Capítulo 4
Guerras Internas y el Derrocamiento de los Estados Unidos
Guerra Futura y la Contención Dentro de los Estados Unidos
Aunque sabían de la inminente Guerra Civil que había sido profetizada por José Smith, los primeros líderes de la Iglesia hablaron a menudo de terribles guerras, destrucciones, hambres y plagas dentro de los Estados Unidos en un tiempo posterior a esa terrible lucha. Tan temprano como en 1833, el Profeta escribió lo siguiente en una carta a N. E. Seaton, editor de un diario, y pidió que lo publicara:
Y ahora estoy preparado para decir, por la autoridad de Jesucristo, que no pasarán muchos años hasta que los Estados Unidos presenten tal escena de efusión de sangre que no tendrá paralelo en la historia de nuestra nación; la pestilencia, granizos, hambres y terremotos barrerán a los inicuos de la faz de la tierra, para abrir y preparar el camino para el regreso desde el norte de las tribus perdidas de Israel.¹
El 1 de julio de 1839, José Smith se reunió en una junta especial con los Doce Apóstoles y algunos de los Setenta que estaban a punto de partir a misiones extranjeras. Fue en esa ocasión cuando los detalles de la guerra venidera empezaron a clarificarse. Se anticipa que será una guerra interna, no con otras naciones. No será una guerra entre dos facciones opuestas como la Guerra Civil, sino que se compondrá de muchas guerras locales caracterizadas por anarquía y contiendas entre familias, ciudades y estados. Este panorama fue explicado por el Profeta a los otros líderes de la Iglesia:
[…] Algunos han alzado el clamor de paz, pero los Santos y el mundo tendrán poca paz de ahora en adelante […]
Vi a hombres amenazando las vidas de sus propios hijos, y hermanos asesinando a hermanos, mujeres matando a sus propias hijas e hijas amenazando las vidas de sus madres. Vi ejércitos enfrentándose entre sí. Vi sangre, desolación, fuegos. El Hijo del Hombre ha dicho que la madre estará contra su hija, y la hija contra la madre. Estas cosas están a nuestras puertas y seguirán a los Santos de Dios de ciudad en ciudad. Satanás se enfurecerá, y el espíritu del diablo ya está airado. No sé en qué hora acontecerán estas cosas; pero al verlas, ¿clamaré paz? ¡No! Alzaré la voz y testificaré de ellas.
Por cuánto tiempo tendréis buenas cosechas y será prevenido el hambre, no lo sé. Cuando las higueras broten, sabréis entonces que el verano está cerca.²
Aunque no se han revelado muchos detalles sobre el conflicto interno venidero, sus características generales pueden identificarse mediante una cuidadosa consideración de las profecías ya publicadas. Orson Pratt, hablando en 1879, también describió la guerra y enfatizó las mismas características:
¿Pero qué de la nación americana? Esa guerra que destruyó las vidas de un millón quinientos o seiscientos mil personas [la Guerra Civil] no fue nada en comparación con la que, con el tiempo, arrasará ese país. El tiempo no está muy lejano cuando el Señor Dios pondrá su mano con fuerza sobre esa nación. […]
¿Cuál será entonces la condición de ese pueblo cuando llegue esta grande y terrible guerra? Será muy diferente a la guerra entre el Norte y el Sur. ¿Queréis que os dé una descripción de ella? Lo haré.
Será una guerra de vecino contra vecino, ciudad contra ciudad, aldea contra aldea, condado contra condado, estado contra estado, y saldrán destruyendo y siendo destruidos; y la industria, en gran medida, cesará por un tiempo dentro de la nación americana. ¿Por qué? Porque durante estas terribles guerras no tendrán el privilegio de proseguir la industria; habrá demasiado derramamiento de sangre, demasiada anarquía, demasiadas pandillas saliendo a destruir y saquear el país para permitir al pueblo dedicarse a cualquier vocación con un mínimo grado de seguridad.
¿Qué sucederá con los millones de agricultores del país? Abandonarán sus chacras, las dejarán sin cultivar y huirán delante de los ejércitos saqueadores de un lugar a otro; y así irán encendiendo y saqueando todo el país. Esa grande y poderosa nación, que ahora consiste en unos cuarenta millones de personas, será completamente malgastada, si no se arrepienten.
