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Capítulo XI
La exaltación
La Exaltación es Perfección y Divinidad
Un principio fundamenta l del evangelio de Jesucristo es que el hombre puede ser exaltado y obtener el más alto de todos los galardones: divinidad. Sin la idea de que es posible llegar a ser un Dios, el hombre no puede comprender el alcance y propósito del gran plan del evangelio, y el divino plan de salvación no puede llevarse a cabo. La verdadera meta del hombre no solamente consiste en “ir al cielo,” “entrar al reino celestial” y “obtener una vez más la presencia de Dios.” El hombre ha de enfrentarse a un desafío más grande, el lograr la perfección personal y el de llegar a ser un Dios.
La admonición de buscar la perfección no es un desafío vano. La meta no es un sueño imposible. Mas bien, es un principio que debe guiar la vida de todo aquel que verdaderamente ha aceptado a Cristo y Su evangelio. ”Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto,”1 fue la meta que Jesús estableció para la humanidad. Las escrituras a menudo repiten Su mandamiento. Por ejemplo, Pablo enseñó que la Iglesia fue establecida,
Para perfección de los santos. . . .
Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo.2
Pablo escribió a los Colosenses que la meta de sus obras era ”que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús.”3 A Timoteo le dijo que el propósito de las escrituras era ”para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.”4 A los Hebreos les dio la admonición de progresar más allá de los principios fundamentales, hacia un nivel más alto de vida, y se unió a ellos en el desafío, diciendo: ”Vamos adelante a la perfección.”5 El sabía bien la necesidad de establecer la exaltación como la verdadera meta del hombre, y también sabía que ninguna otra meta guiaría al hombre a la perfección. El vio que “nada perfeccionó la ley, más hízolo la introducción de mejor esperanza.”6 Y a los Hebreos les deseó que Dios, “os haga aptos en toda obra buena.”7
Este mandamiento de buscar y alcanzar la perfección es la más difícil de todas las responsabilidades del hombre, y sólo algunos hombres y mujeres tendrán la determinación de perseverar hasta el fin en su afán por cumplirlo. Según lo explicó el apóstol Melvin J. Ballard, “Quiero decir que pocos hombres llegarán a ser como Dios es. Y sin embargo, todos los hombres pueden llegar a ser como El es, si pagan el precio.”8 Aquellos que prematuramente se dan por vencidos y abandonan su esperanza de lograr la exaltación, harían muy bien en memorizar y aceptar totalmente la resolución de Nefi:
Y sucedió que yo, Nefi, dije a mi padre: Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles la vía para que puedan cumplir lo que les ha mandado.9
Las Ricas Bendiciones de la Exaltación
Seguramente el alcanzar la perfección, y por lo tanto, la exaltación y la divinidad, es la meta mas significativa a la cual el hombre puede aspirar. La exaltación, o vida eterna como a menudo se le llama en las escrituras, es la meta que Dios desea que toda la humanidad alcance. Así como todo padre desea lo mejor para sus hijos, el Padre Eterno en los cielos desea que todo individuo comparta Su gozo eterno. Su plan de salvación está enteramente dirigido hacia ese fin, y El ha revelado, ”Porque he aquí, ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.”10 Seguramente El que da las buenas dádivas11 sabe lo que es de mayor valor para Sus hijos, y El ha reservado este galardón como el mayor de Sus dones12 para los que sean más justos de entre Sus hijos.
Aquellos que no están familiarizados con esta idea se burlarán y pensarán que el Padre nunca compartirá Sus dominios con Sus hijos. Sin embargo, las escrituras testifican que Dios, el Padre de los espíritus de toda la humanidad,13 ha planeado exaltar al hombre y darle tal dominio. El salmista reconoció este hecho cuando preguntó:
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, que lo visites?
Pues le has hecho poco menor que los ángeles, y cororihstelo de gloria y de lustre.
Hiciste lo enseñarear de las obras de tus manos: todo lo pusiste debajo de sus pies.14
Y Dios ha revelado Su palabra: “Yo dije: Vosotros sois dioses, e hijos todos vosotros del Altísimo.”15 El Padre desea que Sus hijos progresen al grado de que puedan compartir Su asociación, Sus poderes, y dominio a través de toda la eternidad.
Las escrituras revelan una explicación detallada de la naturaleza de la exaltación. Aquellos que obtengan éste, el más grande de todos los galardones, recibirán:
La Divinidad
Los que reciben este galardón habrán “entrado en su exaltación, de acuerdo con las promesas, y se sientan sobre tronos, y no son ángeles sino dioses.”16
De acuerdo con el presidente Brigham Young, la divinidad se logra a través del proceso de ordenación:
Mientras estemos en la carne, no podremos recibir las llaves para formar y diseñar reinos, y para organizar materia, porque están más allá de nuestra capacidad y llamamiento, más allá de este mundo . En la resurrección, aquellos que han sido fieles y diligentes en todas las cosas, mientras estuvieron en la carne, que ha n guardad o su primer y segundo estados, y que son dignos de ser coronados Dioses, aun los hijos de Dios, serán ordenados para organizar materia.17
Una Asociación Eterna con El Padre y El Hijo
“Estos morarán en la presencia de Dios y su Cristo para siempre jamás.”18 Esto no se entiende como una indicación de que los seres exaltados estarán siempre en proximidad física con el Padre y el Hijo, sino que tendrán el privilegio de conversar con ellos aun a través de las inmensidades del espacio según sea necesario. Orson Pratt explicó:
¿Qué hemos de entender por estar en la presencia de Dios? Para estar en Su presencia, ¿será necesario que estemos en la vecindad cercana a El, a unos cuantos metros de El? Yo creo que no. Ahora obramos bajo las imperfecciones de la caída, y debido a ello un velo nos separa de Su presencia. Pero cuando sean removidos los efectos de la caída y podamos una vez más mirar hacia la cara de nuestro Padre y Creador, estaremos en Su presencia. .. . La construcción de las obras del Omnipotente son de tal perfección que le permiten al hombre entrar en Su presencia en cualquier parte del universo donde se encuentre. El velo puede ser quitado y Su presencia se hace visible para nosotros.
¿Se puede conversar con El aun cuando esté a esas inmensas distancias? Sí.
¿Cómo? A través de esas perfectas facultades que Dios le dará al hombre inmortal. Es tan fácil para los hijos, cuando son perfeccionados y hechos como El, conversar con El a través de estas inmensas distancias y penetrar con los ojos todas esas creaciones como lo es par a Su Dios y Padre.19
Ser Miembro en la Iglesia del Primogénito
Una organización especial existe en la gloria celestial, y el ser miembro de ella es permitido solamente a aquellos que ganan su exaltación ahí.20 Mientras revelaba el galardón de aquellos que heredarán la exaltación en la gloria celestial, el Señor dijo que “estos son los que constituyen la iglesia del Primogénito.”21 No hay evidencia en las escrituras que otros, aparte de los seres exaltados, participarán en esta sagrada asociación. Por el contrario, el Señor ha revelado que los que participan en esa Iglesia, han ganado la plenitud de la divinidad:
Os digo estas palabras para que podáis comprender y saber cómo adorar, y sepáis lo que adoráis, par a que podáis venir al Padre en mi nombre, y en el debido tiempo recibir de su plenitud.
Porque si guardáis mis mandamientos, recibiréis de su plenitud, y seréis glorificados en mí como yo lo soy en el Padre; por lo tanto, os digo, recibiréis gracia por gracia.
Y ahora, de cierto os digo, yo estuve en el principio con el Padre, y soy el Primogénito; y todos los que por medio de mí son engendrados, son participantes de la gloria del mismo, y son la iglesia del Primogénito.22
Coherederos con Cristo
Aquellos que logran la exaltación llegarán a ser coherederos con Jesucristo al heredar los poderes y la gloria que pertenecen a la deidad. Pablo enseñó:
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre par a estar otra vez en temor; mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre.
