La Vida Sempiterna Volumen 1


Capítulo III

El paraíso de los justos


Diversos Significados del Término “Paraíso”

En los círculos teológicos de la cristiandad existe confusión respecto al significado del término “paraíso”. Los Santos de los Últimos Días difieren del mundo protestante en su comprensión de esta palabra y consideran que poseen un conocimiento más pleno de su verdadero significado. El concepto sectario de que el hombre, al morir, va directamente a su destino final—ya sea al cielo o al infierno—los lleva a considerar el término “paraíso” como sinónimo de “cielo”. Los Santos de los Últimos Días, sin embargo, saben que existe un lugar intermedio de habitación donde mora el espíritu entre la muerte y el momento en que se le asigna su destino final. Para ellos, el término “paraíso” puede referirse de manera general a todo ese lugar intermedio, o más específicamente a la parte de dicho lugar donde habitan los justos.

Cuando el Salvador colgaba de la cruz, conversó con los dos ladrones que compartían su crucifixión. Uno de ellos, aún desafiante en la muerte, lanzó este reto: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.” Su compañero le reprendió y luego dijo a Jesús: “Acuérdate de mí cuando vinieres en tu reino.” El Salvador le contestó: “De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.”¹

Según la teología protestante, el Salvador estaba prometiendo al ladrón que iría al cielo inmediatamente después de morir. Sin embargo, el Salvador no ascendió al cielo ese día, ya que tres días después dijo a María Magdalena:

“No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.”²

¿A dónde fue, entonces, mientras Su cuerpo yacía en la tumba? Pedro respondió, diciendo que Cristo fue: “…a la verdad, muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados…”³

Nada se sabe con certeza sobre el ladrón que colgaba de la cruz—ni sobre sus actos ni sobre sus pensamientos. Pero, si realmente fue un ladrón que merecía la crucifixión, parece evidente que, al entrar al mundo de los espíritus, no se encontraría entre los justos. Si esto es verdad, entonces el Salvador estaba usando el término “paraíso” en su sentido general, incluyendo todo el mundo de los espíritus. Sin embargo, si por alguna razón desconocida el ladrón merecía ingresar en la parte justa del mundo espiritual, entonces fue con Jesús a esa porción del reino de los espíritus que lleva el título específico de “paraíso”.

En resumen, el término “paraíso” se usa de tres formas distintas:

  1. Como el cielo o lugar de descanso final de los justos, según la terminología sectaria. Los Santos de los Últimos Días comprenden ese uso, pero prefieren no emplearlo.

  2. Como la totalidad del mundo de los espíritus, incluyendo a todos los muertos que han vivido sobre la tierra. Jesús, en su declaración al ladrón, aparentemente usó el término en este sentido.

  3. Como el lugar específico donde moran los justos en el mundo espiritual.

Este capítulo considerará el paraíso en el tercer sentido de la palabra: el lugar donde habitan los espíritus justos.

Descripciones del Paraíso

Aquellos que han visitado el mundo espiritual y luego obtuvieron el permiso de regresar a la tierra han descrito vívidamente el paraíso. Han dado muchos detalles sobre las escenas gloriosas que contemplaron. Relatar las diferentes visiones del mundo espiritual es tan difícil como describir todos los paisajes que existen en el mundo mortal. Aun así, si se analizan esos relatos, puede formarse un modelo del cual se extraen interesantes nociones generales.

Plantas y Arboles

Un tema que se repite es la presencia de árboles, arbustos y follaje abundante. El presidente George Albert Smith describió de la siguiente manera los árboles y el bello lago que contempló, en visión o en el espíritu, en el mundo espiritual:

Me encontré parado entre un gran bosque y un lago grande y hermoso. No se veía a nadie, y no había ningún barco en el lago ni ningún otro medio de transporte que hubiera podido llevarme allí. Me di cuenta, o parecía darme cuenta, de que había terminado mi obra en la mortalidad y que había vuelto a mi hogar. Comencé a mirar alrededor para ver si podía encontrar a alguien. Parecía que nadie vivía allí; sólo vi esos árboles bellos y frondosos frente a mí y el magnífico lago detrás de mí.
Comencé a explorar y pronto encontré un sendero a través del bosque, el cual parecía haber sido usado muy poco, ya que estaba casi oculto por el pasto. Seguí esta senda durante algún tiempo, recorriendo una distancia considerable a través del bosque, cuando vi a un hombre que venía hacia mí.⁴

El élder Jacob Hamblin, quien se aventuró en el mundo espiritual en el verano de 1858, dijo:

El lugar donde estaba parecía ser un sitio muy deseable para permanecer. Estaba dividido en compartimientos por medio de paredes, de donde parecían crecer enredaderas y flores, en un infinito despliegue de colores.

Heber Q. Hale también describió el hermoso colorido del follaje y vio que allí había hermosos parques:

La vegetación y el paisaje eran de una belleza indescriptible. No era todo verde como aquí, sino con matices variantes de rosa, naranja y lavanda, como el arco iris. Una dulce calma penetraba todo… Seguí adelante cubriendo una distancia apreciable, tomando mucho tiempo para contemplar los paisajes maravillosos de parques, árboles y flores, y para visitar a personas—algunos conocidos, y otros, muchos miles, que no reconocí. Me acerqué a un pequeño grupo de hombres que estaban en un sendero bordeado por vistosos macizos de flores, césped y arbustos, todos de tono dorado, señalando la proximidad de un hermoso edificio.

El presidente Jedediah M. Grant comentó sobre la belleza de las flores que vio en el paraíso:

En la tierra he visto buenos jardines, pero nunca vi uno que se compare con los que hay allí. Vi flores de numerosas variedades, y algunas con cincuenta a cien flores de diferente color creciendo en una sola rama.⁷

Aparentemente, el árbol de la vida está en medio de toda esta hermosa vegetación, porque el Señor ha revelado que está “en medio del paraíso de Dios.”⁸

Parecería que en el paraíso no hay cambios de estaciones. Al menos en una parte de la descripción del mundo espiritual dejada por Merrill Neville, un joven de 19 años que pasó al reino de los espíritus en enero de 1917, él dice que “allí siempre era primavera.”⁹

Edificios

Heber C. Kimball, hablando del testimonio del mundo espiritual de Jedediah M. Grant, dijo:

También habló de los edificios que vio allí, mencionando que el Señor le dio sabiduría a Salomón y puso en sus manos oro y plata para que pudiera desplegar su habilidad y talento. Y, aun así, el templo erigido por Salomón era muy inferior al edificio más ordinario que vio en el mundo de los espíritus.¹⁰

David P. Kimball, cuarto hijo de Heber C. Kimball, recibió varias visiones y manifestaciones durante los siete días que vagó perdido, sin agua ni comida, por el desierto de Arizona en noviembre de 1881. Una de las visiones fue del mundo espiritual, en la cual vio a muchos de los Santos muertos:

Esta escena desapareció y fui llevado en visión dentro de un edificio vasto, construido sobre el plan de la Orden de Sión. Entré por la puerta del sur y me encontré en una parte del edificio que estaba sin terminar. Muchos obreros trabajaban allí. Mi guía me mostró toda esa mitad de la casa que estaba sin finalizar, y luego me llevó a la otra mitad que estaba completa. Su riqueza, grandiosidad y belleza desafiaban toda descripción. La casa, que era muy espaciosa, tenía muchos apartamentos, los cuales diferían en tamaño y en finura de artesanía, de acuerdo con los méritos terrenales de aquellos que habrían de ocuparlos. Yo me sentí más a gusto estando entre los trabajadores en la parte inconclusa del edificio. La parte superior estaba llena de Santos, pero no los pude ver, aunque algunos de ellos conversaron conmigo: mi padre, mi madre, mi tío Joseph Young y otros.¹¹

Merrill Neville, en su narración del mundo espiritual, también comentó sobre los edificios que allí se encuentran:

Le dijo a su hermana que, cuando murió, se encontró con sus abuelos y que ahora estaba viviendo con ellos. Tenían un hogar hermoso y estaban preparando una bella casa para su madre y su familia.¹²