Ahora, estas son predicciones que podéis inscribir. Podéis dejarlas penetrar en vuestros corazones. Y si el Señor vuestro Dios os permite vivir, veréis cumplirse mis palabras al pie de la letra. No son mis palabras, sino las palabras de inspiración—las palabras del sempiterno Dios, quien ha enviado a sus siervos con el mensaje de amonestar a las naciones de la tierra.³
En su descripción de la guerra, Brigham Young enfatizó que no habrá una serie definida de avances y retiradas tácticas, sino que los hombres huirán desorganizados de un lugar a otro delante de las bandas saqueadoras:
Hace casi treinta años oí a José Smith decir: “Tendrán pillajes hasta colmar, si no rectifican las injusticias contra los Santos de los Últimos Días. Las pandillas no disminuirán, sino que aumentarán hasta que el gobierno entero llegará a ser una gran pandilla; y con el tiempo será estado contra estado, ciudad contra ciudad, vecindad contra vecindad. […] Será cristiano contra cristiano, y hombre contra hombre, y aquellos que no levanten la espada contra sus vecinos tendrán que huir a Sión.”⁴
En una prédica en la Conferencia General de 1879, el presidente John Taylor enseñó que esta guerra sería más terrible y devastadora que cualquier cosa que esta nación haya experimentado:
¿Fuimos sorprendidos cuando empezó la última guerra terrible [la Guerra Civil] que ocurrió acá en los Estados Unidos? No. […]
Veréis cosas peores que eso, porque Dios pondrá su mano sobre esta nación, y lo sentirán más terriblemente que jamás lo han hecho. Habrá más derramamiento de sangre, más ruina, más devastación de lo que jamás habrán visto. ¡Anotadlo! Lo veréis cumplirse; apenas está comenzando.
Aún falta por llegar el sonido de guerra, molestia y angustia, en que hermano será alineado contra hermano, padre contra hijo, hijo contra padre; una visión de desolación y destrucción que se infiltrará en nuestro país, hasta que será una mortificación oír los informes de ello.⁵
En 1868, Orson Pratt dijo que los muertos en esta guerra anticipada se contarían por “muchos centenares de miles de almas”, y señaló que no será una sola guerra, sino muchas guerras civiles:
“¡Cómo! ¿Esta grande y poderosa nación nuestra será dividida, una parte contra otra, y muchos centenares de miles de almas serán destruidas por la guerra civil?”
De esto no creerían ni una palabra. No creen lo que aún está en el futuro. […]
Vendrá el tiempo en que no habrá seguridad para ocuparse en las actividades pacíficas de cultivar la tierra y de la agricultura. Se abandonarán estas actividades, y la gente se considerará afortunada si logra huir de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, y escapar con sus vidas. Así visitará el Señor a la población, si no se arrepienten.⁶
En una profecía, Wilford Woodruff establece una aparente conexión entre estas guerras y el período de desastres naturales mencionado en el capítulo anterior:
Los juicios de Dios ahora empezarán a recaer más completamente sobre esta nación y serán aumentados año tras año.
Las calamidades sobrevendrán a la nación con rapidez y será visitada con truenos, relámpagos, tormentas, torbellinos, diluvios, pestilencias, plagas, guerras y fuegos devoradores; los malvados matarán a los malvados hasta que queden completamente malgastados.⁷
El Gobierno de los Estados Unidos se Derrumbará por Completo
Según las profecías, el gobierno y la identidad nacional de los Estados Unidos, tal como existen actualmente, serán completamente destruidos durante estas guerras internas. José Smith se refirió en varias ocasiones a la caída del gobierno federal. Dijo a Stephen A. Douglas:
Profetizo en el nombre del Señor Dios de Israel que, si los Estados Unidos no rectifican los males hechos contra los Santos en el estado de Misuri y no imponen castigos por los crímenes cometidos por sus oficiales, en pocos años el gobierno será derrumbado y malgastado por completo, y no quedará ni un casco.⁸
Medio año después, el Profeta registró una profecía similar:
Mientras tratábamos la petición al Congreso, profeticé, por la virtud del santo sacerdocio investido en mí, y en el nombre del Señor Jesucristo, que si el Congreso no escucha nuestra petición ni nos brinda protección, será destruido como gobierno.⁹
También habló del “fin de esta nación, si continúa sin prestar atención a los clamores y las peticiones de sus ciudadanos virtuosos, como no lo ha hecho y como ahora tampoco lo está haciendo.”¹⁰ Es significativo que, incluso después de la Guerra Civil, los Santos aún anticipaban el cumplimiento de estas profecías y la reducción final de América a un estado de caos.
Otra declaración, aparentemente hecha por José Smith, fue la siguiente:
Ocurrirá una terrible revolución en el país de América, tal como nunca antes se ha visto; porque el país quedará literalmente sin un gobierno supremo, y toda especie de maldad correrá desenfrenada. El padre estará contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre. Ocurrirán las más terribles escenas de asesinato, derramamiento de sangre y saqueo que jamás se hayan visto.¹¹
Wilford Woodruff registró una visión que le fue dada en 1880, en la que se le mostró la destrucción venidera de esta nación:
Entonces el Señor derramó sobre mí Su Espíritu y abrió la visión de mi mente para que pudiera comprender en gran medida la mente y la voluntad de Dios respecto a la nación y a los habitantes de Sión. Vi la iniquidad de la nación, sus abominaciones y corrupciones, y los juicios de Dios y la destrucción que la aguardaban […]
El 28 de enero me fue dada otra visión. Trataba del destino de nuestra nación y de Sión. Mi almohada fue nuevamente empapada con una fuente de lágrimas al contemplar los juicios de Dios que esperaban a los malvados. Fui fuertemente impresionado de que los Apóstoles y los élderes deben amonestar a los habitantes de la tierra.¹²
Moses Thatcher, otro de los primeros apóstoles, también anticipó el fin de esta nación. Durante una prédica en Franklin, Idaho, el 6 de junio de 1882, declaró:
He visto el fin de esta nación, y es terrible […] Os digo en el nombre del Señor que una banda secreta desangrará la vida de esta nación.¹³
Brigham Young comentó que las disensiones y la oposición dentro de las comunidades serían el “cuchillo” que derribaría al gobierno:
Es el cuchillo que derribará este gobierno. El hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.
