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Una Obra Grande y Maravillosa
Objeto: Considerar las profecías bíblicas concernientes a la publicación del Libro de Mormón y demostrar su cumplimiento literal; y que el propósito del Libro de Mormón es convencer a los judíos y gentiles que Jesús es el Cristo.
La Biblia y el Libro de Mormón
Se ha dicho frecuentemente por los que se oponen a la misión de José Smith y la publicación del Libro de Mormón fuese un libro divinamente inspirado por Dios, cada cual sería anunciado en la Biblia por profecía.
He oído a personas aun decir que no aceptarían ni a José Smith ni al Libro de Mormón porque su nombre no aparece en ningún lugar en la Biblia, ni tampoco el nombre del Libro de Mormón.
Por supuesto esto no es una deducción razonable. José Smith puede ser un profeta y el Libro de Mormón verdadero aunque no se haga ninguna referencia de ellos en la Biblia. Sin embargo, hay referencias tocantes a José Smith y del Libro de Mormón en la Biblia. El Señor reveló a los antiguos profetas en la tierra de Canaan de la venida del Libro de Mormón, aunque, por supuesto, no se le dió ese nombre
La bendición de José
Cuando Israel bendijo a su hijo, José, en Egipto, dijo: Rama fructífera es José,rama fructífera junto a una fuente,cuyos vástagos se extienden sobre el muro.
Y le causaron amargura,y le asaetearon,y le aborrecieron los arqueros; mas su arco se mantuvo firme,y los brazos de sus manos se fortalecieronpor las manos del Fuerte de Jacob(de allí es el Pastor, la Roca de Israel),
por el Dios de tu padre, el que te ayudará,y por el Omnipotente, el que te bendecirácon bendiciones de los cielos de arriba,con bendiciones del abismo que está abajo,con bendiciones de los pechos y de la matriz.
Las bendiciones de tu padrefueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; hasta el término de los collados eternosserán sobre la cabeza de José,y sobre la coronilla del consagrado de entre sus hermanos. (Gén, 49:22-26)
Según la palabra del Señor a José Smith el continente de América fué dado a José y su posteridad como una herencia sempiterna. Esto es lo que significa vastagos sobre el muro. El Libro de Mormón declara ser la historia, en su mayo parte, de los descendientes de José que fueron traídos de Jerusalén seiscientos años antes de Cristo a esta tierra (América) cumpliéndose así esta promesa patriarcal. Lehi, el fundador de esta colonia, era descendiente de Manasés, y la familia de Ismael que le acompañó eran descendientes de Efraín, de modo que en ellos se cumplió la profecía. No tengo tiempo para presentar evidencia que los indios son y tienen muchas costumbres israelitas.
Tengo que dejar pasar este punto con la declaración que se han escrito muchos libros por personas que no aceptarona José Smith, mostrando la evidencia descubierta que muchas tribus han practicado ritos y costumbres israelitas. El error que dichos escritores han hecho es el de declarar que los indios son las diez tribus perdidas, pero el Señor ha revelado que son los hijos de José a la posteridad del cual se dio esta tierra.
Fue predicha la venida del Libro de Mormón
La venida del Libro de Mormón se predijo en los escritos de Isaías en el capítulo veintinueve. El primer versículo dice: “¡Ay de Ariel, ciudad donde habitó David!” En el quinto capítulo de 2a. Samuel leemos que David “reinó treinta y tres años sobre Israel y Judá en Jerusalén. Por lo tanto, Ariel es Jerusalén. En el segundo versículo el Señor amenaza a Ariel, o Jerusalén, con grande aflicción y tristeza y habla de otro lugar y dice, y será a mí como Ariel.” Este otro lugar no se refiere a Ariel mismo, sino que se refiere a alguna cosa que participará del mismo castigo, porque el concepto sería sin sentido el decir Ariel será como Ariel.
Por tanto, la palabra “como” tiene que referirse a alguna otra nación. La clave a esta situación se halla en los versículos que siguen. Dicha nación o país que iba a ser como Ariel el Señor dijo que asentaría campo contra ella y la combatiría con baluartes, y—
“Levantaré contra tí baluartes. Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como la de uno que evoca los espíritus, y tu habla susurrará desde el polvo.
“Y la muchedumbre de tus extranjeros será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento, “De Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos y con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.” (Is. 29:4-6)
Los comentarios de Orson Pratt
Comentando sobre dichos versículos el hermano Orson Pratt dijo:
“Estas predicciones de Isaías no pueden referirse a Ariel, o Jerusalén, porque su habla no ha venido “desde el polvo”, o desde la tierra, sino que se refiere a una parte de los descendientes de José que por su iniquidad fueron destruidos aquí en América…
El Libro de Mormón describe su caída, y verdaderamente fué grande y terrible. Al tiempo de la crucifixión de Cristo, “la multitud de los fuertes,” como Isaías predijo, “será como polvo menudo,”“será repentinamente en un momento.” Y así aconteció.
