Conferencia General de Octubre 1962
Informe del Comité de Correlación
por el Élder Harold B. Lee
Del Consejo de los Doce Apóstoles
Busco esta noche, con gran humildad, el poder de sus oraciones y su fe para que lo que podamos decir sea claro y conciso y para que puedan vislumbrar la visión del gran movimiento iniciado hace un año en la conferencia de octubre.
En el anuncio del nuevo programa de correlación, según lo dirigido por el presidente McKay, utilizamos como base una declaración de la gran revelación moderna sobre el gobierno de la Iglesia, en la que el Señor dijo:
“Este es el modo en que mis apóstoles, en la antigüedad, edificaron mi iglesia para mí.
“Por tanto, que cada hombre ocupe su propio oficio y trabaje en su propio llamamiento; y que no diga la cabeza a los pies que no tiene necesidad de ellos; porque sin los pies, ¿cómo podrá sostenerse el cuerpo?
“Además, el cuerpo necesita de todos sus miembros, para que todos sean edificados juntamente y el sistema se mantenga perfecto” (D. y C. 84:108-110).
Esta declaración significativa significaba claramente que, primero, cada organización debía tener su función específica, y que no debía usurpar el campo de la otra, lo que sería como si el ojo dijera a la mano: “No tengo necesidad de ti” (1 Corintios 12:21); segundo, que cada subdivisión es de igual importancia en la obra de salvación, tal como cada parte del cuerpo físico es esencial para el ser humano completo; y tercero, que cada miembro de la Iglesia pueda ser edificado o instruido conjuntamente; y, finalmente, que el sistema se mantenga perfecto, o en otras palabras, que dentro del marco del plan organizativo del Señor para la salvación de sus hijos, la Iglesia funcione como un cuerpo humano perfectamente organizado, con cada miembro cumpliendo su propósito.
La clave de todo el movimiento de correlación nos fue dada cuando la Primera Presidencia, en una importante comunicación hace algunos años, declaró los principios fundamentales sobre los cuales debíamos construir. En esta comunicación, la Primera Presidencia había dicho:
“El hogar es la base de una vida recta y ninguna otra entidad puede tomar su lugar ni cumplir con sus funciones esenciales. Lo máximo que pueden hacer las organizaciones auxiliares es ayudar al hogar en sus problemas, brindando ayuda especial y socorro donde sea necesario; en ese esfuerzo por ayudar al hogar, las auxiliares pueden considerar la vida familiar de las personas como dividida en tres períodos: el primero desde el nacimiento hasta los doce años, o el período de la niñez; luego el período de la juventud, desde los doce años hasta los primeros años de los veinte; y luego la adultez, desde los primeros años de los veinte hasta el final de la vida”.
Desde ese anuncio, hemos avanzado en el desarrollo del programa de correlación, y esta noche el presidente McKay ha solicitado que informemos a este gran cuerpo del sacerdocio de la Iglesia sobre el programa de correlación y su progreso desde ese primer anuncio hace un año.
Mis compañeros del Quórum de los Doce, como lo anunció el presidente McKay, quienes conforman el comité de correlación, cada uno tomará tiempo esta noche en un informe unificado de progreso. El élder Gordon B. Hinckley discutirá primero el desarrollo organizativo que ha tenido lugar durante este último año. Luego, el élder Richard L. Evans hablará sobre los estudios y el desarrollo del currículo. Después, el élder Marion G. Romney nos hablará sobre la correlación del sacerdocio, que en realidad es una extensión de lo que hemos conocido como la enseñanza de barrio en el pasado.
Será mi responsabilidad, después de que ellos concluyan, resumir con un anuncio de la primera aplicación del nuevo programa de correlación, que se llevará a cabo en toda la Iglesia a partir de enero de 1963, a nivel mundial. Procederemos ahora con el élder Hinckley, luego el élder Evans, y luego el élder Romney, después de lo cual haré algunas declaraciones finales.

























