Conferencia General de Octubre 1960
Unidad en la Obra Misional

por el Presidente Henry D. Moyle
Segundo Consejero en la Primera Presidencia
Mis amados compañeros de labor, tengo un humilde deseo de dirigirme a ustedes esta noche, no solo a quienes están aquí reunidos, sino también a aquellos que se han congregado o se están reuniendo ahora en los muchos lugares de reunión a lo largo de los Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda. Es maravilloso ser un compañero de trabajo con ustedes en esta gran causa misional de la Iglesia. Estoy tan agradecido de que este esfuerzo misional no se limite a lo que llamamos las misiones del mundo. Ahora es parte integral de la obra de cada estaca de Sión, así como de cada misión. Espero y oro esta noche para que no estemos lejos del momento en que haya cada vez menos diferenciación entre las misiones de estaca y las misiones de tiempo completo.
Hermanos, mi mensaje para ustedes esta noche es que son una sola obra. Somos uno, y todos los que participamos en esta Iglesia somos uno en la proclamación del evangelio de Jesucristo a nuestros semejantes, dondequiera que estemos, ya sea en casa o en el extranjero. Ahora bien, este mensaje parece tan sencillo que uno podría preguntarse por qué ocuparía el precioso tiempo restante de esta reunión en discutirlo más. Sin embargo, hay algunos detalles relacionados con esta obra que no nos han permitido, en el pasado, proceder con la unidad que podríamos alcanzar.
En este gran movimiento misional de la Iglesia ha cobrado prominencia lo que ahora llamamos referencias. Algunos de nuestros presidentes de misión prefieren llamarlo “compartir el evangelio”. Al llevar a cabo este aspecto de la obra, parece haber una inclinación natural por parte de quienes trabajan en las estacas de excluir a las misiones de tiempo completo, y, presumo, un pensamiento similar por parte de las misiones de tiempo completo al evitar compartir sus oportunidades con las misiones de estaca.
¡Hermanos, esto no puede continuar! Posiblemente, la raíz de esta dificultad radique en la cuestión de los registros o las estadísticas. Nos sentimos orgullosos de nuestro desempeño. Queremos mostrar resultados. Queremos estar en la cima de la lista. Me pregunto si sería posible diseñar estadísticas que registren lo que llamaré, por conveniencia, nuestra falta de egoísmo en este aspecto. ¿Qué importa si la misión de estaca o la misión de tiempo completo recibe el crédito por un bautismo? Todo lo que nos interesa es la conversión de aquellos que se arrepientan de sus pecados, reconozcan a Jesucristo como el Hijo de Dios y acepten Su evangelio, tal como ha sido restaurado en estos últimos días en su plenitud a través de la instrumentalidad del profeta José Smith.
Hermanos, debemos superar cualquier ambición o deseo personal. Qué agradecidos estamos los líderes generales por las gloriosas reuniones que hemos tenido con estos maravillosos presidentes de misión, a medida que han venido de las diversas misiones de la Iglesia en los Estados Unidos, Canadá, México, Centroamérica y Hawái.
Presidente de misión tras presidente de misión informaron que no tuvieron problemas porque, donde trabajaron conjuntamente con las misiones de estaca, compartieron los bautismos al 50%, sin cuestionar si el éxito de la misión de estaca igualaba al de la misión de tiempo completo, o viceversa. Me emocionó aún más, como a todos mis hermanos que asistieron a esas reuniones, ver cómo se ha producido una estrecha correlación entre las actividades de estos dos grandes grupos de misiones. Por las noches, cuando los misioneros de estaca podían dividirse y salir con los misioneros de tiempo completo, ambos se beneficiaban y aprendían de la experiencia y fidelidad mutua.
El misionero de estaca puede aportar a la vida de nuestros jóvenes misioneros de tiempo completo una estabilidad, integridad, devoción, lealtad y dedicación que solo pueden llegar a través de años de servicio constante al Maestro. Por otro lado, estos jóvenes, emocionados por sus primeras experiencias en el campo misional y al percibir el poder del sacerdocio que portan, transmiten ese entusiasmo a los misioneros de estaca más experimentados, reviviendo en ellos el fuego que una vez sintieron hace años.
¿Y cuál es el resultado? Una y otra vez se demuestra que quienes no han sido tocados por los esfuerzos misionales de la misión de estaca, o en otros casos por los de los misioneros de tiempo completo, han sido convertidos por el esfuerzo conjunto de un misionero de estaca y un misionero de tiempo completo que trabajan juntos en la misma causa, familia o grupo.
Sin embargo, no parece prudente mezclar a los misioneros de esta manera, salvo cuando exista un propósito específico aprobado tanto por el presidente de la misión de estaca como por el presidente de la misión de tiempo completo.
Espero que esta noche podamos reflexionar juntos sobre esta obra y fortalecernos en unidad. Dios les bendiga, hermanos, para que avancemos unidos en la obra del Señor, es mi humilde oración, en el nombre de Jesucristo. Amén.
























