La redención de Judá
(Discurso pronunciado por radio el domingo,
17 de septiembre de 1944 por la estación KLS de Salt Lake City, Utah).
Una de las significantes profecías en las escrituras es la hablada por el Salvador a sus discípulos poco antes de su muerte concerniente a los Judíos y a la destrucción de Jerusalén, como está escrito en el capítulo vigésimo de Lucas. La destrucción predicha por nuestro Señor cayó sobre Jerusalén y los Judíos en el año 70 D. C., cuando las legiones romanas sitiaron a Jerusalén. Para continuar ese terrible día los Judíos fueron esparcidos por todas las naciones. Han sido perseguidos, corridos, abusados, odiados y asesinados, y aún así han prosperado en cosas materiales; han mantenido durante todas estas tribulaciones su integridad racial, cosa que es un milagro.
Palestina maldita
Después de la destrucción de Jerusalén y el esparcimiento de los Judíos, una maldición fué puesta sobre Palestina. Jerusalén fué prácticamente destruida y fué hollada por los Gentiles. Las montañas de Canaán que fueron en una época hermosas, y estaban cubiertas con árboles y vegetación, se convirtieron en estériles, la tierra de las montañas no teniendo ninguna protección, ha sido deslavada a los valles haciéndose charcos profundos. Las una vez ciudades progresistas, alegres ranchos y viñedos han desaparecido; la tierra se ha convertido en estéril y sin frutos. La superficie de la tierra estaba tan débil que era la opinión popular que no podría sostenerse ni la más mezquina población; sin embargo en el pasado cuando el Señor bendijo esta tierra, sostenía a millones de gentes, y era referida como la tierra que fluía leche y miel.
La tierra dedicada
Isaías predijo esta condición de destrucción, pero dijo que en los últimos días el Señor enviaría “ligeros mensajeros, a la gente tirada y repelida”, “Gente harta de esperar y hollada, cuya tierra destruyeron los ríos” Isaías 18:2), y otra vez serán recogidos. Hoy en día las condiciones en Palestina están cambiando. En la conferencia de la Iglesia de abril de 1840, el Profeta José Smith asignó a Orson Hyde que fuera a Jerusalén y una vez allí que dedicara la tierra para el regreso de los Judíos y el esparcido Israel. El domingo, octubre 24 de 1841 Orson se arrodilló en el monte de las Olivas y obediente a su llamamiento, dedicó la tierra para el recogimiento de los Judíos y de Israel, la antigua tierra de su herencia. Más tarde, el 2 de marzo de 1873, el Presidente Jorge Alberto Smith, Lorenzo Snow y otros, tuvieron un culto sagrado en el Monte de las Olivas y también bendijeron la tierra para el regreso de Israel y los Judíos. Un hecho curioso es que en el año 1841 había en toda Palestina entre 8.000 y 12.000 Judíos, y a través de las edades desde la dispersión, nunca habían cesado de lamentarse y llorar por la pérdida de su herencia y esperaban con ansia ese día cuando serían libertados de la esclavitud y ser privilegiados en regresar a la tierra de sus padres. Bajo el mandato Gentil este regreso les fué negado. Jerusalén, desde el tiempo de su destrucción por Tito, hasta el fin de la guerra en 1913, había cesado de ser una ciudad Judía y Palestina el hogar Judío. Es un hecho curioso que después de la dedicación de esta tierra, un ímpetu fué dado con relación del regreso de la Judería. En los corazones de ambos, Judíos y Gentiles, había el sentimiento de que algo tenía que hacerse para colonizar a este antiguo pueblo. En 1844, Warden Creason, cónsul de los Estados Unidos en Palestina, dió impulso a tal movimiento. Entre los Judíos Ingleses, Disraeli y Sir Moses Montefiore se hicieron campeones en este movimiento, pero el gobierno Británico pudo hacer muy poco, pues Palestina estaba bajo el mandato del Sultán. Inglaterra mandó una expedición a explorar el Sinaí que estaba dentro de la frontera egipcia, pero nada de importancia resultó de esto. En 1903, por los esfuerzos de José Chamberlain, el Secretario de las Colonias de la Gran Bretaña en ese entonces, Lord Landsdowne fué autorizado para dar a los Sionistas un pedazo de tierra en África Británica del Este, para la creación de el hogar Judío, con todo poder de autonomía bajo el control del gobierno británico. Los Judíos de todas maneras, tenían ojos puestos en Palestina como su casa, la cual de acuerdo con la palabra revelada del Señor, y vehementemente declinaron esta oferta de vivir en el África.
