Una obra maravillosa y un prodigio
por Le Grand Richards
Dice, pues, el Señor; Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado:
Por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos. (Isaías 29:13, 14).
Originalmente se escribió con objeto de poder ayudar a los misioneros a presentar el evangelio de una manera convincente y clara a los que tuviesen deseos de conocer la verdad, y muchos de ellos testifican que efectivamente ha logrado ese fin.
A todos los que se refirió Jesús cuando habló de los que “tienen hambre y sed de justicia”, yo, como humilde siervo del Señor Jesucristo, les extiendo la misma promesa, asegurándoles que si leen este libro con una oración, también “serán hartos”.
He tenido el privilegio de visitar varias de las misiones de habla española de esta Iglesia de Jesucristo, donde he tenido el placer de conocer a muchos de nuestros miembros y sus amigos que hablan esa lengua, y espero y ruego que al llegar a ellos este libro en su propio idioma, sientan que han sido correspondidas, en parte por los menos, sus muchas bondades, amor y amistad.
Con esta obra va mi amor y bendición a todo aquel que tenga el privilegio de leerla.
Prólogo
Habiéndoseme informado que la traducción de mi libro, Una Obra Maravillosa y un Prodigio, al idioma español ha sido terminada, deseo expresar mi más sincero agradecimiento a los que la han efectuado, y sinceramente ruego que como resultado de sus esfuerzos muchos de los hijos de nuestro Padre Celestial que tienen como lengua nativa el castellano, puedan lograr un entendimiento y estimación más profundos del evangelio restaurado de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Se ha preparado y se publica este libro sin que su autor reciba remuneración alguna, y se dedica a la gran obra misional de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, hacia la cual el autor siente particular cariño.
Originalmente se escribió con objeto de poder ayudar a los misioneros a presentar el evangelio de una manera convincente y clara a los que tuviesen deseos de conocer la verdad, y muchos de ellos testifican que efectivamente ha logrado ese fin.
A todos los que se refirió Jesús cuando habló de los que “tienen hambre y sed de justicia”, yo, como humilde siervo del Señor Jesucristo, les extiendo la misma promesa, asegurándoles que si leen este libro con una oración, también “serán hartos”.
He tenido el privilegio de visitar varias de las misiones de habla española de esta Iglesia de Jesucristo, donde he tenido el placer de conocer a muchos de nuestros miembros y sus amigos que hablan esa lengua, y espero y ruego que al llegar a ellos este libro en su propio idioma, sientan que han sido correspondidas, en parte por los menos, sus muchas bondades, amor y amistad.
Con esta obra va mi amor y bendición a todo aquel que tenga el privilegio de leerla.
Le Grand Richards

























