La base y las raíces del testimonio

Conferencia General Octubre 1988logo 4
La base y las raíces del testimonio
por el élder John K. Carmack
del Primer Quórum de los Setenta

John K. Carmack«Los tres peligros que pueden deteriorar nuestra fe y dañar o destruir nuestro testimonio son: la arrogancia y el orgullo, las transgresiones serias y la substitución. . . del Evangelio de Cristo por los logros y valores mundanos.»

Estoy seguro de hablar en nombre de todos vosotros si digo cuanto nos ha inspirado este coro maravilloso. Creo hablar en nombre de todos vosotros y especialmente en nombre de la Primera Presidencia al dar la bienvenida a los cuatro miembros nuevos del Primer Quórum de los Setenta y al sostener a nuestros nuevos lideres, el élder Clarke y el élder Scott.

¿Que significa expresar el testimonio? «Testimonio» es una confesión de fe. «Expresar» es dar a conocer. De manera que al expresar mi testimonio estoy dando a conocer o haciendo una declaración de mi fe.

La mayoría de vosotros expresaríais gustosos vuestro testimonio si os lo pidieran. El verdadero poder de la Iglesia no yace en la economía ni en lo político, sino en el testimonio de sus miembros.

Los miembros describen sus testimonios como algo que crece. Unos pocos declaran que han perdido el testimonio. Al expresarlo, algunos usan términos, tales como: «Yo se» y «Yo creo»; otros dicen, »Señor, yo creo; ayuda mi incredulidad» (Marcos 9:24).

Mi deseo es el de edificar a todos, sea cual fuere el grado de su testimonio.

El mes pasado, cuando mi esposa y yo regresamos de la boda de nuestro hijo, en el Templo de Oakland, descubrimos con horror que el césped de nuestro patio se había secado y convertido en paja en los pocos días que habíamos estado ausentes. Este verano, en particular, había estado muy verde y hermoso, mas durante nuestra ausencia, el regador automático había fallado y el calor del verano lo había quemado.

Los testimonios son como el césped. Pueden estar verdes y saludables, pero el calor del verano puede cambiarlo rápidamente. Tiemblo cuando escucho a alguien decir: «Nunca negare mi testimonio». Me parece escuchar a otro personaje, no muy distante, decir: »¿Ah, si?, ¡Ya veremos!»

Necesitamos vuestros testimonios; no podemos darnos el lujo de perder a ninguno. «Todo hombre es una parte importante de esta esfera; si un terrón fuera arrastrado por el mar, el continente seria mas pequeño, igual que si un promontorio desaparecieras o la casa de tus amigos o la tuya. . . Por tanto, nunca preguntes por quien doblan las campanas; las campanas doblan por ti». (John Donne, Devotions, XVII.)

Las campanas doblan por todos nosotros. Los que tengáis un testimonio fuerte, dejadlo que siga creciendo. Los que hayáis perdido el testimonio, regresad; os necesitamos para »que juntos [nos comuniquemos] dulcemente los secretos, y [andemos] en amistad en la casa de Dios» (Salmos 55: 14). Isaías prometio: » . . . pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantaran alas como las águilas» (Isaías 40:31).

La parábola del sembrador nos enseña los principios por los cuales podemos ganar o retener nuestro testimonio, y nos advierte de los peligros que debemos evitar para no perderlo.

Lo que realmente cuenta es bastante sencillo. La semilla del evangelio debe plantarse en buen terreno. Una semilla que se planta en buen terreno crecerá y se convertirá en una planta que dará frutos y tendrá raíces fuertes que soportaran el calor del verano. Pero hay que nutrir y regar la planta.

¿Cómo podemos preparar ese terreno a fin de que sea rico y fértil para que pueda crecer la palabra de Dios’? ,,Como podemos asegurarnos de que las raíces crezcan y soporten el calor del verano’?

En respuesta, hablare de tres principios y tres advertencias que nos guiaran a dos exhortaciones especificas que se aplican a todos.

Arraigados en Cristo

Primero, nuestros testimonios estarán en buen terreno si están arraigados en Cristo. El es la fuente de nuestra fuerza y consuelo en tiempos de dificultades o dudas.

Hace años mis negocios sufrieron una crisis momentánea que amenazó con destruirme. En respuesta a mis oraciones fervientes, el Salvador no sólo me consoló, sino que me reveló el camino que debía tomar para salir a flote.

En 1984, cuando el presidente Hinckley me llamó y me pidió que fuera con mi esposa a la conferencia general para tener una entrevista. de la cual surgió este llamamiento, el Salvador me visitó en espíritu, antes del amanecer, y nuevamente me dio paz y solaz.

