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Capítulo VII
La resurrección
La doctrina de la resurrección es una de las mas gloriosas enseñanzas de las escrituras. Una parte integral de esta enseñanza es la esperanza de vida eterna, la cual ha proveído fuerza y valor a innumerables millones de seres a través de los siglos. Los mártires Cristianos han entregado su vida gustosamente debido a su fe en un a vida después de la muerte, padres se han regocijado con la promesa de, una vez más, poder encontrarse en el más allá con un niño fallecido, y vidas torcidas y llenas de pecado se han enderezado por el deseo de una existencia gloriosa en el futuro. Fe y esperanza en un a resurrección gloriosa es el baluarte de fuerza contra el pecado y la adversidad. Con esa clase de fe, el sufrido Job pudo testificar:
Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel, aún he de ver en mi carne a Dios;
Al cual yo tengo de ver por mí, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis ríñones se consuman dentro de mí.1
Esta misma fe hizo que Jacob, que había luchado junto con su familia para llegar a la tierra prometida de América, testificara: “Yo sé que. . . nuestra carne tiene que perecer y morir; no obstante, en nuestros cuerpos veremos a Dios.”2
Algunas enseñanzas concernientes a la resurrección están clara y abundantemente establecidas en las escrituras, otras están basadas en las enseñanzas de los profetas de los últimos días. Es ese entendimiento que viene de las escrituras, el que será considerado primero aquí.
Todos los Hombres Resucitarán
En las escrituras es muy prominente la enseñanza de que todos los hombres, justos e injustos, resucitarán. Esta fue la enseñanza de Pablo cuando se defendió delante de Tértulo y Félix diciendo, “ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.”3 Así también enseñó, “porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.”4
Jacob enseñó que todos los hombres ganarán cuerpos incorruptibles:
¡Oh cuan grande es el plan de nuestro Dios! . . . espíritu y cuerpo son restaurados de nuevo el uno al otro, y todos los hombres se tornan incorruptibles e inmortales; y son almas vivientes, teniendo un conocimiento perfecto semejante a nosotros en la carne, salvo que nuestro conocimiento será perfecto.5
El Salvador mismo enseñó que todo aquel que se encuentre en la tumba se levantará:
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
Y los que hicieron bien, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron mal, a resurrección de condenación.6
Al igual que el Libro de Mormón y el Nuevo Testamento, Doctrina y Convenios también indica que todo hombre será resucitado. Habla de una resurrección final, un poco antes del fin del mundo, cuando todos los hombres que aún permanezcan en sus tumbas se levantarán:
Mas he aquí, de cierto os digo que antes que pase la tierra, Miguel, mi arcángel, sonará su trompeta, y entonces todos los muertos despertarán, porque se abrirán sus sepulcros y saldrán, sí, todos;
Y serán reunidos los justos a mi derecha par a vida eterna; y de los malvados, a mi izquierda, me avergonzaré de reconocer ante mi Padre.7
La Resurrección es la Reunión del Espíritu y del Cuerpo
Las escrituras enseñan claramente que la resurrección es la reunión del Espíritu con el cuerpo. El Señor reveló por medio de José Smith que:
Mediante la redención que se ha hecho por vosotros, se lleva a efecto la resurrección de los muertos.
Y el espíritu y el cuerpo son el alma del hombre.
Y la resurrección de los muertos es la redención del alma.8
Alma enseñó la misma doctrina a su hijo Coriantón:
Te digo, hijo mío, que el plan de la restauración es indispensable para la justicia de Dios, porque es esencial que todas las cosas sean restablecidas a su propio orden. He aquí, es preciso y justo, según el poder y resurrección de Cristo, que el alma del hombre sea restituida, a su cuerpo, y que al cuerpo le sean restauradas todas sus partes.9
Mucha gente de otras creencias sigue hoy día las doctrinas pronunciadas por los filósofos Griegos, así como las de otros movimientos que se desviaron de la Cristiandad en los primeros siglos después de Cristo, los cuales sostuvieron la idea de que todo lo material es malo y que por lo tanto Cristo, siendo perfecto y bueno, sólo podía tener un cuerpo de espíritu en Su estado resucitado. Sin embargo, el propio testimonio de Jesús después de Su resurrección contradice tal creencia:
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: Palpad , y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.10
Esa idea es apoyada por Doctrina y Convenios:
Cuando se manifieste el Salvador, lo veremos como es. Veremos que es un varón como nosotros.11
Y por Pablo:
Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
El cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también sujetar a sí todas las cosas.12
De acuerdo al apóstol Pablo, el espíritu de Jesús nunca jamás será separado de Su cuerpo porque “sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de él.”13
Así como el espíritu y el cuerpo de Cristo están conectados inseparablemente, todos los seres resucitados tendrán sus espíritus y cuerpos inseparablemente unidos por la eternidad. Esta fue la enseñanza del Maestro cuando habló concerniente a los seres resucitados:
Porque no pueden ya más morir: porque son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, cuando son hijos de la resurrección.14
Los Cuerpos Resucitan de Acuerdo a sus Respectivos Reinos
De acuerdo con lo que el Señor ha revelado, el tipo de cuerpo que se recibe en la resurrección será determinado por la gloria que vivifique al cuerpo, y será el apropiado para que los hombres puedan disfrutar plenamente del reino que habrán merecido:
Aquellos que son de un espíritu celestial recibirán el mismo cuerpo que fue el cuerpo natural; sí, vosotros recibiréis vuestros cuerpos, y vuestra gloria será aquella por medio de la cual vuestro cuerpo sea vivificado.
Vosotros que seáis vivificados por un a porción de la gloria celestial, recibiréis entonces de la misma, sí, un a plenitud.
Y los que sean vivificados por una porción de la gloria terrestre, recibirán entonces de la misma, sí, un a plenitud.
Y también los que sean vivificados por una porción de la gloria telestial, recibirán entonces de la misma, sí, un a plenitud.1 5
El apóstol Pablo estableció esta doctrina con claridad, y enseñó que los diferentes tipos de cuerpos resucitados diferirían en su gloria como la luz del sol, la luz de la luna, y la luz de las estrellas difieren en brillo:
Mas dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿O con qué cuerpo vendrán? . . .
Toda carne no es la misma carne; mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves.
Y cuerpos hay celestiales, y cuerpos terrestres; mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres.
Otra es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria.
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, y se levantará en incorrupción.16
En la sección setenta y seis de Doctrina y Convenios, el Señor habla de los cuerpos resucitados de aquellos que heredarán el reino celestial:
Estos son aquellos cuyos cuerpos son celestiales, cuya gloria es la del sol, sí, la gloria de Dios, el más alto de todos, de cuya gloria está escrito que tiene como tipo el sol del firmamento.17
También él habla de aquellos que heredarán el reino terrestre:
Son los que reciben de la presencia del Hijo, mas no de la plenitud del Padre.
