Capítulo 2
La vida pre-mortal
En el capítulo anterior, vimos que nuestra existencia no empieza al nacer aquí en la tierra. Vivimos antes con nuestro Padre Celestial, como sus hijos espirituales.
En este capítulo, estudiaremos este estado pre-mortal, y encontraremos que siempre hemos existido como inteligencia. También descubriremos, por medio de las escrituras, que fuimos creados como espíritus por Padres Celestiales, con el propósito de llegar a ser dioses. Descubriremos que participamos en un gran concilio donde el plan de salvación nos fue presentado, y donde Cristo fue elegido como nuestro redentor. Y también veremos como Lucifer, con una tercera parte de los espíritus, fueron echados a la tierra donde continúan luchando en contra del plan.
NUESTRA VIDA PRE-MORTAL: COMO INTELIGENCIA
Pocas escrituras existen que se refieren a nuestro primer estado como inteligencias. Por eso nos es tan precioso el documento sagrado llamado el «Discurso de José Smith el Profeta en los Funerales de King Follett», publicado en Las Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 423-449. Ese escrito (juntó con dos cortos versículos en DyC 93:29-30, y otros comentarios adicionales por José Smith), nos provee lo que básicamente sabemos de nuestro estado original.
Nuestro Señor nos da este limitado pero profundo entendimiento de nuestro primer estado:
También el hombre fue en el principio con Dios. La inteligencia, o la luz de verdad, no fue creada ni hecha, ni tampoco lo puede ser:
Toda verdad es independiente para obrar por sí misma en aquella esfera en que Dios la ha colocado, así como toda inteligencia; de otra manera, no hay existencia. (DyC 93:29-30).
Esto nos dice que somos co-etemos con Dios: siempre hemos existido como inteligencia, una materia prima que posee libre albedrío y que simplemente existe en el universo. Esa materia también se llama luz de verdad, y puede ser organizada, después de pasar por varias etapas de prueba, primero en forma de espíritus, después como seres vivientes, y finalmente como dioses.
Esas conclusiones son confirmadas por José Smith en sus Enseñanzas, cuando comenta:
El espíritu del hombre no es un ser creado; existió y existirá por las eternidades. Lo que es creado no puede ser eterno; y la tierra, el agua, etc., han existido en un estado elemental por todas las eternidades. . . (Enseñanzas, 183-184).
El profeta también explica:
. . .La inteligencia de los espíritus no tuvo principio, ni tendrá fin. . . Lo que tiene principio puede tener fin. Nunca hubo tiempo en que no hubo espíritus, porque ellos y nuestro Padre Celestial son co-iguales (es decir, co-eternos). . .
La inteligencia es eterna y existe sobre un principio que es existente por sí mismo. Es un espíritu, de eternidad en eternidad, y nada tiene de creado. (Enseñanzas, 438).
Aquí, de nuevo se nos enseña que la inteligencia no fue creada sino que siempre ha existido como materia, y que es co-eterna con Dios.
José Smith, refiriéndose a «sabios doctores» que dicen que el mundo fue hecho de la nada, traduce la palabra hebrea baurau (crear en Gn 1:1), como:
. . .manifestar, dar forma, organizar, así como un hombre organiza los materiales y construye un barco.
De manera que podemos deducir que Dios tenía a su disposición los materiales para organizar el mundo de todo aquel caos, es decir materia caótica, que es elemento, y en el cual mora toda gloria. Los elementos han existido desde que nosotros tuvimos existencia. Los principios puros de los elementos son principios que jamás pueden ser destruidos; pueden ser organizados, y reorganizados, mas no destruidos. No tuvieron principio, y no pueden tener fin. (Enseñanzas, 433-436).
El profeta compara la mente del ser humano a un anillo que no tiene principio porque no tiene fin, y Luego concluye que:
La inteligencia es eterna y existe sobre un principio que es existente por sí mismo. Es un espíritu, de eternidad en eternidad, y nada tiene de creado. (Enseñanzas, 438).