Heber Q. Hale, al visitar el paraíso, vio un hermoso templo con cúpulas doradas:

Seguí adelante deleitando mis ojos con las bellezas que me rodeaban y gloriándome en la paz y felicidad indescriptibles con que todos rebosaban y que manaba de dondequiera. Cuanto más lejos iba, más gloriosas parecían ser las cosas. Parado en un cierto lugar, contemplé a poca distancia un templo maravilloso, coronado con cúpulas doradas. De él salió un pequeño grupo de hombres vestidos con túnicas blancas, que se detuvieron para conversar brevemente. Estos eran los primeros que vi ataviados con esas ropas.¹³

Gente Organizada e Industriosa

Jedediah M. Grant describió cuidadosamente la organización de la gente en el paraíso de los espíritus y habló de las relaciones familiares en ese lugar:

Él dijo: “¡Oh, qué orden y gobierno el que existe allí! Cuando estuve en el mundo espiritual, vi el orden establecido para los hombres y mujeres virtuosos. Los vi organizados en varios grados. Nada parecía obstruir mi visión. Pude ver a cada hombre y mujer en su orden y grado. Miré a ver si había algún desorden, pero no pude encontrar ninguno. Tampoco vi muerte u oscuridad, desorden o confusión.” Dijo que la gente que vio allí estaba organizada en familias. Estaban organizados grado tras grado, y todo en perfecta armonía… “Para mi gran sorpresa” —dijo— “en algunas de las familias había deficiencias, faltaba alguien. Vi familias a quienes no les era permitido morar juntas, porque no habían honrado sus llamamientos aquí.”¹⁴

El presidente Heber Q. Hale presenció el mismo orden entre los habitantes del paraíso:

La gente que encontré allí no se consideraba espíritus, sino hombres y mujeres, individuos que piensan y actúan por sí mismos, que cumplen con sus importantes obligaciones de la manera más ordenada. Allí reinaba un orden perfecto, y cada uno parecía tener algo que hacer, y todos parecían ocupados en sus propios asuntos.¹⁵

El élder Peter E. Johnson también comentó acerca de la sociedad altamente organizada del paraíso, y dijo que el trabajo allí parecía ser similar al de la tierra:

Mientras estuve en el mundo espiritual observé que la gente estaba ocupada. Todos estaban perfectamente organizados para el trabajo que hacían. Me pareció una continuación del trabajo que hacemos aquí—algo así como ir de una estaca a otra. Allí no había nada que me pareciera particularmente extraño; todo era natural.¹⁶

Parecería que en la parte de los justos del mundo espiritual reina un espíritu de felicidad y amistad, y que allí se disfruta de la misma amenidad social que conocemos en la tierra. Como observó el profeta José Smith, los espíritus de los muertos “viven en un lugar donde conversan el uno con el otro del mismo modo que lo hacemos aquí en la tierra.”¹⁷ Siguiendo el mismo tema, el presidente Brigham Young dijo:

Los espíritus tienen tanta familiaridad con los espíritus como los cuerpos con los cuerpos, aunque los espíritus están compuestos de una materia tan refinada que es intangible para este organismo más tosco. Ellos caminan, conversan y tienen sus reuniones.¹⁸

Modas en el Mundo Espiritual

Parece que en el mundo espiritual hay tanta diversidad de vestuario como la hay aquí en la tierra. El presidente Heber Q. Hale comentó:

Los millones que vi previamente estaban vestidos, por supuesto, pero sus ropas eran variadas. Los soldados, por ejemplo, vestían de uniforme.¹⁹

Sin embargo, el presidente Hale parecía referirse a los espíritus que no habitaban con los justos en el paraíso. Hay evidencias que demuestran que los justos que viven en esa parte del mundo espiritual escogen vestir de blanco. Juan el Revelador, quien vio a los espíritus de los justos que habían sido muertos por su testimonio de Jesús, dijo que se les dieron túnicas blancas:

Vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.
Y clamaban en alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?
Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y fue dicho que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.²⁰

De hecho, antes de que los recién llegados al paraíso hayan pasado el velo, se les preparan ropas apropiadas. Al respecto, el élder Hale presenció esta preparación:

Cuando me acercaba al lugar por donde había entrado, me llamó la atención un pequeño grupo de mujeres preparando lo que parecía ser indumentarias de vestir. Viendo la expresión inquisitiva de mi rostro, una de las mujeres dijo: “Nos estamos preparando para recibir al hermano Phillip Worthington.” …Cuando repetí su nombre balbuceando, fui amonestado: “Si usted supiera la misión gloriosa y el gozo que le aguardan a él aquí, no pediría que fuera retenido más tiempo en la tierra.”²¹

Parece ser que hay excepciones en cuanto a la regla de que en el paraíso todos visten de blanco. Algunos parecen conservar su vestimenta mortal para ser reconocidos por quienes recién llegan a la morada espiritual. Eso sucedió en el caso de Hans Jensen, quien vestía la ropa de pesca con que murió, para que pudiera ser reconocido por su sobrina, Ella Jensen:

Toda la gente estaba vestida de color blanco o crema, excepto mi tío Hans Jensen, que usaba la ropa oscura y las largas botas de hule que vestía cuando se ahogó en el río Snake en Idaho.²²

Las descripciones de aquellos que han recibido visitantes procedentes del paraíso mencionan unánimemente las vestiduras de los espíritus como túnicas de color blanco. Así, Thomas A. Shreeve escribió que “entró al cuarto un personaje vestido de blanco.”²³ Lorenzo Dow Young informó que su guía en el mundo espiritual “estaba vestido con el blanco más puro.”²⁴ Cuando Briant Stevens apareció a su padre, estaba “vestido de nívea blancura.”²⁵

Parece ser que la vestimenta de los seres espirituales en el paraíso es la misma que usan los seres angelicales que han progresado a un nivel superior. La descripción de las túnicas de los ángeles es más completa. José Smith, por ejemplo, describió al ángel Moroni en detalle:

Llevaba puesta una túnica suelta de una blancura exquisita. Era una blancura que excedía cuanta cosa terrenal jamás había visto yo; ni creo que exista objeto alguno en el mundo que pudiera presentar tan extraordinario brillo y blancura.
Sus manos estaban desnudas, y también sus brazos, un poco más arriba de las muñecas; y de igual manera sus pies, así como sus piernas, poco más arriba de los tobillos. También tenía descubiertos la cabeza y el cuello, y pude darme cuenta de que no llevaba puesta más ropa que esta túnica, porque estaba abierta de tal manera que podía verle el pecho.
No sólo tenía su túnica esta blancura singular, sino que toda su persona brillaba más de lo que se puede describir…²⁶

Un ángel que apareció durante la ceremonia de dedicación del Templo de Kirtland fue descrito como:

Un personaje alto, de ojos oscuros, cabello blanco y un poco encorvado. Su vestimenta era de una sola pieza, extendiéndose casi hasta los tobillos. En sus pies calzaba sandalias.²⁷

También hay evidencias de que a veces los seres celestiales visten las ropas del templo. El élder Alonzo A. Hinckley recibió tres visitantes de allende del velo ataviados de esa manera, poco antes de partir al mundo de los espíritus:

Poco antes de morir, el élder Hinckley estaba con su hija Afton, en su hogar en la ciudad de Salt Lake. La familia había salido. Todo estaba silencioso, y una influencia indescriptiblemente dulce se extendía por la casa. Ella supuso que su padre dormía, pero después de un rato fue a su habitación. Cuando abrió la puerta, él le dijo: “Entra, he tenido una tarde maravillosa. Tres mensajeros celestiales, vestidos con el manto del Santo Sacerdocio, han sido mis visitantes.”
Dijo que le enseñaron a cantar un himno. En ese momento comenzó a llegar la familia y él nunca volvió a referirse a ese tema.²⁸

Los Niños Que Mueren Tienen Espíritus Adultos

Los Santos de los Últimos Días saben que los espíritus premortales han alcanzado la edad adulta antes de venir a la tierra. Si, después de haber venido a la mortalidad, mueren antes de que su cuerpo terrenal haya alcanzado la madurez, su espíritu recobrará nuevamente la forma adulta, aunque el cuerpo que hayan dejado en el sepulcro sea el de un niño. Este hecho es confirmado por aquellos que han visto en el paraíso a los espíritus de niños fallecidos.