Por consiguiente, son cuerpos terrestres y no son cuerpos celestiales, y difieren en gloria como la luna difiere del sol.18
El élder Orson Pratt resumió esta enseñanza declarando que los seres resucitados “tendrán inteligencia en proporción a la condición exaltada de sus espíritus y cuerpos.”19
La Expiación de Cristo Hace Posible la Resurrección
Una doctrina básica del evangelio de Jesucristo es que el Señor murió a fin de efectuar la resurrección de los muertos. El profeta Lehi enseñó este principio a su hijo Jacob, de la siguiente manera:
Por lo tanto, cuan grande es la importancia de dar a conocer estas cosas a los habitantes de la tierra, par a que sepan que ninguna carne puede morar en la presencia de Dios, sino por medio de los méritos, y misericordia, y gracia del Santo Mesías, quien da su vida según la carne, y la vuelve a tomar por el poder del Espíritu, para poder efectuar la resurrección de los muertos, siendo el primero que ha de resucitar.20
Después Jacob explicó la misma doctrina:
Y viene al mundo par a que pueda salvar a todos los hombres, si éstos escuchan su voz; porque he aquí, él sufre los dolores de toda criatura viviente, tanto hombres como mujeres y niños, que pertenecen a la familia de Adán.
Y sufre esto a fin de que la resurrección llegue a todos los hombres, para que todos comparezcan ante él en el gran día del juicio.21
Esto también fue la enseñanza del Profeta Abinadí:
Mas hay un a resurrección; por tanto , no hay victoria para el sepulcro, y el aguijón de la muerte es consumido en Cristo.22
Y Samuel el Lamanita también enseñó que la muerte de Cristo fue lo que hizo posible la resurrección:
Pues he aquí, de cierto tiene que morir para que pueda venir la salvación; sí, a él corresponde y se hace necesario que muera para efectuar la resurrección de los muertos, a fin de que por este medio los hombres puedan ser llevados a la presencia del Señor.
Sí, he aquí esta muerte lleva a efecto la resurrección y redime a todo el género humano de la primera muerte, esa muerte espiritual; porque, hallándose desterrados de la presencia del Señor por la caída de Adán, todos los hombres son considerados como si estuvieran muertos, tanto en lo que respecta a las cosas temporales como a las cosas espirituales.23
Cristo fue el Primero en Resucitar; Otros También Salieron de la Tumba en esa Ocasión
Aunque millones habían pasado al mundo de los espíritus antes del meridiano de los tiempos, ellos se vieron obligados a esperar la muerte y resurrección del Mesías antes de que pudieran tener el privilegio de levantarse de la tumba. Según el apóstol Pablo, Cristo fue el primero en resucitar:
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. . . .
Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.
Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.24
Mucho antes de que Jesús se levantara de la tumba, el profeta Lehi había predicho que El sería “el primero que ha de resucitar.”25
Según la Biblia y el Libro de Mormón, otros se levantaron de la tumba inmediatamente después de la resurrección de Cristo. Al parecer, en Jerusalén,
. . . abriéronse los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;
Y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.26
Lo mismo sucedió en el continente Americano, porque el Salvador, durante Su ministerio ahí, dijo:
Yo mandé a mi siervo, Samuel el Lamanita , que testificara a este pueblo, que el día en que el Padre glorificara su nombre en mí, habría muchos santos que se levantarían de entre los muertos, y aparecerían a muchos, y ministrarían en bien de ellos. Y les dijo: ¿No fue así?
Y sus discípulos le contestaron, y dijeron: Sí, Señor, Samuel profetizó según tus palabras, y todas se cumplieron.
Y Jesús les dijo; ¿Cómo es que no habéis escrito esto, que muchos santos se levantaron, y se aparecieron a muchos, y los ministraron?27
La Primera y la Segunda Resurrección, o Las Resurrecciones de los Justos y de los Injustos
Los profetas han hablado de dos resurrecciones diferentes: el levantamiento de los justos y la resurrección de los inicuos. El profeta Daniel vio más allá de su época, hacia los últimos días y vio que “muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”28 El mensaje del profeta Abinadí fue que “Y esto que es mortal se vestirá de inmortalidad …si fueren buenos, a la resurrección de una vida eterna y felicidad; y si fueren malos, a la resurrección de una condenación eterna.”29
El Señor, que en el meridiano de los tiempos habló del levantamiento de los buenos “a una resurrección de vida,” y de los malvados “a resurrección de condenación,”30 ha revelado en los últimos días que esas resurrecciones se llevarán a cabo en diferentes períodos. Una revelación básica para el entendimiento de la resurrección se encuentra en la sección ochenta y ocho de Doctrina y Convenios. Esta revelación describe cuatro trompetas angelicales que llamarán de sus tumbas a cuatro grupos diferentes. Las primeras dos trompetas (que juntas comprenden la primera resurrección, o la resurrección de los justos) precederán la gloriosa venida de Cristo, y aparentemente el proceso de la resurrección continuará a través del reino milenial del Mesías sobre la tierra. Las últimas dos trompetas (que juntas describen la segunda resurrección, o la resurrección de los injustos) anuncian a aquellos que saldrán de sus tumbas después que el Salvador haya reinado por mil años sobre la tierra, y poco antes del fin del estado mortal del mundo.
Primera Trompeta.
Y él tocará su trompeta larga y fuertemente, y todas las naciones la oirán.
Y habrá silencio en el cielo por el espacio de media hora; e inmediatamente después se desplegará el velo del cielo, como un rollo que se desenvuelve después de haber sido arrollado, y la faz del Señor será descubierta.
Y los santos que se hallen sobre la tierra, que estén vivos, serán vivificados y arrebatados par a recibirlo.
Y los que ha n dormido en sus sepulcros saldrán, porque serán abiertos sus sepulcros; y también ellos serán arrebatados par a recibirlo en medio del pilar del cielo.
Ellos son de Cristo, las primicias, los que descenderán con él primero, y los que se encuentran en la tierra y en sus sepulcros, que son los primeros en ser arrebatados par a recibirlo; y todo por la voz del son de la trompeta del ángel de Dios.
Segunda Trompeta.
Y después de ésto, otro ángel tocará, y será la segunda trompeta; y entonces viene la redención de los que son de Cristo en Su venida, los que ha n recibido su parte en aquella prisión preparad a par a ellos, a fin de que recibiesen el evangelio y fuesen juzgados según los hombres en la carne.
Tercera Trompeta.
Y además, sonará otra trompeta, que es la tercera trompeta; y entonces vienen los espíritus de los hombres qu e ha n de ser juzgados, y que se hallan bajo condenación.
Y éstos son el resto de los muertos; y no vuelven a vivir sino hasta que pasen los mil años, ni vivirán hasta el fin de la tierra.
Cuarta Trompeta.