Porque el mismo Espíritu da testimonio de nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.23
En los reinos eternos, la humanidad seguirá uno de dos senderos: serán siervos, o serán coherederos con Cristo. Sólo los coherederos podrán gobernar y reinar en los cielos. Aunque sean coherederos con el Salvador, teniendo igual poder y dominio, la organización eterna todavía situará al hombre bajo la jurisdicción de Jesús, porque “ellos son de Cristo, y Cristo es de Dios.”24
La Plenitud de Gloria de un Cuerpo Celestial
Mientras hablaba de las bendiciones de los seres exaltados, el Señor reveló que “Son aquellos en cuyas manos el Padre ha entregado todas las cosas . . . que han recibido de su plenitud y de su gloria.”25 El Señor reveló la naturaleza de la maravillosa gloria que los seres exaltados recibirán, cuando dijo que ”la gloria de Dios es la inteligencia, o en otras palabras luz y verdad. “26 En “La Visión” se revela que, “estos son aquellos cuyos cuerpos son celestiales, cuya gloria es la del sol, sí, la gloria de Dios, el más alto de todos, de cuya gloria está escrito que tiene como tipo el sol del firmamento.”27
La Autoridad del Sacerdocio
Aquellos que obtienen la exaltación serán “sacerdotes del Altísimo, según el orden de Melquisedec, que fue según el orden de Enoc, que fue según el orden del Hijo Unigénito.”28 ”Los derechos del sacerdocio están inseparablemente unidos a los poderes del cielo,”29 y el poder del sacerdocio es la base para que un hombre exaltado pueda funcionar como un dios, porque “este sacerdocio mayor administra el evangelio, y posee la llave de los misterios del reino, sí, la llave del conocimiento de Dios.” 3 0
El Compañerismo Eterno de un Cónyugue
E l Señor ha revelado:
Si un hombre se casa con una mujer por mi palabra, la cual es mi ley, y por el nuevo y sempiterno convenio, y les es sellado por el Santo Espíritu de la promesa, por conducto del que es ungido, a quien he otorgado este poder y las llaves de este sacerdocio,.. . les será cumplido en todo cuanto mi siervo haya declarado sobre ellos, por tiempo y por toda la eternidad; y estará en pleno vigor cuando ya no estén en el mundo; y pasarán por los ángeles y los dioses que están allí, a su exaltación y gloria en todas las cosas, según lo que ha sido sellado sobre su cabeza.31
La unión del matrimonio, cuando es consumada en el santo templo de Dios por Sus siervos autorizados, permanece válida en la resurrección celestial. Esto es algo básico para el programa eterno de Dios. Según el principio que declaró Pablo: ”Mas ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.”32
Es un principio glorioso ya que provee la base del entendimiento de los Santos de los Últimos Días concerniente al exaltado estado de la mujer. Sin el principio del matrimonio eterno, la mujer estaría excluida del privilegio de la exaltación, pero como compañera de un hombre exaltado ella puede compartir todos los privilegios y bendiciones de la divinidad. Según lo expresó el Presidente John Taylor,
Ser reina y sacerdotisa en el trono de tu Padre Celestial y una gloria para tu esposo y progenie, engendrar las almas de hombres, poblar otros mundos (como engendraste cuerpos en la vida mortal) mientras la eternidad continúa, y si lo aceptas, mujer, ésta es la vida eterna.33
Parley P. Pratt escribió: “He aprendido que la dignidad más grande de la mujer es el levantarse como reina y sacerdotisa para su marido y reinar por siempre jamás como reina y madre de su numerosa progenie.”34
Poderes Eternos de Procreación
Los seres exaltados gozarán del poder de procreación y continuarán el proceso de engendrar hijos, el cual comenzó durante el estado mortal. El Señor ha revelado que los seres exaltados pasarán por los ángeles y los dioses que están allí, a su exaltación y gloria en todas las cosas, según lo que ha sido sellado sobre su cabeza, y esta gloria será una plenitud y continuación de las simientes por siempre jamás.
Entonces serán dioses, porque no tienen fin; por consiguiente, existirán de eternidad en eternidad, porque continúan.35
El poder de engendrar hijos en el estado resucitado es fundamental al plan eterno de salvación, porque es por medio de esos hijos que los seres exaltados progresarán y serán exaltados. Dios ha revelado que la esposa o esposas de un hombre son dadas a él para multiplicarse y henchir la tierra, de acuerdo con mi mandamiento, y para cumplir la promesa dada por mi Padre antes de la fundación del mundo , y para su exaltación en los mundos eternos, a fin de que puedan engendrar las almas de los hombres; pues en esto se perpetúa la obra de mi Padre, a fín de que él sea glorificado.36
En realidad, el ser Dios significa gozar de paternidad eterna, porque la relación de Dios a hombre es realmente una relación de padre a hijo. Un dios gobierna a sus propios hijos, y su reino aumenta según crece su familia eterna. Como Orson Pratt lo expresó,
¿Quiénes serán los subditos en el reino que será gobernado por los que son exaltados en el reino celestial de nuestro Dios? ¿Reinarán ellos sobre los hijos de su vecino? ¡No! ¿Sobre quién gobernarán? Sobre sus propios hijos. Su propia posteridad serán los ciudadanos de sus reinos. En otras palabras, el orden patriarcal prevalecerá ahí hasta la eternidad sin fin, y los hijos de cada patriarca de familia serán suyos durante todas las eternidades.37
Así como el hombre nació primero como hijo espiritual del Padre Eterno y Su compañera,38 los hijos que les nacen a los seres resucitados son seres espirituales39 y deben ser enviados, cuando les toque su turno, a otro mundo para que pasen por las pruebas de la vida mortal y obtengan un cuerpo físico. Una declaración doctrinal publicada por la Primera Presidencia de la Iglesia, el 30 de junio de 1916, afirmó en parte:
De lo que se ha dado a conocer por revelación divina sobre los pasos del eterno progreso y desarrollo, debemos entender que solamente los seres resucitados y glorificados pueden ser padres de progenie espiritual. Solamente estas almas exaltadas ha n alcanzado la edad madura en el curso señalado de la vida eterna; y los espíritus que de ellos nazcan en los mundos eternos pasarán, en el orden debido, por los varios pasos o estados a través de los cuales sus padres glorificados han alcanzado la exaltación.40
Según algunos líderes de la Iglesia, el proceso de procrear seres espirituales es idéntico al proceso de concebir y crear hijos en la tierra. Una declaración de la Primera Presidencia enseña que ”el hombre como espíritu, fue engendrado y nació de padres celestiales, y fue criado hasta su madurez en las mansiones eternas del Padre antes de venir a esta tierra para ser probado y pasar por la experiencia de la vida mortal.”41 El apóstol Orson Pratt describió este proceso:
Si nacimos en los cielos antes de que existiera este mundo, nos podríamos preguntar acerca de la naturaleza de ese nacimiento. ¿Acaso fue por un mandato que substancia espiritual, la cual se hallaba esparcida en el espacio, fue juntad a milagrosamente y organizada en forma espiritual y llamad a espíritu? ¿Es así como nacimos? ¿Es así como Jesús, el primogénito, llegó a existir? ¡No! Todos nacimos allá en la misma forma en que nacemos aquí. Es decir, toda persona que ha existido antes de venir aquí, tuvo padres literales: una madre personal y un padre personal. Por eso el apóstol Pablo, al hablar a los Efesios, dijo: ‘Nosotros somos su progenie.’42
Así que el contrato de matrimonio eterno y la bendición del crecimiento eterno son las llaves para la exaltación. Aquellos que obtienen el reino celestial pero que no cumplen con estas obligaciones estarán limitados a ser siervos de sus hermanos exaltados. Como los dioses reinan sobre su propia progenie, no hay exaltación sin la habilidad de tener hijos espirituales. Esta ley es inmutable. Solamente unos pocos podrán recibir las bendiciones de esa ley puesto que el Señor ha revelado:
Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la exaltación y continuación de las vidas, y pocos son los que la hallan, porque no me recibís en el mundo ni tampoco me conocéis.43
Relaciones Familiares con Progenitores y Descendientes
Se preparará una gran reunión de familiares para aquellos que entren en la exaltación.44 Todos los que moran entre los dioses participarán de este gran orden patriarcal, pero los que no merecen la exaltación serán excluidos del orden familiar y existirán en un estado soltero.45 Esta última dispensación, la dispensación del cumplimiento de los tiempos, es el tiempo para unir esta línea patriarcal:
Pues sin ellos nosotros no podemos perfeccionarnos, ni ellos pueden perfeccionarse sin nosotros. Ni tampoco podemos nosotros ni ellos perfeccionarnos sin los que han fallecido en el evangelio también; porque al iniciarse la dispensación del cumplimiento de los tiempos, dispensación que ya está comenzando, es menester que una unión entera, completa y perfecta, así como un encadenamiento de dispensaciones, llaves, poderes y glorias, se realicen y sean revelados desde los días de Adá n hasta el tiempo presente.46
Todo hombre tomará su lugar en el orden patriarcal y mostrará respeto y reverencia a aquellos que lo preceden en ese orden. Como lo explicó Orson Pratt:
