos devuelve todo lo que necesitamos y más.” Este principio se ve claramente en las promesas de este versículo.

“Meter la hoz con toda el alma” es un llamado universal para participar en la obra del Señor con compromiso y devoción. Al hacerlo, experimentamos el poder del perdón, el gozo de traer almas al Evangelio y las bendiciones prometidas para nosotros y nuestras familias.

Este pasaje también nos invita a confiar en el Señor, incluso cuando el sacrificio parece grande. Sus promesas son seguras y Su recompensa es eterna. La invitación es clara: trabajar diligentemente en Su obra no solo bendice nuestras vidas, sino también a las generaciones presentes y futuras. Al cumplir con este llamado, nos acercamos más al Salvador y encontramos gozo en participar en Su plan divino.


― Doctrina y Convenios 31:9. “Ten paciencia en las tribulaciones; no ultrajes a los que ultrajan. Gobierna tu casa con mansedumbre y sé constante.”
Este versículo aborda el carácter y las cualidades que el Señor espera de sus siervos. Marsh es invitado a enfrentar las pruebas con paciencia y a no responder con dureza a quienes lo ofendan. La instrucción de gobernar su casa con mansedumbre subraya la importancia de liderar con amor y justicia, en lugar de autoritarismo.
En Mosíah 4:27 se nos enseña: “No hay que correr más rápido de lo que las fuerzas lo permitan.” Esto implica equilibrio entre el servicio externo y el gobierno del hogar. Élder Dieter F. Uchtdorf declaró: “El liderazgo inspirado siempre se basa en el amor, la paciencia y la comprensión.”

“Ten paciencia en las tribulaciones;”
La paciencia es una virtud esencial en el discipulado, especialmente al enfrentar pruebas. Este consejo a Thomas B. Marsh refleja que las tribulaciones son parte del plan de Dios para nuestro progreso espiritual. La paciencia nos ayuda a confiar en el tiempo y los propósitos del Señor.
Doctrina y Convenios 121:7-8: “Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán más que un momento.”
El Presidente Dieter F. Uchtdorf dijo: “La paciencia no es simplemente soportar; es soportar bien.” Este consejo invita a ver las pruebas como oportunidades de crecimiento. Al confiar en el Señor y Su plan, podemos desarrollar fortaleza espiritual y mantener la esperanza.

“No ultrajes a los que ultrajan.”
Esta frase enseña la importancia de responder al mal con bondad y autocontrol. Refleja el principio del Salvador de “amar a nuestros enemigos” (Mateo 5:44) y actuar con mansedumbre frente a la oposición.
3 Nefi 12:39: “No resistáis al que es malo, antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.”
El Presidente Russell M. Nelson enseñó: “La bondad es el lenguaje del discipulado verdadero.” Esta instrucción recuerda que el verdadero poder espiritual radica en mantener la paz y actuar con amor, incluso frente al conflicto. Es una invitación a ser un ejemplo de Cristo en todas las interacciones.

“Gobierna tu casa con mansedumbre”
Este consejo subraya que el liderazgo en el hogar debe basarse en principios de amor, servicio y humildad. La mansedumbre no implica debilidad, sino fuerza espiritual que fomenta relaciones sanas y edificantes.
Efesios 6:4: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
El Élder L. Tom Perry enseñó: “El hogar debe ser un refugio de amor y paz, donde el respeto mutuo gobierne las relaciones familiares.” El consejo a Marsh tiene relevancia universal. El gobierno del hogar debe ser ejercido con empatía y compasión, lo que crea un ambiente donde los principios del Evangelio puedan florecer.

“Sé constante.”
La constancia es un atributo esencial en el discipulado. Ser constante significa perseverar en la fe, incluso cuando enfrentamos desafíos. Este principio está relacionado con la firmeza en Cristo.
Mosíah 5:15: “Por tanto, quisiera que os mantuvieseis constantes e inmutables, abundando siempre en buenas obras.”
El Presidente Thomas S. Monson dijo: “La perseverancia es el esfuerzo constante de avanzar hacia la luz, incluso cuando las sombras parecen más cercanas.” La constancia es una señal de nuestra dedicación a Dios. Este consejo invita a Marsh, y a nosotros, a ser firmes en nuestra fe, a pesar de los obstáculos y distracciones.

