Los Milagros de Jesús el Mesías

5
Conclusiones Milagrosas


El Hombre Paralítico en el Estanque de Betesda

Juan 5:1-16

Después de estas cosas, había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
Y hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, un estanque que en hebreo es llamado Betesda, el cual tiene cinco pórticos.
En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento del agua.
Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Cuando Jesús vio a este acostado y supo que ya hacía mucho tiempo que estaba así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
Señor, le respondió el enfermo, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua, porque entretanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
Le dijo Jesús: Levántate, toma tu lecho y anda.
Y al instante aquel hombre quedó sano, y tomó su lecho y se fue caminando. Y aquel día era día de reposo.
10 Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho.
11 Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
13 Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
14 Después le halló Jesús en el templo y le dijo: He aquí, has sido sanado; no peques más, para que no te ocurra alguna cosa peor.
15 Él se fue y dio aviso a los judíos de que Jesús era el que le había sanado.
16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.

Este es el primero de tres milagros discutidos en este capítulo. Fueron milagros muy públicos, concedidos a personas con enfermedades muy conocidas, y confrontaron el mando religioso con el concepto específico de que Jesús era el Hijo de Dios.

Juan anota que Jesús estaba en Jerusalén asistiendo una fiesta. Juan no nombra la fiesta, ni es conocida la ubicación actual del estanque.

Juan describe el estanque como, en éstos yacía una “multitud de enfermos, ciegos, cojos [y] paralíticos. El obviamente describía una área muy conocida en Jerusalén. No unas “cuantas” personas rodeaban el estanque, pero «una multitud.» «Pórticos» se habían construido alrededor de tres lados del estanque (construido indudablemente por caridad) para dar algún consuelo al los que le visitaban, pero la gente estaba desatendida. Los líderes de Israel, que hace tiempo estaban encargados del cuidado de tales personas, parecían haber ignorado a esta pobre gente. El estanque y sus habitantes pueden haber sido escogidos por el Señor para representar la condición espiritual empobrecida de Israel. En el misticismo que rodea el agua esta la evidencia de esta condición. Los que esperaban lo hacían esperando que el agua se «agitara,» aparentemente debido a algún estado físico del agua, probablemente un tibio manantial natural. El agua se movía, o se “agitaba,” en una pauta irregular.

El versículo 4 ayuda con la aplicación de los versículos anteriores sobre la condición espiritual de Israel. La superstición era que «un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua.» Tales supersticiones eran comunes en ese dia. Los judíos creían en diferentes clases de ángeles, y todo que era inexplicado era atribuido a lo sobrenatural.3 La gente creía que una vez que el estanque «era agitado,» » y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.» Esta superstición se hubiera desarrollado naturalmente por aquel que atribuyó el movimiento de agua a una interferencia angelical.

Los líderes de Israel habían ignorado a la gente en el estanque durante mucho tiempo. El templo, el símbolo favorecido de Israel antes de Dios, estaba cerca. Pero el templo, con su formalismo e indiferencia, ya no era representante de la misericordia de Dios a Israel. Y no hay duda que los elementos de la gloria del templo ya no existía.

El Santo de Santos estaba bastante vacío, la arca de la alianza, el querubín, los pergaminos de la ley, el libro del convenio, la vara de Aarón que había reverdecido, y la vasija de maná, ya no se encontraban en el santuario. El fuego que había descendido de los cielos estaba extinto. Queriendo lo que era mucho más solemne, la presencia visible de Dios en el Santuario.4 Ni el poder de Dios se puede establecer por el Urim y Tumim, ni aún el sumo sacerdote podía ser ungido con el santo aceite, su composición es desconocida. Celosamente los Rabinos trazaron líneas de santidad ficticia, y los protegían contra toda infracción.5

La actitud de la gente en el estanque y los líderes del templo que permitieron que tal actitud existiera, fue la verdadera evidencia de que la superstición del «movimiento del agua» que las personas y el fanatismo religioso propagados por el templo podían existir lado a lado.

Este milagro no era un ataque frontal a la ley, eso vendría después. Sin embargo, para los gobernantes y oficiales de la ley, la pureza y la caridad del reino verdadero de Dios contrastaba con su propia religión muerta. Aunque la razón que Jesús escogió a éste hombre no esta específicamente anotado, aparentemente parece ser que en él y en sus circunstancias Jesús encontró el símbolo que más exactamente reflejaba la condición de Israel.

El hombre paralitico “que hacia treinta y ocho años que estaba enfermo.” Todo este tiempo impidió cualquier pregunta de la autenticidad del milagro, pero aun esto podría haber simbolizado la tan difícil situación de Israel. Jesús habla al hombre del estanque con consuelo y consolación. Sin embargo su pregunta, “¿Quieres ser sano?” Pudiera verse casi superflua.

Esperando, como lo había hecho por todos esos años, el hombre enfermo sin duda alguna observaba el agua con intensidad y quizás ni se dio cuenta que Jesús estaba allí. Su respuesta indicaba su única preocupación, aun cuando su sanador se encontraba ante él. “No tengo quien me meta.” él declara, “en el estanque cuando se agita el agua.” El hombre, como Israel, estaba tan absorto en una falsa esperanza que el no vio (o no pudo) ver la salvación encamada en la presencia de Cristo. El hombre quizás pensó que aquí se encontraba uno que lo pudiera meter en el estanque en el próximo movimiento. Su profunda desesperanza hace eco en su respuesta y suplica: “Entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.” Él expuso la angustia de uno que había tratado muchas veces pero que no había podido alcanzar su meta. El agua se movía y él hacia el intento, en su superstición, entrar primero al agua. Pero otros, menos afligidos, se apuraban a entrar antes que él, dejándolo esperando por otro movimiento del estanque. Él no se daba cuenta que su curación no se encontraba en el agua.

