17
Los Apóstoles Instruidos
en la Fe por Medio de Milagros
Un Muchacho Endemoniado
Marcos 9:14-29
14 Y cuando vino a los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y a escribas que discutían con ellos.
15 Y de inmediato toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron.
16 Y les preguntó: ¿Qué discutís con ellos?
17 Entonces, y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
18 el cual, dondequiera que le toma, le derriba; y echa espumarajos, y cruje los dientes y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, pero no pudieron.
19 Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
20 Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, de inmediato sacudió al muchacho que, cayendo en tierra, se revolcaba, echando espumarajos.
21 Y Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
22 Y muchas veces le echa al fuego y al agua para matarle; pero si tú puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros y ayúdanos!
23 Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
24 Y de inmediato el padre del muchacho clamó, diciendo: Creo; ayuda mi incredulidad.
25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, ¡sal de él y no entres más en él!
26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole mucho, salió; y el muchacho quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.
27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.
28 Y cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
Contra-referencia
Mateo 17;14-21 Lucas 9:37-43 TJS Marcos 9:15,20
Este es uno de los milagros más públicos de Jesús. Cada milagro tiene su lugar en las enseñanzas del Señor, pero en el tema de la fe este milagro es extraordinario. Aunque es anotado por los tres sinópticos, Marcos es utilizado aquí como el texto primario.
El milagro inicialmente beneficia solamente al joven muchacho, pero su influencia fue mas allá de esa curación física. Su mensaje poderosa enseña el principio de la fe a la multitud, al padre del muchacho, y especialmente a los Doce. Enseño la relación entre los mundos de Dios y de Satanás y entre la creencia y la incredulidad; y demostró si la fe es precedente o antecedente a las bendiciones. También proporciono una visión al carácter personal de Jesús.
Anterior a este milagro, Jesús estuvo en el Monte de la Transfiguración con Pedro, Santiago, y Juan. Estos Apóstoles fueron testigos de la transfiguración del Señor y escucharon el testimonio del Padre de la divinidad de su hijo. Al final de esta emocionante y espiritual experiencia, los cuatro bajaron del Monte e interrumpieron una disputa entre los escribas y los otros nueve Apóstoles. Los nueve habían fracasado de llevar acabo un milagro. Un joven muchacho había sido traído a ellos por su padre para que le echaran fuera el demonio. Había venido en busca de Jesús, pero cuando Jesús no podía ser encontrado, él presenta al muchacho a los nueve y les pidió que le curasen. Su fracaso resulta en una disputa.
Ningún detalle es dado concerniente a esta discusión, pero los escribas indudablemente disfrutaron con el hecho de que los nueve no pudieron llevar acabo tal curación. Sin embargo, su regocijo fue efímero. Al Jesús acercarse a los grupos en disputa él inmediatamente quito la carga de conversación de los nueve apóstoles y la asumió él mismo. “¿Qué disputáis con ellos?” pregunta él. Ninguna respuesta vino de los escribas o de los nueve Apóstoles. El padre del nifio afligido intervino y describió la enfermedad de su hijo, y reveló que los nueve no pudieron echar el espíritu malo.
“!Oh, generación incrédula!,” Respondió Jesús. Sus palabras fueron una reprimenda para todos: a los escribas por contender con los nueve y por la falta de fe en el Hijo de Dios; al padre por su falta de fe; a la multitud por su interés codicioso en ver los milagros llevarse acabo, y por su ceguedad en reconocer al Mesías; y a los nueve Apóstoles, porque habían permitido que su fe se debilitara aunque se les había dado especialmente el poder para sanar y echar fuera espíritus inmundos (véase mateo 10:1- 80). Jesús después declara, “Hasta cuándo he de estar con vosotros?” Sus palabras lamentaban el hecho de que no estaría con los Apóstoles por mucho tiempo, y aun así parecía que todavía carecían de fe en él y en su autoridad. Él pregunta, “¿Hasta cuándo os he de soportar?” El fracaso de los nueve Apóstoles en sanar al muchacho endemoniado y los escribas contendientes, indudablemente despertaron duda en las mentes de la multitud. La llegada de Cristo había causado un gran entusiasmo, y la multitud estaba “grandemente asombrada” 1 de verlo. Jesús ordenó que le trajeran al muchacho, y la multitud impaciente se acerco para ver que iba a pasar.
Al muchacho acercarse a Jesús, el espíritu inmundo se apodero de él nuevamente, causando que cayera a tierra y echando espumarajos. Jesús le pregunta al padre cuanto tiempo hace que esta enfermo. El padre indico que desde niño, y le explico la historia de la maldición. La presencia del Señor y su pregunta crearon el efecto deseado sobre el padre; el amor que tenía por su único hijo tranquilizó su duda. El pidió la ayuda del Señor, pero el fraseo de su petición indicaban un temor persistente. El implora al Señor cuando pregunta “pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.” El, “pero si,” expresó la duda que el padre aun tenia.
Aunque utilizada inconscientemente, la palabra pudiera haber traído a la memoria de Cristo su encuentro con Satanás cuando el demonio lo tentó. El acercamiento de Satanás fue astutamente expresado de tal manera para tentar a Jesús de dudar de su habilidad, su misión, y su relación con el Padre. “Si eres el Hijo de Dios,” le dijo el diablo mientras lo tentaba, (véase Mateo 4:3,6).
