La Gran Apostasía

La Gran Apostasía
por James E. Talmage

Capítulo 3

La Apostasía Predicha
Continuación


  1. Como se mostró en el capítulo precedente una apostasía general de (desde) la Iglesia Primitiva fue prevista tanto como fue predicha. Los profetas quienes vivían siglos antes del tiempo de Cristo predijeron el gran acontecimiento, como también lo hicieron el Salvador mismo y Sus apóstoles quienes continuaron la obra del ministerio después de Su resurrección y ascensión. Hemos de inquirir ahora en cuanto al cumplimiento de estas predicciones.
  2. La evidencia de que ocurrió la apostasía como se había predicho se encuentra en las sagradas escrituras y en los registros de las otras historias además de las bíblicas. De ciertas pronunciaciones de los apóstoles de los primeros días se nos hace claro que el gran “decaimiento” había comenzado aun mientras vivían los apóstoles. La predicación de falsas doctrinas y el surgimiento de maestros desautorizados se les refería como las condiciones que realmente entonces existían en la Iglesia, y no como desarrollos remotos del futuro lejano.[11]
  3. Apenas la semilla del evangelio había penetrado el terreno antes que viniera el enemigo, y por la noche sembró cizaña entre el trigo, y tan íntimo fue el crecimiento de ambos que cualquier intento de desarraigar las malas hierbas violentamente habría perjudicado la vida del grano.(Estudie la parábola del trigo y la cizaña en Mateo 13:24-30)[12]
  4. Pablo reconoció el hecho de que las personas entre quienes él labraba, se estaba perdiendo la fe que ellos habían profesado, y se estaban haciendo víctimas de la decepción practicada por los falsos maestros. En su carta a las iglesias de Galacia él escribió: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.” Entonces, para poner énfasis en el pecado de aquellos que así buscaban “pervertir el evangelio de Cristo”, él continuó: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciáremos otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.”(Gálatas 1:6-9)[13]
  5. El contexto de los pasajes recién citados muestra a la naturaleza del error en lo cual “las iglesias de Galacia” estaban en peligro de caer. Ellas estaban embrolladas en una discusión tocante a sí fueran ligadas por ciertos requisitos de la ley de Moisés, notablemente aquel con respecto a la circuncisión. El apóstol les instruyó al efecto que el evangelio de Cristo era superior a la ley; y que además, ellos fueroninconsecuentes en contender por un ítem de la ley y descuidarse del resto. Tenemos aquí una indicación del esfuerzo en que persistía tanto, aun los que se habían unido a la Iglesia, para modificar y cambiar los simples requerimientos del evangelio al introducir los elementos del Judaísmo. Se debe recordar que aun entre los apóstoles un poco de diferencia de opinión había existido concerniente a la necesidad de la circuncisión; pero esto se resolvió mediante su suplicante esfuerzo por aprender la voluntad del; y aquellos que buscaban fomentar la disensión en este o en cualquier otro asunto de doctrina autoritaria fueron declarados enemigos de la Iglesia, buscando pervertir el evangelio de Cristo.”
  6. En su segunda epístola a la “iglesia de los Tesalonicenses” Pablo declara que el espíritu de iniquidad ya entonces estaba en operación. Después de predecir el surgimiento de la iglesia apóstata, con sus blasfemosas pretensiones de poder, como una condición antecedente a la segunda venida de Cristo; el apóstol continuaba así: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”(2 Tesalonicenses 2:7, 8)
