Capítulo 11

La Aparición de Cristo en el Concilio en Adán-ondi-Ahmán

Adán Es el Anciano de Días

En un cierto tiempo durante el período de conflicto universal se anticipa la convocación de un importante concilio en el continente Americano. Los Santos de los Últimos Días aceptan la declaración de Daniel de una visión profética de este concilio como una importante expresión en cuanto a esta gran asamblea. El profeta hebreo dijo:

Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.

Un río de fuego precedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.¹

Esta profecía de Daniel interrumpe su profecía de la destrucción de las naciones Cristianas de que se habló en el capítulo anterior. Hay dos puntos que parecen indicar la posición cronológica de este acontecimiento: primero, antes que ocurre, nos informa Daniel, tronos serán derrumbados. Aparentemente el conflicto universal estará bien en marcha. No obstante, en el concilio el juicio está fijado. Se verá que el segundo punto será el juzgar de las naciones y su futuro destino. Ésto aparentemente sucederá antes del fin del conflicto universal, puesto que causará el derrumbamiento de muchas naciones.

José Smith y otros prominentes líderes entre los Santos de los Últimos Días hablaron repetidamente de este acontecimiento y su importancia en la descripción de los sucesos de los Santos de los Últimos Días. En identificar el Anciano de días, el Profeta dijo:
Daniel habla en su séptimo capítulo del Anciano de días: él quiere decir el más viejo hombre, nuestro Padre Adán, Miguel, dictará que se juntaran sus hijos y convocará con ellos un concilio para prepararlos para la venida del Hijo del Hombre. Él (Adán) es el padre de la familia humana, y preside sobre los espíritus de todos los hombres, y todos aquellos que han tenido llaves tendrán que pararse delante de él en este gran concilio. Ésto puede suceder antes de que algunos de nosotros partimos de esta escena de acción. El Hijo del Hombre se para delante de él, y a elle es dado gloria y dominio. Adán entrega su mayordomía a Cristo, la cual le fue facilitada como poseyendo las llaves del universo, pero mantiene su posición como la cabeza de la familia humana.²

José Smith habló mucho acerca de Adán y el papel que se cree que desempeña en los asuntos de esta tierra. En otra ocasión dijo que Adán posee las llaves de la dispensación del cumplimiento de los tiempos:

Empezando con Adán, quien fue el primer hombre, de quien se habla en Daniel como el “Anciano de Días,” o en otras palabras, el primero y más viejo de todos, el supremo, el gran progenitor, de quien se nombra en otro lugar como Miguel porque fue el primero y el padre de todos, no solo de sus descendientes, sino el primero de poseer las bendiciones espirituales, a quien se reveló el plan de las ordenanzas para la salvación de su posteridad hasta el fin, y a quien Cristo se reveló primero, y por medio de quien Cristo ha sido revelado desde el cielo, y continuará de ser revelado de ahora en adelante. Adán posee las llaves de la dispensación del cumplimiento de los tiempos: Le., la dispensación de todos los tiempos que han sido y que serán revelados por él, desde el principio hasta Cristo, y desde Cristo hasta el fin de todas las dispensaciones que serán reveladas. “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.” (Efesios 1:9-10.)

Ahora el propósito en si mismo en la escena culminante de la última dispensación es que todas las cosas que pertenecen a esa dispensación deben conducirse precisamente de acuerdo con las dispensaciones anteriores.

Y de nuevo, Dios propone en si mismo que no habrá un cumplimiento eterno, hasta que cada dispensación será cumplida y aliada en una, y todas las cosas no obstante lo que sean, que deben aliarse en una en esas dispensaciones hasta el mismo cumplimiento y gloria eterna, deben ser en Cristo Jesús; por lo tanto, Él fijó las ordenanzas para que sean lo mismo para siempre jamás, y puso a Adán para vigilarlas, para revelarlas desde los cielos al hombre, o mandar ángeles para revelarlas. “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?” (Hebreos 1:14.)

Estos ángeles están bajo la dirección de Miguel o Adán, quién obra bajo la dirección del Señor. De la referencia arriba citada aprendemos que Pablo entendió perfectamente los propósitos de Dios en relación a su conección con el hombre, y ese glorioso y perfecto orden que El estableció en Sí Mismo, por lo cual envió poder, revelaciones, y gloria . . .