Que uno tenga veintiún años o veinte y un mil años, ahí nunca habrá tal cosa como estar libre del gobierno del padre. La edad no hará ninguna diferencia. Todos estarán sujetos a las leyes de su Patriarca o Padre y tendrán que observar esas leyes y obedecerlas a través de toda la eternidad.47
Cuando cada ser exaltado desarrolle sus propios reinos y su exaltación, estas glorias se añadirán al honor, gloria y gozo de sus progenitores que están antes de él en el orden patriarcal. José Smith explicó el principio de esta manera:
¿Qué hizo Jesús? Pues, hago las cosas que vi a mi Padre hacer cuando los mundos se crearon. Mi Padre logró su reino con temor y temblor, y yo debo hacer lo mismo. Y cuando obtenga yo mi reino, se lo presentaré a mi Padre, para que El pueda obtener reino sobre reino, para Su exaltación y gloria. El entonces recibirá una exaltación más alta, y yo tomaré Su lugar, de esa manera ganando exaltación yo mismo. Así que Jesús sigue las huellas de Su Padre, y hereda lo que Dios mismo hizo antes. Y de ese modo Dios se glorifica y se exalta por medio de la salvación y exaltación de todos Sus hijos. Es simple y sin necesidad de argumento, y así aprendemos algunos de los primeros principios del evangelio, sobre los cuales tanto se ha dicho.48
Una parte de la línea de autoridad como existirá en la gloria celestial ha sido revelada. Dios el Padre estará a la cabeza y enseguida de El, próximo en autoridad, estará Su Unigénito, Jesucristo, el cual dijo, “Voy al Padre, porque el Padre mayor es que yo.”49 Cristo va a perfeccionar Su obra sobre la tierra para cuando “entregue al reino y lo presente sin mancha al Padre,”50 entonces será “coronado con la corona de su gloria, para sentarse sobre el trono de su poder y reinar para siempre jamás”51 sobre otros seres exaltados como “Rey de Reyes Y Señor de Señores.”52
El siguiente en la línea de autoridad será Adán , a quien el Señor prometió: “T e he puesto para estar a la cabeza; multitud de naciones saldrán de ti, y tú les serás por príncipe para siempre.”53 Al habla r sobre el papel de Adán en el grandioso concilio en Adán-ondi-Ahman, en los últimos días, el profeta José dijo: Adán entregará su mayordomía a Cristo: aquello que le fue entregado en cuanto a las llaves del universo, pero retendrá su posición a la cabeza de la familia humana.”54 En el mismo discurso, el profeta extendió la línea de autoridad hasta Noé:
El sacerdocio fue dado primeramente a Adán; a él se dio la Primera Presidencia, y tuvo las llaves de generación en generación. Lo recibió en la creación, antes de ser formado el mundo , como se ve en Génesis 1:26, 27,28 Le fue dad o el dominio sobre toda cosa viviente. Adá n es Miguel, el Arcángel, de quien se habla en las Escrituras. En seguida viene Noé, que es Gabriel; éste sigue a Adán en la autoridad del sacerdocio. Dios confirió este oficio sobre Noé que fue el padre de todo ser viviente en sus días, y a él le fue dado el dominio. Estos hombres tuvieron las llaves, primero en la tierra y luego en los cielos.55
Entonces, como Parley P. Pratt lo explicó, la línea de autoridad del sacerdocio pasa al representante de cada dispensación en su debido tiempo. Cada uno de esos representantes gobernará a la gente que viva en su dispensación o época en la vida mortal. Y bajo su dirección los padres que hayan vivido durante ese período presidirán sobre sus familias en el orden patriarcal:
Hemos establecido el hecho de que el orden celestial se ha designado no sólo par a proveer vida eterna sino también par a establecer un orden eterno de gobierno familiar fundamentado sobre los principios más puros y santos de unión y afecto. Ahora haremos un repaso de la familia celestial del hombre, según ésta existirá en la restauración de todas las cosas habladas por los santos profetas. Primero, su más venerada majestad, el Rey Adán, con su cónyugue real, la Reina Eva, aparecerá a la cabeza de la gran familia de los redimidos, y será coronado en medio de ellos, como un rey y sacerdote, según el Orden del Hijo de Dios. Entonces serán vestidos con vestiduras tan blancas como la nieve y tomará n sus asientos en el trono en medio del paraíso de Dios sobre la tierra, par a reinar par a siempre jamás, mientras miles y miles se presentarán delante de él, y diez mil veces diez mil le servirán. Y si lo aceptáis, éste es el orden del Anciano de Días.
El reino estará preparado y organizado par a recibir a Jesús cuando El venga. Adán, el venerable patriarca y soberano, poseerá jurisdicción legal sobre Abel, Noé, Enoc, Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, los profetas, apóstoles y santos de todas las épocas y dispensaciones. Y todos le rendirán reverencia y le obedecerán como su venerable padre y soberano legal. . . . Entonces serán organizados cada uno sobre su propio departamento de gobierno, de acuerdo a su primogenitura y oficio, en sus familias, generaciones y naciones. . . . Cada uno obedecerá y será obedecido de acuerdo a la relación que tenga como miembro de la gran familia celestial.56
Todo hombre que gana exaltación tomará su lugar en la línea patriarcal y gobernará y reinará en la eternidad como parte del orden patriarcal.
La participación de los padres en el convenio eterno del matrimonio en la vida mortal, sella a los hijos dentro de la unida d familiar por la eternidad. De este modo se le permite a la familia conservar la misma relación familiar en el reino celestial si todos ha n llenado los requisitos de mérito personal. Este parece ser el mensaje que se encuentra en la declaración hecha por José Smith en el funeral del hermano Higbee:
Cuatro ángeles destructores (están) reteniendo su poder sobre los cuatro cabos de la tierra hasta que los siervos de Dios sean sellados en la frente, que significa sellar las bendiciones sobre sus cabezas, el convenio sempiterno y hacer su llamamiento y elección seguros. Cuando se pone este sello sobre el padre y la madre, se asegura que su posteridad no se perderá sino que será salvada en virtud del convenio de sus padres.57
En contraste con lo anterior, aquellos que no participen del convenio del matrimonio eterno perderán la familia con la cual vivieron en la vida mortal, y se verán obligados a vivir solteros. Según lo explicó Orson Pratt a las mujeres que se casan fuera de la Iglesia:
Si os casáis con un hombre que no recibe el Evangelio, estáis estableciendo cimiento de dolor en este mundo, además de perder la sociedad de un esposo en la eternidad. Abandonáis vuestro derecho a un aumento sin fin de vidas inmortales. Y aun los hijos con los cuales fuerais favorecidas en esta vida, no se os encomendarán en la eternidad, sino que seréis dejadas en ese mundo, sin un esposo, sin familia, sin un reino—sin ningún medio par a aumentar, quedando sujetas a los principados y poderes que sean contados dignos de familias, reinos, tronos y de aumento de dominio para siempre. Seréis siervas y ángeles de ellos—esto es, bajo la condición que vuestra conducta sea tal que asegure tal grado de gloria.58
Tronos, Reinos, Principalidades, Poderes y Dominios
El plan de Dios, desde el principio, ha sido que sus hijos reinarán con El. Este principio le fue enseñado a Abraham cuando vio que Dios estaba en medio de los espíritus pre-mortales y dijo de “los nobles y grandes,” “A éstos haré mis gobernantes.”59 Aquellos que ya han ganado la exaltación han sido recompensados con sus dominios y ahora se sientan sobre tronos exaltados. Por ejemplo, hablando de Abraham, Isaac y Jacob, el Señor reveló que “han entrado en su exaltación, de acuerdo con las promesas, y se sientan sobre tronos, y no son ángeles sino dioses.”60 El Salvador les ha prometido a los fieles que “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”61 Una revelación moderna promete que ”todos los tronos y dominios, principados y potestades, serán revelados y manifestados a todos los que valientemente hayan padecido por el evangelio de Jesucristo. . . cuando todo hombre ha de entrar en su eterna presencia y en su reposo inmortal.”62 Parecería que los seres exaltados tendrán jurisdicción sobre reinos menores de gloria,63 sin embargo, su responsabilidad mayor ultimadamente será gobernar los mundos que hayan creado y sobre los cuales habrán colocado a su progenie.
Admisión a la Ciudad del Dios Viviente
Dios mora en una ciudad gloriosa, fuera de esta tierra, la cual los herederos de la gloria celestial podrán visitar. El Señor ha revelado que la admisión a esta ciudad celestial estará limitada a los seres celestiales y a los ángeles que les sirvan. Otros descubrirán que “los ángeles y los dioses son nombrados para estar allí, y no podrán pasar; de modo que, no pueden heredar mi gloria, porque mi casa es una casa de orden, dice Dios el Señor.”64 Parece que habrá una selección minuciosa de aquellos a quienes se les permita entrar, porque el profeta Jacob advirtió:
Allegaos al Señor, el Santo. Recordad que sus sendas son justas. He aquí, la vía para el hombre es angosta, mas se halla en línea recta ante él; y el guardián de la puerta es el Santo de Israel; y allí él no emplea ningún sirviente, y no hay otra entrada sino por la puerta; porque él no puede ser engañado, pues su nombre es el Señor Dios.
