El Triunfo del Evangelio: Unidad y Perseverancia

El Triunfo del «Mormonismo», Etc.

por el Presidente Brigham Young, el 19 de agosto de 1860
Volumen 8, discurso 37, páginas 147-149

Daré mi testimonio de las verdades que hemos escuchado esta mañana. Según mi entendimiento, mis sentimientos y el espíritu dentro de mí, hemos tenido un buen y sólido discurso, de aproximadamente tres minutos y medio de duración, de parte del hermano Andrew Moffat. Fue directo al punto, y cada palabra fue un texto. También hemos tenido un excelente discurso del hermano Hooper: sus palabras fueron dulces al gusto de aquellos que aman la verdad.

Es motivo de regocijo para mí tener el privilegio de dar mi testimonio de lo que hemos escuchado esta mañana. El hermano Andrew Moffat partió de aquí el otoño pasado hacia los Estados, por negocios; y ha trabajado admirablemente en la compra de ganado y en la asistencia al hermano Cannon y a otros que estaban comprometidos en organizar trenes, y al hacerlo, se ha vuelto muy útil. Y creo que no ha descuidado, en sus transacciones comerciales ni en sus viajes, hacer saber a las personas que es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y dar su testimonio de la verdad del Evangelio, al mismo tiempo que no pidió favores a nadie que no quisiera escuchar. Este es el sentimiento de los élderes que están llenos del Espíritu de Dios, ¿y qué van a hacer los malvados al respecto? Los élderes tienen esta seguridad dentro de ellos.

El hermano Smith, quien habló primero esta mañana, ha estado en la Iglesia casi desde el principio, pero no se había reunido con los Santos hasta esta temporada. En una conversación con él el otro día, me dijo que hombres importantes en Nueva York decían que el «Mormonismo» sería destruido en el momento en que el Presidente emitiera sus órdenes a las tropas. Algunos de ellos le preguntaron qué pensaba al respecto. Él respondió que no sabía lo que sucedería, pero que el resultado sería que el «Mormonismo» triunfaría sobre todos sus enemigos y que en ese conflicto saldría victorioso. Esta seguridad está en todo hombre que vive su religión; pero cuando alguno empieza a dudar, entonces comienzan a pensar que esta es una religión algo difícil de vivir.

Todo lo que ha dicho el hermano Hooper acerca de los asuntos temporales es bueno. He vivido casi sesenta años, y estoy familiarizado con muchas partes de los Estados Unidos, algo familiarizado con Europa y, de manera histórica, con muchas partes del mundo; pero, hasta donde he viajado y leído, este es el mejor país en el que hemos estado, o que podemos encontrar ahora, para criar Santos.

El Espíritu del Todopoderoso se está retirando de la gente; ¿y no es vuestra oración que Él reúna en Sión toda la sabiduría, fuerza, inteligencia e integridad de la tierra? Esta es la oración de todos los que entienden el «Mormonismo». ¿Cuál será su condición cuando el Espíritu del Señor se retire? Afilarán el cuchillo para cortarse la garganta unos a otros, y, como lo mencionó el hermano Hooper, intentarán hacer de la línea Mason y Dixon la línea divisoria; pero eso no se mantendrá, porque la cruzarán para destruirse mutuamente, y la espada y el fuego prevalecerán en la tierra. Uno dirá: «Pero tú eres ‘mormón’, y no creemos en nada del ‘Mormonismo’, aunque creemos que se avecinan calamidades y que grandes eventos están a las puertas». El mundo, y particularmente los Estados Unidos, han sido advertidos de estas cosas durante los últimos treinta años; y aunque nadie más que yo los hubiera advertido, ahora no habría un hombre sobre la faz de la tierra que no hubiera oído el Evangelio, si hubiera estado dispuesto a escucharlo. Se habrían preparado para lo que viene; pues cualquiera de estos mis hermanos ha dicho lo suficiente para advertir al mundo entero. Esto limpia nuestras vestiduras, porque estamos obligados a cumplir con nuestro deber; y luego, si ellos descuidan, la sangre de sus vestiduras estará en sus faldas, no en las nuestras.