  7. La similar oscura expresión “sólo que hay quien al presente” se podría entender más fácilmente al recordar que en el estilo antiguo de Inglés “DEJAR” tenía el significado de “RESTRINGIR” o “IMPEDIR”. (Un ejemplo de este modo antiguo del modo dejar se halla en Shakespeare. Hamlet dice, “Suéltame, señor. Por el cielo haré un fantasma de aquel que me deja”. Ej: aquel que restringe o impide) El pasaje, por lo tanto, se puede entender como una declaración de que el espíritu de iniquidad ya estaba activo aunque restringido o impedido por un tiempo; y que luego aun este refrena¬miento sería removido y aquel inicuo estaría en poder. En la Versión Revisada del Nuevo Testamento (en inglés) este pasaje se lee así: “la ilegalidad ya obra: sólo hay uno que ahora restringe, hasta que sea quitado de en medio.”
  8. Justamente a quién o a qué se refería como un ejercicio de restringimiento sobre los poderes de la iniquidad en aquel tiempo ha dado origen a la discusión. Algunos escritores sostienen que la presencia de los apóstoles operaba en esta manera, mientras otros creen que se refiere al poder restringente del gobierno Romano. Se sabe que el sistema Romano estaba para desconcertar la contención religiosa, y para permitir una gran medida de libertad en las formas de adoración en tanto que los dioses de Roma no fuesen difamados ni sus templos deshonrados. A la vez que declinaba la supremacía Romana “el misterio de la iniquidad” incorporado en la iglesia apóstata operaba prácticamente sin restricción.
  9. La expresión “misterio de la iniquidad” usada por Pablo, es significativa.[14] Prominentes entre los primeros pervertidores de la fe Cristiana eran los que atacaban su simplicidad y su falta de exclusividad. Esta simplicidad era tan diferente de los misterios del Judaísmo y de los misteriosos ritos de la idolatría pagana como de decepcionar a muchos; y los primeros cambios en la forma Cristiana de adoración fueron marcados por la introducción de las ceremonias místicas.
  10. El celo de Pablo como misionero y prosélito se muestra abundantemente en las escrituras; él era igualmente celoso en solicitar mantener la fe de los quehabían aceptado la verdad. Las epístolas paulinas abundan en admoniciones y peticiones contra la creciente influencia de las falsas doctrinas, y en expresiones de tristeza sobre el crecimiento de la apostasía en la Iglesia. Sus palabras dirigidas a Timoteo son tanto enfáticas cono patético: “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia…” (2 Tim. 1:13-15; compárese con 4:10, 16)
  11. Un excelente sumario de las pronunciaciones importantes por el apóstol Pablo concernientes al comienzo de la apostasía como hecho en la temprana era apostólica, ha sido hecho por uno de los apóstoles de los últimos días, Orson Pratt. Él escribe lo siguiente: “La gran apostasía de la Iglesia Cristiana comenzó en el primer siglo; a la vez que todavía había apóstoles y profetas inspirados en medio; por ende, Pablo, justamente previo a su martirio, enumera un gran número de quienes 1) ‘naufragaron en cuanto a la fe’ (1 Timoteo 1: 19), y 2) ‘se apartaron a vana palabrería’ (1 Timoteo 1: 6); 3) enseñando ‘que la resurrección ya se efectuó’ (2 Timoteo 2: 18), dando 4) ‘atención a fábulas y genealogías interminables’ (1 Timoteo 1: 4), 5) ‘delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia’ (1 Timoteo 6: 4, 5). Esta apostasía se había hecho tan general que Pablo le declara a Timoteo: 6) ‘que me abandonaron todos los que están en Asia’; y de nuevo le dice, ‘en mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon’ (2 Timoteo 4: 16) él dice además que 7) ‘hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.’ (Tito 1: 10, 11). Estos apóstatas, sin duda, pretendían ser muy justos, porque, dice el apóstol, 8) ‘profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.’ (Tito 1: 16)