Y sonará otra trompeta, que es la cuarta trompeta, diciendo: Se encuentran entre los que ha n de queda r hasta ese grande y postrer día, sí, el fin, quienes permanecerán sucios aún.31
Aparentemente la primer a resurrección 3 2 incluirá la resurrección de aquellos que heredarán los reinos celestial y terrestre. Al enumerar las características de los seres celestiales, Doctrina y Convenios menciona que éstos “son los que tendrán parte en la primera resurrección . . . quienes saldrán en la resurrección de los justos.”33
Los que así salgan en la primera resurrección vivirán en la tierra y reinarán con Cristo por mil años:
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Mas los otros muertos no tornaron a vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección: la segunda muerte no tiene potestad en éstos: antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.34
Las personas que sigan viviendo durante la época del milenio, cuando llegen a cierta edad, serán cambiados a seres resucitados en un abrir y cerrar de ojos:
Y el que viva cuando el Señor venga, y hay a guardad o la fe, bendito es; sin embargo, le es señalado morir a la edad del hombre.
Por tanto, los niños crecerán hasta envejecer; los ancianos morirán; mas no dormirán en el polvo, antes serán cambiados en un abrir y cerrar de ojos.
Así que por esta causa los apóstoles predicaron al mundo la resurrección de los muertos.35
Aquellos mortales que estén todavía viviendo sobre la tierra al fin del milenio y al fin de la tierra, también serán cambiados a su estado resucitado en un abrir y cerrar de ojos:
Porque Satanás será atado ; y cuando de nuevo quede libre, reinará solamente un a corta temporada , y entonces vendrá el fin de la tierra.
Y el que viviere en rectitud será cambiado en un abrir y cerrar de ojos, y la tierra pasará como si fuera por fuego.36
La segunda resurrección tendrá lugar al finalizar el milenio y será para aquellos que heredarán el reino telestial y los que serán Hijos de Perdición. Hablando de los herederos del reino telestial, Doctrina y Convenios dice:
Son éstos los que no serán redimidos del diablo sino hasta la última resurrección hasta que el Señor, Cristo el Cordero, haya cumplido Su obra.37
La Tierra Será Resucitada
El Señor ha revelado que la tierra misma será vivificada:
Y además, de cierto os digo que la tierra soporta la ley de un reino celestial, porque cumple la medida de su creación y no traspasa la ley;
Así que será santificada; sí, a pesar de que morirá, será vivificada de nuevo; y soportará el poder que la vivifica y los justos la heredarán.38
Algunas escrituras indican que la tierra es una entidad viviente, y que por eso es capaz de recibir muerte y resurrección. El profeta Enoc, por ejemplo, declaró que él oyó a la tierra lamentarse:
Y sucedió que Enoc miró a la tierra; y oyó que venía un a voz de sus entrañas, y decía: ¡Ay; ay de mí, la madre de los hombres! ¡Estoy afligida, estoy fatigada por causa de la iniquidad de mis hijos! ¿Cuánd o descansaré y quedaré limpia de la impureza que de mí ha salido? ¿ Cuándo me santificará mi Creador para que yo pueda descansar, y more la justicia sobre mi faz por un tiempo?
Y cuando Enoc oyó que la tierra se lamentaba, lloró, y clamó al Señor, diciendo: Oh Señor, ¿No tendrás compasión de la tierra?39
Este mismo profeta podía mandar a la tierra, y ésta le obedecía. El “habló la palabra del Señor, y tembló la tierra, y huyeron las montañas, de acuerdo con su mandato.”40 De la misma manera, un profeta del Libro de Mormón pudo ordenarle a un monte que se moviera y éste se movió en obediencia a su mandato: “porque el hermano de Jared dijo al monte de Zerín: ¡Apártate!; y se apartó. Y si él no hubiera tenido fe, el monte no se habría movido.”41 Al rebelarse Coré, Moisés como señal de que él era el verdadero líder, habiendo sido instruido por el Señor, habló “Y abrió la tierra su boca, y tragólos a ellos y a sus casas y a todos los hombres de Coré, y a toda su hacienda.”42 El Salvador mismo dijo que la tierra respondería al mandato de autoridad hecho con fe poderosa, diciendo: “si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá: y se pasará.”43
La tierra no sólo se considera capaz de sentir y responder a mandos, sino que ciertos teólogos Santos de los Últimos Días creen que nuestro planeta está pasando por ciertos procesos del evangelio en preparación para su vivificación y estado final. El diluvio en los días de Noé se considera como su bautismo de agua,44 y la purificación de la tierra por fuego, a la venida del Salvador en Su gloria, se considera como su bautismo de fuego.45 La disolución de la tierra será su muerte,46 y su re-creación en una forma celestializada se entiende que es su resurrección.
Concerniente a la resurrección de la tierra, Brigham Young dijo que, “Nosotros somos de la tierra, terrenales, y no sólo la porción de la madre tierra que compone estos cuerpos será resucitada, sino la tierra misma. . . La tierra está organizada para una gloriosa resurrección.”47
La enseñanza de Orson Pratt concerniente a la resurrección de la tierra fue que,
Esta se desmoronará, o en otras palabras, los elementos serán separados en pedazos, y el mundo dejará de existir. ¿Y después? Otro gran cambio será forjado. Los mismos elementos que constituyen la tierra y la atmósfera, serán juntados otra vez, de tal manera que la nueva tierra será semejante a un mar de cristal, y aquellos que son dignos de la gloria celestial la habitará n para siempre.48
En otro discurso, mientras describía los eventos finales en los últimos días, el hermano Pratt enseñó que:
Después de que la ciudad santa y la Nueva Jerusalén sean levantadas a los cielos, la tierra huirá de la presencia de aquel que se sienta en el trono. La tierra misma pasará por un cambio similar al que nosotros hemos de atravesar. Al regresar nuestros cuerpos a la madr e tierra, volverán a ser parte de ella, habiendo perdido su propia entidad: de ese modo será también con la tierra. No sólo se derretirán los elementos con calor ardiente sino que el gran globo mismo dejará de existir. Cesará de existir como mundo organizado. Dejará de existir como uno de los mundo s habitables. El fuego devorará todas las cosas, convirtiendo la tierra a su forma elemental original. Asi dejará de existir en el espacio.
Pero ni una sola partícula de esos elementos que forman la tierra será destruida o aniquilada. Todos esos elementos seguirán existiendo y serán juntado s de nuevo por un poder de organización infinitamente más grande que cualquier otro conocido al hombre. La tierra deberá ser resucitada de nuevo al igual que nuestros cuerpos. Sus elementos serán reunidos, juntados por el poder de la palabra de Dios. En ese entonces El organizará los elementos que ahora forman la tierra, de tal manera que no habrá maldición vinculada con la nueva compuesta. Por ahora la muerte está conectada con esos elementos, pero entonces todo será organizado en el más perfecto orden tal como estaba cuando el Señor formó la tierra.49
El Señor ha revelado que no sólo el hombre, la tierra y los cielos serán resucitados, sino que la resurrección también se extenderá a las creaciones menores que se hallan sobre la tierra. De acuerdo con Su palabra, toda vida animal también será levantada de los muertos:
Y vendrá el fin, y el cielo y la tierra serán consumidos y pasarán y habrá un cielo nuevo y un a tierra nueva.