El señor en su compasión ordena al hombre enfermo, “Levántate, toma tu lecho, y anda.” El hombre no sabia quien era el hombre y no tenia conocimiento de sus intenciones. Pero él respondió a su orden sin vacilar. Lo débil inmediatamente se hizo fuerte, y el tomo su lecho, y anduvo. Ahora los gobernantes de Israel podían contestar la pregunta, “¿Quieres ser sano?”

Considerablemente, este milagro se lleva acabo en el día de reposo. Los judíos interceptaron al hombre que había sido sanado, y lo interrogaron. Ellos no se regocijaron en su milagrosa curación, porque estaban mas preocupados con la ley. El hombre defendió sus acciones al declarar que aquel que lo había curado le dijo que tomara su lecho, y así quitándose el la venganza de los protectores del día de reposo. Su preocupación ahora no era en quien había sido sanado. Su fanatismo religioso los previno de entender ya sea su previa clemencia o su actual expresión de alabanza y gozo. Pero el hombre no sabia quien lo había curado, y Jesús ya se había ido, quizás para evitar la confrontación entre el hombre y los judíos observantes y para evitar el inevitable entusiasmo del milagro. De modo que el hombre no podía verlo o identificarlo.

Jesús no permitió que su compasión por este hombre no tuviera una propia atención espiritual. El hombre fue al templo, quizás para darle las gracias, y Jesús lo encuentra allí. El señor le dijo “Mira, has sido sanado,” para asegurarle al hombre que su curación estaba completa. Pero él imparte una advertencia solemne: “No peques mas, para que no te venga una cosa peor.” Aparentemente parece ser que la aflicción del hombre había sido causada por sus propias acciones, o quizás su inhabilidad de ponerse bien había sido impedida por su falta de fe. Cualquiera que sea la explicación, el hombre fue amonestado por contribuir a su propia enfermedad y se le advirtió que no continuara pecando mas para que no le viniera una cosa peor.

A estas alturas el hombre conocía a su benefactor. El inmediatamente dio aviso a los lideres judíos. Sus razones por hacer esto no están expresados. El quizás sintió presión por la previa acusación contra él por los gobernantes, pero parece ilógico atribuir un intento malvado a su acción. El justamente había sido sanado, físicamente y espiritualmente, después de sufrir por treinta y ocho años con ambas incapacidades. En adición, él habia sido prevenido por uno cuyo poder no podía dudar, que una maldad mas allá hubiera sido de consecuencias más severa. Mas adelante, sus palabras aparentemente parecer evitar tal conclusión. El les dijo “Que era Jesús el que le había sanado.” Aparentemente no les dijo que Jesús le dijo que tomara su lecho, pero que solamente lo había sanado. Quizás él esperaba, que ellos también lo alabaran.

Pero no sucedió así. Después de descubrir que Jesús había llevado acabo este milagro, ignoraron al hombre sanado. Persiguieron a Cristo y “buscaron matárlo, porque había hecho estas cosas en el día de reposo.” El milagro producía solamente enojo y rechazo en el liderazgo Judío y aun más acentuava su obscuridad espiritual. Como respuesta a su intenciones de matarlo, Jesús les dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja y yo trabajo” (Juan 5:17). Los gobernantes Judios reconocieron la comparación inmediatamente, y “procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el dia de reposo, sino que también decia que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Juan 5:18). Con los gobernantes ante el. (traído por el milagro), Jesús testifico de su relación divina con el Padre y de sus propias obras, incluyendo su Mesianismo. Su testimonio fue dirigido específicamente a los gobernantes de Israel, señalado y que acarrea su cumplimiento.

La respuesta de los lideres Judíos solo ilustra mas vividamente su fracaso de reconocer al Maestro. La gloria del curador y su compasión se perdió al observarse la ley perversa. El hombre impotente no había reconocido al Salvador cuando primero hablo con el no mas que los lideres de Israel ahora.

Por medio de este milagro, Jesús una vez mas ofreció salvar el alma de Israel. Podría ver realizado señal sobre señal, día tras día, hasta que los lideres se cansaran de las señales o últimamente creyeran. Pero las senas fueron solamente la evidencia de su presencia entre ellos. Para reconocerlo requería fe, y ellos carecieron esa fe. La aflicción de este hombre impotente reflejaba la de Israel. Él ejemplifico el contraste entre el.reino de los Judíos y el reino de Dios. La curación del hombre impotente fue un ejemplo significante de la compasión de Cristo, pero la del no fue curación de casualidad. Fue una seña para ser reconocida.

