Paciencia Una Virtud Esencial

Conferencia General Abril 1968

Paciencia:
Una Virtud Esencial

Élder Franklin D. Richards
Asistente en el Consejo de los Doce Apóstoles


Presidente McKay, mis queridos hermanos y hermanas: Presidente McKay, le amamos. Esta mañana hemos sido bendecidos e inspirados al escuchar los valiosos mensajes de usted y del Presidente Smith. Ahora, hermanos y hermanas, ruego que el Señor me bendiga con su Espíritu mientras les hablo.

Al establecerse los cimientos de la Iglesia en esta dispensación, se dieron muchas revelaciones maravillosas para guiar a quienes participaban en esta gran obra. Aunque algunas revelaciones fueron dirigidas a personas en particular, generalmente se dieron para la edificación y dirección de todos los que desearan seguirlas, ya sea en aquel momento o en una fecha posterior.

Cualidades Necesarias para el Éxito
Una de las grandes revelaciones fue dada en febrero de 1829 a través del profeta José Smith para su padre, y está registrada en la Sección 4 de Doctrina y Convenios. La revelación comienza declarando que una obra maravillosa está a punto de surgir entre los hijos de los hombres. Las cualidades necesarias para tener éxito en esta obra se mencionan enseguida, e incluyen: “fe, virtud, conocimiento, templanza y paciencia” (D. y C. 4:6).

En el mundo actual, lleno de incertidumbre, presiones, tensiones y tribulaciones, la paciencia es una virtud indispensable. Según el diccionario, la paciencia se define como la capacidad de mantenerse imperturbable ante obstáculos, demoras o fracasos, de soportar la tensión y el estrés, de ser perseverante y de ejercer tolerancia ante la provocación. El apóstol Pablo, al escribir a los santos de Roma, dijo: “… nos gloriamos en las tribulaciones… sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, experiencia; y la experiencia, esperanza.” (Romanos 5:3-4).

Las Experiencias Desarrollan Paciencia
Nuestras pruebas y tribulaciones, cuando las enfrentamos con paciencia, nos brindan experiencias valiosas y nos preparan para los desafíos futuros. De igual manera, podemos gloriarnos en la salud, la prosperidad y la felicidad, así como en las tribulaciones. Todas las experiencias de la vida nos ofrecen oportunidades para desarrollar paciencia.

En tiempos de salud, prosperidad y bienestar, solemos pasar por alto la importancia de la paciencia y es probable que nos volvamos impacientes. Sin embargo, debemos recordar que existen muchos peligros asociados a la impaciencia, siendo uno de los mayores el de excedernos física, mental o financieramente.

En 1828, el Señor reveló al profeta José Smith: “No corras más rápido ni trabajes más de lo que tengas fuerza.” (D. y C. 10:4). Al ejercer paciencia, evitaremos correr más rápido o trabajar más de lo que nuestras fuerzas permiten.

En este sentido, un adagio que me ha sido particularmente útil e inspirador es: “Examinen grandes campos, pero cultiven los pequeños.” A menudo queremos abordar grandes proyectos antes de estar preparados y equipados para hacerlo. Concentrarnos en una tarea inmediata mientras visualizamos y planificamos un crecimiento extenso requiere verdadera paciencia, y esta es esencial para un crecimiento y desarrollo sólidos.

Una Influencia Estabilizadora
Algunos podrían interpretar la paciencia como una fuerza negativa que lleva a la resignación y al desaliento. Sin embargo, la paciencia es una gran influencia estabilizadora en nuestras vidas, mientras que la impaciencia suele traer miedo, tensión, desaliento y fracaso.

En una revelación dada a Hyrum Smith en mayo de 1829, el Señor le aconsejó: “… sé paciente hasta que la cumplas.” (D. y C. 11:19). Aquí, la paciencia se presenta como una fuerza positiva y un requisito para el logro. Es importante entender que la paciencia puede ser una gran fuerza positiva cuando se combina con la oración, la fe y las obras.

Formas de Desarrollar Paciencia
Una manera de desarrollar la paciencia y convertirla en una fuerza positiva es planificar cuidadosamente nuestras actividades y establecer objetivos realistas. Una buena planificación requiere meditación, paciencia y oración. El presidente McKay ha mencionado frecuentemente los grandes beneficios que se derivan de la meditación.

La paciencia también se desarrolla cuando se combina con el arrepentimiento, que puede implicar un cambio de actitud, un control del temperamento u otra acción correctiva. La paciencia, unida a la oración, el arrepentimiento, la fe y las obras, puede superar cualquier obstáculo. La paciencia significa perseverar, y perseverar implica trabajo, tanto mental como físico.