Hermano Hooper comentó que había aprendido que el «Mormonismo» es verdadero.
Es tanto el deber como el privilegio de los Santos de los Últimos Días saber que su religión es verdadera. Si el hermano Hooper hubiera cedido a sus propios sentimientos naturales, no nos habría representado en el Congreso. Aquí hay un gran pueblo, y desean que un hombre los represente en el Congreso de manera adecuada. Ahora bien, ¿quién diría que es capaz de hacer esto? El hermano Hooper se sometió a la elección del pueblo, como todo hombre debería hacerlo. Si la elección hubiera recaído en cualquier otro, como ocurrió con el hermano H. S. Eldredge, quien fue nuestra primera opción antes de la última elección para Delegado (pero se consideró mejor cambiarlo), él también habría podido cumplir con su deber en el Congreso, hacer todo lo que el Señor deseara que se hiciera. El hermano Bernhisel fue nuestro Delegado durante varios años, ¿y estamos satisfechos con su desempeño oficial? Sí, cumplió con su deber.

¿Cómo sabremos qué hacer? Siendo obedientes a cada requisito del Evangelio. El hermano Hooper ha mencionado que le prometí la asistencia del Todopoderoso. Así fue. Impuse mis manos sobre él, lo bendije y le dije que tendría sueños y visiones, y poder con Dios para saber qué hacer, si vivía su religión; pero si no lo hacía, no le prometí nada. Él se preparó para orar; y cuando un hombre con disposición para escuchar una verdad se acercaba a él, se sentía tan cómodo como con sus amigos, y podía expresar sus sentimientos; pero si los visitantes no tenían cabida para la verdad, cuanto antes se fueran, mejor. El gozo llenaba su pecho, y cada vez que los hermanos lo visitaban era el mejor momento que había tenido. Cuando un hombre se acercaba a él con el Espíritu de Dios, él sentía: «Este es el hombre para mí: aquí está el Espíritu; aquí hay gozo y paz en tener comunión con el Señor Jesucristo y con el Padre.» Así se sentía el hermano Hooper; y cuanta más confianza tenía en lo que le dije, más recibía.

La revelación se derrama aquí cada domingo. Gracias a Dios por ello. ¿No soy feliz? Sí, todo el tiempo. No hay oscuridad, ¿y hay necesidad de tener tristeza? No. Nuestra religión es paz, felicidad, riqueza y una plenitud de cosas buenas al caminar en la luz de la verdad. Estas bendiciones están con los Santos de los Últimos Días y para ellos, y no tenemos nada más que hacer que vivir para obtenerlas.

Dios nos ha dado nuestros tabernáculos y ha plantado en ellos las semillas de la eternidad; y es nuestra responsabilidad, en esta vida presente, dejar que el espíritu supere cada pasión de la carne, y nunca permitir que el espíritu se someta a las tentaciones de la carne. Esfuércense por someter todo a Cristo, porque esta es su tierra. Vino de Dios en el principio, y no por casualidad en la creación; porque todo lo que ven, comprenden y entienden, todo lo que es bueno, es producido por el Creador Todopoderoso de los mundos.

Respétense unos a otros; no hablen a la ligera de los demás. Algunos, si sienten un pequeño resentimiento contra un individuo, están dispuestos a condenarlo al infierno, como si no fuera digno de estar sobre la tierra. ¡Oh, necios! No entienden que aquellos a quienes condenan son obra de Dios, al igual que ustedes mismos. Dios pasa por alto sus debilidades; y en la medida en que hagan el bien, son tan aceptables como nosotros. Den gracias a Dios por saber más, y estén llenos de misericordia y bondad. No hablo mal de ningún hombre; pero odio, con un odio sincero, las malas acciones de algunos hombres. Su organización provino de Dios, pero su conducta no. No es a las personas, sino a su conducta perversa a lo que desprecio y odio.

Vivan su religión. El «Mormonismo» triunfará, y todo el infierno no podrá impedirlo; y aquellos que sean fieles serán exaltados. Cuando las personas caen en la oscuridad, quieren irse; y no sé si es una de las predestinaciones de Dios que, tan pronto como pierden el Espíritu, quieran irse. Eso es justo lo que quiero; y oro para que no haya barrera en su camino, que ningún hombre se quede aquí a menos que ame a Dios con todo su corazón.

¡Que el Señor los bendiga! Amén.