  12. Judas amonestó a los santos a estar alertos de hombres quienes estaban en el servicio de Satanás buscando corromper a la Iglesia. Dirigiéndose ‘a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo, “ él dice: “Me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios, el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.” (Judas 1:3-4)[15] Es claro que Judas consideraba “la fe que ha sido una vez dada a los santos” estar en peligro; y él les urge a los fieles a contender por ella y abiertamente defenderla. Él recuerda a los santos que a ellos se les había dicho: “En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos”; y añade “Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.” (Judas 1:18-19) Claramente él se refiere a los apóstatas de la época, quienes, por causa de sus apetitos sensuales y sus deseos lujuriosos, se habían separado de la Iglesia.
  13. Durante el destierro de Juan el Revelador a la isla de Patmos, cuando casi todos los apóstoles habían sido llevados de la tierra, muchos de ellos habiendo padecido el martirio, la apostasía estaba tan extensa que solamente siete “iglesias”, o sea, ramas de la Iglesia, quedaba en tal condición como para ser consideradas meritorias de la comunicación especial que Juan fue mandado a dar. En una maravillosa visión él vio las siete iglesias tipificadas por siete candeleros de oro, con siete estrellas representando los oficiales presidentes de las varias iglesias; y en medio de los candeleros de oro, con las estrellas en su mano, estaba “uno semejante al Hijo del Hombre.”
  14. La Iglesia de Éfeso fue aprobada por sus buenas obras, específicamente por su rechazo de las herejías Nicolaítas; no obstante, se le reprueba por desafección y negligencia, por tanto: “has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de donde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.” (Apocalipsis 2:4, 5)
  15. A la iglesia de Pérgamo, Juan fue mandado a escribir, denunciando las doctrinas falsas de ciertas sectas y maestros, “la que yo aborrezco” dijo el Señor. (Apocalipsis 2:12-16) La Iglesia de Laodicea fue denunciada como “tibia”, “ni eres fría ni caliente”, y al enaltecerse como rico y no en necesidad, de manera que era en realidad “desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Apocalipsis 3:14-21)
  16. Las escrituras precedentes son amplias como prueba que antes de que los antiguos apóstoles hubieran terminado su ministerio terrenal, la apostasía ya estaba tomando cuerpo. El testimonio de los primeros “padres Cristianos” quienes escribían durante el período siguiendo inmediatamente el paso de los apóstoles, es al mismo efecto. Según la cronología generalmente aceptada, el mensaje profético de Juan el revelador a las iglesias de Asia fue dado en los últimos años del primer siglo. (Probablemente alrededor del año 96 dC; véase “Oxford Bible”, margen)
  17. Entre los historiadores de aquel período cuyos escritos no son considerados canónicos o bíblicos, pero los cuales son, sin embargo, aceptados como genuinos y confiables, era Hegesippo, quien, “florecía alrededor de los días de los apóstoles.” Escribiendo de les condiciones que marcaban el fin del primer siglo y el comienzo del segundo, Eusebio cita el testimonio del escritor anterior de la siguiente manera: “ el mismo autor (Hegesippo) relatando los acontecimientos de los tiempos, también dice, que la Iglesia continuaba hasta entonces como una virgen pura e incorrupta; en tanto que si hubiera algunos en verdad intentaran pervertir la sana doctrina del evangelio del Salvador, ellos estaban ocultándose todavía en retiros obscuros; pero cuando el sagrado quórum de los apóstoles se extinguió, y la generación de aquellos que habían sido privilegiados de oír su sabiduría inspirada habían fallecido, entonces también las combinaciones de error impío por el fraude y las desilusiones de falsos maestros. Estos también, como que no quedaba apóstol alguno, de ahí en adelante intentaban, sin vergüenza a predicar sus falsas doctrinas contra el evangelio de la verdad. Tal es la declaración de Hegesippo.” (Eusebio, Ecclesiastical History, Libro 3 capítulo 32)