Henry Zollinger, por ejemplo, vio a su hermana muerta (que había fallecido cuando tenía cuatro años de edad) y declaró que “su espíritu estaba completamente desarrollado en estatura y parecía muy inteligente.”²⁹ El presidente Heber Q. Hale hizo un descubrimiento similar:

Me sorprendió descubrir que allí no hay bebés de brazos. Encontré al infante de Orson W. Rawlins, mi primer consejero. Inmediatamente lo reconocí como al bebé que había muerto unos años atrás, aunque parecía tener la inteligencia y, en ciertos aspectos, la apariencia de un adulto, y estaba ocupado en cuestiones relacionadas con su familia y su genealogía. Me alegraba saber que las madres recibirían nuevamente en sus brazos a los niños que murieron en la infancia y que estarían plenamente satisfechas. Pero, aun así, el hecho es que la entrada al mundo espiritual no es un lugar para crecer, sino una oportunidad más para el desarrollo espiritual. Los bebés son espíritus adultos en cuerpos infantiles.³⁰

El presidente Joseph F. Smith explicó que los espíritus de los niños muertos podían ser vistos por los mortales en la forma de niños, para poder ser reconocidos, o podían manifestarse en forma adulta si venían como mensajeros especiales:

Los espíritus de nuestros niños son inmortales antes de venir a nosotros, y sus espíritus, tras la muerte corporal, son como eran antes de venir. Son como los habríamos visto si hubiesen vivido en la carne hasta alcanzar su madurez y hubiesen desarrollado sus cuerpos físicos a la estatura completa de sus espíritus. Si vierais a alguno de vuestros niños que ha muerto, tal vez se os manifestaría en una forma en que pudierais reconocerlo, la forma de su niñez. Pero si viniera a vosotros como mensajero con alguna verdad importante, tal vez vendría como vino al obispo Edward Hunter el espíritu de su hijo que murió en su niñez. Este niño se manifestó en su estatura de hombre maduro, y dijo: “Soy tu hijo.”

El obispo Hunter no pudo entender eso y fue a mi padre diciendo: “Hyrum, ¿qué significa esto? Cuando sepulté a mi hijo sólo era un niñito, pero ha venido a mí como hombre ya crecido, un joven noble y glorioso, y declaró ser mi hijo. ¿Qué significa esto?”

Mi padre (Hyrum Smith, el Patriarca) le dijo que el espíritu de Jesucristo se había desarrollado completamente antes de nacer en el mundo. De igual manera, nuestros hijos han alcanzado su desarrollo completo y poseen su estatura cabal en el espíritu antes de entrar al estado terrenal, la misma estatura que poseerán después de que hayan salido de su condición mortal, y como también se verán después de la resurrección, cuando hayan cumplido con su misión.³¹

Hay casos en que espíritus de niños muertos han aparecido en la forma infantil a quienes de esa manera los podrían identificar mejor. Por ejemplo, Jedediah M. Grant vio a su hija como una bebita en el mundo de los espíritus:

Vio a su esposa, la primera persona que encontró. Vio a muchos conocidos, pero no conversó con ellos, sólo con su esposa Carolina. Ella vino hacia él, y él le dijo que qué hermosa se veía. Ella llevaba en sus brazos a su hijita, que había muerto en las praderas, y dijo: “Señor Grant, aquí está la pequeña Margaret. Usted sabe que los lobos la devoraron, pero eso no le causó daño. Ella está bien aquí.”³²

De manera similar, el élder Thomas A. Shreeve pudo reconocer a su hermanito, que se le apareció como un niño pequeño, aparentemente para facilitar el reconocimiento después de una separación de casi dos décadas:

Vi la figura de un niñito parado al pie de la cama. Miré atentamente y reconocí a mi hermanito Teddy, que se había ahogado casi veinte años antes. Parece que yo sabía que él venía del mundo espiritual, y en mi ansiedad salté de la cama y, apoyando una rodilla en el piso, lo observé intensamente. Se paró cerca de mí y tomé uno de sus bracitos en mi mano. Aunque era un espíritu, parecía palpable al tacto. Dije:

“Pienso que eres mi hermanito Teddy, pero hace tanto que te vi por última vez que casi he olvidado cómo eras.”³³

Ella Jensen, mientras estaba en el mundo espiritual, vio un grupo grande de niños:

Finalmente alcancé el extremo de esa larga habitación. Abrí una puerta y pasé a otro cuarto que estaba lleno de niños. Estaban acomodados en perfecto orden: primero los más pequeños, luego los más grandes, de acuerdo a su edad y tamaño, los más grandes en las últimas filas alrededor de todo el cuarto. Estaban reunidos en una especie de Primaria o Escuela Dominical presidida por Eliza R. Snow. Había cientos de niños pequeños.³⁴

Parece que ella no entendió el significado completo de lo que vio hasta más tarde, cuando tuvo una conversación con el hermano Alphonzo H. Snow y su esposa. Esa conversación le demostró que los espíritus aparecieron como niños para ayudarle a identificar al pequeño Alphie Snow, quien acababa de fallecer. El hermano Snow relató:

Mi esposa Minnie y yo oímos de la muerte y de la restauración a la vida de Ella Jensen y fuimos a su hogar para verla. Cuando entramos al cuarto, ella dijo: “¡Oh! Alphonzo y Minnie, vengan aquí. Tengo algo que decirles. Después de regresar a la tierra conté a mis padres algunas de las notables experiencias que había tenido en el mundo espiritual. Una de ellas fue muy extraña y no la pude entender.

“Ustedes saben que su hijito Alphie ha estado en mi clase de la Escuela Dominical en el Barrio Primero. Siempre lo quise mucho. Mientras estaba en la clase de Eliza R. Snow en el mundo espiritual, reconocí a muchos niños. Todos ellos habían muerto, excepto uno: el pequeño Alphie. No podía entender cómo podía estar entre ellos, y al mismo tiempo estar vivo. Cuando le conté esto a mamá, ella dijo: ‘Sí, Ella, el pequeño Alphie también está muerto. Falleció esta mañana temprano, cuando tú estabas tan enferma. Sabíamos que lo amabas, y contártelo te hubiera hecho mal, así que no te lo dijimos.’”

Indudablemente fue un consuelo saber que Ella había visto a nuestro querido pequeño y que él estaba muy feliz. Ella dijo que no era correcto afligirnos y lamentarnos tanto por él, y que si nosotros nos absteníamos de hacerlo, él sería más feliz.³⁵

Diferentes Esferas y Niveles

El mundo espiritual no debería ser considerado como una sola vasta zona habitada. Parece ser que está dividido en diferentes comunidades, y los que están en diversos niveles de progreso aparentemente viven rodeados de aquellos con quienes tienen mayor compatibilidad. Pareciera que hay numerosos grados de progreso representados por varias esferas o áreas de residencia.

Brigham Young enseñó:

No tenemos tiempo que perder tontamente, porque tenemos que hacer tanto como nos es posible para no quedarnos atrás de los hermanos que nos han precedido.

