17
La Redencion de Juda
Objeto: Lograr un entendimiento de la palabra revelada del Señor concerniente a la restauración y redención de los judíos.
Una profecía significante
Una de las profecías más significantes de las Escrituras es la que el Salvador declaró a sus discípulos poco antes de su muerte, concerniente a los judíos y la destrucción de Jerusalén, que se halla en el capítulo veintiuno de S. Lucas. La destrucción predicha por nuestro Señor cayó sobre Jerusalén y los judíos en el año 70 de J.C. cuando los ejércitos romanos sitiaron a Jerusalén.
Tras ese terrible día los judíos fueron esparcidos entre todas las naciones. Han sido perseguidos, expulsados, abusados, odiados y asesinados, y aún así han prosperado en las cosas materiales. En medio de todas sus tribulaciones han mantenido su identidad racial, y esto constituye un milagro.
Una maldición sobre Palestina
Después de la destrucción de Jerusalén y la dispersión de los judíos, cayó una maldición sobre Palestina, Jerusalén fue totalmente destruida y ha sido hollada por los gentiles. Las montañas de Canaán, en otros tiempos hermosas, cubiertas de árboles y vegetación, han quedado desnudas, y la tierra, no teniendo ninguna protección, ha sido llevada por las aguas. Las aldeas y las atractivas granjas y viñedos una vez prósperos, han desaparecido, y la tierra llegó a ser estéril e infructífera. La superficie de la tierra estaba en tan malas condiciones, que según la opinión general, la tierra no podía sostener sino una escasa población; mas en tiempos pasados, cuando el Señor
bendecía, sostenía a millones de habitantes; y se dijo que era la tierra que fluía leche
y miel.
Dedicación de la tierra de Palestina
El profeta Isaías anunció esta destrucción, pero dijo que en los últimos días el Señor mandaría veloces mensajeros a esta gente que estaba”tirada y repelada”, “una gente harta de esperar y hollada, cuya tierra destruyeron los ríos”, y de nuevo serían congregados. Hoy día las condiciones en palestina están cambiando.
En la conferencia de la Iglesia, efectuada en abril de 1840, el profeta José Smith nombró a Orson Hyde para que fuese a Jerusalén y dedicase la tierra para el regreso de los judíos y los esparcidos de Israel.
El domingo 24 de octubre de 1841, Orson Hyde se arrodilló en el Mon te de las Olivas y, de acuerdo con su comisión, consagró aquella tierra para el recogimiento de los judios y de Israel en su antigua herencia, posteriormente, el día 2 de marzo de 1873. El presidente George A. Smith. Lorenzo Snow y otros celebraron una sagrada reunión en el Monte de las Olivas y también bendijeron la tierra para el regreso de Israel y los judíos.
Es interesante saber que en el año de 1841 había en todo Palestina entre 8,000 y 12,000 judíos. A través de los siglos, desde su dispersión, los judíos nunca han cesado de lamentar y llorar la pérdida de su herencia y esperan el día en que serán rescatados de la esclavitud y les será permitido volver a la tierra de sus padres.
Bajo el régimen de los gentiles esto se les ha negado. Desde la época de su destrucción por Tito, hastael fin de la primera guerra mundial en 1918, Jeru• salén dejó de ser una ciudad judía y Palestina una nación judaica. Es también de interés notar que a raízdela dedicacióndeesatierra surgióungran entusiasmo por el regreso de los judíos.
Tanto entre los judíos como entre los gentiles parecía nacer un sentir que algo debería hacerse para establecer a este pueblo antiguo. En el año 1844, el Sr. Warden Creasen, Cónsul de los Estados Unidos en Palestina, dio su apoyo a tal movimiento.
Entre los judíos ingleses, Disraeli y Sir Moses Montefiore fueron los campeones de tal movimiento, pero el gobierno británico no pudo hacer mucho porque Palestina estaba bajo el dominio del Sultán.
Sin embargo, Inglaterra mandó una expedición a explorar la parte del Sinaí que estaba dentro de la frontera egipcia, pero nada de importancia resultó de ello.
En el año de 1903, mediante los esfuerzos de José Chamberlain, entonces secretario colonial de la Gran Bretaña, se entregó a Lord Landsdowne para que ofreciera a los sionistas una parcela de la tierra en el Africa Oriental Británica para la creación de una patria judaica, con su autonomía completa bajo el gobierno británico.
Los judíos, sin embargo, tenían los ojos puestos en la Palestina que va de conformidad con la palabra revelada del Señor, y se opusieron vehementemente a la proposición de establecerse en Africa.