Un Enfermo Paralítico

Marcos 2:1-12

Y entró Jesús otra vez en Capernaúm después de algunos días, y se oyó que estaba en casa.
Y de inmediato se reunieron muchos, tantos que ya no cabían ni aun a la puerta; y él les predicaba la palabra.
Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado entre cuatro.
Y como no podían acercarse a él a causa del gentío, destaparon el techo de donde él estaba y, haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.
Y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales, pensando en sus corazones,
decían: ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?
Y conociendo al instante Jesús en su espíritu que pensaban así dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones?
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, y toma tu lecho y anda?
10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):
11 A ti te digo: ¡Levántate!, y toma tu lecho y vete a tu casa.
12 Entonces él se levantó enseguida y, tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

Contra-Referencias
Mateo 9:1-8       Lucas 5:17-26     TJS Mateo 9:2, 5  TJS San Marcos 2:3, 7   TJS Lucas 5:23-24

Este milagro se realizó en Capernaum, una cuidad que Cristo mas adelante manifestó que “hasta el hades serás abatida” porque había rechazado los muchos milagros poderosos que se habían realizado allí (véase Mateo 11:23-24).

Las circunstancias de este milagro son bastante diferentes de aquellas que rodeaban a la curación del hombre paralítico en el estanque. Una comparación de estos dos es bien informativa.

El Hombre Paralítico en el Estanque

Un Enfermo de Parláis

Jesús busca al hombre

El hombre busca a Jesús

Enfermedad prolongada

Enfermedad prolongada

Ningún conocimiento previo de Jesús

Sabe de y cree en Jesús

Cree en la superstición que el estanque lo puede curar

Cree que Jesús lo puede sanar

Es cuestionado por los governantes

Jesús percibe los pensamiento de los gobernantes

Primero la curación física

Primero la curación espiritual

Una curación espiritual privada

La curación espiritual

Curación física pública

Curación física pública

Jesús reclama verbalmente ser El Hijo de Dios

Jesús perdona los pecados y clama ser igual a Dios

El milagro indica una enseñanza

El milagro confirma la enseñanza

El milagro es registrado por los tres sinópticos; Marcos es utilizado como el texto primario.

Jesús había venido a Capemaum varios días antes de que este milagro ocurriera, y se “oyó” que estaba en casa. Los milagros que Jesús había realizado previamente en Capemaum y en otras partes lo habían hecho famoso. En este día en particular, “inmediatamente se juntaron muchos.” Jesús enseñaba y muchos gobernantes judíos estaban presentes. Marcos y Mateo se refieren a ellos como escribas, mientras que Lucas los identifica como fariseos y médicos de la ley. Mucha de la gente común estaba presente. “De manera que ya no cabían ni aun a la puerta.” En la casa no cabían todos lo querían oír, y se desbordaron al patio para que nadie pudiera entrar. No se especifica que estaba enseñando Jesús. La escritura meramente indica que él predicó la palabra. Indudablemente él estaba enseñando sobre el reino de Dios y sus requisitos.7 Pero a pesar del tema, su predicación no concluyó de una manera ordinaria.

Cuatro personas de buen corazón vinieron a Jesús transportando en un catre o cama a uno que “estaba enfermo de parláis.” Ellos habían oído que Jesús estaba allí y querían acercar a este hombre (cuya alma estaba enferma como también su cuerpo) a Jesús. Al llegar a la casa podían ver que la entrada por la puerta era imposible; pero sin ningún temor, escogieron un método alternativo para poder llegar hasta Jesús. La casa (tipica de la construcción en el tiempo) habría tenido una escalera en la parte de atrás que conducía hacia el techo. Ellos procedieron a subir la escalera.8Los cuatro que llevaban al hombre paralítico sabían en que área Jesús estaba enseñando. Ellos inmediatamente tomaron su carga al techo, y comenzaron a romper un hoyo en el área del techo. La intensidad de su determinación es revelada según la historia se desarrolla. Uno se puede imaginar que cuando los cuatro comenzaron a abrir el hoyo en el techo, Jesús probablemente paró de hablar. Todos los ojos se habrían enfocado en el ruido de arriba. Jesús no se habría ofendido por el alboroto al contrario, tal determinación solo podría ser encomendada y recompensada. Después de destapar el techo, los cuatro “bajaron el lecho en que yacía el paralítico.” Uno puede visualizar inmediatamente a aquellos que estaban alrededor de Jesús ayudando a estabilizar la cama mientras bajaba del techo y lo ponían en tierra. Los cuatro habían realizado su meta.

Las escrituras no anotan que le hombre paralítico digiera algo. Quizás después de entrar en la casa de una manera espectacular, él se quedó, por el momento, sin habla. Pero Jesús no necesitaba que expresara su petición. Su determinación e ingeniosidad mostraron que él quería ser curado. Jesús reconoció su fe inmediatamente. Aunque no se menciona específicamente, el hombre paralítico y aquellos que lo cargaban obviamente creían que Jesús lo podía curar. Aun más, ellos creían que él lo curaría. ¿Por qué otra razón llegaron a tal extremo para acercarlo a Jesús? Fueron recompensados por su fe, el hombre fue curado de ambas discapacidades físicas e espirituales.

Cuando la curación surtió el efecto deseado la historia del hombre terminó, y la enseñanza circundante al milagro recién empezaba. Jesús había reconocido el deseo del hombre y lo había concedido. Pero este no fue solo otro milagro. El percibió los pensamientos de otros en el público y determinó que la curación de este hombre podría ser una lección objetiva para los fariseos, escribas, y para los doctores de la ley que observaban. Él les demostraría una vez mas que él era el Hijo de Dios.