Y cuando hayamos pasado a la esfera donde está José, aun habrá otro departamento, y luego otro, y otro, y así sucesivamente hacia un progreso eterno en exaltación y vidas eternas. Esa es la exaltación que yo busco.³⁶

Según entendía el presidente Brigham Young, un individuo gozará de una libertad considerable para elegir a aquellos con quienes se asociará cuando alcance el mundo espiritual. Él dijo que “si se asocian y reúnen juntos en clanes y sociedades como lo hacen aquí, ése será su privilegio.”³⁷

Sin embargo, en el mundo espiritual hay un elemento de clasificación de acuerdo al grado de progreso y de rectitud. El presidente Heber Q. Hale, quien vio y entendió este principio mientras estuvo en el mundo espiritual, dijo:

Luego resultó aparente que los habitantes del mundo espiritual están clasificados de acuerdo a su pureza y a su subordinación a la voluntad del Padre.³⁸

En el mundo espiritual hay movimiento y progreso de un área a otra. Durante su visita al mundo espiritual, Jedediah M. Grant descubrió que eso era verdad cuando

Le preguntó a su esposa Carolina dónde estaban José, Hyrum, el padre del profeta y otros. Ella contestó: “Ellos han seguido adelante para ejecutar y realizar tareas para nosotros.” Igual que cuando el hermano Brigham y sus hermanos dejaron Winter Quarters y vinieron aquí buscando un hogar, ellos fueron a encontrar un lugar para sus hermanos.³⁹

Wilford Woodruff, hablando de una visita de más allá del velo hecha por Brigham Young después de su muerte, compartió un entendimiento que ganó conversando con el difunto líder:

Me vino el pensamiento de que el hermano José había dejado en manos de otros el trabajo de velar sobre esta Iglesia y reino, y que había avanzado, dejando esta obra a hombres que han vivido y trabajado con nosotros desde que él se fue. Y se me manifestó esta idea: que tales hombres avanzan en el mundo espiritual.⁴⁰

Parece que, hasta que un individuo no se haya perfeccionado hasta el punto de estar calificado para morar en un grado o nivel más alto del mundo espiritual, no se le permitirá entrar a ese nivel. Esto es especialmente verdadero cuando uno busca pasar de la prisión espiritual al paraíso. De acuerdo con Heber Q. Hale, hay mucha actividad entre las diferentes esferas por medio de los misioneros que procuran ayudar a otros a progresar y a desarrollarse:

Particularmente se observó que los inicuos e impenitentes están confinados en un cierto distrito, los confines del cual son tan estrictamente determinados e impasables como la línea que marca la división entre el mundo físico y el mundo espiritual; un simple velo, pero que resulta impasable hasta que la persona misma haya cambiado. Este mundo espiritual es una morada temporal para todos los espíritus que esperan la resurrección de los muertos y el juicio. Dentro de las diferentes esferas había mucha actividad y se veían los ministros de la salvación pasando de las esferas elevadas a las inferiores para efectuar sus compromisos misionales.⁴¹

La Iglesia de Esta Dispensación, en el Mundo Espiritual, Bajo la Dirección de José Smith

Los Santos de los Últimos Días entienden que la actividad en el mundo espiritual será dirigida por la Iglesia, con profetas del Señor en posiciones de liderazgo. Cuando uno deja la mortalidad, continúa con sus responsabilidades en la Iglesia allende el velo. Como enseñó Wilford Woodruff:

El mismo sacerdocio existe al otro lado del velo. Todo hombre que es fiel a su quórum aquí, se unirá a su quórum allá. Cuando un hombre muere y su cuerpo yace en la tumba, no pierde su posición… Cada apóstol, setenta, élder, etc., que ha muerto en la fe, tan pronto como pasa al otro lado del velo, entra en la obra del ministerio.⁴²

Brigham Young enseñó el mismo principio con igual claridad:

Cuando élderes fieles, poseyendo el sacerdocio, van al mundo espiritual, llevan con ellos el mismo poder y sacerdocio que tuvieron en el tabernáculo mortal.⁴³

Parece que la autoridad del sacerdocio es aún más necesaria en el mundo espiritual que en la tierra, porque el trabajo allende el velo no está dividido entre objetivos espirituales y objetivos temporales como aquí. Está dedicado casi exclusivamente a la extensión del gran plan de salvación de Dios, bajo la dirección de la autoridad del sacerdocio.⁴⁴ Según el presidente Brigham Young, el poseer el sacerdocio le permitirá a un hombre trabajar en el mundo espiritual en un plano mucho más alto que quienes no tienen este poder:

Se ha dicho mucho sobre el poder de los Santos de los Últimos Días. ¿Quién tiene el poder, el pueblo llamado Santos de los Últimos Días o el sacerdocio? Es el sacerdocio. Si viven de acuerdo a ese sacerdocio, pueden comenzar aquí su obra, ganar muchas victorias y estar preparados para recibir gloria, inmortalidad y vida eterna. Y cuando van al mundo espiritual, su obra sobrepasará la de cualquier otro hombre o ser que aquí no haya sido bendecido con las llaves del sacerdocio.⁴⁵

De acuerdo con el testimonio de los profetas de los últimos días, la Iglesia está organizada en el mundo espiritual conforme a las dispensaciones en que los hombres vivieron en la tierra, con el profeta responsable por cada generación encabezando la Iglesia entre su pueblo. El profeta José Smith dijo, con referencia a esta organización:

Esta es la naturaleza del sacerdocio: cada hombre presidiendo sobre su dispensación, y un hombre presidiendo sobre todas ellas, aun Adán. Y Adán recibe su presidencia del Señor, pero no puede recibir la plenitud hasta que Cristo presente el reino al Padre, y eso será al final de la última dispensación.⁴⁶

Parece ser que las iglesias de las diferentes dispensaciones no estarán completamente organizadas en su mutua relación hasta que se realice el concilio de Adam-ondi-Ahman en los últimos días, bajo la dirección de Adán (quien es Miguel y es conocido como el Anciano de Días). Orson Pratt explicó:

Este hombre se sentará en su trono, y diez mil veces diez mil seres inmortales, sus hijos, estarán ante él, con todos los grados del sacerdocio, de acuerdo al orden que Dios ha señalado y ordenado. Entonces, y no antes, cada quórum del sacerdocio en esta Iglesia de los Últimos Días encontrará su lugar.

Si vamos tras el velo, no hallaremos esta organización perfecta de los santos de todas las generaciones; recién la encontraremos cuando llegue ese período, que será antes que Jesús venga en Su gloria. Entonces veremos que allí hay un lugar para la Primera Presidencia de esta Iglesia, para los Doce Apóstoles llamados en esta dispensación, para los doce discípulos que fueron llamados entre el resto de José en esta tierra en la antigüedad; para los Doce que fueron llamados entre las diez tribus de Israel en el país del norte; para los Doce llamados en Palestina que ministraron en la presencia de nuestro Salvador. Todos los quórums y concilios del sacerdocio de cada dispensación que han existido desde los días de Adán hasta el tiempo presente encontrarán sus lugares de acuerdo a los llamamientos, dones, bendiciones, ordenaciones y llaves del sacerdocio que el Señor Todopoderoso les ha conferido en las diferentes generaciones. Esta será una de las reuniones más grandes que jamás haya tenido lugar sobre la faz de nuestra tierra.⁴⁷

José Smith es reconocido como el líder de la Iglesia de esta dispensación en el paraíso. Brigham Young dijo:

José Smith posee las llaves de esta última dispensación y ahora está trabajando tras el velo en la gran obra de los últimos días… Él posee las llaves del reino de esta última dispensación —las llaves para gobernar en el mundo espiritual. Y él rige allí triunfalmente, porque ganó pleno poder y una victoria gloriosa sobre el poder de Satanás mientras estaba en la carne, y fue un mártir por su religión y por el nombre de Cristo, lo cual le da la más perfecta victoria en el mundo espiritual. Él reina allí como un ser supremo en su esfera, capacidad y llamamiento, así como Dios lo hace en el cielo. Muchos exclamarán: “¡Oh, eso me es desagradable! ¡Es ridículo! ¡No puedo soportar ni siquiera la idea!” Pero eso es verdad.

Ahora voy a decirles algo que debiera consolar a todo hombre y mujer sobre la faz de la tierra: José Smith hijo, nuevamente estará sobre la tierra dictando planes y llamando a sus hermanos para que sean bautizados a favor de esas mismas personas que desearon que esto no fuera así. Y eso se hará con la finalidad de llevarlos a un reino donde quizás disfruten de la presencia de ángeles o de espíritus de hombres buenos, si es que no pueden soportar la presencia del Padre y del Hijo. Él nunca cesará de obrar bajo la dirección del Hijo de Dios, hasta que se hayan salvado los últimos hijos de los hombres que puedan ser salvos, desde Adán hasta ahora.