Muchas de sus grandes ciudades fueron destruidas por fuego, otras por terremotos, otras fueron sepultadas en las profundidades de la tierra. Esta repentina destrucción les sobrevino porque habían apedreado a los profetas matándolos cuando fueron mandados entre ellos. . .
Hablaría desde la tierra
Una de las cosas maravillosas con respecto a esta predicción es, que después que aquella nación fuese humillada, hablaría desde la tierra. Cuatro veces esto se declara en el versículo cuatro. En ninguna historia registrada, excepto el Libro de Mormón, se puede hallar cualquier incidente comparable a ello. Me he referido antes a las palabras de los profetas nefitas donde declaran que estaban “clamando desde el polvo, y “de entre los muertos.” La única manera que un pueblo podría hablar”desde la tierra” sería cuando los anales de su historia fuesen descubiertos y sacados de la tierra.
Otra maravillosa profecía que se relaciona con el Libro de Mormón y José Smith es la que encontramos en los versículos once y doce, que dice: “Y os será toda visión como palabras del libro! sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren; Lee ahora esto: él dirá: No puedo porque está sellado. “Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole Lee ahora esto; él dirá: No sé leer. (Is. 29:11-12)
La visita de Martín Harris al Doctor Anthon
Martín Harris fue el primer escribiente que ayudó al profeta José Smith. Cuando empezó a dar su ayuda había ciertas dudas en su mente con respecto al libro de Mormón.
José Smith copió algunos de los caracteres de las planchas, y mandó a Martín Harris con dichos caracteres a Nueva York para presentárselos a profesores de lenguas antiguas para ver si podían interpretarlos.
Martín Harris se presentó a los profesores Carlos Anthon y Samuel L. Michell, y volvió gozoso por la entrevista y relató en substancia el siguiente relato: Dijo que presentó las copias alprofesor Anthon el cual declaró que eran caracteres genuinos, de egipcio, caldeo, asirio y arábico.
Se le dio a Marrtín un certificado que hacía constar que los caracteres eran verdaderos. Martín puso el certificado en el bolsillo y estaba por salir cuando el profesor le pregunto de como el joven había sabido que había planchas de oro en el lugar donde las encontró. “Contesté,” dijo Martín, “que un ángel de Dios se lo había revelado” Entonces, me dijo, “Permítame ese certificado”. Por consiguiente, saqué el certificado del bolsillo y se lo di, cuando lo tuvo lo hizo pedazos diciendo, que ahora no había tales cosas como ministracion de ángeles, y que si yo le traía las planchas, el las traduciría.
Yo le dije que parte de las planchas estaban selladas, ya ver al Doctor Mitchel, el cual confirmo lo que el profesor Anthon había dicho con respecto a los caracteres y la traducción.”
Se cumplen las palabras de Isaías
Sin saberlo ambos Martín Harris y el profesor Anthon cumplieron las palabras de Isaías. Martín por llevar las copias de los caracteres y el profesor Anthon por decir, “No puedo leer un libro sellado”. En las palabras de Isaías el erudito diría, cuando, se le presentaran las palabras del Libro, y se le pidiera leerlas, “No puedo, porque está sellado”.
Otra maravillosa parte de esta historia queda en el hecho que Isaías profetizo que solo unas palabras del libro se entregarían al erudito, no el libro completo, y que el libro mismo se daría completo al hombre que no sabría leerlo el cual diría. “No sé leer.”
Aquello fué más que una simple coincidencia, ha sido en realidad el cumplimiento literal de las palabras proféticas de Isaías, enlazando el Libro de Mormon con esta notable profecía.
Los versículos trece y catorce de este capítulo de Isaías dicen:
“Dice pues el Señor: Porque este pueblo se me acerca con su boca, y con sus labios me honra, mas su corazón alejo de mí, y su temor para conmigo fue enseñado por mandamientos de hombres: Por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la prudencia de sus prudentes. (Is.29:13-14)
En varias de las primeras revelaciones dadas al profeta José Smith el Señor dijo:
“Ahora, he aquí, una obra maravillosa está por aparecer entre los hijos de los hombres. Por lo tanto, oh vosotros que os embarcáis en el servicio de Dios, mirad que le sirváis con todo vuestro corazón, alma, mente y fuerza, para que aparezcáis sin culpa ante Dios en el último día.” (DyC 4:1-2)
No cabe la menor duda que la manera en la cual esta obra de los últimos días vino a luz es maravillosa. Si es verdad que José Smith fué llamado y comisionado por mensajeros celestiales para inaugurar esta obra; si es verdad que un ángel le entregó el sagrado registro del antiguo pueblo de este continente y le fue dado el Urim y Tumim por el cual lo tradujo, es ciertamente maravillosa. El tiempo cuando esta obra saldría a luz también lo vaticino Isaías en el versículo diecisiete el cual dice:
“¿No será tornado de aquí a muy poco tiempo que el Líbano se convertirá en un campo fértil, y el campo fértil será estimado por bosque?”