Sin ninguna palabra del hombre enfermo Jesús dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados.” Esta declaración fue pronunciada con autoridad. Las palabras no fueron una petición, pero una declaración. Inmediatamente los eruditos y los gobernantes de los judíos pensaron y llegaron a una conclusión en sus corazones que él había blasfemado. Para Ellos, Jesús había usurpado los atributos que ellos reservaban para Dios solamente.

Su ley no prescribía ninguna forma para dar absolución al pecado, solamente Dios tenia ese poder.9 En sus mentes Jesús había hecho una “proclamación de que el no-tenia ningún pecado, y de su dignidad de rey como el Mesías.”10 Ellos no reconocieron abiertamente esto, pero deben haber entendido.

Jesús “percibió en su espíritu” su razonamiento. ¿“Por qué caviláis asi en vuestros corazones?” Él les preguntó, y así deliberadamente puso ante ellos su reclamo. Él era el Mesías, y ahora tenían la oportunidad para ya sea aceptarlo o rechazarlo.

Sin embargo, los gobernantes habían desarrollado desde hacia tiempo maneras de sacarle la vuelta a la ley espiritual a favor de sus propias necesidades, y ellos intentaron hacer lo mismo aquí. Ellos no respondieron, pero se quedaron en un silencio total. La pregunta de Jesús había sido una respuesta a sus pensamientos. Ellos indudablemente siguieron razonando mentalmente, quizás pensando que aunque el perdonar los pecados era una blasfemia, a simplemente declarar el perdón de pecados necesariamente no significaba eso. En sus mentes Jesús había pecado gravemente, pero él había dado una “segura” declaración. Él podía declarar el perdón de los pecados, pero no podía probar que habían sido perdonados.

Que los enemigos de Cristo razonaron no esta anotado en las escrituras, pero la respuesta de Jesús indica esta probabilidad. El planteo otra pregunta, contestando nuevamente a sus pensamientos percibidos. “¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?” Jesús confirma entonces que él podía perdonar los pecados” “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados: A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa”. El hombre enfermo contesta de la única manera que podía: “él se levantó enseguida, y tomando su lecho, salió delante de todos.” El lecho que había sido una señal de su enfermedad ahora la señal de su curación, y la prueba de que ahora él era el Mesías.

El procedimiento del Señor era deliberado. Al primero perdonar los pecados del hombre paralítico y después llevando acabo el milagro, él selló su reclamo de ser un Dios. El tenia el poder de perdonar los pecados, porque el milagro lo proveía. Su relación con el Padre era exactamente como él lo había representado, él era el Hijo de Dios.

El procedimiento también implicaba una relación entre el pecado y la aflicción del cuerpo. Pero todas las indicaciones apuntaban al testimonio del Salvador a su mesianismo como el propósito primario de este milagro. Que el hombre quería ser curado espiritualmente y físicamente se puede deducir por el registro de Mateo. Quizás, para el hombre, los pecados que atormentaban su mente estaban inseparablemente conectados con la enfermedad de su cuerpo. Ya sea que ellos actualmente hayan causado la enfermedad o ya sea que la enfermedad fue el resultado de o un castigo para el pecado es dejado para hacer conjeturas.

Con este milagro Jesús demostró su poder para perdonar el pecado y el ofreció una prueba irrefutable de que el era el Mesías. A pesar de esto, los lideres judíos, ante quienes este milagro se lleva acabo, se rehusaron a creer y escogieron cegarse a lo obvio.

Un Ciego de Nacimiento

Juan 9:1-41

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego?
Respondió Jesús: Ni este pecó ni sus padres, sino que fue para que las obras de Dios se manifestasen en él.
Yo tengo que hacer las obras del que me envió, entretanto que dure el día; la noche viene cuando nadie puede trabajar.
Entretanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego
y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa Enviado). Entonces fue y se lavó; y cuando regresó, ya veía.
Entonces los vecinos y los que antes habían visto que era ciego decían: ¿No es este el que se sentaba y mendigaba?
Unos decían: Este es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy.
10 Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
11 Respondió él y dijo: El hombre que se llama Jesús hizo lodo, y me untó los ojos y me dijo: Ve al Siloé y lávate. Y fui, y me lavé y recibí la vista.
12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No lo sé.
13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.
14 Y era el día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo y le había abierto los ojos.
15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos de qué manera había recibido la vista. Y él les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé y ahora veo.
16 Entonces algunos de los fariseos decían: Este hombre no es de Dios, pues no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estos milagros? Y había disensión entre ellos.
17 Volvieron a decir al ciego: Tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.
18 Mas los judíos no creían que él había sido ciego y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista;
19 y les preguntaron, diciendo: ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
20 Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego;
21 pero cómo ve él ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo.
22 Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo a los judíos, porque los judíos ya habían acordado que si alguno confesaba que Jesús era el Cristo, sería expulsado de la sinagoga.
23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.
24 Así que volvieron a llamar al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da la gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.
25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
26 Y le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
27 Les respondió: Ya os lo he dicho, y no lo habéis oído. ¿Por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
28 Entonces le insultaron y dijeron: Tú eres su discípulo, pero nosotros somos discípulos de Moisés.
29 Nosotros sabemos que habló Dios a Moisés, pero este, no sabemos de dónde es.
30 Respondió aquel hombre y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde es, y sin embargo a mí me abrió los ojos.
31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ese oye.
32 Desde el principio nunca se ha oído decir que alguno haya abierto los ojos de uno que nació ciego.
33 Si este no viniera de Dios, no podría hacer nada.
34 Respondieron y le dijeron: Tú naciste enteramente en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le echaron fuera.
35 Oyó Jesús que le habían echado fuera; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
36 Respondió él y le dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?
37 Y le dijo Jesús: Ya le has visto, y el que habla contigo, él es.
38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
39 Y dijo Jesús: Yo, para juicio he venido a este mundo, para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
40 algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Somos nosotros también ciegos?
41 Les dijo Jesús: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