La colonización de palestina
En 1860 David Gordon, Hirch Lalischer y Moses Hess, con otros, ayudaron en la creación de los “Amantes de Sión” sociedades con el objeto primordial de colonizar Palestina por los Judíos. La federación Sionista fué principiada en 1896, y fué sostenida por Teodoro Hertzl y Barón Rothschild. El primer congreso de esta federación fué tenida en Basel, Suiza en 1897. Desde ese día los esfuerzos de parte de destacados e influyentes Judíos han aumentado, para traer a cabo un hogar nacional para la Judería. El primer asentamiento moderno de los Judíos en Palestina fué establecido en 1896, por la Asociación Internacional de ‘Alianza Israelita. Esta organización estableció una escuela de Agricultura (“Mikweh Israel”, o “Recogimiento de Israel”) a unas cuantas millas de Jaffa.
Restricciones que estorbaron el recogimiento
Toda colonización en Palestina por los Judíos antes de “La Guerra Mundial”, fué llevada a cabo en medio de grandes dificultades. Los turcos pusieron muchas dificultades y restricciones sobre aquellos que trataban de llegar a juntarse allí; todo lo que los Judíos podían hacer era mirar con ojos nostálgicos hacia la tierra de su herencia con esperanzas inciertas. No fué hasta después que la tierra fué libertada del mandato turco en 1917, que el retorno de los Judíos apareció en el horizonte como una verdadera realidad. Sin embargo, el resultado de los primeros movimientos trajeron un aumento en la población Judía. En 1881, había aproximadamente 25.000 Judíos en toda Palestina y en 1914, cuando comenzó la guerra el número había aumentado a casi 80. 000. Al tiempo del armisticio, a Gian Bretaña le fué dado el mandato sobre Palestina y Francia sobre Siria. Esto verdaderamente fué una señal significante. Palestina fué libertada del Gobierno turco por el general Allenby en diciembre de 1917. En 1920 Sir Herbert Samuel, un Judío, fue mandado a Palestina por la Gran Bretaña, como gobernador, o un Comisionado, y un gobierno civil fué establecido bajo su dirección.
La cosa significante acerca de esto fué que el Señor predijo de la caída de Jerusalén y Palestina; dijo que serían holladas por los Gentiles hasta que se cumpliera el tiempo de los Gentiles. Del tiempo de la Dispersión hasta que Sir Herbert Samuel llegó a ser gobernador de Palestina, no había gobierno judío allí en Palestina en ningún sentido. Esta fué una señal que los tiempos de los Gentiles se estaban terminando.
Inmediatamente después de la guerra, la rehabilitación de Palestina comenzó. Sir Arthur Balfour, en nombre del oficio extranjero británico, escribió a James Rothschild la siguiente declaración memorable:
“La administración de su majestad ve favorable el establecimiento de Palestina como un hogar nacional para el pueblo Judío, y usaremos nuestros esfuerzos para facilitar la ejecución de este objeto, siendo claramente entendido que nada se hará que prevendrá los derechos civiles o religiosos de que existan comunidades que no son Judías en Palestina, o los derechos y relación legal y política que gozan los Judíos en otros países”.