«He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.» (Salmos 121:4.) «Echa sobre Jehová tu carga, y el te sustentara.» (Salmos 55:22.) Podemos exclamar en tiempos de prueba: » ¡Oh Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi que estoy en la hiel de amargura, y ceñido con las eternas cadenas de la muerte!» (Alma 36:18.)

¡Os testifico que El vive! He sentido su presencia y he escuchado su voz en mi mente y en mi corazón. (Véase Enós 10; D. y C. 8:2.)

El es la roca, la piedra del fundamento y nuestro Redentor. El es la vid verdadera a la cual nuestro testimonio se debe aferrar. El Salvador abona el buen terreno.

El deseo de creer

El segundo principio es tan sencillo que fácilmente se puede escapar de nuestras manos y esconder entre ideas mas complicadas y profundas.

La fe comienza con el deseo de saber si el evangelio es verdadero. Desear es querer o añorar algo. Es un sentimiento fuerte.

Cuando deseamos ganar un testimonio, o deseamos saber. o deseamos creer, el testimonio comienza a crecer.

Abraham se convirtió en un gran patriarca porque el deseó »ser el poseedor de gran conocimiento. y ser un partidario mas fiel de la justicia, y lograr un conocimiento mayor, y ser padre de muchas naciones. un príncipe de paz». El deseó »recibir instrucciones y guardar los mandamientos de Dios’ ‘ (Abraham 1:2).

Alma también explicó que para tener un testimonio se debe empezar teniendo el deseo. El dijo: «[Despertad] y [avivad] vuestras facultades hasta poner a prueba mis palabras, y [ejercitad] un poco de fe, si, aunque no sea mas que un deseo de creer» (Alma 32:27; cursiva agregada).

El deseo engendra fe y testimonio. El testimonio no se logra por lógica y estudio. Por ejemplo, podríamos enumerar cientos de evidencias lógicas que prueben que el Libro de Mormón y el Nuevo Testamento son verdaderos, pero el escéptico podría rebatirnos cada una de ellas. Sin el deseo, el escéptico »siempre [estará] aprendiendo, y nunca llegara al conocimiento de la verdad» (2 Timoteo 3:7).

No creo que se haya tenido la intención de probar la veracidad del evangelio por medio de evidencias físicas o documentadas que fueran aceptables para todos. En esta vida, el creyente debe recibir su testimonio por la fe, no sólo por la lógica y las pruebas. Lo importante es comenzar poniendo el ingrediente del deseo en nuestro terreno.

Experimento espiritual

El tercer punto es un experimento espiritual. Al igual que los procedimientos científicos, es la manera en que uno gana una convicción acerca de los principios del evangelio y es un ingrediente esencial para fertilizar el terreno en el que va a crecer la semilla del testimonio.

Jesús explicó: »El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta» (Juan 7:17). En otras palabras, al poner la doctrina a prueba, se sabrá que es verdadera. Para probarla se requiere fe, pero esto lleva a una evidencia espiritual. El discípulo que ponga a prueba el experimento recibirá convicción, conocimiento y luz. Al perseverar recibe »mas luz, y esa luz aumenta mas y mas en resplandor hasta el día perfecto» (D. y C. 50:24).

Cuando declaro que yo se que el evangelio es verdadero, que Cristo vive y que Ezra Taft Benson es el profeta de Dios, en realidad estoy diciendo que el obrar y el servir me han dado la convicción de que esta obra es verdadera.

Hoy declaro que los cojos son sanados, los ciegos ven y los muertos se levantan de la tumba. Los senderos se iluminan. Hombres y mujeres son llamados de Dios por profecía y el Señor revela su voluntad a sus profetas para guiar a la Iglesia.

Entonces, las tres claves son: estar fundados en Cristo, tener el deseo de saber y hacer las cosas que Dios ha mandado. Todos pueden saber que la doctrina es verdadera, aumentando mas y mas en luz y verdad hasta alcanzar el día perfecto.

La semilla ‘empezara a germinar. . . y al percibir esta sensación de crecimiento, empezareis a decir dentro de vosotros: Debe ser que esta es una semilla buena, o que la palabra es buena» (Alma 32:28).

Hay otras formas de obtener un testimonio. Pablo se convirtió gracias a una manifestación celestial. Por medio del estudio y la razón se puede encontrar la verdad. Sin embargo, un testimonio basado sólo en el razonamiento y el conocimiento, sin tener una confirmación espiritual, puede estar en peligro cuando se debilite o se derrumbe parte de su lógica.

Doy gracias al Señor por tener un testimonio fundado en la fe, y que continua creciendo. He visto he sentido y sé lo que sé.