Las naciones se devorarán unas a otras, y el Señor lo permitirá. No se necesita mucho talento ni tacto para fomentar oposición en estos días. Lo veis en todas partes: en comunidades, reuniones, vecindades y ciudades. El hacha está puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego.¹⁴
Debido al colapso del gobierno nacional, se anticipa que los Santos encontrarán necesario establecer su propio gobierno para preservar la ley y el orden. Esto fue explicado por Orson Pratt en 1875:
Dios ha proclamado Su mensaje amonestador en medio de esta nación, pero lo han rechazado y han tratado a Sus siervos con desdén. El Señor ha sacado a Su pueblo de entre ellos y lo ha plantado acá, en estas montañas. Cumplirá con rapidez la profecía en relación con el derrocamiento y la destrucción de esta nación.
Seremos obligados a tener un gobierno propio para preservarnos en unidad y paz, porque ellos, debido a su derrocamiento, no tendrán el poder de gobernar. Estado se dividirá contra estado, ciudad contra ciudad, aldea contra aldea, y el país entero estará en terror y confusión. El pandillaje prevalecerá y no habrá tranquilidad en esta gran república para proteger la vida ni la propiedad del pueblo.
Cuando llegue ese tiempo, desearemos llevar a cabo los principios de nuestra gran constitución como el pueblo de Dios y desearemos ver esos principios magnificados, según el orden de unión y unanimidad que prevalece entre los Santos. Podremos magnificarla y estar unidos sin necesidad de demócratas ni republicanos ni de tantas religiones. Podremos vivir conforme a la letra y el espíritu de la Constitución, al estar unidos en lo político, en lo religioso y en todo lo demás.¹⁵
La Guerra se Extenderá de los Estados Unidos a Otras Naciones
Las declaraciones proféticas sobre la destrucción de esta nación se relacionan a menudo con el derrocamiento de otras naciones. Orson Pratt, al describir los efectos de las guerras internas en los Estados Unidos, dijo:
Si una guerra de tal magnitud llegara a suceder, ¿quién podría mantener sus negocios con seguridad? ¿Quién tendría la certeza de sembrar o de ocuparse en cualquier actividad? Habría personas huyendo de un estado a otro, y una confusión general prevalecería por toda la república. Con el tiempo, esta será la condición de toda la nación, si el pueblo no se arrepiente de su maldad. Y tales condiciones no significan otra cosa que el derrocamiento completo de la nación—y no solo de esta nación, sino también de las naciones de Europa.¹⁶
Wilford Woodruff enseñó que, sin duda, acontecerá la destrucción de esta nación, al igual que la de otras naciones:
Cuando contemplo la condición de nuestra nación y veo que la iniquidad y la abominación aumentan tanto que todo el cielo gime y llora a causa de las abominaciones de esta nación y de las demás naciones de la tierra, me pregunto: ¿Podrá escapar la nación americana? La respuesta es: No.
Su destrucción, así como la del mundo, es cierta; tan cierta como que el Señor aisló y destruyó a las dos grandes y prósperas naciones que una vez habitaron este continente, tanto en Norte como en Sudamérica, debido a su iniquidad. De la misma manera destruirá a estas naciones. Tarde o temprano cosecharán los frutos de sus propios hechos inicuos y serán contadas entre las del pasado.¹⁷
No parece haber profecías específicas que traten la relación cronológica entre la caída del gobierno de los Estados Unidos y la destrucción de otras naciones. Sin embargo, se revela que la paz será quitada de las demás naciones durante el mismo período en que los Estados Unidos sufran guerras internas. Dijo el profeta José:
La paz será quitada de la tierra y no habrá paz sino en las Montañas Rocosas. Esto hará que centenares y miles de los de corazón honesto se congreguen allá; no por el deseo de ser santos, sino por su seguridad y por su determinación de no levantar la espada contra sus vecinos.¹⁸
No obstante, se vislumbra un patrón. Parece que el conflicto en los Estados Unidos comenzará con guerras de destrucción completa. Durante la lucha en que esta nación se derrumbará, un reino político será establecido por los Santos, y entonces volverán para edificar la Nueva Jerusalén. El poder de las naciones enemigas disminuirá a medida que sucumban a las devastaciones de varias guerras y a las destrucciones naturales que comenzarán mientras los Estados Unidos caen. El Reino de Dios aumentará en dominio.