Y al que llamare, él abrirá; y los sabios, y los instruidos, y los que son ricos, que se inflan a causa de su conocimiento y su sabiduría y sus riquezas, sí, éstos son los que él desprecia; y a menos que renuncien a estas cosas, y se consideren insensatos ante Dios y desciendan a las profundidades de la humildad, él no les abrirá.65
Aunque el Maestro no emplea a ninguno de Sus siervos ahí, parece ser que los encargados de las dispensaciones serán llamados para verificar el grado de mérito de aquellos que hayan estado bajo su jurisdicción. Heber C. Kimball habló de una visión dada a José Smith en la cual se le mostró a Adán admitiendo a gente una por una a la ciudad:
El vio a los Doce predicando y parecía qu e estaban en un a tierra lejana. . . . Vio como, después de haber terminado su obra, llegaban a la entrada de la ciudad celestial. Ahí el Padre Adán les abrió la puerta, y al entrar los abrazó y los besó, uno por uno. Entonces Adán los guió al trono de Dios, y ahí el Salvador los abrazó, los besó, y los coronó a cada uno en la presencia de Dios. El profeta vio que todos tenían hermosas cabelleras y que se parecían mucho. La impresión que dejó esta visión en el Herman o José, fue tan intensa que jamás podía contener sus lágrimas cuando la relataba.6 6
Brigham Young enseñó que José Smith, como el encargado de esta dispensación, tendría que aprobar el mérito de todo Santo de los Últimos Días que es candidato a la exaltación:
Según yo les he dicho con frecuencia, ningún hombre en esta dispensación entrará en las cortes de los cielos sin la aprobación del Profeta José Smith. ¿Quién lo ha decidido así? ¿He sido yo? ¿Ha sido esta gente? ¿H a sido el mundo? No. El Señor Jehová lo ha decretado así. Y si algún día llego a las cortes celestiales, será por medio del consentimiento del Profeta José. Si llegareis a pasar por el portal de la Ciuda d Santa, será con su aprobación que sois dignos de pasar. ¿Podéis pasar sin su inspección? No, ni tampoco puede ninguna otra persona de esta dispensación, la cual es la dispensación del cumplimiento de los tiempos. En esta generación, y todas las generaciones que están por venir, cada uno tendrá que pasar el escrutinio de este profeta.67
Heber C. Kimball creyó que solamente unos cuantos Santos tendrían la oportunidad de entrar en la ciudad celestial:
¿Entrará a la ciudad celestial uno de cada veinte de los que os encontráis aquí reunidos hoy? Como lo mencioné a algunos de vosotros hoy a mediodía, cuando paséis por la puerta estrecha sobre la cual hemos leído, no pasaréis por ahí amontonados por cientos como lo hacéis ahora.68
A varios individuos en la Iglesia se les ha sido mostrada la ciudad celestial de Dios y sus descripciones son útiles para aquellos que desean visualizar la grandiosidad y belleza de ese lugar. Por ejemplo, José Smith relató lo siguiente:
Los cielos nos fueron abiertos, y vi el reino celestial de Dios y su gloria, mas si fue en el cuerpo o fuera del cuerpo, no puedo decir. Vi la incomparable belleza de la puerta por la cual entrarán los herederos de ese reino, y era semejante a llamas circundantes de fuego; también vi el refulgente trono de Dios, sobre el cual se hallaban sentados el Padre y el Hijo. Vi las hermosas calles de ese reino, las cuales parecían estar pavimentadas de oro.69
Es posible que el Presidente David O. Mckay haya visto la ciudad celestial el 10 de mayo de 1921, a bordo de un barco que se acercaba a Apia en Samoa. En esa fecha, en el diario de su viaje por el mundo, él escribió lo siguiente:
Y entonces me quedé dormido, y en un a visión contemplé algo infinitamente sublime. Contemplé a la distancia una hermosa ciudad blanca. Aunque estaba muy distante, sin embargo, me pareció que abundaban por doquier, árboles de deliciosas frutas, arbustos con hojas de magníficos colores, y flores en perfecto crecimiento. Y arriba, el cielo cristalino parecía reflejar todos estos hermosos tonos. Entonces vi a una gran multitud acercarse a la ciudad. Cada uno llevaba puesta una túnica blanca, y un tocado blanco en sus cabezas. Al instante mi atención pareció concentrarse en su Líder, y aunqu e sólo podía verle de perfil, al moment o lo reconocí como mi Salvador. El color y el aspecto radiante de su apariencia era glorioso de contemplar. Habí a un a paz en él que parecía sublime—¡Todo era divino!
Entendí que la ciudad era suya. Era la Ciudad Eterna. Y la gente que le seguía moraría ahí en paz y felicidad eterna.
Pero, ¿quienes formaban esa multitud?
Como si el Salvador hubiera leído mis pensamientos, respondió señalando un semicírculo que apareció por encima de la gente, sobre el cual, en letras de oro estaba escrito:
‘Estos son los que Han Vencido al Mundo—Los que Verdaderamente Han Vuelto a Nacer.’
Cuand o desperté, estaba amaneciendo en el puerto.7 0
A Lorenzo Dow Young, se le mostró una ciudad que corresponde con la descripción de la ciudad celestial de Dios. Después de habérsele mostrado la prisión espiritual y el infierno, el mensajero celestial que lo conducía, lo llevó a otra parte—un lugar de gran belleza:
Mi guía me dijo, ‘Vamonos’
En seguida estábamos a la puerta de una hermosa ciudad. Un portero nos abrió y entramos. La ciudad era más grandiosa y hermosa de lo que puedo describir. Estaba revestida de la más pura y brillante, luz, sin resplandor desagradable.
Todos ahí, hombres y mujeres parecían estar contentos y felices en sus ocupaciones y ambiente. Reconocí a todos los que me encontré aunque no se me dijo quienes eran. Jesús y los antiguos apóstoles estaban ahí. Vi y hablé con el apóstol Pablo.
Mi guía no me permitió detenerme por mucho tiempo en el camino sino que me apresuró para pasar por este lugar y otro más alto, pero conectado con el anterior. Este lugar era aún más hermoso y glorioso que todo lo que había visto antes, de una dimensión y magnificencia incomprensibles.
Mi guia me mostró una mansión que superaba todo en perfección y belleza. Estaba cubierta con fuego y una luz intensa. Parecía como una fuente de luz, lanzando brillantes reflejos de gloria a su alrededor y yo no podía concebir los límites de estas emanaciones de luz. Mi guía me dijo: ‘Ahí es donde Dios reside! El me permitió entrar en esa gloriosa ciudad por sólo un a corta distancia. Sin hablar, me indicó que debíamos retroceder.
Pronto estuvimos en una ciudad adjunta. Ahí me encontré con mi madre, y con una hermana que había muerto cuando tenía seis o siete años de edad. Las reconocí tan pronto como las vi.
Después de asociarme por un corto tiempo con los puros y felices seres de ese lugar, mi guía me dijo una vez más, ‘Vamonos.’
Pronto pasamos la puerta por la cual habíamos entrado a la ciudad. Entonces mi guía dijo, ‘Ahora regresaremos.’
Yo podía ver con claridad el mundo mortal del cual habíamos venido. Parecía estar a una gran distancia debajo de nosotros. Me parecía nublado, triste y oscuro. Me sentía extremadamente decepcionado, casi con terror por la idea de volver ahí. Yo supuse que había venido para quedarme en ese lugar celestial que tanto había deseado ver. Y hasta este momento no se me había ocurrido que tendría que regresar.
Le rogué a mi guía que me dejara permanecer ahí. El respondió que solamente se me había permitido visitar estas ciudades celestiales, pues todavía no había terminado mi misión en el mundo mortal. Por lo tanto, tenía que regresar y tomar mi cuerpo. Pero si yo era fiel a la gracia que Dios me impartiría, si al volver daba a los habitantes de la tierra un testimonio fiel del Salvador sacrificado y resucitado y de Su expiación por el hombre, en poco tiempo se me permitiría volver y permanecer.71
Otros han visto ciertos edificios en la ciudad celestial. Por ejemplo, el presidente Wilford Woodruff relató lo siguiente:
Vi algunas de las mansiones en el reino celestial de Dios, construidas de hermosas piedras y de materiales que eran tan reales como cualquier cosa en la tierra. Y los mejores arquitectos de los cielos estaban ocupados en la construcción de esos edificios.72
En un sueño inspirado, el élder que velaba a Briant Stevens poco antes de que éste muriera, aparentemente vio un edificio celestial:
La noche antes de que Briant muriera, uno de los élderes que habían estado velándolo al lado de su cama, se quedó dormido pensando en el niño enfermo. Soñó que él y tres de sus compañeros que también habían velado a Briant, estaban de viaje hacia un hermoso y distante país. Parecía que tenían en perspectiva un objetivo específico, pero durante el viaje este objetivo no estaba claro en sus mentes.
Cuando llegaron al lugar donde iban, vieron un edificio magnífico el cual enseguida adivinaron era el templo del Dios viviente. Todavía no estaba terminado, pero sus proporciones ya demostraban la más esplendorosa grandeza. El edificio estaba construido de piedra blanca y brillante, y tan dura como el granito. Parecía que muchos obreros estaban ocupados en la construcción y uno de ellos, vestido con una túnica blanca, con la cabeza, manos y pies descubiertos, estaba parad o cerca a la entrada de la estructura.
En la pared blanca de afuera, a un lado del grandioso arco de la entrada y a la altura de los ojos, parecía que recientemente se había fijado una inscripción en la piedra. Estaba formada por tres letras. La de arriba era una B, la cual se distinguía claramente, pero las otras dos apenas se veían. En seguida los viajeros se dieron cuenta de que ésto era por lo que habían venido. El élder que soñaba, extendió su mano par a quitar la inscripción de su lugar. Pero el obrero en la túnica blanca lo detuvo diciendo:
‘No puedes tomarla. Ha sido fijada aquí por orden del Maestro como un ornamento a Su templo.’
