Una Voz de Amonestación

Una Voz de Amonestación

e instrucción a todo pueblo

Por Parley P. Pratt

Contenido

Introducción
1. De La Profecía Cumplida
2. Del Cumplimiento de Profecías Futuras Aún
3. Del Reino de Dios
4. Del Libro de Mormón
5. De La Resurrección de los Santos
6. De Los Hechos de Dios para con todas las Naciones
7. Contraste Entre La Doctrina De Cristo Y Las Falsas Doctrinas De Los Hombres

INTRODUCCIÓN


Uno de los obstáculos más grandes que impiden la propagación de la verdad en cualquier época del mundo es la corriente de la opinión pública. En cuanto llega un rayo de luz al mundo, sea cual fuere la época, inmediatamente se topa con las tradiciones y costumbres profundamente arraigadas de los hombres, con sus opiniones o con algún artificio religioso. De este modo, igual que los efesios, se reúnen para aconsejarse sobre lo que han de hacer, para evitar que se hable mal de su diosa, que se desprecie su majestad, que se abandone su templo y, peor aún, que se ponga en peligro su negocio, que les proporciona su ganancia.

Recordemos lo que acaeció a los apóstoles cuando se opusieron a los rabinos judíos y a las supersticiones gentílicas. En una palabra, cuando tuvieron que contender con toda organización religiosa que existía sobre la tierra. Evoquemos el popular clamor: “Si lo dejamos así, todos creerán en él, y vendrán los romanos y quitarán nuestro lugar y nuestra nación.” “Estos que alborotan el mundo también han venido.” “¿Podremos saber qué es esta nueva doctrina que dices? Porque pones en nuestros oídos cosas nuevas.” “Estos hombres alborotan nuestra ciudad y predican ritos que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.” “¿Qué quiere decir este palabrero? Parece que es predicador de nuevos dioses.” Y muchas otras expresiones semejantes.

Por otra parte, examinemos brevemente los acontecimientos de una época posterior, por ejemplo, la Madre Iglesia contra los reformadores de distintas épocas. Los vemos calumniados, vituperados, humillados, azotados, apedreados, quemados y destruidos de diferentes maneras, mientras se hacía creer a las multitudes ignorantes que se trataba de los hombres más perversos.

También pensemos por un momento en lo que batalló Colón, un desconocido de educación limitada, pero bendecido con un corazón muy grande, un genio noble y una mente acostumbrada a pensar por sí misma. Penetró los oscuros misterios que encerraban las aguas occidentales. Recordemos cómo luchó durante ocho años contra la ignorancia de los eruditos en las cortes y asambleas de Europa, mientras que la mueca burlona, el dedo del escarnio y el silbido de la irrisión eran los argumentos más fuertes que se oponían a su teoría.

Mas, ¿cuál fue el resultado? Después de varios esfuerzos infructuosos, se dispuso una expedición compuesta por tres pequeñas naves. Se reveló un mundo a las naciones asombradas del este, una tierra destinada a ser el fondo de los más gloriosos y maravillosos acontecimientos de los últimos días. No bien quedó demostrado este hecho, cuando sus objeciones filosóficas, geográficas y religiosas desaparecieron en un momento. La soberbia de la ignorancia y el prejuicio se vio constreñida a arrojar sus honores al polvo, a doblar su altiva cabeza ante los pies del verdadero valor y a aprender en humilde silencio que un hecho claramente demostrado vale más que diez mil teorías y opiniones de los hombres.

BUSCAD LA VERDAD

Esta obra tiene por objeto ser una voz de amonestación o proclamación de la verdad a todos aquellos a cuyas manos llegue, para que entiendan y se preparen para el gran día del Señor. Las opiniones y conjeturas acerca de las cosas de Dios no sirven para nada; lo único que puede ser de valor para el género humano son los hechos bien demostrados. Y en vista de que solamente el Espíritu Santo puede guiarnos a toda verdad, rogamos a Dios, el Eterno Padre, en el nombre de Jesucristo, su Hijo, que el Espíritu de Verdad inspire nuestros corazones en la redacción de este tema, para que podamos escribir la verdad con la demostración del Espíritu y el poder, a fin de que sea la palabra de Dios, el evangelio sempiterno, el poder de Dios para salvación al gentil primeramente y también al judío.

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