Como los Estados Unidos habían tomado parte en la guerra el gobierno reclamó el derecho de ser consultado en términos de los mandatos con relación a Palestina en Siria. A esta petición el gobierno británico convino. La declaración del mandato de Palestina fué enviada al gobierno de los Estados Unidos, y a su solicitud ciertos cambios pequeños fueron hechos. El 30 de junio de 1922, la siguiente forma de resolución fué adoptada por el Congreso, favoreciendo el establecimiento de Palestina como un hogar nacional para el pueblo Judío:
“Resolvió la junta de Senadores y la casa de Representantes de los Estados Unidos de América reunidos en Congreso, que los Estados Unidos de América patrocinan el establecimiento en Palestina de un hogar Nacional para el pueblo Judío, siendo claramente entendido que no habrá nada que perjudicará el derecho civil y religioso de las comunidades cristianas o que son Judías en Palestina, y que los lugares sagrados, edificios religiosos tanto como otras vistas serán adecuadamente protegidos”.
La proclamación de Balfour siendo así autorizada por el gobierno de los Estados Unidos trajo gran alegría a centenares de Judíos hollados y perseguidos, y bajo la protección de la Gran Bretaña comenzaron a juntarse en grandes números en Palestina, cumpliendo en parte la profecía de Isaías:
“Así dijo el Señor Jehová: He aquí, yo alzaré mi mano a las gentes, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros”. (Isaías 49:22).
Antes de la proclamación las circunstancias en Palestina eran muy primitivas. Arados de madera, irrigación de rueda hidráulica, norias y corrientes infestadas de gérmenes, el agua se acarreaba en cueros como lo hacían antiguamente, y muchas otras primitivas y crudas costumbres prevalecían. Los medios sanitarios estaban en muy mala condición. Hoy el sagrado mar de Galilea forma una gran presa y crecientes de agua de variadas corrientes se están convirtiendo en esta hermosa masa de agua. Se están construyendo canales en todas partes del país, y el Jordán se ha tornado de su curso natural en canales artificiales de cemento en ambos lados de la corriente original. Se usan para regar aproximadamente 7.000.000 de acres que de otra manera no estuvieran bajo cultivación. Estaciones Hidroeléctricas se han construido en las corrientes. Una planta de fuerza está localizada más o menos a ocho millas para abajo del lago de Galilea, donde una presa, semejante a la presa Roosevelt en Arizona, se ha construido. Esta contiene más o menos un billón de pies cúbicos de agua para regadío y para propósitos de fuerza. Después de pasar por las turbinas la mayor parte del agua se regresa al Jordán. Las plantas de fuerza son amplias como para el territorio de Vermont. La Corporación Eléctrica de Palestina que abastece la fuerza eléctrica y luz para toda Palestina, con excepción de Jerusalén y sus vecindades, en 1934, vendió 34.348.515 de horas kilowatts de energía eléctrica. La caída del Jordán del mar de Galilea al Mar muerto, es de cerca de 690 pies por medio de la compresión bajo el nivel del mar.
Tierra renovada
Las montañas que habían perdido su vegetación durante los años del “Sábado” día de descanso, ahora se están cubriendo de árboles y vegetación. La plantación de árboles se ha dirigido por varios intereses. La Gran Bretaña ha gastado en este trabajo más de $45.000.000 hasta el año 1934. Muchos otros millones se han gastado por los Sionistas y otras organizaciones. Antes de la guerra, había en Palestina 1,235 industrias emprendidas, la mayor parte por los Árabes. En 1913, había 5,390 de las cuales 3,900, eran Judíos, con un capital de más de $22.500.000, y los empleados eran 16.000 trabajadores. El área de terreno poseído por los Judíos aumentó de 102.150 acres en 1920, a 251.970 en 1934, de la cual 28.374 son arboledas de naranjos. La agricultura ha aumentado con gran rapidez. Molinos de harina han florecido y muchas clases de productos cereales son manufacturados. Hay fábricas establecidas de diferentes clases. Sal, potasa y nitratos se obtienen en grandes cantidades del Mar Muerto.
Movimiento sionista
El movimiento Sionista desde el principio ha estado asociado con el revivamente del idioma hebreo que es el idioma popular entre los Hebreos congregados allí. Antes de la guerra de 1914, la organización Hilfsvereinder Deutschen de los Alemanes reclamó que el idioma alemán debería ser hablada en Palestina entre los Judíos, pero los maestros se pusieron en “huelga” y rehusaron enseñar el idioma alemán; los niños fueron quitados de las escuelas hasta que el lenguaje hebreo fué restaurado.