Porque todas las cosas viejas pasarán, y todo será hecho nuevo, el cielo y la tierra, y toda la plenitud de ellos, tanto hombres como bestias, las aves del aire, y los peces del mar;
Y ni un cabello ni una mota se perderán, porque es la obra de mis manos.50
La Manera de Levantarse de la Tumba
El Señor ha revelado el proceso por el cual los hombres se levantarán de la tumba. El dio a José Smith esa visión:
¿Se sorprenderían si relato lo que yo he visto en una visión respecto a este interesante tema? Los que han muerto en Jesucristo, al salir de la tumba, pueden anticipar recibir esa plenitud de gozo que tuvieron o que esperaron tener aquí.
Fue tan clara la visión, que vi a los hombres antes que se hubiesen levantado de la tumba, como si estuviesen levantándose lentamente. Se dieron la mano y exclamaron el uno al otro: ‘¡Mi padre, mi hijo, mi madre, mi hija, mi hermano, mi hermana!’ Y cuando se oiga la voz que ordene a los muertos que se levanten, y suponiendo que estuviese sepultado al lado de mi padre, ¿Cuál sería el primer gozo de mi corazón? Ver a mi padre, mi madre, mi hermano, mi hermana. Y si se hallan a mi lado, yo los tomaré en mis brazos y ellos a mí.51
La enseñanza de que una voz llamará a los hombres de la tumba también se encuentra en las escrituras en las palabras de Jesús:
Los muertos oirán la voz del Hijo de Dios: Y los que oyeren vivirán. . . .
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
Y los que hicieron bien, saldrán a resurrección de vida.52
Sin embargo, parecería que la voz no será un fuerte llamado general que será oído por todos simultáneamente. Tampoco será siempre la voz de Cristo la que se oirá. Aparentemente, en este proceso, al igual que en muchas otras ordenanzas, la autoridad y responsabilidad será delegada a otros. El presidente Brigham Young enseñó que la resurrección de aquellos que habrán vivido en los últimos días se llevará a cabo bajo la dirección de José Smith. El Presidente Young dijo,
Si preguntamos quien estará a la cabeza de la resurrección en esta última dispensación, la respuesta es—José Smith, hijo, el Profeta de Dios. El es el hombre que será resucitado y recibirá las llaves de la resurrección, y sellará esta autoridad sobre otros. Y éstos buscarán a sus amigos y los resucitarán después de haber oficiado por ellos par a que se levanten. Y recibiremos revelaciones para reconocer a nuestros antepasados hasta llegar a nuestros padres Adán y Eva, y entraremos a los Templos de Dios para oficiar por ellos. Entonces el hombre será sellado al hombre en una cadena perfecta hasta llegar a Adán, para que haya una cadena perfecta de sacerdocio desde Adán hasta el desenlace final.53
En otra ocasión Brigham Young dijo que ”a alguna persona que posee las llaves de la resurrección y que ha pasado previamente por esa prueba, le seña delegado el resucitar nuestros cuerpos, y que nuestros espíritus estarían ahí preparados para entrar en nuestros cuerpos.”54
El élder Erastus Snow, uno de los primeros apóstoles, también enseñó que los seres resucitados a quienes se les ha sido delegada la autoridad, llamarían a otros de la tumba. Fue también su enseñanza de que José Smith sería el primero que resucitaría en esta dispensación:
La próxima misión será la de venir y preparar el camino en Sión, en sus estacas, y en los templos de nuestro Dios par a abrir la puerta par a la resurrección de los muertos, par a levantar a aquellos que duermen y para exaltarlos entre los Dioses. ¿Y quién será el primero y el principal? Por supuesto será él a quien Dios ha escogido y establecido como el primero y principal, el que posee las llaves de ésta, la última dispensación. ¿ Cuánt o tiempo tomará? No se me ha autorizado decir el mes, el día o la hora, pero se me ha permitido decir que la hora viene con rapidez. El tiempo está próximo, (más cerca de lo que cualquiera de nosotros puede ahora entender), cuando José Smith será vestido de inmortalidad, cuando su hermano Hyru m será vestido de inmortalidad también, cuando los mártires saldrán de entre los muertos junto con sus fieles hermanos que ha n llevado a cabo una buen a misión en el mundo de los espíritus. Estos últimos también serán llamados para ayudar en la obra de la resurrección gloriosa. El Señor Jesucristo, quien fue el primer fruto de entre los muertos, el primer fruto de los que duermen y el que posee las llaves de la resurrección, llevará a cabo la resurrección del Profeta José y de sus hermanos. Entonces El los apartará para el trabajo de llevar a cabo la resurrección de sus hermanos de la misma maner a qu e los ha apartad o desde el principio par a trabajar en todas las otras partes de la obra.55
No se sabe con claridad si el proceso por el cual un ser resucitado llama a otro de la tumba es el usado en la segunda resurrección o no, pero la poca evidencia que existe parece indicar que no. Wilford Woodruff habló de una visita angelical en la cual se le mostró esa resurrección, y la describió así:
El me mostró lo que se ha llamado la segunda resurrección. En frente de mí había vastos campos de tumba s y el Espíritu de Dios descansaba sobre la tierra como una suave llovizna. Cuando ésta cayó sobre las tumbas, se abrieron y una inmensa hueste de seres humanos se levantó, todos vestidos de diferente manera como nosotros estamos ahora, o como se hallaban cuando los pusieron en la tumba.56
Es importante notar que el hombre será resucitado en el lugar exacto donde su cuerpo fue enterrado.57 Aquellos que desean estar en la compañía de sus seres queridos en la mañana de la resurrección, deberían procurar ser enterrados cerca de ellos cuando mueran. El profeta José Smith comentó, en una ocasión, que los santos deberían ser sepultados en el continente Americano, en la tierra de Sión, cerca uno de otro. Hizo este comentario al leer en una carta de la muerte de Lorenzo Dow Barnes, que había muerto en Inglaterra cuatro meses antes:
Para mí sería una de las bendiciones más grandes, si es que tuviese que sufrir aflicciones en este mundo, estar donde pudiera hallar hermanos y amigos por todos lados. Pero no es ésto a lo que deseo referirme, sino al privilegio de poder sepultar a nuestros muertos en la tierra que Dios ha señalado para recoger a Sus Santos, y donde no habrá otros sino Sus Santos, una tierra donde tendrán el privilegio de depositar sus cuerpos en el lugar sobre el cual aparecerá el Hijo del Hombre, y donde podrán oir el son de la trompeta que los llamará a que salgan a verlo, a fin de que en la mañana de la resurrección salgan todos juntos, y se levanten de sus tumbas y se den la mano el uno al otro inmediatamente en eterna gloria y felicidad, en lugar de estar separados por grandes distancias. . . .
