La Temible Familia de Herodes
por el presidente J. Reuben Clark, hijo
de la Primera Presidencia
(Tomado de The Instructor, el 11 de octubre de 1939)

Damos principio a nuestro estudio esta noche con el primer versículo del capítulo tres de San Lucas:
“Y en el año quince del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia. . .
Procuraré que la narración sea lo más directo y sencillo que me sea posible.
Estoy seguro que todos han oído de los Macabeos, la familia que gobernaba en Judea precisamente antes de la familia de Herodes. Esta línea de príncipes fue establecida por un hombre llamado Matatías, ciudadano judío de descendencia sacerdotal. Los sirios intentaron obligar a los judíos a instituir una forma pagana de sacrificio; y Matatías encabezó la rebelión contra ese intento. En la familia de los Macabeos probablemente había cinco hermanos, hijos de Matatías. Dos de ellos no figuran mucho en la historia. Los otros tres se llamaban Judas, Jonatán y Simón. Desaparecieron las familias de Judas y Jonatán, pero sobrevivió la familia de Simón. Tuvo un hijo, Juan Hircano, que también es conocido como Hircano I. Este a su vez tuvo un hijo, Aristóbulo, también llamado el Primero.
Voy a hablar brevemente acerca de estos hombres porque, si bien no pueden condonarse los hechos de Herodes, por lo menos habrá tal vez alguna explicación, quizá excusa.
Esta familia, que había sido la principal en resistir el esfuerzo de imponer el paganismo sobre los judíos, empezó desde temprano, como sucedía con la mayor parte de las familias en aquellos días, a apartarse de todo lo que era o parecía ser una vida justa. De modo que a la muerte de Hircano I, Aristóbulo I inmediatamente encerró a su madre en la prisión, donde se murió de hambre. Lo hizo así porque en el testamento de su esposo ella había sido nombrada sucesora en el gobierno. Entonces Aristóbulo encarceló a tres de sus hermanos y mató a otro.
A la muerte de Aristóbulo I, su esposa, Alejandra, se casó con uno de sus hermanos. De él tuvo un hijo al cual dio el nombre de Hircano II, en honor de su abuelo. A otro de sus hijos llamó Aristóbulo II, por su primer marido. Estos dos hijos se disputaron el gobierno de Judea. Hircano II, según el testamento de su madre, debería haber sido el heredero de la potestad de su padre; pero Aristóbulo II, su hermano, se rebeló; de modo que hubo guerra entre los dos. Hircano II tenía una hija cuyo nombre también era Alejandra. Más tarde fue madre de Mariam-ne, una de las esposas de Herodes. Fue en esta época que Antípater, padre de Herodes el Grande, gobernaba en su territorio de Idumea, en el cual estaba incluida la parte sur de Palestina, y particularmente un distrito pequeño de los límites Norte y Este de Judea, al sur de Samaria.
Antípater fue un hombre de mucha astucia y habilidad. En éste conflicto entre los dos hermanos decidió apoyar al más débil de los dos, Hircano II, el cual, entre otras cosas, tenía derecho al sumo sacerdocio.
Pompeyo, el gran general romano, intervino en la riña de los dos hermanos e intentó reconciliarlos, pero no quisieron. Entonces invadió a Judea y la conquistó, por lo que de hecho se convirtió en tributaria de Roma. También él decidió apoyar a Hircano II. Cuando Pompeyo y César se disputaron el poder, Antípater apoyó a César. Herodes, hijo de Antípater, también se hizo del lado de César. De manera que Hircano, Antípater y Herodes se granjearon el favor de César, que rápidamente se convirtió en figura principal en la región de Palestina.
Gobierno por medio de la fuerza
Si alguno de nosotros hubiese estado gobernando un territorio en aquellos días, gobernaríamos, no porque la gente lo deseara, sino porque algún señor grande así lo disponía; no por nuestra habilidad para gobernar bien, sino porque podíamos serle útiles.