El presidente Grant solía citar a Ralph Waldo Emerson: “Aquello que persistimos en hacer se vuelve fácil de hacer, no porque la naturaleza de la cosa haya cambiado, sino porque nuestro poder para hacerlo ha aumentado.” No es raro desarrollar la idea de que “la hierba es más verde al otro lado de la cerca”, pero en todos los aspectos de la vida debemos recordar que “piedra que rueda no acumula musgo”. Si el “musgo” en este dicho representa las mejores cosas de la vida, entonces la paciencia y la constancia en nuestra labor nos traerán esas mejores cosas. Para desarrollar la paciencia, “no esperes demasiado, demasiado pronto”; aprovecha al máximo lo que tienes.

Necesidad de Preparación Paciente
Ejercita paciencia al adquirir una nueva casa, un auto, muebles u otras posesiones importantes. Libérate de deudas y mantente libre de ellas; aquí, la paciencia te recompensará con paz mental, felicidad y éxito.

Un joven debe planificar y prepararse pacientemente para una misión con años de anticipación si desea servir destacadamente. La planificación y obtención de la educación es especialmente importante hoy en día, y, por supuesto, planificar y prepararse para una vocación forma parte de este proceso. La fe y la paciencia son vitales para alcanzar estos objetivos.

Los noviazgos apresurados tienden a crear matrimonios infelices y, con frecuencia, terminan en divorcio. Sé paciente al elegir a un esposo o esposa, y date el tiempo suficiente para prepararte para un matrimonio en el templo. Aquí es donde tu paciencia será recompensada con bendiciones eternas.

Paciencia en la Vida Familiar
Nuestra mayor necesidad de paciencia es con nuestros seres queridos, nuestra familia. Es aquí donde podemos ser más impacientes, pero también donde la paciencia ofrece los mayores beneficios. No hay nada más dulce que ver a un padre amoroso enseñar pacientemente a su hijo el camino correcto. Un padre estaba con su hijo pequeño en una piscina; el niño deseaba aprender a nadar. Con paciencia, el padre le enseñaba día tras día, siempre mostrando aprecio por los esfuerzos de su hijo.

Este mismo método es utilizado por padres verdaderamente exitosos al enseñar a sus hijos las lecciones de la vida —sociales, morales, intelectuales, espirituales y físicas— explicando, mostrando, una y otra vez, hasta que la lección se aprende, siempre con paciencia, amor y aprecio por cada señal de progreso, por pequeña que sea.

Paciencia en el Trabajo en la Iglesia

La paciencia y la perseverancia en la obra de la Iglesia brindan grandes recompensas, al igual que en todas las áreas de la vida. Ya en 1831, el Señor, en una revelación dada al profeta José Smith, aconsejó a los élderes de la Iglesia: “No os canséis de hacer el bien, porque estáis sentando los cimientos de una gran obra. Y de cosas pequeñas proceden las grandes.” (D. y C. 64:33).

¡Qué importante es este consejo para nosotros hoy!: “No os canséis de hacer el bien.” Sé paciente en tus asignaciones, en la enseñanza familiar, en las noches de hogar y en todas tus relaciones con los demás.

Recuerdo que, en nuestra misión de estaca, nuestros misioneros visitaron a una familia no miembro al menos una vez cada tres meses durante dos años y medio, sin ser invitados a entrar. Luego, en la siguiente visita, finalmente los invitaron a pasar. Esta familia fue enseñada el evangelio y, a medida que estudiaron, oraron y asistieron a la Iglesia, recibieron testimonios y se bautizaron. La recompensa de perseverar pacientemente fue traer a toda una familia al reino de Dios.

Una Virtud Poderosa
Al revisar las diferentes áreas de nuestra vida y al reconocer nuestras muchas deficiencias humanas, el gran valor de la paciencia se hace cada vez más evidente. A veces somos malinterpretados, incluso por quienes están más cerca de nosotros. En tales circunstancias, la paciencia desarrolla en nosotros la capacidad de aceptar la crítica y la censura, ya sea que consideremos esa crítica justificada o no. Esta capacidad de ejercer tolerancia ante la provocación nos permite seguir las enseñanzas del Salvador, haciendo el bien a quienes nos ultrajan y poniendo la otra mejilla (Mateo 5:44; Mateo 5:39).

La paciencia es verdaderamente una virtud poderosa y se puede desarrollar al reconocer su importancia y al decidir ser pacientes con nosotros mismos y con los demás. Te animo a cultivar la paciencia en tu vida diaria y a disfrutar de la satisfacción que traen los logros, libres de muchas de las presiones y tensiones habituales de la vida moderna.

El Evangelio Incorpora la Paciencia
Estoy agradecido por mi conocimiento del evangelio, que incorpora el extraordinario principio de la paciencia. Agradezco especialmente la paciencia que mi Padre Celestial ha tenido conmigo a lo largo de mi vida. También agradezco mi testimonio de que Dios vive y de que Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. Doy gracias a Dios por el profeta José Smith y por nuestro actual Presidente y Profeta, David O. McKay, quienes han ejemplificado esta gran cualidad de la paciencia en sus vidas.

Quisiera concluir con las palabras del apóstol Pablo a los santos hebreos: “… corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” (Hebreos 12:1).

En el nombre de Jesucristo. Amén.

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