Contra-referencia
TJS Juan 9:4,32

Este es el ultimo milagro de esta serie. En algunos aspectos, el milagro es una combinación de los dos anteriores. Para los gobernantes, esto abarco todas las dificultades de la curación de Jesús a un enfermo de parláis y la precisión de su curación al hombre del estanque. El milagro ocurrió en Jerusalén después de la fiesta de tabernáculos, Jesús mando a sus discípulos a la fiesta un día antes de que él llegara y él subió a la fiesta “no abiertamente, sino como en secreto” (Véase Juan 7:10). Jesús enseño en el templo durante los dos días antes de la fiesta. Los discursos que él enseño sirvieron como un preludio a este milagro y ayudaron con su explicación.

En Juan, capítulos 5 y 7, Jesús enseña de su relación con el Padre; El discurso de “ La luz del Mundo” se encuentra en el capítulo 8. En estos discursos este milagro ofrecía prueba para los reclamos. Seria muy difícil encontrar un solo, mas completo milagro emparejado con sus discursos que este. El milagro contiene:

  1. Todos los elementos de los reclamos de Jesús previos a su mesianismo.
  2. El dilema con respecto a la aceptación o al rechazo de sus reclamos.
  3. El prefigurado de su futuro testimonio especialmente apuntando a la ley sabática (Véase capitulo 6.)
  4. Una referencia al problema de pecado, enfermedad, castigo.
  5. La primera declaración abierta en defensa de Jesús ante el liderazgo judío.

Jesús había predicado durante varios días en la fiesta de Jerusalén. Sus discursos abiertamente lo habían proclamado como el Mesías. Él puede haber realizado otros milagros durante su presencia en Jerusalén, pero Juan sólo anoto éste.

Jesús y sus discípulos andaban de cuidad en cuidad cuando ellos vieron a un mendigo. La escritura parece indicar que el hombre era bien conocido, y que el probablemente se sentaba diariamente el mismo lugar. Justificadamente era un mendigo por que era ciego, se sentaba a mendingar diariamente para su sustento, recibiendo de aquellos que pasaban por el lugar como era requerido de ellos.11 Este era un día de reposo. El hombre no podía pedir abiertamente durante este dia, solo podía sentarse y recibir de la bondad de otros cuando ellos pasaban y observaban su condición.

Mientras ellos pasaban, los discípulos plantearon la primera de varias preguntas interesantes presentadas por el milagro. Ellos le preguntan a Jesús, “¿Quién pecó éste o sus padres, para que haya nacido ciego?” Mucha especulación se había presentado debido a esto. Aunque la relación de pecado, enfermedad, y castigo (incluyendo las incapacidades físicas) haya sido mencionado en los milagros anteriores, ahora lo consideraremos con mas detalle.

La controversia que surge de esta pregunta plantea varias posibilidades, pero por lo menos cuatro deben ser consideradas.

  1. Que el descendiente por si mismo pudiera cometer alguna trasgresión que haría que la enfermedad estuviera presente desde su nacimiento. Obviamente este tendría que haber sido cometido antes del nacimiento.
  2. Que un pecado o pecados pudieran ser cometidos por los padres que harían que el descendiente sufriera alguna enfermedad.
  3. Que ninguna de las dos situaciones mencionadas es aplicable, pero que el plan divino de Dios esta implicado de algún modo cual puede o no puede ser conocido por nosotros, y esto es la cusa de la enfermedad.
  4. Que las consecuencias normales y naturales de la vida, el resultado de la venida del hombre aya vivir en la tierra, puede afectar al hombre hasta el punto de producir enfermedades, incapacidades, y deficiencias.

Vamos a discutir cada una de estas oposibilidades con relación al texto bíblico.

1. Que el pecado de Ja descendencia en el que va a nacer causa su enfermedad e incapacidad. La primera parte de la pregunta parece indicar que los discípulos tenían un conocimiento de la existencia pre- terrenal; sin embargo, no sabemos el alcance de su conocimiento. La idea que una alma que aun no ha nacido podría haber pecado podría haberse desarrollado por las enseñanzas judías y costumbres en existencia. Por ejemplo, la historia de Jacob y Esaú en el viejo testamento a veces fue utilizada para justificar la comúnmente creencia que un niño podría haber cometido un pecado antes de su nacimiento.12

Los judíos no dieron ninguna enseñanza exacta en este asunto en el tiempo de Jesús. Por lo tanto, la pregunta planteada por los discípulos probablemente resulta de las enseñanzas incorrectas de aquel tiempo. Sin embargo, si Jesús ya los había instruido en la doctrina de la pre-existencia, entonces quizás están buscando una aclaración en esta particular circunstancia del hombre.

