El Libro de Jacob

Tu estudio de — El Libro De Mormón
Primera Parte:
1 Nefi Hasta Palabras de Mormón
David J. Ridges Con Joaquín Fenollar

EL LIBRO DE JACOB

Tu estudio de — El Libro De Mormón
Primera Parte:
1 Nefi Hasta Palabras de Mormón

Jacob es el hijo mayor de los dos hijos que Lehi tuvo durante su jornada de ocho años por el desierto (véase 1 Nefi 18:7). Es el hermano menor de Nefi y posiblemente tendría entre 45 y 50 años de edad en este momento. En el capítulo uno, Jacob nos hablará del mandamiento que Nefi le dio en cuanto a tomar las Planchas Menores de Nefi y grabar en ellas algunas de sus propias vivencias. En este primer capítulo, Jacob escribirá (grabará) entre otras cosas, en cuanto a la muerte de Nefi.

Jacob compartirá algunos mensajes muy poderosos. Entre ellos, y no de poca importancia, la preocupación de la creciente práctica del matrimonio plural entre su gente (capítulo 2).

Quizás el capítulo más famoso de Jacob es el capítulo 5, el cual trata de la alegoría del olivo y los olivos silvestres.

Jacob ha visto al Salvador (2 Nefi 11:3) y ha recibido una buena educación e instrucción en cuanto al evangelio por parte de Nefi. Vemos que es un hombre bondadoso y tierno y que le molesta tener que hablar a su pueblo de una manera clara y directa para poderlos despertar en cuanto a la realidad de la apostasía en la que están empezando a caer (véase el capítulo 2). Somos muy bendecidos al tener estas enseñanzas

tan inspiradas de Jacob y nos damos cuenta de que Mormón las seleccionó especialmente para nosotros (Palabras de Mormón 1:3-8) al ser inspirado a incluir las Planchas Menores de Nefi en las planchas que Moroni más tarde colocaría en una caja de piedra en el cerro Cumorah.


Jacob Capítulo 1


En este capítulo, Jacob se presentará a sí mismo y nos explicará algunas de las diferencias entre las Planchas Mayores y las Planchas Menores. También dará una nueva definición a los términos “lamanitas” y “nefitas” y luego nos aclarará los antecedentes del sermón que dio a su pueblo en el templo.

1   PORQUE he aquí, aconteció que ya habían pasado cincuenta y cinco años desde que Lehi había salido de Jerusalén (poco más de 540 años antes de Cristo); por tanto, Nefi me dio a mí, Jacob, un mandato respecto de las planchas menores (las Planchas Menores de Nefi) sobre las cuales estas cosas están grabadas.

Para obtener más información en cuanto a los diversos juegos de planchas a los que se hace referencia en el Libro de Mormón, véase «Una breve explicación acerca del Libro de Mormón” en las páginas de introducción del Libro de Mormón.

2   Y me dio a mí, Jacob, un mandato de que escribiera sobre estas planchas (las Planchas Menores) algunas de las cosas que considerara yo más preciosas; y que no tratara más que ligeramente la historia de este pueblo, llamado el pueblo de Nefi.

3   Porque dijo que la historia de su pueblo debería grabarse sobre sus otras planchas (las Planchas Mayores de Nefi), y que yo debía conservar estas planchas (Menores) y transmitirlas a mi posteridad, de generación en generación.

4   Y que si hubiese predicaciones que fuesen sagradas, o revelación que fuese grande, o profecías, yo debería grabar sus puntos principales (lo más importante) sobre estas planchas (Planchas Menores), y tratar estas cosas cuanto me fuera posible, por causa de Cristo y por el bien de nuestro pueblo.

5   Porque, por causa de la fe y el gran afán, verdaderamente se nos había hecho saber concerniente a nuestro pueblo y las cosas que le habían de sobrevenir.

6   Y también tuvimos muchas revelaciones y el espíritu de mucha profecía; por tanto, sabíamos de Cristo y su reino, que había de venir.