  18. Queda poca duda que los falsos maestros mencionados en el testimonio recién citado, eran adherentes profesados de la Iglesia, y no antagonistas de afuera, en tanto que se les restringía por la influencia y autoridad de los apóstoles; y ellos esperaron el paso de los líderes autorizados como una oportunidad de corromper a la Iglesia con malvadas enseñanzas.
  19. Un escritor posterior comentando sobre los cismas y disensiones por las cuales fue desgarrada la Iglesia en la última parte del primer siglo -el período seguido inmediatamente al del ministerio apostólico, dice: “Se imaginará fácilmente que la unidad y la paz no podían reinar por mucho tiempo en la Iglesia, puesto que fue compuesta de Judíos y Gentiles, quienes estimaban el uno al otro con la aversión más amarga. Además, como los conversos a la Cristiandad no pudieron extirpar radicalmente los prejuiciosque se habían formado en su mente por la educación, y confirmados por el tiempo, ellos trajeron consigo al seno de la Iglesia mas o menos de los errores de sus religiones anteriores. De este modo las semillas de la discordia y la controversia se sembraron fácilmente, y no podían dejar de brotar luego en animosidades y disensiones, las cuales en consecuencia se desataron y dividieron a la Iglesia.” (Mosheim, “Ecclesiastical History”, siglo I, parte 2; capítulos 3, 11) [16]
  20. Otra autoridad reconocida en la historia eclesiástica, y uno cuyo propósito declarado era presentar la verdad con respecto a la Iglesia en su luz más favorable, es Joseph Milner, el autor de una comprensiva HISTORIA DE LA IGLESIA DE CRISTO. Él comenta sobre el estado de la Iglesia al fin del primer siglo de esta manera: “Mantengamos en vista lo que (el Espíritu del evangelio) realmente es. La fe sencilla en Cristo como el único Salvador de los perdidos pecadores, y las influencias eventuales del Espíritu Santo en recuperar almas completamente depravadas por el pecado -estos son las ideas principales. Cuando la efusión del espíritu primeramente tuvo lugar, estas cosas se enseñaron con poder; y ningún sentimiento que militara contra ellas se podía sostener ni por un momento. Cómo, por medio de la prevalezca de la corrupción humana y las mañas de Satanás, el amor de la verdad se disminuyó, herejías y varios abusos del evangelio aparecieron; y al calcularlos podremos formarnos alguna idea de la declinación de la verdadera religión alrededor del fin del (primer) siglo.” El mismo escritor continúa: ‘Aun la nube tenebrosa pendía sobre la terminación del primer siglo. Las primeras impresiones hechas por la efusión del Espíritu generalmente son las más fuertes y las más decisivamente distintas del espíritu del mundo. Pero la depravación humana, sobrellevada por un tiempo, se levanta de nuevo, particularmente en la próxima generación. De aquí los desórdenes del cisma y la herejía. Su tendencia es de destruir la obra pura de Dios.” (Milner, “Church History”, siglo 1 capítulo 15)
  21. El propósito de este capítulo ha sido el de demostrar el temprano comienzo de la apostasía, tan pronto de llegar a ser general, y luego, universal. Las causas específicas contribuyendo directamente a la degradación de la Iglesia son reservadas para consideración futura.

