36
El Registro de José

El Libro de Mormón es el registro de José. Es el volumen sagrado que estaba destinado a estar junto a la Biblia, proporcionando un segundo testimonio de Cristo.

Escrito para y por el pueblo de José en esta (americana) Tierra de José, es para la conversión no solo de los descendientes modernos de José, sino también de judíos y gentiles.

El presidente Joseph Fielding Smith habló así sobre este tema:

“El Libro de Mormón es la historia sagrada de los antiguos habitantes del continente americano; contiene las predicciones de sus profetas, los mandamientos del Señor para ellos, y la historia y destino de esos pueblos antiguos. Es el volumen americano de las escrituras y es tan sagrado e inspirado como la Biblia, que contiene los registros sagrados de la raza hebrea en el Hemisferio Oriental.

“Ningún otro libro ha sido atacado tan agudamente, amargamente y sin descanso como el Libro de Mormón. Sin embargo, como el oro probado muchas veces en el horno, ha pasado por todos los ataques indemne. Cada arma levantada contra él ha perecido, y la sabiduría de los autosuficientes que lo han atacado ha llegado a nada.

“Hay una inspiración y un sentimiento de alegría y satisfacción pacífica que acompañan la lectura sincera y en oración de este libro. Sus doctrinas y méritos literarios están en consonancia con los escritos de los profetas judíos. El estudiante sincero que está dispuesto a poner a prueba la promesa de Moroni se ve obligado a decir: ‘Seguramente esta es la obra del Señor y no la obra del hombre, porque ningún hombre podría haberlo escrito.’

“Ezequiel vio en visión la gran nación de los nefitas, la casa de José, cuando escribió por profecía sobre la unión de los registros de José con el de Judá…

“Es muy evidente que la Biblia es el registro, o palo de Judá; además, que no contiene una historia de las naciones que iban a surgir de Efraín y Manasés. Ese palo, o historia, debe buscarse en otro lugar. ¿Y de dónde? Algunos han declarado que la Biblia tal como la tenemos hoy cumple esta predicción, que este mandamiento a Ezequiel era un mandamiento local para él, y que debía escribir y unir los escritos de las dos naciones de Judá e Israel y presentarlos ante el pueblo de su época. Sin embargo, un estudio cuidadoso de esta profecía revela que esta unión de los registros sería en los últimos días, no en la época de Ezequiel…

“Una expresión significativa en la profecía de Ezequiel es que el palo de José y sus compañeros estaría en la mano de Efraín. Efraín debía estar a la cabeza de las tribus de Israel en los últimos días, según su derecho de primogenitura. José Smith, a quien se le entregó el registro de los nefitas y lo tradujo, es de la tribu de Efraín. El Señor lo reveló así. También lo son la mayoría de aquellos que han recibido el evangelio en esta dispensación. Por lo tanto, este palo de José está en la mano de Efraín y por él ha sido unido al palo de Judá, cumpliendo la profecía de Ezequiel.

“El Libro de Mormón es el registro de José. Contiene la historia de los descendientes de José en esta tierra, tanto de Efraín como de Manasés. Estaba en las manos de Efraín cuando fue dado a José Smith, y todavía está en las manos de Efraín cuando nuestros misioneros salen proclamando sus verdades al mundo, porque ellos también son de Efraín.

“Era necesario en la restauración de todas las cosas que el pueblo de este continente, que antiguamente había recibido el favor y la bendición del Todopoderoso, fuera sacado a la luz a través de su historia que contenía las profecías y mandamientos que recibieron de Dios. Aunque debería ser, como lo declaró uno de sus profetas, como una voz que habla desde los muertos, desde el polvo de la tierra, sin embargo, debían hablar y dar testimonio de Cristo…

“Se hizo la promesa de que el contenido de este registro sería conocido entre todas las naciones. Nefi escribió que llegaría el día en que ‘las palabras del libro que fueron selladas se leerán sobre los tejados, y se leerán por el poder de Cristo.’…

“Dondequiera que se conozca el nombre de José Smith, también se conoce el Libro de Mormón. Aquellos que lo leen sinceramente lo aceptan como un registro divinamente inspirado.” (Doctrinas de Salvación 3:209-12).