Invocando los Poderes Celestiales

INVOCANDO LOS
PODERES CELESTIALES

Grant Von Harrison

Contenido
1. Naturaleza y función de la fe
2. La fe y los poderes celestiales
3. Los principios que gobiernan la fe
4. Su fe será probada
5. Guía para aumentar su fe
6. Desarrolle una comprensión más profunda de la fe
El Autor y Notas.

PREFACIO

La siguiente cita del élder Bruce R. McConkie se refiere a un proceso que cada miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días debe conocer a fondo. Refiriéndose al proceso de la oración, nos exhorta a que “aprendamos cómo orar osadamente y eficazmente, no solo de palabra, sino también con el espíritu y con poder, para que invoquemos los poderes del cielo sobre nosotros.” [1]

Los poderes celestiales son muy reales y pueden influir dramáticamente en el curso de los acontecimientos de la vida de una persona. En nuestra relación con Dios, la idea de “poderes del cielo” se refiere a cualquier influencia o poder (inspiración, don del Espíritu, poder del sacerdocio, etc.) que esté gobernado por Dios y que opere a beneficio nuestro.

A fin de alcanzar nuestro máximo potencial en esta vida, debemos aprender a invocar los poderes celestiales. Ningún grado de conocimiento o habilidad puede compensar la ausencia de los poderes del cielo en nuestra vida. Con la ayuda de esos poderes, uno puede tener éxito en esta existencia mortal a pesar de las flaquezas personales, porque, literalmente, los poderes del cielo compensan las debilidades humanas.

Si aprende a invocar los poderes celestiales, sus limitaciones, su pasado y características físicas llegarán a ser insignificantes. El Señor ha prometido que si se acerca a Él humildemente y con la fe suficiente, sus flaquezas se convertirán en áreas de fortaleza:

“Y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos.” (Éter 12:27)

Nuestro acceso a los poderes del cielo hace posible esta promesa. Si aprende a invocar los poderes celestiales sobre sí mismo, sus talentos y habilidades aumentarán considerablemente. Los logros máximos de su vida se verán determinados más por su habilidad para utilizar los poderes celestiales que por confiar solo en dones naturales. El presidente Ezra T. Benson ha dicho que:

“Los hombres y mujeres que entreguen su vida al Señor, se darán cuenta de que Él puede hacer de su existencia mucho más de lo que ellos mismos son capaces. Él hará su gozo más profundo, expandirá su visión, agilizará su mente, fortalecerá sus músculos, levantará su espíritu, multiplicará sus bendiciones, aumentará sus oportunidades, consolará su alma, les hará de amigos y les inundará de paz. Quien pierda su vida por Dios se encontrará con que tiene la vida eterna.” [2]

Cuando aprenda a invocar los poderes del cielo, verá esta promesa cumplida en su vida.

Los poderes del cielo son gobernados por leyes espirituales; siempre se basan en la obediencia a la ley. Cuando uno entiende estas leyes y aprende a cumplirlas, puede invocar los poderes celestiales constantemente para que le ayuden en sus empeños. Las escrituras nos dicen claramente que debemos obedecer ciertas leyes específicas a fin de recibir ciertas bendiciones de Dios.

“Hay una ley irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundación de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; Y cuando recibimos una bendición de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa.” (DyC 130:20-21)

Es a través de nuestros propios esfuerzos que nos calificamos para recibir los diversos dones y bendiciones que provienen de los poderes del cielo.

“… los poderes del cielo… no pueden ser gobernados ni manejados sino conforme a los principios de justicia.” (DyC 121:36)

Una vez que uno se da cuenta de que los poderes del cielo se gobiernan por leyes, el desafío es llegar a conocer bien esas leyes y principios. Es muy difícil, si no imposible, ser obediente a las leyes y principios que se nos dan, a menos que sepamos cuáles son y qué necesitamos hacer para cumplir con ellos.

Cuando el lector termine de leer este libro, tendrá una clara comprensión de la fe en general, pero aún más importante, tendrá un entendimiento claro de los procesos de fe que gobiernan los poderes celestiales. Sabrá específicamente cómo invocar esos poderes celestiales para que le ayuden a lograr sus deseos justos. Comprenderá el papel de los procesos del pensamiento involucrados en el ejercicio de la fe y sabrá cómo enfrentar las pruebas de fe que puede esperar se le presenten cuando, de hecho, intente invocar los poderes del cielo.

Desafortunadamente, muchos miembros de la Iglesia se ven limitados en todos los aspectos de sus actividades en esta vida mortal (llamamiento de la Iglesia, responsabilidades paternales y profesionales, vida social, estudios, etc.) porque no saben cómo invocar los poderes celestiales para usarlos en su propio beneficio. El propósito expreso de este libro es enseñar a los miembros de la Iglesia cómo invocar los poderes del cielo. A fin de alcanzar los poderes celestiales, uno debe saber cómo poner la fe en práctica, porque los poderes del cielo se gobiernan mediante la fe. Mientras lea este libro, el lector se dará cuenta de que el proceso de practicar la fe significa mucho más de lo que había entendido previamente. En este momento de su vida, su comprensión de la fe se basa, muy probablemente, en esta muy conocida definición de la misma:

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1)

Uno se ve extremadamente limitado en su habilidad para invocar los poderes celestiales a menos que entienda muy específicamente el proceso que se requiere para ejercer la fe. La habilidad de recitar una definición vaga de la fe no es suficiente.

A fin de ejercer el tipo de fe que se requiere para invocar los poderes del cielo, hay que seguir un proceso muy específico. A fin de dominar el ejercicio de la fe, se debe comprender primero su proceso a fondo, y luego se debe aprender a aplicar dicho proceso en la vida diaria. Este libro le ayudará a entender el proceso requerido para invocar los poderes del cielo a fin de bendecir su vida. Cuando siga este proceso correctamente, será capaz de invocar los poderes celestiales para que le ayuden a cumplir sus deseos justos.

Aunque la fe es un don de Dios, se obtiene solo mediante el ejercicio de la voluntad. Es esencial que usted comprenda que uno aumenta y perfecciona su fe poniendo su fuerza de voluntad. Este libro se propone ayudarle en su empeño por aumentar y perfeccionar su fe.

2 Responses to Invocando los Poderes Celestiales

  1. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    Este libro es de gran valor en nuestros dias Es la baae para nuestro progreso en estavexoeriencia de morraludad.

    Me gusta

  2. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    a mis casi 70 años creo que nunca logre tener algun proposito, he andado de aqui y alla, como hoja que lleva el viento , sin lograr nada, no entendiendo los dones y no saber si tengo uno, a veces tengo y siento un vacio muy grande, que lleva a la depresion, por esa vacuidad que se siente. Espero poder cambiar algo antes de irme de esta tierra.

    Me gusta

Deja un comentario