Los Archivos de Mentinah Volumen Tres

Capítulo Seis


  1. He aquí, los Nemenhah de Mentinah disfrutaron de paz continua en la tierra durante todos los días de mi mayordomía. Sí, no hubo disputas ni conflictos, y tuvimos todas las cosas en común unos con otros. Y en todas las regiones donde las personas se llamaban Nemenhah, hubo paz continuamente.
  2. Y edificamos la iglesia y esparcimos la palabra de Dios por toda la región circundante. Y construimos iglesias y templos para nuestro Dios. Pero no nos exaltamos en estas cosas; por tanto, el pueblo no se llenó de orgullo, sino que dio gracias continuamente a Dios por nuestra prosperidad.
  3. Y he aquí, los consejos de nuestras ciudades y de nuestras iglesias llevaban a cabo las palabras y la voluntad del Señor. Sí, nos esforzamos por cumplir todas las cosas que Él nos enseñó cuando visitó a los Nemenhah de Mentinah.
  4. Y en el año treinta y tres de mi ministerio, comencé a envejecer y a debilitarme mucho. Por tanto, pedí a mi hijo que me ayudara en mis labores para la iglesia y para la ciudad. Y él, siendo joven y fuerte, y también muy comprometido con su Señor, aceptó ser mi asistente. Porque he aquí, aunque mi mente continuaba firme, mis piernas me fallaron completamente, y mi hijo se convirtió en mis piernas para que pudiera continuar con la obra que el Señor me había dado.
  5. He aquí, su nombre era Shigoeth, y fue una gran bendición para mí.
  6. Y he aquí, a su debido tiempo, el pueblo de Mentinah deseó que entregara el asiento de sumo sacerdote a otro, debido a mi avanzada edad y a mi debilidad. Porque estaban preocupados por mi salud en mi vejez y deseaban que me retirara y descansara en mis últimos años.
  7. Por tanto, concluyo esta porción de mis escritos con mi testimonio. Yo conozco a mi Señor y Salvador Jesucristo. Sé que muchas personas vienen a Mentinah y tienen otros nombres para este mismo ser, pero para mí son el mismo. Este es el Hijo de nuestros Padres Celestiales, el mismo con quien el Padre y el Espíritu Santo hicieron convenio para llevar a cabo el Nuevo y Sempiterno Convenio. Este es el mismo que se apareció a mi abuelo, y Él ha hecho conocer Su presencia y Su realidad a mí.
  8. He aquí, he hablado con Él en el Camino y sé que Él es, fue y será siempre el Salvador de los Hijos de los Hombres, así como de todas las cosas vivientes. Y camino por el Camino y recibo allí de mis antepasados. Y el Espíritu Santo testifica diariamente a mi alma de la realidad de estas cosas. Por tanto, no puedo ser refutado, y puedo ir al polvo con un conocimiento puro y seguro de que he hecho la voluntad de mi Dios todos los días de mi vida.
  9. Dios es el Padre Eterno, y Jesucristo es Su santo Hijo. Él hizo una expiación por todos los vivientes, y nosotros también somos santificados por medio de esa expiación. Somos hechos uno con todas las cosas vivientes, uno en Él. Nos convertimos en Suyos, sellados para la resurrección con Él como nuestro intercesor ante el Padre. Y he aquí, si somos sellados como Suyos, aunque el cielo y la tierra pasen, permaneceremos en la presencia del Padre y recibiremos de Él la plenitud de todas las cosas.
  10. Sí, estas son las mismas cosas que aprendí a los pies de mis padres. Pero el Espíritu Santo también ha dado testimonio de esto a mi alma. He estudiado mucho en los libros del conocimiento del mundo y soy considerado sabio entre mi pueblo. Y he escuchado a hombres y mujeres sabios de muchas partes del mundo. Sí, incluso he viajado a muchos lugares del mundo y leído diversos libros. Sin embargo, en todas estas cosas siempre hay duda en mi mente acerca de su veracidad. No obstante, creo que he recibido lo bueno de todas estas cosas, confiando en la confirmación del Espíritu Santo para guiarme.
  11. Pero, os digo, acerca de la veracidad de la realidad y la divinidad de Jesucristo, no puede haber duda, porque he visto Su rostro. Sí, he caminado con Él y hablado con Él en el Camino. Y Él me ha revelado muchas cosas y me ha llamado amigo.
  12. Por tanto, siento que puedo decir que sigo el camino del mundo, incluso al polvo, con la esperanza y la seguridad de que volveré a ver a todos aquellos que amo, y también que veré el cumplimiento de Su gran obra y propósito para los hijos de los hombres.

1 Response to Los Archivos de Mentinah Volumen Tres

  1. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    saludos desde ecuador la vida es buena porque dios existe

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