Jesús ahora empezó a enseñar la fe al padre, a los Apóstoles, y a toda la multitud. Al padre él declara, “Si puedes creer; al que cree todo le es posible.”
El hombre clamó al Señor, y “con lagrimas” en los ojos dijo, “Señor, Creo; ayuda mi incredulidad.” Nuevamente el aceptaba la misma esperanza y creencia que originalmente lo había traído en busca de Jesús. Pero ahora, y lo más importante, el padre reconoció su limitada fe y clamó por ayuda; no solamente ayuda para curar a su hijo, pero ayuda para aumentar su fe en el Señor.2
Cuando Jesús vio que la multitud estaba corriendo para ver lo que estaba pasando, él reprendió al espíritu inmundo, y le mando que saliera y “no entres más en él.” Mientras salía de él, el muchacho parecía muerto pero Jesús lo levantó y se lo entrega a su padre.
Jesús regresa a casa con los Doce, y los nueve Apóstoles preguntan porque no pudieron echar fuera al espíritu inmundo. Jesús responde, “Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.” Esta fue la clave al milagro para los Apóstoles. Ellos fracasaron por incredulidad. Fue la fuente de su debilidad y de toda las debilidades en donde concierne la intervención divina.3 No era la habilidad del Señor que esta en cuestión, pero la de ellos. Mientras observaban, el Maestro había fácilmente echado al espíritu inmundo, aunque ellos no pudieron. En su fracaso, Cristo les recomendó un método que les ayudaría a tener una fe constante y vital, la oración y el ayuno!
Este milagro fue una lección sobre los principios de creencia o de incredulidad para los -Doce. En su ordenación al Apostolado, se les había dado el poder de llevar acabo tales curaciones como esta, pero su utilidad dependía de su fe completa en el Señor. Todos los hombres están en la misma posición y necesitan una constante seguridad de que la ayuda divina será de gran ayuda en fortalecemos contra la incredulidad.
La posesión de este cuerpo afligido venia desde la niñez. Su descripción era evidencia del control poderoso que el espíritu inmundo tenia sobre él. Pero más que esto, cuando trajeron al muchacho a Jesús, el espíritu violentamente se reveló. Y “enseguida” cayo a tierra, “se revolcaba,” y echaba espumarajos de la boca. Cuando Jesús ordena al espíritu que salga del muchacho, el espíritu “clamando y sacudiéndole” antes de salir de él. La posesión fue tan dominante que después de dejar el cuerpo del muchacho, “se quedo como muerto.”
Los dos reinos, el de Cristo y el del diablo, una vez mas se habían juntado en un conflicto abierto. Jesús es la cabeza de su reino, y los otros ( tales como los Apóstoles) tenían autoridad designada en el reino. El diablo es la cabeza de su reino, y otros tienen autoridad bajo el.4 Jesús describió al espíritu como “este género,” lo cual puede indicar que este espíritu en particular era uno con autoridad. Para el Señor de todos fue una simple tarea echarlo fúera, porque el espíritu inmundo estaba sujeto a obedecerlo. Pero los nueve, con sus dudas y con su débil fe, no pudieron mantener su fuerza espiritual que les permitiría ejercitar el poder que Jesús tenia, y fracasaron. No obstante aprendieron de su fracaso.
Un ejemplo interesante en el libro de Hechos ilustra este principio. Después de explicar que Pablo había efectuado milagros especiales, la escritura anota que “algunos de los judíos, exorcistas ambulantes,” intentaron echar fuera espíritus inmundos. Ellos “conjuraron” en el nombre de “Jesús el que Pablo predica” de que salieran. Los espíritus se comunicaron con los judíos y contestaron, “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?” Los espíritus inmundos los atacaron, y ellos huyeron “desnudos y heridos.” Los espíritus sabían y reconocían la correcta autoridad cuando era ejercitada por una fe apropiada. ( véase Hechos 19:13-16).
Algunos principios concernientes a la fe son enseñados por ese milagro.
- La fe en Jesús es personal, y puede aumentar o disminuir dependiendo en la fe del individuo y de su reacción a cierta circunstancia.
- La utilización del poder y de la autoridad divina de Jesús, aun cuando es apropiadamente utilizada depende en la fe del individuo.
- Un procedimiento para aumentar y renovar la fe en él es por medio de la oración y del ayuno.
- Cuando la fe y la creencia han sido reemplazados por la duda y por la incredulidad, una renovación personal es necesaria antes de la intervención y asistencia de Cristo.
- El Señor siempre ayudará y asistirá a aquellos que creen en él y dependan en su compasión y misericordia divina.
- Jesús, por analogía, enseño que aun una cantidad de fe tan pequeña como un grano de mostaza podía mover una montaña. Por este ejemplo, él enfatiza que no era la cantidad de fe que era importante, pero la calidad. Todas las cosas son posibles como resultado de una fe inquebrantable.
- Una fe perfecta no es requerida para recibir las bendiciones de Dios. Los milagros pueden recibirse por aquellos con una débil o con una casi inexistente fe, el milagro es utilizado como una herramienta de enseñanza para edificar la fe.5
Esta herramienta seria utilizada repetidamente por los Apóstoles (véase Hechos 1:14; 10:9, 30; 13:2-3; 14:23).
