Creo que es envidiable la condición de aquellos que han sepultado aquí a sus muertos. Acordémonos de Jacob y de José en Egipto, y de cómo hicieron prometer a sus amigos que los sepultaran en la tumba de sus padres. Consideremos lo que debe haberles costado embalsamar los cuerpos y preparar el viaje de la gran compañía al lugar de la sepultura. . . .
Yo he dicho: Padre, deseo morir aquí entre los santos. Pero si no es Tu voluntad que así sea, y estando lejos de aquí muriese, concede que algún buen amigo haga volver mi cuerpo y junte a mis amigos que han muerto en tierras lejanas y los traiga aquí, para que todos podamos estar juntos.
Yo os diré lo que deseo. Si mañana tuviese que yacer en aquella tumba , quisiera tomar a mi padre de la mano en la mañana de la resurrección, y exclamar: ‘Padre mío;’ y él dirá: ‘Hijo mío,’ en cuanto se parta la piedra, y antes de que salgamos de nuestras tumbas .
Y ¿podemos esperar que así se verifiquen estas cosas? Sí, si aprendemos cómo hemos de vivir y cómo hemos de morir. Al acostarnos, pensamos cómo vamos a levantarnos a la mañana siguiente; y cuan placentero es que los amigos reposen juntos, y unidos por los vínculos del amor, descansen y despierten en compañía el uno del otro y reanuden su conversación.58
El Cuerpo Resucitado Será Restaurado a Su Perfecto Estado
Las escrituras enseñan claramente la doctrina de que el cuerpo será restaurado al espíritu en perfecta condición, y que partes del cuerpo que se hayan perdido anteriormente serán restauradas.
En una discusión con Zeezrom el anticristo, Amulek el gran misionero de esa época, declaró:
El espíritu y el cuerpo serán reunidos otra vez en su perfecta forma; los miembros así como las coyunturas serán restaurados a su propia forma, tal como nos hallamos ahora; y seremos llevados ante Dios, conociendo tal como ahora conocemos, y tendremos un vivo conocimiento de toda nuestra culpa.
Pues bien, esta restauración vendrá sobre todos, tanto viejos como jóvenes, esclavos así como libres, varones así como hembras, malvados así como justos; y no se perderá ni un solo pelo de su cabeza, sino que todo será restablecido a su perfecta forma, o en el cuerpo, cual se encuentra ahora, y serán llevados y presentados ante el tribunal de Cristo el Hijo, y Dios el Padre, y el Espíritu Santo, que son un eterno Dios, par a ser juzgados según sus obras, sean buenas o malas.59
El profeta Alma enseñó esta doctrina a su hijo Coriantón:
El alma será restaurada al cuerpo, y el cuerpo al alma; sí, y todo miembro y coyuntura serán restablecidos a su cuerpo; sí, ni un cabello de la cabeza se perderá; sino que todo será restablecido a su propia y perfecta forma.60
Y una vez más:
Te digo, hijo mío, que el plan de la restauración es indispensable para la justicia de Dios, porque es esencial que todas las cosas sean restablecidas a su propio orden. He aquí, es preciso y justo, según el poder y resurrección de Cristo, que el alma del hombre sea restituida a su cuerpo, y que al cuerpo le sean restauradas todas sus partes.61
Como dijo Amulek, un ser resucitado es incapaz de morir y es “libre de corrupción”:
He aquí, te he hablado concerniente a la muerte del cuerpo terrenal y también acerca de la resurrección del cuerpo terrenal. Te digo que este cuerpo terrenal, se levantará como cuerpo inmortal, es decir, de la muerte, sí, de la primera muerte a vida, de modo que no pueden morir ya más; sus espíritus se unirán a sus cuerpos para no ser separados nunca más; por que esta unión se torna espiritual e inmortal, para no volver a ver corrupción.62
Aunque los seres resucitados serán tangibles, de carne y huesos, los cuerpos serán espirituales en su naturaleza. El Señor ha revelado que los justos que hereden la tierra, “se levantarán también cuerpos espirituales.”63 El apóstol Pablo enseñó la misma doctrina:
Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán en alma viviente; el postrer Adán en espíritu vivificante.
Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
El primer hombre es de la tierra, terreno: el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Cual el terreno, tales también los terrenos; y cual el celestial, tales también los celestiales.
Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.
Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción.64
Parece ser que, aunque un cuerpo resucitado tendrá carne y huesos,65 estará sin sangre, la parte que hace mortal al hombre.66 En su lugar una sustancia más fina compuesta de materia espiritual67 fluirá por sus venas. El profeta José Smith enseñó que “El Dios Omnipotente habita en fuego eterno; Y allí no puede ir lo que es de carne y sangre, porque el fuego consume toda corrupción. ‘Nuestro Dios es fuego consumidor.’ Cuando nuestra carne sea vivificada por el Espíritu, no habrá sangre en este cuerpo.”68 De modo que un cuerpo resucitado es un cuerpo espiritual porque será sin sangre. No hay contradicción alguna en esta enseñanza y la declaración de Pablo con respecto a que “Carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios.”
El proceso de santificación69 prepara al individuo para la gloria celestial. Como el Señor reveló:
Porque quienes son fieles hasta obtener estos dos sacerdocios de los cuales he hablado, y magnifican sus llamamientos, son santificados por el Espíritu para la renovación de sus cuerpos.70
En verdad, el Señor ha mostrado que por medio del proceso de santificación, el Espíritu produce un cambio en el hombre, el cual lo altera, llenándolo de luz, y haciéndolo limpio:
Mi espíritu es verdad; la verdad perdura y no tiene fin; y si está en vosotros, abundará.
Y si vuestra mira de glorificarme es sincera, vuestro cuerpo entero será lleno de luz y no habrá tinieblas en vosotros; y el cuerpo lleno de luz comprende todas las cosas.