Reconozco que tengo muchas preguntas, pero ninguna de ellas amenaza mi testimonio. Y en forma regular van surgiendo nuevas preguntas mientras otras reciben su respuesta por medio del estudio y de las experiencias de la vida. Tengo la esperanza de poder soportar el calor del verano y preservar mi testimonio, cimentado en Cristo. hasta el fin de mi probación mortal.

Peligros

Al observar a amigos queridos y familiares perder su fe, he tratado de determinar las causas principales.

  1. Arrogancia u orgullo. Entre los tres peligros que mencionare se halla la arrogancia u orgullo. El afán intelectual, el exilo económico. cl obtener una posición de poder y otros logros, los cuales de por si no son ni buenos ni malos, a veces nos llenan de orgullo y nos alejan de la humilde dependencia del Señor. Jacob nos advirtió: »Pero bueno es ser sabio, si hacen caso de los consejos de Dios» (2 Nefi 9:29). El poder político y el económico pueden tener en nosotros una influencia seductora y corrupta.

Es de mucha ayuda recordar y emular la humildad de Enoc, de Moisés y del presidente Kimball.

  1. El pecado. El pecado debilita el testimonio, especialmente las transgresiones sexuales. El pecador a veces culpa a otra persona, rechaza el evangelio y huye. Una planta que crece en un terreno rocoso se seca rápidamente. Una transgresión seria es la segunda amenaza para nuestro testimonio Para regresar, hay que sacar las piedras del camino, revolver la tierra y alimentarla, superar el pecado y resistir las tentaciones. Muchas personas están volviendo a la Iglesia arrepentidas de sus pecados. Rara vez pierden totalmente el testimonio.
  2. Substitución. Al ultimo peligro lo llamare substitución. Algunas personas brillantes y muy capaces se dedican tanto a las ciencias, a la filosofía, a la historia, al arte, a la música, a los deportes, al logro de una profesión. a los pasatiempos intelectuales o a la recreación que reemplazan los valores, los convenios y las doctrinas del evangelio. Estas actividades substituyen por completo a la religión y llegan a ser las fuerzas gobernantes de la vida de esas personas.

Los principios centrales del evangelio que se repiten una y otra vez en los convenios y en las ordenanzas del templo, que se incluyen en el sacramento de la Santa Cena y que se encuentran en las Escrituras, se hallan al alcance de todos nosotros, a menos que pensemos que podemos prescindir del Evangelio de Jesucristo. También tenemos nuestros gnósticos de los últimos días que creen saber mas que los sencillos discípulos de Cristo.

No deseo dar la impresión de que no debemos continuar aprendiendo y profundizando nuestro conocimiento

acerca de la vida y del evangelio. Es bueno tener un conocimiento del evangelio sólido, maduro y en constante progreso, lo cual debe ser nuestra meta invariable.

A modo de repetición: Los tres peligros que pueden deteriorar nuestra fe y dañar o destruir nuestro testimonio son: la arrogancia y el orgullo, las transgresiones serias y la substitución de los ideales y de las normas sencillas y centrales del Evangelio de Cristo por los logros y valores mundanos.

Cuando me preparaba para esta ocasión, observe que el césped del patio de casa ha comenzado a brotar otra vez. Pero de repente, el regador automático dejó de funcionar. No debemos cansarnos de hacer lo bueno. (Véase D. y C. 64:33.) Nuestro testimonio. tal como el césped. puede secarse .

Es posible que os estéis preguntando, «¿y que tiene que ver esto conmigo?» Me limitaré a pronunciar dos exhortaciones: una a todos los miembros de la Iglesia y la otra a los lideres de la Iglesia:

Primero, para aumentar en luz y testimonio debemos magnificar nuestros llamamientos eclesiásticos durante toda la vida. Si hacemos esto y prestamos un servicio cristiano espontaneo. nunca perderemos nuestros testimonios. Crecerán mas verdes y saludables.

Y por ultimo, lideres de la Iglesia: Os ruego que ordenéis a los hombres al sacerdocio y extendáis llamamientos a cada hermano y hermana, ya sean activos o menos activos, y les deis la oportunidad de servir a los demás y de aplicar los principios del evangelio. El hacer un llamamiento eclesiástico a cada miembro de la Iglesia es un ideal que podemos alcanzar en la mayoría de los casos. No conozco nada mejor para fortalecer los testimonios y bendecir a las personas.

Y ahora deseo aprovechar esta oportunidad para expresar mi gran amor por todos vosotros, miembros de la Iglesia. Os aprecio y os agradezco, y os expreso mi admiración por todo lo que hacéis. En el nombre de Jesucristo. Amen.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario