Recordad, gozad, preparaos

Octubre de 1980
Recordad, gozad, preparaos
por Norma B. Smith
Segunda Consejera en la Presidencia de las Mujeres Jóvenes

Norma B. SmithEn este año del sesquicentenario me he preguntado: “¿Qué pasaría si el evangelio no hubiera sido restaurado en la tierra en los últimos días? ¿Dónde estaría yo? ¿Cuál habría sido mi vida?” En cambio, me siento segura con el conocimiento que tengo de que Dios vive y nos ama.

Espero que cada joven de la Iglesia de una mirada de reconocimiento al pasado y una mirada hacia adelante, renovando sus compromisos durante este año en que se conmemora la organización de la Iglesia. Habiendo sido asignadas, a patrocinar el proyecto de labores manuales, alentamos a cada una de vosotras a crear algo que sirva para recordar este año histórico.

Consideremos hoy tres ideas muy breves: Primero, recordad el pasado; segundo, gozad el presente; y tercero, preparaos para el futuro.

Al decir “recordad el pasado” quiero significar un pasado muy lejano. Id atrás con la imaginación hasta el día en que os sentasteis en un consejo en los cielos, y votasteis venir a la tierra y enfrentar los problemas que ahora tenéis para poder aprender y crecer y esforzaros una y otra vez; para elegir lo bueno y evitar lo malo y demostraros a vosotras mismas que sois dignas de volver a la presencia de vuestros Padres Celestiales que tanto se preocupan por todo lo que hacéis.

Un pasado especial para las Mujeres Jóvenes es el cumpleaños de nuestra organización, el aniversario del día en que el presidente Brigham Young llamó a sus hijas mayores y les aconsejó que se apartaran de las extravagantes y tontas modas del mundo y volvieran su corazón a las vías del Señor. Les dijo que debían “reprimirse de todo lo que es malo e inservible; y mejorarse en todo aquello que es bueno y hermoso” (Elementos de la historia de la Iglesia, pág. 755). Este mensaje se necesita hoy más que nunca.

Este fue el nacimiento de la Sociedad Regresiva de Damas Jóvenes, y comenzó a crecer desde ese momento. En uno de los lugares de reunión, en los comienzos de la asociación, se registró esta minuta: “Estuvo presente una grande y respetable congregación». Sin embargo, al mirar detenidamente las minutas, en éstas figuraba que sólo habían estado presentes dos personas: la presidenta recientemente llamada y su secretaria. Pero la secretaria defendió la exactitud de lo que había asentado, diciendo: “La minuta es correcta; la presidenta es muy grande y yo, ciertamente, soy respetable».

Espero que cada noviembre recordéis el pasado y nuestros comienzos, y renovéis vuestros compromisos de vivir en el mundo pero no ser del mundo, celebrando en forma apropiada el cumpleaños de la organización de las Mujeres Jóvenes.

Otro día importante en el pasado es el que pertenece al ayer. Si se han cometido errores, aprendamos de ellos, apartémonos de ellos, arrepintámonos de ellos. No permitamos que los días pasados sean como piedras que vamos juntando en una bolsa que debemos llevar adelante, día tras día, como una carga abrumadora. Jesús dijo:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.» (Mateo 11:28, 30.)

La segunda idea que quisiera que recordarais es “¡Gozad el presente!” Haced que vuestra vida esté llena de radiante vitalidad y juvenil alegría. Los Salmos dicen:

“Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.” (Sál, 118:24.)

Un padre que conozco suele decir a sus hijos cuando éstos salen de la casa para ir a alguna fiesta: “¡Que lo pasen bien! De tal modo, que puedan recordar siempre esos momentos con alegría, sin pena, sin remordimiento, sin angustia; sólo con alegría, para siempre».

La mayor parte de lo que está sucediendo en estos días en el mundo de la diversión es censurable. Ahora puede ser más difícil encontrar lo que es bueno y apartarse de lo que es malo. Pero quizás vosotras os encontréis hoy aquí sólo por esa razón. Tengo la profunda convicción de que nunca ha habido una generación de jóvenes tan fuerte como la que hoy tenemos en la Iglesia. Por dondequiera que voy me encuentro con grupos de jóvenes hermosos y capaces, quienes están plantando las tiernas raíces del testimonio, que crecen fuertes y profundas. Vosotras, jóvenes, podéis ser como la levadura que hace crecer el pan; el Señor cuenta con vuestra ayuda para hacer que exista una diferencia en el mundo. El presidente Spencer W. Kimball dijo:

“¡Qué día glorioso para vivir! ¡Oh noble juventud, el mundo está a vuestros pies! Habéis nacido en esta época para tener en el futuro dominio sobre la tierra y sobre todas las cosas que en ella hay. ¡Qué herencia inestimable! Pero también hay desvíos y podéis equivocar el camino; podéis arrastraros en la tierra o subir a los cielos. En esta universidad de la vida podéis fracasar o podéis graduaros con altos honores; todo depende de vosotros y de vuestra actitud y determinación.” (Church News, 13 de feb. de 1960, pág. 4.)

Enfrentando con valentía los problemas de la vida podréis tener mayor gozo cada día. Si utilizáis vuestros días haciéndolos felices en la manera correcta tendréis una alegría más duradera de la que podéis encontrar bailando, saliendo con jóvenes, comiendo o durmiendo.

El maravilloso presente forma parte de la tercera idea: “Preparaos para el futuro”. En nuestra organización nos hemos comprometido a ayudaros para que os preparéis para vuestro porvenir, para todo lo que se encuentre delante de vosotras.

El programa de progreso personal está diseñado para ayudaros a que os desarrolléis en todos los aspectos de una vida equilibrada. El progreso es un principio eterno; no comienza cuando cumplís doce años ni termina cuando llegáis a los dieciocho, sino que continúa eternamente. Si podéis aprender la forma de establecer metas y lograrlas, también podéis controlar vuestra propia vida y felicidad.

Mis queridas jóvenes amigas, sentimos mucho amor por vosotras y deseamos ayudaros en todo lo que podamos; pero la responsabilidad de ocuparse de vuestra vida y salvación es solamente vuestra. Mirad hacia atrás con orgullo y recordad vuestro pasado. Gozad vuestro presente y vivid plenamente para establecer una diferencia en el mundo. Preparaos para un porvenir glorioso de progreso eterno.

Como dijo un poeta:

¡Mirad este dial . . .
Porque el ayer es sólo un sueño
Y el mañana una visión:
Pero el presente bien vivido
Hace del ayer un sueño feliz,
Y del mañana, una visión de esperanza.
¡Mirad bien este día,
Que así saluda el amanecer!

(Masterpieces of Religious Verse, ed. James Datton Morrison, New York y Londres: Harper and Brothers Publishers, 1948j pág. 301.)

Que así podamos hacerlo, con gran gozo y noble propósito, es mi oración en el nombre de Jesucristo. Amén.

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