Este versículo ofrece un modelo de comportamiento cristiano en tres ámbitos importantes: la vida personal (paciencia en tribulaciones), las relaciones sociales (no ultrajar a otros) y el liderazgo en el hogar (gobernar con mansedumbre). Cada uno de estos principios requiere autocontrol, humildad y fe en Dios. También subraya que la constancia es clave para alcanzar nuestras metas espirituales.

El Élder Neal A. Maxwell enseñó: “La paciencia, la mansedumbre y la constancia son atributos que nos preparan para las pruebas y nos fortalecen para superarlas.” Este consejo es una invitación a vivir de manera intencional y fiel, reflejando los atributos de Cristo en todas las áreas de la vida.

Este versículo nos recuerda que el discipulado auténtico requiere esfuerzo continuo y transformación personal. En nuestras pruebas, somos invitados a ser pacientes y confiar en el plan del Señor. En nuestras relaciones, debemos actuar con bondad, incluso cuando otros no lo hacen. En nuestras familias, somos llamados a liderar con amor y mansedumbre. Y en nuestra vida espiritual, la constancia nos acerca más a Dios.

La reflexión central es que estos principios no solo nos ayudan a vivir una vida cristiana, sino que también inspiran a quienes nos rodean. Al seguir este consejo, podemos ser instrumentos de paz, fortaleza y amor en un mundo que a menudo carece de ellos.


― Doctrina y Convenios 31:13. “Sé fiel hasta el fin y, he aquí, estoy contigo. Estas palabras no son de hombre ni de hombres, sino mías, sí, de Jesucristo, tu Redentor, por la voluntad del Padre.”
Este versículo encapsula la promesa final del Señor: Su presencia constante para quienes sean fieles. Es un recordatorio del origen divino de la revelación y del compromiso del Salvador con Sus discípulos. La frase “sé fiel hasta el fin” resalta la importancia de la perseverancia, un principio central en el Evangelio.
En Mateo 28:20, Cristo promete: “Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” Élder Neal A. Maxwell comentó: “La fidelidad hasta el fin es el supremo tributo que podemos ofrecer a nuestro Dios.”

“Sé fiel hasta el fin”
La fidelidad es un principio clave del discipulado. Ser fiel hasta el fin significa perseverar en el cumplimiento de los convenios y en la obediencia a los mandamientos, independientemente de los desafíos. Este mandato subraya la importancia de la constancia espiritual y la firmeza en la fe.
En Doctrina y Convenios 14:7: “Si guardas mis mandamientos y perseveras hasta el fin, tendrás vida eterna.”
El Élder Jeffrey R. Holland declaró: “La fe es para el futuro. La fidelidad hasta el fin garantiza que nuestro testimonio perdure incluso en tiempos de adversidad.” Este consejo nos enseña que la verdadera recompensa del Evangelio no está en la ausencia de pruebas, sino en nuestra capacidad de permanecer fieles hasta el final, confiando en el Señor y en Sus promesas.

“Y, he aquí, estoy contigo.”
Esta promesa de la presencia del Señor es un recordatorio reconfortante de que nunca estamos solos. A medida que enfrentamos desafíos, Su Espíritu nos guía y fortalece. Es un eco de la promesa de Cristo a Sus discípulos en Mateo 28:20: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
En Doctrina y Convenios 84:88: “Iré delante de vuestro rostro. Estaré a vuestra derecha y a vuestra izquierda, y mi Espíritu estará en vuestros corazones.”
El Presidente Thomas S. Monson enseñó: “Cuando recordamos que el Señor está con nosotros, encontramos la fuerza para seguir adelante.” Esta frase refuerza la seguridad de que el Señor nunca abandona a Sus discípulos fieles. Su presencia constante es una fuente de consuelo y poder espiritual en los momentos difíciles.

