Literatura del Nuevo Testamento

Literatura del Nuevo Testamento

Literatura del Nuevo Testamento

Por Russel B. Swensen
Profesor de Religión de la Universidad de Brigham Young.
Copyright 1955


Prefacio

Uno de los objetivos de los Santos de los Últimos Días es estimular una lectura apreciativa del Nuevo Testamento. Ningún otro libro contiene tanto de las esencias y verdades de la religión. Es imposible que otro libro haya tenido tanta influencia sobre la civilización europea. Sin embargo, para miles innumerables es un libro sellado.

Es verdad que hay muchos libros más recientes y modernos que tratan de los problemas modernos. Puede que estos especifiquen y ayuden más en su aplicación a nuestras necesidades específicas. Pero ningún libro contiene los principios básicos de la religión en un lenguaje tan sencillo. Ningún libro sobrepasa a este en la sinceridad profunda de sus autores. Ningún otro relato literario tiene como su figura central a un carácter y personalidad tan grande como lo es Jesucristo.

El fin de esta obra no es el de ser una introducción a la literatura del Nuevo Testamento, ni para introducir nuevas interpretaciones, además de las publicaciones excelentes ya publicadas. Se ha escrito para ser usada como guía y ayuda en la lectura y estudio del Nuevo Testamento. Es muy elemental y breve pero se espera que proveerá alguna percepción del fondo y de los puntos básicos de los libros del Nuevo Testamento. Es para usarse como suplemento al mismo Nuevo Testamento. Este último debe ser realmente el texto. Cualquiera de las versiones que ahora se consiguen servirá. Es de valor especial ese clásico literario, la versión del Rey Jaime de Inglaterra. En español tenemos la versión de Cipriano de Valera que es la más popular entre la gente no Católica y es de mucho valor literario; tenemos la versión católica de D. Félix Torres Amat que también es de valor literario. Sin embargo, para una rendición poco más exacta del original griego, al inglés y español moderno se recomiendan las traducciones de Goodspeed y Moffat y la que tenemos en español que es de un conjunto de traductores. Si estas versiones modernas no se usan como textos, cuando menos» el estudiante las debe tener para referirse a ellas.

El fin de las preguntas y referencias no es el de conformar el estudio del libro a un modelo o plan inflexible. Son solamente sugestiones que pueden ayudar al maestro y estudiante. Su intento es el de guiar al estudiante, especialmente a que busque ciertas ideas en la lectura y a que tenga algo específico en mente, al buscar la contestación de alguna pregunta, para que no tenga que memorizar todo el libro para saber dónde encontrar su respuesta. Sin embargo es perfectamente claro que la manera ideal de leer el Nuevo Testamento es leer sus libros uno por uno y cada uno en una sola sesión, si es posible.

Para leer un libro del Nuevo Testamento es de mucha ayuda imaginarse uno en una villa de la antigua Roma en el año 100 A.C. Aquí está una libreta que acaba de llegar a sus manos de aquella despreciada secta; la cristiana. Se titula el «Evangelio según San Marcos», que nada significa para usted porque jamás ha oído de tal autor. Está escrito en un rollo de papiro de unos doce metros de largo y enrollado en dos rollos sobre palos. El idioma es griego y está en dos pequeñas columnas de la anchura de la columna del periódico moderno. Mientras lee usted enrolla el rollo de su mano izquierda y desenrolla el de su derecha hasta que ha estudiado los doce metros de papiro. Si es usted una persona de conocimiento literario quizás sonreirá de algunos de los errores de gramática y ortografía. El estilo mismo parece ser algo áspero. Pero aún la escritura le da la impresión de vigor dinámico que es irresistible en su intensidad.

Por causa de su curiosidad despertada lo lee todo de una sola vez y se maravilla del cuento y de las ideas singulares que contiene. Encuentra usted un relato directo y rápido de Jesús, un gran Profeta de acción, quien, además de efectuar muchos milagros, da voz a unas profundas enseñanzas religiosas. Lee de sus conflictos y contiendas, su vencimiento trágico, su juicio y muerte, y acaba con el relato de su victoriosa resurrección de la muerte. Esto en verdad es un cuento impresionante. El relato de la resurrección y los milagros es muy parecido a los de los dioses de los cultos místicos que prevalecen allí. Pero hay una diferencia. Hace apenas una generación que este hombre murió. Estos otros dioses pertenecen al místico pasado imaginario. Este expresa unas desafiantes ideas morales y espirituales que son algo superiores a cualquier cosa que viene de estos cultos. Se dice que dos o tres de su banda original todavía viven y están predicando en varias ciudades del imperio. Desea usted escuchar a uno. Ha oído de como el Emperador Domitiano mandó traer a dos de los descendientes del hermano de Jesús a su trono y los encontró ser solamente aldeanos hebreos ordinarios.

Usted ha gozado de la hora y media que la lectura del libro tomó. Es un libro sencillo pero muy interesante. Está escrito en el estilo familiar del idioma común de los aldeanos y en nada se asemeja al uso literario del tiempo, el cual imita el estilo y construcción gramatical de la edad de Pericles. Se asombraría usted si supiera que este libro sería reconocido para siempre como una obra teológica y que los hombres ilustrados harían largas referencias y comentarios técnicos sobre su contenido.

Demasiadas veces los hombres toman por hecho que los autores del Nuevo Testamento escribieron en conjunto como miembros de un comité de publicaciones, que revisaron y criticaron la obra de cada uno antes que lo publicaran, y que planearon y ajustaron su trabajo tomando en cuenta a sus contemporáneos. Esto es muy lejos de la verdad. Por esto, cuando leemos cada libro o carta debemos considerarlo como obra de un individuo real que tiene su propio punto de vista, cultura distintiva y propósito específico en escribir unas cuantas líneas para Cristo.

Se espera que este pequeño libro ayude algo para poner al Nuevo Testamento en el lugar que le corresponde, en la vida activa de donde salió, y que no la destierren a la santidad empolvada de los pulpitos, seminarios teológicos, y a la parte no usada del librero familiar. Más importante que el saber muchos datos e información sobre el contenido exacto de cada libro, es el sentir algo del espíritu emocionado que motivó al autor y que conmovió a los primeros lectores de esta clásica religiosa.

El autor está muy agradecido a muchos que ayudaron en planear y escribir esta obra. Al Dr. Franklin L. West especialmente le agradece por haber iniciado la producción de esta obra. A los miembros del Comité de Consejo, J. Wiley Sessions, T. Edga Lyon, Daryl Chase, Lowell L. Bennion desea reconocer su estimación por su ayuda y sugestiones. Reconoce sus agradecimientos a Vernon F. Larsen y E. Cecil McGavin por haber corregido las pruebas y por haber ayudado en la publicación final.

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