Momentos, dichas, y la paternidad
Día del Padre
Casi todo padre sabe que la paternidad puede ser la fuente de las más grandes dichas, pero también saben que ninguna otra función requiere más energía física y emocional. Para que sea productiva, la paternidad demanda tiempo y esfuerzo.
Tomando en cuenta todo esto, quizá le resulte difícil a un padre bien intencionado saber si su escaso tiempo y sus modestos esfuerzos están dando resultado. Tal vez estos consejos de dos padres con experiencia sirvan de ayuda:
Uno de ellos dijo: “¡Cada momento es una molécula en la eternidad!”. El otro declaró: “No son tanto los grandes eventos, sino las pequeñas decisiones diarias las cosas que definen nuestra vida, la cual es la suma de esas medidas en apariencia irrelevantes y nuestra capacidad de vivir en base a ellas”.
Es posible que la mejor manera de un padre influir favorablemente en sus hijos es hacer cosas sencillas por ellos todos los días: jugar a la pelota, lavar la loza, remover la maleza del jardín, hacer las tareas de la escuela; en otras palabras, pasar tiempo juntos. Los recuerdos más perdurables surgen de momentos como esos. Cada decisión diaria de dar un buen ejemplo, de ser íntegros, de amar y de ser leales, fortalece los lazos entre padre e hijo. Por cierto que no hay mejor manera de que un padre emplee su energía, su corazón y su tiempo.
Así es, la paternidad conlleva pesares tan profundos como lo son sus dichas, pero cuando un padre se entrega de corazón a todos sus deberes cotidianos, rara vez se da por vencido, sino que sigue amando y dando todo de sí a su familia. Tales esfuerzos a veces pueden parecer insignificantes, pero la eternidad es el cúmulo de tales sencillos momentos, los cuales llegan a dar vida a las dichas más profundas y perdurables que el cielo nos ofrece en la tierra.

