Ésto, entonces, es la naturaleza del Sacerdocio; cada hombre poseyendo la Presidencia de su dispensación, y un hombre poseyendo la Presidencia de todas ellas, aun Adán; y Adán recibiendo su Presidencia y autoridad del Señor, pero no puede recibir una plenitud hasta que Cristo presente el Reino al Padre, que será al fin de la última dispensación.³

El Sitio y la Descripción del Concilio en Adán-ondi-Ahmán

En 1838 el Profeta señalo que esta anticipada asamblea se convocará en un lugar conocido entre los Santos de los Últimos Días como Adánondi-Ahmán. José Smith escribió lo siguiente en cuanto al sitio de ese lugar en el Estado de Missouri y como fue originalmente designado:

En la tarde subí por el río como un kilómetro al balsadero de Wight, acompañado por Presidente Rigdon y mi secretario, Jorge W. Robinson, con el propósito de seleccionar y establecer título a una parcela de la ciudad cerca a dicho balsadero en el Condado de Daviess, municipio 60, extensiones 27 y 28, y secciones 25, 36, 31 y 30, lo cual los hermanos llaman “Monte Vertiente,” pero por la boca del Señor fue nombrado Adán-ondi-Ahmán, porque, dijo El, es el lugar adonde Adán vendrá para visitar a su pueblo, o el Anciano de Días se sentará, del cual habló Daniel el Profeta.⁴

Se anticipa que los que presenciarán el concilio de Adán-ondi-Ahmán incluirán todos aquellos que, en los siglos pasados de la historia de la tierra, han poseído llaves del sacerdocio y responsabilidades, y también muchos que estarán viviendo en la mortalidad sobre la tierra. El concilio será asistido por una gran multitud de seres mortales e inmortales. Orson Pratt maravilló sobre el vasto número que Daniel declaró estarían presentes en esa convocación:

¿Cuánto es diez mil por diez mil? Solo cien millones, pero eso haría una congregación bastante grande. Todos los habitantes de los Estados Unidos solo numeran unos cuarenta millones, contando hombres, mujeres y niños. Si fuesen congregados en un solo lugar, presentarían un gran espectáculo; pero supongamos que doblamos ese número, haciendo ochenta millones, ¡Qué congregación más vasta sería ésta, casi no podemos comprender su magnitud; y aún añadiremos otros veinte millones para alcanzar el número de la congregación que el Profeta Daniel vio parada delante del Anciano de Días. Tal cuerpo de personas debe extenderse sobre muchos kilómetros del campo, no obstante lo cercano que puedan estar el uno al otro. Dudo que los extremos de tal congregación podrían ser vistos por los ojos naturales de mortales; desaparecerían en la distancia.⁵

No obstante, José Fielding Smith cree que esta reunión, a pesar de que será gigantesca en su alcance, se llevará acabo en secreto:

Cuando se convoque esta reunión, el mundo no sabrá de ella; los miembros de la Iglesia por mayor parte no sabrán de ella, sin embargo será preparatoria a la venida de nuestro Señor Jesucristo en nubes de gloria como dijo el Profeta José Smith. El mundo no puede tener conocimiento de ella. Los Santos no pueden saber de ella—al menos aquellos que serán llamados oficialmente a este concilio—porque precederá la venida de Jesucristo como un ladrón en la noche, sin el conocimiento de todo el mundo.⁶

Los Propósitos del Concilio en Adán-ondi-Ahmán

Los Santos de los Últimos Días mantienen que el concilio en Adánondi-Ahmán servirá varios propósitos importantes. Orson Pratt explicó que el concilio se convocaría para organizar el Sacerdocio de todas las dispensaciones para que cada hombre y su familia conozcan sus asignados lugares:

¿Quién era este personaje llamado el Anciano de Días? Nos dijo José Smith el Profeta—el gran Profeta de los últimos días, a quien Dios levantó por su propia voz y por la ministración de ángeles para introducir la gran y la última dispensación del cumplimiento de los tiempos—la última dispensación sobre la tierra en tanto que concierne la proclamación de merced; digo que nos contó este Profeta que el Anciano de Días es el personaje más anciano que jamás tenía existencia acá en la tierra. ¿Y quién fue él? Pues, y por supuesto, el Viejo Padre Adán, él fue el hombre más anciano que jamás ha vivido en todos los días de los cuales tenemos conocimiento alguno. Él viene, entonces, como el gran juez, para convocar este innumerable hueste de que habla Daniel. Viene en fuego ardiente. Sería imposible, aún por un hombre tan grande como Daniel, describir cabalmente la gloria y la bendición y la grandeza de este personaje. Viene como un hombre inspirado del eterno trono de Jehová mismo. Viene para poner en orden los concilios del Sacerdocio que pertenecen a todas las dispensaciones, para concretar en una gran familia y casa el Sacerdocio y los concilios de los Santos de todas las dispensaciones anteriores.

