Tu estudio de — El Libro De Mormón
Primera Parte:
1 Nefi Hasta Palabras de Mormón
Jacob Capítulo 6
Ahora Jacob nos explicará algunas enseñanzas básicas sobre la alegoría de Zenós que acabamos de ver en el capítulo 5.
1 Y AHORA bien, he aquí, mis hermanos, como os dije que iba a profetizar, he aquí, ésta es mi profecía: Que las cosas que habló este profeta Zenós concernientes a los de la casa de Israel, en las cuales los comparó a un olivo cultivado, ciertamente han de acontecer.
2 Y el día en que el Señor de nuevo extienda su mano por segunda vez para recobrar a su pueblo será el día, sí, aun la última vez (la restauración por medio del Profeta José Smith), en que los siervos del Señor saldrán con potestad de él (la obra misional final para recoger a los justos antes de la Segunda Venida) para nutrir y podar su viña; y después de eso, pronto vendrá el fin.
3 ¡Y cuán benditos los (misioneros y miembros fieles) que hayan trabajado diligentemente en su viña (por todo el mundo)! ¡Y cuán malditos los que sean echados a su propio lugar (los inicuos; véase DyC 88:114)! Y el mundo será quemado con fuego (en la Segunda Venida).
4 ¡Y cuán misericordioso es nuestro Dios para con nosotros!, porque él se acuerda (guarda sus promesas) de la casa de Israel, de las raíces así como de las ramas (sin importar por donde han sido dispersadas en todo el mundo); y les extiende sus manos todo el día (los invita a arrepentirse y a volver a Él); y son una gente obstinada (orgullosa) y contenciosa (siempre revelándose y negando a Dios); pero cuantos no endurezcan sus corazones serán salvos en el reino de Dios (un hecho simple).
5 Por tanto, amados hermanos míos, os suplico con palabras solemnes que os arrepintáis y vengáis con íntegro propósito de corazón, y os alleguéis a Dios como él se allega a vosotros. Y mientras su brazo de misericordia se extienda hacia vosotros a la luz del día (mientras todavía tenéis una oportunidad para responder), no endurezcáis vuestros corazones.
6 Sí, hoy mismo, si queréis oír su voz, no endurezcáis vuestros corazones; pues, ¿por qué queréis morir (espiritualmente)?
7 Porque he aquí, después de haber sido nutridos por la buena palabra de Dios todo el día, ¿produciréis mal fruto, para que seáis talados y echados en el fuego? (¿queréis ser destruidos?)
8 He aquí, ¿rechazaréis estas palabras? ¿Rechazaréis las palabras de los profetas; y rechazaréis todas las palabras que se han hablado en cuanto a Cristo, después que tantos han hablado acerca de él? ¿Y negaréis la buena palabra de Cristo y el poder de Dios y el don del Espíritu Santo, y apagaréis el Santo Espíritu, y haréis irrisión del gran plan de redención que se ha dispuesto para vosotros?
9 ¿No sabéis que si hacéis estas cosas, el poder de la redención y de la resurrección que está en Cristo os llevará a presentaros con vergüenza y con terrible culpa ante el tribunal de Dios (cuando seáis juzgados)?
10 Y según el poder de la justicia (la ley de la justicia), porque la justicia no puede ser negada (no se le puede robar; véase Alma 42:25), tendréis que ir a aquel lago de fuego y azufre, cuyas llamas son inextinguibles y cuyo humo asciende para siempre jamás; y este lago de fuego y azufre es tormento sin fin,
11 ¡Oh amados hermanos míos, arrepentíos, pues, y entrad por la puerta estrecha (arrepentimiento y bautismo), y continuad en el camino que es angosto (estrecho), hasta que obtengáis la vida eterna (exaltación)!
12 ¡Oh, sed prudentes! ¿Qué más puedo decir?
13 Por último, me despido de vosotros, hasta que os vuelva a ver ante el placentero tribunal de Dios, tribunal que hiere al malvado con terrible espanto y miedo. Amén.
