Este libro, entonces, habría de venir poco antes de la restauración de Israel a sus propias tierras. Hoy el Líbano empieza a florecer y a ser un campo fructífero y un bosque, en preparación para el retorno de la casa de Israel.
Otra vez leemos que en aquel día los sordos oirían las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verían en medio de la oscuridad y de las tinieblas.
Una de las afirmaciones hechas por el Libro de Mormón es que ha restaurado al mundo muchas claras y preciosas verdades que han sido quitadas de la Biblia en sus muchas traducciones, para que los ciegos que no quieren ver y los sordos que no quieren escuchar tuviesen ojos y oídos abiertos a la verdad que se revelase,
Los palos de Juda José
Otra notable profecía concerniente al Libro de Mormón se halla en el capítulo 37 de Ezequiel, versículos del 15 hasta el final del capítulo. El Señor mandó al profeta Ezequiel tomar dos palos, un palo de Juda y sus compañeros y otro palo para José y sus compañeros y de juntarlos en la mano. Palo, como es empleado en las escrituras, significa escritos, o rollos, tales como eran los libros en los días de Ezequiel. Uno de aquellos había de ser la historia sagrada de Juda y sus descendientes, y el otro la sagrada historia de José y sus descendientes. Luego el Señor dijo:
Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.
Y cuando te hablen los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos explicarás qué quieres decir con eso?
Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel, sus compañeros, y los pondré con él, con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.
Y los palos sobre los que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos;
El Señor hará un nuevo convenio con Israel
y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra.
Y haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel; y un mismo rey será el rey de todos ellos; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos.
Y no se contaminarán ya más con sus ídolos, ni con sus abominaciones ni con todas sus transgresiones; y los salvaré de todos los lugares en los cuales han pecado, y los purificaré; y serán mi pueblo, y yo seré su Dios. (Ez.37:21-23)
Descubrimos en esta profecía que la reunión del palo de José con el de Judá iba a acontecer en aquel día antes de la congregación de Israel a la tierra de su herencia. Iba a venir como algo preparatorio a la reunión de las tribus y su aceptación otra vez por el Señor. Ademas el Señor ha dicho:
Y haré con ellos un aconvenio de paz; será un convenio sempiterno con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Y estará en medio de ellos mi tabernáculo; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. (Ez.37:26-27)
En el Libro de Mormón se hace la afirmación que su gran proposito es de “convencer a los judíos y gentiles”, y el resto sobre esta tierra, los descendientes lamanitas de Lehi, que Jesucristo es el Hijo eterno de Dios, manifestándose a todas las naciones.
Por lo tanto, debía de manifestarse en el día cuando Israel esté esparcido sobre toda la faz de la tierra; y que sería un medio para hacer volvera los restos esparcidos
y de reunirlos como a un pueblo digno de los convenios del Señor.
Además, esta escrito que dichos anales de los nefitas, junto con otras escrituras que debiesen ser traídas a luz por el poder de Dios, vendrían en un día cuando los hombres estuvieran negando el poder de Dios y rechazando las palabras de los profetas cuyas palabras están en la Biblia. El profeta Nefi escribió:
Y el ángel me habló, diciendo: Estos aúltimos anales que has visto entre los gentiles, establecerán la verdad de los primeros, los cuales son los de los doce apóstoles del Cordero, y darán a conocer las cosas claras y preciosas que se les han quitado, y manifestarán a todas las familias, lenguas y pueblos que el Cordero de Dios es el Hijo del Eterno Padre, y es el Salvador del mundo; y que es necesario que todos los hombres vengan a él, o no serán salvos. (1N. 13:40)
Ciertamente la publicación del Libro de Mormon dando a saber la verdad del establecimiento de la obra del Señor entre los habitantes en este hemisferio en tiempos antiguos, y la venida de ángeles para restaurar la autoridad divina y de organizar de nuevo la Iglesia de Jesucristo en la tierra, es una obra grande y maravillosa, designada para la salvación de las almas de todos los que se arrepientan.
























