Septiembre de 1984
Somos cristianos porque…
Por el élder Robert E. Wells
Del Primer Quórum de los Setenta
Para miembros de la Iglesia que hayan dedicado su vida al evangelio de Jesucristo, puede ser más que una sorpresa el saber que hay gente en el mundo que no sabe que somos cristianos. Hay mucha gente que jamás estableció una relación entre el apodo “mormón” y “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”. Incluso en la actualidad existe un esfuerzo organizado en los Estados Unidos para confundir al público y convencerle de que los Santos de los Últimos Días son miembros de una secta no cristiana.
Nosotros siempre hemos reclamado “el derecho de adorar al Dios Todopoderoso conforme a los dictados de nuestra propia conciencia, y concedemos a todos los hombres el mismo privilegio: adoren cómo, dónde o lo que deseen”. Creemos que todos los hombres se encuentran en su mejor condición cuando adoran a su Dios. Respetamos su derecho de creer en lo que consideren sagrado y del mismo modo reclamamos de ellos la misma cortesía. Esta es la razón por la cual la siguiente declaración no tiene la finalidad de ser motivo de contención, sino más bien un breve repaso de por qué creemos que llenamos ampliamente los requisitos necesarios para ser considerados cristianos.
- Somos cristianos porque adoramos a la Trinidad cristiana. “Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo.”
No tenemos dioses ajenos delante de nosotros. (Véase Éxodo 20:3.) No adoramos profetas ni santos, ya sea que se trate de los tiempos contemporáneos o antiguos. Oramos solamente al Padre, tal como lo enseñó el Salvador durante su ministerio terrenal (véase Mateo 6:9-13); y esto lo hacemos tan sólo en el nombre del Salvador. Enseñamos, tal como también lo enseñan las Escrituras, que no existen Intermediarios entre Dios y el hombre, excepto Jesucristo, y “. . . no hay otro nombre debajo del cielo sino el de este Jesucristo. . . mediante el cual el hombre puede ser salvo”. (2 Nefi 25:20.)
- Somos cristianos porque, al igual que los cristianos antiguos, no adoramos imágenes talladas ni ningún otro objeto de adoración idólatra. (Véase Éxodo 20:4-6.) Tampoco consideramos que es adecuado usar medallas, reliquias antiguas, imágenes, o aun la cruz u otros objetos hechos por el hombre como parte de nuestra adoración del Dios verdadero y viviente. Claro que adornamos nuestros parques y edificios con estatuas y exhibimos pinturas del Salvador y otros personajes en lugares prominentes, pero no adjuntamos significados religiosos a tales obras de arte efectuadas por el hombre.
- Somos cristianos porque, al igual que los cristianos primitivos, no tomamos el nombre del Señor en vano (véase Éxodo 20:7), ni tampoco justificamos el mal uso de cualquier término que se refiera a la Deidad. Seguimos la amonestación del Señor cuando dijo: “No juréis en ninguna manera” en nuestras relaciones mutuas. (Véase Mateo 5:34-37.) Por lo tanto, en nuestra vida diaria, no efectuamos juramentos vanos en el nombre de cosas sagradas. En lugar de así hacerlo, nuestras comunicaciones mutuas son simples, honradas y francas. También consideramos que quienes siguen a Cristo evitarán el uso de un idioma vulgar e irrespetuoso, del mismo modo que deberán evitar el uso incorrecto de cualquier expresión reservada para la Deidad.
- Somos cristianos porque consideramos sagrado y guardamos el día de reposo cristiano. (Véase Éxodo 20:8-11.) Nos esforzamos por mantenerlo sagrado todo el día y no tan sólo el momento en que nos encontramos en la Iglesia. Nos oponemos a la violación del día del Señor, ya sea en actos deportivos, de entretenimiento público, de caza o pesca, de trabajo o de cualquier otro tipo de actividades similares. El domingo es para nosotros un día de adoración, un día de descanso y de estudio, al Igual que una oportunidad para visitar a los enfermos, un día en el que no debemos hacer cosas que puedan ser hechas en otros días de la semana. Tampoco efectuamos compras, no vendemos ni hacemos negociaciones ni participamos en otras transacciones comerciales durante el día de reposo.
