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Lo encontramos en las Escrituras
Ahora que tiene una idea más o menos concreta de cómo funciona el principio de la apercepción, sería interesante echar una vez más una mirada a las Escrituras donde encontraremos muchos ejemplos de este tipo de enfoque didáctico. En Sus enseñanzas, Jesús siempre se valió de objetos y experiencias que resultaban familiares a los de Su época. Al estudiar los ejemplos que El presentó, fácilmente nos damos cuenta de que se trata de ilustraciones sumamente comunes. Al exponer un ejemplo familiar, Jesús partió de la base de lo que la gente entendía, a fin de que pudieran aprender sin mayores problemas.
Uno de los aspectos que el Señor tenía en común con la mayoría de aquellos a quienes enseñaba era el ambiente que les rodeaba. Merced a la información que tenemos de Su vida personal, podemos coincidir en el hecho de que era considerado una persona común y corriente para aquella época. Sus enseñanzas reflejan nítidamente el mundo del período en el que vivió.
En todo momento hizo un enfoque directo, teniendo en cuenta los antecedentes de quienes le escuchaban. A menudo se refirió a las instrucciones religiosas básicas que eran de tan vital importancia para la vida de todo joven de aquella época, lo cual queda de manifiesto en las muchas veces que dijo: “Oísteis que fue dicho…” (Véase Mateo 5:21,27,38; Mateo 12:3,5, etc.) Si hacía mención de algo que ellos no habían escuchado personalmente, les decía: “Habéis leído…”
Cosas comunes y corrientes
El Sermón del Monte puede utilizarse como modelo pedagógico, tanto como cualquier otro ejemplo en particular. Adviértase el sinnúmero de ejemplos que utiliza en la instrucción que da en un sólo capítulo, el quinto de Mateo. A continuación proporcionamos una lista de frases que hacen referencia a cosas comunes y familiares.
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.
Ni una jota ni una tilde pasará de la ley.
Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y los fariseos.
Oísteis que fue dicho a los antiguos.
Cualquiera que se enoje contra su hermano.
Cualquiera que diga: Necio.
Deja allí tu ofrenda delante del altar.
No sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
No saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla.
Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.
Además habéis oído que fue dicho.
No perjurarás.
Oísteis que fue dicho.
Ojo por ojo, y diente por diente.
Al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica.
A cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla.
Que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Y si saludáis a vuestros hermanos solamente.
Seleccionamos este capítulo tan familiar por el amplio conocimiento que todos tenemos de él y por ser tan representativo de lo que repetidamente encontramos en las enseñanzas de Jesucristo. Hay otros capítulos en los que se pueden hallar ejemplos adicionales.
Las referencias hechas en éste y otros capítulos están, como bien se puede advertir, basadas en la experiencia de quienes escuchaban. El sistema de eliminación de basura en las ciudades de aquella época consistía en simplemente echarla en las calles. Por consiguiente, la sal sin sabor era literalmente tirada y pisoteada por los hombres. Jerusalén era conocida como la ciudad en la colina, una referencia de inmenso significado para aquella gente. Un soldado romano tenía todo el derecho de obligar a cualquier judío a que llevara su carga por una milla. Estas y muchas otras cosas resultaban muy conocidas para los discípulos de Jesús.
En las parábolas se puede también encontrar una riquísima fuente de material aperceptivo. En tales relatos, el Señor se refiere a experiencias sumamente comunes al estilo de vida normal de la Palestina de aquella época o a la historia judaica, de la que extraía regulaciones bien conocidas de la Ley de Moisés.
El Señor habla de gallinas, polluelos, pájaros, flores, zorras, árboles, ladrones, caminantes, puestas de sol, pobres y ricos, médicos, ropa remendada, abrojos, limpiar la casa, alimentar a los cerdos; moler el grano, almacenar en graneros, edificar casas, contratar obreros, y de docenas de otros ejemplos más. Ninguno de ellos resulta ajeno ni misterioso y todos fueron extraídos de la vida real, de las experiencias cotidianas de aquellos a quienes enseñaba.
