El tabaco relata su historia
Élder Alfredo C. Reese
Discurso Pronunciado, el 13 enero de 1937, transmitido por la estación radio-difusora KSL en la Ciudad de Lago Salado.
Ninguno sabe más acerca del tabaco que el tabaco mismo. Así que ¿por qué no entrevistamos al tabaco esta noche?, dejemos al tabaco relatar su propia historia. Va así:
“Soy una planta que crece lujuriosamente bajo condiciones favorables.
“Contengo un veneno mortal que se llama nicotina. Las personas han descubierto que cuando me usan por inhalación, produzco una sensación agradable de poder, pero de poder falso. Aquellos que me usan se hacen creer que avivo su inteligencia, que les doy más fuerza física; que les estímulo para hacer obras maravillosas que están más allá de su capacidad normal.
“¿Jamás han observado a las personas que me usan, alrededor de una mesa durante una conferencia? ¿Han notado que ellos extienden su mano para tomarme antes de comenzar a pensar o hablar? Soy su apoyo y sostén. Soy el dinamo que les hace funcionar.
“Por supuesto lo que hago después es dejarlos caer y retardar. Entonces me necesitan más que antes, para levantarlos y edificarlos nuevamente. Este es el modo en que les conquisto. De esta manera les hago sentir que soy indispensable. Así es como les hago esclavos míos e inútiles para defenderse.
“Una vez que ellos me buscan con ansia y me usan para estimular su poder de pensar y para darles ánimo y vida como suponen ellos, ya sé que los tengo seguros en mi poder.
“¿Han visto Uds., a los hombres y mujeres que pensaban que eran fuertes e independientes, tratar de librarse de mis garras? ¿Se han fijado que en la mayoría de los casos éstos fracasan, así como fracasa una mosca que trata de librarse de una telaraña? ¿No los han visto sufrir y perder su tranquilidad mental y el control de sus nervios y volverse pálidos e irónicos al tratar de librarse de mí y establecerse como maestros de ellos mismos otra vez? ¿No han visto que después de toda esa lucha inútil, en casi todos los casos regresan a mí fracasados y derrotados?
“En eso por primera vez, ellos comprenden, aunque no lo quieran admitir, que yo les he engañado; que toda aquella confianza en ellos mismos no fué más que un mito. Descubren también que no solamente se encuentran imposibilitados para resistirme, sino que son dominados fácilmente por otros enemigos que puedan enfrentarles las aflicciones, los desengaños, las tribulaciones, la enfermedad, y el pesar. (También son dominados más fácilmente por otros compañeros míos, tal como el alcohol, el café, la morfina, etc.)
“Se dan cuenta de que yo les he robado su vigor; que su poder de vencer ya desapareció. En estas condiciones siempre les dejo.
“Mi trabajo es buscar más novicios; aumentar mi ejército de víctimas. Por eso es que me es necesario lisonjearlos con falsas promesas, con anuncios seductores y encantadores; por eso es que estoy dispuesto a pagar grandes cantidades de dinero para adquirir testimonios falsos y contradictorios. Por eso es que estoy dispuesto a decirles cualquier cosa y prometerles las cosas que les gusta oír; cualquiera cosa que les encante o que llame la atención de sus vanidades. Por supuesto no puedo decirles la verdad.
“Yo me encargo de que en dondequiera que volteen las personas me vean en una situación favorable, mediante los hermosos retratos, ambiente lujoso v anuncios atractivos. Incito a los hombres, y a las mujeres, a los jóvenes v a las señoritas a usarme sin restricción y llevarme con ellos dondequiera que vayan obsequiarme a sus amistades y tenerme cerca de ellos en dondequiera que estén. Les incito a que hagan a aquellos que no me usen, sentir que socialmente son desechados sencillos e inexpertos; que están negándose a sí mismos unos de los placeres más prendes de la vida.
Tiene resultados mi modo de trabajar? Fíjense en las huellas que he dejado. Usando esta táctica convierto a millones.
“Ahora lo que quiero hacer es ganar el dominio sobre los muchachos y sobre las muchachas menores. Si los puedo conquistar a tiempo, los tendré en mis garras para siempre. A mí no me importa que sean las personas pobres, mal vestidas o enfermas, yo les exijo que gasten su último centavo para adquirirme aunque se encuentren sin alimentación, sin ropa, sin abrigo, o sin medicina, aunque carezcan de las cosas necesarias de la vida, les hago que me procuren.
“Yo hago fortunas grandísimas para aquellos que explotan con mi influencia, pero sus fortunas son edificadas sobre la desgracia de Uds. Mis esclavos, si Uds. son conocidos míos, o si son mis clientes.
“En conclusión, quiero formular esta apuesta: No me importa quién sea Ud., yo prometo conquistarle, si solamente Ud. consiente en jugar conmigo”.
SIMPLEMENTE UN CIGARRILLO
Soy simplemente un cigarrillo
Un objeto chico, yo lo sé;
Empero el dominio que tengo sobre el hombre,
Es más grande que la fuerza de un rey.
No gobierno con mano de hierro,
No me jacto de ser ni rey;
Mas miles hallados en cada tierra,
En mí nombre tienen fe.
No tengo corte, ni un gran trono;
Ni ejércitos para pelear.
Conozcan el secreto de mi dominio;
Es por su apetito que los puedo dominar.
Cuando quiero sujetar al hombre,
Pruebo su vértebra;
Y si su debilidad me asombra,
El día es mío ya.
Doblo sus hombros en fea curva;
En su pecho hago gran depresión;
Hago que cada nervio trabaje;
No le tengo compasión.
Le doy un ojo ensangrentado,
Amarillo sus hermosos dedos,
Dejo sus pulmones bien tostados,
Y altero la forma de sus labios.
Destruyo su buena voluntad.
Marchito su intelecto
Y esto que le hago no es ni la mitad;
Pues luego le quito todo respeto.
Cambio su más grande tesoro,
Por el fracaso y el remordimiento
Ahora vean mi gran dominio,
Siendo simplemente un cigarrillo.

























Tremendo exelente
Me gustaMe gusta