- Somos cristianos porque honramos a nuestros padres, a nuestros abuelos y todas las demás generaciones, en forma cristiana. (Véase Éxodo 20:12.) Tratamos de volver el corazón de los hijos a sus padres (y a sus antepasados) y volver el corazón de los padres a sus hijos (véase Malaquías 4:6), para que podamos unir así todas las generaciones en los lazos del amor eterno. Tratamos de alcanzar la meta del matrimonio en el templo por la eternidad. Nuestras ordenanzas del templo están basadas en Cristo. Tenemos programas orientados en Cristo para fortalecer el hogar, la familia y cada uno de los individuos. Nos esforzamos por proteger la integridad del hogar y la familia de las Influencias de Satanás. Estamos en contra de las cosas que destruyen al hogar y la familia, tales como el aborto, la homosexualidad, la promiscuidad, el alcohol, las drogas, la violencia y el divorcio sin justificativo. Fue un profeta cristiano de esta época, el presidente David O. McKay, quien enseñó que “ningún éxito puede compensar el fracaso en el hogar”.
- Somos cristianos porque nos esforzamos por obedecer tanto el mandamiento judeocristiano «no matarás» (Éxodo 20:13) como la ley superior dada por Cristo: “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio. . .” (Mateo 5:22). Cristo era enemigo del enojo, de las peleas y las contiendas. Su consejo fue: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos”. (Mateo 5:44-45.) Nuestro mayor deseo es el de ser obedientes a nuestro Padre Celestial en esto.
Como consecuencia de nuestra reverencia por este mandamiento es que tenemos sentimientos contrarios al suicidio y contra el aborto, excepto cuando sea adecuado en los raros casos en que exista el peligro de la vida de la madre o como consecuencia de violación sexual o Incesto. Es como consecuencia de nuestra reverencia por este mandamiento que también tenemos sentimientos en contra de la “muerte lenta» que muchos individuos se infligen a sí mismos mediante el uso de las drogas, el alcohol y otras substancias que destruyen tanto el cuerpo como la mente.
- Somos cristianos porque nos esforzamos por obedecer el mandamiento judeocristiano “no cometerás adulterio’’ (Éxodo 20:14) del mismo modo que la ley superior dada por Cristo que dice:
“. . . cualquiera que mira a una [persona del sexo opuesto] para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. (Mateo 5:28.) Consideramos por lo tanto que los cristianos habrán de controlar sus pensamientos y desecharán cualquier material pornográfico, inmoral o indecente. Estamos totalmente en contra del sexo premarital, del manoseo y de las prácticas impropias que puedan efectuarse durante las citas de los jóvenes. Consideramos que ambas partes deben llegar al altar del matrimonio en incuestionable pureza, y que la virtud, castidad y fidelidad son elementos que llevan a matrimonios fuertes y que pueden durar a través de la eternidad.
- Somos cristianos porque nos esforzamos en obedecer el mandamiento judeocristiano “no robarás”. (Éxodo 20:15; véase también D. y C. 42:20.) Hacemos especial hincapié en la honradez, integridad y confiabilidad personales. También estamos de acuerdo con el profeta Malaquías, quien indicó el hecho de que negar los diezmos y ofrendas es robar a Dios lo que a Él le corresponde. (Véase Malaquías 3:8-12.) Testificamos el hecho de que hay millones de personas que creemos y practicamos el principio de los diezmos, considerando que es mejor vivir con el noventa por ciento de nuestro dinero más las bendiciones del Señor que tratar de deambular con seguridad a través de los riesgos de este mundo incierto, tan sólo basándonos en nuestra propia sabiduría y recursos.
- Somos cristianos porque nos esforzamos por obedecer el mandamiento judeocristiano de no levantar falso testimonio en contra de nuestro prójimo (véase Éxodo 20:16), a lo que agregamos nuestra responsabilidad cristiana de decir en todo momento la verdad. La luz y la verdad son la gloria de Dios (véase D. y C. 93:36), y nadie que tenga en sí el engaño en su más mínima expresión puede llegar a Dios. Tal vez la parte más Importante de nuestra Integridad es que como cristianos a menudo ofrecemos nuestro testimonio de que Jesús es el Cristo, de que El murió por nuestros pecados, de que resucitó al tercer día, de que ahora vive y se encuentra a la cabeza de la Iglesia que lleva su nombre. Como verdaderos testigos, declaramos que su evangelio fue restaurado en su plenitud a la tierra. Queremos compartir esta verdad con todos. La obra misional es una tradición cristiana de la que somos felices de formar parte.
- Somos cristianos porque nos esforzamos en obedecer el mandamiento judeocristiano que dice «No codiciarás» (Éxodo 20:17), al cual agregamos el sabio consejo de los profetas cristianos que debemos ser autosuficientes, preparados para las emergencias, dispuestos a ayudar a otros que se encuentran en necesidades y generosos en nuestras ofrendas utilizadas por la Iglesia para el bienestar de los demás. Creemos que si hacemos estas cosas, no habremos de codiciar ni daremos motivos para que otros codicien lo que nosotros tenemos.