Agrega que esa entidad, ese espíritu, esa mente tiene la capacidad de progresar (Enseñanzas, 438-439), y que en ella mora toda gloria. (Enseñanzas, 434).
Así vemos que esa inteligencia es eterna, que fue organizada pero no creada, que es hecha de luz de verdad, de gloria, que tiene libre albedrío, y que puede progresar.
Para mejor entender la naturaleza de esa materia, esa inteligencia, podemos buscar el significado de luz de verdad (DyC 93:29), o luz y verdad, ya que estos términos son usados como sinónimos, y mencionados a menudo en las escrituras.
LA NATURALEZA DE LA INTELIGENCIA O LUZ Y VERDAD
Al escudriñar las escrituras, encontramos que la inteligencia es luz y verdad, y es energía o poder que se expresa en forma de luz brillante que influye nuestro entendimiento. También, es gloria y salvación.
| INTELIGENCIA ES LUZ: | |
| La inteligencia es la luz de verdad. Ni la una ni la otra fueron creadas o hechas; y las dos poseen el libre albedrío. | DyC 93:29-30 |
| LA LUZ DE LA VERDAD ES ENTENDIMIENTO: | |
| La luz de la verdad vivifica nuestro entendimiento. | DyC 88:11 |
| Nos ayuda a discernir el bien del mal, nos trae conocimiento, | Al 32:35 |
| e ilumina la mente, porque es la luz de la vida eterna. | Al 19:6 |
| LA LUZ DE LA VERDAD ES PODER Y ENTENDIMIENTO: | |
| La luz de ¡a verdad es en Cristo; está en la luz y el poder del sol, de la luna, de las estrellas, y de la tierra. | DyC 88:6-11 |
| Esa luz existe en todas las cosas y dá vida a todas las cosas. | DyC 88:13 |
| Es el poder de Dios, y es la ley por la cual se gobiernan todas las cosas. | DyC 88:13 |
| INTELIGENCIA, LUZ Y VERDAD, TAMBIÉN ES GLORIA: | |
| La gloria de Dios es la inteligencia, en otras palabras, luz y verdad. | DyC 93:36 |
| La luz que ilumina la mente es la luz de la gloria de Dios. | Al 19:6 |
| LA LUZ DE LA VERDAD ES GLORIA, GOZO, Y VIDA ETERNA: | |
| La luz que ilumina la mente es luz que trae gozo en el alma, la gloria de Dios, la vida eterna. | Al 19:6 |
| Eso es porque la luz y verdad nos conducen al santo monte de Dios, a su morada, | Sal 43:3 |
| a la salvación | Sal 27:1 |
| Cuando viene la luz, la gloria de Jehová nace dentro de nosotros. | Is 60:1 |
| Así la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día esté perfecto. | Pr4:18; DyC 50:24 |
Todas esas escrituras nos dicen que nuestra naturaleza básica, nuestra inteligencia, es luz y verdad, es el entendimiento de las cosas de Dios. Y esa inteligencia, esa luz y verdad, también es una porción del poder y de la gloria de Dios. Y esa gloria, si somos justos, puede crecer hasta que ganemos toda la gloria de Dios. Por eso somos de veras, dioses en embrión.
Con este entendimiento podemos tomar literalmente una escritura bien conocida que nos dice que la gloria de Dios es inteligencia o luz y verdad. (DyC 93:36). Dios que posee esa inteligencia (esa luz y verdad, ese poder, esa gloria), la usa para gobernar su reino, dejando que emane de su presencia, pasándolo todo a los que le obedecen.