¿No debiera este pensamiento consolarnos a todos? Estarán mil veces más agradecidos por un hombre como José Smith hijo que por cualquier otra cosa en este mundo. Su misión es ver que todos los hijos de los hombres de esta última dispensación que puedan ser salvos, lo sean mediante la redención. Todos vosotros agradeceréis a José Smith hijo el que haya sido ordenado a ese gran llamamiento antes de que los mundos fueran.⁴⁸

El presidente Wilford Woodruff repitió la misma enseñanza:

El profeta José Smith poseyó las llaves de esta dispensación de este lado del velo y las poseerá durante las edades incontables de la eternidad. Fue al mundo espiritual a abrir las puertas de la prisión y a predicar el evangelio a los millones de espíritus que están en la oscuridad.⁴⁹

Parley P. Pratt enseñó el mismo principio:

Este es mi testimonio en este día: que José Smith fue y es un profeta, vidente y revelador, un apóstol que posee las llaves de esta íntima dispensación y del Reino de Dios, bajo Pedro, Santiago y Juan. No solo fue, vivió y murió como profeta y apóstol de Jesucristo, sino que ahora vive en el mundo espiritual y posee esas mismas llaves para nosotros y toda esta generación. Poseerá esas llaves por toda la eternidad, y no hay poder en los cielos o en la tierra que pueda quitárselas jamás; porque él continuará poseyendo esas llaves durante toda la eternidad, y estará nuevamente en la carne sobre esta tierra como la cabeza de los Santos de los Últimos Días bajo Jesucristo y bajo Pedro, Santiago y Juan.⁵⁰

En los discursos de los líderes de la Iglesia que conocieron íntimamente a José Smith y que comprendían bien la función que debía desempeñar, son comunes las referencias a su obra en el mundo espiritual. Las palabras de Brigham Young tipifican estos comentarios:

El espíritu de José… es activo en la predicación a los espíritus en prisión y en preparar la vía para redimir a las naciones de la tierra que vivieron en la oscuridad antes de que él introdujera el evangelio en estos días.

Él tiene tanto trabajo como yo; tiene tanto que hacer como yo. José Smith padre, y Carlos, y el hermano Partridge, sí, y todo buen santo en el mundo espiritual, están tan ocupados como ustedes y yo aquí. Ellos pueden vernos, pero nosotros a ellos no, a menos que se nos abrieran los ojos. ¿Qué hacen allí? Todo el tiempo están predicando y preparando el camino para que apresuremos la construcción de templos aquí o en otro lugar.⁵¹

Sobre el mismo tema, el presidente Wilford Woodruff dijo:

Si se pudiera quitar el velo de nuestros ojos y pudiéramos ver el mundo espiritual, veríamos que José Smith, Brigham Young y John Taylor han recogido a todos los espíritus que han sido miembros de esta Iglesia desde su organización.⁵²

Quizás los informes de aquellos que han visto al profeta José y a otros líderes de la Iglesia en el mundo espiritual —ya sea en sueños o visiones— son de mayor significado que comentarios de ese tipo. Cuando David P. Kimball se enfermó de pulmonía en noviembre de 1881, recibió visitantes de allende el velo, incluyendo a su padre, Heber C. Kimball, quien comentó acerca de su asociación con José Smith y Brigham Young:

En ese momento, mi padre comenzó a hablarme, su voz parecía venir de muy lejos. Empezó contándome de su asociación con el presidente Brigham Young, el profeta José y otros en el mundo espiritual. Luego preguntó por sus hijos y pareció lamentar que su familia estuviera tan dispersa. Dijo que dentro de dos años habría una gran reforma en su familia. También me dijo dónde debería vivir yo, así como ustedes y otros, y muchas otras cosas. Conversé libremente con mi padre. Mis palabras eran repetidas tres veces por otras tantas personas, exactamente como yo las pronunciaba, hasta que llegaban a él, y luego sus palabras me llegaban del mismo modo.

Después de todo esto, tuve dudas, pensando que podría ser solo un sueño, y para convencerme de que estaba despierto, me levanté y salí al aire libre.⁵³

En 1898, cuando Peter E. Johnson tuvo la oportunidad de permanecer en el paraíso y luego regresó a la mortalidad, escribió:

“Se me informó que allí predicaría el evangelio a los espíritus, así como había predicado a la gente aquí, y que lo haría bajo la dirección inmediata del profeta José.”⁵⁴

El presidente Joseph F. Smith informó en su “Visión de la Redención de los Muertos”, recibida el 3 de octubre de 1918:

El profeta José Smith, mi padre Hyrum Smith, Brigham Young, John Taylor, Wilford Woodruff y otros espíritus selectos que fueron reservados para nacer en el cumplimiento de los tiempos, a fin de participar en la colocación de los cimientos de la gran obra de los últimos días —incluso la construcción de templos y la efectuación en ellos de las ordenanzas para la redención de los muertos— también estaban en el mundo de los espíritus.

Observé que también ellos se hallaban entre los nobles y grandes que fueron escogidos en el principio para ser gobernantes en la Iglesia de Dios.

Aun antes de nacer, ellos, junto con muchos otros, recibieron sus primeras lecciones en el mundo de los espíritus, y fueron preparados para venir en el debido tiempo del Señor, a fin de obrar en su viña en bien de la salvación de las almas de los hombres.⁵⁵

Ese mismo año, el presidente Smith relató el contacto que tuvo con el profeta José Smith durante su misión en las Islas Hawaianas en 1854:

Soñé que estaba viajando y tenía la impresión de que debía darme prisa —apresurarme con todas mis fuerzas por miedo a que fuera demasiado tarde. Corrí tanto como pude. Estaba consciente de que solo llevaba un pequeño bulto atado con un pañuelo. Aunque iba tan aprisa como podía, no sabía por qué lo hacía. Pero finalmente llegué a una mansión magnífica —si es que podía llamarla mansión. Parecía demasiado extensa, demasiado grande para haber sido hecha por manos humanas. Pero sabía que había llegado a mi destino. Tan rápido como pude, fui hacia allí. Vi un anuncio que decía “Baño”. Giré rápidamente, fui al baño y me lavé. Abrí el atadito que llevaba, y allí había un juego de ropa limpia y blanca, algo que hacía mucho tiempo no veía, porque las personas entre quienes vivía no se afanaban por que las cosas estuvieran demasiado limpias. Pero mi ropa estaba limpia y me la puse. Luego corrí hacia lo que parecía ser una gran entrada o puerta. Llamé y la puerta se abrió, y el hombre que estaba parado allí era el profeta José Smith. Me miró como reprobándome un poco, y sus primeras palabras fueron: “Joseph, llegaste tarde.” Aun así, tomé confianza y dije:

“¡Sí, pero estoy limpio, estoy limpio!”

Me estrechó la mano, me hizo pasar, y luego cerró la gran puerta. Su mano era tan tangible como la de cualquier hombre. Yo lo conocía, y cuando entramos vi a mi padre, y a Brigham, y a Heber, y a Willard, y a otros buenos hombres que había conocido, parados en una fila. Yo miraba como si fuera a través de este valle, y parecía estar lleno de una multitud innumerable de gente, pero en la plataforma estaban todos los que había conocido. Allí estaba sentada mi madre con un niño en su regazo. Yo podía llamar por sus nombres a todos los que se sentaban allí, y todos parecían estar entre los escogidos, entre los exaltados.

El Profeta me dijo señalando a mi madre: “Joseph, tráeme ese niño.”

Fui hasta mi madre y levanté al niño. Pensé que era un lindo bebé varón. Lo llevé hasta el Profeta, y cuando se lo entregué, apoyé intencionalmente mis manos contra su pecho. Sentí la tibieza. Yo estaba solo, allá lejos en las montañas de Hawái. Nadie estaba conmigo. Pero en esta visión, presioné mis manos contra el profeta y una sonrisa cruzó por su rostro. Le alcancé el niño y retrocedí. El presidente Young dio dos pasos, mi padre uno, y formaron un triángulo. Luego José bendijo al bebé y, cuando terminó, retrocedieron y se alinearon. Es decir, Brigham y papá retrocedieron. José me dio el bebé, y esta vez yo estaba decidido a comprobar si era un sueño o la realidad. Quería saber qué significaba. Así que intencionalmente me apoyé contra el Profeta. Sentí el calor de su estómago. Me sonrió como si comprendiera mi propósito. Me entregó al niño, y yo lo puse en el regazo de mi madre.