“…es semejante a…
No resulta extraño, entonces, que el Señor comparara al mundo tangible que nos rodea con lo intangible de nuestro interior. Más que repetidamente utilizó la expresión «es semejante a” o “compararé». Veamos las siguientes frases de los evangelios y de otros libros del Nuevo Testamento:
Mateo: 11:16 Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas
13:31 El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza 13:33 El reino de los cielos es semejante a la levadura 13:44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro 13:45 El reino de los cielos es semejante a un mercader 13:47 El reino de los cielos es semejante a una red 13:52 Es semejante a un padre de ramilia 20:1 El reino de los cielos es semejante a un hombre 22:39 y el segundo es semejante: Amarás
Marcos: 12:31 y el segundo es semejante: Amarás
Lucas: 6:47 Os indicaré a quién es semejante
6:48 Semejante es al hombre que al edificar una casa
6:49 Semejante es al hombre que edificó su casa sobre
7:31 Y dijo el Señor: ¿A qué pues, compararé los hombres?
7:32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza
12:36 Sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese
13:18 ¿A qué es semejante el reino de Dios?
13:19 Es semejante al grano de mostaza
13:21 Es semejante a la levadura, que una mujer tomó
Juan: 8:55 Sería mentiroso como vosotros; pero le conozco
9:9 Otros (decían): A él se parece. El decía: Yo soy
He aquí otros pasajes de las Escrituras que reflejan el mismo método de comparación:
Hechos: 17:29 Que la Divinidad sea semejante a oro
Gálatas: 5:21 Borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas
1 Juan: 3:2 Seremos semejantes a él, porque le veremos
Judas: 7 Las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera
Apocalipsis: 1:13 Semejante al Hijo del Hombre, vestido de1:15 Sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como
2:18 El Hijo de Dios, el que tiene …y pies semejantes al bronce bruñido
4:3 El aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe
4:3 Había …un arco iris, semejante …a la esmeralda
4:6 Un mar de vidrio semejante al cristal
4:7 Semejante a un león: el segundo era semejante a un becerro
4:7 Y el cuarto era semejante a un águila volando
9:7 Langostas era semejante a caballos preparados para
9:7 Como coronas de oro
9:10 Tenían colas como de escorpiones
9: 9 Sus colas, semejantes a serpientes
11:1 Me fue dada una caña semejante a una vara
13:2 La bestia que vi era semejante a un leopardo
13:4 ¿Quién como la bestia…?
13:11 Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero
14:14 Uno sentado semejante al Hijo del Hombre
16:13 Tres espfritus inmundos a manera de ranas
18:18 ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?
21:11 Su fulgor era semejame al de una piedra preciosísima
21:18 La ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio
El Libro de Mormón abunda también en referencias similares:
- Nefi 2:9 ¡Oh, si fueras semejante a este río 2:10 ¡Oh, si fueras tú semejante a este valle 12:1 En tan inmenso número como la arena del mar 15:12 La casa de Israel fue comparada a un olivo 17:45 Os ha hablado como con voz de trueno
- Nefi 5:21 Se habían vuelto como un pedernal 7:7 Por eso he puesto mi rostro como pedernal 8:6 La tierra se envejecerá como ropa de vestir 8:8 Como a vestidura los comerá la polilla 8:8 Como a la lana los consumirá el gusano 26:6 Serán como rastrojo
Mosíah 12:5 Serán arreados como mudos asnos
12:12 Serás como la flor del cardo
14:6 Todos nosotros nos hemos descarriado como ovejas
Alma 32:28 Compararemos, pues, la palabra a una semilla
3 Nefi 7:8 Como el perro que se vuelve a su vómito
10:4 Como la gallina junta sus pollos bajo las alas
Éter 2:16 Como la ligereza de un ave sobre el agua
6:7 Sus barcos estaban ajustados como un vaso
Veamos los siguientes ejemplos extraídos de Doctrina y Convenios: 49:24 Florecerán como la rosa
121:45 Destilará sobre tu alma como rocío del cielo 128: 19 Como el rocío del Carmelo 130:9 Llegará a ser semejante al cristal 133:48 Su ropa como del que ha pisado el lagar
En la sección 88, el Señor reveló leyes celestiales que gobiernan la tierra y los planetas, diciendo: “¿A qué compararé estos reinos para que comprendáis? (D. y C. 88:46.)