No hay ninguna duda que en el estado premortal, cada individuo era capaz de obedecer o desobedecer los mandamientos de Dios. Sabemos que una tercera parte de los hijos de Dios se rebelaron y fueron castigados por esto; como resultado de su desobediencia no podían tener cuerpos físicos, y terminarían con Satanás en las tinieblas de afuera (véase capitulo 1). Este ejemplo aparentemente verifica la obediencia y desobediencia premortal pueden tener consecuencias sobre la existencia subsecuente de la persona. El problema es determinar las situaciones por las cuales estas consecuencias ocurren.

2. Los pecados de los padres pueden causar enfermedad e incapacidad en el hijo. Para mejor explicar la antigua creencia de los judíos en este asunto, Yo cito lo siguiente (las palabras están expresadas como sí vinieran de la boca de Dios): “El hombre bueno, si es próspero, es hijo de un hombre justo; Mientras que el hombre bueno desdichado sufre como el hijo de un padre pecador. Entonces, también, el hombre malvado puede ser próspero, como el hijo de un buen padre; pero si es desdichado, mostraba que sus padres habían sido pecadores.”13

Los judíos estaban entrenados para considerar un sufrimiento en especial como necesario o de consecuencia a un pecado en especial.14 Por medio de desviación apostata ellos determinaron por consiguiente muchas situaciones para relevar o dar a conocer el pecado. Por ejemplo, “Hasta los trece años de edad un niño estaba considerado, como si fuera, parte de su padre, y como sufrimiento de su culpa. Mas que esto, los pensamientos de la madre podrían afectar el estado moral de su hijo aun no nacido, y la terrible apostasía que tenia uno de los más grandes Rabinos, por creencia popular, podría haber sido causado por el regocijo pecaminoso que su madre había tomado cuando pasa por una arboleda de ídolos. Finalmente, ciertos pecados especiales en los padres resultarían en enfermedades especificas en su descendencia, y una es mencionada como el causar ceguera en sus hijos.”15

La pregunta planteada por los discípulos podría haber sido completamente judía, basada en la creencia común que los méritos y los no méritos de un padre aparecerían en los hijos, para que así los hijos llegaran a ser la evidencia para que los padres pudieran ser juzgados.16 La pregunta debió haber sido perfectamente normal en los días de Jesús, y los discípulos quizás sospecharon que los pecados de los padres podrían haber causado los sufrimientos del hombre. Igual que la primera posibilidad, esto también fue rechazado por Jesús en el caso que ahora estamos considerando.

No obstante, el hecho que las acciones de los padres puede causar consecuencias físicas para sus hijos esta bien documentado, y una causa especifica de una enfermedad en ocasiones puede ser asignada en estos casos. Por ejemplo, si una madre esta involucrada en el abuso de estupefacientes y su hijo nace adicto, o si la madre esta afectada con enfermedades veneras y por consiguiente su hijo nace ciego, la relación entre la causa y efecto están bien claras. Las violaciones espirituales de los mandamientos de Dios también pueden causar consecuencias para los hijos, los pecados contemporáneos de Noe puede ser un ejemplo. Mientras que los hijos pueden sufrir tales consecuencias por los pecados de los padres, en el plan de Dios los padres y no los hijos serán castigados por ese pecado, “los hombres serán castigados por sus propios pecados y no por la trasgresión de Adán [o de nadie mas] transgresión” (Segundo articulo de fe; véase 2 Nefí 4:3-6; D&C 68:25).

3. La providencia de Dios fue el motivo. En conexión con este milagro Jesús ofrece otra alternativa a las dos posibilidades planteadas por la pregunta de los discípulos. Ellos habían preguntado esperando una respuesta. Ellos querían el “porque” de la circunstancia, pero sus dos alternativas propuestas no se aplicaban a esta situación. El hombre había nacido ciego por una razón: para que por medio de él, el poder de Dios se manifestara a otros. Él había nacido ciego para que Jesús lo curase, y así verificar y testificar a los judíos que él era el Mesías. Pero esta razón no era conocida para este hombre por todos los años que le precedieron a este milagro. Claramente, solamente el conocimiento divino podría atribuir correctamente esta razón a una enfermedad individual.

4. Las consecuencias normales y naturales de la vida. Mientras que Dios no decreta cada enfermedad a la que cada individuo mortal esta sujeto a, el plan de salvación (el plan aceptado por los hijos espirituales de Dios en el concilio antes de la creación) incluía las circunstancias que causaban estas diferentes enfermedades. Como el Creador, Dios podía indudablemente dar un decreto y hacer que todas las enfermedades e incapacidades, desaparecieran. La mortalidad, sin embargo, es por naturaleza imperfecta, y orientada a tener problemas. En el plan, la tristeza es lo opuesto a la felicidad; lo malo contrasta con lo bueno; lo caliente se opone a lo helado; y ciertamente la mortalidad es lo opuesto a la inmortalidad. La mortalidad implica la decadencia y finalmente la muerte. Dentro de la mortalidad hay accidentes causados por las acciones del hombre que pueden resultar en una lastimadura. La imperfección quiere decir que en el curso ordinario de los eventos sé cometerán errores que producirán resultados no deseados. Si todo conocimiento, toda perspicacia, y toda razón estuvieran disponible para el hombre, todos los patrones pudieran verse en las causas y resultados de sus acciones. En cada acontecimiento aparece una secuencia de “leyes,” puesta por Dios en su plan de creación, que pudiera rastrear cada uno de estos acontecimientos a su ultima razón o fuente. Este principio es básico para la ciencia moderna y medicina, y por su implementación algunas enfermedades e incapacidades han sido superadas por el hombre. Indudablemente otras serán en el futuro, porque el potencial siempre esta allí.

