Una Oración
Por el obispo Alfred Cordon
Pronunciada en la Piedra Angular Suroeste del Templo en la Ciudad del Gran Lago Salado, después de que las Presidencias del Sacerdocio Aarónico hubieran colocado la piedra, el 6 de abril de 1853.
Oh Dios, el Padre Eterno, te agradecemos que estemos reunidos aquí esta mañana para poner los cimientos de otro Templo a tu nombre. Te pedimos, en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, que permitas que tu bendición repose sobre esta, la Piedra Angular Suroeste, que ha sido colocada por el Obispo Presidente de tu Iglesia y su Consejo. Asimismo, permite que tu poder y fuerza reposen sobre tus siervos que trabajarán para edificar sobre esta piedra. Que el espíritu de unanimidad y paz, que invade nuestros corazones esta mañana, repose sobre aquellos que trabajarán en este edificio, y que también repose sobre sus esposas e hijos, extendiéndose por todo este territorio y el mundo entero, para que los rectos de corazón se regocijen, y tus Santos estén llenos de agradecimiento, de alabanza y adoración a tu gran nombre, por las misericordias que continuamente les extiendes.
Permite, de manera especial, que tus élderes en el extranjero, cuyos corazones laten hoy con gozo y satisfacción, sientan la fortaleza y la influencia de tu Espíritu, que tan ricamente reposa sobre nosotros, para que encuentren consuelo y alivio. Que sus vidas sean preservadas, para que puedan regresar y contemplar un edificio levantado a tu nombre, regocijándose grandemente y adorándote a ti, oh Dios. Que sus caminos sean abiertos, permitiéndoles moverse de nación en nación, de ciudad en ciudad y de hogar en hogar. Que tus ángeles vayan delante de ellos, y que la influencia secreta de tu Santo Espíritu toque los corazones de las personas para su bien, para que tus propósitos se cumplan pronto, para que Israel sea reunido de entre las naciones de la tierra. Que la luz y la verdad se extiendan hasta que todos los rectos de corazón se regocijen en los principios de la libertad, y cada cadena y yugo del tirano se rompan y desaparezcan, y que el conocimiento y el poder de Dios cubran la tierra como las aguas cubren la faz del gran abismo.
Te pedimos que las peticiones de tu siervo, ofrecidas sobre la Piedra Angular Principal, sean respondidas sobre las cabezas de este pueblo, y que tu bendición y poder reposen sobre él y sus hermanos, la Primera Presidencia de tu Iglesia. Que estén llenos del espíritu de revelación continuamente, para que tus Santos prosperen, tu reino avance, y tu obra siga adelante bajo su guía, hasta que llegue el día en que Sión sea respetada entre las naciones, y el Santo Sacerdocio sea la única autoridad reconocida, tanto en casa como en el extranjero, en la tierra o en el mar.
Guía a tu pueblo en tu camino, para que estén preparados para el cumplimiento de tus propósitos. Permite que el Templo, para el cual hoy estamos colocando las Piedras Angulares, sea erigido a tu nombre, y que la Piedra Superior sea colocada con gritos de regocijo ante ti. Que toda persona que extienda su mano para impedir que esto se logre se hunda en el olvido, y que su poder se marchite como la calabacera de Jonás. Que todos aquellos que extiendan sus manos para erigir esta Casa, o de alguna manera ayuden en su construcción, sean abundantemente bendecidos con las bendiciones del cielo y de la tierra. Que todas las cosas trabajen juntas para el bien de tu pueblo en todo momento en el futuro.
Dedicamos esta Piedra, y nos entregamos a ti, para que nos uses conforme a tu voluntad, rogándote que dirijas nuestro camino y nos salves eternamente en tu Reino celestial, en el nombre de Jesucristo. Amén.
Resumen:
La oración pronunciada, durante la colocación de la Piedra Angular Suroeste del Templo en la Ciudad del Gran Lago Salado, es un acto de gratitud y súplica. Cordon expresa su agradecimiento a Dios por la oportunidad de comenzar la construcción de un nuevo templo y pide bendiciones sobre la Piedra Angular y quienes trabajarán en el edificio. Solicita que el espíritu de paz y unidad esté presente en todos los que participan en la obra, extendiéndose a sus familias y más allá, alcanzando a todo el territorio y el mundo.
Cordon también ruega por los misioneros que están en el extranjero, pidiendo que se les preserve la vida y se les permita regresar para ver la obra del templo culminada. Además, pide que el Espíritu de Dios toque los corazones de las personas en todo el mundo, para que los rectos de corazón se regocijen y la libertad prevalezca, hasta que el conocimiento y el poder de Dios cubran toda la tierra.
Finalmente, Cordon dedica la Piedra Angular y pide la guía de Dios para que su pueblo esté preparado para cumplir Sus propósitos. Hace un llamado para que aquellos que trabajen en la construcción del templo o ayuden en su edificación reciban abundantes bendiciones. Concluye pidiendo la salvación eterna para todos los que participan en esta obra.
La oración del obispo Cordon es un acto de fe profunda, en la que se refleja la importancia espiritual de la construcción del templo para los Santos de los Últimos Días. El templo no solo es un lugar físico, sino un símbolo de la presencia de Dios en la tierra y de la unidad del pueblo con Su voluntad. El énfasis en la paz, la unidad y las bendiciones para aquellos que participan en la obra refleja la convicción de que la construcción de un templo tiene un impacto profundo en la comunidad, no solo en el presente, sino también en el futuro.
Además, su súplica por los misioneros y la expansión del evangelio muestra el deseo de que el mensaje de Dios alcance a todas las naciones, fortaleciendo el sentido de misión global de la Iglesia. Cordon también destaca que quienes se oponen a la obra del Señor no tendrán éxito, confiando en la protección y guía divina.
Esta oración invita a reflexionar sobre la importancia de la unidad en el esfuerzo colectivo de cumplir con los propósitos de Dios. La edificación de un templo representa mucho más que la construcción de un edificio físico; es un proceso espiritual que involucra la participación de toda la comunidad, simbolizando la fe compartida y la dedicación a un propósito mayor. Además, la mención de los misioneros y la propagación del evangelio subraya la naturaleza expansiva de la obra de Dios, que busca alcanzar a todos los rectos de corazón.
La oración también nos recuerda la importancia de las bendiciones divinas en nuestros esfuerzos y cómo, a través de la fidelidad y el trabajo dedicado, podemos estar seguros de que Dios guiará y bendecirá nuestras acciones. En tiempos de desafío, esta oración resalta que la fe y el compromiso con el plan de Dios son fundamentales para recibir Su ayuda y protección.

