Aunque solo era un joven, esa mañana al despertar yo era un hombre. No había nada en el mundo a lo que yo temiera. Podía encontrar a cualquier hombre, mujer o niño y mirarlos a los ojos sintiendo en mi alma que yo era un hombre en cada fibra de mi ser. Esa visión, esa manifestación y testimonio me han convertido en lo que soy, si es que soy bueno, o limpio, o recto ante el Señor, o si es que hay algo bueno en mí. Eso me ha ayudado en todas las pruebas y a través de todas las dificultades.

¿Acaso se supone que solo haya sido un sueño? No. Para mí es una realidad. Para mí nunca podría existir algo más real. Sentí la mano de José Smith. Sentí la tibieza de su estómago cuando puse la mano contra él. Vi la sonrisa en su rostro. Cumplí con mi deber como él me lo pidió, y cuando desperté, sentí como si hubiera sido sacado de un barrio bajo, de la desesperación, del estado miserable en que estaba. Desnudo, o casi desnudo como me encontraba, no tenía miedo de ningún hombre blanco, ni de nadie más, y desde ese momento nunca he temido a nadie. Sé que eso fue una realidad, para mostrarme mi deber, para enseñarme algo, para grabar en mí algo que no pudiera olvidar. Espero que nunca se desvanezca de mi mente.⁵⁶

Durante su entrada al mundo espiritual en 1920, el presidente Heber Q. Hale fue guiado por el presidente Joseph F. Smith (quien había muerto dos años antes) y presentado por él a José Smith y a Brigham Young:

Se dio vuelta y me guió hacia el pequeño grupo de hombres de quienes acababa de separarse. Inmediatamente reconocí al presidente Brigham Young y al profeta José Smith. Me sorprendió que el primero fuera un hombre más bajo y robusto de lo que yo pensaba. Él y el presidente Smith poseían una calma y majestad que eran a la vez mansas y regias. El presidente Smith me presentó a los otros, quienes me saludaron cálidamente. Luego volvimos sobre nuestros pasos y el presidente Smith se fue diciendo que nos volveríamos a ver.⁵⁷

La Visita de Jesucristo al Paraíso

El Salvador visitó el paraíso para dirigir allí los asuntos de Su Iglesia y Su pueblo. Su visita después de la crucifixión fue resumida por el presidente Joseph F. Smith, quien escribió:

Mientras esta innumerable multitud esperaba y conversaba, regocijándose en la hora de su liberación de las cadenas de la muerte, apareció el Hijo de Dios y declaró libertad a los cautivos que habían sido fieles;

y allí les predicó el evangelio eterno, la doctrina de la resurrección y la redención del género humano de la caída, y de los pecados individuales, con la condición de que se arrepintieran…

…entre los justos había paz, y los santos se regocijaron en su redención, y doblaron la rodilla, y reconocieron al Hijo de Dios como su Redentor y Libertador de la muerte y de las cadenas del infierno.

Sus semblantes brillaban, y el resplandor de la presencia del Señor descansó sobre ellos, y cantaron alabanzas a Su santo nombre…

Así fue como se hizo saber que nuestro Redentor pasó Su tiempo, durante Su permanencia en el mundo de los espíritus, instruyendo y preparando a los fieles espíritus de los profetas que habían testificado de Él en la carne, para que pudieran llevar el mensaje de la redención a todos los muertos, a quienes Él no podía ir personalmente por motivo de su rebelión y transgresión, para que éstos también pudieran escuchar Sus palabras por medio del ministerio de Sus siervos.⁵⁸

En los últimos días, el Señor ha aparecido numerosas veces a seres mortales.⁵⁹ Sin embargo, la mayoría de esas visitas no han estado relacionadas con el mundo de los espíritus, sino que han sido apariciones a mortales en la tierra o visiones del Maestro en el reino celestial. Pero al menos dos encuentros con el Señor tuvieron lugar en el reino espiritual.

Dos días antes de morir, David Whitmer fue allende el velo y vio a Jesús:

El lunes último (23 de enero de 1888), a las 10 de la mañana, al despertar de un breve sueño, dijo que había ido más allá del velo, y que del otro lado había visto a Cristo.⁶⁰

Heber Q. Hale, después de describir el templo que vio en el mundo espiritual, contó cómo allí también vio al Salvador:

En el pequeño grupo de hombres, mi vista recayó en uno más espléndido y santo que el resto. Mientras miraba, el presidente Joseph F. Smith se separó de los otros y vino a mi lado. Me preguntó: “¿Lo conoce?” Rápidamente respondí: “Sí, lo conozco.” Mis ojos contemplaban a mi Señor y Salvador. “Es verdad”, dijo el presidente Joseph F. Smith. ¡Oh, qué emoción embargaba mi alma! ¡Qué gozo inexpresable llenaba mi ser!⁶¹

Podemos ver que el Señor se preocupa por Su obra en el mundo espiritual, y que allí manifiesta Su presencia entre los justos.

Libres de Inquietudes y Penas

Mientras describía el mundo de los espíritus a su hijo Coriantón, Alma dijo:

“Los espíritus de los que son justos serán recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso: un estado de descanso, un estado de paz, donde descansarán de todas sus aflicciones, y de todo cuidado y pena.”⁶²

Algunos, al considerar este pasaje, han entendido que quiere decir que los hombres no tendrán tareas que desempeñar. Esto parece ser una interpretación equivocada. De acuerdo con los profetas de los últimos días, habrá una gran cantidad de trabajo que realizar. Sin embargo, será de gran ayuda en ese trabajo el no padecer sufrimientos físicos ni necesidades, y el ser libres de pecado, de las penas e inquietudes mortales.

Brigham Young tenía mucho que decir sobre este tema. Predicando en el funeral de Thomas Williams, enseñó:

“Cuando contemplamos la condición del hombre sobre la tierra y entendemos que vinimos aquí con el propósito de prepararnos, por medio de nuestra fidelidad, para heredar la vida eterna, nos preguntamos adónde vamos a ir, cuál será nuestra condición, cuál será la naturaleza de nuestras ocupaciones en un estado de más vigor y de mayor inteligencia que el que poseemos aquí. ¿Tendremos gozo en nuestra labor? ¿Tendremos algún objetivo, o nos sentaremos y cantaremos en gozo sempiterno?

Estas preguntas surgen en las mentes de las personas, y muchas veces desean saber algo acerca del más allá. ¡Qué valle oscuro y sombrío es eso que llamamos la muerte! ¡Qué extraño es, en cuanto al cuerpo mortal se refiere, pasar de este estado de existencia a un estado inanimado! ¡Qué oscuro es este valle! ¡Qué misterioso es este camino, y tenemos que recorrerlo solos!

Me gustaría decirles, amigos y hermanos míos, que si pudiéramos ver las cosas como son, como las veremos y entenderemos, esta sombra oscura, este valle, es tan insignificante, que después de que lo hayamos pasado, nos volveremos, lo miraremos y pensaremos: ‘Éste es el progreso más grande de toda mi existencia, porque he pasado de un estado de tristeza, pena, lamentación, pesar, miseria, dolor, angustia y frustración a un estado de existencia en el que puedo gozar la vida al máximo, tanto cuanto se puede sin un cuerpo.’