EL DESARROLLO DE LA APOSTASIA EN El HEMISFERIO OCCIDENTAL

  1. Ahora veamos cuál fue la condición de la Iglesia establecida por el Señor Resucitado entre los descendientes de Lehi en el continente Americano. En esta empresa no nos restringiremos sólo al comienzo de la rotura. En tanto que el transcurso de la apostasía entre los Nefitas fue tan rápido, y el período que intervenía entre el establecimiento de la Iglesia y la destrucción de la nación era tan breve, consideraremos la historia de la Iglesia hasta su terminación, y así obviar la necesidad de recurrir al tema en capítulos posteriores. Leemos que la Iglesia había prosperado hasta alrededor del año 200 D.C. Entonces la apostasía se hizo general, como evidencia del cual anotamos lo siguiente:
  2. “Y ahora en este año, el doscientos uno, empezó a haber entre ellos algunos que se ensalzaron en el orgullo … y empezaron a establecer iglesias para sí con objeto de lucrar; y comenzó a negar la verdadera iglesia de Cristo. Y sucedió que cuando hubieron transcurrido doscientos diez años, ya había en la tierra un gran número de iglesias; sí, había muchas iglesias que profesaban conocer al Cristo, y sin embargo, negaban la mayor parte de su evangelio, de tal modo que toleraban toda clase de iniquidades, y administraban lo que era sagrado a quienes les estaba prohibido, por motivo de no ser dignos. Y esta iglesia se multiplicó en gran manera por causa de la iniquidad, y por el poder de Satanás que se apoderó de sus corazones. Y además, había otra iglesia que negaba al Cristo; y estos perseguían a los de la verdadera Iglesia de Cristo por su humildad y creencia en Cristo, y los despreciaban por causa de los muchos milagros que se efectuaban entre ellos.”( 4 Nefi 1:24-29; lea el capítulo entero)
  3. El registro del Libro de Mormón es definido en sus especificaciones de las razones inmediatas de, o las causas de la gran apostasía en el hemisferio occidental. A la vez que los miembros de la Iglesia permanecían fieles a sus convenios y obligaciones, ellos como individuos y la Iglesia como organización prosperaban; sus enemigos fueron incapaces de prevalecer contra ellos. Con la prosperidad, sin embargo, vino el orgullo y las distinciones de clases, los ricos dominando a los pobres, y la ganancia mundana llegó a ser el objeto de la vida. (4 Nefi 1:2-7; compárese con los vers 25 y 26) Las organizaciones de propósito malvado florecieron; (4 Nefi 1:42) la gente fue dividida en dos facciones opuestas, aquellos que todavía profesaban una creencia en Cristo conociéndose como los Nefitas y sus enemigos como los Lamanitas, sin respeto a descendencia verdadera o las relaciones familiares. Con el aumento del orgullo y sus pecados atendientes, los Nefitas llegaron a ser más inicuos que los Lamanitas no profesados; (4 Nefi 1:45) en su iniquidad estas personas buscaban cada uno la destrucción del otro. Consideremos el sentimiento y cruel tragedia expresados en las palabras de Moroni, el sobreviviente solitario de una nación una vez bendecida y poderosa: “He aquí, han pasado cuatrocientos años desde la venida de nuestro Señor y Salvador. Y he aquí, los lamanitas han perseguido a mi pueblo, los nefitas, de ciudad en cuidad y de lugar en lugar, hasta que no existen ya; y grande y asombrosa es la destrucción de mi pueblo, los nefitas. Y he aquí, es la mano del Señor lo que lo ha hecho. Y he aquí, también los lamanitas están en guerra unos contra otros; y toda la superficie de esta tierra es un ciclo continuo de asesinatos y derramamiento de sangre; y nadie sabe el fin de la guerra. Y he aquí, no digo más de ellos, porque ya no hay sino lamanitas y ladrones que existen sobre la faz la tierra. Y no hay quien conozca al verdadero Dios salvo los discípulos de Jesús, (3 Nefi 28:1-7) quienes permanecieron en la tierra hasta que la iniquidad de la gente fue tan grande que el Señor no les permitió permanecer con el pueblo; y nadie sabe si están o no sobre la faz de la tierra.” (Mormón 8:6-10)

NOTAS

[11] LA APOSTASÍA TEMPRANA RECONOCIDA. El hecho de los comienzos tempranos de la apostasía generalmente se reconoce por los teólogos y autoridades en la interpretación bíblica. El comentario de Clarke sobre la declaración de Pablo tocante al “misterio de iniquidad” obrando en aquel entonces (Véase 2 Tes.2: 7) es lo siguiente: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad”. Hay un sistema de doctrina corrupta, el cual conducirá a la apostasía general ya en existencia; pero es un misterio; todavía está oculta; no se atreve a mostrarse todavía por causa de aquel que ahora impide o retiene. Pero cuando aquel que ahora restringe sea quitado, entonces se revelará aquel inicuo; se manifestará entonces quien es él y qué es lo que él es.