Entonces los élderes caminaron alrededor del edificio, y entraron a través de un magnífico portón, y vieron que mucha mano de obra de fino diseño adornaba la estructura. Salieron y una vez más trataron de desprender la inscripción de la resplandeciente pared. Pero otra vez la voz del guardián les detuvo la mano. Por segunda vez caminaron alrededor del templo y entraron por el arco y vieron el magnífico interior. Entonces dijeron:
‘Tratemos una vez más.’
La tercera vez el élder extendió su mano para tomar la inscripción; pero como en las ocasiones anteriores, se le dijo que desistiera. Cada vez el guardián le había hablado con perfecta amabilidad aunque en tono firme. En este esfuerzo final, una voz que sonaba como un a trompeta, descendió desde arriba del edificio, diciendo:
‘Herman o (llamándolo por su nombre), tienes que regresar. Tu deseo no se te puede conceder.’
Entonces se retiraron. El élder se despertó de inmediato y sintió con certeza que las oraciones que se había n ofrecido a favor de Briant Stevens—aunque habían llegado al trono del Padre Eterno—no tenían el poder de cambiar lo que ya había sido decretado en el cielo concerniente al muchacho, y que Briant tendría que dejar la tierra mu y pronto.73
Herencia en la Tierra Celestializada.
El Señor ha revelado que esta tierra llegará a ser el lugar de descanso final para aquellos que merecen la exaltación, después de cumplir aquí con su probación mortal. En la revelación conocida como la “Hoja de Olivo,” se establece la siguiente enseñanza:
Se ha decretado que los pobres y los mansos de la tierra la heredarán.
Por lo tanto, es menester que sea santificada de toda injusticia, a fin de estar preparada para la gloria celestial; porque después de haber cumplido la medida de su creación, será coronada de gloria, sí, con la presencia de Dios el Padre; para que los cuerpos que son del reino celestial puedan poseerla para siempre jamás; porque para este fin fue hecha y creada, y par a este fin ellos son santificados.74
Juan el Revelador vio que la tierra celestializada llegaría a ser “como un mar de vidrio semejante al cristal,”75 o un “mar de vidrio mezclado con fuego.”76 Cuando el profeta José Smith preguntó al Señor concerniente al mar de vidrio visto por Juan, se le reveló que “es la tierra en su estado santificado, inmortal y eterno.”77
La tierra celestializada servirá como un gran Urim y Tumim, para los seres exaltados que morarán en ella, de acuerdo a las enseñanzas establecidas por José Smith:
Esta tierra, en su estado santificado e inmortal, llegará a ser semejante al cristal, y será un Urim y Tumim para los habitantes que moren en ella, mediante el cual todas las cosas pertenecientes a un reino inferior, o todos los reinos de un orden menor, serán manifestados a los que la habiten; y esta tierra será de Cristo.78
Al visualizar la gloria celestial de esta tierra, Juan reportó: “Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva: porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es.”79 En su visión él vio dos ciudades, la Nueva Jerusalén 80 y la Santa Jerusalén81, “que descendían del cielo de Dios, teniendo la claridad de Dios.”82 Este aspecto de la visión de Juan, lo explicó detenidamente el apóstol Orson Pratt:
La justicia permanecerá sobre su faz por mil años, y el Salvador la bendecirá con su presencia personal. Después de lo cual el fin pronto viene, y la tierra misma morirá, y sus elementos serán disueltos por el poder del fuego. . . .
Pero todos los hombres serán vivificados de la primera muerte por medio de la resurrección. Del mismo modo, la tierra también será renovada. Sus elementos serán juntados otra vez, serán recombinados y reorganizados como lo fueron originalmente cuando la tierra fue creada del caos. . . .
Mientras la tierra pasa por este último gran cambio, dos de sus ciudades principales, la Vieja Jerusalén del oriente y la Nueva Jerusalén del continente occidental, serán preservadas de la conflagración general, porque serán recogidas en el cielo. Esas dos ciudades, con todas sus multitudes glorificadas, descenderán sobre la tierra ya redimida y serán las grandes capitales de la nueva creación. ‘Afuera’ (al exterior de esas ciudades santas, y sobre otras creaciones de un orden inferior, lejos y separadas de la tierra glorificada) ‘estarán los perros, los hechiceros, los disolutos, los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira.’ (Ap. 22:15) Estos son los que son desterrados de la presencia de Dios y de la gloria de la tierra celestializada.83
Juan el Revelador describió la santa Jerusalén, a la que vio descender sobre la tierra redimida como una enorme ciudad de gran belleza:
Y su luz era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.
Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.
Al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al mediodía tres puertas; al poniente tres puertas.
Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
Y el que hablaba conmigo, tenía un a medida de una caña de oro para medir la ciudad y sus puertas, y su muro .
Y la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su anchura: Y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios: la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.
Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es del ángel.
Y el material de su muro era de jaspe: mas la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio.
Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe; el segundo zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda;
El quinto, sardónica; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el nono, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
Y las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una ; cada puerta era de un a perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio trasparente.84
Una herencia en la ciudad santa será la recompensa de los seres resucitados que heredarán la tierra cuando Cristo venga en su gloria:
Bienaventurados los muertos que mueran en el Señor desde ahora en adelante. Cuando el Señor venga, y las cosas viejas dejen de ser, y todas la cosas se tornen nuevas, se levantarán de los muertos y no morirán después, y recibirán una herencia ante el Señor en la ciudad santa.85
Aunque muchos de los seres exaltados eligirán vivir en estas ciudades santas, otros recibirán herencias eternas en áreas menos pobladas. A David John, un converso de Gales quien más tarde llegó a ser presidente de la estaca de Utah, se le mostró en enero de 1856, una visión de este tipo de herencia eterna que le sería dada a él:
Soñé que vi a un ángel del Señor. Después de habla r un poco conmigo, puso su mano derecha sobre mi hombro izquierdo. Sus ojos eran de un color café oscuro y llenos de gloria. Su voz era clara y llena de poder y autoridad… .
‘Mira,’ dijo, ‘a tu lado derecho.’ Miré, y he aquí un grande y extenso valle, la más hermosa tierra que jamás había visto. Estábamos parados en un lado que era plano y donde crecían árboles altos y hermosos. Nos paramos bajo la sombra de uno de ellos, fuera del calor del sol que era mu y fuerte. Al otro lado del valle, había montañas o cerros no muy altos, que se extendían hasta el extremo del valle. La belleza y gloria del valle, que era de unos cinco o seis kilómetros de ancho, era indescriptible. ‘¡Oh, mi Dios!’ exclamé, ‘¡Nunca pensé que un a escena tan hermosa como ésta perteneciera a nuestra tierra!’ ‘Esto,’ dijo el ángel, ‘será tu herencia y la de tu simiente para siempre jamás, si obedeces los mandamientos de Dios y haces lo justo en la carne. ‘Contémplate,’ me dijo. Entonces me encontré en un grande y hermoso edificio. Ahí vi en el pulpito a uno que yo conocía, predicando los principios de vida. ‘Esta,’ dijo mi guia, ‘es la casa del Señor.’ En ese momento me desperté, y pensé que ángeles y el espíritu del Señor llenaban la habitación.86
A Orson Pratt le gustaba analizar ideas y él hizo este interesante comentario concerniente a la tierra que está disponible para los justos para su herencia eterna:
Algunos han conjeturado que la tierra no tendrá suficiente lugar para acomodar a las naciones de los justos. Pero tal conjetura le parecerá errónea a cualquiera que use sus poderes de razonar par a calcular la superficie de nuestra esfera, y la compare con el número probable de los habitantes que son destinados a esta creación.
En números redondos, la superficie de nuestra esfera terrestre contiene quinientos diez millones de kilómetros cuadrados, o como cincuenta y un mil millones de hectáreas. Ahora bien, si desde la creación de la tierra, hasta su glorificación final, transcurriera un período de ocho mil años, u ochenta siglos, y si supusiéramos que el promedio de población fuera de mil millones por siglo, (lo que es un promedio demasiado grande), aun así habría un a abundancia de espacio sobre la tierra par a toda esta vasta multitud. Habría más de la mitad de una hectárea para cada alma. Pero cuando reflexionamos sobre los pocos que serán salvos—es decir, los pocos que han aceptado el plan de redención, aun cuando se les ha sido proclamado con autoridad, y cuantas generaciones ha n pasado sin recibir el mensaje del Todopoderoso, nos vemos forzados a creer que ni una persona en cien recibirá una herencia sobre la nueva tierra. Pero aú n suponiendo que el uno por ciento de toda esta inmensidad de población, por medio de su obediencia al evangelio, llegan a ser herederos legítimos de la nueva tierra, entonces habrá más de sesenta hectáreas para cada alma. Si el nuevo mundo contuviera la misma proporción de tierra que el viejo, todavía habría como dieciséis hectáreas para cada alma redimida. Pero la tierra nueva, según la representó el Apóstol Juan, será sin mares, lo cual aumenta su capacidad cuatro veces más sobre la anterior. El agricultor que está anticipando la nueva tierra para recibir su herencia sempiterna, no tiene que preocuparse de que su patrimonio esté mu y limitado. Habrá bastante tierra para que el agricultor siga su agradable ocupación. Podrá tener terreno para su deleite—sus huertos con los más deliciosos frutos; sus jardines decorados con las flores más encantadoras, y todavía tendrá tierra suficiente para cultivar artículos de primera necesidad, tales como el maná para alimentarse, y lino para la hechura de finas túnicas, etc.87
El Señor ha revelado que la tierra será como una tierra de la que fluye leche y miel para aquellos que la hereden:
Y he hecho rica a la tierra, y he aquí, es el estrado de mis pies; por tanto, de nuevo pondré mi pie sobre ella.