En el análisis final parece ser que casi todas las enfermedades, incapacidades físicas y la minusvalidez son el resultado de consecuencias normales y naturales mas bien que un castigo del pecado. Se puede concluir esto en parte por Lucas 13:1-5. Aparentemente algunos galileos habían sido asesinados por los soldados romanos en el altar mientras que los sacrificios eran ofrecidos, y al decirle a Jesús de este acontecimiento trágico aquellos que lo declararon asumieron que el motivo fue por la pecaminosidad de la victima. Jesús específicamente respondió a esto: “¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? Os digo: No.” Entonces él añade otro ejemplo histórico con el cual sus oyentes estaban familiarizados. “O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre de Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?” Una vez mas el contesta, “Os digo: No.” Frecuentemente tales acontecimientos de la vida están mas allá de cualquier control individual y ocurren como una consecuencia natural de la mortalidad. Porque ellos están mas allá de cualquier control mortal, es un milagro cuando uno de ellos es impedido o corregido por el poder de Dios.

Estas condiciones de la vida ilimitadas o de incapacidad pueden o no pueden ser causadas por el pecado, y no debemos atribuirlos a la voluntad de Dios o al quebrantar sus leyes. Era la apostasía por siglos de los judíos que causaba que ellos pensaran de esta manera.

La pregunta del castigo sobre el pecado ha sido discutida aquí en detalle por las preguntas obvias planteadas por la interrogación de los discípulos a Jesús y las inferencias comparadas de otros milagros. Esta pregunta, sin embargo, no fue la razón para este milagro. De hecho, no fue mas que una consecuencia del tratamiento histórico que se le ha dado a este milagro. La pregunta atribuida al pecado.como una razón para la ceguera fue sin trascendencia, y fue tratada como tal por Jesús. El simplemente declara que ni el hombre ni sus padres habían pecado. El entonces procedió al pecado, el beneficio que el hombre recibió, y más significativamente, el testimonio de su divinidad.

Jesús “escupió” en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego. Y le dijo que fuera al estanque de Siloé a lavarse los ojos; y cuando lo hizo “regresó viendo.” El milagro fue simple; el testimonio, más complejo. Este fue un milagro muy publico, llevado acabo en el día de reposo y de una manera muy única.

Mucho se ha escrito concerniente al método que Jesús utilizó para efectuar la cura. El no necesitaba la saliva o el lodo. El no necesitaba ungir los ojos o que el hombre se lavara en el estanque. La cura no-tenia nada que ver con las enseñanzas y creencias judías en su aplicación primitiva medicinal de saliva (especialmente la saliva de cuando uno esta ajamando) para ayudar con la irritación y enfermedades de los ojos.17 Todos estos procedimientos fueron superfluos a la curación. ¿Entonces porque lo hizo?

Considere dos posibles razones. La primera involucra al hombre ciego. No hay ninguna indicación de que él conocía o había escuchado de Jesús antes del milagro. Aparentemente aprendió el nombre del Señor a cierto tiempo, porque cuando fue interrogado después de la restauración de su vista el sabia el nombre de Jesús y se lo comunico a los fariseos, pero no sabia en donde se encontraba. El valor de los procedimientos de Jesús en este caso se encuentra en el aumento de la fe del hombre ciego. La utilización física del lodo en los ojos de alguna manera quizás fortaleció su creencia en Cristo, pero no fue el lodo el que lo curo. Después que la inquisición del hombre fue completa y el había sido expulsado, Jesús lo busca y le pregunta, “ ¿Crees tú en el hijo de Dios? El hombre, confesando que el no conocía quien era el Hijo de Dios, pregunta, “¿Quién es, Señor, para que crea en él?” Cuando el Señor le dijo que era él, el hombre lo empieza a adorar. Los beneficios privados de este milagro estaban ahora completos para el hombre ciego, resultando en ambos su curación física y su crecimiento espiritual.

La segunda posible razón para el método único de curación del Señor expone e ilustra el principal propósito del milagro. Dentro de esto podemos encontrar dos enseñanzas significativas, la primera que es simbólica. El hombre ciego simplemente representa al Israel ciego; Jesús era la luz del mundo. Al hombre ciego se le habían dado instrucciones que seguir. El siguió estas instrucciones completamente, y su vista fue restaurada. Esta simple relación entre las instrucciones del Señor y la obediencia que producen las mente la historia del Antiguo Testamento de Eliseo y de Naamán. A Naamán se le dijo exactamente lo que tenia que hacer para ser limpiado de la lepra. Al principio no quería hacerlo, pero un sirviente le recuerda de su deseo de ser limpiado. Después hizo lo que se le había instruido, y fue curado (véase 2 Reyes 5:1-14).

Jesús le había dicho a los gobernantes de Israel exactamente quien era él y como podían comprobar su reclamo. Los gobernantes reconocieron el reclamo de Jesús como el Mesías y conocían el procedimiento necesario para probarlo. Todo lo que necesitaban hacer para recibir un testimonio era seguir este procedimiento, pero se rehusaron; esa temible ceguera deliberada, por aquellos que no quieren ver, controla sus acciones.