Inteligencia, luz y verdad, entendimiento, poder, gloria se encuentran en el evangelio, y cuando lo aceptamos, esa luz ensancha nuestra alma y nos lleva hacia la gloria celestial.
| LA LUZ DEL EVANGELIO | |
| La luz del evangelio es la gloria de Cristo, y la imagen de Dios. | 2Co 4:4 |
| Por eso debemos levantarnos y brillar para que nuestra luz sea un estandarte a las naciones. | DyC 115:5 |
| La palabra de Dios es la verdad, | Jn 17:17 |
| y cuando aceptamos el evangelio de Cristo, nuestros corazones resplandecen, | 2Co 4:4-6 |
| nuestra alma se ensancha, nuestra inteligencia se ilumina, y el evangelio es delicioso para nosotros. | Al 32:28,34 |
Así, inteligencia, o luz y verdad, es la gloria de Dios, el poder de Dios. Y él da porciones de esa inteligencia, gloria, luz y verdad a todos los que trabajan en su reino. A Cristo, él da todo su poder, toda su luz y verdad. Por eso las escrituras nos dicen que nuestro Señor Jesucristo es luz y verdad, y que por medio de su luz, el Espíritu de Cristo, nuestro hermano mayor nos trae vida y salvación.
| EL SEÑOR ES LUZ: | |
| El Señor es luz y verdad, | Ef 5:14; 1 P 2:9;Hch 9:3-6 DyC 84:45; 88:5-6 |
| vida y luz | DyC 11:28; 93:9 |
| Con esa luz, él organiza nuestro universo: el sol, la luna, las estrellas así como la tierra. | DyC 88:7-10 |
| Por ese mismo poder, organizará tres glorias establecidas sobre tres tipos de leyes basadas en varios grados de inteligencia, luz, y poder. | DyC 88:1 7-32 |
| Su luz (el Espíritu de Cristo), es dada a | Jn 1:8-9 |
| cada persona que viene al mundo. | DyC 93:2; 84:46; |
| Es fuente de vida, | Sal 36:9; DyC 11:28, 93:9 |
| y nos trae salvación. | Sal 27:1; 43:3; 119:105 Is 60:19-20; Jn 12:35-36 DyC 93:8; 2Co 4:5-6 |
Todos nosotros, al nacer, recibimos luz y verdad, el. Espíritu de Cristo, que nos provee con una conciencia y tal vez, con alguna memoria de nuestra vida anterior. Al poseer esta porción de luz y verdad, es nuestra responsabilidad buscar a Dios, reconocer el evangelio, y recobrar toda la luz y verdad, o gloria, que poseíamos con Dios en la vida pre-mortal.
| TAMBIÉN NOSOTROS PODEMOS GANAR ESA LUZ: | |
| Las escrituras hablan de la luz del evangelio. | 2Co 4:4 |
| Juan el Bautista fue llamado por Cristo: «antorcha que arde y alumbra.» | Jn 5:35 |
| El Señor manda que brillemos delante de los hombres. | Mt 5:14-16; DyC 115:5 |
| Esa misma luz, suave y agradable a los ojos, | Ec11:7DyC124:9;106:8; |
| puede crecer dentro de nosotros, hasta traernos salvación. | 88:67DyC 138:24; Pr 4:18 |
| Esa misma luz permanece con los que ganan el descanso del Señor. Así los justos brillan porque el resplandor de la presencia del Señor descansa sobre ellos. | DyC 138:24 |
| ESTA LUZ SE GANA POR MEDIO DE LA OBEDIENCIA: | |
| Si escuchamos la voz del Espíritu de Cristo | DyC 84:45-46 |
| si practicamos la verdad, y | Jn 3:21 |
| si guardamos los mandamientos de Dios, la luz del Señor resplandece en las tinieblas.. | Sal 11 2:4 |
| Esta luz nos provee con los medios para cumplir lo que El nos ha mandado, |
1 Ne 17:13 |
| y nos da más verdad y luz, hasta que seamos glorificados y sepamos todas las cosas. | DyC 93:2 |
| En cambio, si amamos a las tinieblas más que a la luz, | Jn3:19-21; Al9:23-24; |
| segamos destrucción. | DyC103:9-10,82:3;93:37 |
Concluyendo, podemos declarar que originalmente, éramos inteligencia, parte de una materia prima eterna, alguna forma de energía, hecha de luz y verdad. Esta luz y verdad es el poder de Dios, el poder y espíritu de Cristo que reside en e¡ sol, la luna, las estrellas, la tierra, y que nos provee con el conocimiento que lleva a la salvación.