Por lo tanto, santifícaos para que vuestras mentes sean sinceras para con Dios, y vendrán los días en que lo veréis. …
Y os doy .. .el mandamient o de que …os preparéis y santifiquéis; sí, purificad vuestro corazón; limpiad vuestras manos y vuestros pies ante mí, para que yo os haga limpios; a fin de que pueda testificar a vuestro Padre, y vuestro Dios, y mi Dios, que sois limpios de la sangre de esta perversa generación.71
Parecería, según las escrituras, que los seres resucitados pueden pasar a través de paredes y otros objetos sólidos.72
Aquellos que hayan contraído matrimonio por la eternidad y que hayan ganado el más alto grado de exaltación tendrán el poder de procrear, o tener, una “continuación de las simientes por siempre jamas.” 7 3
Las escrituras muestran claramente que los seres resucitados comen al igual que los mortales. El Salvador, por ejemplo, se refirió al tiempo cuando los apóstoles serían resucitados y El les diría, “Yo pues os ordeno un reino, . . . par a que comáis y bebáis en mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”74 El Salvador resucitado comió pescado y un panal de miel delante de Sus discípulos.75 El Señor probablemente se unió a Sus discípulos comiendo los alimentos que él mismo había preparado a la orilla del Mar de Galilea,76 y también cuando se sentó y partió el pan con ellos en Emmaus.77 Al hablar de seres celestiales, Juan el Revelador dijo: “Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de agua.”78 El Señor mismo reveló que “la hora viene cuando beberé del fruto de la vid con vosotros en la tierra; y con Moroni, . . . Elias, . . . Juan, . . . Elias el profeta, . . . José, . . . Jacob, . . . Isaac,. . . Abraham, . . . Miguel, .. . y también con Pedro, Santiago y Juan.”79
Según lo que el Señor ha revelado, seres resucitados llevarán consigo el conocimiento que hayan adquirido en la vida mortal:
Cualquier principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantará con nosotros en la resurrección;
Y si en esta vida una persona logra más conocimiento e inteligencia que otra, por medio de su diligencia y obediencia, hasta este grado le llevará la ventaja en el mundo venidero.80
Los Hombres Saldrán como se Encuentren en la Tumba, Entonces Sus Deformidades Serán Corregidas
Se entiende que el tamaño físico, forma y edad no cambiarán mientras se encuentre el cuerpo en la tumba, y que el cuerpo se levantará igual que como fue sepultado. José Smith comentó: Solamente diré que todos los hombres saldrán de la tumba tal como mueren, sean viejos o jóvenes. No se añadirá un codo a su estatura, ni se quitará de ella; todos resucitarán por el poder de Dios y habrá espíritu en sus cuerpos y no sangre.”81
Se entiende, sin embargo, que las extremidades que hayan sido amputadas serán restauradas al levantarse el hombre en la resurrección.82 Esto es posible debido a que el proceso de la resurrección es una re-creación del cuerpo del hombre, usando los mismos elementos con los cuales estaba hecho originalmente. Según dijo el presidente Brigham Young;
El cuerpo del hombre puede haber sido sepultado en el océano, devorado por bestias salvajes, o quemad o y convertido en cenizas y éstas esparcidas a los cuatro vientos. Pero los elementos que lo componen no serán incorporados a ninguna forma de vida vegetal o animal para formar parte de su estructura. .. . Al sonar la trompeta de Dios cada partícula de nuestra estructura física, necesaria para hacer nuestros tabernáculos perfectos, será juntada para reunirse con el espíritu, todo hombre en su debido orden. Ni una sola partícula se perderá.83
El presidente Young presentó la misma enseñanza en otro discurso cuando dijo:
Cuando el ángel que posee las llaves de la resurrección suene su trompeta, entonces los elementos fundamentales que formaron parte de nuestros cuerpos aquí, si les damos su debido honor, y aunque estén depositados en las profundidades del océano, o aunque uno esté en el norte, otro en el sur, otro en el este, y otro en el oeste, esos elementos se volverán a juntar en el abrir y cerrar de un ojo y nuestros espíritus tomará n posesión de ellos.84
Parece ser que siguiendo la resurrección habrá un período de ajuste durante el cual los defectos, las deformidades y cicatrices etc, serán removidos. Según lo explicó el presidente José Smith:
Qué glorioso es pensar . . . que, a aquellos de quienes nos hemos separado aquí, los encontraremos otra vez y los veremos como son. Encontraremos al mismo ser con quien nos asociamos aqu í en la carne – no será alguna otra alma, algún otro ser, o el mismo ser en alguna otra forma, sino la misma identidad y la misma forma y semejanza, la misma persona que conocimos y con quien nos asociamos en nuestra existencia mortal, aún con las heridas de la carne. Esto no significa que una persona estará para siempre marcada con cicatrices, heridas, deformidades, defectos, o debilidades, porque todo ésto será removido en su debido tiempo, de acuerdo a la misericordiosa providencia de Dios. Las deformidades serán removidas, los defectos serán eliminados, y hombres y mujeres obtendrán la perfección adquirida por sus espíritus, la perfección que Dios diseñó en el principio.85
El Estado de los Niños Después de la Resurrección
El 20 de marzo de 1842, José Smith hizo dos declaraciones concernientes al estado de los niños pequeños después de la resurrección:
Los niños, habiendo sido redimidos por la sangre del Cordero, serán entronizados en la presencia de Dios y del Cordero, con cuerpos de la misma estatura que tuvieron en la tierra. Allí gozarán de la plenitud de esa luz, gloria e inteligencia que se ha preparado en el reino celestial.86
Dos años más tarde, en el sermón que pronunció en el funeral de King Follet, el profeta José Smith repitió esta enseñanza:
Se podría preguntar—’¿Tendrán las madres sus hijos en la eternidad?’ ¡Sí! ¡Sí! Madres, vosotras tendréis vuestros hijos; pues ellos tendrán vida eterna, porque su deuda ha sido pagada. No hay condenación que les espera porque ya están en el espíritu. Pero como muere el niño, así se levantará de entre los muertos y vivirá siempre adquiriendo el conocimiento de Dios. Nunca crecerá;97 continuará siendo niño, en la misma forma98 como era antes de morir entre los brazos de su madre, pero poseyendo la inteligencia de un Dios. Los niños viven en mansiones de gloria y ejercen poder, pero su apariencia es la misma que tenían en la tierra. La eternidad está llena de tronos, sobre los cuales están miles de niños, reinando en tronos de gloria, sin que nada se añada a su estatura.89
Aparentemente hubo cierto malentendido o mala interpretación en relación a estas dos declaraciones hechas por el profeta. Pero algunos han testificado que durante los dos meses entre el discurso de King Follett y su martirio, José Smith clarificó y corrigió la impresión de que aquellos que murieran como niños, permanecerían de la misma estatura después de la resurrección, enseñando que los niños crecerían hasta alcanzar la madurez después de levantarse de la tumba. Sin embargo no fue sino hasta la presidencia de Wilford Woodruff, cincuenta y dos años más tarde, que se hizo un dedicado esfuerzo para clarificar el asunto. De acuerdo a su declaración publicada en la revista de la Iglesia, Improvement Era, en 1918, el presidente José F. Smith fue el que procuró esta clarificación durante la época en que él sirvió como apóstol y consejero en la Primera Presidencia:
José Smith enseñó la doctrina de que un infante que muere se levantaría en la resurrección como niño. Señalando a la madre 90 de un niño muerto, el profeta le dijo: ‘Tendrás el gozo, el placer y la satisfacción de criar a este niño, después de la resurrección hasta que alcance la medida y estatura completa de su espíritu. Después de la resurrección de los muertos, hay restitución, hay crecimiento, hay desarrollo. Me encanta esta verdad. Produce montañas de felicidad, gozo y gratitud a mi alma. Gracias al Señor que nos ha revelado estos principios.’