Y os extiendo y condesciendo daros riquezas más grandes, sí, una tierra de promisión, una tierra que fluye leche y miel, sobre la que no habrá maldición cuando el Señor venga;
Y os la daré como tierra de vuestra herencia, si es que la procuráis con todo vuestro corazón.
Y éste será mi convenio con vosotros, la recibiréis como tierra de vuestra herencia y como herencia de vuestros hijos para siempre, mientras dure la tierra, y la poseeréis otra vez en la eternidad, para nunca más volver a pasar.88
La herencia no sólo estará a la disposición de los seres exaltados, sino también a la disposición de sus hijos espirituales hasta que llegue el tiempo de que sean enviados a otros mundos. Cristo ha revelado: “La grosura de la tierra será suya. . . y su posteridad heredará la tierra de generación en generación perpetuamente. “89 Y conforme las familias crezcan, será necesario crear nuevos mundos y enviar a la progenie espiritual a pasar por la prueba de la vida mortal. Como Orson Pratt dijo:
La población de mundos, o el aumento sin fin aun de una sola familia requeriría un aumento sin fin de mundos. Si un a familia fuera unid a en el convenio eterno del matrimonio, con el propósito de cumplir ese gran mandamiento de multiplicar su especie y propagarla y si no hubiera fin al aumento y su posteridad, un aumento sin fin de nuevos mundo s sería requerido. Ahora bien, si una sola familia requiere todo ésto, ¿qué no requerirían innumerables millones de familias? Requerirían tantos mundos como ya han sido descubiertos por el telescopio. Sí, el mundo debe de ser multiplicado a la infinidad a fin de proveer lugar para la herencia de los hijos e hijas de los dioses.
¿Empezáis a comprender cómo estos mundos obtienen sus habitantes? ¿Habéis entendido que los hijos e hijas de Dios que se encuentran ante mí este día son su progenie, creados a su propia imagen? Y que como hijos de Dios, ¿han de multiplicar su especie hasta que lleguen a ser innumerables?9 0
Asociación con Seres Celestiales
El privilegio de tener buenos amigos es una rica bendición en esta tierra. ¡Cuánto mejor no será, para los seres exaltados, regocijarse en la compañía de los dioses en la gloria celestial! El Señor ha revelado que los seres exaltados “se han allegado a una hueste innumerable de ángeles, a la asamblea general de la iglesia de Enoc y del Primogénito.”91 Se supone que algún día tomarán su lugar designado o serán representados en el “Concilio del Dios Eterno de todos los otros dioses,”92 y encontrarán satisfacción en ello. ¡Y qué gran privilegio será el compartir el compañerismo de aquellos que uno haya ayudado a lo largo del sendero a la exaltación!
Y si acontece que trabajáis todos vuestros días proclamando el arrepentimiento a este pueblo y me traéis, aún cuando fuere una sola alma, ¡Cuan grande será vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre!
Ahora, si vuestro gozo será grande con un alma que me hayáis traído al reino de mi Padre, ¡Cuan grande no será vuestro gozo si me trajereis muchas almas! 93
Es interesante notar que los habitantes de la gloria celestial tendrán el privilegio de disfrutar no sólo del compañerismo del hombre, sino también del reino animal resucitado. Uno de los primeros compañeros de José Smith, Benjamín F. Johnson, escribió que el profeta ”enseñó que todo el reino animal seña resucitado, y nos hizo entender que permanecería bajo el dominio de aquellos que, usando poderes creativos, buscan dominio por medio de vidas eternas.94 Comentando sobre los animales que Juan el Revelador vio en los cielos, el Profeta José Smith dijo,
Supongo que Juan vio ahí seres con miles de formas, seres que han sido salvados en diez mil veces diez mil mundo s como éste, bestias extrañas de las cuales no tenemos concepción alguna; todas ellas podrían verse en el cielo. El gran secreto fue mostrarle a Juan lo que había en los cielos. Jua n aprendió que Dios se glorificó a Sí mismo al salvar todo lo que sus manos han creado, ya sean bestias, aves, peces u hombres, y El se gratificará con ellos.95
Un Conocimiento Perfecto
El Señor ha prometido que cuando “el hombre entre en su presencia eterna y en su descanso inmortal,” todo el conocimiento que le haga falta le será dado y “nada le será retenido.” Este conocimiento perfecto es necesario para que el hombre exaltado obre como Dios y Creador:
Dios os dará conocimiento por medio de su Santo Espíritu, sí, por el inefable don del Espíritu Santo, conocimiento que no se ha revelado desde el principio del mundo hasta ahora; el cual nuestros antepasados con ansiosa expectación ha n aguardado que se revelara en los postreros tiempos, hacia los cuales sus pensamientos fueron orientados por los ángeles, como que se hallaba reservado para la plenitud de su gloria; una ocasión futura en la que nada se retendrá, sea que haya un Dios o muchos dioses, serán manifestados.
Todos los tronos y dominios, principados y potestades, serán revelados y señalados a todos los que valientemente haya n padecido por el evangelio de Jesucristo.
Y también, si se ha n fijado límites a los cielos, los mares o la tierra seca, o el sol, la luna o las estrellas, todos los tiempos de sus revoluciones, todos los días, meses y años señalados; y todos los días de sus días, meses y años, y todas sus glorias, leyes y tiempos fijos, serán revelados en los días de la dispensación del cumplimiento de los tiempos, conforme con lo decretado en medio del Concilio del Dios Eterno de todos los otros dioses, antes que este mundo fuese, que habría de reservarse para su cumplimiento y fin, cuando todo hombre ha de entrar en su eterna presencia y en su reposo inmortal.96
Cuando los seres exaltados participan en la promesa de Jesús de que “el que recibe a mi Padre, recibe el reino de mi Padre; por tanto, todo lo que mi Padre tiene le será dado,”97 llegan a ser igual a Dios en el conocimiento absoluto de todas las cosas que poseen. Sobre ese conocimiento se ha revelado que,
El comprende todas las cosas, y todas las cosas están delante de él, y todas las cosas están alrededor de él; y él está sobre todas las cosas, y en todas las cosas, y por en medio de todas las cosas, y circunda todas la cosas; y todas las cosas son por él, y de él, sí, Dios par a siempre jamás.98
Mucho del conocimiento será revelado por la piedrecita blanca o el Urim y Tumim, que ha sido prometido a cada ser exaltado. El Señor hizo referencia a este don cuando le reveló a Juan el Revelador que “Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.99 Mientras el profeta José Smith explicaba que la tierra celestializada serviría como un Urim y Tumim para revelar las cosas de los reinos menores,100 enseñó que,
Entonces la piedrecita blanca mencionada en Apocalipsis, capítulo 2, versículo 17, se convertirá en un Urim y Tumim para toda persona que reciba una, y por ese medio se darán a conocer cosas pertenecientes a un orden superior de reinos; y a cada uno de los que entran en el reino celestial se da un a piedrecita blanca, en la cual está escrito un nombre nuevo que ningún hombre conoce, sino el que lo recibe. El nombre nuevo es la palabra clave.101
El conocimiento que cada ser exaltado recibirá es lo que debe haber motivado al profeta José Smith a decir, “es imposible que el hombre se salve en la ignorancia.”102
Jurisdicción Legislativa y Gubernativa
Los seres exaltados “son aquellos en cuyas manos el Padre ha entregado todas las cosas.”103 Son los que van a recibir poder para legislar y gobernar, un poder similar al que la deidad posee actualmente. De ellos también se dirá que “el juicio va ante la faz de aquel que se sienta sobre el trono y gobierna y ejecuta todas las cosas… El ha dado una ley a todas las cosas.”104
El Señor ha revelado que aquel que así es ordenado “es poseedor de todas la cosas; porque todas las cosas le están sujetas, tanto en los cielos como en la tierra, la vida y la luz, el Espíritu y el poder. ”105 Este poder de gobernar se extiende sobre los mismos ángeles del cielo, porque de aquellos que obtienen la exaltación, el Señor ha revelado, “Entonces estarán sobre todo, porque todas las cosas les están sujetas. Entonces serán dioses, porque tienen todo poder, y los ángeles están sujetos a ellos.”106
Los Poderes de Deidad
Cuando llegue el tiempo de que los seres exaltados reciban el cumplimiento de la promesa de que “todas las cosas son suyas,”107 serán bendecidos con todo el esplendor del poder divino. Como coherederos con Cristo, compartirán la misma totalidad de poder que se le ha dado a El, porque se ha revelado que,
Y recibió todo poder, tanto en el cielo como en la tierra, y la gloria del Padre fue con él, porque moró en él. . . .