Es esta materia de luz y verdad que nuestro Padre Celestial usó para crear (u organizar) a sus hijos e hijas espirituales. Y esta inteligencia que es el fundamento de nuestro ser, es lo que nos da la potencialidad de llegar a ser dioses.
NUESTRA VIDA PRE-MORTAL: COMO HIJOS E HIJAS ESPIRITUALES DE DIOS
Como hijos e hijas espirituales de nuestro Padre (y Madre) Celestial, nuestra experiencia fue extraordinaria. Con cuerpos de espíritu y usando nuestro libre albedrío, participamos de la vida eterna, adquiriendo un conocimiento de las leyes de Dios. Vivimos con dioses, instruidos por ellos. Como entidades libres, usando nuestra propia voluntad, crecimos tan rápidamente como quisimos, alcanzando diferentes niveles.
Las escrituras sugieren que nuestros espíritus fueron hechos a la semejanza de Dios. Por eso nuestro espíritu también se parece a nuestro cuerpo físico, aunque es hecho de una materia distinta.
| LA NATURALEZA DEL ESPÍRITU: | |
| Dios es Dios de nuestros espíritus, y somos literalmente sus hijos e hijas espirituales | Nm 16:22; 27:16; Sal 82:6 Os 1 :10; Hch 1 7:28-29 He 12:9; Ro 8:16; DyC 46:26. |
| Los seres humanos fueron creados a la semejanza del cuerpo del espíritu, | Et 3:1 6; DyC 77:2 |
| pero el espíritu es hecho de materia más refinada o pura. | 2 DyC 131: 7-8 |
| NUESTRO PROGRESO ESPIRITUAL: | |
| Desde el comienzo Dios, siendo más inteligente instituyó principios y leyes para proveernos con una oportunidad de avanzar y de exaltarnos como él. | Enseñanzas, 439 |
| Teniendo el poder del libre albedrío y la | DyC 93:20; 2Ne 2:27 |
| capacidad de progresar, | Enseñanzas, 438-439 |
| algunos espíritus se desarrollaron muy rápidamente, otros más despacio, alcanzando diferentes niveles de progreso. | Abraham 3:18-19 |
| Por eso, más tarde, Dios llamó a los espíritus más adelantados como gobernantes en la tierra. | Abraham 3:22-23 Al 13:3-9 |
Así en la vida pre-mortal, como hijos e hijas espirituales de Dios, crecimos entre dioses que compartieron con nosotros su luz y verdad, su poder.
Un día, nuestro Padre Celestial nos invitó a todos a asistir a un Gran Concilio en los cielos donde nuestro futuro sería discutido. Ahí, un plan fue presentado, un plan de salvación, que nos daría la oportunidad de llegar a ser como nuestros padres, seres exaltados o dioses.
Según el plan, vendríamos al mundo a obtener un cuerpo físico, después de una caída que nos alejaría de nuestros padres. Y se necesitaría un redentor que sacrificara su vida para traernos de nuevo a Dios. Y seríamos juzgados según nuestra obediencia a los mandamientos de Dios.
| EL GRAN CONCILIO: | |
| Cuando los hijos e hijas espirituales de Dios alcanzaron un nivel suficiente de progreso, nuestro Padre Celestial convocó un gran concilio para proyectar un plan para crear el mundo y poblarlo. | Enseñanzas 433 |
| Cristo (uno que era semejante a Dios) entendió y aceptó el plan: una tierra sería hecha y sobre ella los espíritus serían probados para ver si harían todas las cosas que el Señor su Dios les mandaría; y al final todos serían juzgados, y a los que guardaron su primer y segundo estado, les sería «aumentada gloria sobre su cabeza para siempre jamás.» | DyC 101:78 Abraham 3:24-26 |
| Pero había un problema. Para ser probado, una caída de lo inmortal a lo mortal era necesaria. | 2Ne2:21-25 |
| Y una caía necesitaba un redentor. | 2Ne 2:26 |
Aceptamos el plan, y vino el momento de elegir nuestro redentor. Dos candidatos se presentaron. Uno simplemente aceptó el plan de Dios. Otro, más ambicioso, propuso su propio plan que destruiría el libre albedrío del hombre, pidiendo además que Dios le diera su poder. Nuestro Padre Celestial eligió al primero, su hijo mayor, su Primogénito.
