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La Venida de Elías
Objeto: Entender lo que constituye un profeta y reconocer la autoridad, el poder y llamamiento de Elias el profeta en la restauracióna la tierra de las llaves necesarias para efectuar las ordenanzas salvadoras a favor de los muertos.
La profecía del profeta Malaquías
Enla restauración de todas las cosas, que según S.Pedro anunció Dios “por boca de sus santos profetas que han sido desde el siglo”, había de efectuarse el cumplimiento de la promesa de Malaquías, referente a que Elias el profeta volvería con las llaves del sacerdocio que él tenía, y convertiría el corazón de los padres a sus hijos y el corazón de los hijos a sus padres. Esta profecía, según la versión corriente, dice asi:
“He aquí, yo os envío a Elias el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible;
“El convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra. (Mal. 4:5-6)
El tiempo de su venida ha de preceder el día grande y terrible, que según declara Malaquías, será “ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, el cual no les dejara ni raíz ni rama.”
¡Ciertamente ha de ser un día terrible! Elías había de venir para restaurar la autoridad mediante la cual podrán escapar todos los que cumplen con la voluntad del Señor. También está escrito:
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salud; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.” (Mal. 4:1-2)
¿Qué es lo que constituye a un profeta?
Elias fue uno de los profetas mas grandes que jamas han vivido, mas no declaró ninguna profecía. Se había de él en las Escrituras y en la tradición como “Elias el profeta”, expresión que raramente se usa con referencia a otros profetas. La creencia popular concerniente a un profeta es que se trata de alguien que predice lo que va a suceder; pero esta no es la misión principal de un profeta.
En verdad, alguno de los profetas más grandes no han hablado ni una palabra que se refiera a sucesos futuros. La misión que se asignó a Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Malaquías, Juan el Revelador y muchos otros, era revelar lo que iba a venir, para el beneficio de generaciones futuras; pero no tenemos ninguna profecía de Melquisedec, Elias el profeta o Juan el Bautista, y sin embargo, el Señor dijo de Juan: “De cierto os digo, que no se levantó entre los que nacen de mujer es otro mayor que Juan el Bautista.” (Mt. 11:11)
¿Que, entonces, es la gran calificación que señala a un hombre como profeta? Es el poder de su sacerdocio; su fidelidad y su testimonio, por el poder del Espíritu Santo, de que Jesús es el Cristo.
La autoridad de Elias el profeta
Pocos, si acaso los ha habido, son los profetas que han sido investidos con una autoridad mayor que la que se dio a Elias el profeta.
El Señor le confirió poder para ligar y sellar en la tierra a fin de que no lloviese sino por mandato suyo; los elementos estaban sujetos a el; cuando lo éxigio la ocasión llamó fuego del cielo; tenía poder sobre la vida y muerte; por su mandato se dividieron las aguas; se levantaron los muertos, reyes y profetas fueron ungidos y los inicuos fueron reprendidos.
Por su bendición, la botija de aceite y la tinaja de harina de la viuda aumentaron milagrosamente, un milagro tan grande como cuando el Salvador dio de comer a la multitud con unos peces y panes. Su fe era perfecta; su confianza en el Todopoderoso era sublime; su humildad encomendable y su obediencia digna de ser emulada por todos nosotros.
Cuando vino el tiempo en que Elias había de partir, el Señor lo trasladó en una carroza tirada por caballos y en una nube de fuego; pero con su partida no terminó su misión, había aun otra obra que tendría que hacer en lo futuro. En el libro apócrifo de Eclesiástico se escribe lo siguiente acerca de él:
“Como un fuego se levantó Elias (el profeta), su palabra era ardiente como antorcha;
“Y trajo sobre ellos el hambre, y en su celo los redujo a pocos.”
“Con la palabra del Señor cerró les cielos, y por tres veces hizo bajar fuego.
“¡Cuán glorioso fuiste Elias, con tus prodigios! ¿Quién podrá gloriarse de parecerse a tí?
“Tú que levantaste un muerto del sepulcro, y del ades por la palabra del Altísimo.
“Que precipitaste a reyes en la ruina, y a ilustres de su estrado,’ ‘Que oíste en el Sinaí amenazas de Dios, y en el Horeb los juicios vengadores.
“Que ungiste a reyes ejecutores de los castigos, y a profetas que te sucedieron. “Que fuiste arrebatado en un torbellino de fuego, en un carro tirado por caballos ígneos.
“Adscrito y preparado para los tiempos venideros, para aplacar la cólera antes del día del Señor, para reducir los corazones de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob. “Dichosos los que mueran después de haberte visto, pero más feliz tú, que por siempre vivirás.” (Eclesiástico 48:1-11)
Las leyendas acerca de Elías el profeta
Por medio de algunas leyendas la fama de Elías el profeta se ha extendido mucho. Los griegos lo llaman el santo patrón de las montañas. En la iglesia Católica se le considera como el fundador del orden de Carmelitas descalzos. Los Mahometanos también lo honran en sus tradiciones y le han confundido con un misterioso El Khudr, el eterno errante, el cual habiendo tomado de las aguas de la vida, ha permanecido en sempiterna juventud ya parece de tiempo en tiempo para corregir los errores de los hombres.