Os digo estas palabras para que podáis comprender y saber cómo adorar, y sepáis lo que adoráis, para que podáis venir al Padre en mi nombre, y en el debido tiempo recibir de su plenitud.108
Para entender lo que significan estos poderes, analicemos los poderes de Cristo y del Padre. Estos poderes incluyen:
- El poder de crear mundos. (Moisés 1:33; D. y C. 93:10)
- El poder de exaltar mundos. (Moisés 1:35-39)
- El poder de contar Sus creaciones. (Moisés 1:37)
- El poder de crear cuerpos mortales para seres espirituales. (Moisés 2:26-27; Abraham 5:7)
- El poder sobre la vida y la muerte del hombre mortal. (D. y C. 76:59)
- El poder de juzgar. (Jn. 5:22, 27)
- El poder de recompensar y castigar. (Mt. 25:31-46)
- El poder de resucitar (1 Co. 15:22)
- El poder sobre los elementos. (Abraham 4:14-18, Mr. 4:39)
- El poder de discernir las intenciones y los pensamientos del hombre. (D.y C. 33:1)
- El poder de ver todas la cosas pasadas, presentes y futuras. (D.y C. 76:59; 38:1-3)
- El poder de saber todas la cosas. (D. y C. 38:2)
- El poder de determinar los límites de la habitación del hombre. (Hch.17:26-27)
- El poder de perdonar. (Mi. 7:18-20; D.y C. 64:10)
- El poder de oir y contestar oraciones. (Mt. 6:6)
- El poder de revelar Su voluntad. (D. y C. 76:7)
Estos son sólo unos ejemplos de los poderes de la deidad. De hecho, ya que un Dios es omnipotente, esta lista debería ser aumentada para incluir todos los poderes de la eternidad, porque todos ellos son de Dios. Cuando el hombre gana la exaltación, algunos de estos poderes le serán conferidos por medio de una ordenanza. Pero el hombre exaltado tendrá poderes aún más allá de aquellos que se le hayan conferido, porque se ha revelado que, “el Padre os ha dado el reino y el poder de vencer todas las cosas que de él no son ordenadas.109
La Pluralidad de Dioses
Es obvio que ahora hay y que continuará habiendo muchos dioses que gobernarán y reinarán a través de toda la eternidad sobre un creciente número de mundos que ellos mismos crearán. Esto de ninguna manera se opone al concepto Bíblico de “un Dios,” porque El sólo reina ahí sobre sus hijos, como Padre y Dios. El puede buscar y usar la ayuda de otros como lo ha hecho el Padre Eterno de esta tierra con Su Unigénito, Jesucristo, y con el Espíritu Santo. Sin embargo, El reina como Padre de toda la humanidad sobre esta tierra. El apóstol Pablo entendía muy bien este principio cuando escribió:
Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, o en cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores,)
Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él: y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por él.110
Un discurso de José Smith dado el 16 de junio, de 1844, sólo catorce días antes de su martirio, provee entendimiento sobre la pluralidad de Dioses. Como base José tomó Apocalipsis 1:6, ”Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a él sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén. “ Después explicó:
La traducción es enteramente correcta. Pues bien, como vosotros sabéis, últimamente se han levantado y apostatado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días algunos hombres perversos, los cuales declaran que el Profeta cree en una pluralidad de Dioses; ‘y he aquí— gritan ellos—hemos descubierto un secreto importantísimo; el profeta dice que hay muchos Dioses, y ésto prueba que ha caído.’
He tenido la intención desde hace mucho de tratar este asunto y exponerlo al pueblo, y mostrar cuál es mi fe respecto de esta interesante doctrina. He pensado en las palabras de Jesús (Lucas 17:26): ‘y como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre.’ Y aunque llueva, predicaré esta doctrina, porque se debe predicar la verdad.
Predicaré sobre la pluralidad de Dioses. He escogido este pasaje precisamente con tal objeto. Deseo aclarar que en todas las congregaciones en que he hablado sobre el tema de Dios, siempre he tratado la pluralidad de los Dioses. Los élderes lo han predicado por quince años.
Yo siempre he declarado que Dios es un personaje distinto, que Jesucristo es un personaje aparte y distinto de Dios el Padre, y que el Espíritu Santo es otro personaje distinto y es Espíritu; y estos tres constituyen tres personajes distintos y tres Dioses. Si esta proposición concuerda con el Nuevo Testamento, he aquí, tenemos tres Dioses, y son una pluralidad; ¿y quién puede contradecirlo?
Nuestro pasaje dice: ‘Y nos ha hecho reyes y sacerdotes par a Dios y su Padre.’ Los apóstoles descubrieron que había Dioses en el cielo, pues S. Pablo dice que Dios es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Tengo por objeto predicar según las Escrituras y enseñar la doctrina que contienen que hay un Dios en el cielo, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Declaro sin temor que he presentado todas las doctrinas profundas en público, y siempre enseño doctrinas más profundas en público que en privado.
- Juan fue uno de los hombres, y los apóstoles declaran que fueron hechos reyes y sacerdotes par a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Así lo dice en Apocalipsis. De manera que la doctrina de la pluralidad de Dioses ocupa tan prominente lugar en la Biblia como cualquier otra doctrina. Está en toda la Biblia. Se halla fuera del alcance de toda controversia. El errante, aun cuando fuere un necio, no tiene porqué errar respecto de ella.
- Pablo dice que hay muchos Dioses y muchos Señores. Deseo presentarlo de una manera clara y sencilla; pero par a nosotros no hay sino un Dios, es decir, en lo que a nosotros concierne; y El es en todo y por en medio de todo. Pero si José Smith proclama que hay muchos Dioses y muchos Señores, sus enemigos gritan: ‘¡Quitadlo! ¡Crucificadlo! ¡Crucificadlo!’
El género humano ciertamente dice que las Escrituras están entre ellos. Escudriñad las Escrituras, porque ellas testifican de las palabras que estos apóstatas gravemente quieren tachar de blasfemia. Pablo, si José es blasfemo, también tú lo eres. Digo que hay muchos Dioses y muchos Señores, pero para nosotros no hay más que uno; y a El tenemos la obligación de estar sujetos, y ningún hombre puede Jijar los límites o la existencia eterna del tiempo infinito. ¿Acaso el hombre ha contemplado el mundo eterno, y está autorizado para decir que no hay sino un Dios? El que piensa o dice tal cosa es un necio, y su carrera o desarrollo en el conocimiento está limitado. No puede lograr todo el conocimiento, porque le ha cerrado la puerta.
Algunos dicen que yo no interpreto las Escrituras como ellos. Dicen que se refiere a los dioses paganos. El apóstol Pablo dice que hay muchos Dioses y muchos Señores; y esto significa una pluralidad de Dioses a pesar de los caprichos de todos los hombres. Sin revelación, no voy a darles el conocimiento del Dios del cielo. Vosotros sabéis, y yo testifico, que Pablo no hablaba de los dioses paganos. Lo he recibido de Dios, gústeles o no les guste. Tengo el testimonio del Espíritu Santo y el testimonio de que S. Pablo no se estaba refiriendo a los dioses paganos en ese pasaje.111
Aunque el hombre ha recibido algunos vislumbres del tipo de relación que existe entre los dioses,112 Dios, sin embargo, ha escogido limitar el conocimiento del hombre, mientras esté en la tierra, a las cosas de este mundo. Aun Moisés a quien se le mostró los muchos reinos creados por el Padre, estuvo limitado en su conocimiento de Dios. Cuando preguntó sobre los otros mundos, el Señor Dios le dijo, “He aquí sabiduría, y en mí permanece. . . . Pero sólo te doy un relato de esta tierra y sus habitantes.”113 El hombre debe esperar hasta que gane su propia exaltación para tener un conocimiento completo de las huestes exaltadas.114
Como el Hombre es Ahora, Dios una Vez Fue
Los Santos de los Últimos Días saben que el conocimiento que se les ha revelado concerniente a los Dioses en los cielos es limitado. Saben muy poco de lo que no pertenece a esta tierra, y todavía no tienen una visión del panorama entero de la eternidad. Sin embargo, a través de las enseñanzas de sus líderes inspirados, tienen a su disposición ciertos indicios sobre la eternidad. En su discurso del 16 de junio de 1844, José Smith clarificó que hay otros Dioses que precedieron al Padre Eterno de esta tierra y a Su hijo Jesucristo, en el orden patriarcal de los Dioses:
Si Jesucristo es el Hijo de Dios, y Juan el Revelador descubrió que Dios, el Padre de Jesucristo, tenía Padre, bien podemos suponer que El también tuvo Padre. ¿Ha habido jamás un hijo sin un padre? ¿Y hubo jamás un padre, sin que primero fuese hijo? ¿Cuándo ha nacido un árbol, o ha tenido existencia cualquier otro objeto, sin tener progenitor? Y así se desarrolla todo. El apóstol Pablo dice que lo terrenal es a semejanza de lo celestial. De modo que si Jesús tuvo Padre, ¿No podemos creer que El también tuvo Padre? Me repugna la idea de atemorizarme por causa de esta doctrina, porque la Biblia está llena de ella.