Mi espíritu es libre. Ya no estoy sediento. Ya no deseo dormir más. No tengo hambre. No me canso. Corro, camino, trabajo, voy, vengo, hago esto, hago aquello, hago cualquier cosa que se me pida, todo sin dolor ni cansancio. Estoy pleno de vida, pleno de vigor, y gozo de la presencia de mi Padre Celestial por el poder de Su Espíritu.”⁶³

En el funeral de Aurelia Spencer, dijo:

“Aquí continuamente nos causan problemas las enfermedades y dolencias de todo tipo. Llegan a nuestros oídos expresiones como: ‘Me duele la cabeza,’ ‘Me duele la espalda,’ ‘Tengo hambre, sed o cansancio.’ Pero en el mundo espiritual estaremos libres de todo eso y disfrutaremos de vida, gloria e inteligencia. El Padre nos hablará, Jesús nos hablará y los ángeles nos hablarán. Gozaremos de la compañía de los justos que permanecen hasta la resurrección en el mundo de los espíritus.”⁶⁴

El presidente Young, mientras hablaba de los espíritus inicuos en el mundo espiritual, dijo:

“Cuando estéis en el mundo espiritual, todo será tan natural como ahora. Allí los espíritus conversarán, se mirarán, y su comunicación será tan variada, familiar y natural como aquí en los tabernáculos mortales. Allá, como aquí, las cosas serán naturales, y las entenderéis así como ahora entendéis las cosas naturales.

Allí veréis que los espíritus de que hablamos son activos. No duermen. Comprenderéis que ellos están luchando con todas sus fuerzas, trabajando y esforzándose tan diligentemente como cualquier individuo lo haría en este mundo, para lograr su propósito de destruir a los hijos de los hombres.”⁶⁵

Se Realizan Trabajos

El mundo espiritual sirve como un lugar de progreso y crecimiento para los justos. Aquellos que trabajen diligentemente allí crecerán en conocimiento, poder y felicidad. Como lo explicó Brigham Young:

“Tenemos más amigos del otro lado del velo que de éste, y nos saludarán más gozosamente de lo que jamás lo hemos sido por nuestros padres y amigos en este mundo. Y al encontrarlos, tendréis más regocijo del que jamás habréis tenido al ver a un amigo en esta vida. Luego iremos paso a paso, de gozo en gozo, y de un nivel de poder e inteligencia a otro, hacia más exquisita y sensitiva felicidad, a medida que obtengamos las palabras y poderes de vida.”⁶⁶

Una de las principales tareas de los justos en el mundo espiritual es obtener conocimiento y comprensión de las cosas de Dios. José Smith enseñó que:

“En esto consiste la vida eterna: en conocer al único Dios sabio y verdadero. Debéis aprender cómo ser dioses vosotros mismos, ser reyes y sacerdotes de Dios, del mismo modo que lo han hecho todos los dioses antes que vosotros; es decir, yendo de un grado a otro, de una pequeña capacidad a una gran capacidad, de gracia en gracia, de exaltación a exaltación, hasta obtener la resurrección y poder morar en fuego sempiterno, y sentarse en gloria y poder eternos.”⁶⁷

Más adelante, en el discurso del funeral de King Follett, agregó la siguiente explicación:

“El conocimiento salva al hombre. Y en el mundo de los espíritus nadie puede ser salvo sino por conocimiento. Si un hombre no presta atención a los mandamientos, permanecerá sin salvación. Si un hombre tiene conocimiento, puede ser salvo; sin embargo, si es culpable de graves pecados, será castigado por ellos. Pero cuando obedece el evangelio, aquí o en el mundo espiritual, será salvo.”⁶⁸

Sobre este tema, el presidente Brigham Young enseñó:

“Si nosotros estamos luchando con todos los poderes y facultades que Dios nos ha dado para mejorar nuestros talentos, para prepararnos a morar en vida eterna, y morimos mientras lo hacemos, ¿con qué disposición entrarán nuestros espíritus en el próximo estado? Seguirán luchando por hacer las cosas de Dios, solo que en un grado mucho mayor—aprendiendo, aumentando, creciendo de gracia en gracia, en el conocimiento de la verdad.”⁶⁹

Mientras estuvo en el mundo espiritual, Henry Zollinger observó que “allí, como aquí, las personas tenían su libre albedrío, y que el único modo de progresar era obtener conocimiento.”⁷⁰

Un segundo tipo de trabajo que se efectúa en el mundo espiritual es el de servir como siervos ministrantes a aquellos que han alcanzado un grado mayor de perfección en la morada espiritual. Tal servicio indudablemente provee oportunidades de crecimiento mediante la asociación con seres más avanzados. En declaraciones pronunciadas tras la muerte de James Adams, el profeta José enseñó:

“Los espíritus de los hombres justos son hechos siervos ministrantes al servicio de quienes están sellados a vida eterna, y es por medio de ellos que bajan los poderes selladores… Los espíritus de los justos son exaltados a una obra mayor y más gloriosa, por eso son bendecidos en su partida al mundo de los espíritus.”

Una tercera labor que se lleva a cabo en el mundo espiritual es la preparación para eventos futuros que tendrán lugar en la tierra. Aparentemente, deben establecerse cimientos más allá del velo en anticipación a acontecimientos significativos de los últimos días. Como declaró Brigham Young:

“Ellos están predicando, predicando todo el tiempo, y preparando el camino para que apresuremos nuestra obra de construcción de templos aquí y en otras partes, así como el regreso al Condado de Jackson para construir el gran templo del Señor. Se están apresurando para estar listos cuando nosotros lo estemos, y todos nosotros nos estamos apresurando para estar listos cuando nuestro Hermano Mayor lo esté… En el mundo espiritual, los que han salido triunfantes siguen adelante preparando el camino para aquellos que viven en la carne, realizando la obra de salvadores en el Monte de Sión.”⁷²

Un cuarto trabajo que realizan los que están en el paraíso es la enseñanza de los justos. Ella Jensen vio esta obra en proceso en el mundo espiritual cuando observó a un grupo “reunido en una especie de Primaria o Escuela Dominical presidida por Eliza R. Snow.”⁷³ Ciertamente, si la Iglesia en el otro lado del velo continúa con el mismo tipo de organización que tiene aquí, habrá allí una necesidad continua de administradores y maestros eficaces.

Según las evidencias, en el paraíso se pone gran énfasis en la música, y se forman coros que cantan en numerosas ocasiones importantes tanto en la tierra como en el mundo espiritual. David P. Kimball, quien estuvo al borde de la muerte debido a una pulmonía, oyó un coro del mundo espiritual que cantaba palabras de bendición e instrucción. En ese coro, él identificó la voz del espíritu de su esposa fallecida, por su forma de cantar:

“En ese momento oí el cantar más hermoso que jamás haya oído en toda mi vida. Un coro repitió tres veces estas palabras: ‘Dios bendiga al hermano David Kimball’. Inmediatamente distinguí entre las voces la de mi segunda esposa, Julia Merrill, quien en vida fue una buena cantante. Esto, por supuesto, me sorprendió… Después de todo eso, cedí paso a la duda, pensando que podía tratarse de un sueño, y para convencerme de que estaba despierto, me levanté y salí al aire libre.

Regresé, embargado todavía por el espíritu de duda. Para comprobarlo mejor, le pedí a mi esposa Julia que cantara un verso de una de sus canciones de antaño. Inmediatamente, el coro, que había seguido cantando, se detuvo, y ella entonó con claridad y belleza cada palabra de la canción: ‘¿Pensará en mí?’

