Escrituras nuevas y Antiguas
(Tomado de the Church News)
¿Cuantos de vosotros sabéis que la Iglesia verdadera de Dios siempre ha traído a luz escrituras nuevas?
Una de las evidencias infalibles de la verdad de la obra del Señor en los tiempos antiguos, era que El personalmente la dirigía.
No siempre aparecía en persona y en presencia de todo su pueblo para dar instrucciones directas, pero sí anduvo y habló con unos pocos: sus profetas.
La existencia de profetas entre su pueblo en la antigüedad era un hecho aceptado. Por conducto de ellos Dios se manifestaba al pueblo y por ese medio se comunicaba con su pueblo. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele sus secretos a sus siervos los profetas.”
Tal era la norma establecida. Así fué en los días de Adán hasta la época de Juan el Bautista. Así fué en los días del Salvador y durante el ministerio de Pedro y Pablo.
No sólo hubo profetas judíos antiguos, sino también profetas cristianos, porque el sistema no cambió. Dios aún guiaba a su pueblo, y lo hacía por medio de profetas vivientes.
Mientras éstos obraban entre el pueblo, escribían acerca de sus obras y revelaciones, y lo recopilaban en forma de libro. Cada, profeta nuevo; añadía su capítulo o libro a este tomo de revelaciones y Escrituras.
Era el orden, establecido: así se acostumbraba. Y de este modo se estableció el modelo de que la Iglesia viviente, al paso que crecía, produjese Escrituras nuevas según se desarrollaba, y cada profeta agregaba su parte.
Sus escritos concordaban con el mensaje de Pablo a Timoteo: “Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16- 17)
La mayor parte de la gente acepta sin vacilar, que los antiguos profetas judíos producían Escrituras nuevas, pero no pueden concebir que la Iglesia Cristiana produzca sus propias escrituras al paso que vaya creciendo el ministerio.
¿Por qué no? ¿Por qué no piensan en profetas cristianos cuando hablan de los profetas bíblicos? ¿No recuerdan que Dios puso profetas en la Iglesia Cristiana para la orientación y dirección de ella?
Los profetas cristianos fueron una parte tan importante de la era cristiana, como los antiguos profetas judíos casi habían sido el alma misma del período del Antiguo Testamento. Esos profetas cristianos escribieron, y lo que escribieron fué hecho Escritura, incluso aun las cartas que enviaron a las varias ramas de la Iglesia de aquella época.
De manera que estos profetas cristianos hicieron lo que los profetas judíos habían hecho, añadieron su parte al tomo existente de Escrituras. Fué de conformidad con el plan de Dios. De haber sido diferente, tendríamos razón para dudar de su autenticidad.
Pues bien, ¿qué se puede decir de la Iglesia Cristiana de los tiempos modernos? ¿Sigue el mismo modelo? ¿Añade nuevas Escrituras legítimas? ,
La mayor parte de los cristianos se alarmarían de pensar en que un nuevo tomo de Escrituras viniese en los tiempos modernos, porque se les ha enseñado que la Biblia lo contiene todo y que no ha de haber más Escrituras o revelaciones.
Sin embargo, si se acepta este concepto, se impugna el curso entero de las obras de Dios para con su pueblo.
Si Dios tiene el timón en sus manos, entonces debe estar dirigiendo la Iglesia. Si él dirige su Iglesia, se dará a conocer a los que la dirigen. Esto se logra por medio de la revelación. Y cuando Él habla de esta manera, se dirige a profetas vivientes que han sido levantados para ese propósito; y cuando estos profetas, escriben lo que reciben en esta forma, lo que escriben es Escritura.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se ajusta perfectamente a este modelo divino. Ha producido tres tomos nuevos de Escrituras, el Libro de Mormón, Doctrinas y Convenios y la Perla de Gran Precio. Conserva notas, cuidadosamente escritas, de las instrucciones, cartas, enseñanzas y direcciones de los que actualmente están a la cabeza de la Iglesia.
El principio de que Dios no hará nada sin que lo revele a sus siervos los profetas es vital para la verdadera fe cristiana. Y a medida que el Señor habla en esta forma, aumenta la palabra sagrada.
El honra a los que dirigen su obra en la actualidad. “Y lo que hablaren cuando fueren inspirados por el Espíritu Santo, será escritura, será la voluntad del Señor, será la intención del Señor, será la palabra del Señor, será la voz del Señor y el poder de Dios para la salvación”. (Doctrinas y Convenios 68:4)


