La segunda enseñanza gira alrededor del día de reposo y de como era observada por los gobernantes. Jesús hizo lodo, ungió los ojos del hombre ciego, y le instruyo que fuera a lavarse en el estanque, y así deliberadamente quebraron la ley Sabática que había sido establecida por los gobernantes de Israel. Él había confrontado antes a los gobernantes con sus reclamos cuando había sanado al hombre paralítico y abiertamente había afirmado su mesianismo. Cuando sanó al hombre paralítico, los puso en una posición de ya sea aceptarlo o rechazarlo, y se quedaron callados, intentando evitar la confrontación. Pero en este milagro su desafió y posición era bien clara. Una vez mas el protesto la severidad de la observancia de la ley rabínica (lo cual totalmente destruyo su verdadero significado), por lo tanto proclamándose como el Señor del día de reposo. Ellos sabían que él había llevado acabo este milagro. Ya no podían quedase callados.18

Al quebrar la ley Sabática, Jesús estaba entablando una acusación que podía ser sostenida contra él. Sus enseñanzas durante los días previos también lo llevaron a una inevitable conclusión que él estaba proclamando ser el Mesías. Pero el liderazgo judío estaba en un dilema. Si presionaban la acusación de que él quebró el día de reposo, tenían que admitir la validez del milagro. Si admitían el milagro, no podían describir a Cristo como el criminal que ellos querían que él fuera.

Su aprieto era tal que aun este hombre analfabeto y ahora un hombre ciego curado los podía confundir. Ellos no podían superar el hecho de que Jesús esta en lo correcto y ellos estaban equivocados. Obviamente un milagro había ocurrido, pero aun así ellos habían intentado desacreditarlo. Primero interrogaron al hombre y después a sus padres. Firmemente establecieron que él había estado ciego desde su nacimiento y que ahora podía ver. El que había estado ciego llamaba a su benefactor “profeta,” pero ni siquiera este estatus podía ser reconocido por los gobernantes. Los profetas podían, bajo la ley, poner a un lado la ley Sabática, y ellos querían que Jesús fuera el violador de la ley. Si no lo aceptaban, solamente había una cosa que ellos podían hacer: ellos tenían que desacreditarlo.

Para el hombre ciego los fariseos acusaron a Jesús. Primero, ellos decían que el no era de Dios porque había quebrado la ley Sabática. Segundo, ellos declararon que era un pecador. Finalmente, se jactaron que ellos eran discípulos de Moisés y que ellos sabían que “ Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero respecto a ese, no sabemos de donde sea.”

Pero el hombre recientemente sanado no permitiría esto. “Pues esto es lo maravilloso.” Él empezó, “ que nosotros no sepáis de donde sea, y a mí me abrió los ojos.” Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.”

De esta discusión irrefutable los lideres se enfurecieron. “¿Y nos enseñas a nosotros?” Ellos le respondieron, declarando que “Tú naciste del todo en pecado.” Después “ le expulsaron.” Lo justo estaba ante ellos; fue puesto en contraste directo con su error; aun así ellos decidieron quedarse con el error. No podían tener éxito al rebatir el milagro; no podían echarle la culpa al carácter de Jesús; Y tampoco podían rebatir al hombre analfabeto. En su frustración, ellos excomulgaron al hombre que había estado ciego. Jesús lo encuentra después en el templo y completo su curación espiritual para que él pudiera ser salvo. Y el hombre “ le adoró.”

Jesús continuo enseñando, y declara que el vino al mundo “ Para que los que no ven; vean, y los que no ven, sean cegados.” Algunos fariseos que estaban con Jesús escucho esto y pregunta, “¿Acaso nosotros somos también ciegos?” Entendieron su aplicación. Ellos estaban diciendo que no estaban ciegos y que podían ver. Pero Jesús responde, “ Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.”

Aquellos que previamente no podían ver pero aceptaban la luz que se les ofreció fueron salvados. Pero aquellos que dijeron que podían ver y no podían, todavía estaban en pecado. No hay mas ciego que el que no quiere ver. La luz del mundo había venido y ellos lo habían rechazaron.

Resumen

Por medio de sus sermones y discursos, Jesús dio evidencia de su mesianismo a los judíos y a sus lideres; al curar al hombre paralítico en el estanque de Betesda, el enfermo minusválido, y el hombre ciego, el irrefutablemente lo confirma. Los tres individuos curados por estos milagros recibieron grandes bendiciones, ambas físicas y espirituales. Ellos no olvidarían a Jesús. Pero en el plan divino aun los individuos y sus curaciones fueron eclipsados. Estos milagros fueron señales, señales que Jesús era el Mesías. El lo proclama por su palabra y sello la proclamación con su poder. En cada caso los lideres judíos lo podían proclamar como su rey, pero no lo hicieron.

Siglos de apostasía y modificación a la ley había corrompido su concepto del Mesías. El milagro de Cristo ubica a los gobernantes de Israel en una posición extraña con el esperado Salvador. Ellos tenían que rechazar su error o aceptarlo, o rechazarlo y continuar en oscuridad. La luz del mundo había venido a brillar en la oscuridad, pero la oscuridad no lo aceptaba. “ Linaje de Abraham somos,” ellos proclamaban. “ Discípulos de Moisés somos”; “respecto a ése, no sabemos de donde sea.” En su sermón el Señor prometió a los judíos. “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”Pero ellos escogieron la esclavitud.

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