Para los judíos es el profeta de más alto honor. Se hace mención de él con frecuencia en el Nuevo Testamento y parece que los judíos entendían algo de la naturaleza de su futura misión.
Elías el profeta aparece en la historia de repente y sale de ella de la misma manera. Aparentemente solo andaba entre el pueblo de vez en cuando, cuando el Señor lo mandaba con algún mensaje o mandato. Por esto algunos tienen la creencia de que era de origen sobrenatural; diferente a otros hombres; pero Elías el profeta era mortal; su aparente exclusivismo le fue impuesto por lo que repetidas veces intentaron quitarle la vida sin lograrlo como el rey Acab y su malvada esposa, la hija del rey Et-baal de Sidón, quienes lo odiaban a causa de la dura reprensión que les hizo por su idolatría y maldad.
Se cumple la profecía de Malaquías
La notable profecía de Malaquías de que Elías el profeta sería enviado de nuevo, ha sido cumplida. Vino y entregó las llaves de su sacerdocio, que le fue conferido y por el cual era tan potente en poder y terrible para con los malvados.
El cumplimiento se verificó el tercer día de abril de 1836, en el templo de Kirtland, estado de Ohio, en la misma ocasión cuando Moisés, y Elias los cuales vivieron en los días de Abrahán, aparecieron y entregaron las llaves de sus dispensaciones.
Estas visitas las recibieron José Smith y Oliverio Cowdery, quienes testificaron que después que Moisés apareció, otra grande y gloriosa visión se les presentó, porque Elias el profeta, el que fue llevado al cielo sin gustar de la muerte, se paró delante de ellos y dijo:
“He aquí, ha llegado el tiempo preciso anunciado por boca de Malaquías– quien testificó que él (Elias) sería enviado antes que viniera el día gran de y terrible del Señor.
“Para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres, para que no fuera herido el mundo entero con una maldición.
“Por tanto, se entregan en vuestras manos las llaves de esta dispensación; y por esto sabréis que el día grande y terrible del Señor está cerca, aun a las puertas.” (DyC 110:14-16)
Es interesante saber que en relación con esta vi sita y la entrega de esta autoridad en las manos de José Smith y Oliverio Cówdery, hay una creencia entre los judíos, descrita por Alfredo Edersheim, en su libro “El Templo”, en la cual se dice que en la fiesta de la pascua los judíos esperan el retorno de Elias el profeta. El Sr. Edersheim lo relata de esta manera:
“La tradición judaica tiene esta curiosa pretensión: Que los más importantes eventos en la historia israelita se relacionan con la estación de la pascua. Se dice que en la misma noche de la pascua, después de su sacrificio, el “horror de grande obscuridad” cayó sobre Abrahán cuando Dios le reveló el futuro de su linaje.
De la misma manera se supone que fue al tiempo de la pascua cuando el patriarca atendió a los huéspedes celestiales, cuando fue destruido Sodoma y que Lot se escapó, y que cuando las murallas del Jericó cayeron ante el Señor.
Además de esto “el pan de cebada” que se vio en el sueño, que causó la destrucción de las huestes de Mídiam, se había preparado el homer, que se presentó en el segundo día de la fiesta del pan sin levadura Senaquerib rey de Asirla, y que se detuvieron en lob, fueron destruidos por la mano de Dios al tiempo de la pascua.
Fue en el tiempo de la pascua también cuando la escritura misteriosa apareció en la muralla anunciando el fin de Babilonia, y oraron, y que el malvado Aman pereció. Y así también en los últimos días será en la noche de la pascua cuando el juicio final ha de venir sobre “Edom” y el glorioso rescate de Israel se verificará.
Por eso hasta el día de hoy, en cada hogar judaico, en cierta parte del servicio de la pascua, se abre la puerta para que entre Elias el profeta como precursor del Mesías, mientras se leen pasajes apropiados que predicen la destrucción de todas las naciones paganas.- (Páginas 136-137)
Al mismo tiempo, en el tercer día de abril de 1836 cuando Elias el profeta apareció y entregó su dispensación a José Smith y Oliverio Cówdery, los judíos estaban celebrando la fiesta de la pascua y abriendo sus puertas para recibir a Elias el profeta, vino, pero no a los hogares judaicos, sino a dos jóvenes humildes en el Templo del Señor en Kirtland.