¿Para qué es todo esto? ¿Para qué todo este arreglo? Para qué toda esta organización? ¿Para qué todo este juicio y el abrir de los libros? Es para preparar el camino para otro personaje majestuoso a quien Daniel vio viniendo con las nubes del cielo, es decir, el Hijo del Hombre, y estas nubes del cielo trajeron el Hijo del Hombre cerca al Anciano de Días. Y cuando el Hijo del Hombre vino al Anciano de Días, he aquí, un reino fue entregado al Hijo del Hombre, y grandeza y gloria, que todo pueblo, nación y lenguaje le sirva, y su reino sería un reino sempiterno, un reino que nunca jamás sería despojado.

Ésto explica la razón porque nuestro padre Adán viene como el Anciano de Días con todo ese numeroso hueste, y les organiza de acuerdo a los registros del libro, cada hombre en su lugar, preparatorio a la venida del Hijo del Hombre para recibir el reino. Entonces cada familia que está en el orden del Sacerdocio, cada hombre y cada mujer, cada hijo o hija, no obstante su parentela, su raza o Sacerdocio, conocerá su lugar.⁷

A continuar, Pratt habló de nuevo del propósito y del carácter de esa reunión, diciendo que en el Concilio cada quorum del Sacerdocio de las varias dispensaciones tendrá su lugar. También dio a entender que entre los participantes en la reunión estarían no solo seres resucitados, sino también seres espirituales:

Este hombre se sentará sobre su trono, y diez mil veces diez mil seres inmortales—sus hijos—se pararán delante de él, con todos sus diferentes grados de Sacerdocio, según el orden que Dios ha asignado y ordenado.
Entonces, y nunca hasta entonces, cada quorum del Sacerdocio en esta Iglesia de los Santos de los Últimos Días encontrará su lugar. Si traspasamos el velo no veremos esta perfecta organización de los Santos de todas las generaciones hasta que llegue este período. Ésto será antes de que Jesús viene en su gloria. Entonces entenderemos que hay un lugar para la Primera Presidencia de esta Iglesia; para los Doce Apóstoles llamados en esta dispensación; para los doce discípulos que fueron llamados entre el resto de José sobre este hemisferio en tiempos antiguos; para los Doce que fueron llamados entre las diez tribus de Israel en la tierra norteña; para los Doce que fueron llamados en Palestina, quienes ministraron en la presencia de nuestro Salvador; todos los varios quórumes y concilios del Sacerdocio en cada dispensación que ha acontecido desde los días de Adán hasta el presente encontrarán sus lugares, según los llamamientos, los dones, las bendiciones, las ordenaciones y las llaves del Sacerdocio que el Señor Todopoderoso les ha conferido en sus varias generaciones. Ésto, entonces, será una de las más grandes reuniones que jamás habrá ocurrido sobre la faz de nuestro globo. ¿De qué genio de persona debemos ser nosotros, mis hermanos y hermanas, y todo el pueblo de Dios en los últimos días, para que podamos ser nombrados dignos de participar en las augustas asambleas que han de venir de los mundos eternos, cuyos cuerpos han prorrumpido de la tumba, saliendo con una naturaleza inmortal y eterna.⁸

Otro propósito de este concilio es revelado en la cotización original de Daniel que dijo que “el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.” El Profeta José Smith aclaró que ésto significaba dando el poder de juicio a los Santos. En aclarar el asunto, dijo que guerras, incendios, pestilencias y terremotos continuarían uno tras otro “hasta que venga el Anciano de Días, entonces se dará el juicio a los Santos.”⁹ Eider Pratt explicó que ésto incluiría el poder de juzgar a las naciones que en aquel entonces existirán:

Los registros de las naciones—su ascendencia y descendencia, con todo lo que pertenece a ellas, en la capacidad nacional, será escrito. Entonces también habrán los registros de las familias y de los individuos, aun de todos los pueblos y lenguas de la tierra. Se abrirán los libros, y el juicio se sentará. ¿Cuál juicio? No el juicio final, porque ésto acontecerá más de mil años más tarde. Este juicio se refiere a las naciones que en ese tiempo existirán, y será de estos registros y por este juicio que serán juzgados. Las calamidades de que se ha hablado ocurrirán en cumplimiento de las Escrituras, y de los grandes propósitos de Jehová.¹⁰