La colonización de Palestina
En los años de 1860, los señores David Gordon, Hirsch Kalischer, Mosés Hess y otros ayudaron en la fundación de sociedades conocidas como “Lovers of Sión” cuyo objeto principal era la colonización de Palestina por los judíos. La Federación Sionista nació en el año de 1896, con el apoyo de Theodore Herzl y el Barón Rothschild. El primer congreso de esta federación se verificó en Basilia, Suiza, en el año de 1897.
Desde esta fecha han aumentado los esfuerzos de los principales e influyentes judíos por establecer un hogar nacional para los judíos.
La Asociación Internacional de la Alianza Israelita fundó la primera colonia moderna de judíos en Palestina en 1896. Esta organización estableció una escuela de agricultura (“Mikweh Israel” o la “Congregación de Israel”), a. . .unos cuantos kilómetros de Jafa.
Las restricciones detienen el recogimiento
La colonización de Palestina por parte de los judíos, antes de la Guerra Mundial, se emprendió en medio de grandes dificultades. Los turcos impusieron muchas restricciones sobre los que trataban de establecerse allí, y casi todo lo que podían hacer los judíos era mirar anhelosamente hacia su antigua herencia con esperanzas inciertas.
No fué sino hasta que el país fué librado de los turcos en 1917, que vislumbró en el horizonte, como próxima realidad, el regreso de los judíos. Sin embargo, el resultado de los primeros movimientos había efectuado un aumento en la población judaica. En el año de 1881, había cerca de 25,000 judíos en toda Palestina y para el año de 1914, cuando comenzó la guerra, el número llegaba casi a 80,000.
El armisticio confirió a la Gran Bretaña un mandato internacional sobre Palestina y a Francia sobre Siria. Esto fue en verdad una señal importante. El general Allemby libró a Palestina del dominio turco en diciembre de 1917. En 1920, la Gran Bretaña envió a Sir Herbert Samuel, judío, a Palestina como su gobernador o alto comisario, y se estableció un gobierno civil bajo su dirección.
Lo significante es que cuando nuestro Señor predijo la caída de Jerusalen y Palestina, dijo que serían holladas por los gentiles hasta que se cumpliese el tiempo de ellos.
Desde el dia de su dispersión hasta que Sir Herbert Samuel llegó para ser gobernador de Palestina, no había habido ningún judío gobernante en Palestina. Fué una señal de que los tiempos de los gentiles llegaban a su fin.
La declaración del ministro Balfour
Inmediatamente después de la guerra comenzó la rehabilitación de Palestina, Sir Arthur Balfour, por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la Gran Bretaña, escribió a Lord James Rothschild esta memorable declaración:
“El Gobierno de Su Majestad favorece el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y empleara’ sus más hábiles esfuerzos para facilitar la realización de dicho objeto, y queda claramente entendido que no se hará nada que pueda redundar en perjuicio de los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judaicas en Palestina, o los derechos y condiciones políticas de que disfrutan los judíos en cualquier otro país.”
Como los Estados Unidos habían tomado parte en la guerra, el gobierno declaró que tenía el derecho de ser consultado con relación a las condiciones de los mandatos respecto de Palestina y Siria. El gobierno británico concordó.
El plan del mandato internacional sobre Palestina se sometió al gobierno de los Estados Unidos, el que sugirió ligeras modificaciones. El día 30 de junio de 1922, el Congreso aprobó el siguiente acuerdo que favorecía el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío:
“Queda acordado… que el gobierno de los Estados Unidos de America favorece el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judio, y queda expresamente entendido y que no se hará nada que redunde en perjuicio de los derechos civiles y religiosos de los cristianos de todas las otras comunidades no judaicas en Palestina, y que los santos lugares y edificios religiosos en Palestina serán debidamente protegidos.”
La proclamación de Balfour, reiterada por el gobierno de los Estados Unidos trajo mucho gozo a millares de los agobiados y perseguidos judíos, y bajo la protección de la Gran Bretaña empezaron a recogerse a Palestina en grandes números, cumpliendo en parte las palabras de Isaías;
Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo alzaré mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi estandarte; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán llevadas en hombros. (Is. 49:22)
Los gentiles han de ayudar en la restauración
Antesde esta proclamación las condiciones en Palestina eran sumamente primitivas. Prevalecían los arados de madera, la rueda hidráulica para regar, el uno de agua infectada de los pozos y arroyos y la transportación de agua en cueros. La higiene es taba en malas condiciones. Hoy el mar sagrado de Galilea es un depósito de aguas al cual son desviados varios ríos.