“Estas palabras no son de hombre ni de hombres, sino mías, sí, de Jesucristo, tu Redentor,”
Este pasaje afirma la divinidad y autoridad de las palabras de Cristo. Todo lo que proviene de Él es eterno, verdadero y confiable. La identificación de Jesús como “tu Redentor” resalta Su papel en la expiación y la salvación personal.
En Doctrina y Convenios 1:38: “Lo que yo, el Señor, he hablado, lo he hablado; y no me disculpo.”
El Élder Neil L. Andersen dijo: “El Salvador es la fuente de toda verdad eterna. Sus palabras tienen el poder de transformar nuestras vidas.” Reconocer que estas palabras son de Cristo refuerza la confianza en la revelación divina. Su papel como Redentor personal conecta estas enseñanzas con la expiación, el mayor acto de amor y sacrificio.

“Por la voluntad del Padre.”
Este cierre vincula el mensaje con el plan eterno de Dios. Todas las acciones y palabras de Cristo están en perfecta armonía con la voluntad del Padre, reflejando Su amor y propósito eterno de traer la inmortalidad y la vida eterna al hombre.
En Juan 6:38, Cristo declara: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.”
El Presidente Russell M. Nelson enseñó: “El plan del Padre Celestial es un plan de amor, diseñado para bendecirnos eternamente.” La voluntad del Padre es que todos Sus hijos regresen a Su presencia. Este versículo conecta las enseñanzas específicas de esta revelación con el gran propósito divino de la salvación.

Este versículo encapsula una enseñanza profunda sobre la relación entre el discipulado, la fidelidad y la presencia constante del Señor en nuestras vidas. La invitación a ser fiel hasta el fin está acompañada de una promesa poderosa: la compañía y guía de Cristo. Al afirmar que estas palabras provienen de Jesucristo, “tu Redentor,” se recalca la naturaleza personal y divina de Su comunicación con Sus discípulos. Además, la referencia a la voluntad del Padre nos recuerda que todo esto forma parte de un plan amoroso y eterno.

El Élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “La fidelidad hasta el fin es más que una meta; es la esencia de nuestro discipulado.” Este pasaje inspira a confiar en la guía del Señor y en Su papel como Salvador en nuestras vidas.

Este versículo nos invita a reflexionar sobre nuestra fidelidad al Señor en el día a día. Ser fiel hasta el fin implica más que simplemente obedecer; requiere constancia, perseverancia y confianza en las promesas divinas, especialmente en momentos de incertidumbre o adversidad.

La promesa de que el Señor está con nosotros en todo momento ofrece consuelo y motivación para enfrentar los desafíos de la vida. Además, al reconocer que estas palabras provienen directamente de Cristo, entendemos que nuestras pruebas y esfuerzos están conectados con Su expiación y Su amor redentor. Finalmente, al aceptar Su voluntad y la del Padre en nuestras vidas, nos alineamos con Su plan eterno, asegurándonos de que nuestros esfuerzos no sean en vano.


Organización por temas


Sección 31: Llamamiento y Consejos para Thomas B. Marsh

1. Un Llamado a Predicar el Evangelio
Versículos: 1–6
“La hora de tu misión ha llegado.”
El Señor llama a Thomas B. Marsh a predicar el evangelio y le promete que, aunque ha enfrentado dificultades familiares, su familia será bendecida y llegará a la verdad.
• Versículo 1: Se reconoce su fe y compromiso con la obra del Señor.
• Versículo 2: Se le promete que su familia será unida en la Iglesia.
• Versículo 3: Su misión ha llegado y se le promete que su lengua será desatada para declarar el evangelio con poder.
• Versículo 4: Debe predicar las revelaciones dadas a José Smith.
• Versículos 5–6: Se le asegura que si se dedica de lleno a la obra, su familia será cuidada y prosperará.
Este pasaje resalta la importancia de dedicarse plenamente a la obra misional, confiando en que Dios proveerá para nuestras familias y necesidades. La fe y la obediencia traerán bendiciones, incluso si inicialmente hay sacrificios.
• Presidente Russell M. Nelson: “El Señor bendice a aquellos que ponen Su obra en primer lugar, asegurándose de que sus necesidades sean suplidas” (Conferencia General, abril 2018).
• Élder Dieter F. Uchtdorf: “No hay sacrificio mayor que el de compartir el evangelio con los demás” (Conferencia General, octubre 2015).