Nosotros, ansiosos de participar en el plan de Dios, fuimos parte de todos esos eventos, apoyando a Cristo. Pero Lucifer, el Hijo de la Mañana (uno de los mayores entre nosotros), no aceptó la decisión y se rebeló. Hubo una guerra en los cielos y Lucifer perdió.
| CRISTO EL ELEGIDO DE DIOS: | |
| El que era «semejante al Hijo del Hombre,» nuestro hermano mayor Jesucristo, dijo: «Heme aquí; envíame a mí,» aceptando la autoridad del Padre y dándole toda la gloria. | Abraham 3:27 Moisés 4:2 |
| Pero otro se levantó (Lucifer) y propuso su propio plan: destruyendo el albedrío del hombre, rescataría a todo el género humano sin perder una sola alma. Pero en cambio, quería toda la gloria. | DyC 76:25-29 Moisés 4:1-3 Abraham 3:27 |
| Dios eligió al primero, a Cristo, nuestro hermano mayor. Lucifer se rebeló y hubo una guerra en los cielos. Se llevó una tercera parte de las huestes del cielo, y ellos fueron «arrojados abajo,» en la tierra, | Ap 12:7-9; Abraham 3:28; Moisés 4:3; DyC 76:25-27; DyC 29:36-38; Is 14:12-15; Le 10:18 |
| Al caer, esos espíritus (ángeles) no guardaron su dignidad y los aguardan prisiones eternas. | Jud 1:6 |
De esa manera, desde el principio, fuimos parte del plan que Dios tiene de llevar a cabo la inmortalidad y vida eterna de los seres humanos.
Primero, nos tomó de nuestro estado primitivo, para formarnos como sus hijos e hijas espirituales.
Segundo, nos instruyó en luz y verdad, preparándonos para la prueba de la vida.
Tercero, nos presentó el plan de salvación, llamó a los líderes y profetas que introducirían el evangelio aquí en la tierra, y eligió al que sería nuestro redentor.
Cuarto, al ofenderse Lucifer introdujo la oposición con que debíamos enfrentarnos en esta vida.
Sin el conocimiento de esos eventos en nuestro pasado espiritual, sería extremadamente difícil entender el propósito de la vida. Pero al saber que Dios preparó cada paso del plan de salvación para que tengamos una oportunidad de llegar a ser dioses, todo cae en su lugar. Y podemos aceptar las pruebas de la vida, buscando al Señor, esperando con ansia la consumación del plan y nuestro retorno glorioso a nuestro Padre Celestial.
RESUMEN
Hemos visto en este capítulo que fuimos formados de una materia prima que siempre existió en el universo, una materia llamada inteligencia, que es luz y verdad, gloria, y poder. Esa inteligencia es el poder usado por Dios el Padre cuando lleva a cabo su trabajo de traer inmortalidad y vida eterna a los seres humanos. Y es el poder que Dios dio a su Hijo Unigénito para que creara y mantuviera nuestro universo.
Nuestra primera creación fue espiritual. Fuimos creados por nuestro Padre Celestial y una Madre Celestial. Desde el comienzo la preparación que recibimos fue con el propósito de, finalmente llegar a ser como nuestros padres: dioses.
En el gran concilio, nos presentaron el plan de salvación que incluye una caída, un tiempo de probación, y la redención. Nuestro hermano mayor fue elegido como redentor, y otro de nuestros hermanos mayores, Lucifer, se rebeló llevándose una tercera parte de los espíritus. Al perder su guerra, los rebeldes fueron echados a la tierra para seguir su lucha en contra del plan de Dios. Y Cristo preparó todo para la creación.
