7   Por lo que trabajamos diligentemente entre los de nuestro pueblo, a fin de persuadirlos a venir a Cristo, y a participar de la bondad de Dios, para que entraran en su reposo (exaltación en el reino celestial; véase DyC 84:24), no fuera que de algún modo él jurase en su ira que no entrarían, como en la provocación (la «provocación de Dios”, es decir, los cuarenta años que los Hijos de Israel pasaron en el desierto porque provocaron la ira de Dios) en los días de tentación, cuando los hijos de Israel estaban en el desierto.

8   Por tanto, quisiera Dios que persuadiéramos a todos los hombres a no rebelarse contra Dios para provocarlo a ira, sino que todos los hombres creyeran en Cristo y contemplaran su muerte, y sufrieran su cruz (hicieran cualquier cosa que se requiera para seguir a Cristo), y soportaran la vergüenza del mundo; por tanto, yo, Jacob, tomo a mi cargo cumplir con el mandato de mi hermano Nefi.

A continuación, Jacob hablará brevemente sobre la transición del poder entre su pueblo en lo que concierne a sus reyes. Debido a que el pueblo amaba mucho a Nefi, cada uno de los reyes sucesores en la corona eran llamados “Nefi” (véase el versículo 11).

9   Y Nefi empezaba a envejecer, y vio que pronto había de morir; por tanto, ungió a un hombre para que fuera rey y director de su pueblo, según los reinados de los reyes.

10   Y como el pueblo amaba a Nefi en extremo, porque había sido para ellos un gran protector, pues había empuñado la espada de Labán en su defensa, y había trabajado toda su vida por su bienestar,

11   por tanto, el pueblo quería conservar la memoria de su nombre, y a quienquiera que gobernara en su lugar, lo llamarían Nefi segundo, Nefi tercero, etcétera, según los reinados de los reyes; y así los llamó el pueblo, cualesquiera que fuesen sus nombres.

12   Y aconteció que Nefi murió.

A continuación, tal como se indica arriba, Jacob dará una nueva definición a los términos “lamanitas” y “nefitas”. Es importante que nos acordemos de estas definiciones nuevas a medida que procedemos con nuestro estudio del Libro de Mormón. Usaremos negrita para destacar este punto. A veces, al marcar las escrituras, va muy bien subrayar o resaltar solo unas pocas palabras o frases dentro de un versículo o dentro de un conjunto de versículos, de tal modo que aquella parte que se subraya llega a convertirse en una “nota” en sí misma. Un ejemplo de esto se da en el versículo 14. Observa y verás que las palabras y frases que aparecen en negrita son una nota en sí misma. También podríamos delinear un cuadrado rodeando las palabras “lamanita” y “nefita” para ayudarnos a identificar y clarificar estas palabras con una sola mirada.

13   Ahora bien, los del pueblo que no eran lamanitas eran nefitas; no obstante, se llamaban nefitas, jaco-bitas, josefitas, zoramitas, lamanitas, lemuelitas e ismaelitas.

14   Mas yo, Jacob, no los distinguiré en adelante por estos nombres, sino que llamaré lamanitas a los que busquen la destrucción del pueblo de Nefi, y a los que simpaticen con Nefi, llamaré nefitas, o pueblo de Nefi, según los reinados de los reyes.

Ahora, Jacob tratará un problema muy serio el cual está aumentando entre su pueblo. Se trata de que los hombres estén tomando varias mujeres como esposas, lo cual va en contra de los mandamientos del Señor.

En lo que respecta a la poligamia, este pueblo estaba bajo las mismas reglas que estamos nosotros hoy en día (véase Jacob 2:34 y 3:5). Hablaremos más de este tema en este mismo capítulo. Seguiremos usando negrita de vez en cuando por razones de enseñanza y énfasis.

A medida que procedemos adelante vamos a ver una vez más lo que conocemos como “los Tres Grandes Pecados” tal como ya comentamos en 1 Nefi 13:7-9- Satanás todavía sigue utilizando mucho estos “Tres Grandes” hoy en día. Son los siguientes:

  1. Inmoralidad Sexual
  2. Materialismo
  3. Orgullo

15   Y aconteció que el pueblo de Nefi, bajo el reinado del segundo rey, empezó a ser duro de corazón y a entregarse un tanto a prácticas inicuas, deseando tener muchas esposas y concubinas, a semejanza de David en la antigüedad, y también Salomón, su hijo. (Inmoralidad sexual).

