Yo soy la vid, vosotros los pámpanos

Conferencia General Octubre de 1976

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos

Dean L. Larsen

por el élder Dean L. Larsen
del Primer Quórum de los Setenta


Desde que recibí hace varios días la llamada telefónica del presidente Kimball, y tratando de no perder todo mi equilibrio, he estado fingiendo que las cosas seguirían para mí como antes; sé que no será así y, al aceptar este nuevo llamamiento, deseo con todo mi corazón la influencia sostenedora del Señor, así como la de vuestra fe y oraciones. Le he dicho al Señor que soy suyo para que me utilice como a El le parezca. Lo mismo le he prometido al presidente Kimball, y en esto cuento con el apoyo de una esposa amorosa y fiel y de una familia leal. Me consuelan con su Promesa las palabras que el Señor dirigió a sus siervos de una época anterior, cuando dijo:

“Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podréis hacer.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.” (Juan 15:3-5, 7-8.)

Testifico este día, mis hermanos, que el Señor Jesucristo vive, que ésta es su obra, que el presidente Kimball es en verdad el Profeta del Señor sobre la tierra. El vendrá de nuevo para reinar como Rey de reyes y como Señor de señores. Ruego que seamos dignos de ser contados entre aquellos que sirvan y vivan con El cuando llegue ese tiempo, y solemnemente pido su bendición sobre todos nosotros, en el nombre de Jesucristo. Amén

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