A continuación miré hacia el sur y allí vi, como si fuera en una plataforma, cientos, aún miles de amigos y parientes. Se me concedió el privilegio de hacer preguntas, y las hice. Esto continuó por algún tiempo, y después volvieron a comenzar los cánticos, directamente arriba de mí. Entonces me envolví en un par de frazadas y salí al aire libre, decidido a ver a los cantores. Pero no pude ver nada, aunque seguía oyendo las voces igual que cuando estaba adentro. Volví a mi lecho, y los cánticos —que eran todos comunicativos e instructivos— continuaron hasta rayar el alba.”⁷⁴

Se han oído coros del otro lado del velo durante la dedicación de por lo menos dos templos de los Santos de los Últimos Días. Eliza R. Snow escribió que durante los primeros días del templo de Kirtland, “se oyeron cánticos de coros celestiales.”⁷⁵ Cuando fue dedicado el templo de Manti, se oyó otro de esos coros:

“El primer día, cuando el profesor Smyth estaba finalizando un solo de órgano —una selección de Mendelssohn— varios hermanos en el centro del edificio y algunos en la parte occidental de la plataforma oyeron voces celestiales cantando. Les parecía que un coro angelical estaba detrás y arriba de ellos, y muchos volvieron la cabeza en esa dirección, preguntándose si no habría otro coro en otra parte del edificio. Sin embargo, no había otro coro.”⁷⁶

Una sexta área de trabajo en el paraíso es la recopilación de datos genealógicos. Heber Q. Hale relató que durante su visita al mundo espiritual:

“Encontré al hermano John Adamson, su esposa, su hijo James y su hija Isabelle, quienes habían sido muertos por una banda de viles asesinos en Carrey, Idaho, la noche del 29 de octubre de 1915. Parecían saber que yo iba a regresar a la mortalidad, e inmediatamente el hermano Adamson dijo: ‘Dígales a mis hijos que somos muy felices y que no deben lamentar nuestra partida, ni preocuparse por el modo en que nos mataron. En ello hay un propósito. Aquí nosotros tenemos que hacer un trabajo que requiere nuestro esfuerzo conjunto y que no podríamos hacer individualmente.’ Inmediatamente me hicieron saber que el trabajo al cual se referían era la genealogía que estaban buscando en Escocia e Inglaterra.”⁷⁷

Harriet Salvina Beal, cuando fue escoltada al paraíso por su madre, Clarissa Allen Beal, también aprendió acerca de la gran obra genealógica que se lleva a cabo en el mundo de los espíritus. Harriet viajó a la morada de los espíritus cuando tenía dieciséis años, en 1852, poco después de que arribara con su familia al valle del Lago Salado. En esta parte del relato, Harriet se encuentra en el paraíso y su madre acaba de salir de la habitación por unos momentos:

“Viendo a mamá ir por el vestíbulo, me volví para regresar a mi silla, pero al girar vi que la puerta al otro lado del vestíbulo, a corta distancia de mí, estaba abierta. Yo tenía que ver lo que había en esa habitación, así que crucé muy cuidadosamente y miré. Toda mi vida yo había sido de naturaleza curiosa, y muchas veces eso me causó problemas. Pero esta vez fui muy gratamente sorprendida al ver al profeta José Smith yendo y viniendo por el largo cuarto con las manos unidas en su espalda y su cabeza agachada, como si estuviera pensando.

En mesas largas a ambos lados del cuarto, y en el centro también, había hombres sentados que escribían tan rápido como podían, y de vez en cuando el profeta se detenía y hablaba con uno de los hombres. Ellos le contestaban y continuaban escribiendo tan rápidamente como podían. Entre esos hombres estaba Hyrum, el hermano del profeta, y otros hombres que yo había conocido bien…”

Su madre regresó, y Harriet quiso que le informara acerca de lo que había visto:

“’Pero madre’, dije, ‘¿qué estaban haciendo allí el profeta, su hermano Hyrum y los otros hombres?’
Ella contestó: ‘Preparando genealogía para que en la tierra pueda ser hecha la obra por aquellos que han muerto sin tener el privilegio de escuchar el evangelio.’”⁷⁸

En otros capítulos de este libro se comentan otros trabajos que se realizan en el mundo espiritual, incluyendo:
– la obra misional,⁷⁹
– el control de los registros de los templos,⁸⁰
– el cuidado de los mortales por ángeles guardianes,⁸¹
– la preparación de ropa para aquellos que estén por entrar al reino espiritual,⁸²
– el guiar a los que acaban de morir y entran al mundo espiritual,⁸³
– el servicio como mensajeros a la tierra y a otros mundos,⁸⁴
– la construcción de edificios,⁸⁵
– etc.


RESUMEN

El término “paraíso” se usa con tres sentidos:
A. Significando “cielo” o lugar final de descanso del hombre. Este uso es sectario y no es común entre los Santos de los Últimos Días.
B. Significando el mundo de los espíritus en su totalidad.
C. Significando la morada de los justos en el mundo espiritual.
Este último es el uso más frecuente dentro de la Iglesia y el utilizado en este libro.

Numerosas descripciones del paraíso muestran que este contiene:
A. Lagos
B. Bosques
C. Pasto
D. Senderos rústicos
E. Enredaderas
F. Flores
G. Follaje brillante en tonalidades como rosa, naranja, lila y dorado
H. Parques con árboles y jardines
I. Arbustos
J. Apartamentos con paredes divisorias
K. Una dulce calma
L. Jardines
M. El Árbol de la Vida
N. Clima perenne de primavera
O. Muchos edificios construidos de un modo superior al templo de Salomón
P. Grandes edificios construidos con los planos del Orden de Sión
Q. Casas de apartamentos
R. Calidad de la vivienda de acuerdo con los méritos obtenidos en esta vida
S. Un templo con cúpulas doradas
T. Una atmósfera de paz y felicidad
U. Orden y gobierno
V. Personas organizadas en varios grados
W. Ausencia de muerte, oscuridad, desorden o confusión
X. Personas organizadas y viviendo en familias
Y. Familias incompletas debido a la iniquidad de algunos de sus miembros
Z. Gente que piensa y actúa por sí misma
AA. Todos desempeñando alguna tarea
BB. Trabajo similar al de la Iglesia en la tierra
CC. Personas conversando
DD. Personas caminando
EE. Reuniones
FF. Vestimenta típica: túnicas blancas sueltas
GG. Preparación de ropas
HH. Algunas personas vestidas con la ropa del templo
II. Ausencia de bebés de brazos

Antes de venir a la tierra, todos los espíritus crecieron hasta llegar a ser adultos. Los mortales que fallecen en la infancia son espíritus adultos en el mundo espiritual.
Los espíritus pueden cambiar de vestimenta, forma, edad y tamaño con el propósito de ser reconocidos por los mortales.
El mundo espiritual no es un lugar de crecimiento físico, sino de desarrollo espiritual.
Hay evidencias de que existe comunicación entre la morada de la preexistencia y el paraíso de los espíritus postmortales.
El paraíso se divide en diferentes esferas o comunidades. Los espíritus de los muertos habitan con otros que tienen un grado similar de progreso. Hay movimiento y progresión de un nivel a otro.
Los Santos de los Últimos Días fieles, cuando mueren, reasumen su responsabilidad en la Iglesia y en su quórum en el paraíso. La autoridad del sacerdocio tendrá aún mayor significado en el mundo espiritual que aquí en la tierra.
La Iglesia en el paraíso está organizada de acuerdo con las dispensaciones de los tiempos, con los profetas de cada período a su cabeza. Estas unidades de la Iglesia se combinarán y organizarán en un solo grupo en el concilio de Adam-ondi-Ahman, poco antes de la Segunda Venida de Cristo en gloria.
José Smith está a la cabeza de los miembros de la Iglesia que vivieron durante la dispensación del cumplimiento de los tiempos. Hay algunos indicios de que él puede haber delegado esta responsabilidad y progresado hacia una función mayor.
Aquellos que han visitado el mundo espiritual han visto a Jesucristo, José Smith, Hyrum Smith, Brigham Young, John Taylor, Wilford Woodruff, Joseph F. Smith y a otros líderes de la Iglesia.
Los habitantes del mundo espiritual gozan de la ausencia de dolor corporal, hambre, fatiga, sueño, etc. Los que están en el paraíso descansan de sus problemas, aflicciones y pesares.
El modo de progresar en el paraíso es mediante la obtención de conocimiento.

El trabajo que se realiza en el mundo espiritual incluye:
A. Aprender y adquirir conocimiento
B. Servir como espíritus ministrantes a aquellos que están en un nivel superior
C. Hacer preparativos para eventos futuros en la tierra
D. Enseñar
E. Participar en organizaciones musicales
F. Recoger datos genealógicos
G. Realizar obra misional
H. Verificar registros del templo
I. Velar por los mortales, actuando como ángeles guardianes
J. Preparar por anticipado ropas para los que entren al mundo espiritual
K. Guiar a los recién llegados
L. Servir como mensajeros a la tierra y a otras esferas
M. Construir edificios
N. Trabajar en labores culinarias

Notas — Capítulo III

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