16   Sí, y también empezaron a buscar mucho oro y plata, y a ensalzarse un tanto en el orgullo. (Materialismo y orgullo).

A continuación, Jacob nos dice que la intención de este sermón para su pueblo era la de alertarlos sobre estas tres tácticas importantes del diablo.

17   Por tanto, yo, Jacob, les hablé estas palabras, mientras les enseñaba en el templo, habiendo primeramente obtenido mi mandato del Señor.

18   Porque yo, Jacob, y mi hermano José, habíamos sido consagrados sacerdotes y maestros de este pueblo, por mano de Nefi.

Los términos “sacerdotes” y “maestros”, tal como se usan aquí, no se refieren al Sacerdocio Aarónico, sino a las responsabilidades dentro del Sacerdocio de Melquisedec. Lehi y sus descendientes oficiaban en virtud del Sacerdocio de Melquisedec. El Sacerdocio Aarónico no se estableció entre los nefitas hasta la ministración del Salvador entre ellos, tal como se registra en Tercer Nefi. Joseph Fielding Smith lo explicó de la siguiente manera:

“Los nefitas eran descendientes de José. Lehi descubrió esto al leer las planchas de bronce. Él era descendiente de Manasés, y la familia de Ismael, la cual acompañó a Lehi, era de la tribu de Efraín (Alma 10:3; Improvement Era, Vol. 8, p. 781; J. of D., Vol. 23, p. 184).

“Por lo tanto no había Levitas acompañando a Lehi en el hemisferio occidental. En estas condiciones los nefitas oficiaron en virtud del sacerdocio de Melquisedec desde los días de Lehi hasta el tiempo de la aparición de nuestro Salvador entre ellos. Si bien es cierto que Nefi ‘consagró a Jacob y José’ para que fueran sacerdotes maestros sobre la tierra de los nefitas, el hecho de que los términos sacerdotes y maestros estén en plural indica que no se trataba de un oficio definido del sacerdocio. Mas bien, se trataba de una asignación general para enseñar, dirigir y amonestar al pueblo. De otro modo, los términos sacerdote y maestro se hubieran dado en singular. Hay más luz en referencia a la ordenación de estos dos hermanos de Nefi al sacerdocio de Melquisedec. Así se indica en el segundo versículo del capítulo seis del Segundo Libro de Nefi, en donde Jacob nos explica sobre el sacerdocio que él y José tenían: ‘He aquí, amados hermanos míos, que yo, Jacob, habiendo sido llamado por Dios y ordenado conforme a su santo orden, y habiendo sido consagrado por mi hermano Nefi, a quien tenéis por rey o protector, y de quien dependéis para que os dé seguridad, he aquí, vosotros sabéis que os he hablado muchísimas cosas’.

“Esto parece ser una confirmación de que las ordenaciones que él y su hermano José recibieron eran del Sacerdocio de Melquisedec. Por todo el Libro de Mormón encontramos referencias a los nefitas oficiando en virtud del Sacerdocio Mayor conforme al santo orden” (Sacerdocio de Melquisedec) (Joseph Fielding Smith, Answers to Cospel Questions, 5 vols. Salt Lake City: Deseret Book, 1957-1966, 1: 124.)

19   Y magnificamos nuestro oficio ante el Señor (cumplimos con las responsabilidades de nuestros oficios y llamamientos), tomando sobre nosotros la responsabilidad (considerando que éramos responsables por los pecados de nuestra gente), trayendo sobre nuestra propia cabeza los pecados del pueblo si no le enseñábamos la palabra de Dios con toda diligencia; para que, trabajando con todas nuestras fuerzas, su sangre no manchara nuestros vestidos (que no fuéramos considerados culpables o responsables por sus pecados); de otro modo, su sangre caería sobre nuestros vestidos, y no seríamos hallados sin mancha en el postrer día (en el Día del Juicio).

Jacob Capítulo 2