Un Resto de Jacob Pisoteará a los Gentiles
La “Profecía sobre la Guerra” habla de un tiempo mucho después de la Guerra Civil en los Estados Unidos, en que “los esclavos se sublevarán contra sus amos, los cuales serán movilizados y disciplinados para la guerra,” y también predice que “el resto de los que hayan quedado en la tierra se movilizarán y se irritarán extremadamente y hostigarán a los gentiles con severa aflicción.”¹⁹
El Señor, en el Libro de Mormón, también habla de un resto de la tierra de América que se levantará para vejar a los gentiles,²⁰ e identifica este resto como un resto de Jacob (una frase comúnmente interpretada como los lamanitas, es decir, los pueblos nativos americanos):
Y los de mi pueblo, que son un resto de Jacob, estarán en medio de los gentiles, sí, en medio de ellos como león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar.
Su mano se levantará sobre sus adversarios, y todos sus enemigos serán talados.
Sí, ¡ay de los gentiles, a menos que se arrepientan! Porque sucederá en aquel día, dice el Padre, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros;
Y talaré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus plazas fuertes;
Y exterminaré de tu tierra las hechicerías, y no tendrás más adivinos;
Tus imágenes grabadas también destruiré, así como tus esculturas de en medio de ti, y nunca más adorarás las obras de tus manos;
Y arrancaré tus bosques de entre ti, y asolaré tus ciudades.
Y acontecerá que todas las mentiras, y falsedades, y envidias, y contiendas, y supercherías sacerdotales, y fornicaciones, serán extirpadas.
Porque sucederá, dice el Padre, que en aquel día talaré de entre mi pueblo a cualquiera que no se arrepienta y venga a mi Hijo Amado, oh casa de Israel.
Y ejecutaré venganza y furor sobre ellos, así como sobre los paganos, tal como nunca ha llegado a sus oídos.²¹
El Señor declaró al pueblo nefitas que cuando el resto de Jacob sea permitido ir por en medio de los gentiles como “león entre los animales del bosque”, será porque los gentiles habrán llegado a ser como “la sal que ha perdido su sabor, que desde entonces para nada es buena sino para ser arrojada y hollada bajo los pies de [Su] pueblo.” En otras palabras, esto sucederá “en el día en que los gentiles pequen contra [Su] evangelio”, y el Señor quitará la plenitud de Su evangelio de entre ellos. Esto ocurrirá en el período en que “los gentiles no tendrán poder sobre ti; antes bien me acordaré de mi convenio contigo, oh casa de Israel, y llegarás al conocimiento de la plenitud de mi evangelio.”²²
Mormón también dio una amonestación a los gentiles que podrían vivir en esta tierra en los últimos días. Les advirtió que no podrían resistir el poder de Dios si no se arrepentían, y luego añadió:
Por tanto, arrepentíos y humillaos ante él, no sea que se levante en justicia contra vosotros; no sea que un resto de la posteridad de Jacob vaya entre vosotros como león, y os despedace, y no haya nadie para librar.²³
Así, los Santos de los Últimos Días anticipan una sublevación del pueblo lamanita en los continentes americanos contra los habitantes gentiles. Como se ha visto arriba, tal sublevación debe ocurrir cuando los tiempos de los gentiles se hayan cumplido, y antes de que la mayoría de los lamanitas y el resto de la casa de Israel hayan llegado al conocimiento del Evangelio. Aparentemente, esto ocurrirá durante el período de las guerras internas que los Estados Unidos tendrán que sufrir.
Debe subrayarse, sin embargo, que esta profecía fue dada en forma condicional. Los gentiles pueden escapar de este juicio si se arrepienten y no pecan contra el Evangelio. Pero, a la luz de la profecía y las tendencias actuales, parece que ese no será el curso que escogerán.
La Asamblea de los Santos a las Montañas
Aunque la política actual de la Iglesia es establecer a sus miembros en grupos organizados a través del mundo, cuando llegue el conflicto armado y la angustia sobrevenga a los Estados Unidos, esta política será invertida y las instrucciones serán: “Huyan, pues, a Sión los que se hallan entre los gentiles.”²⁴
El Señor también habló de un “recogimiento” en la tierra de Sión como un “refugio contra la tempestad y contra la ira”, y dijo que acontecería en el período “cuando sea derramada sin mezcla [la ira de Dios] sobre toda la tierra.”²⁵
Brigham Young habló del futuro recogimiento de los Santos al oeste de los Estados Unidos:
Un imperio interior se establecerá en estos valles de las montañas, que será un lugar de refugio para la congregación de millones de personas, cuando el gran día de los juicios de Dios venga sobre la tierra; y los rectos vendrán acá para su protección.
Nuestro pueblo irá hacia el este, el oeste, el norte y el sur, pero llegará el día cuando se alegrarán de retornar. Seremos aislados del resto del mundo.²⁶
En otra ocasión, puntualizó las venideras guerras internas y enseñó que los que no levantaren la espada contra sus vecinos tendrán que huir a las montañas. También enseñó que las montañas del oeste fueron especialmente preparadas por Dios para servir como refugio para los Santos:
Será lo mismo con otras denominaciones que profesan el cristianismo: será cristiano contra cristiano, y hombre contra hombre, y aquellos que no levantaren la espada contra sus vecinos tendrán que huir a Sión.