- Somos cristianos porque “creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados, y no por la transgresión de Adán».
Comprendemos totalmente que somos responsables de nuestros propios hechos y que llegará el día en que nos pararemos delante de Dios para ser juzgados de acuerdo con nuestros hechos. (Véase Apocalipsis 20:12.) Creemos que el Salvador se complace con quienes hacen la voluntad de nuestro Padre Celestial. (Véase Mateo 7:21.) Este principio cristiano nos hace esforzarnos por vivir mejores vidas y hacer el bien en el mundo.
- Somos cristianos porque “creemos que por la Expiación de Cristo todo el género humano puede salvarse, mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio». No existe ninguna otra forma para alcanzar la salvación.
- Somos cristianos porque “creemos que los primeros principios y ordenanzas del evangelio son: primero, Fe en el Señor Jesucristo; segundo, Arrepentimiento; tercero, Bautismo por inmersión para la remisión de pecados; cuarto, Imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo». Todas estas cosas están basadas en Jesucristo.
- Somos cristianos porque creemos en el ministerio cristiano laico, establecido en la Iglesia original. “Creemos que el hombre debe ser llamado de Dios, por profecía y la imposición de manos, por aquellos que tienen la autoridad, a fin de que pueda predicar el evangelio y administrar sus ordenanzas.” Creemos que tal llamado al ministerio es algo que “nadie toma para sí”, sino que tiene que ser “llamado por Dios, como lo fue Aarón”. (Hebreos 5:4.) O sea que no creemos que un hombre puede llamarse a sí mismo para el ministerio del Señor.
- Somos cristianos porque “creemos en la misma organización que existió en la Iglesia primitiva [cristiana], esto es, apóstoles, profetas, pastores, maestros, evangelistas, etc.”, del mismo modo que todos los demás oficios mencionados en el Nuevo Testamento, tales como diáconos, obispos y sumos sacerdotes. Tal como sucedió en la Iglesia primitiva, creemos que la Iglesia de Cristo de la actualidad debe estar edificada “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. (Efesios 2:20.) Y testificamos de que esto se puede encontrar tan sólo en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
- Somos cristianos porque creemos en los mismos dones espirituales que existieron en la Iglesia cristiana primitiva, o sea “el don de lenguas, profecía, revelación, visiones, sanidades, Interpretación de lenguas, etc.”
- Somos cristianos porque “creemos que la Biblia [tanto el Antiguo como Nuevo Testamento] es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente; también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios”. Del mismo modo que la Biblia fue escrita por profetas cristianos de la antigüedad en el viejo mundo, el Libro de Mormón fue escrito por profetas cristianos en el nuevo mundo. Es Escritura cristiana y un nuevo testigo de Jesucristo, con mucha información adicional acerca del Salvador que de ninguna forma contradice a la Biblia.
- Somos cristianos porque “creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela, y creemos que aún revelará muchos grandes e Importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios”. Creemos en los profetas cristianos y en el principio de la revelación continua en la actualidad, “lo mismo en estos días como en tiempos pasados, y lo mismo en tiempos pasados como en los venideros”. (1 Nefi 10:19.) Porque estamos convencidos de que el amor de Cristo se extiende a todos y que Él es nuestro Pastor en la actualidad tal como lo fue en la antigüedad.
- Somos cristianos porque creemos en la segunda venida de Cristo en toda su gloria, y que “reinará personalmente sobre la tierra, y que la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca”.
- Somos cristianos porque creemos en todos los ideales de vida cristianos: “Creemos en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y en hacer bien a todos los hombres… Si hay algo virtuoso, o bello, o de buena reputación, o digno de alabanza, a esto aspiramos”. Aceptamos y nos esforzamos por vivir todas las virtudes cristianas ejemplificadas en las bienaventuranzas al igual que en el Sermón del Monte y en todas las enseñanzas del Salvador. Creemos que debemos servir a Cristo con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza; que debemos ser ejemplos de fe, virtud, conocimiento, templanza, paciencia, bondad fraternal, piedad, caridad, humildad y diligencia con la única mira de glorificar a Dios.
En resumen, somos cristianos porque “creemos en Cristo y esperamos firmemente en Cristo . . . tenemos vida en Cristo . . . hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo y . . .[miramos] hacia adelante hacia aquella vida que está en Cristo . . . porque la senda verdadera consiste en creer en Cristo .. . Cristo es el Santo de Israel; por tanto [nos inclinamos] ante El y [lo adoramos] con todo [n]uestro poder, mente y fuerza, y con toda [n]uestra alma”. (2 Nefi 25:24-29.)
