[12] LAS DISENSIONES TEMPRANAS EN LA IGLESIA. Como ejemplos de los desacuerdos y diferencias que molestaban y perturbaban a la Iglesia aún en los días apostólicos, Mosheim dice: “La primera de estas controversias, la cual se puso de pie en la iglesia de Antioquía, con relación a la necesidad de observar la ley de Moisés, y su resultado se menciona por San Lucas en los Hechos de (capítulo 15). Esta controversia fue seguida por muchas otras, ora con los judíos quienes estaban apegados violentamente al culto de sus antecesores, y con los sectarios de una especie loca y fanática de filosofía, o con tales que, comprendiendo mal el verdadero genio de la religión cristiana, abusaron monstruosamente de ella hacia el estímulo de sus vicios, y hacia su indulgencia de los apetitos y las pasiones. San Pablo y los otros apóstoles, en varios lugares de sus escritos, han mencionado estas controversias, pero con tanta brevedad que es difícil desde esta distancia de tiempo llegar al verdadero estado de la cuestión en estas varias disputas. La más grave y más importante de todas estas controversias era la que ciertas doctores Judíos excitaron en Roma, y en otras iglesias Cristianas concerniente a los medios de justificación y aceptación con Dios, y el método de salvación señalado en la palabra de Dios. Los apóstoles, dondequiera que ejercían su ministerio, habían declarado constantemente engañosa toda esperanza de aceptación y salvación, excepto tal como fue fundada en Jesús el Redentor, y sus méritos todo – suficientes; mientras los doctores Judíos sostenían las obras de la ley ser la verdadera causa eficiente de la salvación y felicidad eterna del alma. Este sentimiento posterior no solamente conducía hacia muchos otros errores extremadamente perjudiciales a la cristiandad, sino también era injurioso a la gloria del Salvador divino.” (Mosheim, Ecclesiastical History”, Siglo I Parte II, 11: 12.)

[13] LOS ESCRITOS DESAUTORIZADOS DE LA ERA APÓSTOLICA. La referencia de Pablo al “otro evangelio” en su epístola a los Gálatas (1: 6) le sugirió al Dr. Adam Clarke el siguiente comentario sobre el pasaje: “OTRO EVANGELIO”: Es cierto que en las más tempranas eras de la Iglesia Cristiana, había varios evangelios falsos en circulación; y era la multitud de estas relaciones falsas a inexactas que lo indujeran a Lucas a escribir su propia relación (Véase Lucas 1:1). Tenemos los nombres de más de setenta de estas falsas narrativas todavía registradas, y en los escritores antiguos muchos fragmentos de ellos todavía quedan; estas han sido coleccionadas y publicadas por Fabricio en sus cuentos de los libros apócrifos del Nuevo Testamento (3 Tomos, 8 vol.). En algunos de estos evangelios la necesidad de la circuncisión y de la sujeción a ley Mosaica, en unidad con el evangelio, fueron inculcados fuertemente.” (Clarke, “Bible Commentary”)