Somos bendecidos en estas montañas; este es el mejor lugar en el mundo para los Santos de los Últimos Días. Escudriñad la historia de todas las naciones y cada lugar geográfico sobre la faz de la tierra; no podréis encontrar otra situación tan bien adaptada para los Santos como la que existe en estas montañas.
Aquí está el lugar en que el Señor determinó esconder a sus Santos en los Últimos Días, hasta que la indignación del Señor haya pasado. Su ira será derramada sobre las naciones de la tierra.²⁷
Orson Pratt también enseñó que, aunque los Santos previamente fueron bendecidos por Dios para extenderse sobre la tierra, en la hora de los juicios de Dios el refugio estará en el corazón del continente americano:
La mano del Señor estará sobre nosotros para sostenernos, y nos extenderemos. Nos multiplicará en la tierra; nos hará un gran pueblo, fortalecerá nuestros bordes y enviará a los misioneros de este pueblo a los cuatro cabos de la tierra para publicar paz y nuevas de gran gozo, y proclamar que todavía queda en el corazón del continente americano un lugar de paz, de seguridad y de refugio de las tormentas, desolaciones y tribulaciones que vendrán sobre los inicuos.²⁸
El presidente J. Golden Kimball, del Primer Consejo de los Setenta, profetizó en 1926 sobre un tiempo venidero cuando muchos desearán intensamente volver al oeste:
Profetizo que antes que muchos de vosotros paséis al otro lado, tendréis un deseo ardiente en vuestros corazones de volver al lugar donde los líderes de la Iglesia han aconsejado a los Santos a radicarse, y daréis cualquier cosa en el mundo por poder vivir allí.²⁹
El gran influjo de personas hacia esa área será una fuente de crecimiento para los Santos de los Últimos Días en el oeste. Varias profecías tratan este crecimiento, aunque no se puede determinar si se refieren al período de las guerras internas o a una etapa posterior. Una profecía atribuida a Brigham Young declara:
Vendrá el día en que serán construidos grandes lugares industriales y de almacenaje al oeste del río Jordán, y vivirán allí más de tres millones de personas, y el río Jordán pasará prácticamente por el centro de la ciudad de Lago Salado.³⁰
Otra profecía, esta vez referida a la región de Logan, fue dada por Wilford Woodruff. En un discurso pronunciado el 22 de agosto de 1863, en Logan, Utah, predijo la construcción del templo de Logan. Luego habló de un tiempo aún futuro cuando el valle en que está situada la ciudad estará lleno de Santos:
Ahora, mis jóvenes amigos, vendrá el día, después de que vuestros padres y estos profetas y apóstoles hayan fallecido, que tendréis el privilegio de entrar en las torres de un glorioso templo edificado al nombre del Altísimo (señalando en dirección a la ladera), hacia el este, sobre la ladera de Logan;
Y mientras os paréis en las torres del templo y vuestros ojos repasen este glorioso valle lleno de ciudades y pueblos, habitado por miles de Santos de los Últimos Días, entonces recordaréis esta visita del presidente Young y sus acompañantes.³¹
El Destino de los Santos que No Se Reúnan en las Montañas Rocosas
¿Qué se anticipa que sucederá durante esta guerra interna en los Estados Unidos con los Santos que se nieguen a reunirse en la seguridad de las Montañas Rocosas? El profeta José Smith dijo en 1839 que habrá estacas aquí y allá, pero que cuando vengan las guerras, los Santos tendrán que huir a Sión.
Comentó que el tiempo pronto vendrá en que ningún hombre tendrá paz sino en Sión y sus estacas, lo cual parece referirse a las estacas ubicadas cerca del centro de la Iglesia en el oeste, como lo indican sus palabras. Luego habló de Santos que serían perseguidos de ciudad en ciudad por pandillas. Parecería que estos dichos se refieren a aquellos que permanecen en zonas lejanas y no en las montañas. Esto fue lo que dijo el Profeta:
Aquí y allá habrá una estaca [de Sión] para la congregación de los Santos. Puede ser que algunos hayan clamado paz, pero los Santos y el mundo tendrán poca paz de ahora en adelante. No debemos permitir que esto nos impida ir a las estacas, porque Dios nos ha advertido que huyamos sin demora, o seremos esparcidos, uno aquí, otro allá.
Allí serán bendecidos vuestros hijos, y estaréis rodeados de amigos donde seréis bendecidos. La red del Evangelio recoge de toda clase.
Profetizo que el que demore después de tener la oportunidad de ir, será afligido por el diablo. Las guerras están a la puerta; no debemos demorar, aunque no se nos requiere sacrificarlo todo. Debemos tener como nuestro gran objetivo la edificación de Sión.
Cuando vengan las guerras, tendremos que huir a Sión. El clamor es: ¡apurarse!