Se han construido canales en todas partes del país, y el Jordán ha sido desviado de su cauce natural en canales artificiales de cemento que hay a ambos lados de la corriente original. Dichos canales se emplean para regar casi 2.8000.000 hectáreas de tierra que de otra manera no podrían cultivarse. Se han construido plantas hidráulicas en los ríos.
Una de estas se halla a unos 12 kilómetros del mar de Galilea, donde se ha construido un dique, semejante a muchos que se ven en los Estados Unidos. Este dique contiene cerca de 350 millones de metros cúbicos de agua para riego y fuerza motriz.
Después de pasar por las turbinas, casi toda el agua vuelve al Jordán. Las plantas eléctricas ampliamente surten fuerza para un estado del tamaño de Vermont. La Corporación Eléctrica de Palestina surte fuerza motriz y luz a toda Palestina, excepto a Jerusalén y sus alrededores.
El movimiento Sionista
El movimiento sionista desde el principio se ha relacionado con el renacimiento del lenguaje hebraico como lengua popular entre los hebreos que se han congregado allí. Antes de la guerra de 1914, la sociedad “Hilfsverein der Deutschen Juden” insistió en que se estableciera el alemán como el idioma de Palestina entre los judíos, pero los profesores se declararon en “huelga” y se negaron a enseñar el aleman y los niños se alejaron de las escuelas hasta que se restauró el lenguaje hebreo.
El Hogar Nacional Judaico se instituyó como lugar de refugio para los judíos que desean volver a Palestina bajo ciertas condiciones. Sin embargo, no están comprendidos en él todos los judíos que han ido y que ahora están yendo allá. Antiguamente los judíos eran labradores. Aun cuando parece extraño, la tierra que estaba en manos de los judíos para fines agrícolas llegaba en 1936 a 1.333.000 dunums. Un dunum es más o menos la cuarta parte de un acre. Hay actualmente 103 colonias agrícolas. La ciudad de Tel Aviv, totalmente judaica, tenía en 1936 una población de mas de 150,000 habitantes. (Hoy 1956 tiene mucho más)
Los judíos también han establecido otros pueblos. Tienen una bandera nacional y un himno nacional, un sistema cultural que comprende escuelas y una universidad, y otras organizaciones cívicas. Los asuntos interiores los manejan una Asamblea y Concilio Nacional y un Concilio Rabínico.
La guerra impide el progreso
Los conflictos mundiales, por supuesto, han impedido el progreso de estas empresas, pero cuando terminen las guerras recibirá mayor ímpetu el regreso de los judíos a Palestina, porque el Señor lo ha decretado. Estamos acercándonos al gran día de la aparición de nuestro Señor en las nubes de gloria para tomar su lugar como Rey de reyes.
Antes de que venga ese día ha de haber una restauración del resto de los judíos en Palestina, y un resto de Israel en Sión. Israel ha estado recogiéndose en Sión por más de cien años. Los judíos apenas comienzan a congregarse. Volverán a Jerusalén creyendo sólo parcialmente en Jesucristo, pero no aceptándolo como su Redentor. El profeta Zacarías nos ha pintado el gran evento. Nuestro Señor vendrá eldía enque Jerusalén esté sitiada. El Señor ha dicho por aquel profeta:
He aquí, el día de Jehová viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti. Porque yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y las casas serán saqueadas y las mujeres violadas; y la mitad de la ciudad irá al cautiverio, pero el resto del pueblo no será sacado de la ciudad. Después saldrá Jehová y peleará contra aquellas naciones como peleó en el día de la batalla.
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio hacia el oriente y hacia el occidente, formando un valle muy grande; y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.
Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; y huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. (Zac. 14:1- 5)
También nos aclara Zacarías que cuando los judíos perseguidos huyan a este gran valle, entonces el Señor aparecerá, y lo mirarán y al ver las marcas de los clavos en sus manos y pies, dirán, “¿Que heridas son estas en tus manos?” Entonces él dirá:”Con ellas fui herido en casa de mis amigos.” (Zac.13:6)
Entonces se arrodillarán para adorarle y habrá gran llanto en Jerusalém, como el llanto de Hadad-rimón en el valle de Megiddo. Y la tierra lamentará, cada linaje de por sí.” Será el triste lamento de un pueblo arrepentido que se negó a reconocer a su Redentor.
Entonces los perdonará y el gran día de su purificación vendrá, Jerusalén será restaurada y su templo edificado; entonces la palabra del Señor saldrá de Jerusaléncomo ha salido de Sión. “Y cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrente: porque la boca del Señor de los ejércitos lo ha dicho.”
