2. Promesa de Éxito en la Obra Misional
Versículos: 7–8
“Abriré el corazón de los del pueblo, y te recibirán.”
El Señor promete que Thomas será recibido por muchas personas y ayudará a fortalecer la Iglesia.
• Versículo 7: Dios preparará el corazón de las personas para recibirlo.
• Versículo 8: Su misión ayudará a preparar a los santos para el recogimiento.
Esta promesa muestra que el éxito en la obra misional no depende solo del esfuerzo humano, sino que Dios abre los corazones de las personas y las prepara para recibir el evangelio.
• Élder Jeffrey R. Holland: “Dios abre puertas y corazones cuando Sus siervos trabajan con fe” (Conferencia General, abril 2013).
• Presidente Gordon B. Hinckley: “Cada misión tiene un propósito divino, y el Señor acompaña a Sus siervos” (Conferencia General, octubre 2002).

3. Consejos sobre la Paciencia y la Mansedumbre
Versículos: 9–10
“Ten paciencia en las tribulaciones.”
El Señor aconseja a Thomas Marsh que sea paciente, bondadoso y constante en su servicio.
Versículo 9: Debe soportar las pruebas con mansedumbre y constancia.
• Versículo 10: Se le dice que será como un médico para la Iglesia, un símbolo de sanación y guía espiritual.
El liderazgo en la Iglesia requiere paciencia y mansedumbre, especialmente en tiempos de oposición. Además, la comparación con un médico sugiere que su trabajo será sanar espiritualmente a los miembros.
• Presidente Thomas S. Monson: “Las pruebas y tribulaciones nos preparan para ser mejores siervos del Señor” (Conferencia General, abril 2010).
• Élder Neal A. Maxwell: “La paciencia es la clave para soportar con fe y confianza en Dios” (Conferencia General, octubre 1991).

4. La Guía del Espíritu y la Oración Constante
Versículos: 11–13
“El Consolador te indicará lo que has de hacer y a dónde has de ir.”
El Señor le enseña a Thomas que debe confiar en la guía del Espíritu y orar constantemente para evitar la tentación.
• Versículo 11: Se le promete que el Espíritu Santo lo guiará en su misión.
• Versículo 12: Se le manda orar siempre para no caer en tentación.
• Versículo 13: Se le asegura que, si es fiel hasta el final, el Señor estará con él.
Estos versículos enseñan la importancia de buscar constantemente la guía del Espíritu y mantener una relación continua con Dios a través de la oración.
• Presidente Henry B. Eyring: “Cuando oramos constantemente, el Señor nos fortalece y nos guía en cada paso” (Conferencia General, octubre 2015).
• Élder D. Todd Christofferson: “El Espíritu Santo nos dirige en nuestra jornada de fe” (Conferencia General, abril 2016).

Conclusión General
Doctrina y Convenios 31 es una revelación personal a Thomas B. Marsh, pero sus principios aplican a todos:
1. La obra misional requiere dedicación total, pero Dios bendice a quienes la ponen en primer lugar.
2. El Señor prepara los corazones de las personas para recibir el evangelio.
3. La paciencia y la mansedumbre son esenciales en el liderazgo y el servicio en la Iglesia.
4. La guía del Espíritu y la oración constante son clave para evitar la tentación y recibir dirección divina.
Estos principios siguen siendo fundamentales en la obra de la Iglesia, ayudándonos a confiar en Dios, servir con humildad y buscar siempre Su guía en nuestra vida.


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