En 1854, me encontré con mi tía, la esposa de mi tío Don Carlos Smith, quien era la madr e de la pequeña de quien José Smith habló cuando dijo que la madre tendría el gozo, el placer, y la satisfacción de criar a esa pequeña, después de la resurrección, hasta que alcanzara la estatura completa de su espíritu. El profeta explicó que sería un gozo aún mayor del que la madre hubiera tenido durante la mortalidad porque estaría libre de las penas, de los temores y de las incapacidades de la vida mortal y que sabría más de lo que pudiera haber sabido en esta vida. Conocí a esa viuda, la madre de esa niña, y ella me dijo de este incidente, y me dio testimonio de que esto fue lo que el profeta dijo cuando habló en el funeral de su pequeña hija.
También tuve una conversación con mi cuñado, Lorin Walker, quien se casó con mi herman a mayor. Durant e la conversación él mencionó que había estado presente en el funeral de mi prima Sofromay que había oído al Profeta José Smith declarar las mismas palabras que mi tía Agnes me había dicho.
Le dije, ‘Lorin, ¿Qué dijo el profeta?’ y él reportó, tan exacto como podía recordar, lo que el Profeta José dijo en relación a los niños pequeños. El cuerpo permanece en la tumba sin desarrollarse, pero el espíritu regresa a Dios quien lo dio. Después, en la resurrección, el espíritu y el cuerpo serán reunidos; el cuerpo se desarrollará y crecerá a la estatura completa del espíritu; y el alma resucitada irá hacia la perfección. Así que tengo la declaración de dos testigos que oyeron la doctrina presentada por el Profeta José Smith, la fuente de información.
Eventualmente, conversé con la hermana M. Isabella Home. Y ella comenzó a relatarme las circunstancias de su presencia en el funeral de referencia, cuando el Profeta habló de la muerte de niños pequeños, de su resurrección como pequeños, y de la gloria, honor, gozo y felicidad que la madre tendría al criar a sus pequeños a la estatura completa de sus espíritus. ‘Pues sí’ dijo ella, ‘oí al Profeta José decirlo. Yo estaba en el funeral.’ Esto me dijo la hermana Home.
Entonces yo le dije: ‘¿Por qué no habló de esto antes? ¿Cómo fue que se guardó esto por tantos años? ¿Por qué no se lo hizo saber a la Iglesia?’
Ella contestó: ‘Yo no sabía si era mi obligación hacerlo o si sería apropiado.’
Le pregunté: ‘¿Quién más estuvo ahí?’ ‘Mi esposo estuvo ahí.’
‘¿Lo recuerda él?’ ‘¡Sí, lo recuerda !’
‘Bien, ¿Me darían ustedes una declaración por escrito, describiendo los hechos y jurándolo?’
Ella dijo: ‘Con el mayor de los gustos.’
Asi que tengo una declaración jurada y por escrito de los hermanos Home, además del testimonio de mi tía y del testimonio de mi cuñado con respecto a lo que dijo el Profeta fosé en aquel funeral.
Un poco después, para mi gozo y satisfacción, oí al primer hombre que mencionó esa doctrina en público, Franklin D. Richards; y cuando él la mencionó yo sentí en mi alma que la verdad finalmente había salido. La verdad prevalecerá. Es poderosa y vivirá, porque no hay poder alguno que la pued a destruir. Los presidentes Woodruff y Cannon aprobaron la doctrina y después yo la he predicado.91
Según el élder B. H. Roberts, la declaración jurada por los Home
. . . fue entregada en la presencia del presidente Angus M. Cannon, de la Estaca de Lago Salado, y el élder Arthur Winter, en la casa del hermano Horne, en la ciudad de Lago Salado, el 19 de noviembre de 1896, y fue registrada en taquigrafía por Arthur Winter el reportero oficial de la Iglesia.
La hermana M. Isabella Horne declaró:
‘Una vez en Nauvoo, en conversación con el Profeta José Smith, el tema de los niños en la resurrección fue traído al caso. Creo que era en la casa de la hermana Lenora Cannon Taylor. Ella acababa de perder a uno de sus hijos y, previamente, yo había perdido uno también. El Profeta quería consolarnos, y nos dijo que recibiríamos a esas criaturas en la mañana de la resurrección igual como las habíamos sepultado, en pureza e inocencia, y que las criaríamos y cuidaríamos por ser sus madres. Dijo que los niños serían levantados en la resurrección igual como fueron sepultados, y que obtendrían toda la inteligencia necesaria para ocupar tronos, principalidades y poderes. La idea que obtuve de lo que él dijo respecto a que los niños crecerían y se desarrollarían en el Milenio, y que sus madres tendrían el placer de prepararlos y cuidarlos, de lo cual habían sido privadas en esta vida.
Esto sucedió un poco después del funeral de King Follett el cual yo presencié.’
El hermano Joseph Horne declaró:
‘Oí al Profeta José Smith decir que las madres recibirían a sus niños igual que como los habían sepultado, y que tendrían el privilegio de hacer por ellos lo que no habían podido hacer aquí en esta vida. El profeta comentó: “¿Cómo los reconocerían si no los encontraban tal como los sepultaron?” También capté la idea de que los niños crecerían y se desarrollarían después de la resurrección, y que las madres los cuidarían y los prepararían.‘
Por la presente certificamos que lo anterior es un relato verdadero, correcto y completo de las declaraciones hechas por José Smith y por M. Isabella Horne sobre el tema antes mencionado.
Angus M. Cannon, Arthur Winter
Hemos leído lo anterior y certificamos que es correcto.
Joseph Horne, M. Isabella Horne92
El élder B. H. Roberts también hizo nota del testimonio del presidente Wilford Woodruff (quien con otros tres había registrado el discurso del Profeta dado en el entierro de King Follett) que el Profeta había clarificado el asunto durante el período de los dos meses entre el discurso y su martirio.
El escritor de esta nota distintamente recuerda haber oído al difunto presidente Wilford Woodruff (quien reportó el mencionado sermón del 20 de marzo de 1842) decir que el profeta corrigió la impresión causada por su discurso de King Follett, que los niños e infantes permanecerían en la estatura de su infancia antes y después de la resurrección. El presidente Woodruff, en 1888 ó 1889, muy enfáticamente dijo sobre el tema, que el profeta había enseñado inmediatamente después de su sermón de King Follett, que los niños, si bien resucitarán en la estatura en que murieron, se desarrollarán en la resurrección a la estatura total de hombres y mujeres. También dijo que las impresiones contrarias a ésto, creadas por los reportes del sermón durante el funeral de King Follett, habían sido causadas por malinterpretaciones a sus comentarios.93
El presidente Woodruff aparentemente no estaba dispuesto a anunciar esta enseñanza como doctrina oficial de la Iglesia, aunque obviamente él creía en ella. Cuando Matthias F. Cowley preparaba la biografía de Wilford Woodruff, usando el diario personal del presidente, escribió lo siguiente, el 3 de septiembre de 1884:
El visitó Provo donde asistió a los funerales de Margarette T. Smoot. En esa ocasión dio como su opinión personal que los niños crecerían y se desarrollarían después de la resurrección y obtendrían todas las bendiciones de una persona adulta.94
No fue sino hasta el ministerio del presidente José F. Smith que ésta enseñanza llegó a ser doctrina. Como B. H. Roberts reportó en la conclusión de su nota explanatoria antes mencionada:
En la revista Improvement Era de junio de 1904, el presidente José Smith, en un editorial acerca de la resurrección dice lo siguiente:
‘El cuerpo se levantará tal como se colocó en el entierro, porque no hay crecimiento o desarrollo en la tumba. Gomo se sepultó así se levantará y los cambios para la perfección vendrán por la ley de restitución. Pero el espíritu continuará expandiéndose y desarrollándose, y el cuerpo, después de la resurrección, se desarrollará a la estatura completa de los hombres.’