Por último, en la Perla de Gran Precio encontramos los siguientes ejemplos:
Moisés 7:28 Derraman sus lágrimas como la lluvia sobre las montañas
7:62 Inunden la tierra como con un diluvio
Abraham 3:14 El número de las arenas, así será el número de tus descendientes José Smith
-Mateo: 38-39 La parábola de la higuera …así igualmente mis escogidos
47 Si el buen hombre de la casa hubiera sabido en cuál vigilia lIegaría el ladrón
José Smith
-Historia: 37 Viene el día que arderá como un horno
37 Todos los que obran inicuamente, arderán como rastrojo
Estas son apenas unas pocas de las muchas referencias que podemos encontrar en las Escrituras, las que constituyen una rica fuente de ilustraciones en cuanto al uso del principio de la apercepción en la tarea de enseñar temas de naturaleza compleja.
Lecciones más claras
Tenga siempre presente que Jesús no sólo comentaba a la gente de aquella época en cuanto a experiencias y elementos relacionados con su medio ambiente; su interés no radicaba en enseñarles en cuanto a gallinas y polluelos, sino que se valía de tales ilustraciones para instruirles tocante a otras cosas. El hacía una correlación de esos ejemplos tan comunes en el mundo visible con los del mundo interior que el ojo humano no puede percibir. El Señor los aplicó y comparó a fin de que la lección resultara obvia.
Si fuéramos a quitar de los discursos de Jesús las aplicaciones ilustrativas que hizo en ellos, nos quedaríamos apenas con un escueto comentario sobre la vida del campesino en la antigua Palestina. Es precisamente la enseñanza del evangelio lo que hace que las ilustraciones cobren vida. Las mismas, a su vez, contribuyen a que el significado de la lección resulte más claro para personas de todas las edades.
La aplicación es la piedra angular de cada uno de Sus discursos. En la referencia que hace a la sal, (Mateo 5: 13), por ejemplo, no tenía especial interés en hablarles a quienes le escuchaban sobre ese condimento de mesa tan común, de hecho tan común que hubiera carecido absolutamente de trascendencia si se le hubiera mencionado de cualquier otra forma. La palabra sal, como se le usa en Sus enseñanzas, no tenía como fin orientarlos en cuanto a sus hábitos de comida, sino que era apenas un elemento de apoyo para elevar el conocimiento y razonamiento de sus alumnos mediante un método pedagógico mucho más productivo.
Como ya hemos mencionado, conceptos tales como la fe, el arrepentimiento y la humildad, entre otros, son difíciles de enseñar puesto que no tenemos forma de visualizarlos. No tienen tamaño, ni forma, ni textura, ni color; por consiguiente, es prácticamente imposible conformamos una imagen de ellos. Utilizando el método del que Jesús se valió, sin embargo, podemos enseñar en cuanto a ellos de una forma mucho más clara.
Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas (Mateo 23:37).
Cuántas veces os juntaré como la gallina junta sus pollos bajo las alas (3 Nefi 10:6).
Los juntaré como la gallina junta a sus pollos debajo de sus alas (D. y C. 10:65).
Juntará a su pueblo como la gallina junta a sus pollos debajo de sus alas (D. y C. 29:2).
Cuántas veces os hubiera juntado como la gallina junta a sus pollos debajo de sus alas (D. y C. 43:24).
