Nuestro Señor y sus discípulos declararon que Elias el profeta vendría para restaurar todas las cosas y que esto se verificaría en los últimos días. A menudo se pregunta, “¿Por qué se comisiono a Elias el profeta para hacer esta grande obra y por qué sería herida la tierra con una maldición si no venía él?” José Smith nos ha dado la respuesta:
“Elias fue el ultimo profeta que tuvo las llaves del sacerdocio, y antes de la última dispensación será él quien restituirá la autoridad y entregará las llaves del sacerdocio, a fin de que se hagan todas las ordenanzas en justicia. Es verdad que el Salvador tuvo la autoridad y el poder para conferir esta bendición pero había en los hijos de Leví mucho prejuicio
“Yo os envío a Elias el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.” etc. ¿Por qué enviar a Elias? Porque él tiene las llaves de la autoridad para administrar todas las ordenanzas del sacerdocio y si no fuese dada la autoridad, no se podrían administrar las ordenanzas en justicia.”(Enseñanzas de José Smith, pág. 205)
“El espíritu, poder y vocación de Elias el Profeta consiste en estar uno facultad o para poseer las llaves de las revelaciones, ordenanzas, oráculos, poderes e investiduras de la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec y del reino de Dios sobre la tierra…” (idem. pág. 206)
“La Biblia dice: “Yo os envío a Elias el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible. El convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra.”
“La palabra convertir que se lee aquí debería ser traducida por ligaro sellar. Pero ¿cuál es el objeto de esta importante misión? ¿O cómo se va a cumplir? Las llaves se entregarán, el espíritu de Elias ha de venir, se tendrá que establecer el evangelio, los santos de Dios han de ser reunidos, Sión edificada y los santos deben venir como salvadores sobre el monte de Sión.
“Pero ¿cómo van a ser salvadores sobre el monte de Sión? Edificando sus templos, erigiendo sus pilas bautismales y yendo a recibir todas las ordenanzas, bautismos, confirmaciones, lavamientos, unciones, ordenaciones y poder de ligar en bien de todos sus progenitores que han muerto, a fin de redimirlos para que puedan salir en la primera resurrección y ser elevados con ellos a tronos de gloria; y en esto consiste la cadena que unirá el corazón de los padres a los hijos, y los hijos a los padres, y esto cumple la misión de Elias.” (idem. pág. 407)
El Sacerdocio de Melquisedec es restaurado
Los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, restauraron el Sacerdocio de Melquisedec a José Smith y Oliverio Cówdery. Esta autoridad les fue conferida para oficiar en las ordenanzas del bautismo y confirmación; la ordenación al sacerdocio y la predicación del evangelio en todo el mundo. El poder que Elias el profeta restauró es el poder de sellar y ligar para la eternidad.
Tiene que ver más particularmente con las ordenanzas del templo y se efectúan para los vivos tanto como para los muertos” Y este es el verdadero significado de convertir el corazón de los padres a los hijos y el de los hijos a los padres.
Esta autoridad provee los medios por los cuales los padres que están muertos, y los que murieron sin el privilegio de escuchar el evangelio, puedan recibir las ordenanzas del evangelio vicariamente por sus hijos quienes efectúan esta obra en los templos.
El corazón de los hijos se ha convertido a sus padres muertos, y creemos que el corazón de los padres que han muerto, han convertido a sus hijos por la predicación del evangelio a los muertos (en el mundo de los espíritus)
Cristo abrió la puerta
Nuestro Señor Jesucristo, abrió la puerta para la predicación del evangelio a los muertos; antes de su visita al mundo de los espíritus no había oportunidad de salvación para los muertos. Jesús declaró en las siguientes palabras, que El llevaría tal mensaje a ellos:
“De cierto, de cierto os digo; Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo;” Y también le dió poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del Hombre.
“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;” Y los que hicieren bien, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieren mal, a resurrección de condenación.” (Jn. 5:25-29)
Este testimonio de nuestro Señor loconfirmó S. Pedro cuando dijo;
Porque también Cristo apadeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,
los que en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, a saber, ocho, fueron salvadas por agua. (1P. 3:18-20)
Otra vez S. Pedro dijo:
“Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos; para que sean juzgados en carne según los hombres, y vivan en espíritu según Dios.” (1P. 4:6)
La obra vicaria para los muertos
El convertir el corazón de los padres a los hijos y el de los hijos a los padres, es el poder de salvación para los muertos, por medio de la obra vicaria que los hijos pueden hacer por sus padres, y es en todo sentido razonable y consistente.
He oído decir muchas veces a los que se oponen a esta obra que es imposible que una persona represente a otra vicariamente o los que se expresan de esta manera pasan por alto el hecho que la obra completa de la salvación es una vicaria, Jesucristo como propiciador, redimiéndonos de nuestros propios pecados, bajo la condición de nuestro arrepentimiento y aceptación del evangelio.
El lo ha hecho en una grandiosa e infinita escala y por el mismo principio ha delegado la autoridad a los miembros de su Iglesia para actuar a favor de los muertos los cuales están incapacitados para efectuar por sí mismos las ordenanzas salvadoras.
Las palabras de nuestro Redentor son definidas, y ¡no podemos cambiarlas! El ha dicho:
“De cierto, de cierto te digo que el que no naciere del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Jn.3:5)
Se nos enseña también que El es justo y misericordioso, por tanto, seguramente proveería el medio de salvación para los que han muerto sin la oportunidad de oír el y aceptar el evangelio.
La restauración de las llaves del profeta Elias para el poder de sellar o ligar se dio a la Iglesia este mismo medio y el Señor nos ha mandado obrar a favor de nuestros antepasados como salvadores en el monte de Sión.
