El hogar nacional de los Judíos es creado para dar un lugar de refugio a todos los Judíos que deseen, bajo cierto arreglo, volver a Palestina. Esto no incluye a todos los Judíos que se han ido y que ahora se están regresando allí. Originalmente los Judíos fueron labradores de la tierra. Esto parece ser extraño; pero la cantidad de terreno del cual son dueños los Judíos como terreno de Agricultura en 1936, fué 1.333.000 dunums. Un dunum es más o menos un cuarto de acre. Hoy se encuentran 103 establecimientos agrícolas. La ciudad de Tel Aviv, enteramente Judía, tenía una población de 150,000, en 1936. La población de Jerusalén había crecido al incluir 125.000 Judíos. Otros pueblos también han sido poblados por los Judíos. Ellos tiene su bandera nacional, su himno nacional, un sistema cultural incluyendo escuelas, una Universidad y otras organizaciones cívicas. Los negocios interiores son manejados por una asamblea Nacional y un concilio Rabino. El valor de la fruta exportada en 1929 y 1930 de los naranjales Judíos, de las toronjas y limones, fué $1.500.000. Desde 1898 a 1936, la suma de más de $70.000.000 han sido invertidos en Palestina por medio de “Fondos Nacionales” y rudamente la suma de $15.000.000 por inversionistas privados.
La guerra estorba el progreso
El presente conflicto en el mundo ha, por supuesto, estorbado el progreso en todas sus direcciones, pero cuando la guerra se termine un gran movimiento de Judíos regresarán a Palestina, porque el Señor lo ha decretado. Nos estamos acercando al gran día cuando el Señor aparecerá en nubes de gloria para tomar su lugar como Rey de reyes. Antes que ese día llegue, tiene que haber una restauración del resto de los Judíos en Palestina, y el resto de Israel en Sión. Israel ha estado recogiéndose a Sión por más de cien años. Los Judíos apenas están empezando a recogerse. Ellos regresarán a Jerusalén creyendo únicamente en parte en Jesucristo, pero no aceptándolo como su Redentor. Zacarías vió el cuadro de este gran acontecimiento. Nuestro Señor vendrá en el día cuando se esté sitiando. El Señor ha dicho por este Profeta:
“He aquí, el día de Jehová viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti.
“Porque yo reuniré todas las gentes en batalla contra Jerusalén; «y la ciudad será tomada, y saqueadas serán las casas, y forzadas las mujeres: y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será talado de la ciudad.
“Después saldrá Jehová, y peleará con aquellas gentes, como peleó el día de la batalla.
“Y afirmaránse sus pies en aquel día sobre el monte de las Olivas, que está en frente de Jerusalén a la parte de oriente: y el monte de las Olivas, se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un muy grande valle; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el mediodía.
“Y huiréis al valle de los montes; porque el valle de los montes llegará hasta Hasal; y huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzzías, rey de Judá: y vendrá Jehová mi Dios, y con El todos los Santos. (Zacarías 14:1-5).
Aprendemos también de Zacarías que cuando los Judíos perseguidos huyan a este gran valle, entonces el Señor se les aparecerá, y ellos lo verán y cuando vean las marcas de los clavos en sus manos y en sus pies, ellos dirán: “¿Qué heridas son éstas en tus manos?” y El responderá, “Con ellas fui herido en casa de mis amigos”. (Zacarías 13:6). Entonces se caerán al suelo y lo adorarán y habrá “En aquel día gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Adadrión en el valle de Megiddo. Y la tierra lamentará, cada linaje de por sí”. (Zacarías 12:11-12). Será un llanto amargo del pueblo arrepentido quienes han rehusado a reconocer a su Redentor. Entonces Él les perdonará y el gran día de la Purificación vendrá. Jerusalén será restaurada, su templo edificado y entonces la palabra del Señor saldrá de Jerusalén así como ha sido de Sión. “Y cada hombre se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrente: Porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado”. (Miqueas 4:4).

