Quiero que os fijéis particularmente en lo que estoy diciendo. Jesús dijo que el Padre obraba precisamente en la misma manera en que su Padre había obrado antes de El. Así como el Padre había obrado, Jesús puso su vida y la volvió a tomar tal como su Padre lo había hecho antes. Cumplió con el fin par a el cual fue enviado; puso su vida y la volvió a tomar; y entonces le fueron entregadas las llaves.115
En el mismo discurso, mientras discutía el significado de Génesis 1:1, el Profeta afirmó que otros Dioses poseen jurisdicción sobre el Dios y Padre de esta tierra:
Desde su principio la Biblia muestra que hay una pluralidad de Dioses, y nadie tiene el poder par a refutarlo. Es un tema importantísimo que estoy tratando. La palabra Eloheim debería entenderse en la acepción plural, Dioses, en todo el libro. Los principales de los Dioses nos señalaron un Dios; y cuando uno considera el tema desde ese punto de vista, queda uno libre para percibir toda la belleza, santidad y perfección de los dioses. Tod o lo que quiero hacer es dar con la verdad sencilla, manifiesta y completa.116
El Profeta José Smith no enseñó que el Dios de esta tierra siempre ha sido un ser exaltado. Al contrario, él dijo: “Os voy a decir cómo llegó a ser Dios. Hemos imaginado y supuesto que Dios fue Dios por todas las eternidades. Voy a refutar esa idea, y haré a un lado el velo para que podáis ver.”117
José Smith explicó que el Padre Eterno de esta tierra pasó por un estado mortal de probación en otro mundo igual a lo que Jesucristo hizo aquí:
El primer principio del evangelio es saber con certeza la naturaleza de Dios, y saber que podemos conversar con El como un hombre conversa con otro, y que en un tiempo fue hombre como nosotros; sí, que Dios mismo, el Padre de todos nosotros, habitó sobre una tierra, como Jesucristo mismo lo hizo; y voy a probarlo por medio de la Biblia.118
Jesús , mientras discutí a con los Judíos, les dijo que :
No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre: porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.
Porque el Padre am a al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace.119
Aparentemente usando este pasaje como base, el Profeta José enseñó:
¿Qué hiciste tú, Jesús? Hice aquellas cosas que vi hacer a mi Padre cuando tuvieron su existencia los mundos. Mi Padre labró su reino con temor y temblor, y yo debo hacer lo mismo. . . . De modo que Jesús sigue los pasos de su Padre y hereda lo que Dios hizo antes.120
Jesús enseñó que “como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo.”121 José Smith vio que el proceso por medio del cual Cristo pudo levantarse de los muertos como un ser resucitado, fue una duplicación de la experiencia por la que Dios el Padre había pasado anteriormente cuando pasó de Su estado mortal a la inmortalidad:
Las Escrituras nos hacen saber que Jesús dijo: “Como mi Padre tiene poder en sí mismo, así también el Hijo tiene poder”—¿Para hacer qué? Pues lo que el Padre hizo. La respuesta es obvia: poner su cuerpo y volverlo a levantar. Jesús, ¿qué vas a hacer? Poner mi vida como la puso mi Padre, y volverla a tomar. ¿Lo creéis? Si no lo creéis, no creéis la Biblia. Las Escrituras lo dicen, y yo desafío a toda la sabiduría y la ciencia, y a todas las fuerzas combinadas de la tierra y del infierno juntos, a que lo impugnen.122
El presidente Brigham Young también enseñó que Dios el Padre de esta tierra pasó por una probación mortal y caminó el sendero que el hombre todavía debe seguir hoy:
El padre, después de haber estado una vez en la carne y vivir como nosotros vivimos, obtuvo Su exaltación, ascendió a tronos, ganó ascendencia sobre poderes y principalidades, y obtuvo el conocimiento y poder para crear—para producir y organizar los elementos sobre principios naturales. Esto lo hizo El después de Su ascención, Su gloria, Su eternidad. Entonces fue realmente clasificado con los Dioses, con los seres que crean, con aquellos que guardaron un a ley celestial en la carne y que volvieron a obtener sus cuerpos. Después de eso, según las escrituras, Dios estaba preparado para comenzar la obra de la creación.123
Por eso creemos que el Padre Eterno de esta tierra fue enviado por Su Padre, a otro mundo, en alguna época del pasado, con el fin de pasar por una probación mortal. El pudo someterse a una ley celestial y ganar su exaltación. Como dijo José Smith: ”Dios una vez fue como nosotros ahora somos; es un hombre glorificado, y está sentado sobre su trono en los cielos del más allá.”124
Cuatro años antes el élder Lorenzo Snow, por revelación, recibió impresiones que lo motivaron a expresar esa doctrina en el ya bien conocido verso: “Como el hombre ahora es, Dios una vez fue; como Dios es, el hombre puede llegar a ser.”125
Aunque Dios no haya revelado en su totalidad los detalles del pasado o el futuro de los mundos eternos, el hombre puede comprender hasta cierto punto el pasado y el futuro de esta tierra. Puede entender su papel y participación en el plan eterno, y sabe cuál es la meta que debe buscar. No hay razón para tener incertidumbres— el sendero que el hombre debe seguir está claro. Como lo resumió el profeta José Smith:
Esta pues es la vida eterna: conocer al solo Dios sabio verdadero; y vosotros mismos tenéis que aprender a ser Dioses, y a ser reyes y sacerdotes de Dios, como lo han hecho todos los Dioses antes de vosotros, es decir, por avanzar de un grado pequeño a otro, y de una capacidad pequeña a una mayor; yendo de gracia en gracia, de exaltación en exaltación, hasta que logréis la resurrección de los muertos y podáis morar en fulgor eterno y sentaros en gloria, como aquellos que se sientan sobre tronos de poder infinito. Y quiero que sepáis que en los últimos días, Dios no está jugando ni con vosotros ni conmigo, aunque ciertos individuos anden proclamando su nombre.126
RESUMEN
- El principio fundamental del evangelio de Jesucristo es que el hombre puede ser exaltado y llegar a ser un Dios. La verdadera meta del hombre debe de ser la perfección completa.
- Parece que pocos alcanzarán la exaltación. Sin embargo, cada individuo puede lograrla si paga el precio de vivir la ley celestial.
- Dios desea que el hombre alcance la exaltación. Su obra y gloria es llevar a cabo la inmortalidad y vida eterna del hombre.
- La exaltación consiste de lo siguiente:
A. Divinidad,
B. Asociación eterna con el Padre y Cristo,
C. Ser miembro de la Iglesia del Primogénito,
D. Ser coherederos con Cristo,
E. La plenitud o gloria de un cuerpo celestial,
F. La autoridad del sacerdocio,
G. El compañerismo eterno de un cónyugue,
H. Poderes eternos de procreación,
I. Lazos familiares de los antepasados y descendientes,
J. Tronos, reinos, potestades, poderes y dominios,
K. La admisión a la ciudad del Dios Viviente,
L. Herencia en la tierra hecha celestial,
M. Asociación con seres celestiales,
N. Un conocimiento perfecto,
O. Jurisdicción para gobernar y legislar la ley,
P. Los poderes de la divinidad. - La diferencia básica entre aquellos que llegan a ser siervos en el reino celestial, y aquellos que son exaltados, radica en el cumplimiento y la fidelidad a las ordenanzas del templo y sus convenios.
- Divinidad es paternidad, porque la relación entre Dios y el hombre es en realidad una relación de padre a hijo. Un Dios preside sobre los hijos que resultan de su matrimonio eterno. Seres resucitados engendran hijos espirituales, quienes son enviados a los mundos que ellos crean para pasar por una vida mortal.
- Los hijos espirituales son engendrados y nacen de la misma manera que los hijos mortales.
- Los Santos de los Últimos Días creen en una pluralidad de dioses.
Creen que Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo son seres separados y distintos. También creen que otros han llegado a ser dioses y que el hombre verdaderamente puede llegar a ser un Dios. - Los Santos de los Últimos Días creen que Dios el Padre fue una vez un hombre que moró en una tierra. “Como el hombre ahora es, Dios una vez fue.” … Dios el Padre tuvo un padre que también pasó por el proceso de probación mortal.
- El hombre sabe muy poco acerca de otros dioses y de sus creaciones, porque Dios ha escogido sólo darle al hombre información sobre esta tierra y sobre lo que le concierne.
- Es el propósito y responsabilidad del hombre aprender a ser un Dios, como otros lo han hecho antes que él, progresando de un grado a otro, hasta que obtenga una resurrección celestial y pueda morar en fuegos eternos.
