[14] ALGUNAS AUTORIDADES EN LA HISTORIA ECLESIÁSTICA. Entre las autoridades citadas en el texto son aquellos nombrados abajo: Una breve nota en cuanto a cada uno puede ser de interés. EUSEBIO: Eusebio Pamfilo, obispo de Cesárea en Palestina: El vivió desde alrededor del año 260 D. C. hasta alrededor del año 339 D. C., aunque hay un poco de incertidumbre en cuanto al tiempo exacto de su muerte. El fue un testigo esencial de y un participante en algunos de los sufrimientos incidentes a la persecución pagana de los Cristianos, y ha sido llamado el “Padre de la Historia de la Iglesia.” El fue el autor de varias obras, entre las cuales una de las primeras sobre “ECCLESIASTICAL HISTORY” ‘La Historia Eclesiástica).Las citaciones de esta obra por Eusebio, como se dan en el texto, son de la versión traducida del griego por C. F. Cruse. MOSHEIM: El Dr. J.L. van Mosheim, el rector de la Universidad de Göttingen; escritor alemán, notado por sus contribuciones a la historia de la iglesia. Es el autor de una obra exhaustiva sobre “ECLESISTICAL HISTORY”(6 Tomos), fechada 1755. Los extractos de la “CLESISTICAL HISTORY” de Mosheim dados en el texto se toman de la versión traducida al Inglés por el Dr. Archibald Maclaine, fechada 1764. MILNER: El Reverendo Joseph Milner. Una autoridad Inglés en la historia de la Iglesia, y el autor de una comprensiva “HISTORY OF THE CHURCH OF CHRIST” (La historia de la Iglesia de Cristo), en 5 Tomos, de la cual los extractos en el texto se toman.

[15] UN COMENTARIO SOBRE El PASAJE DE JUDAS: El pasaje citado en el texto -”porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados (ordenados) para esta condenación, hombres impíos, …”etc. (Judas 1: 4), han ocasionado discusión, la pregunta en evaluación siendo en cuanto a si el principio del prenombramiento o preordenación está involucrado aquí. Una lectura apresurada y casual del pasaje puede sugerir la inferencia de que los “hombres impíos” mencionados habían sido nombrados u “ordenados” en la providencia de Dios a sembrar las semillas de la discordia y la disensión en la Iglesia. Un estudio cuidadoso de esta escritura muestra que ninguna tal inferencia es justificada. Los “hombres impíos” los que desde antes habían sido “destinados (ordenados) para esta “condenación” eran hombres quienes ya, previamente, es decir, habían sido denunciados, proscritos y condenados por las mismas herejías que ahora estaban tratando de perpetuar en la Iglesia, ellos habiendo llegado a ser miembros mediante las pretensiones y profesiones falsas, y siendo capaces por causa de ser miembros, de esparcir sus falsas enseñanzas más eficazmente. El Dr. Adam Clarke, en su Comentario sobre la Biblia, trata así el pasaje bajo consideración: “PORQUE ALGUNOS HOMBRES HAN ENTRADO ENCUBIERTAMENTE.” Ellos se han metido en la Iglesia bajo pretensiones falsas, y cuando adentro, comenzaron a sembrar su mala semilla.

[16] “QUE DESDE ANTES HABÍA SIDO DESTINADOS (ORDENADOS)”: Tales que mucho antes fueron proscritos y condenados en la manera mas pública; esta es la importancia de la palabra (original) en este lugar, y hay muchos ejemplos del uso de ella en los Escritores Griegos. “PARA ESTA CONDENACION”: Para un castigo similar al que está por mencionarse. ‘En los escritos sagrados todas estas personas, doctrinas falsas y prácticas impuras han sido proscritos y condenados más abiertamente, y el apóstol produce varios ejemplos inmediatamente, esto es, los Israelitas desobedientes, los ángeles infieles, y los habitantes impuros de Sodoma y Gomorra. Esto es más obviamente intención del apóstol, y es tan ridícula como es absurda, buscar en tales palabras un decreto de reprobación, etc. tal doctrina estando tan lejos de la mente del apóstol que de la de Aquel en cuyo nombre él escribía.” (Clarke, op. cit. Judas 1: 4).
En la Versión Revisada del Nuevo Testamento el pasaje se lee así: “fui constreñido a escribiros, exhortándoos a contender ardientemente por la fe, la cual fue una sola vez entregada a los santos. Porque hay ciertos hombres entrados furtivamente, aun ellos fueron desde antes puestos para esta condenación, hombres impíos, tornando la gracia de nuestro Dios en la lascivia, y negando a nuestro único Maestro y Señor, Jesucristo.”