Los conversos del Libro de Mormón
(Tomado de the Church News)

Los misioneros en todo el mundo saben que el Libro de Mormón es la mejor arma para convertir a la gente. Miles de personas han testificado de esto al relatar su conversión.
Algunas misiones han distribuido este volumen por miles durante el año pasado. Ya que este libro de escrituras modernas es tan efectivo para convertir a los no miembros, ¿por qué no usarlo dentro de la Iglesia para convertir a nuestras propias familias?
El Libro de Mormón puede convertir a los miembros de la Iglesia de la misma manera que convierte a los no miembros. Todo miembro necesita tener un testimonio de la verdad. Hay muchos que dicen que creen, pero que no tienen un conocimiento definido de la veracidad del evangelio, que les haga decir: «Yo sé que es verdad.»
El Libro de Mormón puede ayudar a vencer esta dificultad, ya que toda persona que lo lea sinceramente y ore acerca de él, podrá saber de su veracidad y comprender que todo el evangelio es verdadero.
Al saber que el Libro de Mormón es la palabra de Dios, sabrán que José Smith fue un profeta, ya que el libro fue revelado y traducido por medio de él, y además fue el representante de Dios para establecer esta obra maravillosa en nuestros días.
La lectura del Libro de Mormón puede ser un proyecto familiar. Puede leerse, en grupos en la “Noche de Hogar” para la Familia; se pueden leer algunos versículos cada día antes del almuerzo o la cena; cada miembro de la familia puede leerlo independientemente y así todos tendrán un conocimiento íntimo de su contenido.
Muchas personas regalan copias del Libro de Mormón para el cumpleaños de sus familiares y es una idea muy buena ya que todos los miembros de la familia pueden tener su propio juego de escrituras.
Quizá algunos digan: «Yo ya lo he leído una vez, ¿es necesario que lo lea de vuelta?» ¡Es tan poco lo que aprovechamos la primera vez que lo leemos! Hay muchos que leen el libro una y otra vez y confiesan que con cada lectura extraen más comprensión de sus ideas. Y en verdad es así.
Es la palabra de Dios, y contiene verdades de infinito valor que no pueden ser comprendidas en la primera lectura. Estudiar las verdades divinas es asunto de toda una vida, ¿quién, entonces, puede decir que sabe el valor del Libro de Mormón con sólo leerlo una o dos veces?
Hay además en las páginas de este libro, un espíritu que influirá grandemente en el corazón del lector.
Las palabras del libro, su narración o historia no son el factor que convierte a la gente, sino el espíritu que contiene en sus páginas.
Y ¿qué es ese espíritu? Es el espíritu de testimonio que inundó los corazones de los profetas de la antigüedad. El Espíritu Santo que los guio y habló por ellos. Este mismo espíritu se halla en el Libro de Mormón.
En igual manera que los profetas de la antigüedad fueron convertidos por el espíritu y testimonio de otros profetas en su tiempo, ahora tenemos entre nosotros el Libro de Mormón que puede convertirnos a nosotros y a nuestros hijos.
