El tiempo llegará pronto en que nadie tendrá paz sino en Sión y sus estacas. Estas cosas están a nuestras puertas. Perseguirán a los Santos de Dios de ciudad en ciudad.³²
Los Gentiles Rectos También se Congregarán en las Montañas
Se anticipa también que, en ese tiempo, millones de gentiles se congregarán en el oeste para escapar del conflicto armado que se desatará a través del resto de la nación y de otras naciones del mundo. Orson Pratt declaró que, en esa época, otros gobiernos estarían desplomándose, y dio la siguiente descripción de la venida de los pueblos gentiles al oeste desde tierras extranjeras:
Un arroyo fluente es uno que corre continuamente; y los gentiles, en aquel día, vendrán a nosotros como un arroyo fluente, y tendremos que tener nuestras puertas abiertas continuamente; vendrán como nubarrones y como palomas en grandes cantidades. ¿Pensáis que los gentiles ignorarán lo que está pasando? No será así, sino que entenderán perfectamente lo que está ocurriendo.
Las personas verán que la mano de Dios está sobre este pueblo; verán que Él está entre nosotros, que es nuestra atalaya, nuestro escudo y nuestra defensa, y por lo tanto dirán: “Subamos y pongamos nuestras riquezas en Sión, porque no hay seguridad en nuestras naciones.”
Esas naciones estarán temblando y tambaleando, y finalmente se destrozarán en ruina. Los hombres de mucha riqueza vendrán acá, no necesariamente para ser bautizados, sino porque muchos vendrán que nunca han escuchado a los siervos de Dios. Pero oirán que paz y salud moran entre nosotros, que nuestros oficiales son hombres de paz, y que quienes imponen impuestos son hombres rectos.³³
A la llegada a Lago Salado del segundo grupo de compañías de carretillas de mano, Heber C. Kimball profetizó acerca de un tiempo en que enormes cantidades de personas huirán al oeste, incluso sin carretillas:
Estoy muy agradecido de que tantos de nuestros hermanos hayan llegado con carretillas de mano; mi alma se regocijó, mi corazón se llenó y creció tan grande como una cesta de dos almudes. Dos compañías han llegado sanas y salvas. ¿Es esto el fin? No; habrá millones sobre millones que vendrán en condiciones parecidas, pero no tendrán carretillas de mano; huirán llevando sus bienes bajo los brazos, y a sus hijos sobre las espaldas y en los brazos.³⁴
George Q. Cannon también levantó su voz para explicar que cuando vengan las contenciones, los hombres tendrán que huir a los “mormones” para encontrar seguridad:
Anticipo ver el día en que los Santos de los Últimos Días serán los encargados de mantener el gobierno constitucional en este país.
Los hombres en todas partes deben comprender que creemos en los principios de la Constitución, y anticipamos que será nuestro destino preservarlos. Se cumplirá la profecía hecha el 7 de marzo, hace cuarenta y cuatro años, en la que Dios dijo a José Smith: “Oís de guerras en países extranjeros; mas he aquí, os digo que están cerca, aun a vuestras puertas, y dentro de pocos años oiréis de guerras en vuestras propias tierras.”
La revelación continúa diciendo que vendrá el día entre los inicuos en que todo hombre que no tome la espada contra su prójimo tendrá que huir a Sión para hallar seguridad. Una parte de esa revelación ya se ha cumplido; el resto también se cumplirá. Las causas que lo llevarán a cabo ya están en acción.
No somos los únicos que piensan que la república se encamina hacia esa dirección; que estamos abandonando los antiguos mojones constitucionales, y no está lejos la hora en que habrá amarguras como consecuencia de ello. Entonces habrá molestias y perturbaciones civiles, y creemos que, para escapar de ellas, los hombres serán obligados a huir a los “mormones”, aunque hoy sean tan odiados.³⁵
Finalmente los Santos Estarán Aislados del Resto del País
Los primeros líderes de la Iglesia enseñaron que durante este período de perturbaciones internas, los Santos del oeste estarán aislados del resto de los Estados Unidos. Brigham Young, hablando en 1868, proclamó:
Más adelante habrá un abismo entre los rectos y los inicuos, tal que no podrán comerciar ni negociar el uno con el otro, y cesará la comunicación nacional.³⁶
Su lema siempre fue la necesidad de la producción casera, para que los Santos estuviesen preparados para el momento en que serían aislados. Esta fue la advertencia de Heber C. Kimball:
Almacenad vuestros bienes, y tomad vuestras sedas y cosas finas, y reemplazadlas con trigo y cosas necesarias; vendrá el tiempo en que seremos obligados a sostenernos con nuestros propios recursos.
Porque el tiempo no está lejano cuando la pantalla caerá entre nosotros y los Estados Unidos. Cuando llegue ese momento, hermanos y hermanas, desearéis haber empezado antes a fabricar vuestra propia ropa. Os digo que Dios requiere que comencemos la producción casera; y por más que queráis postergarlo, tendréis que hacerlo.³⁷
Orson Pratt también enseñó este principio y declaró lo siguiente sobre la necesidad de estar preparados cuando se cierre la puerta:
Y llegará el día en que estaremos restringidos, y será muy importante para nosotros fomentar la producción casera, y cesar de enviar nuestros millones al extranjero para importaciones. Porque la puerta será cerrada, y las circunstancias serán tales que no podremos importar del extranjero.