Antípater, Herodes y toda familia herodiana parecen haber sido sumamente diestros en el arte de sobornar a los emperadores y príncipes que estaban sobre ellos. Aunque Herodes solamente tenía 25 años cuando ocurrió éste conflicto entre los dos hermanos, fue nombrado gobernador de Galilea en lugar de Aristóbulo II, el cual fue expulsado.
Aparentemente existían en Galilea muchas güerillas en esa época. Herodes acabó con ellas en forma tan severa, que tuvo que comparecer ante Pompeyo. En virtud de la intercesión que logró, recibió de Pompeyo una orden dirigida al Sanedrín judío, de que fuese absuelto. Habiendo visitado a Roma, Herodes consiguió que se le declarase rey de Judea. Sus súbditos se opusieron; y Herodes, con la ayuda de los romanos, sitió a Jerusalén. La ciudad se hallaba bajo la dirección militar de Antígono, el último de los príncipes macabeos y tío de Mariamne, segunda esposa de Herodes el Grande. Este causó que se diera muerte a Antígono, junto con veinticinco de los judíos principales de la ciudad.
Alejandra, hija de Hircano II, y madre de Marianme, tenía un hijo, Aristóbulo III. Por medio de los esfuerzos de su madre, fue nombrado Sumo Sacerdote, pero entonces Herodes mandó que lo ahogaran.
Se acusa a Herodes de asesinato
Por haber causado la muerte de tantas personas, Herodes tuvo que presentarse en Roma para hacer las paces con Antonio. Al volver, dio órdenes de que fuese muerto su hermano político, esposo de su hermana Salomé, sin formársele juicio, acusado, sin comprobación, de infidelidad. Más tarde ejecutó a Hircano II, con el cual él y su padre, Antípater, en otro tiempo se habían aliado. Nuevamente sus hechos desagradaron a Roma, y tuvo que hacer las paces con Augusto César. Al volver de Roma, llegaron a sus oídos otros rumores de infidelidad. En ésta ocasión ejecutó al mayordomo que había dejado encargado de su casa y a su esposa Mariamne, a la cual él sincera y celosamente amaba. Alejandra, madre de Mariamne, aumentó sus actividades contra Herodes. Por consiguiente, también ella tuvo que morir.
Para entonces Herodes sentía una profunda antipatía hacia toda la familia de los Macabeos, con la cual había contraído parentesco al casarse con Mariamne. De manera que intentó acabar con toda la familia, de lo cual resultó que dos más de los Macabeos fueron ejecutados.
Dos de los hijos que había tenido de Mariamne, uno llamado Alejandro y otro Aristóbulo, fraguaron un complot en contra de él. Después de ser acusados debidamente, y al parecer declarados culpables en forma legal, Herodes dio muerte a sus dos hijos.
Otra de las esposas de Herodes, Doris, también tuvo un hijo llamado Antípater en honor del padre de Herodes. Este Antípater se rebeló contra su padre y tuvo que huir a Roma. Sin embargo Herodes logró persuadirlo a que volviera a Judea, donde también fue asesinado.
La última orden de Herodes
Herodes padeció una muerte horrible. El cronista Josefo lo describe en su historia. Temiendo que nadie fuera a lamentar su muerte, expidió sus últimas órdenes a su hermana Salomé,1 de la cual ya hablamos antes, y a su esposo (para entonces ella había contraído segundas nupcias), diciendo que juntaran a todos los ciudadanos principales de Judea y que al morir él fuesen asesinadas aquellas personas, y así todos tendrían motivo para lamentarse. Pero Salomé y su esposo prudentemente les dieron su libertad antes que muriera Herodes.
En vista de estos acontecimientos, estoy seguro que no nos pausa sorpresa la orden que expidió de matar a todos los niños en Belén, con objeto de destruir al Salvador.
En el siguiente artículo se continuará la historia de la vida y misión de nuestro Salvador. La primera parte hablará especialmente de algunas de las notables enseñanzas de Juan el Bautista.
1 Esta Salomé, hija de Antípater y esposa de Herodes, no debe confundirse con la bailarina, nieta de Herodes.
