La Aparición de Cristo y la Aceptación de Su Dominio

Se opina que durante el Concilio en Adán-ondi-Ahmán, Cristo hará el segundo de su serie de cuatro apariciones profetizadas. Al relatar la venida del Anciano de Días y el conflicto universal, Daniel profetiza que

Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.¹¹

Un propósito principal del Concilio en Adán-ondi-Ahmán será afectar la entrega de las llaves del poder del mundo al Salvador. Cada líder entregará su autoridad a Adán, quién, a la vez, la dará al Salvador. Nótese que el completo control mundial será cedido al Salvador y a Él le será dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvan.¹² De este tiempo en adelante, pues, Cristo se encontrará como la cabeza literal del reino de Dios. Ese reino cesará de ser un reino preparatorio y se afirmará como el poder por lo cual el mundo será gobernado. Aquellas naciones que no se unen con este reino, de ese tiempo en adelante, perecerán. Citando a Orson Pratt,

Los reinos del mundo se han envejecido, y a razón de la iniquidad, son destinados a ser hecho pedazos con rapidez, pero el reino de Dios endurará para siempre. Es destinado a aumentarse en fuerza, poder y dominio, e imponer su dominio sobre toda la tierra. Aquellas naciones y reinos que no se unirán con el reino de Dios, y ser uno con el, honrando sus leyes e instituciones, completamente perecerán, y no se encontrará lugar para ellos.¹³

Se espera que el concilio en Adán-ondi-Ahmán señalará el fin de la persecución contra los Santos en los últimos días. El Profeta José Smith, comentando sobre el libro de Daniel, dijo,

El “Cuerno” hizo guerra con los Santos y los vencía, hasta que vino el Anciano de días; y el Anciano de Días dio el juicio a los Santos del Altísimo; llegó el tiempo en que los Santos poseían el Reino. Ésto no solo nos hace ministros acá, sino también en la eternidad.¹⁴

Se anticipa que el concilio será un importante punto de cambio que finalmente influenciará la actitud del mundo entero hacia la Iglesia.

Sumario
1. Durante el período de conflicto universal un concilio importante se conducirá en Adán-ondi-Ahmán, Missouri.
2. El Concilio será bajo la dirección del Anciano de Días, quien es Adán.
3. Según Daniel, habrá un inmenso número de participantes en el Concilio. Algunos serán seres mortales, pero la mayor parte aparentemente vendrán de tras del velo.
4. El Salvador aparecerá a Adán y recibirá el dominio que viene por medio de aceptar el Reino de Dios.
5. El Concilio de Adán-ondi-Ahmán cumplirá cinco propósitos:
A. Se entregarán las llaves de cada dispensación a Adán.
B. Los miembros de la Iglesia serán organizados en una gran familia con Adán como el patriarca.
C. Cada quorum del sacerdocio que ha existido en todas las épocas será asignado su lugar en el gobierno de la Iglesia.
D. El juicio será fijado. En adición de juzgar los asuntos dentro de la Iglesia, se anticipa que los Santos juzgarán a las naciones que existen en este tiempo y determinarán sus destinos.
E. Poder, gloria y dominio será entregado al Salvador.

Notas, Capitulo Once

Daniel 7:9-10.
La Historia de la Iglesia, 3:386-87.
La Historia de la Iglesia, 4:207-09.
La Historia de la Iglesia, 3:35. Véase la Doctrina y Convenios 116.
Diario de Discursos, 18:338-39.
José Fielding Smith, El Camino Hacia la Perfección [The Way to Perfección],(Quinta Edición, Utah, la Sociedad Genealógica, 1943), p. 291. Ésto parece ser su interpretación de Primer Tesalonicenses 5:2. No parece haber nada que indica que este pasaje se refiere al Concilio en Adán-ondi-Ahmán, o que el concilio se llevará
Diario de Discursos, 17:185-86.
Diario de Discursos, 17:187-88.
La Historia de la Iglesia, 3:391.
Diario de Discursos, 18:342.
Daniel 7:13-14.
Daniel 7:14. B. H. Roberts definitivamente asoció este pasaje con Daniel 7:9-10, así incluyéndolo como parte de los acontecimientos del Concilio en Adán-ondi-Ahmán. Véase La Historia de la Iglesia, 3:35.
Estrella Milenaria, Tomo 19, pp. 680-681, 24 de octubre de 1857.
La Historia de la Iglesia, 3:389. Véase a Daniel 7:21-22.