De ahí la necesidad de la exhortación que hemos recibido, una y otra vez, para ocuparnos con todo el corazón en las diversas ramas de la industria necesarias para volvernos autosuficientes, y llevarlas a cabo con todo el tacto y sabiduría que Dios nos ha dado. Llegaremos a ser libres e independientes en todos estos asuntos: libres ante los cielos e independientes de todas las naciones de la tierra y de sus productos, en lo que respecta a depender de ellos.³⁸
Una profecía atribuida al profeta José Smith reúne estas advertencias y añade elementos de naturaleza internacional. Declara que las guerras en América serán tan inhumanas y terribles que Inglaterra intentará intervenir:
Inglaterra quedará neutral durante esta terrible revolución de la que he hablado, hasta que llegue a ser tan inhumana que ella se interpondrá para terminar el derramamiento de sangre.
Inglaterra y Francia se unirán para establecer la paz, no para subyugar a las naciones, sino porque encontrarán a las naciones tan fraccionadas y con tantas de ellas pretendiendo gobernarse a sí mismas, que no habrá gobierno responsable. Entonces parecerá, para otras naciones o poderes, como si Inglaterra hubiera tomado posesión del país.
La paz y seguridad en las Montañas Rocosas serán protegidas por una banda cordonera del Caballo Blanco [la Iglesia] y el Caballo Rojo.³⁹
El Influjo de Mucha Gente Traerá Peligro de Hambre al Oeste
Es lógico suponer que, en ese período, cuando no sea posible importar alimentos y cuando la población en las áreas céntricas haya sufrido un gran influjo de personas en un corto tiempo, habrá un gran peligro de hambre, escasez de viviendas, falta de condiciones sanitarias adecuadas, entre otros desafíos. El profeta José Smith, al hablar del influjo de gentiles a las comunidades del oeste durante las guerras internas, advirtió:
Seréis tan numerosos que estaréis en peligro de hambre, no por falta de temporada de siembra y cosecha, sino porque habrá tantos para alimentar. Muchos vendrán con sus bienes bajo el brazo para escapar las calamidades, y no habrá escape sino por huir a Sión.⁴⁰
Heber C. Kimball también advirtió que:
El día vendrá cuando las personas de los Estados Unidos vendrán trayendo sus pertenencias en los brazos, viniendo a nosotros por un pedazo de pan para comer.⁴¹
Ese mismo sermón incluyó esta declaración significativa:
El día vendrá en que vosotros (los desconocidos) tendréis que venir a nosotros por vuestro pan; y seremos vuestros salvadores aquí sobre el Monte de Sión.
No lo creéis ahora; pero esperad un poco, y veréis que todo sucederá.⁴²
En otra ocasión, Heber C. Kimball relató un sueño peculiar que parece subrayar la futura escasez de alimentos que sentirán los Santos en ese tiempo:
Os relataré un sueño que el hermano Kesler tuvo recientemente. Soñó que le fueron puestos delante una bolsa de oro y un gato, y tuvo el privilegio de escoger cuál deseaba; así que sucedió que escogió el gato y salió con él. ¿Por qué tomó el gato en vez del oro? Porque podía comer el gato, y no podía comer el oro. Podéis ver tiempos como esos antes de fallecer.⁴³
Wilford Woodruff instruyó a los Santos que deben estar preparados, advirtiendo:
El Señor no está por desilusionar ni a Babilonia ni a Sión en cuanto al hambre, la pestilencia, los terremotos o las tormentas.
Almacenad vuestro trigo y otras provisiones contra el día de necesidad, porque vendrá el día en que os hará falta, y no os equivoquéis en esto.
Querremos tener pan, y los gentiles querrán tener pan; y si somos sabios, tendremos algo para alimentarles a ellos y a nosotros mismos cuando venga el hambre.⁴⁴
El presidente Brigham Young afirmó que los Santos no sufrirían los efectos del hambre si se preparaban de manera constante:
Nunca he prometido hambre para los Santos de los Últimos Días, si somos tan solo medianamente rectos. Nunca habréis oído de mis labios que las hambres vendrían sobre este pueblo. Nunca sucederá, si somos medianamente rectos, y anticipamos que haremos incluso mejor que eso.⁴⁵
Sumario
Los profetas de los Santos de los Últimos Días han hecho muchas profecías pertenecientes a una serie de guerras internas que resultará en el colapso del gobierno y del dominio de los Estados Unidos. Las guerras tendrán las siguientes características y resultados:
1. Las guerras involucrarán molestias entre la familia. Padres serán puestos en contra de sus hijos y madres lucharán contra sus hijas.
2. En vez de una guerra general, habrán muchas guerras locales que involucrarán vecindades, ciudades y estados.
3. En vez de batallas entre ejércitos, las luchas serán entre pandillas que traficarán de una localidad a otra, dedicadas a la destrucción de su oposición.
