El Día del Reposo

El Día del Reposo

Declaración de la Primaria Presidencia

Primera Presidencia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Cuando huía de los egipcios, Israel llegó al Monte de Sinaí, donde “habló Dios todas estas palabras” de los Diez Mandamientos. Este código de leyes para sus hijos ha existido casi tres milenarios y medio. El cuarto de estos mandamientos reza:

Acuérdate del día del reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Y Moisés respondió al pueblo: No temáis, porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis.” (Éxodo 20:8-11, 20)

En los días del cautiverio de Israel surgieron leyes y reglamentos sobre las cargas y el transporte de las mismas, que tendían a limitar, si no prohibir por com­pleto el intercambio de comestibles en el día del reposo.

A fin de que Israel moderno supiese que esta ley aún estaba en vigor, y nuevamente haciendo hincapié en ella, el Señor concedió una revelación al profeta José Smith concerniente al día del reposo. En esta revelación leemos:

Y para que más íntegramente te conserves sin mancha del mundo, irás a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos en mi día santo;
porque, en verdad, este es un día que se te ha señalado para descansar de tus obras y rendir tus devociones al Altísimo;
sin embargo, tus votos se ofrecerán en rectitud todos los días y a todo tiempo;
pero recuerda que en este, el día del Señor, ofrecerás tus ofrendas y tus sacramentos al Altísimo, confesando tus pecados a tus hermanos, y ante el Señor.
Y en este día no harás ninguna otra cosa sino preparar tus alimentos con sencillez de corazón, a fin de que tus ayunos sean perfectos, o en otras palabras, que tu gozo sea cabal.
De cierto, esto es ayunar y orar, o en otras palabras, regocijarse y orar.
Y si hacéis estas cosas con acción de gracias, con corazones y semblantes alegres, no con mucha risa, porque esto es pecado, sino con corazones felices y semblantes alegres,
de cierto os digo, que si hacéis esto, la abundancia de la tierra será vuestra, las bestias del campo y las aves del cielo, y lo que trepa a los árboles y anda sobre la tierra;
sí, y la hierba y las cosas buenas que produce la tierra, ya sea para alimento, o vestidura, o casas, alfolíes, huertos, jardines o viñas;
sí, todas las cosas que de la tierra salen, en su sazón, son hechas para el beneficio y el uso del hombre, tanto para agradar la vista como para alegrar el corazón;
sí, para ser alimento y vestidura, para gustar y oler, para vigorizar el cuerpo y animar el alma.
Y complace a Dios haber dado todas estas cosas al hombre; porque para este fin fueron creadas, para usarse con juicio, no en exceso, ni por extorsión.
Y en nada ofende el hombre a Dios, ni contra ninguno está encendida su ira, sino contra aquellos que no confiesan su mano en todas las cosas y no obedecen sus mandamientos.
He aquí, esto va de acuerdo a la ley y los profetas; por tanto, no me molestéis más en cuanto a este asunto.
Aprended, más bien, que el que hiciere obras justas recibirá su galardón, sí, la paz en este mundo, y la vida eterna en el mundo venidero.
Yo, el Señor, lo he hablado, y el Espíritu da testimonio. Amén.” (Doctrinas y Convenios 59:9-24)

Los Santos de los Últimos Días no deben permitir que estos mandamientos concernientes al día del reposo se borren de sus pensamientos. En toda esta Ultima Dispensación, los profetas del Señor han instado a la gente a que observe el día del reposo. Los incrédulos, los que solamente creen una parte y los insensatos, cuyo interés principal estriba en los placeres del mundo, han querido imponernos conceptos distintos de la reverencia hacia el día del reposo, a veces bajo capa de recreo, a veces por medio de actividades que el Señor nos ha dicho que son pecado.

El día del reposo no es meramente otro día en el que sencillamente descansamos de nuestro trabajo, libres para pasarlo como nuestros pensamientos ligeros lo indi­quen. Es un día santo, el día del Señor, y debe pasarse en adoración y reverencia. Todos los asuntos que no concuerden con esto deben evitarse.

Debemos tener presentes todos estos principios. Debemos recordar particularmente las tareas que violan la santidad del día dadas a un gran número de los miembros del Sacerdocio Aarónico, que les estorban en el cumplimiento de sus deberes y la asistencia a las re­uniones del sacerdocio. Por todas estas y muchas otras razones que afectan en forma perjudicial los deberes y actividades religiosas de todos los miembros de la Iglesia, los Santos de los Últimos Días que tienen un testimonio del evangelio y el conocimiento de las bendiciones es­pirituales que vienen por observar el día del reposo, jamás se permitirán a sí mismos convertirlo en un día de compras, una actividad que no tiene lugar en la obser­vancia debida del Día Santo del Señor, en el cual se nos manda que derramemos nuestras almas de agradeci­miento por las muchas bendiciones de salud, fuerza, comodidades físicas y gozo espiritual que vienen de la mano generosa del Señor.

Primera Presidencia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días 1959

David O. McKay
J. Reuben Clark, Jr.
Henry D. Moyle
Primera Presidencia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

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2 Responses to El Día del Reposo

  1. Avatar de Cesar Martinez Cesar Martinez dice:

    Hermoso mensaje, más claro ni el agua. Muchas gracias por estos mensajes tan valiosos gracias

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  2. Avatar de Alexa Aguilar De León. Alexa Aguilar De León. dice:

    Gracias por hermoso mensaje.
    Deseo hacer una consulta. El primer dìa de la semana, es Domingo o Lunes?.
    Si es Domingo, entonces el dìa de reposo seìa Sàbado.
    Agradezco me aclaren.

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