Esto puede ser aceptado como doctrina de la Iglesia en lo que respecta a la resurrección de los niños y su desarrollo futuro a la estatura completa de hombres y mujeres; y está de acuerdo a lo que se considera como razonable y deseable.95
RESUMEN
- La esperanza de una resurrección gloriosa es un baluarte importante de fuerza contra el pecado y la adversidad.
- Todos los que han pasado por la vida mortal resucitarán, ya sean justos o injustos.
- 3.La resurrección es cuando el espíritu vuelve a entrar en el cuerpo, el cual ha sido creado otra vez con los mismos elementos con que se encontraba formado en la vida mortal.
- El Cristo resucitado tiene un cuerpo tangible de carne y huesos. Los cuerpos de todos los demás seres resucitados serán también entidades tangibles físicas.
- Los seres resucitados no pueden volver a morir. Nunca más pueden pasar por la separación del cuerpo y del espíritu, lo cual es el proceso de la muerte.
- Los cuerpos que los hombres heredarán serán celestiales, terrestres, telestiales o cuerpos sin gloria. Sus cuerpos serán caracterizados por la misma luz y gloria que el reino que heredarán; esto como resultado de la vida que hayan llevado en el mundo pre-mortal, mortal, y el de los espíritus.
- La expiación de Cristo ha hecho posible la resurrección. “El aguijón de la muerte es deshecho en Cristo.”
- Cristo fue el primero en resucitar. Cuando el resucitó muchos otros también fueron resucitados, tanto en Palestina como en el Continente Americano. Esta resurrección se llama una resurrección preliminar y no debe confundirse con la “primera” resurrección, la cual está aún por venir.
- Habrá una “primera” y una “segunda” resurrección en los últimos días. La primera resurrección precederá y acompañará la gloriosa venida de Cristo. La segunda resurrección se llevará a cabo mil años después, al final del reinado milenial de Cristo.
- Aquellos que heredarán los reinos celestial y terrestre, se levantarán en la primera resurrección o la resurrección de los justos. Aquellos que han sufrido en el infierno, y que heredarán el reino telestial o el reino sin gloria, se levantarán en la segunda resurrección o la resurrección de los injustos.
- Aquellos que se levanten en la primera resurrección morarán con Cristo sobre la tierra durante Su reinado milenial. Los seres mortales que mueran durante este período de los mil años, no irán al mundo espiritual, sino que serán cambiados instantáneamente a un estado resucitado.
- La tierra ha de morir para luego ser vivificada de nuevo en una resurrección celestial. Hay evidencias en las escrituras de que la tierra es una entidad viviente. Los animales y todos los otros seres vivientes también serán preservados eternamente en forma resucitada.
- Aunque los tiempos de las resurrecciones han de ser anunciados por las trompetas angelicales, parece ser que la gente de esta dispensación será llamada de la tumba por la voz del Señor o de Sus representantes autorizados bajo la dirección de José Smith. En su visión de la segunda resurrección, el presidente Wilford Woodruff vio que los injustos fueron llamados de la tumba por el “Espíritu de Dios,” el cual “descansaba sobre la tierra como una suave llovizna.”
- Parece ser que aquellos que se levanten en la primera resurrección estarán vestidos con túnicas blancas. Los que se levanten en la segunda resurrección estarán vestidos en forma variada. Los cuerpos saldrán de la tumba en el mismo lugar donde hayan sido sepultados.
- Los cuerpos de seres resucitados tendrán forma perfecta, y todas las cosas serán restauradas en su propio y perfecto estado. Los seres resucitados están libres de corrupción y deterioro físico.
- La sangre es la substancia que hace mortal al hombre. Esta será reemplazada por una substancia espiritual más fina, lo que permitirá que los seres resucitados vivan por la eternidad. Debido a esta substancia se dice que cuerpos resucitados son cuerpos espirituales, aunque sean entidades físicas y tangibles de carne y huesos.
- La santificación es el proceso que prepara al hombre para el estado resucitado. Conforme se libra de las tinieblas y de la iniquidad, se llena de luz y del espíritu, lo cual renueva su cuerpo y lo prepara para la gloria celestial. La gloria emana de los seres resucitados en proporción directa a su grado de santificación.
- Seres resucitados tienen la capacidad de pasar a través de objetos sólidos. Los que ganen la exaltación en la resurrección celestial retendrán el poder de procrear. Los seres resucitados están libres de hambre, sed y otras necesidades físicas. Sin embargo, la poca evidencia que existe al respecto indica que pueden comer, etc., pero las cosas que requerirán para sus necesidades físicas se podrán obtener fácilmente.
- Los cuerpos en la resurrección no serán alterados en tamaño, forma o edad. Sin embargo, las partes del cuerpo que se hayan perdido en la vida mortal, serán restauradas en la resurrección. Parece ser que otros defectos o dolores serán también eliminados después de la resurrección, para que cada individuo (por lo menos en la resurrección celestial) pueda vivir por la eternidad en una condición física perfecta.
- Los mismos elementos que ahora forman el cuerpo del hombre, lo formarán al ser resucitado. Las partículas de los restos de un cuerpo mortal no se harán parte íntegra de ninguna forma de vida vegetal o animal durante el período entre la muerte y la resurrección.
- La enseñanza actual de los profetas es que los niños que hayan muerto serán resucitados en sus cuerpos de niños en la primera resurrección. Así, durante el milenio sus padres tendrán el privilegio de criarlos hasta su edad adulta.
Debe observarse que aún queda mucho por ser revelado concerniente a la doctrina de la resurrección. Al hombre se le ha mostrado menos sobre el proceso de la resurrección que sobre el mundo espiritual. De lo escrito aquí sobre el tema, muy poco, en comparación, está basado en conocimiento revelado en las escrituras, visiones o manifestaciones. Esto requiere del lector un grado mayor del espíritu de discernimiento.
