4. La agricultura y la industria cesarán. Agricultores huirán delante de las pandillas rapiñas. Esto, sin duda, causará el hambre y la muerte por falta de alimentos en muchos lugares.
5. Parece que los Lamanitas, o sea los Americanos Nativos del Norte, Centro y Sur América, también se levantarán y desafiarán a los pueblos Gentiles durante este período de guerras internas.
NOTAS, CAPITULO CUARTO
- La Historia de la Iglesia, 1:315.
- La Historia de la Iglesia, 3:390-391. Hay otros que han citado este y otros dichos por el profeta y los han interpretado como teniendo cumplimiento aún en el futuro. Véase, por ejemplo, las declaraciones en Diario de Discursos, 2:146-47; 20:150-51; y Noticiero Deseret Nocturno, Tomo 8, Nó. 265, 2 de octubre de 1875. 53
- Diario de Discursos, 20:151.
- Noticiero Deseret, Tomo 11, Nó. 9, 1 de mayo de 1861.
- Diario de Discursos, 20:318.
- Diario de Discursos, 12:344.
- Matías F. Cowley, Wilford Woodruff (Salt Lake City: Noticiero Deseret 1916), p. 313.
- La Historia de la Iglesia, 5:394.
- La Historia de la Iglesia, 6:116.
- La Historia de la Iglesia, 4:89.
- Profecía registrada por Edwin Rushton y Teodoro Turley.
- Cowley, op cit., pp. 530-31.
- Registro Histórico del Barrio Franklin. Franklin, Idaho, 16 de junio de 1882. Una comparación de esta profecía con las declaraciones de Ezxa Taft Benson en Capítulo Uno podría levantar la pregunta que si esta combinación secreta podría ser Comunismo. En ese capítulo se ve que Rusia sufrirá derrota durante el período de las Guerras Preparatorias. Sin embargo, tal como los elementos del Nazismo quedaron en varios países después de la Segunda Guerra Mundial, es posible que elementos del Comunismo pudieran permanecer en los Estados Unidos después de la guerra con Rusia hasta causar la caída del gobierno Americano. Por otra parte, la combinación secreta puede ser el resultado de la combinación de varios de los elementos criminales que ahora existen y que continuarán en aumentarse, según la profecía.
- Diario de Discursos, 8:143.
- Noticiero Deseret Nocturno, Tomo 8, Nó. 265. 2 de octubre de 1875.
- Diario de Discursos, 21:301.
- Diario de Discursos, 21:301.
- Profecía registrada por Edwin Rushton y Teodoro Turley.
- Doctrina y Convenios 87:4-5.
- Véase Capítulo Dos para un tratamiento de los aspectos condicionales de estas profecías.
- 3 Nefi 21:12-21. Véase también 3 Nefi 20:15-17.
- 3 Nefi 16:10-15.
- Mormón 5:24.
- Doctrina y Convenios 133:12. Para confirmar que esto es el debido cumplimiento cronológico de este pasaje compárese Doctrina y Convenios 88:84-92 con Doctrina y Convenios 133:8-12. Observad que el grito “He aquí, el Esposo viene; salid a recibirlo” seguirá el derramamiento de los juicios de Dios. Sin embargo, señala el tiempo cuando los Santos serán llamados para congregarse a Sión.
- Doctrina y Convenios 115:6.
- Un relato de Brigham Young a Benjamín Kimball Bullock como registrado por el hijo del último, Ben H. Bullock. El autor tiene copias notariadas de declaraciones que afirman la validez de ésta y otras profecías registradas por Bullock.
- Periódico Deseret, Tomo 11, Nó. 9, 1 de mayo de 1861.
- Diario de Discursos, 12:345.
- Informe de la Conferencia, octubre de 1926, p. 58.
- Profecía dada por Brigham Young a Guillermo B. Armstrong y registrada por Ben H. Bullock. El autor tiene copias notariadas de declaraciones que afirman la validez de esta y otras profecías registradas por Bullock.
- Periódico Deseret, Tomo 33, p. 678. La cuenta del Censo de 1960 da la población de Logan como de 17.464 y de todo el Valle de Cache como de 35.688. En 1990 la población de Logan fue 32.762 y la población de todo el Valle de Cache fue 64.329.
- Historia de la Iglesia, 3:390-91.
- Diario de Discursos, 3:16.
- Diario de Discursos, 18:10.
- Diario de Discursos, 18:10.
- Diario de Discursos, 12:284.
- Diario de Discursos, 5:10.
- Diario Deseret Nocturno, Tomo 8, Nó. 265, 2 de octubre de 1875.
- Profecía registrada por Edwin Rushton y Teodoro Turley.
- Ibíd.
- Diario de Discursos, 5:10.
- Diario de Discursos, 5:9.
- Diario de Discursos, 3:262.
- Diario de Discursos, 18:121.
- Diario de Discursos, 12:241.
























